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DESAMORTIZACIÓN DE MENDIZÁBAL, 1836

Alumno: Bartolomé Borja Navarro Valera


Asignatura: Historia Económica
Fecha: 02/12/2020

El texto a comentar es un fragmento del Real Decreto de Desamortización del ministro Juan
Álvarez y Mendizábal que data del año 1836. Esta ley fue un intento de mejorar el nivel de vida de
los campesinos y demás gentes del campo, que consistió en poner en venta mediante subasta
pública los bienes eclesiásticos bien sin uso o bien pertenecientes a órdenes extintas para que se
pudiese sacar provecho a sus terrenos. El texto es firmado por la regenta María Cristina en nombre
de su hija y futura reina, Isabel II. Este tipo de desamortizaciones se llevaron a cabo tras el viraje
hacia el liberalismo del bando isabelino con la intención de diferenciarse del bando carlista.

La necesidad de mejorar la calidad de vida de los agricultores y ganaderos era urgente en una época
en la que España no se había industrializado al nivel del resto de los países grandes de Europa y en
la que se seguían notando las consecuencias de las guerras vividas, como las guerras de
independencia de los países latinoamericanos y demás colonias, las guerras carlistas por la sucesión
al trono de España (que acabó siendo para Isabel II) y la Guerra de Independencia librada entre
1808 y 1814 contra las tropas napoleónicas que en su empeño de conquistar toda Europa
intervinieron también en España, y los pronunciamientos, muy comunes en aquel tiempo. Las
grandes dificultades económicas que se derivaron y otras causas tales como la poca iniciativa
innovadora, la insuficiente revolución burguesa debido al poco auge de las ciudades, la escasa
densidad de población, la escasa demanda, la falta de fuentes de energía y la difícil geografía
española hicieron que la Industrialización llegase tarde a España. Esta medida también pretendía
“activar” la industrialización española mediante el enriquecimiento de la población.

El texto presenta algunos artículos que hablan sobre el movimiento de dinero derivado de la
compra-venta de los bienes desamortizados, es decir, cómo deben llevarse a cabo los pagos por
ellos. Estos bienes eran en su totalidad bienes raíces, es decir, inmuebles y ligados al suelo. Estos
bienes salían a subasta pública partiendo de un valor determinado. El texto especifica, en su artículo
13, que los compradores deben abonar una quinta parte del precio de remate antes de recibir la
escritura que los acredita como dueños al contado, pudiéndose aplazarse el resto del pago. Esta
medida hizo que, una ley que en teoría se diseñó para favorecer a las clases más bajas acabase
fracasando en su propósito y haciendo que fuesen los burgueses y los más adinerados los que
acaparasen las compras, pues eran los únicos que tenían liquidez para pagar al contado lo que se
establecía. Además era posible que se pagase mediante los títulos de deuda (que acreditaban una
deuda contraída por el Estado hacia su portador) por su valor nominal, es decir, el valor que se
convenía para realizar el pago, lo que provocó que quien no tuviese una deuda pendiente por parte
del Estado, tuviese dificultades para enfrentarse en las subastas a los que sí la tenían.

En resumen, una medida que nació con buena intención y por una necesidad, pero que acabó
fracasando haciendo que la clase alta ampliase sus propiedades terrestres, y por consiguiente, se
contentase con ellas y no tuviese interés en empezar la Industrialización. Esta medida fue mejorada
por la Desamortización de Madoz, que llegaría unos 20 años más tarde.

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