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Impreso en Argentina

ISBN 978-987-86-6772-0

Impreso por San Carlos Impresiones


Almagro, CABA, en el mes de octubre de 2020.

Diseño de tapa: Agustina Lorences

Todos los derechos reservados. Bajo las sanciones establecidas en las leyes,
queda rigurosamente prohibida, sin autorización escrita de los titulares del
copyright, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o
procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, así
como la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamo públicos.
Para Felipe que está en camino. Me apure en terminar el libro antes
que nacieras así podía dedicarme un buen rato a conocernos.
Para mi cielito, Daniela, la persona con la que estamos construyendo
una familia, descubriendo esto de ser Mapadres. Con tu impulso y
pasión me animé a cumplir mis sueños.
Martin Lorences

Índice
Prólogo.................................................................................................11
¡¡Último prólogo y arrancamos!!.........................................................15
Introducción: ¿Estamos obligados a hablar en público?..................17
Capítulo 1: La voz................................................................................21
Capítulo 2: Manejá tu cuerpo.............................................................31
Capítulo 3: ¿Qué me pongo para hablar en público?.......................43
Capítulo 4: Tu soporte visual..............................................................47
Capítulo 5: El tiempo...........................................................................53
Capítulo 6: Tu estilo, tu causa............................................................61
Capítulo 7: Tu mensaje........................................................................67
Capítulo 8: Hacete amigo del Storytelling.........................................87
Capítulo 9: Presentaciones de impacto en poco tiempo:
Elevator pitch y Pecha Kucha...........................................................111
Capítulo 10: El miedo a hablar en público......................................123
Capítulo 11: Oratoria online.............................................................153
Capítulo 12: Argumentación y debate.............................................165
Conclusiones.....................................................................................177
Epílogo...............................................................................................189
Agradecimientos................................................................................181
Bibliografía........................................................................................183

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Oratoria de impacto

CAPÍTULO 10:
EL MIEDO AL HABLAR EN PÚBLICO:
Quizás estemos en presencia de uno de los temas más
trascendentales del mundo de la oratoria. Muchos
alumnos y clientes me contratan porque sienten que el
miedo los paraliza cuando hablan frente a personas. Esa
sensación de parálisis genera que rindamos por debajo
de nuestro nivel. Que la pasemos mal, que nuestros
peores temores afloren. En ese cuadro donde el orador es
tomado por el monstruoso miedo.
¿Tenés miedo a hablar en público? Si tu respuesta es SÍ,
te quiero decir que no estás solo. El miedo a hablar ante
los demás se llama glosofobia y de paso te cuento que es
la principal fobia que tienen las personas. La glosofobia
se encuentra por encima del miedo a la oscuridad, a la
altura, al encierro, incluso a la muerte. CONCLUSIÓN: La
gente prefiere morir antes que hablar ante los demás.
Déjenme darles una mala y una buena noticia... ¿Por cuál
arranco? Vamos por la mala: ¡NUNCA VAS A PERDER
EL MIEDO A HABLAR EN PÚBLICO! Sí, en serio y con
mayúsculas. Jamás vas a perder el miedo. Todos los
cuatrimestres me enfrento a por lo menos 400 alumnos
nuevos. Siempre, cada clase que comienzo en cada taller
nuevo que doy, siento ese bichito que se aloja en la panza.

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Martin Lorences

Surgen dudas, ¿les gustará la clase? ¿Les servirá? Los


años hablando en público (siempre recuerden que esto de
la oratoria es pura cuestión de práctica) me han enseñado
cómo transformar ese miedo en entusiasmo. Aquí
aparece la buena noticia: el miedo no se va nunca, PERO
TA TAN TA TAN… SE PUEDE APRENDER A ADMINISTRARLO,
MANEJARLO PARA QUE NO TE PARALICE, PARA QUE
NO TE PERJUDIQUE Y QUE ESE MIEDO LO PODAMOS
TRANSFORMAR EN ENERGÍA POSITIVA. ¿Cómo hacemos
para lograr esto? ¿Transformándonos en alquimistas?
Vamos de a poco. Comencemos por pensar qué es el
miedo.
El miedo es una emoción que se genera en una percepción
de peligro. Genera un estado de ansiedad temporaria que
decanta en un deterioro en la técnica y rendimiento de
nuestras presentaciones. Pero pará…. pará un segundo.
¿Percepción de peligro? ¿Tenemos que hablar en público
en un campo de batalla? ¿Mi vida corre riesgo? Tu vida
no corre peligro pero sí nuestra mente detecta un peligro
al que todos los oradores le tienen mucho miedo: EL
RECHAZO. Cuando hablamos en público nos exponemos,
prácticamente es como estar desnudos ante los demás.
Nuestro alma y pensamientos quedan a merced de quienes
nos escuchan, y eso nos incomoda. Todo orador busca la
aprobación de su público. Si el público nos rechaza pone
en duda nuestra propia identidad, amenazando a nuestro

