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ESCUELA DE POSGRADO

PROGRAMA ACADÉMICO DE MAESTRÍA EN DERECHO


PENAL Y PROCESAL PENAL

Informe Académico sobre Análisis del Recurso de Casación No.


810-2016-Puno – Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema de
Justicia – El principio de confianza y la Actuación en el ejercicio de
un deber o cargo.

INTEGRANTES:

DOCENTE
DRA. NIETO FERNANDEZ, GABY JESSICA

Lima - Perú
2023
INTRODUCCIÓN:
En el presente RECURSO DE CASACION N° 810-2016- PUNO, se va a
analizar la actuación en el ejercicio de un deber o cargo y el principio de confianza,
relacionado al caso materia de casación por el delito de receptación aduanera.

ANTECEDENTES

El caso para comentar trata de recursos de casación interpuesto por la


defensa de los procesados Bernardo Teófilo Tapia Soto y Genaro Maquera Apaza,
sobre una sentencia de vista que confirma la sentencia de primera instancia que los
condena como coautores del delito de receptación aduanera con agravante y por el
delito contra la fe pública falsedad genérica ambos en perjuicio del estado SUNAR y
SUNAT.
Según los hechos se atribuye a Elvia Campos Quispe haber adquirido el
vehículo de placa de rodaje RU9241 con pleno conocimiento de su procedencia
ilegal por falta de documentación. Este vehículo fue inscrito en los registros públicos
luego de simular un proceso de obligación de dar suma de dinero y fue vendido
posteriormente a ir más Santusa Quispe Taype mediante acta.
A Genaro Maquera Apaza, se le imputa en su condición de juez de paz ayudó
a comercializar el mencionado vehículo simulando el proceso de obligación de dar
suma de dinero seguido por Elvia Campos Quispe contra Eufemia Huita Halanoca
expidiéndose resoluciones irregulares que dieron lugar a la inscripción del vehículo
en los registros públicos por su parte a bernardo Teófilo Tapia Soto, en su condición
de abogado se le imputa haber ayudado con el comercio del bien con contubernio
de Genaro Maquera Apasa suscribiendo la demanda y demás escritos con la
finalidad de obtener la inmatriculación nación del vehículo ayudando a que el bien
ingrese al tráfico jurídico todos estos hechos se realizaron con conocimiento de la
procedencia ilegal del vehículo. La imputación objetiva sucedió de la siguiente
manera contra Elvia Campos Quispe por el delito de receptación aduanera simple
en la modalidad de adquirir y vender mercancía contrabando vehículo en los
términos del artículo 6 de la ley 28008.
Contra Bernardo Teófilo Tapia Soto y Genaro Maquera Apaza, por delito
aduanero en la modalidad de receptación aduanera con agravante en su modalidad
de ayudar a comercializar mercancía de contrabando en los términos del artículo 6 y
el literal e del artículo 10 de la ley 28008, también se le atribuye el delito de falsedad
genérica en el artículo 438 del código penal defensa de Bernardo Teófilo Tapia Soto
ha sostenido durante todo el proceso que actúa en su condición de abogado y en
ejercicio de la libertad de trabajo no ha sido sancionado por el colegio de abogados
porque no puede sostenerse que actuó fuera del marco de su profesión precisó que
los servicios que prestó se adecuaron dentro del principio de confianza si bien Elvia
Campos Quispe, declaró que no lo conoce y nunca promovió algún proceso civil de
obligación de dar suma de dinero ella está en su derecho de mentir y lo afirmado no
está corroborado el comportamiento que se le acusa haber desplegado no se
adecua el tipo penal de receptación aduanera en su modalidad de ayuda a
comercializar.
La defensa de Gerardo Maqueta Apaza, sostiene que el comportamiento del
imputado no se adecua al tipo penal imputado porque el acto de ayudar a
comercializar tiene otra connotación legal y exige que se participe en los actos de
negociación como actuar y de intermediario actuó en su condición de juez de paz
por razón el cual invoca la causa de justificación en el numeral 8 del artículo 20 del
código penal por haber obrado en cumplimiento a su cargo no supo ni pudo
presumir que el bien que ordenó inmatricular provenía del contrabando es factible
considerarse que actuó por error de prohibición creyendo que actuaba en
cumplimiento de su rol de juez según el real entender.

