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SEDE EL AGUSTINO

Ficha N° 1: Europa siglo XIX


Área: CCSS Grado: 4 A ,4E Maestra: Rosita Moreno

Las revoluciones burguesas (1820-1848)

Durante la primera mitad del siglo XIX, estallaron en Europa revoluciones inspiradas en ideales liberadas,
nacionalistas y románticos.
Estos movimientos buscaban:
 Mayor participación política: la burguesía reclamaba el reconocimiento de las libertades
individuales y políticas a través establecimiento de constituciones.
 Mejoras económicas: la burguesía reclamaba menores trabas para la circulación de mercancías.
 En las regiones sometidas, como los territorios bajo el dominio de los imperios turco otomano y
austro-húngaro, la aspiración era la independencia.

1820: se enciende la mecha


El movimiento liberal se inició en España cuando el general Del Riego se negó combatir a los patriotas
americanos y obligó a Fernando VII restablecer la Constitución de 1812. En Nápoles y el Piamonte (Italia),
se exigieron reformas políticas liberales frente a la denominación austriaca. Estos movimientos fueron
reprimidos. En Grecia, los revolucionarios lograron la victoria frente al imperio turco-otomano y
proclamaron su independencia en 1826.

Las revoluciones de 1830: una nueva arremetida


En julio de 1830 estalló en Francia la revolución contra el absolutismo de Carlos X (1824 – 1830), otro
hermano de Luis XVI. En su lugar fue coronado Luis Felipe de Orleans, quien otorgó una constitución
liberal.
Bélgica logró independizarse de Holanda: en Italia surgió el movimiento nacionalista Joven Italia, pero fue
reprimido por Austria. En Polonia también se produjo un movimiento nacionalista y liberal que fue
reprimido por Rusia. Algunos estados de la confederación germánica lograron promulgar constituciones
liberales.

Las revoluciones de 1848: hacia la democracia


La mediana burguesía, los estudiantes y los obreros de Francia se levantaron por la grave crisis económica
que existía en Europa y por el descontento político con el reinado de Luis Felipe de Orleans, quien se
apartó de la constitución. La mediana y la pequeña burguesía aliadas con el proletariado, derrocaron a
Luis Felipe, proclamaron la Segunda República, con un gobierno provisional dirigido por La martine, y
establecieron el sufragio universal convirtiendo a Francia en una democracia, aunque no por mucho
tiempo.

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La alianza con el proletariado duró poco


tiempo y Francia retornó a una política
conservadora con Luis Bonaparte, sobrino
de Napoleón, como gobernante de la
República.
Más tarde, reinstauró el imperio francés
dando lugar al Segundo Imperio.
En toda Europa, los obreros fueron excluidos
de la actividad política, por lo que decidieron
seguir su propio camino revolucionario.
El espíritu revolucionario del 48 se propagó
por Europa, donde el absolutismo retrocedió
progresivamente.

La segunda Revolución Industrial

Entre mediados del siglo XIX y 1914 se desarrolló la Segunda Revolución Industrial, caracterizada por la
propagación del empleo de máquinas a todos los sectores productivos, la aplicación de los conocimientos
científicos a la industria y el uso de nuevas fuentes de energía: la electricidad y el petróleo.

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Estos adelantos fueron de la mano con el surgimiento de


gigantescas empresas capitalista, que concentraban grandes
inversiones de capital y tecnología que tendían al control
monopólico del mercado. Las empresas de dimensión local o
nacional perdieron la importancia que tuvieron en la Primera
Revolución Industrial.
La competencia entre las naciones industrializadas a las que
sumaron recientemente unificadas Italia y Alemania, las llevó
a disputarse el control de zonas a lo largo y ancho de todo el
orbe, conformado por primera vez en la historia un mercado
mundial, en el que las mercancías, los capitales y la mano de
obra se desplazaron a través de enormes distancias.
En este nuevo orden
mundial, los países
industrializados
vieron en las zonas menos desarrolladas fuentes de materia prima
y mano de obra barata, lo que se tradujo en una expansión
imperialista que, en el caso de África, llevó a su colonización y
reparto entre las grandes potencias.

Características de la nueva industrialización

Los adelantos en ciencia y tecnología

Desde 1880, la industria de tintes sintéticos dio pie al desarrollo de la industria química liderada por
Alemania, que fabricó fármacos como la aspirina.
Explosivos como la dinamita, obtenida por Nobel en 1869, favorecieron el desarrollo de la minería las
técnicas bélicas.
El dínamo, que transforma la energía mecánica en eléctrica, la pila galvánica de Volta y diversos estudios,
hicieron realidad el uso de la energía eléctrica. Al inicio se empleó en la iluminación y luego en el
transporte. El primer ferrocarril eléctrico se inauguró en Berlín en 1879, y el primer metro londinense se
construyó entre 1887 y 1890. A partir de 1890 se electrificaron los tranvías de las grandes ciudades. Otra
nueva fuente de energía fue el petróleo. Su explotación liderada por Estados Unidos y Rusia, se aceleró a
fines del siglo XIX al entenderse el uso de combustión interna.

