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Semana III

Sociedad y Derecho

Filosofía del Derecho


Sección “B”
Sociedad y Derecho

1. Sociabilidad de la persona.

2. Surgimiento del Derecho en la sociedad

3. Posibles fases de desarrollo del Derecho


Sociedad y Derecho

1. Sociabilidad de la persona

El hombre no se encuentra solo en el mundo, hállase rodeado por los demás seres, los demás
hombres, y por las demás cosas naturales, que no son ni su cuerpo ni su espíritu. Ya desde tiempos
remotos Aristóteles había dicho, que sólo un Dios o una bestia pueden vivir lejos del mundo de los
humanos.

La bestia porque no necesita de los hombres para vivir; es más, muchas veces éstos son sus
enemigos. Quizá tampoco necesita de las otras bestias semejantes a ella; casi pudiéramos decir que
se basta a sí misma.

El hombre es un ser naturalmente sociable, y el que vive fuera de sociedad por organización y no por
efecto del azar es, ciertamente un ser desgraciado o un ser superior a la especie humana «es un inepto
o es un dios».
Sociedad y Derecho

No negamos, sin embargo, que la soledad y el retiro sirvan y hayan servido, en muchas ocasiones,
para que el ser humano se eleve sobre sí mismo, concentre sus dispersas energías y alcance un grado
de perfección sobrehumana.

Más el hombre normal es sociable por excelencia. La naturaleza dice Aristóteles, le ha concedido el
don de la palabra para expresar el bien y el mal; lo justo y lo injusto y «todos los demás sentimientos
del mismo orden cuya asociación constituye precisamente la familia y el Estado»

En cambio, a los animales irracionales sólo les ha sido dado emitir sonidos en forma de ruido, para
expresar sus sentimientos, su alegría y su dolor. Y si aún los peces, las abejas, las hormigas y las aves
se reúnen para vivir en comunidad; con mayor razón lo hacen los seres humanos.
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Los seres humanos son por naturaleza animales sociables, se encuentran naturalmente inclinados a
vivir en sociedad, es prácticamente imposible que un ser humano viva por sí mismo; de alguna
manera, todos, hasta el más egoísta, en algún momento necesita relacionarse con los demás.

Entonces, la sociabilidad, es pues, «aquella calidad o cualidad de sociable que presenta una
persona» es decir, aquel que de manera natural tiende a vivir en sociedad y también, aquel individuo
que preeminentemente afable le gusta relacionarse con el resto de las personas.

Entonces la sociabilidad resulta fundamental para progresar en el trabajo, para hacer amigos, para
encontrar una persona con la cual compartir la vida y los proyectos personales que se tengan, para
compartir intereses y afinidades, entre otros.
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2. Surgimiento del Derecho en la sociedad

El hombre, pues, sólo puede vivir en sociedad con los demás hombres, y es precisamente en esta
colectividad humana donde tiene nacimiento la ciencia de lo jurídico; nunca podrá tener su origen en
una agrupación de animales y menos aún en un conjunto de seres inanimados. El derecho sólo tiene
sentido para los hombres; no para el hombre en aislamiento, sino para el hombre en sociedad.

Se ha dicho que únicamente el ser humano puede llegar a descubrir el derecho o a crearlo, porque
sólo él posee esa gracia llamada «razón» Ni para los animales ni para los seres que no alientan vida
puede tener significado el derecho. Podría discutirse, sin embargo, según veremos después, si a
pesar de que el derecho no tiene significación para los seres irracionales, éstos lo poseen.
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El derecho, se insiste, sólo es un ente cognoscible para el ser humano y, desde luego, por Dios, si se
acepta la existencia del Ser Divino. Pero, ¿podría surgir el derecho si el ser humano viviera en
completo aislamiento? ¿Qué situaciones jurídicas se le podrían presentar a un hombre que viviera
absolutamente solo? ¿Tendría algún derecho y, en el caso de que así fuera, cómo lo conocería? En un
sentido muy amplio podría decirse que el hombre que viviera por completo privado de todo contacto
humano tendría derecho, no obstante, «a caminar, a sentarse, a respirar, a recibir los rayos del sol, y
aún vivir.