VALORACION DE LOS MEDIOS DE PRUEBA

Los elementos de convicción valorados por la Sala, están: acta de recepción


del teléfono celular, objeto del delito de robo agravado, perteneciente al agraviado
Velásquez Human, que acredita la sustracción del bien; copia simple del baucher de
compra del celular sustraído; la declaración de los agraviados Velásquez Huamán y
Soca Machaca, en el cual ratificaban que fue el sujeto alias Peladito, fue quien utilizo
un arma de fuego para amenazar al agraviado Velásquez para que este le entregue
el celular; la declaración de los efectivos policiales intervinientes que indicaron haber
visto a dos sujetos darse a la fuga, pudiendo capturar solo al procesado, habiéndose
dado a la fuga el sujeto alias Peladito. De los elementos antes expuestos, la Sala
refiere que la declaración de los agraviaos cumplen con los criterios de valoración del
acuerdo plenario 2-2005-CJ-116, puesto que sus declaraciones son coherentes con
otros medios de prueba, no tenían una relación de enemistad u odio con el procesado
y los agraviados se han ratificado en sus declaraciones; más aún, cuando los
efectivos policías corroboran sus declaraciones.
Asimismo, la Sala considera que de la revisión de los hechos y los
elementos de convicción, se deduce que el procesado Pérez Girón tenía pleno
conocimiento del hechos ilícito, puesto que luego de que el sujeto conocido como
Peladito, amaneará con un arma a los menores, la agraviada Soca Machaca se
echó a correr, siendo perseguida por el procesado Pérez Girón, por lo cual no
podría indicarse que el procesado no tendría conocimiento de los hechos delictivos,
puesto que utilizando las máximas de la experiencia y las reglas de la lógica, no
habría razón para que el procesado persiga e intente retener a la agraviada si es
que no participaba del hechodelictivo; desvirtuándose de esa manera la presunción
de inconciencia.

No obstante, lo advertido por el Tribunal de la Corte Suprema en apego y


respeto del principio de legalidad y conforme el artículo 300 inciso 2 del Código de
Procedimientos Penales, no hizo ninguna reforma en peor sobre la pena concreta
final impuesta, pero si nos parece correcto que haya desarrollado por qué
consideró que los argumentos de la defensa no eran de recibo y haya hecho la
corrección a la apreciación que hizo la Sala Superior para no generar inestabilidad
jurídica ante erróneas apreciaciones que podrían generar impunidad.

INFORMACIÓN RELEVANTE RELACIONADA AL PROCESO CIVIL DE


OBLIGACIÓN DE DAR SUMA DE DINERO Y ADJUDICACIÓN DEL VEHÍCULO.

