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INTRODUCCIÓN

En este presente trabajo se pretende entender sobre ¿qué es la divinización? y sobre ¿qué
es la humanización? teniendo en cuenta distintas situaciones que aquejan la situación del ser
humanos y la respuesta que el mismo puede afrontar, desde la perspectiva de criatura de Dios
e hijo adoptivo de él.

¿Qué se entiende por Divinización?

La divinización, mediante la salvación ofrecida por Dios y llevada a plenitud por Cristo,
tiene dos elementos fundamentales “la liberación del pecado y la entrada en la vida de Dios” 1;
estos elementos denotan claramente la iluminación dada por Dios y el abandono de las
tinieblas al que nos sumerge el pecado, así mismo, este salir del pecado es la redención de
Dios que se convierte en liberación, dicha liberación es vivir una vida libre como la de
Jesucristo y ser partícipes de las felicidades divinas 2. La libertad que nos ofrece Dios
mediante Jesús es un don de auto comunicación, en el cual el ser humano es partícipe de la
vida de Dios3.

En el testimonio de las Sagradas Escrituras, muestra a Dios con el que crea al ser humano
a “imagen y semejanza” (Gn 1,26), dotándolo de libertad, y en esta libertad el ser humano es
tentado y se introduce al pecado rechazando la generosidad de Dios. En este matiz de la
introducción al pecado, en el AT Dios instaura su salvación con el pueblo de Israel mediante
la alianza, en el que Dios toma al pueblo de Israel como hijo y él se presenta como Padre,
llegado a instaurar la filiación divina4.

Jesús en sus enseñanzas nos muestra a Dios como Padre, y mediante el misterio de la
pasión, muerte y resurrección somos hijos, puesto que por la fe en Jesús somos hijos de Dios
(cfr. Gal 3, 27); y por el don del Espíritu de Dios somos transformados internamente,
asiéndonos partícipes de una relación filial como hijos y, es el Espíritu quien nos mueve para
dar testimonio que somos hijos adoptivos de Dios, pero ¿cómo somos introducidos a ser hijos
sin nacer de él? El Nuevo Testamento nos muestra que es necesario nacer de nuevo para ser
hijos de Dios y este nacer de nuevo se concreta mediante el bautismo5.

1
B. SESBOÜÉ, Jesucristo el único Mediador: ensayo sobre la redención y la salvación. Tomo I:
Problemática y relectura doctrinal, Secretariado Trinitario, Salamanca 1990, 215.
2
Cfr. Ibid.
3
Cfr. Ibid., 216.
4
Cfr. Ibid.
5
Cfr. Ibid., 217-218.
La persona de Cristo nos da la certeza de la divinización dada por el Espíritu en la vida y
actividad de la Iglesia para proclamar el dogma Trinitario, las sagradas escrituras manifiestan
tres términos que son un símbolo de fe: “la invocación de estos tres nombres se celebra en la
liturgia del bautismo que realiza nuestro nuevo nacimiento en Dios y nuestra entrada en el
misterio de muerte y resurrección de Cristo” 6, es decir, mediante la comunicación dada por el
Hijo y la actividad del Espíritu, Dios Padre nos acoge como hijos y nos comunica su propia
vida7.

¿Qué se entiende por Deshumanización?

Frente a una sociedad gravemente enferma por el desinterés del otro, René Girad “piensa
que, visto en perspectiva histórica, está naciendo el germen de una humanidad más
preocupada por las víctimas y con mayor compasión hacia ellas”8, y Pedro Casaldáliga afirma
“la Humanidad se mueve, y está dando un giro hacia la verdad y Justicia” 9, frente a una
civilización capitalmente enferma que produce una grave carencia, deshumanización del ser
humano y sobre todo la ruptura de la familia10.

Los grandes males que aquejan a la sociedad es la injusticia, crueldad y la muerte, ante
esta situación de injusticia se ofrece una solución la migración, esta situación puede ser un
alivio, pero actualmente la migración está matizada por las leyes anti-migratorias y la
migración ilegal, que trae por medio la injusticia, crueldad, daño 11; pero esta situación no es
lo único que daña o deshumaniza al ser humano, sino que también el hambre, la pobreza, las
guerras, los desplazamientos de tierras12.

A pesar de los males materiales o sociales que aquejan al ser humano, también están los
males que daña al espíritu que deshumanizan al ser humano, el gran mal que lo aqueja es el
pecado que quita toda figura humana, el pecado está unido a toda forma de mutilación de la
dignidad de la persona, el egoísmo, el desprecio la insensibilidad, miseria la enfermedad son
formas de deshumanización13.