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Oratoria de impacto

ego. Como no queremos transitar por todo esto, muchas


personas prefieren no exponerse y quedarse en su zona
de confort.
En la percepción del orador el rechazo se puede generar
por la aparición en público de alguno de estos factores:
quedarse en blanco, fracasar, titubear, trabarse, etcétera.
¿Qué pasa si me quedo en blanco? Esto ya lo vimos en el
capítulo de la memorización y las islas, pero siempre tené
presente que las personas que te escuchan no saben lo
que vas a decir así que si te olvidás de algo no va a alterar
el resultado final de tu presentación. Por las dudas dale
una mirada a la estrategia de memorización de las islas
que te contaba en el capítulo 7.
En otros casos el principal temor pasa directamente por
el fracaso. Se concentran en las consecuencias negativas
que podrían sufrir producto de un “papelón”. Ante este
escenario, te propongo que te conectes con el resultado
ideal que te gustaría obtener. Visualizá tu performance
perfecta así como también con la reacción de tu público
o auditorio ante un reciente éxito. Pensá en eso, no le des
lugar a los malos pensamientos. En breve te voy a contar
más sobre esto. Un poquito de paciencia.
Más allá de estos “tips” concretos para superar estos
temores específicos, preferimos abordar el miedo a hablar

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Martin Lorences

en público desde un triple enfoque: Cuerpo, habilidades


y emociones.

El enfoque vinculado al cuerpo aborda técnicas de


relajación y concentración, así como aspectos posturales
que elevan la predisposición del orador para presentarse
ante los demás.
El público, la gente está ahí para vernos. Se contagian
de nuestro estado de ánimo. ¿Alguna vez afinaste un
instrumento? Es ponerlo a punto para que pueda emitir
el sonido justo, preciso y correcto. Se trata de relajar las
partes del cuerpo que solés tensar para que cuando te
presentes ante los demás no tengas todo el tiempo esa
sensación de incomodidad. Unos instantes antes de tu
presentación, recorré tu cuerpo con tu mente como si
fueras un observador distinto. Reconocé qué partes de tu
cuerpo presentan una tensión que no es normal. Cuando
las detectes; dirigí tu atención, tu conciencia hacia esa
parte del cuerpo. Relajate. No estás solo. Con vos están
tus habilidades.
Todos los capítulos que vimos hasta aquí tratan justamente
de ayudarte a que aumentes tus competencias, tus
habilidades vinculadas al mundo de la oratoria. Si en
nuestra “cartuchera” de recursos contamos con muchas
opciones, habilidades para realizar presentaciones de
impacto nuestro miedo va a mermar porque sabemos

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Oratoria de impacto

que tenemos muchas alternativas para implementar.


Incorporar storytelling, generar climas con nuestra voz,
administrar el tiempo, elaborar PowerPoint de impacto,
entre otros; te va a ayudar a no sentirte solo, a estar
respaldado por una presentación que tiene incontables
puntos fuertes que van a apuntalarte y, que tal como
los chalecos de los paracaidistas que tienen todo un
procedimiento de emergencia, si en tu presentación
falló algo, están todos los otros recursos para “salvar”
tu presentación. Dentro de la “cartuchera”, hay una
habilidad esencial que es el manejo de las emociones.
Aquel orador que sepa administrar lo que siente,
transformar malos pensamientos en motivaciones para
rendir al máximo y, por sobre todo, tener conciencia sobre
su monólogo interno estará listo para disfrutar de hablar
ante los demás, influir a los que lo rodean y comunicar lo
que quiere comunicar cuando lo quiere comunicar.
¿¿Por qué son tan importantes las emociones?? ¿¿Qué
son??
En una presentación oral, las emociones ocurren en una
doble vía. Por un lado, el orador transmite emociones;
algunas voluntarias y otras sin querer. Cuando exponemos
ante los demás tenemos que tener muy en claro qué
emoción voy a trasmitirle al auditorio.
Al mismo tiempo, la emoción se genera dentro del orador

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Martin Lorences

y puede disparar distintos comportamientos mientras


estamos enfrente del público. Por eso es importante
conocernos a nosotros mismos, saber qué nos pasa, cómo
nos pasan las cosas que sentimos y, en consecuencia,
tejer abordajes para poder administrar las emociones.
La especialista en oratoria y actriz española Mireia
Murguiondo nos invita en su libro “Habla sin miedo” a
iniciar un camino de auto reconocimiento emocional. Nos
propone que no le tengamos miedo a sentir, a contactarnos
con nuestro entramado emocional. Para eso, nos propone
una serie de preguntas para tener una buena radiografía
de cómo nos sentimos cuando hablamos ante los demás.
Durante el día experimentamos un sinfín de emociones.
No todas las podemos expresar como de verdad
queremos ya que de ser así podríamos herir a seres
queridos o quebraríamos normas de comportamiento. Ese
ocultamiento de las emociones genera un mecanismo de
bloqueo que muchas veces nos impide reconocer lo que
sentimos. En las preguntas que tenemos a continuación,
el desafío pasa por conectarnos con aquello que sentimos,
al mismo tiempo que comenzamos a aprender a etiquetar
nuestras emociones. Una vez que se lo que me pasa, lo
que siento, puedo empezar a trabajar en corregirlo.
¿Qué emoción experimentás cuando te enterás que
vas a hablar en público?

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Oratoria de impacto

Alegría, tristeza, miedo, enojo, etcétera.


¿Qué te gustaría que te diga tu público?

¿Qué te pasa mientras hablás ante los demás?