Es de conocimiento que con fecha 03 de mayo del 2005, la sentenciada


Elvia Campos Quispe, interpone una demanda de obligación de dar suma de
dinero, demandando a la señora Eufemia Huayta Halanocca, exigiéndole a esta
ultima la devolución del dinero pagado por el vehículo inoperativo con numero de
chasis LH-1130175175 y numero de motor 3L4495244. Demanda que fue admitida
a trámite por el Juzgado de Paz de Cuarta Nominación, juzgado presidido por el
acusado Genaro Maquera Apaza. Posteriormente, declaro rebelde a la señora
Eufemia Huayta, y con fecha 17 de abril del 2005, llevo a cabo la audiencia única
de ley, impidiendo la participación de la demandada por su condición de rebelde;
luego de la audiencia, declaro fundada la demanda de la sentenciada y ordeno a la
demanda el pago de S/. 3,100.00 soles a favor de Elvia Campos. Al no haberse
cumplido con el pago, se procedió al primer remate judicial sobre el vehículo,
quedando este desierto por falta de postores, motivo por el cual el acusado ordena
la adjudicación del vehículo a favor de la demandante y dispone su
inmatriculación, emitiéndose partes dobles al registro de propiedad vehicular de
Juliaca. Ello ocasiono la observación legal de la orden judicial por parte de
Registros Públicos, sin embargo, se concretó la inmatriculación a favor de la
sentenciada, asignándose la placa de rodaje RU95241. Posteriormente, se vendió
el vehículo a la señora Irma Satunsa Quispe Taipe, por la suma de S/. 5,000.00
soles, lográndose concretar la inscripción a favor de esta última.

FUNDAMENTOS DE DERECHO.

La Sala considera que, para el presente caso, deberá considerarse:


primero, la interpretación del tipo penal de receptación aduanera, centrándose en
el “ayudar a comercializar”; segundo, analizar si el comportamiento de los
acusados puede comprenderse dentro del principio de confianza, y si estos
configuran una conducta típica del ejercicio de sus funciones; y tercero, dilucidar si
todas las pruebas fueron debidamente razonadas. Asimismo, indico que no se
estarían cuestionando los hechos probados en la sentencia cuestionada, sino el
trasfondo penal de estos, por lo que la Sala decide aplicar el principio de
inmutabilidad fáctica.

PRINCIPIO DE CONFIANZA Y CONDUCTAS NEUTRALES.

Para Caro John, el principio de confianza opera como una causal de


exclusión de imputación penal cuando se analiza una conducta desde la teoría de
riesgo permitido. De lo anterior expuesto, puede extraerse dos requisitos: primero,
que el contexto a analizarse debe comprende de dos a más personas; segundo,
delimitar las funciones y ámbitos de competencia de cada persona interviniente en
el caso de analizar, en función a su rol. Asimismo, este jurista identifica cuatro
criterios que delimitan los ámbitos de competencia: 1) el código penal, 2) normas
especiales, reglamentos y manuales que establecen funciones, 3) normas lex artis,
es decir las normas que rigen el desempeño de una profesión y 4) normas
estándar de conducta cotidiana.

EL ACTUAR EN EL EJERCICIO DE UN DEBER O CARGO.

El artículo veinte del Código Penal regula en el numeral ocho una


circunstancia que releva la imputación penal cuando el agente actúe “por
disposición de la ley, en cumplimiento de un deber o en el ejercicio legítimo de un
derecho, oficio o cargo”. Al respecto, considerando que a través de esto se valida
el comportamiento de quien actúa por mandato legal, por lo que resultaría
contradictorio ingresar al plano de la antijuricidad lo que implicaría calificar como
ilegal algo que está obligado a realizar; en consecuencia, al analizar la relevancia
penal del comportamiento, será importante delimitar las funciones inherentes al rol
con sujeción al riesgo permitido.

En ese entendido, compartimos la posición de Villavicencio Terreros,


cuando señala que el actuar bajo el cumplimiento de un rol constituye un riego
permitido que excluye la imputación de la conducta.

DELITO DE RECEPTACIÓN ADUANERA

Lo primero que corresponde identificar son los rasgos esenciales del delito
de receptación aduanera. En principio, las modalidades propuestas en el texto
legal permiten calificarlo como un delito de resultado, por lo que cabe la tentativa.
Desde la perspectiva objetiva, describe un conjunto de comportamientos como la
adquisición, recibir en donación o prenda, almacenar, ocultar, vender o ayudar a
comercializar mercancías; comportamientos que no necesariamente deben
concurrir de manera conjunta. Se trata de una ley penal en blanco, lo que obliga a
revisar la Ley General de Aduanas. Además, exige que el valor del bien sea
superior a cuatro unidades impositivas tributarias, lo cual es variable y obliga a
remitirnos a las normas específicas establecidas por el Ministerio de Economía y
Finanzas.

