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En un mundo de agitación social, política y religiosa, ¿qué necesitas para tener paz?

¿Buenos amigos? ¿Una familia amorosa? ¿Seguridad y protección? En ocasiones,


pensamos que nuestra vida debe cumplir con requisitos como esos para que en verdad
podamos sentir paz. Sin embargo, la vida jamás será perfecta y sencilla en todos los
aspectos. Entonces, ¿cómo podemos afrontar las pruebas y sentir paz al mismo tiempo?
El mundo nos dice que solamente puede sentirse paz cuando no hay conflicto alguno;
pero no es verdad. Por medio de Su evangelio, Jesucristo nos proporciona una paz
interior que sobrepasa la paz que ofrece el mundo. Si confiamos en Él con fe, podemos
sentir paz en cualquier circunstancia.
El Salvador enseñó: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da”
(Juan 14:27; cursiva agregada). Las siguientes son algunas de las formas en que la paz
del mundo difiere de la paz de Jesucristo.
La paz del mundo
1. La paz debe llegar de forma instantánea; ¡no deberíamos tener que esperarla!
2. No puedes hallar paz durante las dificultades.
3. La paz es la ausencia de guerra.
4. La paz se alcanza cuando vives tal como quieres vivir.
5. Admitir tus faltas y debilidades no trae paz.
6. La paz se logra al centrarte solamente en tus propias necesidades.
7. La paz se obtiene al procurar la aprobación de los demás.
8. Debemos tratar de alcanzar nuestra propia paz individual.
La paz en Cristo
1. En ocasiones tenemos que aguardar la paz; no obstante, “no te des por vencido… Confía en Dios
y cree en las cosas buenas que están por venir”1.
2. La paz puede llegar incluso en medio de las pruebas.
3. La paz puede hallarse en cualquier circunstancia.
4. La paz se alcanza al vivir el Evangelio y al obedecer los mandamientos.
5. El arrepentimiento sincero nos da paz. “Lo hermoso de la palabra arrepentimiento es la promesa
de que se puede escapar de los viejos problemas, y de los viejos hábitos, y de los viejos pesares,
y los viejos pecados. Se halla entre las palabras más esperanzadoras y alentadoras —y sí, más
apacibles— de todo el vocabulario del Evangelio”2.
6. La paz llega al prestar servicio y al ser un pacificador para los demás.
7. La paz se logra al procurar ser mejores discípulos de Jesucristo.
8. “El tipo de paz que se promete como recompensa a la rectitud… es el don prometido mediante la
misión y el sacrificio expiatorio del Salvador”3.
Si hacemos de Jesucristo el centro de nuestra vida, en verdad sentiremos que Él “[habla]
paz a nuestras almas” (véase Alma 58: 11). En este mundo, experimentaremos
momentos difíciles, pero tenemos la bendición de saber que tenemos a Alguien a quien
acudir en cualquier circunstancia problemática. El Salvador dijo: “Estas cosas os he
hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción. Pero confiad; yo he
vencido al mundo” (Juan 16:33). La paz es posible hoy y para siempre gracias a la
expiación del Salvador.
La Paz de Dios
Dios es el ser más seguro del universo. No sólo por la seguridad objetiva que posee—
nada le puede vencer o destruir. No tiene que poner cerrojos ni sacar seguro médico.
Él también experimenta la mayor seguridad subjetiva que se pueda experimentar. No
tiene sustos ni espantos, ningún temor al futuro, disfruta de satisfacción plena y de
contentamiento y gozo perpetuos. Vive en el disfrute total de la paz—el ser más seguro
del universo.
 
El tema del que quiero hablarles es el tema de la paz. Y aunque quiero hablar de la
“paz de Dios”, en realidad quiero hablar de la “paz de Dios en nosotros.” La paz de Dios
debe venir a ser la paz de Dios en nosotros.
 