El hombre y el derecho, se ha dicho, son de índole eminentemente social. Y así como no se concibe
sin una sociedad humana, no se concibe una sociedad humana sin un derecho.
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3. Posibles fases del desarrollo del Derecho

Conviene ahora estudiar sucintamente las posibles fases por las que debió atravesar el derecho en su
evolución histórica, hasta culminar su consolidación en el Estado. Para ello, en la mayor parte,
seguiremos las ideas de Giorgio del Vecchio.
Las hordas:
Quizá los grupos humanos más antiguos sean los conocidos con ese nombre. Eran conjuntos de
hombres nómadas que no tenían un lugar fijo para vivir. La caza y la pesca constituían su principal
medio de subsistencia, tan pronto como en una región determinada, donde moraban de paso,
comenzaban a escasear la una y la otra, emigraban a nuevas tierras en busca de mejores tierras en
busca de mejores condiciones de vida. Los individuos vivían en un régimen de promiscuidad.
El derecho en ésta época, como en las épocas más antiguas de la humanidad, se manifestaba
seguramente en las rudimentarias prácticas religiosas y morales, no diferenciadas entonces, inmerso
por así decirlo en los diversos usos y costumbres tradicionales.
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Los matriarcados y los patriarcados

Con la radicación o establecimiento de los grupos humanos se consolida la familia (no como
actualmente se concibe) por medio de los vínculos de sangre. Esta consolidación se perpetúa en los
descendientes, y la unidad de los lazos consanguíneos está simbolizada frecuentemente por un tótem,
que no era otra cosa que un animal, una planta o cualquier otro objeto, que recibe veneración y respeto
por parte de la descendencia común.

El derecho en esta etapa, se funda, en consecuencia, en la misma liga de sangre. Todos aquellos que
procedían de un mismo tronco, de una misma ascendencia, se hallan sometidos a las mismas reglas y
a las mismas costumbres. ¿En cuál de las dos líneas consanguíneas: la de la madre «matriarcado» o
la del padre «patriarcado» se basará la organización social y el poder supremo.
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Los grupos gentilicios:

En éstos grupo las costumbres alcanzaban una fuerza preponderante, que se acentúa con las
creencias religiosas. Es deber de todo miembro un respeto absoluto para los primeros, de quienes se
debe seguir el ejemplo de los buenos hábitos y los correctos procederes. El más anciano es el que
gobierna y pone el buen orden en la familia o en el clan; y aún después de su muerte se le tiene en gran
veneración y estima.

Las luchas mortíferas originadas por las venganzas colectivas debilitaban a los grupos. Así se optó por
sustituir la venganza privada y el talión por una composición. «La ofensa, en vez de ser vengada, es
resarcida» Para ello, las partes nombraban un árbitro entre los más ancianos, o bien, se sometían a las
tarifas previamente establecidas. Es de advertirse, sin embargo, que en sus comienzos, la composición
no era obligatoria, sino facultativa.
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Los grupos supergentilicios:

Poco a poco fueron unificándose diversos grupos gentilicios, para hacer frente a una amenaza común o
para adquirir mayor fuerza ante un enemigo de mayor poderío. A la cabeza de cada una de estas
unificaciones se ponía un jefe que era, por lo regular, el más fuerte, el más valiente, el más audaz de
los guerreros, y el que más conquistas había obtenido en las campañas bélicas. En torno a él se fue
formando una casta sacerdotal que lo apoya en el poder, otorgándole origen divino. El mismo caudillo
desempeñaba las funciones de jefe político, juez y legislador.

El vínculo que entonces prevalecía en ésta reunión de grupos supergentilicios era, ya no de tipo
consanguíneo, sino de carácter político. Comienza de éste modo a surgir la embrionaria organización
política que más tarde llegó a desembocar en la formación del Estado moderno.
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Éstas son, a grandes rasgos, las diversas fases por la que ha atravesado posiblemente el
desenvolvimiento cronológico del derecho: de la venganza privada, a la composición voluntaria, y de
ésta a la necesaria, donde ya aparece un sistema jurídico debidamente organizado.

Podría decirse que los dos primeros medios enunciados no son sino manifestaciones imperfectas,
rudimentarias y defectuosas del derecho mismo, el cual fue organizado posteriormente. El derecho
legislado viene a sustituir, a la venganza privada; un poder superior al del individuo lo impone; en los
tiempos modernos, este poder corresponde al Estado. Pero; ¿qué es el Estado?
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Bibliografía

Dorantes Tamayo, Luis Alfonso. Filosofía del Derecho, Segunda edición, OXFORD University Press,
México, S.A. de C.V.

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