En el plano subjetivo, podrá configurarse como dolo directo cuando “se


conocía” que el objeto material del delito provenía de algún delito previo o,
también, dolo eventual cuando “se podía presumir” el origen del bien. Llevados los
criterios al caso que nos ocupa, corresponde delimitar qué debe entenderse como
“ayudar a comercializar”, debido a que los recurrentes reclaman que el supuesto
fáctico en el que habrían incurrido no califica como tal. Los métodos de
interpretación son diversos. Así, resulta válido darle sentido a la norma penal
desde su composición gramatical (interpretación literal), ubicación en el
ordenamiento jurídico (interpretación sistemática), evolución (interpretación
histórica), finalidad (interpretación teleológica). En este escenario, desde una
posición de protección al bien jurídico, declarado en el título preliminar del Código
Penal (principio de lesividad), es válido asumir como criterio de interpretación
primario de la ley penal material el teleológico que, aplicado al caso que nos
ocupa, obliga a comprender la finalidad de sanción de comportamientos como la
receptación aduanera, de relevancia en el desarrollo económico de un país.

Entendido el sentido de la norma penal, un segundo nivel de valoración


obliga a interpretar los elementos del tipo, sean normativos o descriptivos. El
“ayudar” y “comercializar” constituyen elementos descriptivos, no son difíciles de
comprender; por el contrario, su expresión es una construcción social común. Las
precisiones expuestas son necesarias debido a que la interpretación teleológica no
debe ser indiferente a la construcción del supuesto de hecho, pues uno de los
mandatos de determinación del principio de legalidad es el de ley cierta, es decir,
con claridad suficiente para motivar al ciudadano. Por las razones expuestas, la
propuesta fáctica de haber simulado un proceso de obligación de dar suma de
dinero con la finalidad de lograr la inmatriculación de un vehículo para su posterior
comercialización.

En este orden de ideas se tiene que: BERNARDO TEOFILO TAPIA SOTO,


actuó en ejercicio de su profesión en el marco de confianza y GENARO
MAQUERA APAZA, actuó en el ejercicio de su cargo. Además, se tiene que el
vehículo no tenía arraigo en el PERU, no contaba con registro, el mismo que se
acredita con el oficio respectivo de SUNAT. Se tiene que no es objeto de discusión
el onto de ocho mil dólares, superando el valor del tipo penal. Se tiene entonces la
responsabilidad de BERNARDO TEOFILO TAPIA SOTO.

1. El actuar en el ejercicio legítimo de un derecho o un deber constituye


ATIPICIDAD.

2. La casación N° 374-2015, pone límites a la profesión del abogado, la


constitución política limita el ejercicio de todo trabajo (Art.2 numeral 14 y 15)
toda actividad se contrata con FINES LICITOS sin que contravenga las leyes
de orden público con sujeción a la LEY, y el Código de Ética del Abogado,
establece que todo abogado tiene que actuar con lealtad, veracidad,
honradez y buena fe.

Línea de Tiempo: Se tiene la Demanda de Obligación de Dar Suma de


Dinero, la sentenciada Elvia Campos Quispe (la misma que es una vendedora de
verduras), demanda ODSD contra Eufemia Mayta, refiere Campos Quispe, que
una persona Valentín Huayta, le hizo firmar hojas en blanco y le pidió su DNI por
50 soles. Lo relevante es que el acusado tenía conocimiento sobre la condición del
vehículo a nivel nacional, sabía que no tenía documentos toda vez que por la
máxima de la experiencia la zona de Puno y Tacna es una zona de contrabando
por la frontera, por lo que procedió de una manera fraudulenta, desde su posición
de abogado no actué en el marco de buena fe.

