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George P. Landow Hipermedia 1. P. Quéau, Lo virtual Hipertexto 2. G.P. Landow, Hipertex La convergencia de la teoria critica contemporénea y la tecnologia & Ediciones Paidos Barcelona-Buenos Aires-México 1. El hipertexto y la teoria critica El problema dela cawsalided. No siempre resulta fil deter miner lo que provoeé deterinado cambio dado en una cena, Qué hizo posible tl o cual descabcimiento? Por qué aparecté ‘se concepio nuevo? eDe dénde surgi esta o aquela ora? Es tas preguntas suelen resulta muy embarazosas a que no hay prin- bios merodolgicos en los que fandamentar el anil. Ladi cukad es ain mayor en el caso de cambios generals que afectn a toda unaclenca. ¥ mis an cuando se producen divers cambios relacionados ene st Perola difcultad maxima sedaenel eto de las cincias empiicas: por un ado, el papel dele instruments, ‘éenias, insuciones,aconcecimients,izereses ¢ ideologia e- sulta muy evident, pero nose sabe cémo funciona realmente una arcculacén de composicién tan comple y vreda Mocier Foucauer ‘The Onder of Things cUn Derrida hipertextual? 2Un Nelson posestructurallsta? Cuando los disefiadores de programas informaticos examinan las paiginas de Glas 0 de Of Grammmatology (De la gramatologia), se encuentran con un Derrida digitalizado e hipertextual; y, cuan- do los tedricos liverarios hojean Literary Machines, se encuentran con un Nelson posestructuralista o desconstruccionista. Estos en- cuentros chocantes pueden darse porque durante las tltimas dé- cadas han ido convergiendo dos campos del saber, aparentemen- te sin conexién alguna: la teoria de la literatura y el hipertexto informatico. Las declaraciones de los tedricos en literatura y del hipertexto han ido convergiendo en un grado notable. Trabajan- do a menudo, aunque no siempre, en completo desconocimiento tunos de ot70s, los pensadores de ambos campos nos dan indica- ciones que nos gufan, en medio de los importantes cambios que est ocutriendo, hasta el episteme contemporineo. Me atreveria a decir que se esté produciendo un cambio de paradigma en los escritos de Jacques Derrida y de Theodor Nelson, y os de Roland Barthes y de Andries van Dam. Supongo que al menos un nom- “4 ineRrexTO da pareja le resultard desconocido al lector. Los que tra- tijnenel ‘campo de los ordenadores conocerin bien Inia de Nelson y de van Dam; y los que se dedican ala teoria cultural es tarin failarizados con las ideas de Derrida y de Barthes’ Los cuatro, como otros muchos especialista en hipertextoyceora cule tun, posslan que deben sbandonarse ls ssuts stem cope jos en nociones como centr . anton por ots de mulilineldad, nodos, ness Teds. Cas todos los participants en este cambio de paradigma, gue marea una revolucin en el pensamiento,consderan la esc tara eleesniea como una rexecion directa ales rena neo i i ii 30. Esta reaccion ree ee alemors la eves I pol cae rosos paralelismos entre el hipertexto y la teoria eri- ici Ra muchos puntos de interés, de los cuales al mit importante tl ver seal hecho de que laevis proms izar el hipertexto mientras que éste prom -y, ash eS ae ‘dela teorfa, sobre todo los relativos a tex- tualidad, narratva ya los papeleso funciones de lector yescritor Con el hipertexto, los teércos dela etica dispondsin, 0 dispo- nen ya, de un nuevo laboratrio donde poner a prueba sus ideas ademas de las biblioteca convencionles de textos impresos Otro punto fundamental es que una experiencia de In ecturs 9 hipertexto, 0 con hiperext, eselarece muchas de las ideas mis significativas de la teoria critica. Como lo subraya J. David Bolter al explicar cémo el hipertexto encarna los conceptos posestructs talisas de texto abierto: «Lo que esaninatual en era impre- sa se vuelve natural en el ambito electrOnico, y muy pronto hard ni falta decitlo, porque podré mostrarse». percusiones en la literatura, Definicién del hipertexto y su historia como concepto En 5/Z, Roland Barthes describe un ideal de textualidad. que lec- EL HIPERTEXTO ¥ LA TEORIA cRiTICA s Dice Barthes: «En este texto ideal, abundan las redes (réseaux) que actisan entre si sin que ninguna pueda imponerse alas demés, este texto es una galaxia de significantes y no una estructura de significados; no tiene