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Breve HSTORA De AMERICA LATA Quito, Los sectores liberales emergentes —con base principal en Guaya- quil y la costa, centros de la economia cacaotera, principal producto de ‘exportacién ecuatoriano hasta la tercera década del siglo xx~ se propu- sieron transformar aquella sociedad injusta, de contornos precepita- istas, en una moderna y democratica. Z ‘Las diserepancias entre liberales y conservadores desembocaron en la revolucién de 1895 dirigida por Eloy Alfaro, quien vencid a los par- tidarios del viejo orden patriarcal-clerical que habla legado a sus extre- mos durante el periodo hegeménico de Gabriel Garcia Mcreno (1860-1875), cuando incluso se establecié una carta magna de tipo confesional excluyente. Gracias al amplio apoyo de montoneras ~masas de mulatos, negros costefios ¢ indios-, el general Alfaro impuso su con- cepciéa liberal-progresista en Jas avanzadas constituciones de 1897 y 1906, que consagraron la transformacién del Ecuador en un pats laico al adoprar la separacién iglesia-estado, la secularizaci6n de bienes ecle- sidsticos y un régimen de libertades piblicas y garantias ciudadanas, En 1908, como parte esencial de su proyecto modernizador, el esta~ dista inauguré el ferrocarril de Guayaquil a Quito, concebide como punto de despegue de un nuevo Ecuador, més vinculado al mundo ex- terior, Ademés, en politica internacional dio pasos importantes en fa- vor dela unidad hispanoamericana y la revitalizaci6n de la graze Colombia de Bolfvar, Pero las reformas liberales, realizadas en un contexto caracterizado por la politica recolonizadora del capital monopolista, no alcanzaron @ destruir las ancestrales bases de dominacién de la oligarqufa serrana y la Iglesia. Estos elementos, unidos a la divisiOn del liberalismo promo- vida por los «notables» de este partido, alarmados por las inclinaciones populares de Alfaro, crearon un clima de inestabilidad politica que pro- picié primero su desalojo del poder (1911) y después, cuando intenté recuperarlo, el brutal asesinato del anciano caudillo en el penal pandptico de Quito, el 28 de enero de 1912. Su muerte simboliza no solo el cierte del ciclo revolucionario del liberalismo ecuatoriano, sino también de toda América Latina, Feeno Q3u7 Guerra Vien 279 pags: 182-221 — 180 — Hisroria pe Precise Lanion RECOLONIZACION IMPERIALISTA ~ Y- DESPERTAR-DE LOS MOVIMIENTOS™ SOCIALES Y NACIONALISTAS Desde fines del siglo 20x los paises latinoamericanos se desenvolvieron en.un contexto histérico mundial caracterizado por la introduccién del sistema capitalista metropolitano en su proceso de produccién, y no solo como se habfa hecho hasta enttonces limitado a la esfera de la cic- culaci6n. Con ese cambio, las potencias industriales, en respuesta a las necesidades de sus emergentes monopolios, se convirtieron no solo en exportadores de mercancfas, sino también de capitales, lo que dio ori- Ben a una agresiva politica recolonizadora. __ En forma simulténea cobraba fuerza la lucha de las grandes poten cias industriales por la posesién de las fuentes de matetiae primes y los mmercados, y por un nuevo reparto del mundo, Blloravo lugar en medio una gran expansin industrial que se it ici Interera dead del ado. Seen __ En América Latina, el establecimiento y consolidacién de las relacio- ‘es capitalistas habia sido consecuencia del extraordinario crecimiento de Ia economfa laifundista y minera de exportaci6n, en funcién de ‘os intereses de a burguesfa no manufacturera y de las necesidades de las Brandes potencias industriales. Ese proceso estuvo favorecido por la “apacidad de la burguesfa comercial Jatinoamericana para aprovechar y Sonservar en su acumulacién formas de produccién y explotacién prorat Ello exlicael eclipse de las atesnias y que sustcaye- roducciones por las mercancfas img = fu su productions p sportadas de los paises euro: __editOs Broblemas se relacionan con las limitaciones de las revolucio- S burguesas en América Latina y la formacién de un capitalismo de- edente, En los paises latinoamericanos el desarrollo capitalista siguid jiceorero impuesto por la oligarquia exportadora asociada y subor- a lg al capital extranjero, por lo cual no se pudo generar una indus- 1a nacional, sino un capitalismo deforme. —181— Breve Heron De America Lanna PENETRACION IMPERIALISTA EN AMERICA LATINA Pata la América Latina, los efectos de ese proceso fueron miltiples. La penetraci6n del capital extranjero impuso a este continente una estruc- fura socioeconémica dependiente, y un esquema de divisi6m interna- onal del trabajo en el cual se asigné a los pafses latinoamericanos la simple condicién de vendedores de materias primas y alimentos € importadores de mercancfas elaboradas, lo que terminé por espe- cializarlos en uno o dos rubros basicos de exportacién. ‘Ast, unas repiiblicas se basaron preferentemente en productos agri- colas de clima templado (cares y cereales), casos de Argentina y Uru- guays de rubros agticolas tropicales (azticar, café, bananos, tabaco, etc), como Brasil, América Central, Venezuela y el Caribe y, por éhimo, de inerales (plata, cobre, salitre, estafio y petréleo), casos de México, Chile, Per, Bolivia y luego Venezuela. Las bases de esta desigual rela- cién fueron creadas desde el siglo xx mediante el dominio, por parte del capital extranjero, de la produccién, el transporte y la comer cializacién de los articulos latinoamericanos, con lo cual liquidaban cualquier posibilidad de desarrollo propio, El fracaso de los intentos de ciertos sectores del liberalismo por vertebrar una revolucién «desde abajo» facilité el triunfo de una via oligarquica de transici6n al capitalismo, basada en un compromiso de ‘lase entre las distintas facciones antes en pugna. La venta de las pro~ piedades eclesiésticas, la divisi6n de las comunidades indigenas y el cre- cimiento sin precedentes de la economia agrario-minero-exportadora fueron, entre otros, factores que sirvieron de fundamento para liquidar las viejas luchas, motivadas por intezeses antagénicos, entre liberales conservadores: Por estos motivos la definitiva imposicin del capitalismo en Améri- ca Latina no prodyjo un cambio sustancial de la atrasada estructura ‘gratia, por el contratio, el latifundio se fortaleci6, al tiempo que se preservaron muchas caracteristicas de la economia precapitalista. El aburguesamiento de los viejos terratenientes o fa aparicién de un nuevo sector de latifundistas asociado a intereses comerciales era reflejo de Ja gradual transicién a un nuevo orden econémico y social. "Al imponerse el ala terrateniente del liberalismo frente a los recla~ mos progresistas de la intelectualidad y de otros sectores, cuyos princi- pales representantes fueron marginados, neutralizados 0 cooptados por —182— ‘Seraio Guenna VABoY Ja oligarquia, quedé abierto el camino hacia una modernizacién res- tingida de las relaciones sociceconémicas y la creacién de un nuevo bloque de poder. Este hizo suyos los planes de promover la inmigra- ci6n, introducir los adelantos técnicos de la época y movilizar los recur~ sos productivos en aras de la expansién primaria exportadora, pero sin permitir una democratizacién real de las relaciones sociales y politicas y sin eliminar verdaderamente, y no solo en lo nominal, las précticas precapitalistas que el bajo nivel de las fuerzas productivas conyertia en mecanismo insustisuible de la acumulacién