Te sentís aburrido, aturdido, estás concentrado,
intranquilo, atento.
¿Cuál es tu nivel de energía en esos momentos?
Cansado, enérgico.
¿Cuál es tu nivel térmico? ¿Qué temperatura tenés?
Acalorado, sudoroso, frío.
¿Con qué personaje de los siguientes te sentís
identificado cuando hablás ante los demás?
Perfeccionista, conquistador, tímido, gracioso, inseguro.
Una vez logrado este diagnóstico, esta radiografía de
tu cuadro emocional cuando exponés frente a otros;
demos un pasito más. Uno de los principales temores
que se nos disparan cuando hablamos en público gira
en torno a nuestra propia identidad. El ego juega un rol
central en estos casos. Como te decía antes, realizar una
presentación en público trae aparejado una enorme dosis
de exposición ante la mirada de los demás. Es inevitable
que si estás parado hablando frente a otras personas,
los demás no te miren. Si nos miran, nos juzgan. Y si
nos juzgan; nuestra imagen, nuestra construcción de

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Martin Lorences

quién soy puede entrar en jaque. Cuando no sabemos


administrar esta interacción de miradas y juicios por
parte de los demás, nuestro ego se siente amenazado.
Nuestro rendimiento en esa presentación se transforma
en una instancia donde nos jugamos directamente
quiénes somos. Aparecen las siguientes preguntas en
nuestro diálogo interno: ¿se darán cuenta que no se
tanto del tema? ¿Creerán que no soy lo suficientemente
bueno para esto? ¿Perderé la posibilidad de ascenso o la
consideración de mis superiores? ¿Mis clientes preferirán
comprar en otra empresa o emprendimiento? ¿Elegirán a
otro profesional para que los atienda? Ese diálogo lejos
está de tranquilizarnos; por el contrario, alimenta las
dudas de nuestro ego. Si nos va bien en la presentación,
nuestro ego nos dirá que somos los mejores del mundo.
Si nos va mal, seremos las personas con menos éxito
de la faz de la tierra. Vivir en esa constante disyuntiva
genera mucho estrés. Nuestro cerebro dispara enormes
cantidades de cortisol. ¿Hay alguna solución para
combatir este diálogo? ¿Cómo hacemos para liberarnos
de la tiranía de nuestro ego? ¿Cómo hacer para que cada
vez que hablo ante los demás mi propia identidad no esté
en juego?
Veamos... Por lo menos te recomiendo dos estrategias.
Una la llamo “el juego de cámaras” y a la otra le digo “
YO1 vs YO2”. Paso a contarles.

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Oratoria de impacto

“El juego de las cámaras”

Cuando estamos inmersos en ese diálogo interno en el


que la mirada y juicio del otro me paraliza, me inhibe y
pone en juego mi identidad; nuestro foco está puesto
en MÍ. ¿Qué quiero decir con esto? Que, si existiera una
cámara invisible que esté “filmando” el evento de mi
presentación, todas las luces y todas las cámaras me
estarían enfocando a mí. Claro, si en mi presentación soy
el centro, si lo único que importa en ese momento es mi
rendimiento y no el mensaje que transmito; con certeza
mi identidad va a estar en juego. Imaginate parado en
un escenario, con cámaras, focos de luz apuntándote
solo a vos: ¿Te sentirías el centro de la escena? Claro que
sí. Salvo que seamos oradores profesionales, músicos
o actores esa situación genera una enorme presión.
Presión por rendir bien, por salir aprobado de la mirada
del otro. La propuesta es invertir 180° esas cámaras,
ese foco. Apuntar toda la atención hacia el público que te
esté escuchando. Ya sean 200 personas en un auditorio,
15 en la sala de reuniones de una empresa, 50 alumnos
en un aula o X cantidad de personas en una historia de
Instagram. Correr el foco y apuntarlo hacia tu público.
Cuando las luces y la cámara giran hacia tu audiencia, las
luces no te encandilan a vos; tu propia imagen no corre
peligro. Cuando invertimos las cámaras, lo importante
pasa a ser el mensaje que transmitimos. ¿Cómo hago

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Martin Lorences

para girar las cámaras? ¡Por supuesto que al ser invisibles


no hay manera de hacerlo de forma manual!, ¡muy fácil!
La tarea consiste en que cambies el eje de la manera en
que pensás tus presentaciones, la mirada de los demás
y sus juicios. Correr el foco significa que lo que más te
tiene que interesar, donde tenes que poner el 100% de tu
energía, es en preocuparte en que VALOR le agrego a la
gente que me escucha. ¿Qué se pueden llevar de nuevo,
de innovador, de distinto después de escucharme?
¿Te das cuenta cómo cambia el sentido? En vez de
preocuparme en qué van a pensar de mí, me preocupo
y ocupo de pensar qué valor les agrego. Cómo les puede
cambiar la vida o por lo menos algunos aspectos de la
misma escuchar mi presentación. Mi atención se pone en
el público. Soy YO el que se ocupa de agregarles valor.
Soy YO el que está en el dominio de la escena sabiendo
que después de escucharme se van a llevar algo distinto.
Si logro centrar mi atención en qué valor agrego en vez
de qué van a pensar de mí, nuestras emociones se van a
relajar porque nuestro ego, nuestra identidad va a quedar
a resguardo. Prácticamente nuestra presentación va a
tener un tamiz solidario, no porque regalemos cosas o no
queramos hacer negocios sino que al centrarnos en qué
valor le agrego al otro, mi identidad no se pone en juego y
mi único objetivo pasa a ser que mi mensaje sea todo lo
poderoso posible para influir y motivar al público.

