Está en la página 1de 13
Relbert Ph Test de relaciones ols} Psi ryaPecedh P PAIDOS INDICE por Jaime Bernstein . aa nu mace oe Jobs D. Sathatend ooooo000 aca 15 .—LAS BASES TEORICAS DE LA TECNICA .... fi 19 T, La situscién motivacional ..0+..+seseeseeseeeees 19 25 IL, Los grados de tensién en los sistemas tensionales del individuo antes 6 IIL. El “encaje” o adecuacién entre la situacién-estimulo y los sistemas tensionales Aindmicos del individuo ..+..ssseseseseeseeseees een 27 IV. El contenido de realidad de la situacién-estimalo wad 28 Vi El “contento de realidad” en que Ia situaclinestimulo se presenta 28 11. —DESCRIPCION DEL TEST DE RELACIONES OBJETALES .........2.0. 31 Descripelén de cada una de las mints ....ececseecesessessssesesseseees 32 Serie A eh Wiese SES 82 Serie B a Hit 33 Serie C . ee 4 ‘Aplicaci6n del Test de Relaciones Objetales .... 34 Introduccin del Test ..ssesseeeeees 34 ‘Administracién 5 eo 35 —ANALISIS E INTERPRETACION DE LAS HISTORIAS .......-.++++ 37 ‘A. Un estudio de caso detallado ..... veseees 38 B. Seis casos abreviados para ilustracion 8 DATOS NORMATIVOS eoeage che thesdtangpramseey 87 ‘A. Una muestra de 50 pacientes externos de la clinica aenehte oboe cht 88. =B. Une muestra de investigacin con 40 mujeres adolescentes .....scses.2 105 Brtiocnarta . See ee ESR eS) TS BrnniocRAria EN CASTALLANO « deen Tats acaadend tgs nectide 6 APENDICE DE LA EDICION CASTELLANA ANALISIS E INTERPRETACION DE DOS REGISTROS DEL TEST DE RELACIONES OBJETALES por Jarex Bunxsram y M. L. Srouren px Ocampo 1. PROTOCOLO DE M. CAnilisis de Irene Friedenthal) .... 19 IL. PROTOCOLO DE S. CAnilisis de Diana Rabinovich) 125 Scanned with CamScanner CAPITULO 1 LAS BASES TEORICAS DE LA TECNICA En la préctica clinica en particular, pero también cen los estudios de investigacién social y cultural sobre Jas relaciones interpersonales ¢ intergrupales, se em- plean cada vez més las técnicas proyectivas como mé- todo de exploracién de la dinémica de la personali- dad, La amplia utilizacién de esas téenicas se debe a la genéral comprensién de la importancia de enten- der Ia interacién de los motives inconscientes y los ‘esfuerzos conscientes, cuyas resultantes se advierten en la conducta manifiesta. En relacién con la investiga- cién, esas técnicas proporcionan muestras de Ja inte- raccién de la personalidad frente a estimulos estindat, jue permiten la comparacién con las de otros indivi ics grupos. Asimismo son susceptbles de evaluacién independiente. Empero, la utilidad de los métodos proyectivos para la clinica y Ia investigacién, se ve limiteda a causa de su inadecuada fundamentacién tebrica. Rorschach (1921), aunque puntualiz6 claramente Ia indole em- pirica de sus halhzgos, mostsé que advertia la impor fancia de desarrollar una base teérica para su método, Murray (1937) dio a su Test de Apercepcién Temé- tica CTAT)? el respaldo de especulaciones acerca de Ja naturaleza y funcién de la fantasa, e intents (1938) integrar conceptos de diversas teorias de la flidad en un sistema que pudiera describir la di- mica de la personalidad revelada en el TAT, en al material de las entrevistas y en otros datos cl{- nicos, La teorfa de los métodos proyectivos asimismo se ha beneficiado con no pocas contribuciones valio- ‘8 originadas en el trabajo experimental ajeno a la principal corriente de desarrollo de esas téenicas. Por Gjemplo: Ia investigacién de Griffiths (1935) que de- most la funcién de Ja fantasia en la resolucién de blemas; Ja de M. D. Vernon (1940) que estudié la relacién de la cognicién y Ia fantasia en los nitios, 3, mis recientemente Jas invesigaciones en el campo de la percepcién de Bruner y Postman (1951) y de smuches otros? 42 Véase la Bibliograia en castellano al final del libro, [S.] Muchos autores que se han ocupado de las técni- cas proyectivas, en especial Rickers Osviankina (1943), Macfarlane (1941)8, Hertz (1951), y Rapaport (1946) han recogido las muchas contribuciones dispo- nibles a la teorla proyectiva y han insistido en la necesi- dad de dotar a le véenicas individuales de una més acabada y precisa fundamentacién racional. El conoci- miento acumulado hasta el presente a través del em- pleo empirico de los tests es considerable, pero no se ha producido un desarrollo paralelo de un cuerpo de teorla que explique el proceso de la “proyeccién” y los diferentes aspectos y niveles de comportamiento que muestran Ios sujetos en sus respuestas a los est\- rules particulares de los tests, Probablemente la ma- yorfa de los psicSlogos elinicos —aun sosteniendo la utilidad de los tests proyectivos en la préctica—, han de concordar en general con las criticas que expuso Ra- paport en un articulo reciente (1952)%, Afirma alli Rapaport que las teorlas relativas a las diversas téc- nicas de proyeccién “apenas tienen en comin algo mis que vagas referencias a las ideas psicoanaliticas; y aun, entre esas ideas, las diversas teorlas de los tests no escogen las mismas’, Reconoce que algunos tests pueden alegar algiin cuerpo de teorla, pero des- taca que éste difiere ampliamente entre los. diversos tests, que es fragmentario y esti integrado por con- ceptos dispares derivados de diversas teorlas de la personalidad que se prestan para explicar aquellos 3 De Jean Walker Macfarlane puede leerse en castellano: “Problemas planteados en la validacién de las téenicas pro ee ‘en colaboracién con Read D. Tuddenham, en el ibro de Anderson y Anderon, Técnicas dal dag. néstico psicoldgico, Madrid, Ri 1963. [S.) ‘En castellano puede de David Rapaport: Tests de diagnéstic Buenos Aires, Paidés, 2* ed., 1962, los trabajos. teéricas de los procedi- ‘miento’ de verificacién dlagnéstica” y “Las téenicas tras y la tetla del nse 2 de RP Re Prigulatria, psicoanaitica. ‘Buenos Aires, Hormé, 1960. Asi- raisin, pod interear de exe autor Aportacones a la tora y sence, Pane, Misi, ater Px, 1962 Is] Consiltense ‘trabajos monogrdficos de Rapaport pu- blicados en el libro de Knight arriba citado. [S.] Scanned with CamScanner 2» ‘modos de comportamiento que los tests respectivos enfatizan. Pero estas critics, ast como los problemas que abarca la respuesta, no valen s6lo para las técnicas pproyectivas, Deben’preocupar a todos los que traba- jJan en terapéutica o investigacién, en las que la tarea fs entender el ajuste 0 desajuste de la personalidad ‘en funcién tanto de las dinémicas subyacentes como de los aspectos més conscientes de la conducta. En un examen del trabajo de investigacién sobre la psicote Tapia de grup, Freedman et aia (1951) sefalan que “Tos sistemas conceptuales corrientes en psicologia por Jo comin sélo destacan una de las varias reas de la personalidad 0 tipo de datos? —por ejemplo, rasgos tmanifiestos 0 de comportamiento, tendencias centr les, categorfas psicodiagnésticas, ete.