Todos quieren vivir en paz: disfrutar de una vida libre de conflictos y problemas. ¿Qué
evoca la palabra “paz” para ti? ¿Bienestar? ¿Satisfacción? ¿libertad de perturbaciones
y preocupaciones? ¿prosperidad? ¿tranquilidad? ¿salud? ¿cero conflictos?
¿descanso? Todas estas cosas están incluidas en el uso que generalmente se ha dado
al término. De hecho, cuando estudiamos el AT podemos observar la importancia que
el término tenía para las personas. El Shalom de Dios era algo muy anhelado y
esperado. Estaba incluido en el saludo tradicional entre las personas. Todavía al día de
hoy judíos y musulmanes usan la expresión “la paz sea contigo.”
 
“Y habitará el juicio en el desierto, y en el campo fértil morará la justicia. Y el efecto de
la justicia será paz; y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre. Y mi
pueblo habitará en morada de paz, en habitaciones seguras, y en recreos de reposo.”
(Isaías 32:16–18, RVR60 )
 
La manera en que quiero desarrollar esta meditación es haciendo varias declaraciones
con respecto al tema derivadas de las Escrituras.
 
1. Dios se describe a sí mismo como un Dios de paz.
· “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma
y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.” (1
Tes. 5:23, RVR60 )
 
· “Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies. La gracia de
nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros.” (Rom. 16:20, RVR60 )
·     “Pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz. Como en todas las iglesias de los
santos,” (1 Cor. 14:33, RVR60 )
 
· “Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz
estará con vosotros.” (Fil. 4:9, RVR60 )
 
· “Y el mismo Señor de paz os dé siempre paz en toda manera. El Señor sea con todos
vosotros.” (2 Tes. 3:16, RVR60 )
 
· “Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran
pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, os haga aptos en toda obra buena
para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él
por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.” (Hebreos 13:20–
21, RVR60 )
 
· “Y el Dios de paz sea con todos vosotros. Amén.” (Rom. 15:33, RVR60 )
 
Estamos más acostumbrados a escuchar que “Dios es amor”. Pero como pueden
observar, la Biblia enfatiza que nuestro Dios es paz. Es un Dios de paz, caracterizado
por la paz. El mismo experimenta paz. Es la fuente de la paz.
 
2. Nuestro Mesías es identificado como “Príncipe de paz.”
“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se
llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.”
(Isaías 9:6, RVR60 )
 
Hay varias profecías que hacen referencia al reino de paz que Cristo traerá. En su
primera venida hizo la obra que nos concede la paz con Dios, que nos garantiza la
experiencia de la paz interior y de conciencia. En su segunda venida nos proveerá de la
paz circunstancial aun. Por fin habrá verdadera paz, reposo y descanso, seguridad y
salud, plenitud de gozo y alegría.
 
Sólo Él en su venida será el autor de la paz mundial. Es ilusorio esperarla antes.
 
Obviamente, esta designación de nuestro Salvador nos impone la obligación de ser
nosotros también entes de paz: propiciadores tanto de la paz relacional como de la paz
personal.
 
 
3. El mensaje con que Dios nos alcanzó y que debemos predicar es un “evangelio de paz.”
· “Dios envió mensaje a los hijos de Israel, anunciando el evangelio de la paz por
medio de Jesucristo; éste es Señor de todos.” (Hechos 10:36, RVR60 )
 
· “Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que
estaban cerca;” (Ef. 2:17, RVR60 )
 
· “Y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.” (Ef. 6:15, RVR60 )
 
· “¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son
los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!” (Rom. 10:15,
RVR60 )
 
“Nos encargó el mensaje de la reconciliación” (2 Cor. 5:19 ).
 
