Rocas metamorficas

Complejo Metamórfico El Cepo.

En cuanto a rocas estratificadas, o de protolito sedimentario, las más antiguas en el
área de estudio corresponden al denominado Complejo Metamórfico El Cepo (Mpodozis
y Cornejo, 1988), quienes definieron de esta forma a un conjunto de rocas
metasedimentarias variadas, que afloran en el portezuelo homónimo, como localidad
tipo, pero que regionalmente se distribuyen desde las latitudes de San Félix hasta el
valle del Elqui. Su ocurrencia está ligada a pequeños afloramientos en formato de roof
pendant o megaxenolitos dentro de rocas plutónicas de edades Pérmico-Triásico. La
relación de contacto es variada y cambia dependiendo de la localización del
afloramiento; en la zona más al norte se ven intruídas por los Intrusivos del Carbonífero
Superior, el Complejo Plutónico Chanchoquín y el Complejo Plutónico Guanta. En el
área más meridional, en tanto, se añaden intrusiones de las Tonalitas Quebrada Balala
y Metadioritas del Estero Los Tilos, así mismo, se disponen infrayacentes a la
Formación Pastos Blancos, con quienes representan una inconformidad.
Litológicamente, este complejo corresponde a rocas metasedimentarias representantes
de distintos grados de metamorfismo; uno de bajo grado representado por metapelitas y
metarenitas, que aun preservan en ciertos casos la textura original de la roca y que
están compuestas principalmente tanto por cuarzo y feldespatos detríticos, como por
neominerales principalmente albita, sericita y minerales máficos bandeados. Otro tipo
litológico, representativo de un grado distinto de metamorfismo, corresponde a
esquistos micáceos de textura lepidoporfidoblástica con porfiroblastos de sillimanita,
cordierita y localmente estaurolita. Así mismo, se presentan rocas corneanas en
proximidad a cuerpos intrusivos. La variedad litológica ha sido asociada a la diferencia
en proximidad a las que se hallan las litologías de este complejo metamórfico con
respecto a los distintos cuerpos plutónicos que le intruyen.
Edades para esta formación han sido descritas tanto para el protolito como para dos
eventos metamórficos. Velásquez (2015) presenta edades de entre 492 a 442 Ma para
el protolito, señalando a esta última como edad máxima de depositación, datos que
resultan similares a los descritos por Ortiz y Merino (2015), quienes señalan edades de
472 a 447 Ma, complementando la edad máxima de depositación en el límite Devónico
– Silúrico, y extendiendo la edad de depositación hasta, posiblemente, el
Pennsylvaniano, según las relaciones de cortes con los distintos intrusivos. Los dos
eventos metamórficos se sitúan a 240 y a 224 Ma, edades obtenidas por Mpdozis y
Cornejo (1988) en biotitas según metodología K-Ar. Finalmente, la interpretación del
ambiente sedimentario permite interpretar un ambiente subacuático poco profundo para
las facies más finas pasando a uno aluvial para las litologías más gruesas

Formación Hurtado
Formación Hurtado (Devónico - Carbonífero inferior): Marina (?), areniscas,
lutitas y pizarras grises.

· Formación Pastos Blancos

Definida por Mpodozis y Cornejo (1988) las rocas de esta formación se ubican
principalmente en el valle superior del río Hurtado, donde aflora una gran secuencia de
aproximadamente 1500 m de espesor. Sus relaciones de contacto estarían definidas
por una discordancia angular a techo con la Formación Pastos Blancos, siendo además
instruido por 11 numerosos diques de composición principalmente riolítica y hacia el
oriente se reconoce una intrusión por granitoides de la denominada Superunidad Elqui,
mientras que a base no logra ser reconocido su contacto.
En cuanto a su litología, esta está representada por una secuencia pelítica, definida por
rocas con un clivaje característico pizarroso, que se dispone subparalelo a la
estratificación. En intervalos recurrentes se presentan cuarzoarenitas y
subfeldsarenitas, con componentes que sugieren una proveniencia principalmente
granitoidea (a saber, plagioclasas, muscovitas y cuarzo plutónico). No se reconocen
estructuras sedimentarias primarias en ninguna de las litologías descritas.
En lo respectivo al ambiente de formación al que esta formación habría estado sujeta,
Mpodozis y Cornejo (1988) comentan que la falta de estructuras sedimentarias impide a
primeras luces poder definir un ambiente sedimentario afín a esta secuencia. Sin
embargo, a partir de la disposición de los niveles sedimentarios de textura gruesa con
respecto a los pelíticos, y la predominancia de estos últimos, es definen un ambiente
subacuático de baja energía como el más probable para esta formación. Así mismo,
Charrier (2007) menciona a esta formación como parte de lo que él denomina
“depósitos orientales de plataforma”, representativos de la primera parte del ciclo
Gondwánico, donde serían expresión de al menos un evento transgresivo-regresivo
ocurrido durante mediados del Paleozoico en el margen occidental de Gondwana,
donde un gran volumen de sedimento se habría depositado en una plataforma estable
de orientación norte con profundización hacia el oeste, flanqueada por un arco
volcánico oriental, que sería fuente de los sedimentos de estas unidades.
En cuanto a la edad definida para esta formación, a partir de las relaciones de contacto
y la intrusión de plutones del Carbonífero, Mpodozis y Cornejo (1988) asignaron a esta
formación una edad Devónico-Carbonífero.