originari Debido a ello no puede hablarse, salvo quizés en algunos lugares como Argentina y Uruguay, de un verdadero avance capitalista en Ia agricultura, Por ello el crecimiento «hacia fuera», que los liberales con- sideraban la base para el florecimiento de la civilizacién burguesa en ‘América Latina, vigoriz6 el subdesarrollo econdmico y social. ‘La homogenizaci6n de los terrarenientes y la formacién de verdade- ras oligarqufas «nacionales», interesadas en aplicar solo de manera par- cial las relaciones de tipo burgués, facilit6 el ascenso al poder desde fines del siglo xx, de los cfrculos mas reaccionarios del liberelismo, Junto a la consolidacién del régimen liberal oligarquico ~que redujo a su minima expresidn la participacién del estado en Ia economia~ se configurd una «nueva» élite en cada pais latinoamericano, diferente fen cierta forma a la precedente por su mayor vinculaciGn y subordi- nacién con el capital extranjero y por su més completa integracién a escala nacional. ‘Asi, se establecieron regimenes de corte liberal-positivista al estilo de Porfirio Diaz en México (1876-1911), Antonio Guzmén Blanco en ‘Venezuela (1870-1889), Lorenzo Latorre en Uruguay (1875-1880), Juan Vicente Gémez en Venezuela (1908-1935) y Manuel Estrada Cabrera en Guatemala (1898-1920), gobierno este iltimo que sirvié de inspira- cidn a Miguel Angel Asturias para su extraordinaria novela El sefior Presidente (1946), obra pionera de la narrativa latinoamericana dedica- da al tema de las dictaduras. ‘A esos regimenes puede sumarse, entre otros, la Republica Velha (1889-1930), creada en Brasil tas la cafda del imperio de Pedro I, por el ejército y un grupo de politicos positivistas que proponfan un tipo de estado similar ent més de un aspecto al implantado por los «cientificos» en el México porfirista. La repiblica oligarquico-liberal, despoja- da de todo vestigio democtético, surgié en intima asociacién con el capital extranjero. — 183 — Breve HasTonia De América Lari Senoio Guenna ViABoy FIN BEL IMPERIO EN BRASIL El régimen imperial en Brasil, instaurado desde fa independencia en 1822, se extendié hasta 1889. Tras la emancipacién, este pats afronts las mismas dificultades econémicas y financicras que frenaban el de- sarrollo de las restantes naciones latinoamericanas. Tampoco aquf pudo ser quebrantado el tradicional dominio de la aristocracia terrateniente ~los coroneles y senhores de engenbo- y de la Iglesia, En un principio, hasta 1831, ni siquiera los ricos criollos pudicron desplazar a los portu- agueses del comercio y el aparato estatal al. que estaban aferrados desde Ja ép0ca colonial, esferas que finalmente debieron abandonar con la abdicacién de Pedro J. Después de diez afios de regencias, entre las cuales descollé la muy activa del padre Feij6, la Wegada al poder de Pedro Il en 1841 coincidid con los inicios de una relativa estabilizacién interna —terminadas las sangrientas turbulencias de los aiios anteriores~ en la que claramente se advierten los sintomas del avance capitalista, sos signos no fueron solo la instalacién de una més moderna infra- estructura ~en funcién de la creciente economia agrario-exportadora~ y el desarrollo de centros urbanos, industrias y comercio, sino también Ja aparicién de una clase dominante aburguesada ~los grandes cafetale- 10s de Sao Paulo y Rio de Janciro-, ast como otros sectores burgueses y ‘pequefio-burgueses. Otro indicio del mismo fenémeno fue el aumento el capital inglés en fa economia brasilesa, De esta manera, a fines del siglo xu se creé un nuevo Brasil al que la anacrénica monarguta de los Braganza poco podia ofrecer ya, a pesar de sus esfuerzos por modernizarse mediante leyes electorales algo mas amplias y una retardada abolicién de la esclavitud (1888). A la insetis- faccién popular por estas limitadas y tardlfas reformas mondcquicas s¢ afadieron los conilictos del emperador con la Iglesia y el ejército, El diferendo con los religiosos estaba asociado a la obsoleta identi- dad igiesia-estado, el cual databa de la colonia, y otorgaba al monarca tuna serie de prerrogativas que fueron lesionando sus relaciones con los prelados, Casi simulténeamente, se agrav6 el desencuentro entre Pedro IT y el ejército ~permeado de ideas liberal-positivistas y republicanas desde la Guerra del Paraguay (1864-1870)- debido a los proyectos gu- bernamentales de disminuir la importancia de Ja fuerza armada en re- presalia por las constantes protestas de Ia oficialidad patriota En la noche del 11 de noviembre de 1889, mientras el emperador se divertia en una fastuosa fiesta en Rio de Janeiro, los oficiales del Club 184 — Militar escuchaban una arenga incendiaria del ide6logo del movimien- to republicano, Benjamin Constant Botelho de Magalhaes. Cuatro dfas después, las tropas-al- mando del general Manuel.Deodoro.da Fonseca salfan de sus cuartéles para exigir la renuncia del desprestigiado gobier- no del Conde Ouro Préto, mientras grupos civiles de exaltados republi- canos ocupaban el ayuntamiento capitalino y declaraban el fin de la ‘monarguta, En la mafiana del 16 de noviembre, el propio general da Fonseca proclamaba oficialmente establecida la repablica que en 1891 adopra- rfa, por medio de una nueva constituci6n de cardcter federal, el nombre de Estados Unidos del Brasil y el elisico lema positivisea seria puesto en su bandera: «orden y progreso». SURGIMIENTO DE LA CLASE OBRERA LATINOAMERICANA ‘Al margen de la estructuracién de las oligarqufas nacionales, del verti- ginoso crecimiento de las capac medias y la pequefia burguesa, fue a fines del siglo xx« y principios del xx cuando se registr6 la apaticién de los primeros conglomerados apreciables de obreros en América Latina, En gran medida ello fue resultado de las grandes necesidades de fuerza de trabajo calificada que despertaron las masivas construcciones de I neas férreas, sistemas de comunicaciones y transportes, silos de cerea- les, ingenios de azticar, explotaciones mineras, frigorificos, instalaciones portuarias y mediante el avance de ciertas industrias como la textly aunque el ritmo de este proceso, como el del propio capitalismo, fue desigual en los diferentes pafses latinoamericanos, Por esas razones, los sindicatos y primeros partidos obreros surgie- ron donde se desarrollaben con mayor rapidez y profundidad las rel ciones de produccién capitalistas (Argentina, Chile, México, Cuba y Uruguay) y en los que las influencias fordneas provenientes de la inmi- sgraci6n se hacfan sentir con més fuerza. La llegada masiva, desde fines del siglo xix, de cientos de miles de obreros franceses, asf como de millones de inmigrantes europeos de diferentes nacionalidades -fundamenralmente al Brasil central y me- ridional, a Argentina, Chile, Cuba y Uruguay-, con una conciencia so. cial mas desarrollada, ayudé directamente a la difusion de las ideas 185 — Breve visToRIA De America LATINA anarquistas y socialistas en el seno del naciente movimiento obrero de este continente, En. ortos lugates,.como en Bolivia, Centroaméricay-Peri 0 Colom- bia, donde la influencia de la inmigracién fue menot ~solo en este sen- tido fue también la siruacion de México, pues aqui el movimiento obrero se organizé relativamente temprano-, la formacién de una clase obrera fue un fenémeno més tardfo y la casi totalidad del proletariado se cons- tituyé sobre la base de campesinos e indios expulsados de sus tierras 0 por artesanos arruinados. El