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TEMA 1. ACCIÓN SOCIAL EN LA EMPRESA.

1. Concepto

La acción social se enmarca dentro de un deber genérico de protección del trabajador que
emana de la propia relación de dependencia que une al trabajador con el empresario, y por
tanto hace al trabajador acreedor de una cierta tutela por el empresario. Ese deber
genérico incluye tanto la acción social o existencial en favor del trabajador como el deber
de velar por su seguridad y salud. Ese deber no aparece recogido en ninguna norma, ya
que el ET reconoce como un derecho básico del trabajador la protección de su seguridad y
salud en el art. 4.2. Únicamente el deber de velar por la seguridad e higiene tiene un
fundamento legal, también reconocido en el ET, art. 19.

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En un sentido amplio, la acción social sería el conjunto de actuaciones que el empresario


realiza en favor de la persona del trabajador. En un sentido estricto, la acción social es
aquella actuación de carácter voluntario del empresario dirigida a la mejora del bienestar
social del trabajador. Así el empresario proporciona una serie de beneficios a los cuales no
está obligado de forma legal.

La acción preventiva no se refiere a un conjunto de actuaciones de carácter voluntario,


sino que se trata de auténticas obligaciones impuestas por la ley. Con carácter general,
esas obligaciones se imponen por el ET, y con carácter específico vienen impuestas por la
LPRL (1995). El incumplimiento de esas obligaciones supondrá la imposición de unas
sanciones tipificadas igualmente en la LPRL, aunque no exclusivamente. Las diferencias
entre la acción social y la acción preventiva derivan de tres elementos:

 Voluntariedad: en la medida en que la acción social es voluntaria, mientras que la acción


preventiva es obligatoria.

 El contenido: la acción social se dirige a proteger al trabajador y en ocasiones a su familia,


mientras que la acción preventiva tiene por misión velar por la salud del trabajador.

 El fundamento legal: la acción social deriva directamente de la negociación colectiva, donde


el empresario puede conceder una serie de beneficios sociales a favor de los trabajadores
(p.ej. las mejoras voluntarias de las prestaciones de Seguridad Social). Al tener carácter
negocial, es posible alterar el contenido de estos beneficios, incluso suprimirlos a través de
la negociación colectiva; sin embargo, la acción preventiva viene establecida en una norma
de origen legal, la ley impone esos deberes, por tanto el empresario no puede modificar su
contenido.

El deber de protección del empresario tiene una doble manifestación: como protección
reglada u obligatoria establecida por la ley, y como protección no reglada o de origen
convencional.

2. Objetivos.

 Garantizar la seguridad y salud de los trabajadores que pueda verse alterada por el
desarrollo del trabajo que organiza y dirige el empresario. De ahí que la ley le haga
deudor de seguridad y salud. El empresario, como propietario de los medios de
producción, tiene la responsabilidad de evitar cualquier daño para la salud de los
trabajadores. El riesgo de producir un daño para la salud puede derivar de las
condiciones materiales del puesto de trabajo, del manejo o utilización de sustancias
nocivas o peligrosas.
 Garantizar el bienestar de sus trabajadores más allá de la seguridad y salud física de
la persona.

3. Evolución histórica.

A) Acción social.

Nos remontamos a la Ley de Contrato de Trabajo (1944), en la cual se reconocía


expresamente ese deber empresarial de protección del trabajador contrapuesto al deber
de fidelidad del trabajador. En esta época franquista existe una legislación específica que
impone al empresario obligaciones en materia de acción social, así se obliga al empresario
a través de una norma de 1958 a constituir en aquellas empresas, con una plantilla
superior a 500 trabajadores, economatos (tiendas en las que los trabajadores podían
adquirir bienes de primera necesidad más baratos). Además, un decreto de 1938
establecía la obligación del empresario de habilitar un local para que los trabajadores que
no tuvieran un tiempo mínimo de dos horas para comer pudieran hacerlo en este espacio
físico habilitado por el empresario, y además obligaba a los empresarios en aquellas
empresas con plantilla superior a 50 trabajadores a establecer un servicio de comidas a un
precio más barato. En 1974 se establecía la posibilidad de implantar guardería infantiles
laborales.

