Desde tiempos inmemoriales, los seres humanos han demostrado una
capacidad única para dominar y controlar su entorno. A lo largo de la historia, hemos sido testigos de cómo nuestra especie ha logrado conquistar territorios, desarrollar tecnologías avanzadas y establecer sistemas políticos y económicos complejos. Pero ¿por qué los humanos han tenido tanto éxito en comparación con otras especies?
Según Harari, los seres humanos tienen la capacidad única de comunicarse a
través de lenguajes simbólicos, lo que nos permite construir narrativas colectivas y colaborar en grandes grupos. Por lo que, somos capaces de crear historias y mitos que nos permiten trabajar juntos hacia un objetivo común, incluso si nunca nos hemos conocido personalmente. Esta habilidad para tejer una "red intersubjetiva de significado" es lo que nos ha permitido dominar el mundo.
Si bien otras especies animales también pueden cooperar en grandes números,
lo hacen de manera rígida y no pueden adaptarse rápidamente a nuevas situaciones. Una de sus diferencias es que solo pueden comunicarse sobre eventos presentes o pasados recientes, nosotros podemos hablar sobre cosas abstractas como religiones, naciones o dinero. Estas ficciones compartidas nos permiten cooperar y organizarnos en niveles sin precedentes.
La verdadera diferencia entre los humanos y el resto de los animales no está en
el plano individual, está en el plano colectivo. Los humanos controlan el planeta porque son los únicos animales que pueden cooperar flexiblemente y en masa.
Sin embargo, no se puede negar que el dominio humano ha tenido también un
impacto negativo en el mundo natural. Nuestra búsqueda constante de recursos y nuestro deseo insaciable de progreso han llevado a la explotación desmedida de los ecosistemas y al agotamiento de los recursos naturales.
En conclusión, los seres humanos dominan el mundo debido a nuestra
capacidad única para crear y creer en ficciones compartidas, así como a nuestra habilidad para imaginar e innovar constantemente. De igual manera, es importante reconocer tanto las consecuencias positivas como negativas de este dominio. Debemos aprender a utilizar nuestras capacidades en beneficio del bienestar común y cuidar del medio ambiente que nos sustenta. Solo así podremos seguir prosperando como especie sin dañar irreparablemente el mundo que habitamos.