4.  Dios es la fuente de nuestra paz.
“Y el mismo Señor de paz os dé siempre paz en toda manera. El Señor sea con todos
vosotros.” (2 Tes. 3:16, RVR60 )
 
“Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti
ha confiado. Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la
fortaleza de los siglos.” (Isaías 26:3–4, RVR60 )
 
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en
toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo
entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.”
(Fil. 4:6–7, RVR60 )
 
5.  La obra de Cristo garantiza nuestra paz con Dios y nuestra paz personal.
“Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor
Jesucristo;” (Rom. 5:1, RVR60 )
 
“Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de
nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.” (Isaías 53:5, RVR60
)
 
La Biblia dice que no hay paz para los impíos (Is. 57:21 ). Éramos enemigos de Dios,
dirigiéndonos a una condenación eterna. Pero Cristo nos rescató, nos redimió. Nos
trajo a una nueva relación con Dios.
 
“Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared
intermedia de separación,” (Ef. 2:14, RVR60 )
 
La obra de Cristo nos abrió las puertas, para que aún nosotros los gentiles seamos hoy
recipientes de las misericordias del Señor. Al recordar la muerte del Señor hacemos
bien en recordar que por medio de su muerte hoy tenemos paz con Dios y hemos sido
aceptados en su presencia. Aquellos que estaban lejos fueron hechos cercanos.
 
Hoy gozamos de paz de conciencia por su sangre derramada.
 
“Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra
rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne, ¿cuánto más la
sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha
a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?”
(Hebreos 9:13–14, RVR60 ) [Ver 10:22]
 
Pero Cristo también es la fuente de nuestra paz interior.
 
“Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción;
pero confiad, yo he vencido al mundo.” (Juan 16:33, RVR60 )
 
¿En quién está nuestra paz? “Para que en mí tengáis paz.” Nuestra paz con Dios está
anclada en Cristo.
 
6.  La obra del Espíritu en el creyente es propiciadora de la paz relacional.
Dios hace las paces con nosotros y convierte a sus hijos en embajadores de paz.
 
Los seguidores del Príncipe de paz son hechos pacificadores.
 
· “Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.”
(Mateo 5:9, RVR60 )
 
· “Pedid por la paz de Jerusalén; Sean prosperados los que te aman. Sea la paz dentro
de tus muros, Y el descanso dentro de tus palacios. Por amor de mis hermanos y mis
compañeros Diré yo: La paz sea contigo.” (Salmo 122:6–8, RVR60 )
 
· “Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.”
(Rom. 12:18, RVR60 )
 
· “Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el
Espíritu Santo. Porque el que en esto sirve a Cristo, agrada a Dios, y es aprobado por
los hombres. Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación.”
(Rom. 14:17–19, RVR60 )
 
· “Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con
que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia
los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de
la paz;” (Ef. 4:1–3, RVR60 )
 
· “Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con
los que de corazón limpio invocan al Señor.” (2 Tim. 2:22, RVR60 )
 
· “Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa.
Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable,
benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. Y el
fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.” (Sant. 3:16–18,
RVR60 )
 
El fruto del Espíritu es… paz (Gál. 5:22 ).
 
7.  La vida de fe es conducente a la paz interior.
Nuestras preocupaciones y temores revelan nuestra desconfianza en Dios.
 
“Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti
ha confiado. Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la
fortaleza de los siglos.” (Isaías 26:3–4, RVR60 )
 
Esta es una paz verdadera, completa. Dios hace algo aquí: Él es quien guarda en
completa paz. Pero hay algo que hacemos: perseverar en Él con nuestros
pensamientos. Debemos confiar en Él, tener fe. A veces creemos más en nuestros
problemas que en Dios. Debemos confiar en él perpetuamente porque en Él está la
fortaleza de los siglos.
 
“Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en
esperanza por el poder del Espíritu Santo.” (Rom. 15:13, RVR60 )
 
8.  La paz de Dios es diferente a la del mundo.
No la doy como el mundo la da.
· “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe
vuestro corazón, ni tenga miedo.” (Juan 14:27, RVR60 )
 
Observen que Cristo no estaba prometiendo a sus discípulos que iban a estar libres de
problemas. Lo que los apóstoles experimentaron luego de la ascensión del Señor fue
todo lo contrario. Tuvieron que confrontar muchas aflicciones y dificultades,
persecuciones y tribulaciones, pero tenían la paz de Cristo en sus corazones.
 