El acusado no actuó en el ejercicio de la conducta de un abogado


(probidad) sino al margen del derecho con conocimiento del origen ilícito del bien
con el fin de comercializarlo, logrando la inmatriculación con placa RU 9241, lo que
procedió a la venta de un tercero IRMA SANTUSA QUISPE.

ANALISIS DE RESPONSABILIAD PENAL DE GENERA MAQUERA APAZA

Como juez de paz letrado del distrito de Pilcuyo permitió el trámite de un


proceso de obligación de dar suma de dinero FRAUDULENTO con el fin de
inmatricular el bien objeto de delito. En su rol como juez de paz letrado se le
reconoce las atribuciones que le otorga la ley orgánica del poder judicial. Art. 67
conciliatoria y por otro lado el art. 65 le confiere competencia para conocer
determinados asuntos con relación al pago de dinero. Con el marco legal señalado
se admitió que tenía competencia para conocer la demanda de dar suma de dinero
puntualmente del caso signado con N.° exp 33-2005, y así emitió más de un acto
procesal en su trámite que habrían sido en beneficio de la demandante a Elvira
Campos Quispe.

No obstante, las facultades atribuidas, se advirtió que en el trámite de la


causa materia de controversia, se emitió una resolución de fecha 5/3/2005 que
declaró la rebeldía de la demandada la que carecía de motivación en sus
fundamentos un “único acto de notificación”, lo que se consideró signo de interés
en acelerar el impulso del proceso. Otro signo de interés en beneficiar a la otra
parte, fue el que pese a que hubo una observación desde la oficina regional de
Juliaca constaba en autos sobre el pedido de inmatriculación al no estar acorde
con los delineamientos del D.Lg. N.° 483 modificado por el DS N.° 017-2005-MTC,
emitido desde el Poder Ejecutivo con el fin de regular la importación de vehículos
acerca sobre el origen de dicho bien mueble, el acusado se mantuvo en su
insistencia. Lo que a todas luces no aceptaba atisbos de error en su actuar, pues
existían resoluciones a tener en cuenta oficiales sobre impedimentos para que
regule su proceder y resolviera conforme a ley o por lo menos bajo criterio de
conciencia y fundamente porque su apartamiento de dichas resoluciones y el
porqué de lo resuelto.

Lo que se corrige la resolución ejecutoria es el extremo de la resolución


impugnada en el extremo que sostiene que no había competencia por la cuantía.
En cuanto al delito de falsedad genérica, desde el comportamiento de receptación
aduanera, se hizo un pequeño análisis en cuanto consideró que la conducta
subsumida en falsedad genérica constituiría un concurso aparente de leyes y
debió ser comprendida en el delito de receptación aduanera. Sobre la
determinación de la pena en vista que no existía ninguna causal de disminución de
punibilidad y esta se impuso en el extremo mínimo no tuvo mayor
cuestionamiento. Por la reparación civil en igual sentido al no haber
cuestionamiento no se emitió pronunciamiento.

Por los fundamentos expuestos finalmente es que se decidió por declarar


INFUDADO el recurso de casación. La condena por el delito de receptación
aduanera impuesta a Bernardo Teófilo Tapia Soto y Genaro Maquera Apaza.
CONCLUSIONES.

La Sala considera que, para el presente caso, deberá considerarse:


• Primero, la interpretación del tipo penal de receptación aduanera,
centrándose en el “ayudar a comercializar”;
• Segundo, analizar si el comportamiento de los acusados puede
comprenderse dentro del principio de confianza, y si estos configuran una
conducta típica del ejercicio de sus funciones; y tercero, dilucidar si todas las
pruebas fueron debidamente razonadas.
• Asimismo, indico que no se estarían cuestionando los hechos probados en
la sentencia cuestionada, sino el trasfondo penal de estos, por lo que la Sala
decide aplicar el principio de inimputabilidad fáctica.

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