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Oratoria de impacto

Me dirán: “Bueno Martin, pero mis presentaciones cada


vez que hablo ante otros las llevo a cabo para hacer
negocios o vender productos. ¿En qué cambia eso a los
demás? ¿Qué valor le agrego si lo que yo quiero es vender,
generar una ganancia para mí?
¿De verdad creemos que los productos no cambian
vidas? ¿No te parece que constantemente nos estamos
“vendiendo” a nosotros mismos para generar negocios?
Si el producto o servicio que vendes sirve para que el otro
agregue valor a su vida, para que pueda aprender algo
que no sabía, para que su día a día sea mejor, ¿cuál es el
problema de que nuestras presentaciones tengan como
objetivo una venta? ¡NINGUNO!.
Pensemos en los siguientes casos: Una de las
presentaciones orales de mayor impacto e influencia la
realizó Steve Jobs cuando en el año 2007 presentó el
primer IPhone. Jobs estaba vendiendo el primer celular de
Apple a todo los consumidores del mundo. Sin embargo, su
presentación consistió en describir las bondades de ese
teléfono y cómo iba a aportar para que sus compradores
tengan una vida más sencilla en cuanto a su manera de
comunicarse con los demás. ¿Estaba haciendo negocios?
Por supuesto que SÍ. ¿Estaba aportando valor? ¡Absoluto
SI!. ¿Estaba manipulando a su auditorio? No. Los
estaba influenciando, persuadiendo para que compren

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Martin Lorences

su producto. ¿Steve Jobs puso en juego su reputación,


su ego? NO, porque se centró en agregarle valor a sus
clientes.
Para evitar que caigas en la tentación de pensar o
decirme: “Steve Jobs era considerado uno de los mejores
oradores del mundo, quizás de la historia moderna, ¡para
él era fácil hacer eso!”. Te pongo un ejemplo muy sencillo
y mucho más cercano.
Un instituto de inglés de la ciudad de Avellaneda,
Provincia de Buenos Aires. Este instituto abrió una cuenta
de Instagram para comunicar sus ideas de manera
distinta. Su directora hace historias donde cuenta las
bondades de su instituto, al mismo tiempo que señala
la importancia de saber inglés en el siglo XXI, y enseña
algunos tips para aprender el idioma de manera más
sencilla. ¿Nos manipula? NO. ¿Nos quiere vender algo?
SÍ. ¿Agrega valor a la persona que sigue su cuenta? SÍ.
Más allá de que termines o no comprando su producto,
los “tips” que enseña agregan valor. ¿Dónde está puesta
la cámara, hacia donde mira? Con claridad hacia sus
clientes y seguidores, con el noble objetivo de vender sus
cursos de inglés.
La directora del instituto no tiene ni la fama ni el impacto
que tuvo Steve Jobs. Sin embargo, agrega valor y ofrece
un producto en el mercado.

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Oratoria de impacto

Cambiar el foco de la cámara, dirigirlo hacia el público,


con la concentración puesta en el valor que les agrego es
una manera muy sencilla de “anestesiar” a nuestro ego
para poder disfrutar de nuestras presentaciones ante los
demás.
“YO1 vs YO2”. ¿Quién gana?

Como tenista que fui (amateur, ojo) y seguidor del tenis


que soy, hace unos años leí uno de esos libros que
transforman tu vida: “El juego interior del tenis” de Tim
Gallwey. Este texto es considerado a su vez como el
primer libro de coaching ya que, si bien el autor aplica sus
métodos al tenis, con tranquilidad podemos aplicar sus
enseñanzas a cualquier ámbito de nuestras vidas. En mis
talleres aplico los métodos de Tim cuando abordamos la
cuestión de la administración del miedo y las emociones
cuando hablamos en público.
Gallwey que es profesor de tenis dedicó su vida
intelectual al estudio del comportamiento humano y de
cómo hacemos para adquirir nuevos conocimientos.
Hay dos conceptos que importo del tenis al mundo de
la oratoria: “Manifestar autoridad para ser el autor de
tus propios golpes” y “Superar los hábitos de nuestra
propia mente que inhiben el desempeño”. “Manifestar
autoridad…”, aplicado a nuestro micro mundo de la
oratoria, nos propone estar al dominio de las situaciones;

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Martin Lorences

agarrar el volante de nuestra presentación y hablar de lo


que queramos, cuando queramos, en el momento que
queramos. Me pasa muchas veces que alumnos o clientes
me dicen que en el momento en que tenían que hablar en
público dijeron cualquier cosa o no pudieron decir lo que
querían de la manera en que querían. En esos casos, son
las emociones las que nos juegan una mala pasada. El
objetivo de este libro y de todos los talleres que realizamos
es el de realizar presentaciones donde las emociones
queden administradas, donde podamos brillar, influir,
persuadir y motivar a aquellos que nos escuchan. Ser los
autores de nuestras propias presentaciones.

