Está en la página 1de 5

El siglo XVII en Europa fue una época de crisis general marcada por las numerosas pestes,

malas cosechas y guerras, lo que resultó en una crisis demográfica y un descontento por
parte de la población. El Concilio de Trento (1545-1563) provocó una escisión definitiva
entre el protestantismo y el catolicismo. Por otro lado, es también el periodo de la
decadencia de los Austrias menores acompañado de una crisis política, aunque en España
es un periodo de auge artístico –Siglo de Oro–, época de Quevedo, Góngora, Cervantes o
Velázquez. Con el fin de la dinastía de los Habsburgo, la hegemonía europea pasa a manos
de la Francia de Luis XIV, el rey sol.

El arte barroco se originó en Italia liderado por Roma y se desarrolló durante el siglo XVII
hasta la aparición del neoclasicismo a mediados del siglo XVIII. Se extendió rápidamente al
resto de Europa, distinguiéndose tres etapas: barroco temprano (1580-1630), pleno
(1630-1680) y tardío o rococó (1680-1750). El barroco era un arte utilizado por la Iglesia o
los monarcas absolutos para la propaganda y conservar dichos valores ideológicos. Se
caracterizaba por ser un arte retórico en las formas y sencillo en el mensaje, ya que era
dirigido a las masas. Este nuevo arte es la viva representación del espíritu religioso surgido
tras el Concilio de Trento. En concreto, en España, el protagonismo de la Iglesia llevó a una
supremacía de los temas religiosos en pintura y escultura –con acentuado realismo– para
fomentar la devoción popular.

URBANISMO Y ARQUITECTURA EN EUROPA:


El Barroco fue la época de las grandes capitales de la propaganda como Roma o
París-Versalles. Se crearon centros significativos con edificios y espacios monumentales
que se comunicaban entre sí mediante calles rectas y regulares –como el proyecto
urbanístico de Sixto V en Roma–, lo que ofrece una visión escenográfica y propagandística
al servicio de la Iglesia o la monarquía.

Tras el Concilio de Trento se volvió a la tradición de la planta longitudinal. Sin embargo, un


tipo de planta muy característica del Barroco fue la elíptica, resultado de combinar la planta
circular con la longitudinal. El barroco mantuvo la mayoría de los elementos clásicos pero en
la construcción del edificio se tendió a modelar el muro mediante curvas, retrocesos y
avances; se buscaba el impacto visual recurriendo con frecuencia al exceso ornamental; y
existía un especial interés en resaltar la apariencia del edificio, o al menos en la fachada,
con un sentido escenográfico en relación con el entorno urbano.

En Italia, la iglesia de Gesù, que anticipaba el ideal barroco de fachada, fue un modelo
adoptado por muchas iglesias barrocas del siglo XVII: combina la planta longitudinal de la
nave con la planta centralizada de la cúpula sobre el crucero. El arquitecto más importante
de los inicios del barroco romano fue Carlo Maderno, que se encargó de terminar la basílica
de San Pedro. Otros arquitectos serían Bernini –el mejor escultor de su tiempo–, quien
mejor representó la grandiosidad de la nueva Roma con obras como San Andrés del
Quirinal; y Borromini, quien concibe el espacio como algo unitario que se puede modelar
como una escultura, construyó Santa Inés (Roma).

La arquitectura barroca francesa destaca por su carácter cortesano. El palacio se convirtió


en el símbolo del absolutismo de la monarquía. Existieron dos tipos de construcción de la
nobleza: le château et l’hôtel. En lo formal, el barroco francés se diferenció del italiano en
que tendió a un estilo clasicista. A todo ello, se crean las Academias Reales, centros de
formación de artistas. Obras: Palacio de Versalles.