mutualismo represent6 durante afios la principal forma de orga- nizacién de la naciente clase obrera latinoamericana, especialmente en aquellos pafses que ya en la segunda mitad del siglo xix contaban con un proletatiado telativamente apreciable. Asociaciones mutualistas de envergadura florecieron en la mayoria de las reptblicas de América Latina, con variable duracién en tiempo. Ejemplos de ellas fueron el Gran Citeulo de Obreros de México (1872), la Unién Universal del Pend (1884) y las mancomunales chilenas ‘También los sindicatos surgieron en las regiones en donde crecfan con rapidez y alcanzaban mayor profundidad las relaciones de produccién capitalists y en las que les influencias fordneas provenientes de la inmi- gracién se hacfan sentir con més fuerza, Ademés cobraron mucha impor- tancia las organizaciones anarcosindicalistas, cnyos integrantes legaron, a organizar centrales sindicales nacionales, como la Federacién Obrera Regional Argentina (FORA) en 1904, la Federacién Obrera Regional Uruguaya (FORU) en 1905, Ja Federacién Obrera Regional Brasilesia (FORB) en 1906, y la Casa del Obrero Mundial en México en 191! ‘Los anarquistas fueron los responsables de las primeras huelgas im- portantes en América Latina, como ia que estremecié a Iquiqne (Chile) ‘en 1907, Por esta época también aparecieron organizaciones sindicales dominadas por los socialistas, como la Federacién Obrera de Chile (FOCH) y la Union General de Trabajadores (UGT) de Argentina, y los primeros partidos socialistas de significacién, entre ellos los de Argenti- na (1896), Chile (1906) y Uruguay (1912), encabezados respectivamente por Juan B. Justo, Luis Emilio Recabarren y Emilio Frugoni. HEGEMONIA DEL IMPERIALISMO INGLES A partir de 1850, y sobre todo después de 1870, comenzaron las pri- meras inversiones directas del capital extranjero, fundamentalmente — 186 — Sencio Guenaa Vianov briténico, en América Latina, Hasta esta época Inglaterra se habia con- formado con monopolizar el comercio desde afuera —Ileg6 a tener en este terreno tun dominio casi absoluto en:América Latina-, pero desde la segunda micad del siglo xx traté de asegurar su posicién privilegiada controlando no solo Ja comercializacién de mercancias y el crédito, sino también la produccién y el transporte de las materias primas, lo cual se relaciona ditectamente con el paso del capitalism premo- nopolista al imperialismo, El predominio de Inglaterra en América La- tina estaba en consonancia con su condicién de primera potencia econdmica del mundo, poseedora del més grande imperio colonial, con Ja flota de guerra més poderosa y la mayor marina mercante. Por esa razén, desde entonces y hasta la crisis capitalista de 1929, les inversiones inglesas se dedicaron a crear toda una infraestructura que facilitara la explotacin eficaz de las materias primas y su exportacién, O sea, comenz6 la era de las llamadas inversiones tradicionales 0 de tipo colonial: ferrocarriles, tranvias, telégrafos, instalaciones portua: tas, teléfonos, frigorificos, electricidad, etc, Todo con vistas a faci- litar Ja exportacién de los productos que requeria la moderna industria capitalista, Asf, por ejemplo, en 1870 las Mneas ferrocarrileras en América del Sur que tenfan una longitud de 2 800 km ya en 1900 superaban Jos 41 000 km; mientras que solo en México pasaban de 578 km (1875) 2 20 000 km (1910). Al mismo tiempo, se intensificaba la actividad minera, y se desarrollaban nuevas ramas, Ademés, con la formacién de las grandes urbes latinoamericanas, se creé un merca- do para ciertos productos que por sus caracteristicas no podian ser importados, como la electricidad. A principios del siglo xx pricticamente no habfa pais de América Latina sin inversiones inglesas y fuera de su érbita de influencia. Se calcula que hacia 1914 la inversi6n briténica aleanzaba los $ 000 millo- nes de délares, 35 96 de ellos ubicados en Argentina, 20 % en Brasil, 16 9 en México, seguidos por Chile, Uruguay, Peri y Cuba, entre los cuales se repartia 18 %, Conviene tener presente que una parte apreciable de este capital no provenfa de importantes inversions llegadas del exte- rior, sino de ganancias reinvertidas. El avance del capital extranjero tuvo tna gran repercusi6n en Amé rica Latina. Hasta ese momento los productores nacionales habfan teni- do una participacién importante en Ia explotacién de Jos recursos naturales, pero en lo sucesivo el capital foréneo se esforzaria por do- minar directamente esos renglones, ast como las fuentes de materias Primas que la industria requetfa. En consecuencia, los pafses latinoa- —187~ Bineve Histon oF AvEnicA Lamia mericanos fueron convirtiéndose poco a poco en verdaderas semicolonias de las grandes potencias industriales, particularmente “de Inglaterra. °°” mi En algunas ocasiones ese resultado fue facilitado por costosas con- tiendas fratticidas entre paises de América Latina, como fueron los ca- 508 de las guertas de la Triple Alianza ~Argentina, Brasil y Uruguay contra Paraguay (1864-1870)- y del Pacifico (1879-1883), Esta tiltima enfrenté a Chile con Pert y Bolivia y tuvo, como inesperado colo- fon, la derrota del primer gobierno nacionalista latinoamericano que traté de frenar la penetracién del capital britdnico: el del presi- dente chileno José Manuel Balmaceda, derrocado por el alzamiento oligarquico de 1891. GUERRA DE LA TRIPLE ALIANZA CONTRA PARAGUAY Esta guerra, desarrollada entre 1864 y 1870, fue una de las primeras cexpresiones de los intereses de las nacientes potencias imperialistas vol- ccadas brutalmente sobre los pafses latinoamericanos. La historia de este devastador conflicto fratricida, instigado por Inglaterra, tiene que ver con Jos inicios del reparto del mundo en zonas de influencia por las naciones industrializadas, necesitadas de mercados, fuentes de ma- terias primes y terreno para sus inversiones, a lo que se resistia casi en solitario la Repiblica de Paraguay, siruada en el corazén de la América del Sur. La politica nacionalista paraguaya no era un hecho fortuito, sino la herencia de la postura soberana de la generacién revolucionaria que habia realizado la independencia, encabezada por el doctor José Gaspar Rodriguez de Francia, Dictador Supremo de Paraguay desde 1814 has- ta 1840. El gobierno del doctor Francia -llevado a la literatura por Augusto Roa Bastos en su novela Yo, el Supremo (1975)~ habia desalo~ jado a los terratenientes y comerciantes del poder politico, proclamado Ia monopolizaci6n estatal del comercio exterior y detenido Is libre pe- netraci6n de las manufacturas y el capital extranjero. Derrotada una sublevacién oligérquica en 1821, el Dictador Supremo expropié los bienes de los grandes estancieros y la Iglesia. Las tiertas fueron repartidas a los campesinos en parcelas (chacras) y con otra parte de ellas se constituyeron Jas «estancias de la patriay, que perma necieron bajo control gubernamental. — 188 — ‘Sensio Guenna Visor La interrupcién del comercio exterior, debido a la hostilidad de Bue- nos Aires ~que consideraba a Paraguay provincia suya~, unido a los aranceles proteccionistas implantados por el doctor Francia, facilité la consolidacién de las artesanfas, mientras los comerciantes importadores se arruinaban, La entrada al pais de capitalistas y negociantes extranje- 10s fue prohibida y el gobierno se dedicé a apoyar con recursos a los campesinos y artesanos, construyendo un tipo de sociedad