6
B. SESBOÜÉ, Jesucristo el único Mediador: ensayo sobre la redención y la salvación. Tomo I:
Problemática y relectura doctrinal, Secretariado Trinitario, Salamanca 1990, 223.
7
Cfr. Ibid., 223.
8
J. SOBRINO, “Extra pauperes nulla salus: pequeño ensayo utópico-profético”, en Sobrino Jon, Fuera de los
pobres no hay salvación: pequeños ensayos utópico-proféticos, Trotta, Madrid 2007, 61.
9
Ibid.
10
Cfr. Ibid.
11
Cfr. Ibid., 62.
12
Cfr. Ibid.,63.
13
Cfr. Ibid.66-67
La pobreza es una forma de deshumanización e intentar erradicarla lo es también, puesto
que, en el modo en que se procede deshumaniza al pobre, en tanto que se lo trata no como
persona sino como un animal al que se lo debe alimentar 14, también el lenguaje ambiguo es
una forma de deshumanización, puesto que, con el lenguaje se plantea maneras de solucionar
un problema generando otro problema15.

Los problemas de la deshumanización se incrementan aún más por el capitalismo


desmedido, el poder que solo algunos lo tienen y la indiferencia que manifiestan incrementan
la situación de pobreza, así lo manifestaba Juan Pablo II “Hoy más que ayer la guerra de los
poderosos contra los débiles ha abierto profundas divisiones entre ricos y pobres” 16, es claro
que el Papa reconoce sobre la brecha creada por el capitalismo desmedido.

Relación entre divinización y humanización

Frente a la situación de deshumanización del ser humanos, cabe mencionar la situación a


la que nos referimos con pobres, puesto que, existen los pobres de espíritu y los pobres de
materia; “la salvación en relación con los pobres; ver en estos un lugar y un potencial de
salvación”17, el cambio de paradigma de la salvación está ya en relación con el pobre como
fuente de salvación. La divinización del ser humano no puede separarse de su ser 18, y es
desde su ser (pobre en distintas situaciones) pueda mostrar la salvación, puesto que en el
mundo de los pobres se muestran la riqueza de valores, además entre ellos expresan la
solidaridad y la manifiestan19.

Rahner analiza las condiciones antropológicas en la acogida de la fe, se adentró al análisis


de “experiencia trascendental”20, y es desde esta experiencia que los pobres son fuentes y
portadores de verdad21; los pobres en su pobreza poseen una dimensión esencialmente
teológica, puesto que, Dios muestra su predilección por ellos, y tienen su dimensión
cristológica, ya que, Cristo se muestra en ellos22.

14
Cfr. J. SOBRINO, “Extra pauperes nulla salus: pequeño ensayo utópico-profético”, en Sobrino Jon, Fuera
de los pobres no hay salvación: pequeños ensayos utópico-proféticos, Trotta, Madrid 2007, 67.
15
Cfr. Ibid., 69-71.
16
Ibid., 74.
17
Ibid., 75.
18
B. SESBOÜÉ, Jesucristo el único Mediador: ensayo sobre la redención y la salvación. Tomo I:
Problemática y relectura doctrinal, Secretariado Trinitario, Salamanca 1990, 238
19
Cfr. sobrino 78
20
B. SESBOÜÉ, Jesucristo el único Mediador: ensayo sobre la …, 239.
21
Cfr. J. SOBRINO, “Extra pauperes nulla salus: pequeño ensayo …, 87.
22
Cfr. Ibid., 86.
Dios mediante la autocomunicación en Jesús muestra la plenitud de la salvación, con la
doble “dimensión de gracia divinizadora y redentora” 23, es Jesús mismo que se hizo carne
dignifica aún más al ser humano. La humanización del hombre encuentra su plenitud en
Cristo que se vuelve carne.

CONCLUSIÓN

Frente a la situación de pobreza del ser humanos y de su deshumanización manifestada por


la injusticia, crueldad, muertes y sobre todo he de decir la indiferencia, Dios nos muestra a
través de la alianza y el don de la gracia que el ser humano es un ser divisando no por mérito
propio sino por gracia de Dios, que me manifiesta a un más perfectamente en Jesús, que
siendo Hijo de Dios tomó carne y se manifestó ante nosotros dignificando al ser humano.

He de manifestar que de cierta manera una forma muy común de deshumanización se


manifiesta en el capitalismo, pero no hemos de olvidar que un capitalismo adecuado no es un
perjuicio para la sociedad, puesto que, dirigido ética y moralmente, da oportunidades a que
los pobres económicamente puedan generar recursos para su propia ayuda, generando
veneficios de cooperación entre el empleador y el empleado, y de la misma manera el que lo
vende y el que consume; pero no olvidemos que un capitalismo desenfrenado o dicho de otra
manera a un consumismo extremo solo genera destrucción.

Frente a la ayuda del no pobre al pobre, que no se mencionó en los párrafos anteriores,
nace la pregunta ¿Quién es el no pobre?; el motivo por el cual se plantea esta pregunta es
porque realmente la ayuda no viene del no pobre, sino que la ayuda se relaciona entre pobres.

23
B. SESBOÜÉ, Jesucristo el único Mediador: ensayo sobre la redención y la salvación. Tomo I:
Problemática y relectura doctrinal, Secretariado Trinitario, Salamanca 1990, 86.

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