B) Acción preventiva.

La LPRL de 1995 marca un antes y un después, hay un cambio importante en la historia


de la prevención de riesgos, seguridad e higiene. Esta ley ha venido a sustituir una norma
reglamentaria que estaba en vigor desde 1971, que es la Ordenanza General de
Seguridad e Higiene (de 09/03/71). Algunos preceptos de esta Ordenanza aún siguen en
vigor.

Otro aspecto de la LPRL es la modificación de la terminología tradicional de seguridad e


higiene, que ahora se denomina Prevención de Riesgos Laborales con la finalidad de
remarcar el aspecto preventivo.

Históricamente la prevención de riesgos laborales empieza a plantearse como una


cuestión accesoria en relación a la vertiente o faceta reparadora del daño ocasionado por
el trabajo. La Ley de Accidente de Trabajo (1900) es la primera norma que hace mención
al aspecto de la prevención del riesgo. Sin embargo, a esta ley se la conoce mucho más
por su afán de proteger al trabajador frente a las consecuencias derivadas del desarrollo
del trabajo. Uno de los reglamentos que desarrollaba esta ley incluía un catálogo de
mecanismos preventivos de los accidentes de trabajo. En la Segunda República Española
se aprueban dos reglamentos que regulan los accidentes de trabajo en la industria y la
agricultura. En esas normas se incluyen algunas indicaciones en materia de prevención de
riesgos. En una tercera etapa, se aprueba una Ley de Accidentes de Trabajo (1956) que
solo contiene dos preceptos dedicados a la prevención. En 1961 se dictó un decreto que
regulaba el aseguramiento de las enfermedades profesionales. Esta norma contenía un
capítulo específico en materia de prevención, pero limitado a las enfermedades
profesionales, así que tampoco es una norma general de seguridad e higiene. La única
norma general de seguridad e higiene en España anterior a la Ordenanza de 1971 es un
Reglamento General de Seguridad e Higiene, de 1940. Éste fue sustituido en 1971 por la
Ordenanza general.

En 1971 se aprueba un decreto por el que se regula la composición y funciones de los


comités de seguridad e higiene, en virtud del cual es obligatorio constituir un comité de
este tipo en aquellas empresas con más de 100 trabajadores. En las empresas de menor
tamaño podía haber comité si en virtud de la peligrosidad de la actividad así lo disponía el
Ministerio de Trabajo. En el resto de las empresas con plantilla inferior, siempre y cuando
tuvieran al menos 5 trabajadores, las funciones de seguridad e higiene eran asumidas por
un vigilante de seguridad designado por el empresario.

Además, en esta época se aprobó un decreto que regulaba los servicios médicos de
empresa. Esta norma de 1959 también ha sido derogada expresamente por la LPRL, de
manera que los médicos o personal de estos servicios se han integrado en los actuales
servicios de prevención. Según este decreto, aquellas empresas con más de 1000
trabajadores estaban obligadas a constituir un servicio médico de empresa; sin embargo,
cabía la posibilidad de constituir un servicio común para todas aquellas empresas con más
de 100 trabajadores pero menos de 1000.

C) El derecho de prevención actual.

Es un derecho público y se define como un derecho mínimo necesario que puede ser
mejorado por la negociación colectiva. Este derecho está formado por dos tipos de
normas: un conjunto de normas de carácter general en las que se establecen los derechos
y deberes en materia de prevención, y un conjunto de disposiciones técnicas que regulan
la prevención de riesgos específicos (p.ej. el ruido).

TEMA 2. PRINCIPIOS Y FINALIDADES DE LA ACCION SOCIAL EN LA EMPRESA.

1. Objeto, carácter y objetivos de la acción social.

El objeto del derecho de prevención de riesgos es el trabajo y las condiciones en las que
éste se desarrolla. El trabajo en sí mismo es una actividad que comporta una serie de
riesgos para la salud del trabajador. El riesgo laboral se identifica con ese potencial peligro
para la salud del individuo, que puede ser inherente a la propia actividad que se desarrolla.