igualitarista sin paralelo en el resto del continente, Alla muerte del doctor Francia le sucedi6é Carlos Antonio Lépez, quien en Itneas generales continu 1a politica de su antecesor. Conse guida la libertad de navegacién por el Parand en 1852, tras la caida de Ja dictadura de Rosas en Buenos Aires y la instauracién de la Confede- racién Argentina (1852-1862) por Justo José de Urquiza, ef gobierno paraguayo asumié Ia area de organtizar una flota propia, buena parte de ella construida en astilleros nacionales. Fue una etapa de auge econdmico en la cul, con recursos estatales, se abri6 una fundicién en Ybicui, se fabricaron barcos de acero, se ins- talé el telégrafo y comenz6 a operar entre 1854 y 1861 el primer ferro- carril del Rio de la Plata, Lépez tealiz6 también una serie de reformas politicas liberales (constitucién de 1844) junto a una politica exterior nds activa que la de su predecesor, que le permiti6 obtener el reconoci- miento internacional, aunque también debié enfrentar agresiones con- tra la soberania del pais con el propésito de abrir los rios interiores paraguayos a la slibre navegacién>. Ejemplo de ello fue la amenaza de intervenci6n de la escuadra de Estados Unidos, que remonté el Porand en 1858. En 1862 murié el presidente Carlos Antonio Lépez y le sucedié su hijo Francisco Solano, que unos afios antes habia sido nombrado por su padre jefe del ejército, Por esa época los circulos esclavistas del imperio del Brasil ~Paragnay era un verdadero refugio de esclavos- y los secto- res comerciales liberales de Buenos Aires vinculados al capital britani- 0, llegados al poder a principios de la década del sesenta, comenzaron a fraguar planes para destruir al pujante y singular estado paraguayo, Dejando de lado sus viejas rencillas, y con el auspicio de Inglaterra, los gobiernos argentino y brasilefio se prepararon para atacar fa tierra guaranf, atrafdos por sus potencialidades econémicas y preocupados ante su creciente fortaleza militar, capaz de variar el precario equilibrio rioplatense que los beneficiaba. La guerra se precipité cuando los gobiernos de Argentina y Brasil se lanzaron conjuntamente sobre Uruguay, para sacar del poder al presi- dente conservador Bernardo Berro, aliado de Lépez, y completar ast el — 189 — Breve Hieroma Os Autnca LTIVA cerco tendido al Paraguay, cerréndole toda posible salida fluvial alter- nativa al Atiéntico. Una desesperada peticién de ayuda lev6 al presi- dente paraguayo a demandar tespeto a l¢ soberanfa de Uruguay: La negativa de Brasil a retirar sus fuerzas del territorio oriental, inva dido en octubre de 1864, obligé a Lépez a declarar 1a guerra al vecino imperio. En esa coyuntura, el presidente argentino Bartolomé Mitre prohi el paso por Misiones de las fuerzas paraguayas que marchaban en aus Tio de los orientales, mientras que su descarnado apoyo y el de Brasil permitian sustituir en Montevideo al gobierno de Berto por el de Venancio Flores. Ello despejé el camino para establecer, el 1ro. de mayo de 1865, una triple alianza (Brasil, Argentina y Uruguay) contra Para- guay, fraguada en secreto bajo Ia tutela de Inglaterra, ‘Caando las hostilidades se inieiaron, los paraguayos llevaban Is ini- ciativa y la guerra se desarrollaba fuera de sus fronteras, pero después de la derrota de la flota de Paraguay en El Riachuelo (12 de junio de 1865) y el desastre de Uruguayana (septiembre), la contienda se voleé sobre su territorio, En las grandes batallas del estero Bellaco y Tuyuti (mayo de 1866) ~consideradas Jas més morviferas y monumentales de Ja historia latinoainetican-, la larga resistencia de Curupaytty la tenaz defensa de la fortaleza de Humaiti, rendida en 1868, asi como en un sinmimezo de otros encarnizados combates, los soldados paraguayos demostraron un arzojo asombroso. Caida Humaité y dominado el rfo por la moderna flota brasilesa, 1a superioridad en efectivos y en armamento de los aliados se impuso pau latinamente. A pesar de ello, Solano L6pez siguié peleando al frente de sus hombres -al final més bien nifios~ hasta perecer en Cerro Coré junto a los ~iltimos restos de su ejército, después de trasladar Ja capital ‘cuatro veces a lugares cada ver. més intrincados. ‘Como resultado de esta larga y cruenta guerra desapareci6 Ia mitad de la poblacién paraguaya. El triunfo de la coalicién permitié a Brasil y ‘Argentina apoderarse de partes del territorio del pais vencido, Los res- tos de la nacién fueron cubiertos con el manto de una repiblica liberal por la constitucién de 1870, que concedia a los extranjeros exencién de impuestos y derecho a tener propiedades. Paraguay qued6 abierto desde enronces al capital fordneo, sobre todo inglés, que comenz6 su penetracién mediante empréstitos para «recons- nuit» el pais y pagar reparaciones de guerra. A cambio, el gobierno paraguayo impuesto por los invasores debi6 entregar las mejores tierras J el ferrocarril, convertido en la empresa briténica ‘The Paraguay Cett- tral Railway Company. 190 — Sesser GUERRA DEL PACIFICO Y EL GOBIERNO NACIONALISTA DE BALMACEDA EN CHILE No tnuy diferente fue l resultado de la Guerra del Pacifico, ae rey antic: que involueré a Chile, Ferd y Bolivia enve ten ‘1883, extienden sus raices en el desigual desarrollo capitalist de este. tres tepiblicas surandinas. Chile habfa sido escenario de un rapids neenso de ls fuerzas liberates, muy favorecidas por la prolongade it hanza experinentada por In economia chilena desde la independenc’y To que permitié la consolidacién del estado nacional sobre bases con? servadoras, entre 1830 y 1850. pia Con el progresivo aburguesamiento de la aristocracia conservad (pelucora)y la paralela moderacién de los politicos liberales(pipiolon no extrafia que una coalicién entre estas dos corrientes eeeieias flkimo gobierno pelucén ~el del consexvador Manuel Monet (1857. “i861)~ con un presidente de «conciliacién nacionals, José Jongg Pérez, quien se encargé del poder hasta 1871; precisamente et el ee rento en. que se iniciaba Ja crisis de las exportaciones agricolas y cua ‘do mayor peso adquirfa en la economfa a extraccién de slit del noree chico chileno, Atacama, y de Jos departamentos vecinos de Antofasaar, y Tarapac, pertenecientes a Bolivia y Peri. atta Esto tiltimo fue posible por el crdnico estancamiento econémico d Bolivia, cuya envoltura precapitalista cancelaba cualquier perspective de desarrollo social y toda posibilidad de sacar provecho de eu sac al Pacifico por Antofagasta, asi como de los valiosos yacimientos salitezos ubjcados alli, para reafirmar los intereses nacionales, Estos tran ampliamente burlados por los terratenientes del altiplano y eau, dillos envilecidos al estilo de Mariano Melgarejo, en el poder desde 1865 hasta 1870. a Por su parte, la evolucién de Pent era diferente a la de in “Agat el régimen liberal de Ramén Castilla, extendido de tesa Str 1855 a 1862, represent6 un importante paréntesis de progreso erin, ‘Gin del tibuto indigena, el diezmo y la esclavioud (1854)~en una épecy politcamente inestable, plagada de constantes luchasintestinas Losavert tes sociales y econémicos de estos afios se apoyaron en la favorable co. yruntura eveada a partir de las exportaciones del guano, estiéreol de aves zeumulado por siglos en sus costs eislas, de gran valor fectizante, “Agotada gran parte de esta fuente de recursos hacia los afios sesenta, el pafs se precipito en una nueva etapa de inestabilidad poliiea, que Io 191 — Breve