Sobrepasa todo entendimiento.
· “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios
en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo
entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.”
(Fil. 4:6–7, RVR60 )
 
Sobrepasa todo entendimiento porque el creyente puede tener paz en condiciones en
las que las personas sin Cristo se vuelven locas y se desesperan. La paz del creyente
no es normal; es algo celestial. Es la paz de Cristo. La paz de Cristo es real en medio
de los problemas.
 
Conclusión:
a) Da gracias a Dios por su paz: paz con Él, paz interior, paz con otros. Da gracias a
Dios por Cristo, porque sin su obra la paz sería imposible, porque no hay paz para los
impíos.
 
b) Pide a Dios que te haga pacificador.
 
c) Pide a Dios que aumente tu confianza y fe en Él. Pídele que guarde tu corazón en
completa paz.
 

1. Etimología
Parece comprobado que la raíz de shalom, en su significado original, indica ante todo
el acto de «completar» o de «dar remate» a una realidad inconclusa o deficiente en
algún aspecto, bien se trate de terminar el templo (1Re 9,25), de resarcir algún daño
(Éx 21,27) o de cumplir un voto (Dt 23,22 y otras veces). De lo recién dicho se
desprende que también tenga el sentido de «restituir» (unas 50 veces) y de «reparar»
(unas 30 veces).
Su sentido bíblico apunta a un bienestar total, a la armonía del grupo humano y de
cada uno de los individuos con Dios, con el mundo material, con los grupos e individuos
y consigo mismo, en la abundancia y en la certeza de la salud, de la riqueza, de la
tranquilidad, del honor humano, de la bendición divina y, en una palabra, de la «vida».
2. Aspectos de la paz según el AT
Son varias las imágenes y los aspectos de la paz en el AT que corresponden a la
mentalidad hebrea. No obstante, hay un el hecho elemental que unifica entre sí todos
los valores diversos, pero convergentes, comprendidos en la noción bíblica de paz es,
sin duda alguna, el que se sienta esa paz en primer lugar como un don esencial de
Dios, exactamente como ocurre con la vida, con la que está indisolublemente
vinculada.
2.1 La paz en la esfera individual
A nivel de experiencia individual y cotidiana, la paz, además de la tranquilidad y de la
concordia, abarca especialmente el doble bien de la salud física y del bienestar familiar;
situación que se considera como fruto de la bendición divina. Por esto la fórmula usual
y familiar de saludo: ¡shalom!, está bastante cerca de la otra fórmula: «El Señor esté
contigo/con ustedes» (Jue 6,12; Rut 2,4; cf Sal 129,7-8). El despedirse con shalom
significa desearle salud y bienestar al otro. Más aún, el morir y el ser sepultado «en
paz» (Gen 15,15; 2Re 22,20) tiene un matiz religioso totalmente análogo: se trata de
vivir acompañado de la bendición y protección divina hasta el último momento de la
existencia terrena. En efecto, mientras que «no hay paz para los impíos» (Is 48,22), el
justo tiene «paz en abundancia» para sí mismo y para su descendencia (Sal 37,11.37).
2.2 La paz política y social
No solamente el individuo y su grupo familiar, sino todo el conjunto de la tribu y de todo
el pueblo pueden gozar de un estado de paz o verse privados de ella.
La paz con el mundo exterior al pueblo implica naturalmente la ausencia de guerra y
del peligro inminente de ella. Ésta es la condición que alcanzó en un determinado
momento Israel gracias al rey guerrero por excelencia, David (2Sam 7,1). Nótese, sin
embargo, que los textos no equiparan la ausencia de guerra simplemente con la paz,
sino que la consideran más bien como su condición indispensable, frecuentemente
garantizada por la estipulación de un pacto (berit: 1Re 5,26).
Pero no basta con la seguridad exterior; la paz en su más auténtico valor global puede
verse sustancialmente comprometida por el desorden interno del pueblo, denunciado
generalmente como falta de justicia. A los reyes les corresponde de manera especial
establecer la justicia y la paz. La tradición de Israel tiene claro que no es la fuerza lo
primero en la obtención de la paz. La paz que David y Salomón consiguen es sentida
como el fruto de la ausencia de maldad y de la presencia de justicia, que fueron
capaces de establecer. La realización histórica de la paz de Israel es puesta
explícitamente en relación con acciones reales ajustadas a la tarea encomendada por
Dios de hacer reinar la justicia (cf. 1Re 3,6). Ahora bien, el problema de la monarquía
israelita, y finalmente su crisis y desaparición, está precisamente en que no consiguió
evitar que el poder que lleva consigo se convirtiera en violencia. Los reyes de Israel son
acusados por la tradición de haber cedido a la tentación de usar el poder en beneficio
de sus pasiones y ambiciones personales (ya David y Salomón) hasta transgredir los
mandamientos de Dios haciendo “lo malo” (2Sam 12,9), “pecando” (2Sam 12,13), “no
guardando la alianza” (1Re 11,11).
La ruptura de la paz salomónica es explicada teológicamente como un castigo divino
provocado por la idolatría y el abandono del mishpat (1Re 11,38) por parte de Salomón.
Más aún, el cisma que dejará al pueblo de Yahveh «desgarrado” como el manto de
Ajías (1Re 11,30s) se va a producir a causa de la exacerbación de la falta de sedaqah
por parte del heredero de Salomón respecto de las 10 tribus del norte.
Qué es Shalom:
Shalom significa paz, bienestar y es una forma de saludo o despedida entre los
Judíos. La palabra shalom tiene origen en el idioma hebreo, ‫שלום‬, y transmite un deseo
de salud, armonía, paz interior, calma y tranquilidad para aquel o aquellos a quien
está dirigido el saludo.
En hebro las palabras van más allá de de una palabra pronunciada sino que engloba
en sí la emoción, la intención y el sentimiento. Es por ello que en varios pasajes de la
Biblia se encuentra la palabra shalom, que significa paz, deseo de bienestar entre las
personas, las naciones, o entre Dios y el hombre.
Shalom aleichem, es un saludo usado a menudo por Jesús, y que significa 'la paz sea
con vosotros'. Shalom aleichem es también el nombre de un cántico cantado en la
celebración del Shabbat.

