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En una plaza de mercado se encontraba una jovencita:

Cristina- "¿Le gustaría comprar un corazón?"


- " Tengo corazones muy hermosos en oferta."
En ese entonces un joven muy bien vestido caminaba por ese lugar por lo que ella se
dirigió a él:
Cristina- "¿señor?"
- "¿Le gustaría comprar un corazón?"
Entonces él joven entusiasmado se dirigió a ella y lleno de esperanzas le preguntó:
Alexander - "¿También reparas corazones rotos?"
A lo que ella le contesta:
Cristina-" ¡Oh, no! Yo solo vendo corazones señor."
Desilusionado y con los ojos cerrados le dice:
Alexander - "Ya veo."
Entonces la jovencita le dice:
Cristina- "Pero si va por ese camino encontrará al herrero de corazones."
Mientras señalaba con su dedo aquella dirección. Él joven le dice:
Alexander - "¿Herrero de corazones?"
- " Muchas gracias jovencita."
Cristina- “De nada señor.” Le contesta sonriendo aquella señorita.
Finalmente encuentra él local donde se encuentra aquel herrero del que le hablaron.
Alexander - "Um.. ¿Disculpe?"
Él herrero se detiene en él trabajo que hacía y dice:
Franco- "Huh?"
- " Oh, ¡Un cliente!" Mientras sonríe amablemente.
- " Bienvenido, ¿Que puedo hacer por usted?"
Él joven le contesta:
Alexander - "Una jovencita me contó que usted repara corazones"
Y él herrero le dice:
Franco - " Sip, ¡Eso es lo que hago!
- "Soy él herrero de corazones, gusto en conocerle"
Él joven le contesta sonriendo con mucha felicidad:
Alexander - "Él gusto es mio."
Entonces él herrero le pregunta:
Franco - "Y... ¿Cual es él problema?
Él joven le muestra un corazón en muy mal estado y roto:
Alexander - "Este..."
Él herrero le dice:
Franco - " ¡Vaya Joven!, se ve muy estropeado."
Él joven le pregunta:
Alexander - "Entonces ¿No se puede hacer nada?
Él herrero le contesta sonriendo:
Franco - "yo no he dicho eso, aunque si me llevaría tiempo."
Él joven baja la mirada y dice:
Alexander - "Eso... sería un problema."
Él herrero se le acerca y sonriendo le dice:
Franco - " No será que planeas en casarte?"
Él joven apenado le contesta:
Alexander - "Si... De hecho."
Él herrero se rasca la cabeza y dice:
Franco - "¡Oh vaya! Felicitaciones."
Él joven mirando él corazón tristemente le dice:
Alexander -" Aunque, a poco tiempo de la boda me encuentro con este corazón incapaz
de amar."
Él herrero lo mira y dice:
Franco - "Ya veo cual es él problema."
-"Podrías dejarlo aquí por unos momentos."
- "No te prometo nada pero haré mi mejor esfuerzo."
Alegremente él joven le dice:
Alexander - " Gracias."
- " Cuento contigo, herrero de corazones."
Él herrero le dice:
Franco - "Cuidaré bien de él."
- " No se cuando pueda estar listo, así que pasa por aquí mas tarde cuando tengas
tiempo."
Él joven con una gran sonrisa en su rostro le dice:
Alexander - "Lo haré."
Tiempo después él mismo joven pasa por él puesto de aquella jovencita que vendía
corazones, ambos se vieron y entonces con una gran sonrisa se saludaron.
Él joven volvió al taller del herrero de corazones y dijo:
Alexander - "Hola siento molestar mientras trabajas."
Él herrero sorprendido por verlo tan antes dice:
Franco - "Hm?"
- "Oh, es usted señor."
Él joven con una caja en su mano le dice:
Alexander - " Traje pastel."
Luego de que él herrero probara una rebanada de aquella delicia dice:
Franco - "¡Está delicioso!
Sonriendo él joven le dice:
- Alexander "Que bueno que te guste."
Entonces él herrero le dice:
Franco - "Ninguno de mis clientes me había traído pastel antes."
Él joven le dice:
Alexander - "Es lo menos que podría hacer a alguien que está reparando mi corazón."
Él herrero acariciándose él cuello le dice:
Franco - "Hablando de eso."