HISTOR Ds AuRICA Larne torné més vulnerable a las presiones desde el exterior~financieras, diplo- rmaticas y hasta militares: campatia colonialista de Espaita (1863-1866)~ y alas acciones agresivas de sus vecinos chilenos, apoyados por el capi- tal inglés. Ello coincidié con la fundacién del primer partido politico peruano, denominado Civil (1871), el que levaria a su fundador, Ma- ‘uel Pardo, a la presidencia (1872-1876) cuando se agudizaban las con- tradicciones con Chile, El detonante del conflicto que enfrenté a estas tres naciones suran- dinas fue la explotacién de los valiosos yacimientos salitreros existen- tes en el desierto de Atacama, escenario geogréfico limitrofe comin de Pert, Chile y Bolivia. Uno de esos territorios era Tarapacd, departa- mento meridional de Perd, cuya impostancia se habfa acrecentado en la segunda mitad del siglo xix gracias a la explotaci6n del salitre, de cre- iente demanda en el mercado internacional. Esta provincia peruana, como Ja boliviana de Antofagasta, eran regiones desérticas y poco pobladas, por lo que los empresarios ex- tranjeros alentaron la inmigracién de fuerza de trabajo procedente de Chile. Asi, mientras la naciente burguesfa peruana -la boliviana era prcticamente inexistente- se dedicaba a los negocios detivados de la comercializacién del guano, los inversionistas chilenos controlaban la actividad salitrera. En 1875 la crisis financtera derivada del agotamiento del guano con- ujo al gobierno de Perita buscar tina solucién a costa del salitre que se explotaba al sur de su territorio. Paca ello decreté su estanco y, dos afios, después, dispuso la expropiacién de todos los yacimientos de este mi- eral en Tarapacé, pertenecientes en 72% a empresarios peruanos y chilenos. Puesto también ante insglubles problemas econémicos, Boli via decidié imitar a Pert y, en febrero de 1878, decret6 un impuesto al salitre exportado por las companifas chilenas desde Antofagasta. La expropiaci6n de las salitreras de Tarapacd, decretada por el gobierno peruano, y la posterior anulacién por Bolivia de la mayo- fa de las concesiones extranjeras en la provincia de Antofagasta, afect6 directamente a la burguesia de Chile, estrechamente ligada al capital briténico. Ante las reiteradas negativas chilenas de pagar este gravamen, el gobierno boliviano dispuso que todos los bienes de las compaaias salitreras fueran subastados, lo que precipité el contflicto con Chile. Perd, que atravesaba problemas similares con el gobierno chileno, fue arrastrado al conflicto en virtud de una alianza secreta concertada previamente con Bolivia que establecia la protecciém mutua ante cual- quier posible agresién extranjera, En esas circunstancias actuaron los —192— Sencio Guenna Viazor resortes del poder, y el estado chileno decidié invadit a sus vecinos para arrebatarles los ricos territorios salitreros, Comenzaba la Guerra del. Pacifico. El 14 de febrero de 1879 Ia provincia boliviana de Antofagasta fue ocupada por el ejército de Chile. El 23 de marzo se produjo el primer enfrentamiento armado boliviano-chileno y al mes siguiente Per en- traba en el conflicto. De inmediato los invasores bloquearon el puerto peruano de Iquique, donde se concentraba una parte importante de los efectivos aliados. La primera etapa de la contienda se extendié hasta el 8 de octubre de 1879 y se caracteriz6 por la lucha de las escuadras de Pert y Chile por el dominio del mar. Episodios de esa fase fueron el hundimiento de Ja embarcacién chilena Esmeralda y la batalla naval frente a Mejillones, donde Chile logré destruir la flota peruana y capturar al monitor Hudscar, reafirmando su supremacia naval en ¢l Pacifico. La segunda etapa se desarrollé hasta el 17 de enero de 1881 y estuvo caractetizada por una guetta de posiciones. La temprana retirada de Bolivia de Ja contienda (1880) y la exitosa ofensiva del ejército de Chile Je permitié apoderarse de los principales territorios en disputa: Tarapacd, Arica, Tacna, ademés de Antofagasta. Bsta fase concluy6 con la ocupa- cin de Lima por los chilenos, el 17 de enero de 1881, sitiada durante varios dias. Por dltimo, la tercera etapa de la Guerra del Pacifico se extendi6 hasta la derrota peruana en la batalla de Haamachuco, el 10 de julio de 1883. Fueron los afios de la resistencia popular contra el invasor ex~ tranjero, de la destruccién de las grandes plantaciones de la costa norte y de las hazafias de las guerrillas 0 montoneras dirigidas por Andrés Avelino Caceres, el Brujo de los Andes. ‘También durante esta fase el gobiemo norteamericano oftecié al gobierno de Pert su interesada mediacién a cambio de concesiones y la entrega del puerto de Chimbote, para establecer una base naval, Este proyecto, que figura entre las primeras expresiones de los apetitos imperialistas de Estados Unidos, se frustré por la répida reacci6n chile- na al destituic y apresar al mandatario peruano Francisco Garcia Calde- r6n, complicado en estas negociaciones subrepticias. ‘Como resultado directo de la Guerra del Pacifico, el érea territorial de Chile crecié a costa de Bolivia -que perdié toda la provincia de Antofagasta y con ella su salida al mar y Peril -se quedé definitiva- mente sin Tarapacé y Arica-, al anexarse unos 180 000 km muy ricos cn yacimientos minerales. Pero el verdadero vencedor de Ia contienda fratricida fue el imperialismo inglés. = 193 — BREVE HSTORIA DE AMERICA LATING, Todo sucedié como si los pueblos surandinos se hubieran desangra- do para que el capital britanico se quedara con el salitre y sus principa- Jes recursos. Asf Pera, con su economia postrada, vio pasar a.manos inglesas las arruinadas plantaciones azucareras de los valles mas fér- tiles de la costa septentrional, que fueron concentradas en enormes explotaciones. ‘Ademés, para cancelar la deuda con Inglaterra, el gobierno peruano debié enajenar los ferrocartites del estado ~construidos en la época del auge exportador guanero y que pasaron a ser operados por la Peruvian Railway Company-, otorgar distintos privilegios comerciales, entregat medio millén de hectéreas y el usufructo de las islas guaneras. Es la etapa en que se crearon en Perit las bases de la llamada «repttblica a- ristocrdtica» (1895-1919), iniciada con el gobierno de Nicolds de Piérola (1895-1899), Para Chile, supuesto vencedor en la contienda, las consecuencias no fueron muy diferentes. En junio de 1881 el gobierno chileno decidié devolver las salitrezas expropiadas por los pernanos a Jos tenedores de los bonos entregados en 1875. Esos documentos habfan sido emitidos por Pert para indemnizar a los empresarios afectados, pero sus valo- res se depreciaron répidamente durante la guerra y algunos especuladores briténicos, radicados en Chile, aprovecharon la coyuntura para adqui- sitlus Lon ci€ditus oturgadus por los propios bancos chilenos. EL mas afortunado de todos resulté ser el inglés John Thomas North, quien al fin de la Guerra del Pacifico emergié como indiscutido «rey del salitre». La penetracién del imperialismo inglés en Chile se consolid6 en los aiios siguientes, al extremo que en 1890 el capital briténieo invertido en mings, salitreras, ferrocarriles y bancos, ascendia a 16 millones de libras esterlinas, mientras los empréstitos briténicos habfan elevado la deuda chilena a 8 millones. En otras palabras, ya en 1886 el imperialis mo inglés controlaba 70 % de la produccién de Ja principal riqueza de Chile, el salitce, y en 