principio, pero si diversas vias de acceso, sin que ninguna de ellas pueda calificarse de principal; los eédigos que moviliza se extienden hasta donde alcance la vista; son inde- terminables... los sistemas de significedos pueden imponerse a este texto absolutamente plural, pero su niimero nunca eat limi tado, ya que esté basado en Ia infinidad del lenguaje> (cursiva en loriginal)? Como Barthes, Michel Foucault concibe el texto en forma de redes ynexos, En Archeology of Knowledge, afirma que «las fronte. ras de un libro nunca estén claramente definidas», ya que se en- ccuentra «atrapado en un sistema de referencias a ottos libros, otros textos, otra frases: es un nodo dentro de una red... una red de refe- rencias».' Como todos los estrucruralistas y posestructuralistas, Barthes y Foucault describen el texto, el mundo de la literatura, y las relaciones de poder y categoria que implican, en términes que también pueden aplicarse al campo del hipertexto informético. Hipertexto, expresién acufiada por Theodor H. Nelson en los afios sesenta, se refiere a un tipo de texto electrénico, una tecno- logia informatica radicalmente nueva y, al mismo tiempo, un modo de edicién, Como él mismo lo ‘explica: «Con “hipertexto”, te refet a und exer no sexucnGial 4 un Texto Gee BGA ue permite que el lector ejay que se len mejor en una panvall, iniemnctia: De schcnio cons oueacenne eae tle de bloques de texto conettados entre si por nexos, que [Orman liferentes itinerarios para el usuarion.” El hipertexto, técmil t’compuesto de Fragmentos de texto —Io que Barthes denomine lexias— Dexos. fromicos qi entre si LA ex- resign bipermedia simplemente extiende la nocién de texto hiv pertextual al incluir informacion visual, sonora, animacion y oa tar un pasaje de discurso verbal a imagenes, mapas, diagramas y Snido an Hciments como os Ties oe ee sohido tan fa “de exactamente con lo que se conoce como hi coincide exactamente con lo que se conoce como hi ls trOnico, un texto compues de bloques de palabras (0 de imige jicamente unidos en multiples trayectos, aa = fidad abierta, etermamente inacabada y recorridos en una text emamente ina aescrita con términos como nexo, nodo, ved, trama y trayecto. nocién de texto mas alld de lo meramente verbal, no hare Ta dis- Tncion entre hipertexto e hit ia. Con hipertexto, pues, me feferiré a un medio informatico que relaciona informacién tanto % ureRTexto ‘verbal como no verbal. Los nexos electrénicos unen Jexias tanto eexternas» a una obra, por ejemplo un comentario de ésta por otro autor, o textos paralelcs 0 comparatives, como internas ¥ asi trean un texto que el lector experimenta como no lineal o, mejor dicho, como multilineal o multsecuencial. Si bien les habitos de Tectura convencionales siguen validos dentro de cada lexia, una ‘vez que se dejan atrds los oscuros limites de cualquier unidad de texto, entran en vigor nuevas reglas y experiencias. El tipico articulo académico de humanisticas o de ciencias ilustra perfectamente las aociones subyacentes de hipertexto como texto que se lee secuencialmente. Pot ejemplo, en el caso de tun articulo sobre Ulises de James Joyce, uno va leyendo primero Jo que convencionalmente se conoce como texto principal y se va ‘encontrando ntimeros o simbolos que indican la presencia deno- tas, a pie de pagina o al final de la obra; uno deja entonces el tex- to principal paraleer dichas notas, que pueden contener una cita ddeun pasaje de Ulises que supuestamente apoya el argumento en cuestidn, o bien datos sobre agradecimientos o discrepancias del autor con otros escritores, etc. Las notas también pueden conte- net informacién acerca de otras fuentes, influencias y paralelis- ‘mos con otros textos literarios. En cada caso, el lector puede se- guir la conexién y salirse por completo del primer articulo, Tras Teer la nota, o miratla y decidir que una lectura completa no pro- cede por el momento, vuelve al texto principal y sigue leyendo hhasta encontrar otra nota y volver a dejar el texto principal. Este tipo de lectura constituye la experiencia basica y el punto de par- tida del hipertexto. Imaginémonos que uno pueda simplemente tocar la pdgina donde se encuentra el simbolo de la nota, refer ‘cia o anotacién para hacer apatecer