— y las relaciones centre esas diferentes areas y niveles se tratan muy imperfectamente, cuando se tratan’. E] desarrollo de conceptos para_una teorfa unifi- cada de la personalidad susceptible de describe y ex- plicar la conducta en situaciones variables, en todos sus aspectos y niveles, es una tarea que ha de ocupar 4 los psicdlogos por largo tiempo, No obstante, pa- rece que se dispone ya de un punto de vista dindmico ientemente comin a las principales éreas de la investigacin psicol6gica fa de la percepcién, jicclegla Te sonetiaj, Sclega cise y psico- andlisis—, como para que el psicélogo sienta que los cconceptos en vigencia se hallan muy estrechamente vinculados.? Por ejemplo, hay una lamativa similaridad en el lenguaje y los conceptos que emplea Frank al exami- nar los procesos de “proyeccién” en relacién con los métodos proyectivos de exploracién de la. personalidad y. os que emplea Bruner al describ los process de Ia percepcién, Frank (1948) define la personalidad como “un modo nico de organizar e interpretar toda experienc, de ear y mantener um mundo sinbé ico os y valores, de supuestos y expecta- tiv que ol indviduo debe imponer sobe Toes las situaciones, acontecimientos y personas’... Brix ner (op. cit.) define el proceso de la percepcién en funcidn de un ciclo de tres etapas que entrafa a) una expectativa o hipdtesis (“no vemos: miramos bus cando”), es deci, el percibir tiene lugar en un nismo predispuesto; b) una informacién aportada por ‘el ambiente, yc) un procedimiento de impugnacién © confirmacién, Esto es, Ia informacién aportada es confirmatoria de la hipétesis operativa o con ella, 0 es en diverso grado im; gruente: el ciclo contindia hasta que la confirmacién se produce. 1 A tal de glempla, entre ly concepts at present. os, qué relaciones guardan entre ellor las meces. dades' de Murzy, los rasgos (ents) de Allport lo determi. 2 Sobre Ja existencia de este de at Jam ary HERBERT PHILLIPSON ‘Ambos autores reconocen claramente Ja in dencia de las dindmicas de la personalidad y de |, ién, pero esas construcciones.conceptuales y otras similares —por ejemplo, los “sistemas dintm cos" como los que definen Krech (1949) y otro~ son en sf mismos demasiado generales. Ellos requie ren alguna especificacién de los puntos de referencia y de las relaciones que han de emplearse al defn fa estructura dindmica y los prineipios organizatines de la personalidad, y los procesos por los cuales se revelan en una particular situacién-estimulo, Se plan- tea la cuestin de si es posible desarrollar los conceptns que han de caracterizar esas “expectativas” e “hips tesis" teniendo en cuenta a la vez las dinémicas cone cientes e inconscientes y que definan en los misnas términos, por ejemplo, la conducta manifiesta, el mado de percepcién y los rasgos distintivos de lo que pro duce la actividad de un individuo en una situacia dada. La diteccién del pensamiento en psicologia ha be cho un vinje devo hacia el ey process y. en afios recientes ha habido un creciente recone cimiento de que los procesos psicolégicos bésicos que hhan de estudiarse son aquellos que entrafian relacr nes personales, Bruner, que ha examinado el valor de sus trabajos expert i Ja teorla de Rorschach (1948), estar aproximia dose al punto de vista (1951) de que el desarrollo de una teoria adecuada de la én s6lo puede derivarse del entendimiento de lo que el campo pe ceptual significa para el sujeto en funcién de rele ciones personales, Escribe Bruner: “Me parece que aquello a que debemos apuntar fundamentalmente es 8 coal guesemos abst sabe To fates de personalidad en Ja percepcién, debemos centramet en la investigacién de aquellos indicadores ambient Jes que. sean. apropiados para confirmar las hipéte = teflejan las estructuras bésicas de la lidad. grueso,es0s indicadores no lo son de tamafio o de color o de brillo, Son indicadores que nos ayudan més directamente en nuestro ajuste interpersonal: ¢l calor 0 la frialdad aparentes de las, personas, las ap riencias amenazantes de una situacién, la aparente inteligencia 0 la aparente sinceridad de los otros". Las conclusiones de Bruner corren muy a las de Lewin (1935). Seguin la teorfa de Lewin, la personalidad s6lo puede entenderse'si se It mira en relacién con el campo en que opera. El camp? pee esté determinado primariamente més pot los factores sociales que por los fisicos, pues desde al comienzo mismo de la vida el campo le han sido dados su estructura y su significado muy fundamer talmente por Ja experiencia de las relaciones coo otras personas —en términos, por ejemplo, de gratr Feacion y frustac, de contol liberal, de apobe cién y desaprobacién. Se al mismo K. Lewin, lo realmente relevante en la determinacién del com portamiento no es lo objetivamente existente sino 10 Scanned with CamScanner TEST DE RELACIONES OBJETALES a que es percibido en el campo psicol6gico, y aquello a lo que el individuo presta atencién selectiva en una situacién particular depende de “sistemas psicol6gicos tensionales’, caracterizados de algin modo por la pa- sada experiencia de las relaciones con las personas. Esta conclusién de que el proceso de la percepcién es determinado primariamente por las relaciones per- sonales, y por lo mismo. slo inteligible en funcién de ellas, implica que seria posible desarrollar concep- tos en funcién de ellas para caracterizar, por ejemplo, Ja percepcién e interpretacién por un individuo de una situacién social, una lmina del TAT o una mancha de tinta del Rorschach. De igual modo, los diferentes aspectos de la conducta revelados en un sujeto que entra en contacto con esos estimulos, por ejemplo las caracterfsticas formales de su produccién, el modo de percepcién, el contenido y secuencia en el nivel manifiesto y en otros més profundos, deberian ser susceptibles de caracterizacién dentro de Ja misma estructura de referencia. La similaridad entre estas posiciones teéricas y al punto de vista que ha guiado tadicionalmente el trabajo psicoterapéutico es clara. Pero acaso la pri macfa de Jas relaciones interpersonales en cualquier definicién de la dindmica de la personalidad ha sido considerada una premisa demasiado obvia para que sobre ella pueda construirse una teorfa de la persona- lidad. Sin embargo, en los iltimos afios algunos in- vestigadores en la psicologla clinica, médicos y no médicos por igual, parecen estar reexaminando esta posibilidad. Por ejemplo, Freedman y sus colabora- dores Cop. cit.) al examinar los requisites de un siste- ma te6rico que tome en cuenta Ja personalidad total, inssten partculamente en el punto de que cads varlable ha de poser una referencia interpersonal sistemética, es decir, que ha de guardar relacién con los procesos interpersonales que tienen lugar entre dos. © mAs personas. De modo similar, Harris (1950) in- forma sobre los esfuerzos dirigidos a desarrollar con- ceptos que se adecuen tanto al trabajo terapéutico como al manejo de los tests pscodagnsticos y lege a la conclusién de que el problema principal es el precisar un lenguaje de la interaccién social: hallar variables que definan los efectos sociales de la con- ducta y los indicadores para los que hay respuesta en las ‘situaciones sociales: su conclusién és que “el problema de, la conduct molar es éte: gqué es aciendo realmente el paciente?” Pero para lograr una cabal comprensién de cémo la percepeién de las relaciones personales influye s0- bre el desarrollo de la personalidad y, por consiguiente, sobre la conducta de un individuo en una situacién dada, deben tenerse en cuenta tanto las dindmicas inconscientes como las conscientes, Esto es de parti cular importancia en el empleo de los métodos. pro- yectivos. Desde un comienzo estos métodos fueron ideados para obtener informacién acerca de los con- Flictos y tendencias més profundes que no pueden ser revelados por el sujeto en un examen cara a cara, Los creadores de las técnicas mejor conocidas —del Test de asociacién de palabras, del