1890 habia triplicado sus inversiones en este pass. Ante este panorama, el presidente chileno José Manuel Belmaceda encaminé su gobierno, iniciado el 18 de septiembre de 1886, ala rec- peracién de esos recursos naturales basicos, Para conseguirlo, Balmaceda intent6 aprovechar las ya visibles contradicciones interimperialistas de Ia época con el fin de promover un desarrollo nacional, libre de la a- fixiante tutela inglesa. Sus esfuerzos en este sentido estuvieron ditigi- dos a atraer los intereses alemanes, norteamericanos y franceses, rivales del imperialismo briténico en América Latina. = 194 — Sexcio GusnaA Viasov sin embargo, la oposicién de los grupos ingleses Atquicos le impidis consumar su planes, Los interes antinacionsles canton, por la politica econémica de Balmaceda, nucleados en el congress ~poderoso reducto de la oligarquia aliada al capital britdnico-e le enfrentaron abiertamente, Por tiltimo, el 7 de enero de 1891 la ota de guerra chilena surta en Valparatso, signiendo érdenes de Jorge Monee se rebel6 contra el gobierno de Balmaceda, . La resistencia a Ja sublevacién se prolongé por varios meses, pero el 19 de septiembre, un dia después de terminado su mandato constitucio- nal, el presidente Balmaceda se suicid6 en la embajada donde estaba asilado, Su muecte puso fin al régimen presidencialisa en Chile y 2 uno de los primezos intentos de desarrollo nacionalista registeados en la his. toria contempordnea de América Latina. El resultado fue que al terminar €l sigo, los chilenos solo controlaban 16 % de su industria salitrera, INICIOS DE LAS RIVALIDADES INTERIMPERIALISTAS EN AMERICA LATINA Como hemos visto, ya en la Guerra del Pacifico se pusieron al descu- bierto las primeras contradicciones correspondientes a la etapa del capitalismo monopolista~ entre Estados Unidos e Inglaterta por el do- minio de América Latina. En este conflicto, Londres apoyé al gobierno chileno para quedarse con los ricos yacimientos salitreros en disputa con Bolivia y Pend, enfrentamiento que terminé con la derrota de las aspiraciones de Estados Unidos, En esa misma década Washington, con el propésito fundamental de contrarrestar la preponderante influencia inglesa en el continente, sac6 a la Ina su proyecto panamericano, La idea fructificé en 1889 en la Primera Conferencia de las Naciones Americanas, cuyos resultados que- daron por debajo de jas expectativas de sus promotores, que preten- fan formar una uni6n aduanera, construit un ferrocarril panamericano, ¥ establecer una moneda y un banco heimisféricos, En lo adelante Jas conferencias panamericanas se convittieron en el sje de toda Ja politica exterior de la Casa Blanca, dirigida a alejar de ‘a influencia inglesa a las débiles repiiblicas latinoaméricanas y logear ‘a absoluta supremacia econdmica y politica en este continente. De aht ls exhumacién de la vieja doctrina Monroe para convertitla en la base dc las relaciones entre Estados Unidos y América Latina, = 195 — eto Guenna Vitesor Breve wieronia DE Avgnicn LATINA eee Aunque en as primera reunionespanamercanas se dcueron cues sonesapreatment de pora mont, como regelsiones comerciales aicuerdos postales,arbitiaje internacional y otras pore) eile se.t taban los temas que tenfan que ver con problemas politicos, realidad se encubrfa el objetivo norteamericano de buscar un ae oe Tints pene nls en a ein ocelot 1889 1910, Estados Unidos auspicié las primeras cuatto conte names : Washi 9; Ciudad México, 19015 Rio de Janeiro, Se oe aoe 1940, nar ene dino donde se fan la Union Basa Jneticana como organismo permanente presidido por el Secretario de Es Inidos. a 1895, con motivo de los problemas fronterizos entre la aaa ie nica y Venezuela, que determiné el envio por el gobierno le Exados Unidos de la nota Olney, redactada en forma de ultimatum: «] ae tulad Estados Unidos es préecameatesoberano en este contin. te». En ella Washington acusaba a Inglaterra de eae la Monroe yexg la acepacén del aba intemaconal. ‘A pesar de que en ambos paises se llegé a crear tn ambiente de vet nis de os bers en Africa del Sur sobre todo, lt xoien= 3 amenazas de Alemania Ilevaron al gobierno britanicn a cont podzan, aceptando los «buenos oficios» de Estados Unidos. De os Imaera os ingles debieron teconoce ament el predosinio nor teameticano en este continente, para obtener el apoyo de ashing ante la creciente rivalidad con Alemania. En esa decisién tea ie Unie Aye peso de iat enorme inversion riéncas en Estados Un dos, la importancia de su mercado, asi como el entrelazami sus intereses bancarios. aspectos més relevantes de ese fenémeno fue el relativo debilitamiento del peso que tenfa la industria inglese en la economia internacional En ciertaforma ese era el resultado de'la’aparici6n’en Ia pslestea mundial de varias potencias que répidamente igualaron y aun supera- rom las producciones inglesas: Alemania, Estados Unidos y Japén, Estos pafses en 1878, 1865 y 1868 respectivamente, vivieron acontecimnien, tos trascendentales en sus respectivas historias nacionales que impulsa- ron el desarrollo capitalista y el crecimiento y competitividad de sus industrias, Inglaterra dej6 ast de ser el taller del mundo y su predominio co- menz6 a ser desafiado por pafses como Alemania y Estados Unidos, Entre 1890 y 1914 las industrias pesadas norteamericana y alemana surebataron la hegemonfa s Ja inglesa, Estas potencias emergentes, pat ges de industrializacién més reciente y dotadas de nuevas tecnologias, supetaron a Inglaterra en fos rubros més importantes de la producdén industrial, tales como artefactos y maquinarias eléctricas, productos guimicos y elementos mecanicos. En 1913 ya los alemanes cubrfan 48,5 % de la industria eléetrica, los norteamericanos 17,7 9 y los in. sleses 23,4 96, Paralelamente, Inglaterra veta disminuir su participacidn en el comercio internacional, Como resultado de su formidable activicad productora y mercanti, __fanto Estados Unidos como Alemania acumularon una gran masa de capital que ansiosamente buscaba colocacién en el exterior, En conse- ‘encase produjo un aumento vertiginoso de la exportacién de capi __iles de estas dos potencias hacia las zonas coloniales y semicoloniales, '0 que trajo aparejado un amplio movimiento mundial de expansion mpetialista, En el caso norteamericano su area natural de influencia 2 América Latina, sobre la que habla ejezcido histGricamente sus aspi= _ Rciones y aventuras expansionistas, particulatmente desde la procia. Macién en 1823 de Ja doctrina Monroe. {a accién imperialista de Estados Unidos, como las de Europa occi- dental y Jap6n, estaba motivada por las mismas causes econ bmices tre los primeros idedlogos del imperialismo norteamericano estuvo {lalmirante Alfred T. Mahan, quien en 1890 y 1897 diera a conocer {2s obras ampliamente difundidas: La influencia del poder maritino on 1s historia ~donde criticaba la tradicional politica aislacionista de Esta- 127 Unidos y vaticinaba que este pas estaba destinado a intervene co _ 25, auntos mundiales de manera decisiva~ e Interds de los Estados Uni- ce) fl Poder naval. En esta itima proclamaba que una tercera etapa | {| destino manifiesto» estaba en marcha -la primera habia aide Ia | P"ensién de la frontera al Mississippi y la segunda, el arcebato tertito. COMIENZOS DE LA EXPANSION 1MPERIALISTA — DE ESTADOS UNIDOS jeron En los siltimos aitos del siglo xn« y en los primeros del xx 7 produ f importantes cambios en la