Mi concepto preferido de Tim es el siguiente: “Superar


los hábitos de nuestra propia mente que inhiben el
desempeño”. Este concepto me encanta, ¿adivinan por
qué? Nos invita, nos propone que aquellos hábitos que
reducen nuestro desempeño pueden ser superados. Al
mismo tiempo que la llave de esa superación está en
nuestro poder. Depende de nosotros, de VOS animarte a
modificar aquello que te impide rendir como quisieras. Es
la clave de lo que creo. ¡TODOS, ABSOLUTAMENTE TODOS,
PODEMOS HABLAR BIEN EN PÚBLICO! Solo es cuestión
de práctica, de incorporar determinados conocimientos y
aplicarlos. De conocer qué orador soy hoy y qué orador
quiero ser mañana, en el futuro inmediato. Si hubiera
leído este libro cuando jugaba, además de disfrutar

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Oratoria de impacto

mucho más de ese deporte, hubiera ganado muchos más


partidos. Ahora me conformo en aplicarlo a la oratoria
para que todos rompan con los hábitos que le impiden
hablar con impacto e influencia.
YO1 VS. YO2:

Gallwey hace una distinción de batallas de Yoes dentro de


nosotros mismos. Sostiene que cada persona tiene en su
interior dos YO. El Yo1 y el Yo2.
El YO1 es la parte de nosotros que nos habla, que nos
exige, que incluso nos castiga. Sería una suerte de YO hiper
racional, calculador. Está más que atento a la aprobación
de los demás. En esta búsqueda de aprobación, el YO1
puede generar enorme tensión en su vecino el YO2. El
YO2 es la parte de nosotros que actúa, encargada de
nuestro sistema muscular, ejecuta las acciones que nos
obligamos a realizar. El YO2, liberado de las “presiones”
del YO1, encarna todo nuestro potencial. Las personas
que logren una precisa administración en esta relación
interactiva, son aquellas que logran mejores resultados
con un menor costo emocional. En definitiva, son
personas que logran sus metas con pocas porciones de
estrés. En el ámbito de la oratoria el YO2 está compuesto
por nuestra voz, nuestro cuerpo, nuestras manos y todo
nuestro enorme potencial de influir tanto como persuadir
a los demás. La razón por la que muchas personas sienten

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Martin Lorences

nervios, tensión o simplemente la pasan muy mal cuando


se exponen en público es porque el YO1 logra inhibir al
YO2, convenciéndolo de que somos incapaces de hacer
una presentación de impacto. Por eso, el desafío que nos
propone el maestro Gallwey es el de “purificar” nuestro
diálogo interno para que el YO1 libere al YO2. Este último,
sin la tensión que genera el YO1, tiene todo lo que hay
que tener para lograr una comunicación asertiva. De aquí
que siempre decimos que TODOS pueden hablar bien en
público. Solo es cuestión de entrenamiento.
Pero entonces, ¿cómo hacemos para administrar de
manera correcta este diálogo interno?
El desafío pasa por “entretener” al YO1. En desacoplarlo del
dominio de nuestros actos, permitiéndole al YO2 que fluya.
Nuestro cuerpo, nuestros músculos saben perfectamente
qué hacer si no están bajo la tensión de la tiranía del YO1.
Una de las maneras de generar este desacople del YO1 es
observar lo que sucede en nuestro alrededor sin castigar
ni juzgar. Cuando nos acostumbramos a hablar en
público sin estar todo el tiempo evaluándonos, la tensión
desaparece poco a poco. Pero para esto hay que generar
un hábito previo y muchas veces nuevo para nosotros. NO
JUZGAR A LOS DEMÁS. Si me paso el día juzgando a los
demás, es más que obvio que me voy a juzgar a mi mismo
con la misma vara de agresividad.

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Oratoria de impacto

¿Qué hacemos cuando nos juzgamos? Es una reacción


personal de nuestro ego a todo lo que experimentamos.
Le asignamos un valor que puede ser positivo o negativo
a cada actividad que emprendemos. Cuando nuestro
YO1 considera que nuestro desempeño fue “exitoso”
nos otorgamos falsos premios o recompensas y cuando
“determina” que nuestros resultados no fueron óptimos
aparecen los castigos. ¿Qué clase de castigo nos
otorgamos? GENERALIZAMOS LOS COMPORTAMIENTOS
DEL YO2. Por ejemplo: “Siempre me va mal”, “no tendría
que haber hecho esto, fracasé de nuevo”, “odio mi voz,
siempre me pongo afónico en los momentos importantes”.
En ámbitos deportivos el YO1 nos castiga con conceptos
como “Sos horrible”, “nunca vas a lograr jugar bien”.
Esta actitud sermonera y castigadora del YO1 genera
una especie de profecía autocumplida porque, sin ser
adivinos, alcanza con darse cuenta que si todo el tiempo
nuestro diálogo interno es así de punitivo, la próxima vez
que nos tengamos que enfrentar a un público nuestro
YO2 va a estar completamente inhibido, bloqueado.
De ahí que nuestro primer deber para controlar el
miedo es dejar de emitir juicios con respecto a nosotros
mismos. Vale aclarar que dejar de juzgarnos no quiere
decir que pasemos por alto nuestros errores, nuestros
puntos flojos o que nos quedemos contentos con nuestro
mal rendimiento. La propuesta es ver esos “errores” o