Shabbat significa sábado y reposo. Es el día de descanso semanal en el judaísmo,


que comienza con la puesta de sol del viernes y termina después de la puesta de sol
del sábado. En este día se utiliza la expresión Shabat shalom como saludo entre los
Judíos.
La versión árabe de shalom es salam y suele ser empleada habitualmente incluso en
Israel.

7 pasos para conseguir la paz interior


Si quieres alcanzar la paz interior, te aconsejamos:

1. Ocuparse o preocuparse
Uno de los cambios más importantes que debes realizar es el de desterrar la
preocupación de tu vida. Preocuparse, aunque a veces resulte inevitable, realmente es
inútil. De nada sirve darle vueltas a un asunto una y otra vez, ejecutando el mismo
recorrido mental que nos lleva a un callejón sin salida y aumenta nuestra ansiedad.
Cambia el foco, en lugar de preocuparte, ocúpate. Cuando se te presente una situación
adversa analízala detenidamente una sola vez, y decide si tiene solución, si puedes hacer
algo al respecto o no. Si la tiene, adelante, actúa. Esa es tu labor, accionar para
modificar aquello que te desagrada.
2. Respiración
Existe una correlación directa entre nuestro estado físico y nuestro estado mental. Por
ello, cuando la ansiedad te desborde, siéntate y respira. Realiza respiraciones lentas,
profundas y diafragmáticas y de inmediato comenzarás a sentir la relajación en tu cuerpo.
Acto seguido comprobarás como la tensión mental disminuye de forma pareja.
Pero no es suficiente con utilizar este recurso como medida de emergencia. Si
realmente deseas conseguir la paz interior, haz de la respiración un hábito. Dedica, al
menos, dos periodos de 10 minutos cada día para respirar de la forma adecuada. Y, en
poco tiempo, notarás que tus niveles generales de ansiedad se reducen
significativamente.