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Crecimiento urbano

La actividad industrial y financiera de las ciudades atrajo mucha gente hacia ellas. El crecimiento
demográfico impulsó la construcción de viviendas y edificios, como bancos, fábricas y centros comerciales.
Los materiales más empleados fueron el hierro, el cemento y el vidrio.

El capitalismo monopólico

Durante la Segunda Revolución Industrial surgieron grandes empresas con muchos accionistas. A esto se
le ha denominado “concentración industrial”.
Paralelamente se dio un proceso que consistió en la asociación de grandes empresas en busca del control
de un sector del mercado.
Las formas de asociación eran:
 El cártel: alianza de un grupo de empresas que producen el mismo bien. Se ponen de acuerdo para
fijar un precio en común (superior al precio de libre competencia) y repartirse geográficamente el
mercado.
 El trust: conjunto de empresas dedicadas a
diversas fases del proceso de producción y
distribución de un bien.
La asociación de capitales llevó a que, en algunos
sectores, la oferta de un determinado producto o
servicio estuviese en manos de una sola empresa,
lo que se denomina monopolio, situación
opuesta al libre mercado propugnado por el
liberalismo económico. Por esto, el congreso de
los Estados Unidos intentó eliminar los trust (ley
Sherman, 1890). Para eludir esta ley apareció el
holding, sociedad cuyo capital está compuesto
mayormente por acciones de otras sociedades.
Pronto los grandes capitales superaron el contexto nacional, convirtiéndose en transnacionales.

Los nacionalismos en Europa

Una de las ideas motoras de la evolución política de la evolución política del siglo XIX fue el nacionalismo.
El término “nación” integró e identificó a las comunidades con su idioma, su historia y sus tradiciones
comunes, y que aspiraban lograr una independencia política. Napoleón despertó la inquietud nacionalista
en alemanes, polacos e italianos, tanto al atacar las viejas monarquías como al invadir esos países.
El movimiento nacionalista se opuso a los grandes imperios y a los monarcas absolutos, proclamando la
soberanía nacional como expresión de libertad. Hacia fines de siglo, la competencia entre países
industrializados llevó a que las posiciones nacionalistas tendieran hacia una actitud exagerada,
propugnando el sentimiento de superioridad colectiva y agresión a lo foráneo. Estas posiciones
amenazantes y belicistas contribuyeron al estallido de la Primera Guerra Mundial.

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Naciones y Estados

No deben confundirse los conceptos de Nación y Estado. Austria, por ejemplo, eran un Estado Imperial
que englobaba diversas nacionalidades (húngaros, checos, eslovacos, alemanes e italianos). Alemania e
Italia eran naciones divididas en varios Estados. En otros casos, como Inglaterra y Francia, la nación
coincidida con el Estado.

La unificación de Alemania

Alemania ingresó al siglo XIX dividida en pequeños reinos; no existía aún como entidad política. La
Supremacía era disputada por Prusia y Austria. Bajo el liderazgo de Prusia, los estados germanos abolieron
las fronteras aduaneras creando en 1834 la Zollverein. De esta manera formaron un solo mercado. Austria
fue excluida de esta unidad comercial.
El rey de Prusia, Guillermo I y el canciller Otto Von Bismark concretaron la unificación política en tres
etapas. En la guerra contra Dinamarca (1864). Prusia obtuvo los ducados de Schlesswig y Holstein. Luego
derrotó a Austria (1866), estableciendo la unión federal de los Estados al norte del río Main. Por último,
luego de derrotar a Francia (1870), ganó la adhesión de los estados al sur de Main. En 1871, Guillermo I
de Prusia fue proclamado emperador de los alemanes. El imperio fue denominado el “Segundo Reich”.

Italia: la concreción de las ambiciones nacionales

El congreso de Viena (1815) dejó a Italia dividida en siete Estados:


 El Reino Lombardo-Veneto en el norte, bajo hegemonía austriaca.
 Los Ducados de Parma, Módena y Toscana, aparentemente independientes, pero regidos por
príncipes adictos a Austria.
 Al noroeste, el Reino de Piamonte-Cerdeña.
 El reino de Las Dos Sicilias, con Nápoles como centro político.