Rorschach y del Test de apercepcién temética— fueron todos mé- dicos psicélogos. Jung y Murray vincularon clara- mente sus técnicas con su prictica terapéutica, que respondia a un enfoque psicoanalitico, A la vez, en su articulo péstumo (1924) Rorschach muestra que también é] se daba cuenta de la relevancia de las ideas psicoanaliticas para el desarrollo de su método. ‘Mis tarde se ha prestado considerable atencién a la contribucién del pensamiento psicoanalitico al desa- rrollo de las técnicas proyectivas, pero no ha habido un intento de provecdas de una fundamentacién ra- ional que incluya el enunciado sistemStico de con- ceptos que definan las dindmicas inconscientes que estos tests procuran revelar, El ‘desarrollo de los conceptos que pueden em- plearse para caracterizar Jos fenémenos inconscientes constituye, por la naturaleza del material, una tarea dificilisima, “Tradicionalmente, el método de investi- gacién psicoanalitico no permite la observacién inde- pendiente de los fenémenos. El empleo exclusive de una relacién bipersonal ha tendido a acentuar el ais- lamiento de esta drea det conocimiento Bsicolégico de Ja corriente principal del pensamiento y la experimen- tacién, Coaseleneld de ello ha sido el desarrollo de un ampli. cuerpo de conocimientos y experiencias que se rmmalan te ey sje y conceptos peculiar- mente significatives para el proceso terapéutico dentro de una relacién transferencial entre dos personas. En una situacién como esa, el acento recae sobre las telaciones de fantasfa, en comparacién con las situaciones de la vida cotidiana en las que predomi- nan los contenidos de realidad. Acaso sea esta la taz6n por Ja cual la extensién de los conceptos psico- analiticos para caracterizar las relaciones humanas en situaciones distintas de las relaciones terapéuticas tra- dicionales produce muchas incertidumbres, y las co- nexiones entre las dinémicas inconscientes y la ‘con- ducta manifiesta ser todavia oscuras y un tanto nebulosas. és, por cierto, la transmaisién de las ideas psicoanaliticas a personas desprovistas de experiencia 0 entrenamiento directos en la percepci de los procesos inconscientes ha presentado en el pa- sado dificultades insuperables —dificultades de] mis- mo orden que las que experimentan los. analizados para reconocer sus necesidades y temores inconscientes en funcién de sus relaciones con el analista. Este problema de la transmisién, acrecentado por la par- ticular naturaleza de la situacién psicoanalitica expe- imental, ha sido el obsthculo principal para integrar el conocimiento de las dinémicas inconscientes y cons- cientes en una teoria més unificada de la persona- lidad. Dos desarrollos recientes en el campo de la prico- terapia parecen particularmente importantes para la construccién de esa teorfa: primero, el desarrollo de Scanned with CamScanner 2 a teorfa psicoanalitica de las relaciones objetales in- conscientes; y segundo, su aplicacién a la comprensién de la conducta en situaciones distintas a la de la tradicional relacién terapéutica de dos personas. La teorfa de las relaciones objetales inconscientes ha sido desarrollada y elaborada principalmente por Melanie Klein (1948) y Fairbaim (1952)? sobre la base del trabajo psicoanalitico con nifios pequefios y el trabajo colabrstivo,intenso y 2 largo término con adultos?, Estos analistas demuestran que las relacio- nes objetales existen dentro de la personalidad tanto ‘como entre la personalidad y el mundo extemo, y que el mundo interior de las relaciones objetales de- termina de modo fundamental las relaciones del in- dividuo con las personas del mundo extemo. Este mundo interior de objetos —més exactamente, de rela- soe chee s Medcamente el reds des ones del individuo con las personas de que dependido para la satisiaceién de la necesidades pr i infancia y durante las primeras etapas de la maduracién, Durante esos tempranos perfodos de desarrollo, Jas relaciones del individuo con los objetos esenciales, el pecho y mis tarde la madre con el echo, es dnantemente una relacién de fanta- sla: hay poca ninguna capaciad para dference entre uno mismo y el objeto, entre lo que esth dentro y lo que esté fuera, La calidad de las relaciones obje- tales esth tipificada por las férmulas biolbgicas del chupar para Socmrpor, y mis tarde morder y camer para incorporar. Las primeras técnicas simples de Tantener una buena relacién con el objeto, incorpo- rindose lo “bueno” y rechazando lo “malo”, segiin se trate de un objeto que gratifica 0 que frustra, se diferencian pari passu con el desarrollo de las capa- idades del yo del individuo. Segin sea el grado de frustracién y el éxito 0 fracaso de las téenicas emplea- das para aliviar la tensién; esas primeras relaciones fantaseadas y los procedimientos empleados para regu- larlas, persisten y condicionan las relaciones subsi- guientes del individuo con el mundo extemo en ge- eral y con las personas (es decir, los objetos) en particular. Aunque la continuidad genética del desa- rrollo de la personalidad en esos términos no ha sido todavia comprendida del todo, la obra de Klein, Fair- aim y otros analistas britinicos ha arrojado conside- rable luz sobre el ambito y calidad de las tempranas ones objetales infantiles, en los niveles consciente € inconsciente, y sobre cfmo son ellas elaboradas y modificadas por la experiencia ulterior en las “fases 1 Véanse las referencias en casellano de M. Klein y W. RD, Fain on Boat que gu a tain el 2 Esta teoria ha estado implicita en ciertas dreas S as del pen tere pre rule ce nabs 'B a ‘similar, la ‘de analistas Seopl oy Salles C198) 7 Hanes Cone gi en ey pine bs gue an dela HERBERT PHILLIPSON edipicas” ya través de las dltimas fases de transicién de} desarrollo hacia la pubertad y la madurez *. La base de esta teorfa ha sido enunciada por Gun. trip* (1952) en un articulo en el que aplica la teoria de Fairbairn a los estudios sobre la idad ey wuizoide, Dice alli: “El hecho fundamental acerca Aeia neturaleza humana es nuestra tendencia bide nal hacia ba es Oe La Stemi clave bioldgica es la adaptaci organismo al me. dio pra formula eee psicolégica es la relacién de la persona con el medio humano. La significai del vivir humano radica en las relaciones.objetales, y sélo-en funcién de ellas puede decirse que nuestra Vidas tienen sentido —nuestras nec temores, frustraciones, resentimientos y ansiedades en nuestra inevitable bisqueda de los objetus buenos constituyen el problema ral de psicopatologia, porque son el prblena al de Ja vida cotidiana—". Guntrip Pe sigue diciendo que este problema no radica en ciustiin de las Felaciones objetales en el nivel cone jente; que “lo medular del asunto es el mundo re primido de los objetos psiquicos internalizados, los objetos malos y las malas situaciones objetales. Son Jos objetos malos los que se intemalizan, porque no os aceptar su maldad y tamy de jatlos de lado, ni podemos dejarlos librados a si mis ‘mos, ni podemos ensefioreamos de ellos o contrularles St tena ec) lcm saat chando por poseerlos, por alterarlos y cambiarlos en desta realidad. int Por objetos buenos en nuestra ata je, cuando muesas neces primis as relaciones goce y perviven como te satisfechas por 1a experiencia externa, implicads fon objets de cuerdos, formando asi la base de las relaciones fur dadas en la realidad con las personas, en la vida ulte riog; pero "las Fantasias, en las que los objetos inter nalizados revelan su existencia a la conciencia, sn actividades de las estructuras que constituyen las 1 lacignes objetales intemalizadas. En la vida adulta Jas situaciones de la realidad exterior son inconstiew temente interpretadas a la luz de esas situaciones que persisten en la realidad inconsciente interna, puramen- te psiquica, Vivimos en el mundo exterior con las emociones engendradas en el mundo interior”. Las recientes aplicaciones de la teorfa para caracte vat I conduct fuer de la stain envcanens psicoanalftica personas, ilustran su para la. psicol de n prepitny pas los fis proyectivos. Money-Kyrle (1951) muestra obmo las relaciones objetales reprimidas, con su sistema de im genes y sus impulsos, son el fundamento de las “creer clas y expectativas” que determinan la conducta mls i seha ‘sobre Ia base de esta teo- la pic Para tales ‘el lector ee + Consihese la bit castellana. [S.] Scanned with CamScanner ‘TEST DE RELACIONES OBJETALES B la vida adulta y apunta a la influencia de esos siste- mas dindmicos sobre los procesos de aprendizaje, pues esas “creencias" estén excluidas de la prueba de con- sistencia, tanto entre si como con la experiencia real consiguiente. Esas creencias e imégenes inconscien- tes se nos muestran “funcionando como percepciones en cuanto ellas expresan aquellas expectativas que constituyen la creencia en la realidad de un objeto percibido. La respuesta emocional de cualquiera bajo fa influencia de lo que se lama ‘fantasta inconscien- te’ es, por consiguiente, la misma que se produciria si la fantasfa fuera parte del mundo perceptual”, Ezriel (1950 y 1951), en sus enunciados de las hipétesis que él deriva de la teorfa de las relaciones objetales para caracterizar lo que ocurre en un grupo cuando se adopta un método estrictamente psicoana- Iitico de terapia, ha esclarecido cémo y en qué tér- minos esas fantastas inconscientes se sobreimponen al campo de estimulo, Las relaciones que los pacientes intentan entablar entre sf y con el terapeuta en un son determinadas por sus relaciones con los ‘objetos de Ja fantasia inconsciente. Estas relaciones son concebidas como sistemas dinémicos que son los residuos de conflictos infantiles no resueltos con las per- sonas C“objetos”) de las que el individuo dependia ara la gratificacion de sus necesidades biolégicas en Ee tsadies tempranos de su desarrollo, En un intento de encontrar alivio de las tensiones que resultan de 50s conflictos no resueltos, el individuo transfiere 0 sobreimpone esos objetos inconscientes a las personas de su ambiente presente, por ejemplo, al analista y alos pacientes que estin en el “aqui y ahora” de la situacién grupal'. La conversién en conscientes de esas relaciones transferenciales mediante la interpre- tacién se convierte en la fuente principal del proceso terapéutico, y sélo cuando su naturaleza y las ansie- dades asociadas con. ellas han quedado ‘plenamente al descubierto, pueden construirse relaciones con el mundo extemo més ajustadas a la realidad. El terapeuta y los miembros del grupo representan los rasgos dominantes del campo de estimulo, exacta- mente como en la entrevista tiva el psicélogo inico y las Miminas del TAT, o las manchas de tin- ta del Rorschach constituyen ‘la pantalla de proyec- cién. Ezriel (1950) ha sugerido, con ejemplos de sesiones de grupo, que la bdsqueda del rol (rol-see- king) y la asignacién de roles Crol-giving) por Jos miembros individuales de un grupo representan los intentos de los individuos de resolver Ia tensién co- 1 Ea Ezriel extiende esta hipétesis a toda la con- ducta (1950); “Nuestra conducta, por consiguiente, esti go- bernada no s6lo por onscientes y exigencias am- también es. min del grupo, el “comin denominador de las fanta- sfas inconscientes dominantes de todos los miembros”. Ha sugerido también que el rol que asume cada miem- bro del grupo representaria su método de enfrentar las vaneioaded saociee4°.e30 problema comin del grupo; por ejemplo, las ansiedades de que el tera- peuta’ no ser4 capaz de mantener el control si las fantas{as_inconscientes ee a exteriorizaran en el grupo, o que é| pueda rechazar al grupo, o que el snp que si en realidad In condicion sine qua nom para obtener ayuda (y también fuente de segu- ridad), se desintegrard. Esas secuencias dinémicas toman forma en térmi- nos de contenido manifiesto, que varla en su aparente cercania 0 lejanfa respecto a Ia situacién real del gru- po. En ccasiones algiin estimulo accidental dentro de la situacién inmediata es utilizado por el grupo- con un grado tal de elaboracién que permite el cotejo con Jas respuestas al test proyectivo en un contexto: algo més familiar. in una sesién de grupo ocurrié que en un pequetio izarr6n que estaba en la habitacién se advirtié tres ragmentos de trazos de diverso grado de ambigitedad. E] primero parecia representar claramente cinco lineas con tna nota musical sobre ellas; el segundo, dos Ii- neas paralelas trazadas horizontalmente, y otras dos que partfan en dngulo hacia abajo; el tercero, algu- nas Tineas curvas y angulosas, que podia suponerse representaban partes de figuras humanas. Después de unos veinte minutos en que habla sido dificil encon- trar un tema comin, y de muchos silencios, un miem- bro del grupo atrajo Ia atencién sobre esos dibujos, diciendo que Io tenfa intrigado qué podia significar todo eso. Inmediatamente se le sumaron tres 0 cuatro de los otros miembros; uno diciendo que quizés la habitacién se utilizaba para alguna actividad musical, otro que quizés se lo empleaba para ensefianza y que aquellos eran esquemas explicativos para el alum- no, y un tercero, que a él le parecla que las Iineas de absjo repesentaban figuas sin cabera —oomo a alguno lo hubieran ejecutado. El tema comin del grupo tenfa aqui que ver con el deseo de descubrir qué ocurria en esa habitacién entre el terapeuta y el coterapeuta cuando el grupo no estaba allf. La seleccién de ciertas partes del cam de estimulo, y la significacién que cada miembro les atribufa estaban claramente vinculadas con las fanta- sfas de cada individuo en tomo a este tema comin. Enmascaraban y expresaban a la vez sus deseos incons- cientes con respecto a los dos terapeutas, buscando a qué atenerse sobre si haba armonia, es decis, una bue- na relacin entre ellos; si existia una relacién agresiva, © si uno de ellos estaba en situacién subordinada de discipulo. En esta particular situacién grupal, los miembros se hacian cargo de un problema coméin del grupo, que expresaba a tensién que todos ellos experimen- taban, surgida de fantasias inconscientes, sobre la clase Scanned with CamScanner 24 HERBERT PHILLIPSON de relaciones que existia entre los dos terapeutas. El grupo como un todo, y los miembros individualmen- te, proyectaban el problema sobre un campo de esti mulo que, por casualidad, estaba en Ja habitacién en ese momento dado. La presencia del pizatrén, con el trabajo en él realizado, representaba algo que ocurria en aquella habitacién cuando el grupo no estaba alli, EI grado de ambigiiedad en el campo de estimulo per- mitia la expresién de la necesidad del grupo con el suficiente anonimato es decir, los terapeutas. Cada miembro individual del grupo tenia as{ la posibilidad de emplear el estimulo, total o parcialmente, para re- Presentar una fantasia que resolverfa la