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Q JUMIO-2019 Ao 61-No,3428 —PENTECOSTES Solemridad do.
PENTECOSTES,
FIESTA DE LA IGLESIA
ara muchas personas el Espiritu
P Santo, durante largo tiempo, fue
el gran desconocido. En el concilio
Vaticano II los padres conciliares volvie-
ron a hablar del Espiritu, y a partir de
entonces hubo un despertar en la Iglesia
del gran regalo que el Padre celestial y Je-
sucristo nos dieron. El se ha manifestado
en diversos movimientos y comunidades
dentro de la Iglesia, y en el amor que ha
ido despertandose en muchos creyentes
hacia la persona del Espiritu Santo.
{Por qué el Espiritu Santo, para mu-
chos, es dificil de entender? Porque la
palabra espiritu es aire, no se ve, es di-
ficil verlo como persona si lo compara-
mos con el Padre y con el Hijo; pero los
efectos del Espiritu se van constatando al
igual que los efectos del aire o del viento,
que aunque no se ven dan vida, son una
fuerza incontenible y necesaria para no-
sotros los seres vivos.
Los Hechos de los Apéstoles narran que
el dia de Pentecostés hubo un ruido como
de viento impetuoso que !leno toda la
casa donde estaban reunidos los aposto-
les y que sobre cada uno vino el Espiritu
en forma de lengua de fuego. El fuego y
el viento van de la mano: no hay fuego si
no hay viento, pero el viento acrecienta
el fuego o aun lo puede apagar.
Director: Gustav Nove, sp» Editor: SAN PABLO» Administracn: Ca 46 No. 22A90» Te: 3682099-BOGOTA Con LenciaEdesstca_www.sanpablo.ce
Son muy graficas todas las imagenes
del Espiritu en la Sagrada Escritura, pero
esta imagen del fuego sobre cada uno
de los apostoles y de la Virgen los hacen
responsables de no dejarlo apagar y para
eso hay que transmitirlo, hay que com-
partirlo, como en una hoguera, y para
que permanezca ardiendo, los diversos
elementos tienen que estar unidos; si se
separan se apaga.
Esta imagen de la unidad la expresa
san Pablo con la comparacion del cuerpo,
que a pesar de tener muchos miembros
y cada uno desempefia un papel distinto,
forman un solo cuerpo y se necesitan los
unos de los otros. Asi en la Iglesia, el Es-
piritu Santo en cada persona se va mani-
festando para el bien comun.
Juan en su Evangelio nos dice que
Jess entrego el Espiritu Santo a los
apostoles para que pudieran perdonar
pecados. El perdén no es solo de pala-
bra o con una palmadita en la espalda,
como cuando un hijo pide perdon a sus
padres, sino que en la confesién el pe-
nitente recibe por parte del sacerdote la
fuerza del Espiritu que le ayudard a salir
del pecado, capacitandolo para el amor,
para vivir la unidad y arder como el
fuego en union con los demas
Mons. Jost RoneRto Ospina LEONGOMEZ