3. Pensamiento positivo para conseguir la paz interior


Como antes hemos comentado, es imprescindible seleccionar cuidadosamente con qué
gafas deseas mirar el mundo. Si miras a través de los cristales de la queja, del
victimismo y de la indefensión, solo sentirás frustración e impotencia. Hemos
acostumbrado a nuestra mente a buscar, hallar y detectar todo lo negativo que nos
rodea: problemas, dificultades, limitaciones… ¿Cómo ser feliz, cómo estar en paz si te
sientes rodeado de adversidades?

Sin embargo, del mismo modo puedes entrenar a tu cerebro para identificar cada
oportunidad, recurso y aspecto positivo de la vida. Comienza por hacerlo de forma
deliberada, esfuérzate en reconocer y agradecer cada día todo lo bueno que tienes. Y,
con el tiempo, esta función se automatizará y sentirás, de pronto, que eres afortunado.
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4. Ejercicio y movimiento
Puede resultar contraintuitivo pensar que para alcanzar un estado de calma y relajación
haya que ponerse en movimiento. Pero realmente es así. Realizar ejercicio de forma
regular no solo tiene beneficios para la salud física, también mejora nuestra salud
mental. Nos ayuda a despejar la mente, a desconectar de las preocupaciones y ganar
confianza y autoestima. 

5. Sueño de calidad
Por último cuida que tu descanso sea suficiente en cantidad y calidad. Una de las
manifestaciones más comunes de la ansiedad es el insomnio, pero la falta de sueño
solo empeora y agrava la situación. Por ello, ponte el firme propósito de dejar las
preocupaciones a un lado a la hora de dormir.

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Dedica la última hora antes de acostarte a efectuar alguna actividad relajante y placentera
que aleje tu mente de los asuntos que te preocupan. Hoy no puedes hacer nada, mañana
te ocuparás de ellos, ahora prioriza tu sueño.
6. Vive el presente
Vivir el presente implica atender únicamente lo que está sucediendo en el aquí y el ahora.
En otras palabras, significa estar en consonancia con lo que está aconteciendo en este
preciso momento; y estar consciente de que todo lo que está fuera de él sencillamente
no existe sino en nuestra mente e imaginación.
Si logras entrenarte para vivir el presente, ni los fantasmas del pasado ni los miedos del
futuro atormentarán tu paz interior. Una forma de hacerlo es a través de la meditación o
el mindfulness. Así que ¡no dudes en intentarlo!
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7. Deja de competir
Competir contra los demás y contra tu propia persona no lleva más que al estrés si se
convierte en un modo de vida. No se debe confundir el crecimiento personal con la
autocompetición, pues esta última lleva a falta de autoestima y la frustración constante.

8. Aprender a perdonar
Ojo, perdonar, en el sentido sano de la palabra, no significa aceptar que el daño que te
hicieron está bien. Significa liberarte de ello, dejar ir a las personas que intoxican tu
vida. Es posible que nunca olvides las cicatrices que te dejaron, pero pueden dejar de
picar a cada momento.
Perdonar es dejar de vivir en el odio, y el odio te hace esclavo de aquellos

que te dañaron.

9. Responsabilízate de tus actos


Ser responsable de tus decisiones, asumir tus errores y solventar las consecuencias (o
asumirlas) es parte del crecimiento personal que lleva a la paz interior. Es duro pasar
por el proceso, pero te ayudará a perdonarte y a sentir que tienes un papel activo en tu
vida.

10. Come bien


La dieta y el estrés están estrechamente relacionados, aunque no sea algo que se siente
de manera directa y explícita en el cuerpo. Nadie dice que nunca puedas darte un
capricho (de hecho, son necesarios para ser feliz), pero haz de tu dieta algo variado y
libre del exceso de ultraprocesados.