particular espe- ie de tensién que él o ella estaba experimentando en relacién con el problema comtin del grupo. Por ejemplo, el miembro del grupo que en el estimao vio uns prue ba visible de una relacién maestroalumno entre los terapeutas, era una mujer que en una sesién anterior habla expresado su fantasia desderativa de poner al co terapeuta en un rol inferior, en sus aspectos intelec- tuales, al del otro terapeuta, esto es, de mirarlo como a alguien “que no cuenta para nada, Procediendo asf tenia la posibilidad de evitar el enfrentamiento en la realidad con las ansiedades derivadas de sus deseos in- conscientes de separar a sus padres y tomar el lugar de la madre, pues si la madre no cuenta, entonces no hay situacién de rivalidad. La psicoterapia de grupo brinda una situacién pro- yectiva particularmente ventajosa si intentamos estu- diac la personalidad en funcién de la teorfa de las relaciones objetales, pues alli la dinémica de la nalidad puede observarse directamente en funcién de las relaciones con el terapeuta y entre los miembros del grupo, mientras que en la mayoria de los tests proyectivos Ia dindmica de la personalidad sslo puede verse en su tacién simbélica. Este enfoque teorético del problema, junto con las oportunidades que proporeiona Is pscoterapia de grupo para esl recer los conceptos que caracterizan las dindmicas de las relaciones interpersonales, ofrece muchas posibili- dades para formular hips fructifers pars la cone truccién y aplicacién de las téenicas proyectivas. Dentro de este planteo es posible estudiar bajo con- diciones controladas las “estructuras bésicas de la per- sonalidad” que caracterizan las “hipdtesis” 0 “expec- tativas" de Bruner, 0 los “mundos privados” de Frank. De acuerdo con las formulaciones de Ezriel Cop. cit.) pace que, en respuesta una stuaiénesimulo dada, los procesos de percepcién sepuirfan operando a través, de un sistema tensional que incluye tres procesos in- terrelacionadost i. una relacién fantaseada con un objeto, resul- tante de la fruswacion de una necesidad bielgica tem- prana, Esta relacién fantaseada representa un modo Primitivo de gratificar la necesidad de tener trato con el objeto Frustrador, ii, una relacién fantaseada en funcién de las con- secuencias temidas de esos deseos agresivos; por ejem- plo, el temor de destruir el objeto, de ser rechazady por el objeto, o el temor de retaliacién o represaliay del objeto 0 de objetos ligados a él; iii, relaciones objetales defensivas construidas. con el fin de evitar el enfrentamiento con tales conse. cuencias en la realidad. La funcién dindmica de esas relaciones es habérsclas con Ja ansiedad resultante de esas fantastas agresivas caracterizadas en el parigrafo anterior (i). Esas relaciones defensivas son interpues tas por Ja experiencia basada en Ja realidad que ef individuo tiene de las personas, es decir, de su riencia aprendida, en tanto que algo distinto de sus creencias y expectativas inconscientes. El resultado de este proceso dindmico, en una si tuaciénestimulo dada, es Ia conducta manifiesta. Dicho en términos més generales: en cualquier se cuencia de conducta en una Seacsain dada por ejemplo, una situacién social fica, una Ie mina del TAT 0 una presentacién de mancha de tinta del Rorschach), el examinado haré una seleccién en el campo perceptual y estructurard lo que él elige para adecuatlo a las relaciones objetales inconscientes que fantases en su vida temprana para satisfacer una necesidad primitiva, Al mismo tiempo caracterizaré lo que 41 ve en funcién de las relaciones objetales construidas para protegerlo contra las consecuencias que teme podrian’resultar de sus deseos inconscientes. E] individuo intentard también aliviarse de esos siste- mas tensionales inconscientes sin violar las reglas y Ja lbgica impuestas a él por su conocimiento conscien- te de la realidad externa, Aqui sus capacidades inte- lectuales serin el principal mediador. Pero en cual- guierstuacin en que esté bajo el predominio de le fantasia inconsciente, la eficiencia intelectual y la del yo se debilitarén y con ello la tensién resultard in- crementada més que controlada. Cuando, al contra- tio, la tensién inconsciente es aliviada con relativa fa- cilidad por los esfuerzos defensivos, quedan a di sicién del individuo un amplio margen de libertad y de recursos emocionales para emplearlos en relaciones con el mundo externo basadas en la realidad. En tales circunstancias las relaciones del individuo con las. otras personas se guiardn en mayor ‘medida por la apreciacién realista de la individualidad de los. otros. y Ia tolerancia para con ella, Las semejanzas y dife- rencias serdn percibidas por lo que son, més que por indicadores que inviten a Ia satisfaccién de una nece- sidad primitiva 0 que representen la frustracién de esas relaciones de necesidad 0 que intensifiquen las ansiedades ligadas a ellas. Segiin los enfoques tebricos que acabamos de resu- mir, debe quedar en caro que toa muestra de co ducta contendré huellas de las tres “fases” 0 procesos del sistema tensional arriba descritos, y que en toda secuencia conductal en una situaciénestimulo dada el predominio de una u otra “fase” puede ponerse de manifiesto por el esfuerzo en obtener el alivio de la tensién. Esta secuencia dindmica alternante puede Scanned with CamScanner ‘TEST DE RELACIONES OBJETALES verse, ya en el pequefio contexto de una respuesta individual, ya en un contexto més amplio, a través de tuna serie de respuestas, En las situaciones sociales cotidianas, a Ia eficacia de los mecanismos defensivos se suman las oportuni- dades para una conducta convencional, de modo que las huellas de las relaciones objetales inconscientes, que sin embargo contribuyen a la individualidad del comportamiento, tienden a oscurecerse, Esencial para el empleo de una situacién de test proyectivo es obte- ner una muestra de conducta en la que los compo- nentes ofensivos y defensivos, tanto en el nivel cons- iente como en el inconsciente, se revelen més clara- mente. Tradicionalmente se ha hallado que sirve a esta finalidad la ambigitedad del material-estimulo, tal como el papel nodirectivo del terapeuta sirve en la situacién terapéutica. La comprensién precisa de este factor y de las variables ligadas a él es decisiva para la construccién de un test proyectivo y para di- rigit su aplicacién, ‘Conforme a esos enfoques tebricos es posible aislar algunas variables fundamentales para esclarecer los sistemas tensionales dindmicos en funcién de las rela- ciones objetales. Pueden considerarse cinco variables, © més bien sistemas de variables interligadas, que.ope- ran en la situaciOn-estimulo inmediata, I La situaclén motivactonal. Por lo general se coincidiré en que se requiere una suficiente implicacién de la personalidad total para ue los componentes, inconscientes y.conscientes, se ieguen plenamente en respuesta a la situacién- estimulo inmediata. El factor més importante en ese sentido de la implicacién de la personalidad es la aceptacién misma por parte del individuo de la situa- cién como adecuada y potencialmente coadyuvante en sus esfuerzos por obtener el alivio de la tensién y, en particular, la posibilidad de transferic las relacio- ines objetales inconscientes sobre la relacién elinico- paciente como parte de este esfuerzo. & La experiencia de dolor y tensién en la relacién con el mundo