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“El miedo, y no las agresiones, fue la causa principal de la rivalidad entre las

superpotencias entre 1943 y 1949”. ¿En qué medida está de acuerdo con esta
afirmación?

En primer lugar, el temor hacia las armas nucleares influyó enormemente en la rivalidad
entre las superpotencias. La Guerra Fría se caracterizó por el fortalecimiento de la
carrera de armamentos, pues las superpotencias de la época estaban altamente
preocupadas por acrecentar sus arsenales bélicos y especialmente los nucleares. En el
año 1945, sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagazaki fueron utilizadas en
combate las primeras bombas atómicas. A partir de entonces, EEUU realizó mejoras en
el potencial de sus bombas, provocando que en 1952 hiciera explotar una bomba de
Hidrógeno, con un poder destructivo mil veces superior a las utilizadas en 1945.
Posteriormente, en 1949 la Unión Soviética fabricó su primera bomba atómica y en 1953
su primera bomba de hidrógeno. Después de ello consiguieron fabricar armas atómicas
Francia, Gran Bretaña, China y la India. Esto llevó a toda una generación a crecer con
miedo a una guerra nuclear, sin saber si al día siguiente estarían vivos o no. Se
construyeron refugios subterráneos y los niños aprendieron a esconderse debajo de los
pupitres en caso de una alerta nuclear. La ansiedad permeaba la vida cotidiana.

En segundo lugar, desde la visión ortodoxa, presentada a fines de la década de 1940 y


principios de la de 1950, la Guerra Fría fue resultado del miedo estadounidense por el
expansionismo soviético en Europa del Este. La expansión de Stalin en Europa del Este
y la proliferación del comunismo en esos estados satélites fue alarmante para EE.UU,
debido a que este se había puesto firmemente del lado del anticolonialismo, dicha
posición se consolidó por su decisión de conceder a Filipinas la plena independencia en
1946, no obstante, Churchill estaba alarmado por esto; pues temía que sin una fuerte
presencia estadounidense en el continente europeo sería demasiado fácil para la Unión
Soviética expandirse más allá de Europa oriental y comenzar a influir en Italia e incluso
en Francia a través de los partidos comunistas que eran fuertes en ambos países. Sin
embargo, este personaje ya no se encontraba en el poder, por lo que centró su atención
en Truman y esperaba que pudiera persuadir al presidente de los Estados Unidos para
que mantuviera una presencia en Europa.

Cualquiera de esos países estaba en condiciones de utilizar el arma atómica y causar


destrucciones inmensas a un posible enemigo. Como el mundo estaba dividido en
bloques, todo ataque nuclear hubiera causado la respuesta del bloque contrario y una
serie de reacciones en cadena que hubieran llegado a acabar con la existencia humana.
Si bien es cierto, desde hoy resulta fácil afirmar que ninguna de las partes en disputa
(EEUU – URSS), estaba dispuesta a llevar a cabo una confrontación directa de carácter
nuclear, el temor a ese tipo de enfrentamiento fue real, y así podrán comprobarlo a partir
de los diversos documentos que analizarán a continuación.

Según Gaddis (2005), antes del inicio de este hecho, Estados Unidos ya había
desarrollado diversas pruebas nucleares, así como ataques con estas (Hiroshima y
Nagasaki). Esto causó temor en los soviéticos, por lo que iniciaron su desarrollo en
armamento nuclear; en 1955 probaron su primera bomba termonuclear, en agosto de
1957 lanzaron el primer misil balístico intercontinental del mundo y el 4 de octubre de
ese mismo año usaron un misil semejante para poner en órbita el Sputnik (el primer
satélite artificial de la Tierra).

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