URBANISMO Y ARQUITECTURA EN ESPAÑA:


Debido a la crisis económica y ruina de la Corona, no se desarrollaron grandes proyectos
urbanísticos o arquitectónicos a diferencia de Roma o París. Una de las excepciones es el
Palacio del Buen Retiro de Madrid, destinado a Felipe IV. Luego, la arquitectura consistió en
la ampliación o mejoras de obras preexistentes, utilizándose materiales pobres, revestidos
de decoración pictórica y ornamental, como en las cúpulas encamonadas.

En España, la arquitectura arrancó de la sobriedad de El Escorial y se fue haciendo cada


vez más ornamental hasta llegar a un exceso decorativo a finales del siglo. La arquitectura
de la primera mitad del siglo XVII no rompió con la del último tercio del siglo XVI, y se
caracterizó por las líneas sobrias, muros planos y decoración austera. Obra: San Isidro
(Madrid). En la segunda mitad del siglo, por influencia del barroco italiano, se fueron
abandonando las estructuras sencillas y la austeridad escurialense a favor de los elementos
decorativos y formas curvilíneas. Obra: Capilla de San Isidro (Madrid); Fachada de la
Catedral de Granada.
ESCULTURA EN EUROPA:
La escultura también experimentó en el Barroco transformaciones importantes respecto al
Renacimiento con claros antecedentes manieristas. La escultura barroca proponía un
mensaje más claro y directo, su objetivo era conmover emocionalmente al espectador.
Predominan las escenas en el movimiento de máxima acción y, por ello, los gestos y
actitudes son teatrales y muy expresivos. Las superficies presentan acusados entrantes y
salientes que acentúan el dramatismo con fuertes contrastes de luces y sombras. La obra
se concebía en función del marco arquitectónico o urbano al que iba destinada.

El máximo exponente en la escultura barroca europea fue Bernini que, además de ser
arquitecto, fue el mejor escultor de sus tiempos. Triunfó tanto en arquitectura como
escultura y su fama llegó a las afueras de Italia. Obras suyas son: el David, Apolo y Dafne,
Éxtasis de Santa Teresa.

ESCULTURA EN ESPAÑA:
La escultura barroca española del siglo XVII es una de las manifestaciones más
interesantes del arte español. En España se siguieron rigurosamente las instrucciones
artísticas del Concilio de Trento, por presión de la Compañía de Jesús y la Inquisición. En
escultura, la imagen religiosa predominó de forma absoluta y se restringieron los desnudos.
Se exigió un acentuado realismo para fomentar la devoción popular, por lo que los
escultores se sirvieron de recursos como la técnica tradicional de la madera policromada o
el empleo de postizos para simular sangre –entre otros–.

Sin embargo, para provocar la emoción religiosa del espectador, el artista dispone de dos
medios, cuyas características definen a las dos grandes escuelas escultóricas del siglo XVII:
resaltar los rasgos expresivos y dramáticos de la imagen representada para despertar
sentimiento de compasión –recurso propio de la escuela castellana–, y dotar de belleza
idealizada y de carácter amable a imágenes como la Virgen o el Niño para cautivar
mediante la complacencia –recurso propio de la escuela andaluza.

En cuanto a la escuela castellana, su principal foco artístico es Valladolid y su máximo


exponente Gregorio Fernández –creador de tipos iconográficos que serían imitados a
posteriori–. Casi todas sus imágenes fueron utilizadas como pasos de Semana Santa.
Obras suyas: La Piedad.

Por otro lado, en la escuela andaluza optaron por una representación amable de las figuras,
cuya belleza serena y clasicista las diferencia del patetismo de la escuela castellana. El
artista más representativo fue Juan Martínez Montañés, que convierte a Sevilla en el
principal foco artístico. Influenció a otros artistas como Alonso Cano y Pedro de Mena.
PINTURA EN EUROPA:
La pintura barroca tuvo su origen en Italia a finales del siglo XVI y de ella surgieron varias
tendencias que se caracterizan por el realismo, el predominio del color sobre el dibujo; la
importancia de la luz para la tensión dramática y los contrastes entre luces y sombras; la
visión en profundidad disponiendo las figuras hacia el fondo; escenas dinámicas cuyas
figuras tienen gestos y actitudes teatrales y muy expresivas; preferencia por las
composiciones abiertas en diagonal. En la iconografía del Barroco, se sentaron las bases
del paisaje y el bodegón.