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Martin Lorences

aquellos aspectos que no nos gustan de nosotros, como


una puerta a la mejora. Se trata de trazar una brecha
entre nuestra realidad actual (qué orador soy hoy) y qué
orador quiero ser en el futuro. Si observo la realidad tal
cual es, logro aumentar mi CONCIENCIA para que la
mejora ocurra. Déjenme aclarar que esto no los invita a
caer en el pensamiento mágico, pensamiento positivo
o en el cotillón emocional. Está perfecto darnos ánimo,
alentarnos pero eso es momentáneo, dura muy poco,
no alcanza para lograr una mejora estructural de
nuestro comportamiento general o cuando hablamos
en público en particular.
Nuestro YO2 compuesto por nuestro cuerpo y el sistema
nervioso es un instrumento maravilloso. Debemos confiar
absolutamente en él, al mismo tiempo de estar agradecido
por todo lo que nos permite hacer.
Salvo algunas excepciones; cuando hablamos entre
nuestros amigos, en nuestra familia (en ámbitos
contenidos, donde estamos cómodos), dejamos en
absoluta libertad a nuestro YO2. ¿Por qué hacemos esto?
¿Por qué estar “charlando” en ámbitos contenidos no
nos genera tensión? ¡Muy fácil! Porque nuestro ego no
está en juego. Cuanto más importante consideremos al
evento, más control querrá ejercer el YO1. Estos son los
momentos en los que se hace verdaderamente necesario

24
Oratoria de impacto

“desacoplar” al YO1 del dominio de la situación. Como


te decía antes, además de juzgarnos, podemos hacer
DOS cosas más para entretener al YO1 y que así quede
liberado todo el potencial del YO2. Una es imaginarnos
el resultado deseado. Hacer ejercicios muy cortos y
explosivos de visualización. Para el ámbito del tenis
Gallwey propone, antes de hacer impacto con la pelota,
imaginarnos el golpe, a donde queremos que vaya y qué
resultado queremos obtener. Por lo general, la nobleza
del YO2 permite que nos acerquemos bastante al objetivo
deseado. En nuestro ámbito de la oratoria, tenes que
imaginarte tu resultado final. ¿Qué querés obtener con tu
presentación? Imaginate con ese resultado y visualízate
en ese momento. Si en algún momento de tu exposición
querés que tu audiencia se ría, imagínate ese momento
en que lograste generar esas deseadas risas, ese clima
empático y agradable.
Otra posibilidad para liberar al YO2 de las garras de su
hermano gemelo el YO1 es el de sumergirse en el papel.
¿Significa que cambiemos de personalidad? Un poco SÍ. Se
trata de entender que por alguna razón VOS estas hablando
ante los demás. Hubo algo que llevó a que tengas que estar
expuesto ante los demás. Los actores cuando interpretan
a un personaje se transforman en el personaje. Cuando
vemos a un buen actor, no vemos a Al Pacino haciendo de
El Padrino. Vemos a Michael Corleone tejiendo redes para

25
Martin Lorences

sostener el dominio de su “familia” sobre otros grupos. El


gran genio del teatro ruso de inicios del siglo XX, Konstantín
Stanislavski, cuando nos habla de la construcción del
personaje sostiene que cuando tenemos que actuar o
en nuestro caso hablar ante los demás, algo se mueve
en nuestro interior; se siente una presencia, una especie
de convivencia interna con otro que no es con literalidad
otro pero que tampoco somos nosotros. Bucear en ese
YO que está dentro de nosotros es sumergirse en nuestro
personaje cuando hacemos presentaciones orales. Es un
personaje distinto a mí, pero al que le permito el desarrollo
de determinadas habilidades que quizás “yo” en otros
momentos no haría. Se trata de transformarnos en nuestro
propio observador. Definí qué tipo de orador querés ser y
animate a construir tu propio personaje a la medida de tu
estilo. Stanislavski dice que el personaje que construimos
es una suerte de máscara que nos permite desnudar hasta
nuestro detalle más íntimo. Es la posibilidad de exponer
todo nuestro potencial. Cuanto más sea la frecuencia con
la que te exponés en público, menor es el tiempo que
requerimos de construcción del personaje. Lo tendremos
a la vuelta de nuestra propia esquina para acudir a él cada
vez que lo necesitemos.
Lo que te pido y aconsejo es que te “transformes” en un
orador. De ahí la importancia de contar con recursos que
ya vimos como la indumentaria (lucir como un orador

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Oratoria de impacto

profesional nos hace sentir oradores), una presentación


en diapositivas que generen impacto, un buen uso del
storytelling son todos componentes que nos acercan a la
figura del orador ideal que queremos ser. Es el momento
para que el YO2 expanda todas sus plumas de pavo real.
La fórmula de liberación del YO2 sería algo así:
DEJAR DE JUZGARNOS + VISUALIZARNOS CON EL
RESULTADO DESEADO + SUMERGIRSE EN EL PERSONAJE.