La ley define el riesgo laboral en el art. 4 LPRL. Ese concepto de riesgo se relaciona con
dos criterios:

1. La posibilidad de que se produzca el daño.

2. La severidad o gravedad del mismo.

Estos dos criterios determinan el nivel de gravedad del riesgo. El objetivo de la norma de
seguridad y salud es promover la salud de los trabajadores adoptando medidas técnicas
de prevención de riesgos. Todo el conjunto de actividades preventivas en la empresa
previstas en todas las fases de la actividad empresarial, deben ir encaminadas a disminuir
los riesgos en el trabajo. La filosofía de la ley es evitar los riesgos, y en caso de que no se
puedan evitar, hay que minimizarlos o reducirlos.

El objeto de las normas de prevención en materia de enfermedades profesionales es


diferente al objeto de las normas de Seguridad Social, es decir, el concepto de enfermedad
profesional en la normativa de prevención es mucho más amplio que el concepto que
utiliza la Ley de Seguridad Social, ya que la enfermedad profesional en este último caso se
limita a la enfermedad catalogada recogida en una lista oficial de 1978 que relaciona la
actividad y las sustancias empleadas en esa actividad con la enfermedad profesional. El
objeto de las normas de Seguridad Social es la reparación del daño ya producido, mientras
que en la normativa de prevención se pretende actuar con anterioridad, es decir evitando
que ese daño se produzca. La Disposición Adicional Primera reconoce la diferencia entre
las normas de prevención y de Seguridad Social.
Riesgos que pueden darse en el desarrollo del trabajo: pueden relacionarse con la propia
actividad, con los productos o sustancias que se utilizan, con los equipos de trabajo. Estos
riesgos pueden influir de forma negativa en la salud del trabajador.

Otro riesgo que puede tener incidencia es el que deriva de los sistemas de organización
del trabajo (estrés).

La actuación preventiva debe fundamentarse en una serie de principios recogidos en la


ley:

 evitar los riesgos, minimizarlos o reducirlos.

 adaptación del trabajo a la persona, especialmente cuando se trata de trabajadores que


necesitan una especial protección y que la ley denomina como “trabajadores especialmente
sensibles”, donde se incluyen los menores y las mujeres embarazadas, los minusválidos y
los trabajadores temporales, ya que son los que sufren los accidentes de trabajo.

 evaluación de los riesgos. Ayuda al empresario a planificar la actividad preventiva.

 planificación preventiva.

 formación de los trabajadores como deber del empresario.

 vigilancia de la salud, que supone la práctica de reconocimientos médicos de forma inicial


(cuando el trabajador ingresa en la empresa) y de forma periódica, periodicidad que depende
del tipo de riesgo al cual se expone el trabajador.

La actividad preventiva puede manifestarse en el ámbito de la empresa como obligación


del empresario, pero también es necesaria una actuación preventiva externa por parte de
la administración pública, tal y como se reconoce en el art. 40.2. CE.

La política preventiva sería aquel conjunto de actuaciones de los poderes públicos que van
dirigidas a mejorar las condiciones de trabajo, y por lo tanto elevar el nivel de protección de
la salud y seguridad de los trabajadores. Esa política se basa en las políticas de
prevención emanadas de la OIT y de la UE.

En cuanto a la política comunitaria que inspira la política nacional preventiva, cabe citar los
programas de acción comunitaria en materia de salud laboral que se inician o se
establecen desde 1978. Fruto de uno de esos programas es la aprobación de la Directiva
Marco en materia de salud laboral, de 1989, que inspira al legislador español y que
culmina con la LPRL de 1995.

En cuanto a la política nacional, se lleva a cabo a través de dos elementos: por un lado, la
acción normativa y por otro la actuación de la Administración a través de organismos
específicos que se dedican al estudio de la prevención.

