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RG, COLLINGWOOD IDEA DE LA NATURALEZA ‘Traduceién y nota preliminar EvGEnio IMaz 1934-2004 FONDO DE CULTURA ECONOMICA 4% RG. COLLINGWOOD en la ciencia histrica, se inicin con wna toma de conciencia de los poderes dela razén, frente a la religion, que culmina en su ensayo sobre el método filosifco. En posesion de este método, puede aries- arse a ponderar los resultados de la ciencia contempordnea y a esta- becer ta imago mundi acta cayes problemas flossficos tims ‘encontrarén solucin en el speculum historile, en la idea dela his- toria, Pac legar hata aqui ha tenido que desindar la diferencia entre a irmaginacion artsia y la imaginacién histrices"The Principles of ‘Art. Com esta insagen de la historia, que noes otra cosa que ta des- cripci6n del mundo vivo del espirtu, Collingwood puede aplicar su {flosofia a la convivencia humana, ala civitas gentium: The New Leviathan. Per, como deciamos, se tata de un esquema provisional en espera de las aces que nos puedan venir de la autobiografia. Entre tanto, vaya eFbro desmudo a enfrentarse con el lector. Goo la obra ha sido publicada péstumamente, copiamos esta advertencia del editor inglés "A su muerte, ef manuserito estaba com- _pletamentepreparado para la publicacin hasta e final dela parte pri- ‘mera, capitulo I, pero no més. Sin eniborgo, no ha sido meester inter. venir mucho en el resto: se han insertado divisiones de capitulos y seeciones; se haw borrado algunos vesigos de la forma impuesta por loscursillesy se han recificndo algunos detalles menores. No sha erei- do conveniente incorporar la documentacién mas amplia reservada ‘por Collingwood para laseccin de los pitagicos y parm ots lagares: No quisiera terminar esta nota sin dar las gracias @ mi amigo Juli Calvo por el euidado con que ha revisado las pruebas, ayudén- dome notablemente a limpiar mi prosa de algunos desalitos que cempartabar a transparencia seca del original México, pascuas de Navidad, 1949 INTRODUCCION § 1. CIENCIA y FntosortA pocas de pensamiento cosmoldgico positivo; tres épocas, {queremos decir, en las que la idea dela naturaleza se ha colo- ado en el centro del pensamiento, se ha convertido en tema de intensa y prolongada reflesién, adquiriendo de este modo caracte- risticas nuevas que, a su vez, han impreso un aspecto nuevo ala ciencia detallada de la naturaleza basada en aquella idea. ‘Decir que la cienciadetallada de la naturaleza se basa en la idea de la naturaleza no significa que la idea de la naturalera en general, de Ia naturaleza como un todo, se elabore de antemano con abstrac- cidn de todo estudio detallado de los hechos naturales y que, una ver que se ti stracta y completa de la naturaleza, las gentes empiezan a levantar sobre ela una superestructura detallada de ciencia natural. No aludimos a una relacién temporal, sino logi- «a, Bn este caso, como en otros muchos, la relacién temporal invier- te larelacin logica. Fn la ciencia de la naturaleza, lo mismo que ‘ocurre en a economia, en la ética o en el derecho, la gente empieza | por los detalles. Comienzan tratando los problemas concretos a ‘medida que van surgiendo. Slo una vez que los detalles se han acu :nulado en proporciones considerables suelen reflexionar sobre la labor realizada para descubrir que la han estado efectuando de un ‘modo metédico, de acuerdo con principios de los que hasta enton-| ces no se habian percatado. 