En Italia, la pintura es la primera manifestación del Barroco. Caravaggio es la máxima


expresión del naturalismo barroco: personajes callejeros transformados en ángeles, héroes,
dioses o santos; escenarios oscuros; el aggiornamento; una iluminación tenebrista violenta;
un naturalismo exacerbado extremo. Obras: Vocación de San Mateo, Muerte de la Virgen.
El clasicismo de los Carraci se diferencia del naturalismo en: una visión más bella y amable
de la realidad, un tratamiento de la luz no tan tenebrista, uso de temas mitológicos y
alegóricos para la decoración de palacios, y de los escenarios idealizados surgió el paisaje
como género independiente. El más importante fue Annibale –la bóveda de la Galería del
Palacio Farnese–. El barroco decorativo se especializó en la decoración de muros, sobre
todo bóvedas; uso del trampantojo aplicada a la representación de rompimientos de gloria;
una perspectiva de abajo hacia arriba en las bóvedas –di sotto in su–;un tratamiento
clasicista de los motivos; quadrattura –arquitecturas fingidas que prolongan las reales–.
Autores: Pietro da Cortona, Gaulli, Pozzo.

En los Países Bajos, la figura más importante en Flandes –catolicismo– es Rubens, que se
caracteriza por: composiciones abiertas en diagonal; escenas dinámicas; figuras vigorosas;
primacía del color y luz ambiental que difumina las formas y envuelve las escenas. Obras:
Las Tres Gracias; El jardín del Amor. Fueron de gran importancia los bodegones, paisajes,
animales, escenas costumbristas y domésticas, y cuadros de género, muy apreciados por la
burguesía. La figura más importante en Holanda –protestantismo– fue Rembrandt con un
estilo muy personal: una visión subjetiva y espiritual de la realidad, composición simple, luz
tenebrista, la mancha de color sobre el dibujo, espacio unitario y envolvente con las figuras
en el fondo y un vacío en el primer plano. Obra: La lección de anatomía del Doctor Tulp.
Vermeer, por otro lado, es el mejor representante de la pintura de género y su fama se debe
a sus escenas domésticas como La carta de amor.

PINTURA EN ESPAÑA:
El siglo XVII es considerado el Siglo de Oro de la pintura española, encabezado por
Velázquez. La pintura se caracteriza por el predominio casi absoluto del naturalismo y la
temática. Sólo tuvieron cierta importancia el bodegón y el retrato.

Pertenecen al primer naturalismo los pintores del siglo XVII que evolucionaron hacia el
realismo barroco bajo la influencia de Caravaggio. Obras: Bodegón de caza, hortalizas y
fruta (Sánchez Cotán). A mediados del siglo, definieron el Siglo de Oro Ribera, que tuvo una
etapa inicial tenebrista y otra madura bajo la influencia del clasicismo y la pintura veneciana,
que realizó Inmaculada Concepción y El patizambo; Zurbarán, uno de los grandes
representantes de la escuela sevillana con obras como Bodegón; y Velázquez (Las
meninas) y Alonso Cano (Virgen y el Niño) evitaron lo desagradable sin renunciar al
realismo. En la segunda mitad del siglo XVII, surgen la escuela madrileña, destacado en el
retrato de la Corte de Carlos II en el que destaca Claudio Coello; y la escuela andaluza, con
Murillo, cuya técnica es suelta y vaporosa con colores dorados ricos, y Valdés Leal, que se
despreocupa por la belleza pero recompensa con una gran fuerza expresiva. Obras: Niños
de la concha (Murillo); Jeroglíficos de las Postrimerías (Valdés Leal).

También podría gustarte