de las personas y las cosas proporciona un conjunto motivacional dentro del individuo, La situacién clinica, que entrafa relaciones profesionales médicas y para-médicas, por lo comin’ es apropiada para la investigacion de las dificultades personales y Frivadas. Por favorables que sean esas fuerzas moti vacionales, la capacidad de revelar los. sistemas ten- sionales més primitivos en forma precisa requiere habi- lidad terapéutica en el rol adoptado por el investiga- dor, Con el terapeuta Ja tarea es més fécilmente aceptada por el sujeto: el hecho de que sea un tera- peuta hace permisible Cy “seguro”) para el paciente situar en él algunos aspectos de sus objétos incons- ientes; y la conducta no-agresiva del terapeuta y su habilidad anal hacen cada ver més posble que el Paciente proyecte esos objetos en vatiados aspectos UNIVERSIDAD ANDRES BELLO BIBLIOTECA 25 asociados con necesidades y temores cada vez més primitives. Cuando los métodos proyectivos son em- eados por el psicblogo, la orientacién de la tarea Foacia la terapia influye sobre el conjunto motivacional en esta direccién, a la vez que el comportamiento del psicélogo, a medida que el paciente sitta en él cies- tos objets inconscentes (simbdlicmente represents ddos también en las respuestas a los estimulos del test), le hace posible al paciente continuar proyectando es0s objetos con parecida o creciente claridad, confor- me debe enfrentat la secuencia de estimulos. En am- os casos, Ia conducta permisiva del examinador muestra al paciente que en realidad él no confirma las ansiedades y catéstrofes que forman parte de sus fantasias inconscientes, y por consiguiente es proba- ble que esas fantasfas afloren a la superficie en mayor numero. En otra parte hemos examinado (1953) con ejem- plos la influencia de la relacién transferencial desarro- llada en una entrevista psicodiagnéstica. A fin de eva~ Tuar Io que se ha logrado en. Jas respuestas a los esti- mulos del test, es importante reconocer Ia, relacién transferencial predominante del sujeto con el psicblo- go. Esto puede reconocerse a través de la conducta y las respuestas al test, proyectindolas sobre el fondo de los problemas, expresados por el sujeto y los deta- Iles de ‘cémo ha ‘llegado a la presente entrevista. La relacién transferencial dominante suministra la pers- pectiva desde la que el examinado hace sus intentos para lograr, el alivio de la tensién, Donde domine una clase de relacién transferencial diferente, el cua dro de la personalidad dindmica se daria en una pers pectiva diferente. Una vez. averiguada esa. relacién, ¢s posible examinar las respuestas y Ja conducta sab siguientes del individuo, evaluar los roles y el cambio de rol que el sujeto.csume al tratar de resolver la tensién inconsciente, e incluso el alcance y_efieacia de sus roles defensivos, tanto en el nivel inconsciente como en el consciente, Este: eonocimiento de lo que para el sujeto signi- fica In suacién de la enteevista el test proyecto, es-necesario tanto. para manejar los. procedimientos. tomo pera comprender le cooductsy lor date obtent dos, Ese conocimiento entratia que la comprension del examinador acerca de lo que esté sucediendo en la entrevista va aparejada con’ la comprensién de su examinado, De esta suerte podré manejar las ansiedades que puedan impedir al sujeto entrar en la tarea 0 com- Pletatla’'y asimismo suministrar una adecuada cond? Gién en el sujet para Hlegar a la finalizacién después de'lo que puede haber sido’ una experiencia tensio- nante, Esta comprensién también puede servir de var liosa guia ie conducir el interrogatorio, en particu- lar acerca de qué puntos han de hacerse inquiticiones més detenidas y hasta dénde debe avanzarse sin pro- ducir demasiada ansiedad. El grado de plenitud y\profundidad de compren- sién por parte del psicélogo de este aspecto del desem- Scanned with CamScanner 26 s8o del examinado dependeré, en gran medida, de su bilidad y experiencia. Por ejemplo, es bastante fre- cuente que el examinado dé claras muestras de que vive la situacién del test como algo muy semejante a una situacién escolar, cargada de fuertes ansiedades en torno a sus relaciones con la autoridad. El acento puede, caer sobre el temor a equivocarse, sobre Ia an- siedad de desafiar a la autoridad 0 de someterse a sus requerimientos. El significado més profundo de esas ansiedades y deseos inconscientes se revelardn menos claramente. Siempre se tendré a mano infor- maciones (aunque no siempre se las entienda) que proporcionen hipétesis acerca de su naturaleza a par tir de cémo el sujeto hace la seleccién dentro de la situacién total que se le presenta y de cémo estructura y asigna significado a lo que selecciona. Cuando una situacién del test proyectivo se adecua ‘en algiin aspecto importante a la ansiedad dominante que el sujeto trae a la entrevista, el resultado sobre su produccién (y, claro esté, sobre el sujeto mismo) puede ser particularmente notable, En tales casos no se acusaré el despliegue de deseos inconscientes, siedades y defensas més comtin en ese sujeto. El cu dro que ofrezca seré tipico del sujeto, pero en un estado de derrumbe 0 préximo al derrumbe. Por ejemplo, en un caso comunicado por Malan y Phillip- son (1955), a un paciente que habla mostrado signos de desorden paranoide y psicético en una entrevista, se le invité a ser examinado con el Rorschach dos 0 tues dias después de esa entrevista que é1 habia decla- rado constituir la peor experiencia de su vida. Su produccién en el Rorschach revelé una condicin psi Cética manifiesta, con defensas tan inadecuadas y un contacto tan incierto con la realidad que podria haber- se justificado que se indicase hospitalizacién. Sin embargo, después se puso en claro que el paciente habfa venido a la institucién dominado por la ansiedad de que se le extenderia un certificado de insania, y ya traspuesta —con gran esfuerzo— Ia entrevista psi- quidtrica sin que ello sucediera, la propuesta de un Ror- schach reforeé su ansiedad, circunstancia que parece haber sido la causante de un derrumbe psicbtico tem- perso en Ia snacin de test. La sugerencia que se Je formulé de que se sometiera a tratamiento como Paciente externo, muy poco después le facilité una salida terapéutica de esta experiencia, y en un retest que se le aplicé algunas semanas més tarde, si bien mostré los mismos psicéticos, revelaba una per- fonalidad mucho mds integrada —un cuadro bastante mis coincidente con el que se habfa hecho el psiquia- tra acerca de ese paciente durante el perfodo inter- medio, ‘A menudo pueden verse muy claramente casos se- mejantes —si bien menos draméticos— del efecto de Ja situacién cuando un paciente es entrevistado pri mero por un clinico de un sexo y luego, para los tests proyectivos, por un psicélogo del sexo opuesto, Es asf como tanto la situacién en su conjunto como HERBERT PHILLIPSON 1 estimulo proyectivo presentado —por ejemplo, unay Iémina que exhiba una cierta situacién 0 una mancha| de tinta—, pueden aparearse con Ia situacién inhe rente en Ja fantasia dominante del paciente, esto es,! puede representar una situacién de relacién objeta] imilar a aquella que ha desarrollado la fantas‘a incons. ciente dominante (véase iii, pag. 24). De paso debe sefialarse que la relevancia de esta variable, el conjunto motivesional © significado de la} situacién para el sujeto, ha de