1 esta ides RG. COLUNGWOOD, Pero no hay que exagerar Ia prioridad temporal de la obra de detalle con respecto ala reflexion sobre los principios que esa obra implica, Seria una exageracin, en efecto, pensar que un periodo de trabajo detallado en la ciencia de la naturaleza 0 en cualquier otro campo del pensamiento 0 de a accién, un periodo que, digamos, dura media centuria 0 quizé media década, sea seguido por un per dd de rellexin sobre os principios légicamente subyacentes, A seme- jante contrasteentze periodos de pensamiento no filasfica y subsi- ‘guientes periodos en los que se filosofa alude quizé Hegel en su famosa lamentacién al final de su prefacio ala Filosofia del derecho: “Cuando la filosofiaescribe con trazos grses sobre un fondo gris es ‘que ya ha envejecido una forma dela vidas y el gris sobre el gris no nos procura su rejuvenecimiento, sino dnicamente conocer El Dbiho de Minerva alza su vuelo al caer de a tarde” Sien verdad Hegel aludta a es0 se equivocs:y su equivacacién Marx a vlvié del revés, peto sin corregirla, cuando eseribié aquello de que “hasta este ‘momento la filosofia se ha limitado a interpretar el mundo: shore, sin embargo, se trata de cambiarlo” (Tess sobre Feuerbach, XI), El reproche que hace la filosofia lo ha sacado, casi con las mistas pal bras, de Hegel, slo que lo que éste presenta como un rasgo neces: ro de toda filosofia, Marx nos lo muestra como un vicio del que ha estado padeciendo lafilosofia hasta que fl, Mars la revolucioné. De hecho, la obra de detalleraras veces marcha muy adelante sin que intervenga la reflexibn.Y esta reflexion repercute en la obra e detalle; porque cuando Ia gente cobra conciencia de los princi pios con los que ha estado pensando o actuando, se percata tam. bign de algo que ha tratado de hacer, aunque sea inconscientemen: te, con esos pensamientos y acciones: a saber, desarrollar en detalle las implicaciones logicas de esos principios. A los espiritus fuertes esta conciencia nueva es proporciona un nuevo vigor, una firmera ‘nueva en su manera de abordar los problemas de detalle loses ritus débiles les atade una nueva tentacin la tentacién de ese gene: ro de pedanteria que consiste en recordar el principio y olvidar los ‘aggos especiales del problema al cual se aplica. El estudio detallado del hecho natural se denomina comin- mente ciencia de la naturaleza 0, sencllamente, cencia; la reflexién sobte Ios principios, ya sean los de la ciencia de la naturaleza o los de cualquier otro compartimiento del pensamiento o de la accibn se lama cominmente filasofia. Hablando en estos términos y res- tringiendo por el momento el significado de la palabra flosofia ala reflexién sobre los principios dela ciencia natural, podemos for- ‘ular de nuevo lo anterior diciendo que la ciencia de la naturaleza tiene que presentarse en primer lugar para que la filosofia tenga algo sobre que reflexionar; pero que ambas cosas se hallan tan inti mamente trabadas que la ciencia de la naturaleza no puede mar- char largo tiempo sin que comience ya la filosofia y que ésta reper~ ‘ct sobre la ciencia, de la que ha surgido, proporcionéndole luego tuna firmeea y consistencia nuevas, debidas ala nueva conciencia {que el cientifico cobra de los principios con los que ha venido ope- rando, Por esta raz6n resulta desatinado que se atribuya la ciencia de la naturaleza exclusivamente a una clase de personas llamadas cien- tificos y la flosofia a otra clase llamada filésofos. Un hombre que ‘no ha reflexionado jams sobre los principios que animan su obra no ha aleanzado una actitud de madurer vii frente a ella; un cient «co que no ha filosofado jamds sobre su ciencia no pasaré de ser un cientfico de segunda mano, imitador y jornalero. Un hombre que no ha pasado jamds por un cierto tipo de experiencia no puede reflesionar sobre ella; un fildsofo que no ha estudiado ni trabajado jamais la ciencia natural no puede fllosofar sobre ela si no es enga- Adndose a si mismo. ‘Con anterioridad al siglo xix por lo menos los hombres de cien- cia eminentes han filosofado en algain grado sobre su ciencia, como lo comprueban sus obras. si ellos consideraban la ciencia natural ‘como su empeno principal, parece sensato suponer que estos testi- ‘monios escritos no cubren toda la extensidn de su filosofar. En el, siglo xixse impuso la moda de separara cientificos y flésofos en. dos gremios diferentes, que apenas se conoctan entre sf ni se prof 8% R.G.cOLINGWoOD saban tampoco demasiada estima. Ha sido una moda desdichada, due ha perjudicado a ambas partes, y hoy en dia vemos cémo en los dos lados se siente un deseo sincero de acabar con ella y de lan- zar el puente que salve el abismo de incomprensién abierto, Fl ppuente es menester construirloarrancando de las dos orillas y yo, {en mi condicin de miembro del gremio filossfico, creo que como ‘mejor puedo comenzar la tarea desde mi lado es filosofando acerca dela experiencia que tengo de la ciencia natural, Coma no soy cien= tifco de profesisn, sé de sobra que estaré en peligro de engafiarme 44 mf mismo; pero, de todas maneras, no hay mis remedio que ‘comenzar a trabajar en la construccién del puente, 5 2.14 IDEA QUE LOS GRIEGOS-TUVIERON DE LA NATURALKZA La ciencia natural de los griegos se basaba en el principio de que el ‘mundo natural se halla saturade o jmpregnado por la mente, Los pensadores griegos consideraban la presencia de la mente en la naturaleza como la fuente de esa regularided y orden del mundo natural cuya existencia hace posible una ciencia de la naturaleza Veian el mundo de la naturaleza €omo un mundo de cuerpos en ‘movimiento, Los movimientos, de acuerdo con las ideas griegas, se debian ala vitalidad 0 alma’; pero una cosa es el movimiento en st ‘mismo, segin eran, y ota el orden. Coneebian a la mente, en todas sus manifestaciones, tanto en los asuntos humanos cuanto en otros cualesquiera, como el elemento gobernante, dominador o regula- dor, que imponia el orden, en primer término en si mismo y luego 4 otra cosa que le pertenecia, primero su propio cuerpo y despues lo que rodeaba a este cuerpo, ‘Como el mundo de la naturaleza no es sélo un mundo de movi- :miento incesantey, por lo tanto, vivo, sino también un mundo de ‘movimiento ordenado, 0 regular, declaraban en consecuencia que el mundo de ta naturaleza no sélo vive sino que es inteligente; no sélo era pata ellos un enorme animal con su “alma” o vida propia, {DEA DE LA RATURALEZ» sino un animal racional con su “mente” propia. Arghfan que la vida yylainteligencia de los seres que habitaban en la superficie de la ie ray en las regiones adyacentes a ella representaban tna organiza idm local especializada de esta vitaidad y racionalidad que todo fo impregnaba, de suerte que, segtin ellos, una planta o un animal par- ticipaba psiquicamente, en su medida propia, del proceso vital del “alma” del mundo, ¢ intelectualmente de la actividad de la “mente” El pensamiento moderno inviert la situacién. Dominado por la idea de progreso o desarrollo, que se deriva del principio de que la historia nunca se repite, considera el mundo de la naturaleza ‘como win segundo mundo en el que nada se repite, un segundo ‘mundo de progreso que se caracteiza, no menos que el de la histo- ria, por la apariciin constante de cosas nuevas Hl cambio es, en el fondo, progresivo. Los cambios que parecen ser ciclcos no son real- mente cilicos, Sempre es posible explicarlos como ciclicos en apa~ riencia y progresivos en realidad, de estas dos maneras: subjetiva~ ‘mente diciendo que lo que se habia tomado por idéntico no era _mis que semejante, y objetivamente diciendo (para hablar metafé- ricamente) que lo que se habia tomado como un movimiento rota- torio o circular es, de hecho, un movimiento en espiral, un movi ‘miento en el cval el radio esté cambiando constantemente 0 el centro desplazdndose de continuo, 0 ambas cosa. la vez 2% RG. COLLINGWOOD 1, La naturaleza yx noes mecdnica. Un resultado negativo de Ta