estructura econémica mundial. Uni " Gitado por Hernén Ramicex Necochea: Historia del mperiaismo en Chile, p. 183 3 Fee —197— Brive HisTomia De Aménica Lara rial a México-, la cual exigia 1a posesién de una ruta canalera por Centroamérica, bases estratégicas en el Pacifico y el dominio de los pasos del Caribe, entre la costa oriental de Norteamérica y Panam. Con la breve guerra contra Espaiia en 1898, Estados Unidos se adentré en la tercera etapa sefialada por Mahan al iniciar una violenta ofensiva expansionista que combiné los viejos métodos colonialistas con las més modernas formas de penetracién del capitalismo. El interés por apoderarse de !as ailtimas.colonias espaitolas en este hemisferio (Cuba y Puerto Rico) no solo tenia que ver con su valor material ~fuen- te de materias primas y mercados-, sino también con su importa estratégica como fururas bases de operaciones para la irrupci6n del ca- pital norteamericano por el resto del continente. ‘Los siguientes pasos de la ofensiva norteamericana en este hemisfe- rio estuvieron relacionados con sus despiadadas intervenciones milita- resen el Caribe y Centroamériea aplicando el «garrote» (big stick), Este perfodo de brutal expansionismo norteamericano coincidié con los 16 aiios (1897-1913) consecutivos de gobiernos republicanos de los presidentes William McKinley, Theodore Roosevelt y William H. Taft, quienes se convirticron en verdaderos campeones del imperialismo, Pese a todas las conquistas y chazafias» de estos mandatarios, durante el si- guiente gobierno norteamericano del demécrata Thomas Woodrow ‘Wilson, extendido de 1913 a 1921, Estados Unidos realizé més inter- venciones armadas en América Latina que las de sus tres antecesores republicanos juntos. Intervencién norteamericana en Panama Fue en Panamé donde se aplicé por primera vez la famosa politica del big stick 0 del «gran garrote>. Este pequefio istmo, que desde 1a inde- pendencia de Espafia era parte integrante de la Reptiblica de Colombia a la que habia estado vinculado desde !a colonia, atrajo momenté~ neamente la atencidn norteamericana a mediados del siglo x1x, cuando fue necesatio ocuparlo para facilitar la comunicacién interna de Esta- os Unidos, antes de la construccién del ferrocarril transcontinental. A principios del siglo xx, en cambio, el interés revivido del gobierno de ‘Washington por la regién istmefia tenfa que ver con la expansin de Estados Unidos en la fase imperialista de su desarrollo. Durante la guerra contra Espafia (1898), el crucero norteamerican0 Oregon emple6 68 dias para llegar al Caribe pasando por el estrecho de 198 — Senco Guemna Viuasov ‘Magallanes. Ahora que los Estados Unidos tenfan posesiones en € Ee Pipinsy Coan) pees inmerses n Case es os tal de los pafses latinoamericanos, su Hota y mercaderiss debian lle dde manera expedita a estas regiones. ee El proyecto de abrir una ruta canalera por alguno de los istmos cene troamericanos chocaba con el viejo tratado Clayton-Bulwer de 1850 Bao con Inglaterra, que no sol imped lento excuse del via por un solo pafs, sino también era percibido como una violacié In docttina Monroe, Por ello se abreron negocaciones cont aolce no briténico que dicron lugar a un nuevo tratado entre las dos poten. cis, el Hay-Pauncefote del 18 de noviembre de 1901, el cual abrogeba clanterior y autorizaba a Estados Unidos a construr un canal y mante- ner su control. Virtualmente este nueyo acuerdo daba luz verde a k expansin norieamercam or Ami Cente y el Caxibe, : La construecién de un canal en Panamé, sin embargo, y it iado. desde principios de 1881 bajo Ja Gestion del ingore Ferdinand de Lesseps, el artifice del canal de Suez, contratado por Ia Compaifa Francesa para la apertura del Canal Interocednico, Aunque los franceses habian avanzada en las obras ~ten‘an excavados unos 40 km~y adquirido el viejo ferrocarril norteamericano, la construcciGn se demo a prinipios den década del oven ats dfulces inne le 1a primera empresa francesa, que desde 1 i por la Compra Nueva del Cana Tales difatades se vino das por los efectos devastadores de Ia fiebre amarilla sobre los wabaja. dores inmigrantes y un errado disefio del proyecto, que no tomaba en consideracién los desniveles existentes entre los dos océanos, Después de una lucha enconada con ciertos intereses norteamerica- nos que preferfan la apertura del canal pot Nicaragua, derrotados por el dictamen de una comisin del congreso de Estados Unidos, el presi dente Theodore Roosevelt consiguid que el 19 de junio de 1902 el legislativo lo antorizara (ley Spooner), a comprar por 40 millones de lates la concesiéa francesa, Para completar el plan era necesatio obtener los i de la construccién del eanal por parte del pune ie Cate que en principio se logré con el tratado Hay-Herrén del 22 de enera de 1903 ~entregaba a Estados Unidos una zona interoceénica de hasta 10 km de ancho y le concedia su explotacién por perfodos renovables de un sigh, a opcién exelusiva de Estados Unidos-; pero no fu ratfi cado por el gobierno eolombiano (12 de agosto) debido a que lesionaba seriamente su soberanfa y no recibia a cambio la compensacién econd- mica a que aspivaba. ~199— BBneve wsToRIA Of AMERICA LATINA Ante este inesperado obstaculo, Estados Unidos decidié entonces propiciar la separacién de Panamé de Colombia, para negociar con la futura débil repiblica istmefia un tratado contentivo de todas sus?ex: gencias. La perspectiva de la construccin de un canal, aun en las con- diciones fijadas por el Hay-Herrén, significaba un alivio para el agobiado pueblo panameiio y prometia grandes negocios a la oligarquia conser- vadora de Panamé (los rabiblancos). Por eso, el rechazo del rratado por el gobierno de Bogoté fue inter- pretado en el istmo como una amenaza potencial para su muy deteri rada economia, lo que se sumaba a la posibilidad de que la via se constrayera entonces por otro lugar (Nicaragua), echando por la borda todas fas expectativas de mejoramiento del pals. Eso explica que los norteamericanos pudieran aprovechar facilmente, para sus objetivos, Jas leeitimas aspiraciones del pueblo panamefio de crear una nacién independiente. Los atraigados sentimientos nacionales istmefios se habfan_ afianza- do en los afios dé 1899 a 1903, cuando Colombia fue sacudida por una de les mas moztifecas contiendas civiles de su historia, conocida como la Guerra de los Mil Dias ~se calcula que arrojé més de cien mil muer- tos- que Gabriel Garcia Marquez escogiera como trasfondo de su fa- mosa navela Cien afins de soledad (1967). ‘La causa principal de esta contienda, en Ia que se vieton involucrados los gobiernos liberales de Eloy Alfaro de Ecuador y Cipriano Castro de ‘Venemela, parece haber sido Ja reaccién contra ¢] monopolio conser vvador del poder ~al que los liberales no tenfan acceso por las vias elec- torales~, asf como el amplio descontento creado por los elevados impuestos a las exportaciones cafetaleras. La muerte de Rafael Naiez, cen septiembre de 1894, habfa creado una situacién propicia para el levantamiento liberal, el que finalmente estallé en agosto de 1899 en- cabezado por Rafael Uribe Uribe. Hasta ese momento Panamé se habia marginado sistematicamente de las luchas fratricidas entre liberales y conservadores colombianos, pero en esta ocasién el apoyo a los primeros significaba la recuperacién, de la autonomfa istmefia perdida en 1886. Por eso Ja guerra tuvo aqui un escenario particular ~a