considerarse en el tra- bajo experimental con entera independencia del cam- po clinico*, IL Los grados de tensién on Jos sistemas tensionales del individuo antes definido, El grado de tensién dependeré, bésicamente, de cier- tos rasgos innatos de la personalidad tales como la “exci- tabilidad” general y la tolerancia a la frustraci6n y ab dolor, junto con la magnitud del dolor que el individuo ha experimentado en la frustracién de sus necesidades primitivas. La fuerza de tensin resultard de la imy fancia que para el individuo, como organismo en des arrollo, tengan las tempranas relaciones de necesidad cues, La difusén o ablamieno de la tensién de- ler de esta experiencia juntamente con la capaci- ER del sndiviluo de desma modos de hacerse cargo de sus malos objetos internos y de preservar al mismo tiempo sus buenos objetos en el mundo exterior. La sore aly sido sefialada varios autores. Por eje ‘Sells (1952: i ae, ep al CE) 5 8 z 8 3 = t 3 oF a un mismo estimulo) y en expresan le tesaided de moar Kerio’ pee podcast come sopest de que la persistencia aqui representada no es Jo que podsia amarse un simple rasgo ico como el “tejido tardio” (el umbral auténomo: se trata de coraje en una situaciin specifica por Ia sutoridad.” ‘Maddox (1952) informa sobre un experlmento con el test de persistencia dinamoméica en que se most que el de fempefio del sujeto era en buena parte una funcién de ls selaciones de los individuos presentes al realizase Scanned with CamScanner ‘TEST DE RELACIONES OBJETALES 7 medida en que sus relaciones conscientes con los objetos tempranos confirmen o invaliden las relaciones de fan- tasla inconscientes, construidas en respuesta a la frus tracién, influiré sobre el alcance y eficiencia de los métodos para hacerse cargo de la tensién. Cuando la tensién es grande el individuo tenderd a sobreimponer al campo de estimulo sus relaciones con los objetos inconscientes de su fantas'a, en forma directa 0 claramente simbélica, con prescindencia de situacin de las relaciones objetales externas ‘© no, se adecue o no, a su sistema tensional inconsciente, y su capacidad de anoticiarse de los rasgos. de realidad de los estimulos puede debilitarse en algu- nos importantes aspectos, Cuando la tensién es grande y las defensas fuertes, las relaciones objetales incons- cientes pueden sélo a distancia y simbélica- mente, y la naturaleza ica del deseo inconsciente y las consecuencias temidas pueden ocultarse., Ellos iran mostrarse més directamente en respuesta’a una situacién-estimulo particular que “encaje” 0 “calce” en el sistema dinémico subyacente, es decir, cuando aumenta la tensién, segiin se explicard Iuego. De este modo, en general, las muestras del grado de tensién en un sistema dinémico pueden provenir de la evaluacién de discrepancias perceptuales y de la dis- tancia, desde la superficie, de las dindmicas inconscien- tes en relacién con el esfuerzo defensivo. Pero, segin Se ee er io ninnite uencneertana les jue se definen en los parégrafos siguientes, influyen Saa'el grado de tensién que experimenta la persona- idad, asf como sobre el modo y la medida en que se Ja maneja en situaciones especificas. IIL El “encaje” © adecuacion entre Is sttuactén-estimulo y los sistemas tensionales din4micos del individuo, Cuando Ia situacién-estimulo est estructurada! de tal manera que “encaja” o se aparea con los sistemas tensionales nantes en el individuo, la tensién se incrementaré. Puede ocurrir que la situacién estruc turada se adecue a una situacién conflictual irresuelta del individuo; de ello resultaré amenazada la gratifica- cién de una necesidad temprana y tal vez sobrevengan sentimientos primitivos de célera. Estos sentimientos pueden entrar en conflicto con la necesidad de preser- var el objeto frustrador, por ser también un objeto ne- cesitado, y asimismo entrar en conflicto con la necesidad evitar las consecuencias de tales deseos destructivos en funcién de retaliacién 0 represalia. Por ejemplo, en una situacién de terapia de grupo, cn la que for pacientes han transferido sobre ef tera. peuta algunos sspectos de su necesidad de dependencia, la situacién de que él los deje y entregue al cuidado en el sen- ‘sino mis de otro terapeuta, se adecuaré de diversas maneras = las fantastas de los pacientes acerca de ese rechazo (se adecuaré, por ejemplo, a tempranas situaciones en las ue los pacientes dependian de un personaje parental ps Jos rechazé en la fantasfa y/o en la realidad). Los: pacientes, individualmente, expresarin sus ansiedades. ‘en tomo a las consecuencias de los deseos inconscientes. provocados por esa situacién de diversos modos anéloga,. que dependerin de las caractertsticas de sus propios. sistemas tensionales individuales —por ejemplo, en funcién de rechazo, represalia, destruccién de un rival con la consiguiente represalia por el consocio del rival, etc. Una situacién que se aparea a una situacién subya- cente de relacién objetal y que al mismo tiempo reduce las posibilidades del paciente de emplear defensas bien estcblecidas, puede significar un cambio importante en le psicoteapia. Por ejemplo’, una paclente que habia buscado ayuda psiquidtrica para su frigidez y sus rele- ciones generalmente insatisfactorias con Su esposo, urien- tras formaba parte de un teraptutico mixto, pudo: ccultar.su intensa hostilidad contra los hombres. y six sulysennia intencién de incitarlos a pelearse por ella mediante un despliegue de coqueteria y desempefiando un rol defensivo de muchachita sencilla e inocente. La dindmica principal de su problema slo se revel. cuando las otras mujeres del grupo estuvieron ausentes. Entonces te vio enfrentada €on la situacién. de tinica mujer presente entre los tres miembros masculines del grupo. Esta situacién se apareaba muy estrechamente: con su propia situacién familiar, y en el momento en que estuvieron ausentes las mujeres del grupo, en las que ella venfa respaldéndose para reasegurar sa con- ducta ofensiva y defensiva, se puso te: ansiosa. a anne de la naturaleza de esta ansiedad, le que irfa provocar intensa entre los. hombres, evo a la superficie su icc eagle: sub- yacente, Esta cia terapéutica fue el pumto de. partida de una fase de répido progreso en el tratamiento. de la paciente. Més ejemplos de respuestas a situacio- nesestimulo especificas en la psicoterapia de grupo se: encontrardn con cierto detalle en Ezriel Cop. cit.) y en el autor (1953). Un ejemplo particularmente Mamativo de las re puestas de una paciente a las ldminas de un test pro~ yectivo que encajaban en uno de sus principales siste~ mas tensionales, se encontraré en el lo de los studios de casos que se compendian en el Capitulo III, Tres de la serie de ldminas utilizadas presentan situa- ciones sbigus de tres s, y en los relatos que produjo en dos de ellas, la paciente traté las situaciones como si fueran de dos La investigacién de- mostré que, aun casaado M miayetis dale ‘sujetos visua- Iizan estas situaciones como les, ella, en rigor, no vela la tercera persona. Su én de las situa. ciones y su manera de tratarles revelan su necesidad 2 Esta flustracién se la debo al De. John Kelmar, Scanned with CamScanner 2B HERBERT PHILLIPSON dominante de ser atendida y su hostilidad inconsciente contra toda rival. En términos de su inconsciente, a la tercera persona se le da muerte. Omitiendo la visuali- zacién de esa tercera