¿Te animás?
En definitiva, se trata de cambiar de comportamientos.
De disciplinar al YO1, creando en nuestro tejido neuronal
nuevos surcos con nuevos hábitos.
No hay que olvidarse de dos aspectos más para que
nuestra receta de “domesticación” del YO1 sea todo lo
efectiva que necesita ser. Concentrar la mente y practicar
el agradecimiento.
Luchar contra nuestra mente no sirve de nada. Lo que
SÍ es necesario es aprender a concentrarla. Concentrarse
significa poner la atención en el acá y en el ahora.
Nuestra mente liderada por el YO1 tiende a llevarnos
hacia dos momentos especiales donde no tenemos
influencia: el pasado y el futuro. Ambos momentos nos
generan un enorme desparramo de ansiedad, sobre

27
Martin Lorences

todo porque no podemos interferir en él. Para serenar


nuestros pensamientos hay que colocarlos en otro lado,
interesarlos en el momento presente. Un buen ejercicio
es la respiración. La respiración nos ayuda a conectarnos
con el aquí y el ahora. Por supuesto que no cualquier
respiración, porque si respiramos mal podemos aumentar
nuestro estado de ansiedad y temor. La respiración que
les recomiendo es diafragmática. Inhalar aire por la nariz,
siempre poniendo la atención en el aire que introducimos,
llevarlo a la panza, sentir como el vientre se infla, retener
unos segundos y hacer una exhalación pausada también
por la nariz. Siempre con la energía puesta solo en el aire
que entra y sale. De esa manera aumentamos nuestro
nivel de conciencia, evitando los pensamientos en
direcciones que nublan nuestra luz.
La respiración es recomendable realizarla unos minutos
antes de nuestra presentación oral, para lograr un clima de
tranquilidad mental, para estar concentrados en el momento
presente. Pero también durante nuestra exposición podemos
hacer “breves” respiraciones para ayudarnos a mantener la
atención en ese momento y evitar que se nos dispare hacia
lugares que nos generen ansiedad. ¿Te acordás cuando
en el capítulo de la VOZ hablamos de las pausas? Que nos
servían para separar los temas, para enfatizar una idea y
para evitar las muletillas. Otra de las enormes propiedades
que tienen las pausas es la de otorgarnos la posibilidad de

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Oratoria de impacto

respirar. Tomarnos dos segundos para inhalar aire por la


nariz, sentir como su frío entra por todo nuestro cuerpo para
luego prestar atención en cómo sale por el mismo lugar,
pero ya sin frío. Esto nos puede demorar dos segundos; los
suficientes para tomarnos un “respiro”, poner la atención en
el aire y evitar pensamientos odiosos en el medio de nuestra
exposición. Incorporá este hábito y el YO1 va a estar atento a
la respiración y no en generarte un bloqueo.
Ser agradecido en la vida, más allá de ser un buen modal,
marca una disposición a valorar las cosas que tenemos y
nos pasan, a no estar siempre disconforme con nuestra
realidad. Si dejamos al YO1 libre, siempre va a intentar
controlar, castigar y amedrentar al YO2. ¿Pero te pusiste
a pensar en todo el esfuerzo que hace el YO2 todos los
días todo el tiempo? Es el encargado de mantenernos
vivos, de permitirnos movernos de un lugar a otro, y de
tantas cosas más. En nuestras presentaciones orales,
nos permite administrar la voz para generar climas,
mover las manos, adquirir distintas posturas corporales,
recordar lo que vamos a decir, entre un sinfín de cosas.
Así nuestras presentaciones no nos gusten o podamos
mejorarlas, así nos hayamos quedado en blanco, olvidado
el guión o transpirar mucho; nuestro YO2 hizo y hace un
esfuerzo enorme para que podamos comunicarnos frente
a los demás. En vez de demandarle más, tomate antes y
después de cada presentación un ratito para agradecerle

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Martin Lorences

a tu cuerpo hasta donde te trajo. Te permitió estar parado,


respirar, escuchar, hablar, trabajar, soñar, etcétera. Sé
agradecido con tu YO2, disfrutá de cada momento que
pases. Al mismo tiempo que te esforzás por pulir aquellos
aspectos que quizás no te gusten tanto. En el trayecto
hasta transformarte en el orador que queres ser, SÉ
agradecido de tu realidad actual. No te enojes, no te
juzgues, no seas cruel con vos mismo.

EJERCICIOS:

¿QUÉ ORADOR SOY? ¿Qué me pasa cuando hablo en


público? Conocerte a vos mismo como orador es un
paso esencial.

1-¿QUÉ EMOCIÓN EXPERIMENTÁS CUANDO TE ENTERÁS QUE


TENÉS QUE HABLAR EN PÚBLICO? GLOSARIO EMOCIONAL:
ALEGRÍA, TRISTEZA, MIEDO, ENOJO, ASCO, ETC.
2-¿QUÉ TE DICEN LAS PERSONAS CUANDO FINALIZÁS
TUS PRESENTACIONES?
3-¿QUÉ TE GUSTARÍA QUE TE DIJERAN?
4-¿QUÉ TE SUCEDE MIENTRAS HABLÁS EN PÚBLICO?
GLOSARIO EMOCIONAL: ABURRIDO, ATENTO, ATURDIDO,
NERVIOSO, CONCENTRADO, ETC.
5-¿QUÉ TE DICE TU YO1 MIENTRAS ESTÁS HABLANDO EN

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Oratoria de impacto

PÚBLICO?
6-¿CUÁL ES TU NIVEL DE ENERGÍA EN ESOS MOMENTOS?
GLOSARIO: CANSADO, ENÉRGICO, ADORMECIDO, ETC.
7-¿CUÁL ES TU NIVEL TÉRMICO? GLOSARIO: ACALORADO,
FRÍO, SUDOROSO, TEMPLADO, ETC.
8-¿CON CUALES DE ESTAS CARACTERÍSTICAS TE SENTÍS
MÁS IDENTIFICADO? PERFECCIONISTA, SABELOTODO,
TÍMIDO, CONQUISTADOR, GRACIOSO, INSEGURO, ETC.
RESPIRACIÓN GUIADA PARA CONCENTRARNOS EN EL
MOMENTO PRESENTE.

