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‘Sempe / Goscinny Las vacaciones del pequetio Nicolas ae Neer “Titlo original: Ls vacances Perr IcoLAs (©'1962, nv Eomons Dex [© De la presente traduccion: ESTHER BENITEZ © De eta econ ‘Aguilar Chilena de Ediciones S.A. De Anibal Arita 14s, Providencia Santiago de Chie ISBN: 956-239-172:8 Impreso en Chi Décimosegund Disefo de cles Una editorial del gropo Santillana con odes en spl» Argentina» Bolivia «Braell» Chie = Colombia + (Costa Rica * Beuador «El Salvador + EEUU,» Guatemala = Honduras» México» Panam» Paraguay = Por «Portugal = -Pucro Rico + Republica Dominicana» Uruguay » Venezusla Las vacaciones del pequefio Nicolas Sempé / Goscinny Htustraciones de Sempé "ea ‘Ha finalizado un estudioso ano escolar. Nicolas ha ga nado el Premio-de Elocuencia, que en él recompensa mas la ‘cantidad que la calidad, y se ha separado de sus condiscipa los, que se llaman Alcestes, Rufo, Eudes, Godofredo, Majen- cio, Joaquin, Clotario y Agnan. Una ver guardados los libros ¥ los cuadernos, ahora hay que pensar en las vacaciones. Y, en el caso de Nicolis, Ia elecciOn del sitio donde se van a pasar las vacaciones no ¢s un problema, porque. Se Papa es quien decide Sienna tee Porque antes es demasiado antiguo y no me acuer- do, papa y mama discuten mucho para saber a don- de Vamos de vacaciones, y después mama se echa a Hlorar y dice que se va a'ir con su mama, y yo lloro también porque quiero mucho a la abuela, pero en su casa no hay playa, y al final se va a donde quiere mama y no es a casa de la abucla. Ayer, después de cenar, papa nos miré con pinta de enfadado y dijo: ~;Oidme bien! Este ano no quiero discusio- nes, jdecido yo! Iremos al Sur. Tengo la direccion dde un chalet que alquilan en Plage-les-Pins. Tres Habitaciones, agua corriente, electricidad. No quie- ro saber nada de ir al hotel ¥ de comer esa horrible ‘omida “Muy bien, querido —dijo mama—, me pa- rece una excelente idea. ‘iva! —dije yo, y me puse a corer al- ledor de la mesa poraue cuando uno esta conten ¢ dificil quedarse sentado, Papa abrié mucho los ojos, como hace cuan- esta extrafiado, y dijo: —ZAh? ;Bucno! Mientras mama quitaba la mesa, papé fue @ scar sus gatas de pesca submarina en cl armario 10 Ya verds, Nicolés —me dijo papé—, va- ‘mos a hacer expediciones ‘de pesca fabulosas nos. otros dos. ‘A mi me da un poco de miedo, porque aun no sé nadar ‘muy bien: sime colocan bien en el agua, hago la plancha; pero papa me dijo que no me preocupara, que iba s enseliarme a nadar'y que EI habia. sido campeon interregional de natsclon cuando era mas joven, y que aun podia batir re, cords si tenia tiempo de entrenarse. —iPapa me va a ensehar a hacer pesca sub- marina! “Ie-dije a mama cuando voivid de ta co- Esta bien, querido —me contesté mama—, u aunque parece que en ¢l Mediterraneo no hay mu- cha pesca. Hay demasiados pescadores. —iNo ¢s.cierto! —dijo papa; pero mamé le pidié que no la desmintiera delante del nifo; si de- cia eso era porque lo habia leido en un periddico; y después se puso con su calceta, una calceta que ha empezado hace montones de dias. —Pero entonces —le dije a papa—, ivamos a parecer dos payasos bajo el agua, si no hay peces! Papa fue a dejar las gafas en el armario, sin decir nada. Yo no estaba muy contento; es cierto, cada vez que voy de pesca con papa pasa lo mismo no traemos nunca nada. Papa volvi6 y tomé su perio= dico. —Entonces —dije—, ,donde hay peces para Ja pesca submarina? asic —Pregintale a tu madre —me contest pa- pa—, es una experta, “Hay en el Atlantico, querido —me dijo mama. ‘Yo pregunté si el Atlantico estaba lejos de donde ibamos, pero papa me dijo que si estudiara tun poco mas en la escuela no haria preguntas como é5a, y es0 no €s justo, porque en la escuela no tene- imo’ clases de pesca submarina; pero no dije nada, vi que papa no tenia demasiadas ganas de hablar. “Habra que hacer una lista de las cosas que hay que llevar —dijo mama. 12 —iAh! ;No! —grité papa—. Este ato no vamos a irnos disfrazados de camion de mudanzas, Trajes de bano, pantalones cortos, vestidos senci- Hos, algiin jersey. —Y, ademas, tarteras, la cafetera electri ca, la manta roja 'y un poco de vajilla —dijo mama. Papa se levanté de pronto, muy enfadado, abrié Ia boca, pero no pudo hablar, porque mama lo hizo en su lugar. —Sabes perfectamente —dijo mamé— to que nos contaron los Blédurt cuando alquilaron un chalet el ato pasado. Por toda vajilla, habia tres platos desportillados y, en la cocina, dos tarteras Pequefias, una de las cuales tenia un agujero en el fondo. Tuvieron