Esa política debe ajustarse a principios de coordinación, harmonización y educación:


coordinación entre todas las administraciones públicas, tanto desde un nivel horizontal
como vertical. Desde un punto de vista vertical, la ley obliga a la coordinación de la
actuación tanto de la administración general, autonómica y local. Y desde el punto de vista
horizontal, el principio de coordinación se refiere a la actuación coordinada de la
administración laboral y sanitaria especialmente. La administración laboral actúa
promocionando la seguridad y salud, inspeccionando y controlando en cumplimiento de la
normativa y además sancionando el incumplimiento. En cuanto a la administración
sanitaria, tiene competencia para promover la salud integral del trabajador y para vigilar la
incidencia de las condiciones de trabajo para la mujer embarazada.

En cuanto al principio de harmonización, se refiere a la actuación conjunta de los objetos


públicos y privados, las organizaciones sindicales y empresariales actúan con la
administración para perfilar las directrices de la política nacional preventiva. Esa actuación
conjunto se refleja en la creación de una comisión nacional en la que participan la
administración y los agentes sociales.

El principio de educación supone la colaboración entre los ministerios de trabajo y de


educación y cultura.

2. Campo de aplicación.

El art. 3 LPRL establece el ámbito subjetivo de la ley. La regla general sería que los
trabajadores dependientes o por cuenta ajena, ya sean del sector público o privado, están
protegidos por la ley. Sin embargo, algunos trabajadores por cuenta ajena están excluidos
(personal de servicio doméstico). Además, los trabajadores autónomos estás incluidos
parcialmente en la medida en que la ley les impone unas obligaciones y les reconoce unos
derechos cuando se trata de coordinar actividades empresariales en un mismo centro de
trabajo. Igualmente se incluyen en la ley de forma parcial los fabricantes, importadores y
suministradores de equipos y maquinaria, aunque no son trabajadores por cuenta ajena.
También incluye a los socios de las cooperativas de trabajo, ya sean por cuenta ajena o
propia.

La doctrina incluye, aunque la ley no lo diga, a los trabajadores que prestan trabajos de
colaboración social, personas que cumplen una pena consistente en la prestación de
trabajos en beneficio de la comunidad y además al voluntariado.

Hay que precisar que determinados sectores o ámbitos de la Administración disponen de


una normativa específica en materia de prevención de riesgos que adapta las
disposiciones de la ley a ese ámbito concreto, es el caso de el trabajo prestado en centros
y establecimientos militares, así como en establecimientos penitenciarios.

Están excluidos de la ley determinados sectores:

 personal de policía

 seguridad y aduanas

 personal de protección civil

 funcionarios militares

TEMA 3. FUENTES INTERNACIONALES.

1. Convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Debemos referirnos a la actuación de un organismo internacional específico en material


laboral: la OIT, con sede en Ginebra, creada tras la Primera Guerra Mundial, en 1919.
Constituye un organismo específico que colabora con la ONU. La OIT aprueba dos textos
normativos internacionales, como son los convenios y las recomendaciones. Los primeros
obligan al Estado que ratifique ese texto, a partir de la ratificación del convenio esa norma
pasa a formar parte del ordenamiento jurídico de ese Estado. Las segundas son textos que
no vinculan al Estado miembro y no precisan de ratificación. La CIT (Conferencia
Internacional del Trabajo) aprueba los convenios y recomendaciones. En materia de
seguridad e higiene los convenios internacionales de la OIT tienen un carácter parcial y
específico, ya que normalmente protegen contra determinados riesgos (ej.: benceno);
algunos convenios son específicos porque protegen al trabajador en determinados
servicios prestado en determinadas ramas de actividad (ej: convenio internacional sobre
seguridad e higiene en el sector del comercio de oficinas). Estos convenios protegen a
determinados colectivos de trabajadores, como son convenios de la mujer trabajadora o la
protección de los menores. Existe un convenio general sobre seguridad y salud (1981) que
es el único que establece derechos y obligaciones generales en materia de prevención de
riesgos.

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