introduecin de la idea de evolucién en la ciencia natural fue el abandono del concepcién mecénica de la naturaleza. s imposible describ Te ver la misma cosa como una meéqui- na y como algo que se desarrllao evoluciona. Algo que eté des- artollindose puede consteuir méquinas, pero no puede ser una rndguina, Pr consiguiente con base en la teoriaevolucionista puc- dle haber méquinas en la naturaleza, pero la naturaleza misma no puede ser una mquina y tampoco puede ser descritaen su con junto, o descrita completamente en cuanto ninguna de sus par tes en téeminos mecénios ‘Una méquinaesesencialmente un producto acabado o un si tema cerrado. No es una maquina en tanto no est aabada, Mien tras la estamos construyendo no esté funcionando como una _miquing; esto no puede hacerlo asta tanto no esté completa; por consiguiente, nunca puede desarrollacse, porque desarollarse sg nifica actuar para legar a ser To que no se es todavia (como, por cjemplo, una ternera aetéa para Tlegar ase vaca) y una maquina en estado inacabado no puede actuar para nada El nico género dle cambio que una méquina puede product en si misma mediante su fancionamiento es el deestopearse ogastars No estamos ante tun caso de desarrollo, porque nose trata de a adquisicin de nin- guna fancién nueva, sino, simplemente, dela pérdida de las anti suas. Asi, un barco en condiciones puede hacer todas las cosas que "un bareo estropeado y ademés otras Una maquina puede product tuna especie de desarrollo en aquello en que tabaja, como una smiquina elevadora de granos puede consituir un montén de grax ‘nos; pero sila maquina ha de continuar teabajando, hay que cance- lar este desarrollo en la siguiente etapa (por ejemplo, hay que qu- tar el montén de granos) yen lugar de desarrollo tenemos un ciclo de etapa. IL Se reintroduce la teleologia. Un corolario positivo de este resul- tado negativo e a reintroduecin en la cin natural de una idea aque la visién mecinica de la naturaleza habia eliminado: la idea de {eleologia. Siel mundo dela naturaleza es una maquina o una colec- cién de méquinas, todo lo que en él ocurre es debido a causas efi- cientes| no en el sentido aristotlico de esta frase aristotélica, sino ‘en el sentido mecénico, que denota impacto, atraccién, repulsin y asi sucesivamente, S6lo cuando examinamos la relacibn de la ma~ {quina con su constructor comienzan a aparecer las “causas finales Si se considera a la naturaleza como una maquina, entonces tiene ‘que ser proserita dela ciencia natural a teleologia o causacién fina- lista, con su idea acompaaante del nisus o esfuerzo por parte de la nnaturaleza 0 de algo en la naturaleza hacia la realizaci6n de algo ‘que todavia no existe; su lugar de aplicacin esté en la esfera men- tals aplicarla ala naturaleza supone confundir las catactersticas de estas dos cosas radicalmente diferentes, sta negacién de la teleologia por la ciencia natural mecanicis- ta puede presentarse en forma mis embozada al sostener, como de hecho lo sostuvo Spinoza, que todo en la naturaleza realiza un cesfuerzo para mantenerse en su propio sé (in suo ese perseverare onatur,Etca, Il, pop. 6) Esto no es mds que una pseudlotelealo- ‘a, porque el contatus del que habla Spinoza no se dirige hacia la realizacion de algo que no existe todavia, Bajo la forma de palabras {que parecen afirmar la realidad y universalidad del esfuerzo, se nie- ga de hecho la verdadera esencia del esfuerzo, Para una ciencia evolucionista de la naturaleza el esse de algo cen la naturaleza es su fierisy una ciencia de este nero debe, por lo ‘mismo, sustituir ls proposicion de Spinoza por la de que'todo en la naturalea trata de perseverar en su propio devenir, de continuar et proceso de desarrollo en el cual, en la medida misma en que existe, se halla ya involucrado,¥ esto contradice