11. Sé tu mismo
Sabemos que esta frase raya en lo cliché y está un poco desgastada. No
obstante, aprender a ser uno mismo es todo un reto y representa uno de los pilares que
garantizan el bienestar. Muchas personas sienten miedo de manifestar sus opiniones,
deseos, gustos… y desean encajar a costa de una máscara. A la larga, esto perturba la
paz interior y lleva a la inconformidad.
Por tanto, lo ideal es que aprendas a conectar contigo mismo y vivas sin que te importe lo
que dirán los demás. Así lograrás alcanzar esa paz interior que tanto anhelas.

 El Señor te bendiga y te guarde; Filipenses 4:6-


el Señor te mire con agrado 7gratitudoraciónpreocupación
y te extienda su amor;  Dichosos los que trabajan por la paz,
el Señor te muestre su favor porque serán llamados hijos de Dios.
y te conceda la paz. Mateo 5:9bendiciónniños
Números 6:24-26graciabendiciónluz  Que el Señor de paz les conceda su
 Yo les he dicho estas cosas para que paz siempre y en todas las
en mí hallen paz. En este mundo circunstancias. El Señor sea con todos
afrontarán aflicciones, pero ustedes.
¡anímense! Yo he vencido al mundo. 2 Tesalonicenses 3:16proximidad
Juan  En efecto,
16:33estímulosuperaciónmundo «el que quiera amar la vida
 y gozar de días felices,
 La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la que refrene su lengua de hablar el mal
doy a ustedes como la da el mundo. No se y sus labios de proferir engaños;
angustien ni se acobarden. que se aparte del mal y haga el bien;
Juan 14:27estímulopreocupaciónmundo que busque la paz y la siga.»
 No se inquieten por nada; más bien, 1 Pedro 3:10-11amorvidamentir
en toda ocasión, con oración y ruego,  En paz me acuesto y me duermo,
presenten sus peticiones a Dios y porque solo tú, Señor, me haces vivir
denle gracias. Y la paz de Dios, que confiado.
sobrepasa todo entendimiento, Salmo 4:8seguridaddescanso
cuidará sus corazones y sus  Al de carácter firme
pensamientos en Cristo Jesús. lo guardarás en perfecta paz,
porque en ti confía.
Isaías 26:3confianzaseguridad  Quédense quietos, reconozcan que
 Que gobierne en sus corazones la paz yo soy Dios.
de Cristo, a la cual fueron llamados en ¡Yo seré exaltado entre las naciones!
un solo cuerpo. Y sean agradecidos. ¡Yo seré enaltecido en la tierra!
Colosenses 3:15Jesúsgratitudcuerpo Salmo 46:10Dios
 De modo que se toleren unos a otros y se  Pongan en práctica lo que de mí han
perdonen si alguno tiene queja contra otro. aprendido, recibido y oído, y lo que han
Así como el Señor los perdonó, perdonen visto en mí, y el Dios de paz estará con
también ustedes. ustedes.
Colosenses Filipenses 4:9escuchaaprendizaje
3:13perdónvecinoreconciliación  La mentalidad pecaminosa es muerte,
 Que reciban misericordia, paz y amor mientras que la mentalidad que
en abundancia. proviene del Espíritu es vida y paz.
Judas 1:2amorbendición Romanos 8:6Espírituvida
 Más vale ser paciente que valiente;  ¡Qué hermosos son, sobre los montes,
más vale el dominio propio que conquistar los pies del que trae buenas nuevas;
ciudades. del que proclama la paz,
Proverbios 16:32pacienciaautocontrol del que anuncia buenas noticias,
 En fin, el fruto de la justicia se del que proclama la salvación,
siembra en paz para los que hacen la del que dice a Sión: «Tu Dios reina»!
paz. Isaías 52:7salvaciónreino
