El arribo al Perú de la Expedición Libertadora encabezaba por el general
don José de San Martín causaron entusiasmo entre la población indígena. El virrey José de la Serna ordenó entonces al general Juan Antonio Monet a que rompiera el cerco de los montoneros, pero de las acciones armadas que realizó, Monet no pudo doblegar la resistencia de los patriotas. La siguiente medida del virrey fue armar una fuerte división, al mando del general Mariano Ricafort, para derrotar la insurrección de la sierra central y a la vez para socorrer al general José Carratalá, pero no resulto. el virrey decidió enviar al general Jerónimo Valdés con un crecido número de efectivos. Valdés partió en marzo de 1821 desde el cuartel de Aznapuquio (cerca de Lima), rumbo a la sierra central. En dicha época las heroínas Toledo encabezaron un grupo de pobladores de Concepción para evitar el ingreso de las fuerzas del enemigo. Las heroínas Toledo fueron tres mujeres: una madre con sus dos hijas, naturales del pueblo de Concepción, cerca de Huancayo, en Perú, quienes se destacaron durante la guerra de la Independencia. La madre se llamaba Cleofe Ramos y sus hijas María e Higinia Toledo, aunque otras versiones indican los nombres de Teresa y Rosa para las hermanas. La hazaña de las heroínas Toledo sucedió el 3 de marzo o 10 de abril de 1821.En el marco de la guerra desatada por los españoles contra los montoneros o guerrilleros patriotas de la sierra central del Perú, las “Toledo” acaudillaron a un grupo de pobladores de Concepción para cerrar el paso de las fuerzas del general realista Jerónimo Valdés, y con tal fin derribaron el puente sobre el río Mantaro, la vía de entrada a su pueblo. De esa manera retrasaron el avance de Valdés y posibilitaron que las fuerzas patriotas del general Juan Antonio Álvarez de Arenales pudieran ponerse a salvo (marzo o abril de 1821) Los patriotas lograron así ganar tiempo para retirarse y evitar un acorralamiento, y Valdés tuvo que buscar otro pasaje para cruzar el río Mantaro. Por tal hazaña, el Protector José de San Martín las premió con la "Medalla de Vencedoras". Las tres heroínas sobrevivieron en pueblos indígenas hasta que junto con el resto de los pobladores retornaron a Concepción, que fue reconstruida. En homenaje a estas heroínas peruanas un colegio nacional de mujeres del Callao lleva su nombre.