persona, ella logra la exclusividad de la atencién, y evita al mismo tiempo enfrentar en la realidad los celos y la hostilidad extremados que susci- tarfa el reconocimiento de esa situacién tripersonal. En un test proyectivo el sujeto sobreimpondré a la situacién-estimulo el esquema de relaciones objetales que mejor se preste para operar en funcién del sistema tensional dominante del individuo. El grado de claridad on que las relaciones objetales inconscientes se pro- yecten sobre tales situaciones depende del grado de iensién, de la medida en que la situacién se aparee con las hipétesis inconscientes del sujeto o las confirme, y de los rasgos de realidad concomitantes de la situacién, que puedan confirmar o contradecir esas hipétesis. IV. Bl contenido de realidad de 1a situacién-estimulo, En el trabajo proyectivo se utiliza material ambiguo, ues ese tipo de material deja al sujeto librado a sus ropios recursos y le permite revelar més claramente las actitudes y expectativas con que mira al: mundo exterior, Viene aqui a cuento lo que dice G. Murphy (1947): “Cuanto més fuertemente organizada y mejor estructurada esté la armazén del mundo, menos puede set gobernada por la armaz6n interna; cuanto menos estructurada esté, més la gobiemna Ia armazin interna”. De un modo similar Bruner y sus colaboradores (1951) hhan demostrado experimentalmente que: cuanto més ambiguo sea el estimulo, més eficazmente servird: para confirmar las “hipétesis” basadas en la personalidad, En funcién’de nuestro presente enfoque tedrico esta Proposicién’ puede reenunciarse as{: cuanto mds ambi- gua sea la situacién-estimulo, més factible seré para el individuo estructurarla en funcién de sus sistemas ten- sionales dominantes; en cambio, cuanto més definido sea el contenido de realidad del estimulo, m4s comple- tamente’ser4 ocultada Ja naturaleza de os deseos y te- mores inconscientes. Vinculando esta proposicién con la variable anterior, puede decirse asimismo que: cuan- to més concuerda tuna situacién con la situacién de la relacién objetal inconsciente y/ menos contradiga sus ccreencias con a otros rasgos de la realidad, més plenamente el estimulo se moldeard sobre la estructura del sistema tensional subyacente. En una situacin as, la medida en que los rasgos de realidad del est{mulo sean ignorados, violados, sobreacentuados de una ma- nera sobrevigilante, o utilizados constructivamente, de- penderd de Ia fuerza del yo y de la clase de defensas a su _disposicin. Por ejemplo, slo cuando la tensién, es muy intensa y el yo y sus defensas débiles, una siaciémestinulo ‘popula’, tl como la dress popu lares en las Minas del Rorschach, puede resultar muy modificada. En las m{nimas variantes introducidas en Ia utilizacién popular del estimulo, asi como en la seleccién y sobreacentuacién que se haga de sus rasgos, particulares, pueden denotarse las necesidades incons. ientes temidas. ‘La capacidad del yo para utilizar la realidad externa, ves en rma defeasiva pa ‘oontioler ls Fuerezs fy conscientes, 0 creadora para entrar en trato con él mundo, depende de la medida en que ¢l individuo ha reprimido —y que por ello mismo no ha podido modificar— las fantasias dominantes en su visién del mundo durante la infancia, Pero cualquiera sea la fuerza del yo y el alcance y eficacia de sus defensas, la ambigtiedad 0 controveriibilidad de una situacién- estimulo hace més permisible para el individuo colocar. sobre ella aspectos de sus relaciones objetales incons- cientes en un intento de aliviar la tensién. El grado méximo de estructuracién de la situacién-estimulo que permita una clara expresin de esas relaciones objetales inconscientes dependerd de las posibilidades inherentes a Ja situacién total de darles forma y significado, recon- ciliando Ja estructura subyacente de la personalidad con las formas conscientemente aceptables. V. El “contexto de realided” en que 1s situaciénestimulo ‘so presenta, Una influencia adicional sobre el valor estimulante de una situacién es el “contexto de realidad” en que se presenta el contenido estructural. En la terapia ello se vincularia con el clima emocional de la situacién, va- riable con la individualidad del terapeuta Cy 'con Jos otros miembros del grupo) y con la secuencia de los acontecimientos. También en los tests. proyectives se vincularia con esos factores, pero, ademés, con el.“con- texto de realidad” del estimulo. Por ejemplo, en las manchas de Rorschach, textura luminosa, negrura y color parecen poser, valores similares de estimulacién. Estos rasgos de una situaciénestimulo parecen incre mentar las necesidades y ansiedades especificas conte- nidas en los sistemas tensionales impuestos sobre la estructura principal de la situacién. Asimismo ellos in- fluyen tanto sobre el tipo de defensas movilizadas como sobre su eficacia operativa. Representan, también, in- dicadores significativos para el sujeto, en funcién del calor 0 frialdad aparentes, de lo que invita y amensza en el sentido de las relaciones humanas implicadas en la situacién, Su efecto tiene mucho en comin con la contratransferencia en terapia, Una més precisa definicién de esas variables y la erenctelia de su interrelacién en funcién del punto le vista teorético que aqui se expone, requerirh la observaciin sistemética de la conducia en. cuacionts ey tiendan a iluminar la movilizacién de los sistemas lin&micos inconscientes y conscientes. Un primer paso en esta direccién ser4 prestar la debida atencién, al construir y aplicar los tests proyectivos, a las cinco variables —mejor dicho a los cinco grupos de varia bles— aqui examinadas, El Test de relaciones objetales que a continuacién vamos a describir intenta desarrollar un método de e* Scanned with CamScanner TEST DE RELACIONES OBJETALES 29 ploracién de la personalidad fundament la peranalica. de Ins slacones sbpalas panne construccién del test, el mé de administracién y % téenica de interpretaciin derivan de los conceptos puestos en las péginas precedentes, Las principales variables que se utilizaron en Ia construccién de situ cionesestimulo, se vinculan con las descritas en. los anteriores pardgrafos m1, rv y v, relacionadas con: A.—EI contenido de “objeto” —rids precisamente, €l contenido de relacién objetal. Este repre- senta el valorestimulo primario, B.—El contenido de realidad: el grado de estric- tura y el monto de contenido de realidad dis ponible en una situacién, que puede confir- ‘mar 0 contradecir las expectativas inconscien- tes y proporcionar material defensivo, C.—El contexto de realidad, que se vineula con la atmésfera de la situacién, su calor o frialdad faparentes, o la invitacién o amenaza implicada cn Ia situacién, Se ha intentado brindar_un io de estimu- los que abarque las situaciones bésicas de las rela- ciones objetales. Estas situaciones sociales o “situaciones objetales”, as{ como los rasgos de realidad de las léminas, hhan sido variados sistemdticamente dentro de la serie. A fin de iluminar intensamente los procesos tuales y las discrepancias dentro de ellos, en su grado estructura o de ambigiiedad nuestras léminas se aproxi- man més a las de Rorschach que a las del TAT. Tam ign las otras caracteristicas de la presentacién que afectan al contexto de realidad dé las situaciones se rntan con los valores de sombreado, oscuridad y color del Rorschach. Scanned with CamScanner

También podría gustarte