Santiago 3:18justiciacosechafrutos  Honroso es al hombre evitar la
 Que se aparte del mal y haga el bien; contienda,
que busque la paz y la siga. pero no hay necio que no inicie un
Salmo 34:14malbondadídolos pleito.
 Busquen la paz con todos, y la Proverbios 20:3hablarcólera
santidad, sin la cual nadie verá al  Ciertamente, ninguna disciplina, en el
Señor. momento de recibirla, parece agradable,
Hebreos sino más bien penosa; sin embargo,
12:14santidadvidareconciliación después produce una cosecha de justicia y
 Esfuércense por mantener la unidad del paz para quienes han sido entrenados por
Espíritu mediante el vínculo de la paz. ella.
Efesios 4:3Espíritucomunidad Hebreos 12:11justicianiñoscastigo
 En cambio, la sabiduría que desciende  El Señor fortalece a su pueblo;
del cielo es ante todo pura, y además el Señor bendice a su pueblo con la paz.
pacífica, bondadosa, dócil, llena de Salmo 29:11fuerzabendición
compasión y de buenos frutos,  Si es posible, y en cuanto dependa de
imparcial y sincera. ustedes, vivan en paz con todos.
Santiago 3:17honestidadsabiduría Romanos 12:18vidavecino
 Los que aman tu ley disfrutan de gran 
bienestar,  En consecuencia, ya que hemos sido
y nada los hace tropezar. justificados mediante la fe, tenemos paz
Salmo 119:165ley con Dios por medio de nuestro Señor
Jesucristo.
Romanos 5:1fejusticia  Que Dios nuestro Padre y el Señor
 En fin, hermanos, alégrense, busquen Jesucristo les concedan gracia y paz.
su restauración, hagan caso de mi Romanos 1:7bgraciaPadrebendición
exhortación, sean de un mismo  No crean que he venido a traer paz a
sentir, vivan en paz. Y el Dios de amor la tierra. No vine a traer paz, sino
y de paz estará con ustedes. espada.
2 Corintios Mateo 10:34mundoJesús
13:11vidaamorproximidad  Muy pronto el Dios de paz aplastará a
 Aunque cambien de lugar las montañas Satanás bajo los pies de ustedes. Que la
y se tambaleen las colinas, gracia de nuestro Señor Jesús sea con
no cambiará mi fiel amor por ti ustedes.
ni vacilará mi pacto de paz, Romanos 16:20diablogracia
—dice el Señor, que de ti se compadece—.  Mientras tanto, la iglesia disfrutaba
Isaías 54:10amorfiabilidadpacto de paz a la vez que se consolidaba en
 Gloria a Dios en las alturas, toda Judea, Galilea y Samaria, pues
y en la tierra paz a los que gozan de vivía en el temor del Señor. E iba
su buena voluntad. creciendo en número, fortalecida por
Lucas 2:14navidadángelesadoración el Espíritu Santo.
 Hijo mío, no te olvides de mis enseñanzas; Hechos 9:31iglesiatemorEspíritu
más bien, guarda en tu corazón mis Santo
mandamientos.
Porque prolongarán tu vida muchos años
y te traerán prosperidad.
Proverbios 3:1-2leyvidacorazón
 ¡La paz sea con ustedes! —repitió
Jesús—. Como el Padre me envió a
mí, así yo los envío a ustedes.
Juan 20:21PadreevangelizaciónJesús
 El Dios que da la paz levantó de entre los
muertos al gran Pastor de las ovejas, a
nuestro Señor Jesús, por la sangre del pacto
eterno. Que él los capacite en todo lo
bueno para hacer su voluntad. Y que, por
medio de Jesucristo, Dios cumpla en
nosotros lo que le agrada. A él sea la gloria
por los siglos de los siglos. Amén.
Hebreos 13:20-
21pactoresurrecciónbendición
 En los que fraguan el mal habita el
engaño,
pero hay gozo para los que
promueven la paz.
Proverbios 12:20malalegría

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