pesar de que los marines norteamericanos habian impedido el desembarco de la expedicin comandada por Ben- jamin Herrera-, al extremo que mientras los liberales eran derrotados en Colombia se imponfan en Panama. Ademés, la guerra ganaba en tierza panamefia perspectivas sociales con las demandas agraristas de Jos miles de cholos que seguian al jefe guerrillero campesino Victoriano Lorenzo, — 200 — Sexcio Guena Vigor : Para terminar la Guerra de los Mil Dias en Pa: intervencidn norteamericana de 1902, la que obligo s He eo servadoresaa fitmar la paz en el acorazado Wisconsin, Saito cay eeo se acord6 asi la rendicién de los primeros a cambio de garenvie ot sus drigentes. Seguidamente se produjo la taicion a Viewiane so zo y su fusilamiento en Chiriqut, el 15 de mayo de 1903, neo expan de os jefs Hibercles pana. fete ‘onseguida la tranquilidad de Panamé, los Est i 7 zon seguir adelante con sis planes dirgides ala conse Pe canal interoceénico, para lo cual tenfan de aliados a los abide se sea, la oligarquia conservadora de Panamé, encabezada poe ve ® Amador Guerrero, Toms Arias y Federico Boyd. ce En septiembre de 1903, el francés Philippe Bunau-Varill, copropietario de la compaifa francesa duefia de las inlets canaleras en construccién, y el panamefio Manuel Amador Gasp? urdieron en Nueva York todos los detalles del siltimo capitulo dle E13 de noviembre de ese aio, bajo la protectin de los exnoncy 44 em cuadra norteamericana anclada en las aguas cercanss, se pacts independencia de Panamé y al propio Amador Guerrero cnn mer presidente, gobierno reconocido al dia siguiente por Bstaden ty dos. Las tropas colombianas enviadas aimpedir la separaciGn al ae del general Daniel Ortiz, facron detenidas eu Tiumate por bags teamericanos y obligadas a suspender cualquier accién ofensien Apenas poco mas de una semana después (18 de noviembre) fis m6 un nuevo tratado, el Hay-Bunau-Varilla, cuyas cléusules eran ot via mds onerosas que las del acuerdo anterior, pues ahora lace oe era a perpetuidad y se entregaban 10 millas a todo lo largo de sane riberas del futuro canal, cediendo la sobetania sobre esa zona soe Unidos; en ese acto el abogado de la empresa francesa remeesne’s recign creado gobierno de Panarnd. Ademas, enmte el3 yel de freq bre de 1903 se «negocid» entre los dos paises el farisaico conven ae ue mediatizaba la nueva reptblica. Desde ese momento Pareng ot 6 convertido en una especie de protectorado de Estados Undine | que se le impuso una consttucién (1904) que permit la inte seat Te aa en su territorio, satiate canal fue inaugurado finalmente en 1914, tras s problemas financero, de defo deslubidad’-ste are ek descubrimiento del agence erasmisor dela fiebre amarilia por dante Carlos J. Finlay~ que habian paralizado el proyecto francés, Pars tent nar la descomunal obra, fue necesario movilizar mis de 27 000 nemes antllanos, de habla inglesa y francesa, indios y chinosy 12.000 obmect europeos, fundamentalmente cspatiles, italianos, gregos y tanecees abogado y 2 Breve HsTORA De Amenica LATIN les jovenes, El corolario Roosevelt Después de la ocupacién de Panamé, los Estados Unidos fueron am- pliando su in‘luencia ¢ intereses en la regién de Centroamérica y ¢! Caribe mediante variados procedimientos, aunque los mas usuales fue- ron los de establecer gobiernos adictos y/o la intervencién militar diree ta (big stick), bajo el amparo del corolario Roosevelt a la doctring Monroe. & El origen de este corolario se relaciona con otro episodio de las sivas lidades interimperialistas. Desde la independencia de los pafses latino’: mericanos era usual que las potencias europeas resolvieran 3 reclamaciones financieras a las débiles naciones de este continente me diante el bloqueo y bombardeo de sus costas y puertos —los primers s® habfan registrado ya en 1838-, practica que atin se utilizaba a comieh 08 del siglo xx. Por ejemplo, el 9 de diciembre de 1902 Inglaterra, Alemania ¢ tall bloquearon y hostlizaron las costas de Venezuela (Maracaibo, La Guat y Puerto Gabello), para exigir al gobierno de Cipriano Castro (18975 71908) la satisfaccién de sus reclamaciones financieras. En esta ocasi6 Estados Unidos presioné a todos los involucrados a aceptar el arbitts}é internacional, a pesar de los Hamados de Ia prensa norteamericana P no hacer nada en favor de «los desacreditados ¢ insolventes paises au controamericanos»2 Al final, los Protocolos de Washington obligst2 al presidente Castro a aceptar las reclamaciones de las poten#= imperialistas europeas. , ‘Como Ja endémica insolvencia financiera de los paises latin canos era el pretexto esgrimido por las potencias acreedoras europe para este tipo de intervencién militar, el presidente norteameti©d aprovech6 la quiebra fiscal de la Repiblica Dominicana en 1904 amet * Gtedo por Apolnar DizaCellejas: Colombia y Estados Unis. Entre fa eutonamia ys ‘iin de la indopsndeneia @ Panama p. 388. —202— ae ‘Serato Guerna VuaBoy Janzar, en su mensaje anual de diciembre de ese afio, su doctrina de imtervencién preventiva, En ella sefalabs que si una nacién de este con- tinente no cumplia con sus obligaciones.en el pago de sus deudas, Esta dos Unidos se verfa obligado «a ejercer la facultad de polici internacional»? Frente a estas tesisintervencionistas, algunos gobicrnos latinoameri- ‘anos interpusieron dos doctrinas elaboradas por diplométicos argenti- nos, Carlos Calvo y Luis Drago, que exigian el respero a la soberania juridica de los estados, al que los exrranjeros debfan someter sus recla- maciones y aceptar sus decisiones (1896), y el rechazo al uso de la fuer- 1 para cobrar deudas contrafdas por una nacién (1902), Bl egarrote» que Roosevelt pretendia blandir sobte América Latina descansaba en lo fundamental en Ja fuérza del ejército norteamericano, ‘cuyos efectivos se habfan empezado a fortalecer desde la Guerra Hispa- ‘no-Cubano-Norteamericana de 1898. Ademés, la economia de Estados Unidos estaba en plena expansién, al extremo que su comercio se ‘ciplicarfa entre 1900 y 1910, lo que proporcioné una indispensable bose interna a la agresiva politica exterior de Roosevelt. La primera vietima de Ia aplicacién del corolario Roosevelt a la doc- trina Monroe fue precisamente la Repiblica Dominicana (4 de febrero de 1905), a la que Estados Unidos, alegando la inminente amenaza de na intervenciGn europea barcos de guetrs de las porencias acreedo- as, Alemania, Francia, Italia y Holanda, merodeaban por sus costas~, __ Impuso el control de sus finenzas y aduanas, lo que convirti6 en nomi- {pls soberania dominicana. No obstante, en 1916 el presidente Wilson eg6 todavfa més lejos cuando dispuso la ocupacién militar directa, Que se extendié hasta 1924, af la primera intervencién norteamericana en Santo Domingo segui- _{ifmachas otras en aregién de Centroamérica yet Caribe, algunas de gs fundamentadas con otros argamentos, como las de Cuba 326-1909), Nicaragua (1912-1925), México (1914 y 1917), Haiet oi 24 -1934), y la ya mencionada de Repiblica Dominicana (1916- fg) Com colofén, Estados Unidos compré en 1916 las Ila Virge- ‘namarca, con To que dispuso de una virtual base paca controlar 940° los accesos a la regisn, _, Como parte de esa ofensiva desenfrenada, Estados Unidos logré Wertir al Caribe en un verdadero mare nostrum norteamericano, . Dis, J posit Teo Ronse Cones de Estas nes, on Les tte de América Latin, 9. 68, " na

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