Introducción Profesora: Lida Alvarado Verde. Un estilo de vida sano y adecuado depende Grado y Sección: 4to “A” ampliamente de nuestro interés por ofrecer a nosotros mismos una calidad de vida apropiada. Área: Ciencia y Tecnología. Por ende, estamos en la necesidad de saber Tingo María - 2022 cuáles de los alimentos que consumimos en nuestra dieta diaria son benéficos para nuestro bienestar. Así mismo, cuáles pueden ser dañinos a largo plazo para nuestro organismo y salud mental. Como resultado, nosotros nos hemos propuesto elaborar una cartilla que tenga como propósito incentivar al público, segmento de personas elegido, a llevar consigo mejores hábitos respecto al cuidado de sí mismos en lo referido a la alimentación, específicamente la influencia del almidón y la presencia de proteínas. Importancia del almidón en nuestra dieta
Es un polisacárido vegetal. Además, el único
que puede ser digerido por el ser humano. Está compuesto en su gran mayoría de partículas de glucosa, lo que le convierte en una fuente de energía que nuestro cuerpo puede asimilar muy fácilmente.
Es un coadyuvante para reducir los niveles
plasmáticos de colesterol debido a su contenido de acetato y propionato.
Datos científicos exponen que, luego de
consumir 8 gramos de este tipo de almidón durante el desayuno, se genera una disminución de la ingesta, así como también una reducción en el consumo de energía hasta 3 horas después de realizada esta comida.
Retarda la velocidad del vaciado gástrico, lo que
mantiene los niveles de azúcar en la sangre en niveles estables por más tiempo.
Es capaz de formar soluciones espesas en el
intestino que contribuyen a mejorar la composición corporal. De hecho, los ácidos grasos sintetizados promueven la oxidación de lípidos en el hígado y los músculos, lo que repercute sobre el peso.
Puedes mejorar o modificar la composición del
almidón de los alimentos para mayores beneficios. Esta técnica es conocida como la «retrogradación», su finalidad es hacer que la fracción no digerible aumente. Para ello, debes hacer lo siguiente:
Cocinar el alimento (por ejemplo, yuca o batata)
y dejarlo enfriar en la nevera un día antes de consumirlo.
A las 24 horas lo puedes comer en frío, o bien,
recalentarlo, pero a temperaturas mínimas para evitar que este vuelva a su forma original.