Te propongo un ejercicio de respiración guiada para que


logres aprender a concentrar la atención en el momento
presente. Esta respiración nos la comparte la instructora
de Yoga y especialista en Mindfulness Paula Romandini,
amiga y cliente de nuestra escuela de oratoria. La podés
seguir en @theyogameet.
RESPIRACIÓN CUADRADA

Es un tipo de respiración consciente porque tenemos que


prestar atención para ejecutarla y, además, es voluntaria
y dirigida.
Es ideal para desactivar cuadros de estrés, provocados
por emociones como la ansiedad o el miedo. Es excelente

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Martin Lorences

para recuperar tu equilibrio interior.


¿QUÉ BENEFICIOS TIENE?

RELAJACIÓN MUSCULAR

El ritmo lento y el llenado de los pulmones permite


disminuir la velocidad de los latidos y los músculos se
aflojan. Desactivá el modo huida/defensa para dar lugar
al modo relajación/creatividad.
CONTROL EMOCIONAL Y CONCENTRACIÓN

Al poner foco en la respiración, porque sino se pierde


el conteo, se dejan de lado las preocupaciones y los
pensamientos repetitivos. Nos anclamos en el presente,
en respirar. Y en ese ejercicio se aquietan las emociones
que nos inquietan.
MEJOR OXIGENACIÓN

Al respirar con toda nuestra capacidad tenemos más aire


en los pulmones. Y se podrán cumplir en forma óptima
todas las funciones metabólicas del cuerpo.
TRANQUILIDAD Y EQUILIBRIO MENTAL

Es la consecuencia inmediata: calma y tranquilidad y


una cabeza más fresca para buscar soluciones y nuevos
caminos que no se nos ocurrían todo el tiempo con el

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Oratoria de impacto

mismo pensamiento en la cabeza.


DIGESTIÓN REGULAR

Los órganos del aparato digestivo contarán con más


oxígeno y, junto a movimiento de la respiración, se
asimilarán mejor los alimentos

¿CÓMO HACER LA RESPIRACIÓN CUADRADA ?

Postura:
1.Nos sentamos en una silla con la espalda recta.
2.Con los hombros relajados y brazos al costado del
cuerpo.
3.La barbilla paralela al cuerpo y la mirada al frente.
4.Lentamente vamos cerrando los ojos y haciendo los
últimos ajustes.
5.Sentimos las plantas de los pies en el piso y las palmas
de las manos se apoyan en la piernas.
6.Respiramos libremente por unos segundos, intentando
llevar la atención a imaginar la entrada y salida del aire de
nuestro cuerpo.

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Martin Lorences

COMENZAMOS:

La respiración cuadrada se realiza en cuatro tiempos de 4


segundos de duración cada uno y se realiza siempre por
la nariz:
•Primero: Tomamos aire inhalando por la nariz durante
4 segundos. Después retenemos el aire durante otros 4
segundos más, con los pulmones llenos. El momento de la
inhalación está relacionado a la felicidad y a recargarnos
de energía. La retención en los pulmones representa la
expansión de la vida por todo nuestro organismo.
•Segundo: Cuando exhalamos, lo hacemos también en 4
segundos; intentando vaciar por completo los pulmones.
Luego retenemos con los pulmones vacíos otros 4
segundos más. La exhalación se relaciona al abandono,
la oscuridad y la tristeza, pero también nos ayuda a sacar
fuera todo lo negativo y a dejar los pulmones listos para
oxigenarse. Retener el aliento cuando los pulmones están
vacíos representa la soledad y la muerte simbólica.
IMPORTANTE: todas las partes de la respiración
(INHALACIÓN–RETENCIÓN–EXHALACIÓN–RETENCIÓN)
deben DURAR LO MISMO.
Si 4 segundos les provoca incomodidad en alguna de las
partes de la respiración, se puede disminuir el número de

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Oratoria de impacto

segundos. Por ejemplo a 3 segundos.


De lo contrario, se pierde el efecto cuadrado, de equilibrio
en sus cuatro lados.
Luego con la práctica se pueden sumar segundos,
respetando siempre que sean la misma cantidad en cada
parte de la respiración.
Se trata de una técnica sencilla, pero muy efectiva, que se
puede practicar en cualquier lugar donde puedan sentarse
tranquilos durante 5 a 10 minutos. La consecuencia
inmediata será la sensación de tranquilidad y equilibrio
mental.

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Martin Lorences
El miedo a hablar ante otros está considerado como una de las
principales fobias que tienen las personas. Si te pasa eso, no estás solo.
Si querés potenciar la manera en que te comunicás con los demás,
generar impacto en quienes te escuchan, dominar el arte de la
oratoria online; con este libro te puedo ayudar y mucho.
“Oratoria de impacto” está ideado para que te sirva de trampolín en tu carrera
profesional, en tu trabajo, en tu emprendimiento y
en tus relaciones con los demás.
El mundo está lleno de buenas ideas .
Pero buenas ideas y bien contadas hay muy pocas. Son las que triunfan.

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