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 Al centro de la península, el Papa reorganizó los Estados Pontificios, con Roma como capital.
En este contexto, escritores románticos como Leopardi o Manzoni ensalzaron la idea de una patria
italiana, unida por sangre, religión e idioma. Por otro lado, comerciantes y fabricantes de los prósperos
Estados del norte deseaban la articulación de un mercado de grandes dimensiones conectado por
ferrocarriles.

El “yugo austriaco”

El nacionalismo italiano se caracterizó por su oposición a Austria que dominaba el norte de Italia. Durante
la década de 1850 proliferaron grupos liberales y nacionalista que propugnaron la expulsión de los
austriacos y la unión de todos los italianos. Se distinguieron dos tendencias: una de carácter republicano,
promovida por Mazzini y Garibaldi; otra monárquica y conservadora, apoyada por la alta burguesía y la
nobleza, y liderada por el primer ministro del Piamonte, el conde de Cavour, quien realizó una eficaz
propaganda nacionalista a través del periódico II Risorgimento.
En 1847 Carlos Alberto, rey del Piamonte, convirtió su estado absolutista en uno liberal. Con ello, la
revolución se extendió a Milán, Venecia y Nápoles. Carlos Alberto tomó la dirección del movimiento y le
declaró la guerra a Austria. Este primer intento fracasó y el rey abdicó a favor de su hijo Víctor Manuel II.

El proceso de unificación

El nuevo rey pidió apoyo a Francia y logró unir la Lombardía (1859); luego, la expedición de Garibaldi
anexó Sicilia y Nápoles en 1860, donde Víctor Manuel II fue saludado como rey de Italia. Venecia fue
incorporada en 1866 tras la derrota de Austria a manos de los prusianos (estos le habían ofrecido a Italia
en un pacto de Alianza). En Roma el Papa Pio IX mantuvo su autoridad con ayuda de tropas francesas. Las
presiones de la aristocracia católica francesa habían obligado a Napoleón III a frenar con sus tropas el
avance de las fuerzas nacionalistas italianas.

Tras la derrota del emperador francés a manos de


los prusianos en 1870, retiró la guarnición francesa
y Roma fue tomada por el reino de Italia. El Papa se
refugió en el Vaticano y se consideró prisionero del
Reino de Italia. Recién en 1929, el jefe de Gobierno
italiano, Benito Mussolini, reconoció al Vaticano
como ciudad-estado independiente.

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El imperialismo colonial del siglo XIX

Hacia finales del mismo siglo, el orgullo nacional


propugnado por la corriente nacionalista sirvió para
justificar la expansión imperialista y la opresión de
muchos pueblos. Este proceso, encabezado por los
países industrializados, se inició en 1870, siendo la
primera Inglaterra gracias a su poderío económico y
naval.
La conquista de extensas regiones se realizó
muchas veces con métodos inhumanos y salvajes,
que contradecían la supuesta justificación del
proceso, siendo esta la “superioridad del hombre
blanco”. El principal escenario de este proceso fue
el continente africano, territorio que las potencias
europeas colonizaron y se repartieron entre 1885 y
1914.

Factores de la colonización

Económico
En 1873 se produjo una profunda crisis económica en el sistema económico en el sistema capitalista,
debido fundamentalmente a la sobreproducción y la saturación de los mercados. En esos nuevos
mercados, las potencias buscaban:
 Materias primas y fuerza de trabajo baratas y abundantes.
Compradores para sus productos manufacturados. Las colonias eran territorios no industrializados,
donde las mercaderías podían venderse a numerosos consumidores sin competencia.
 Nuevos espacios para la inversión de sus capitales.

Demográficos
 Existió un gran crecimiento de la población urbana debido a la mejora de la condición general de
salud. Los gobiernos consideraron a las colonias como salida a esta situación.

Sociopolíticos
 La posesión de colonias era fuente de prestigio.
 Las colonias se convirtieron en bases geopolíticos estratégicas. Inglaterra, para llegar hasta su
colonia de la india, necesitaba controlar las rutas de acceso; por ello conquistó Egipto, el cercano
oriente, el Mar Rojo, el Golfo Pérsico y el Cabo de Buena Esperanza.
Las formas de dominación colonial fueron:
 Colonias de explotación: la metrópoli se limitaba a extraer recursos naturales y a explotar mano
de obra nativa.
 Colonias de poblamiento: se les llamaba también dominios, gozaban de autonomía interna. En
asuntos externos y comerciales el responsable era un gobernador general designado por la
metrópoli.
 Protectorados: la metrópoli mantiene bajo su control las autoridades

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