que comprar alli, a precio de oro, lo que necesitaban, —Blédurt no sabe arreglarsclas —dijo papa. Y volvid a sentarse —Es posible —dijo mama—, pero si quieres tuna sopa de pescado no puedo hacerla en una tarte- ra agujereada, incluso si se llega a conseguir pes- cado. Entonces yo me eché a llorar, porque es cier- fo eso, no es nada divertido ir a un mar donde no hay peces, cuando no mucho mas lejos estan los Atlanticos, abarrotados. Mamé dejé eaer su calc ta, me tom6 en brazos y me dijo que no tenia que estar triste por culpa de los peces malos y que yo es- taria encantado todas las mafanas cuando viera el mar desde la ventana de mi lindo cuarto. —En realidad —explicé papa—, él mar no se ve desde el chalet. Pero no esta muy lejos, a dos kilometros. Era el dltimo chalet que quedaba sin al- quilar en Plage-les-Pins, —iClaro, querido! —dijo mama. ¥ después ‘me besé y fui a jugar en la alfombra con las dos bolitas que le gané a Eudes en la escuela, 13 —Y Ia playa, ges de guijarros? —pregunté 10, seflora! {Nada de eso! —grit6 papa, s una playa de arena! ;De arena iNo hay ni un solo guijarro en esa iMejor que mejor! Asi Nicolas no se pasara todo el tiempo haciendo cab Tlas en el agua’ Desde que le ensenaste a hacerlas, se ha convertido en una verdadera mania. 'Y'yo he vuelto a lorar, porque es cierto que 14 ¢s fenémeno hacer rebotar los guijarros en el agua; onsigo que boten hasta cuatro veces, y no es na da justo, al final, que vayamos a ese viejo chalet con tarteras agujercadas, lejos del mar, y donde no hay guijarros ni peces —iMe voy con la abuela! —grité, y di una patada a una de las bolitas de Eudes, Mama me tomé de nuevo en brazos y me di- Jo que no Ilorara, que papa era el que mas necesi- tado estaba de vacaciones de toda la familia y que incluso aunque fuera una birria el sitio a donde queria ir, habria que ir fingiendo que estébamos contentos. —Pero, pero, pero... —dijo papa i¥o quiero hacer cabrillas! —grité. —Quizais las hagas el afto que viene —me di jo mama—, si papa decide Hlevarnos a Bains-les- —iA donde? —pregunté papa, que se que- 6 con la boca abierta, —A Bains-les-Mers, en Bretaha —dijo ma- ma—, donde esta cl Atldntico, hay muchos peces y un simpatico hotelillo que da a una playa de arena ¥ guijarros. —iQuiero ir a Bains-les-Mers! —gi iQuiero ir a Bains-les-Mers! —Pero, querido —dijo mama—, hay que ser razonable, papa es quien decide. Papa se paso la mano por la cara, lanzé un suspiro muy gordo y dijo: —iEsta bien! jVale! Ya lo he entendido. Como se llama tu hotel? ~ Bella Orilla, querido —dijo mama. Papa dijo que bueno, que iba a escribir para ver si alin quedaban habitaciones. —No vale la pena, querido —dijo mama—, ya esta hecho. Tenemos ja habitacion 29, frente al mar, con cuarto de bano, 15, Y mamé le pidid a papa que no se moviera, porque queria ver si el jersey que calcetaba le iba bien de largo. Parece que las noches son frescas en. Bretana.. « ” Puesto que el padre de Nicolas habia tomado su deci- sién, s6lo quedaba ordenar la casa, poner las Tundas a los mmuebles, retirar las alfombras, descolgar las cortinas y hacer leis, sin olvidar los huevor stros > os platanos gue que llevar para comer en el departamento. . El viaje en ten fue muy bueno, aunque ia madre de Nicolés tuvo que oir algin reproche por haber metido la sal de los huevos duros en la maleta marron que iba facturada, Legan al hotel Bella Orilla, en Bain les-Mers. La playa esta ¥ las vacaciones pueden comencar.. La playa es fenémeno, En la playa se pasa muy bien. Hice monto- nes de amigos. Esta Blas, y también Fructuoso, y Mamerto, ique es un idiota! E Ireneo, y Fabri y Cosme, y también Yves, que no esta de vacacio- nes porque es del pueblo, y jugamos juntos, nos pe- Teamos, no nos hablamos y cs terriblemente estu- pendo. «Ve a jugar tranquilamente con tus amigui tos, me dijo papa esta manana. Yo voy a descansar y a tomar un bafo de sol.» Y después empezd a @charse aceite por todas partes y bromeaba dicien- do: «jAh! ;Cuando pienso en mis companeros que se han quedado en la oficina!» 18 renee NO*%!98 empezamos a jugar con el balon de “ald a jugar mas lejos», dijo papa, que habia acabado de untarse, y ibang cl balon cay en Ia cabeza de papa. La cosa no le gusto a papa, Se en. fado.una barbaridad y dio una gran patada at fa, Ion, que fue a caer muy lejos, en el agua Un ts terrible. «i¥a esta bien, nol», dijo papa. Treneo se marché corriendo y volvia con su papa, Es ternibies mente alto y gordo el padre de Ireneo. ¥ no parseia muy contento,

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