lo que Spinoza preten de dar a entender; porque el “ser” de una cosa significa, en Spinoza, Jo que ela ¢s ahora; y una cosa involucrada en un proceso de des- arrollo se halla involucrada en dejar de ser lo que ahora es, por ejemplo, una ternera, para llegar a ser lo que ahora no es, es decir, IV. La sustancia se resuelve en funcién. El principio de que el esse de una cosa es su fier requiere una reforma algo extensa del voca- bulario dela ciencia natural, de modo que todas aquellas palabras y frases que describen la sustancia 6 la estructura sean remplaza- ddas por palabras y frases que describan la funcién. Una ciencia ‘mecanicista de la naturaleza dispondré de un considerable vocabu lario de términos funcionales pero éstos irin acompantados siem: pre de otro vocabulario de términos sustanciales,/En una méqui a, una cosa es a estructura y otra a funciéns porque una méquina tiene que ser construida antes de que pueda ser puesta en movi- rmiento. Para construir un soporte escogemos un trozo de acero de cier= to grado de dureza y, antes de que pueda funcionar como soporte, le imprimimos una forma determinada, Su tamafo, forma, peso, urea, y as{sucesivamente, son propiedades estructurales inde pendientes de su actuacién en esta maquina particular o en cual- ‘quier otra miquina, en un soporte o en cualauier otra cosa, Siguen siendo las mismas con independencia de sila maquina en cuestién se halla en movimiento o en reposo. Ademés, estas propiedades estructurales, que pertenecen a una parte determinada de una maquina determinada, constituyen el fundamento y el requisito previo de sus propiedades funcionales. A menos que la pieza de ace- ro no posea la forma, dureza, ee., adecuadas, no serviré como soporte, Por consiguiente, sila naturaleza es una méquina, los movi- imientos diversos de sus partes serdn movimientos de cosas que poseen propiedades estructurales suyas con independencia de estos ‘movimientos,a los ue sirven de requisitos previos indispensable, Resumiendo: en una miquina, y también en la naturaleza s sta es de tipo mecinico, la estructura y la funcién son cosas distintas ya fancién presupone la estructura En el mundo de los asuntos humanos, tal como es conocida por los historiadores, no existe semejante distincién y tampoco a {fortiori semejante prioridad, La estructura se puede resolver en fun cién, No hay inconveniente en que los historiadores nos hablen de la estructura de la sociedad feudal o de la industria eapitalista 0 de la ciudad-estado griega, pero la raz6n por la cual no hay incon- ‘veniente es porque saben que las asi lamadas estructuras son, real- mente, complejas de funciones, modos diferentes de comportarse Jos seres hummanos: y que cuando decimos, por ejemplo, que existe Ia constitucin inglesa, lo que queremos dar a entender es que cier- tas gentes se estin comportando de cierta maners. ‘Sobre la base de una visién evolucionista de la naturaleza, una ciencia de la misma légicamente construida seguiré el ejemplo de la Historia y resalverd las estructuras que le conciernen en funcio- nes, Se entenders la naturaleza como consistente en procesos y Ia cexistencia de cualquier género de cosas en la naturaleza se entende- ri. que quiere decir que se hallan en marcha procesos de un género especial, Asi, la “dureza” del aceto se comprenderé, como lo hacen 4e hecho los fisicos modernos, no como el nombre de una propie~ dad estructural del acero independiente de cualquier modo de com- portamiento del acero y prerrequisito del mismo, sino como un nombre para designar un cierto modo de comportarse; por cjem= plo, el nombre designaré un movimiento rapido de las particulas {que lo componen, en el cual éstas bombardean violentamente cual quier cosa puesta en lo que se llama “contacto” con el acero, esto «5, dentro