Él joven le dice:
Alexander - "¿Hay algún problema?"
Entonces él herrero le contesta:
Franco - "Bueno... Faltan algunas partes vitales que son necesarias para poder "amar"
Tristemente él joven dice:
Alexander - "Ya veo.."
- "¿Entonces nunca seré capaz de amar a mi prometida?"
- " Ella merece a alguien mejor."
Él herrero se quedó sin palabras conmovido mientras lo miraba, sujetó fuertemente su
propio brazo, y luego puso su mano en él pecho y dijo:
Franco - "Yo lo arreglaré para ti."
Él herrero nuevamente se toco él pecho y dijo:
Franco - "Todavía hay algo que puedo hacer."
Lleno de alegría a punto de llorar él joven le dice:
Alexander - " ¡Muchas gracias, herrero de corazones!"
Sonriendo y lleno de alegría pero también apenado él herrero le dice:
Franco - "Ni lo menciones, estoy muy feliz de ayudar a personas como usted."
Él joven le dice sonriendo:
Alexander - "Volveré a visitarte mañana."
Él herrero le dice:
Franco - "Entonces nos vemos mañana."
Él herrero con una mirada seria mientras se toca él pecho se pregunta:
Franco - "¿Será suficiente?"
Finalmente él herrero logra reparar él corazón y se lo entrega a su cliente y él joven le
dice:
Alexander - "¡Lo hiciste!"
Sonriendo él herrero le dice:
Franco -"Por supuesto, te dije que podía arreglarlo."
Él joven le dice:
Alexander - "¡Es increíble, puedo sentir como fluye él amor en mi corazón!"
Él herrero poniendo la mano en su pecho lo mira y dice:
Franco - "¿En serio?"
- "¡Que bien!"
Él joven no podía parar de sonreír por lo feliz que estaba y dice:
Alexander - "Mi prometida se pondrá contenta."
Él herrero entusiasmado le dice:
Franco- " Oh... Estoy seguro que lo estará."
Él joven le pone la mano en él hombro y le dice:
Alexander- "Espero que puedas asistir a mi boda."
Él herrero le responde:
Franco- " ...Oh, por supuesto."
Tiempo después él herrero se encontraba sentado con la mano en su pecho pensando.
La joven vendedora de corazones se dice."
Cristina- " Pobre herrero de corazones."
Él herrero la miró mientras que inevitablemente lágrimas salían de sus ojos.
La joven le preguntó:
Cristina- " ¿Porqué siempre le das a otros partes de tu propio corazón?"
Él herrero la mira sonriendo y le dice:
Franco- " Mira quien habla."
- "¿Como puedes ir por ahí vendiendo corazones cuando tu no tienes uno propio?"
Avergonzada la jovencita le contesta:
Cristina- " Eso es porque ninguno es compatible conmigo."
Entonces él herrero dice:
Franco- " Ya veo..."
- "Entonces dime."
- "¿Será que este corazón si lo sea?"
Él herrero con mucha alegría y sonriendo le ofrece su propio corazón a la jovencita.
La jovencita le responde:
Cristina- " ¿Me estas dando tu corazón?"
Él herrero le responde:
Franco- "Si... Solo si está bien para ti."
La jovencita llorando de mucha alegría no soportó ni un segundo y abrazó fuertemente a
él herrero y le dijo:
Cristina- "¡Muchas Gracias, Herrero de corazones!"
Se encontraba una niña en cama de un hospital, era quien escribía esta historia en ese
momento.
Llegó él doctor y amablemente le dice a la niña:
Bruno- "¿Como te sientes él día de hoy?"
La niña le responde estando en cama:
Cristina- "¡Doctor!"
Él doctor le dice:
Bruno- "Mañana es él gran día."
- "Fuiste muy afortunada de que hayamos encontrado un donador de corazón a
tiempo."
La niña dice:
Cristina- " Sí, él herrero de corazones fue muy amable."
Él doctor le pregunta:
Bruno- "¿El quien?
La niña contesta:
Cristina- " No importa, las personas no lo recuerdan."
- "Incluso aquellas a las que había ayudado."
- "¡Pero yo nunca me olvidaré de él!"
Dijo mientras abrazaba aquel libro donde escribía la historia.

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