del alance del bombardeo. LV. Espacio ménino y tiempo minim. Esta resoluciOn de la estructu +3 0 sustancia en funcién implica consecuencias importantes para cl detalle de la ciencia natural. Coma la idea de cualquier especie de sustancia natural se resuelveen la idea de alguna especie de fun ci6n natural y como estas funciones siguen siendo concebidas por ‘nuestros hombres de ciencia del mismo modo que las concibieron desde el alborear del pensamiento griego, esto es, como movimien- to, como todo movimiento ocupa lugar y necesita tiempo, s sigue de aqui qui, de acuerdo con la ideas de una ciencia evolucionis- ta de la naturaleza, para que exista cualquier especie de sustancia natural es menester una extensién adeouada de espacio y un perio- do también adecuado de tiempo: Veamos estos dos aspectos por separado. 1) El principio de espacio minimo. Una ciencia evolucionista de Ja naturaleza sostendra que para que exista una especie cualquiera de sustancia natural es menester una cantidad apropiads de espa- cio. No es infinitamente divisible. Hay una cantidad, la més peque- fa posible, de ella; y si se divide esta cantdad, las partes ya no serén ejemplares de la misma sustancia, {Estas la teoria que John Dalton propuso a comienzos del siglo x0x y que ahora es universalmente aceptada. Suele Iaméesela ato: ‘mismo, peto dere no menos dela doctrina de los atomistas grie- {g0s que del homeomerismo de Anaxigoras. Sostenia éste que las ‘sustancias naturales especificas estaban hechas de particulas homo- ‘géneas consigo mismas y cualquier idea de este porte se halla en conflcto patente con la quimica daltoniana, segin la cual el agua, ppor ejemplo, esté hecha no de agua sino de oxigeno e hidrégeno, dos gises. El atomismo de Demécrito, que conocemos a través de Epicuro y Lucrecio,difiere también del atomismo daltoniano en. forma no menos profunda; para los griegos los tomos eran parti- culas indivisibles de materia indiferenciada, mientras que los sto ‘mos de Dalton (hasta que Rutherford comenz6 a desintegrarlos) eran particulas indivisibles de esta 6 aquella especie de materia, hidrégeno 0 carbono 0 plome. Dalton dividia las sustancias naturales en dos clases as com puestas de moléculas, como el agua, y las compuestas de étomos, ‘como el hidrgeno. En cada caso, la particula, molécula 0 étomo, cera la mas pequefia cantidad de esa sustancia que podia exstr: pero zno por la misma razén. La molécula de agua era la cantidad mis ‘pequeda posible de agua porque aquells inicas partes en que podia ser dividida ya no eran particulas de agua sino de oxigeno e hided= geno. El dtomo de oxigeno era lacantidad mis pequena posible de ‘oxigeno no porque fuera divisible en partes que ya no eran oxigeno sino porque no podia dividirse més. Esta concepcién de un étomo fisicamente indivisible no era ‘nueva. Constituia una reliquia fosilizada de la vieja fisica griega, «que sobrevivia anacr6nicamente en un ambiente extrafio,laciencia cvolucionista del siglo x1x. La parte fecunda de la teoria de Dalton no fue la idea de stomo” sino la de“molécula”: no la idea, alo Ana xigoras, de particulas homogéneas con aquello que componen, sino Ia idea, completamente moderna, de que particulas en posesién de a por la imposibilidad de observar cualquier proceso que ocupe rds espacio 0 dure més tiempo de los accesibles ala amplitud de la visin humans 0 mas tiempo que el cubierto por el testimonio hu- ‘mano, o también puede estar limitada por la mera incomodidad de ‘observat procesos que requieren mas tiempo que el que nosotros cstimamos conveniente dedicarles. Fstos limites superiores infe- totes de nuestras observaciones en el espacio y en el tiempo han sido grandemente distendidos por todo el aparato del hombre de

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