instanténeamente el conte do de la nota o incluso el texto completo, en este caso Ulises en- tero, al que alude la nota, Los articulos académicos se sitéan en tun campo de relaciones que, en su gran mayoria, permanecen ‘ccultas en el caso de los textos impresos y relativamente dificiles dde seguir por encontrarse fisicamente lejos de sus referencias. En ‘cambio, el hipertexto electrénico facilita muchisimo el segui- miento de las referencias individuales asi como la navegacién por todo el campo de interrelaciones, que también se vuelve muy evi- dente. Este cambio en la facilidad para orientarse en ese contexto yacceder alas referencias individuales afecta radicalmente tanto EL HIPERTEXTO Y 14 TeORIA cRITICA 7 Ja experiencia de Ia lectura como la n a experiencia del aturaleza de Io leido, P geo a dcho arcu sobre Joye s encontrar en un ral de hipetexto que tuvesenexos con tod el materia ado, psy faa formar parte de un sistema mucho més extenso, en el que lp tian podria resultar més importante que el documento indi, vidual; el ariculo se encontraria entonces mucho mas entrelazado scone que sa horslegsimpreo. “e Como se vel hipertexto difumina las fronte (129) De hecho, lo que Derrida describe eau! re eee actuales sistemas de ipertexto en los que el lector, .* también existe ela posibilidad de omi- aaa diién de cta, que pertenece ala estructura de cuslquier sare oral escrta,y que consttuye toda marca escrica, antes Y Fare oNaulquier horizonte semiolingiistico de comunicacién.. Todo signo, lingiistico 0 no, oral o escrito, puede ser citado, jpeso enue comillas. La implicaciGn de esta facultad por sr redo apartado, se manifesta en el hecho, clave para e hiper tanto, de que, como afade Derrida, «de este modo, puede alejarse Srevalquier contexto dado y engendrar una infinidad de contex- ,” Teams Barthes, Dereida concibe un texto compuesto de uni- dades dineretas de letura, La concepcién de texto de Derrida se cian gon au ametodologia dela descomposicisno, que pods cacerar los Kmives de a filosofia. Gregory Ulmer subraya: «El é gano de este episteme flos6fico es Ia bocs, la ‘boca que muerde, erica, cata. el primer paso de la descomposicin es el mot to» (57), Derrida, que describe el texto como algo muy proximoa Giles de Barthes, explica en Glas que «el objeto de esta obra te bien eel entilo, ol *morceau’y,* que Ulmer traduce por «tro- cates, fragmento; pieza de misc tentempie, bocador. Exe smoreeau, nade Derrida, «siempre esta suelto, como su nombre in- «1, Loanéimeros ene parts ndcan sempre el nimero de pina lS timo ext sitado. T. *, En frances en el original. T. sx wirenrexro ¥ La teoala cximca 21 clea, y, asi, uno no se olvida de él i a, Yas, con os dientes; estos di sein aclara Ulmer, se relieren a as coma, corer panda’ ss cuando se aun eto (colocindolo ete cemillas) el efecto eselmismo gue Ubeare cde un contexto limitativo» (58). ta busqueda a ciegas por parte de Dertida de un medic ee ee medio impreso —al final ctbo, es un acértimo defencor de la eserura fem oad dsr psc, ot wereld. lems del pensaor gu abs con empresa peribesus ce fens pero que no pode, pese as bilan, econar un guinea dea ele Spin desl xpeienineon pertexto, Derrida tantea hacia un nuevo tipo de texto: lo des- cribs lo slab, peo slo pose rset en emit ee eB cursos soins con un mod paricuar de esrb en exe cso a marcas de punuacin, Como nos lo reuerden les mars el pensamiento se desiva de las fuerzes y modos de produccién, funque, como veremos, pocos marxistas se enfrentan al mis im, portante modo de produccién literara, el que depende de las teooogs descr simpresi, * cate énfasis de Derrida en la discont i cones de pete oo ts See aang loner lugar denominé metcteto yl que Nelson ara ‘edocuversom. De echo, Desds eros Is palabra morte parse ine, le ve ‘nna in val oun alematiaa Ta Teta iapresa Ulmer destacs” gue a pizno hula proporsingla “Lng” bara cLencl iy cita el uso que hace Dertida de mont Speech and Phenomena ea palabra “nontaje" parece miCapo vafa sugerir que el tipo de FeUnto FESR uctura tejida, entremezclada, como una tr si susceptible de Tarse de nuevo o bien establ Para levar lecer nuevas conexiones»."* Ps Para mis Tejos a0in e] teorizar intuitive de Derrida del hipertexto, ca- bia sefialar: ‘su reconocimiento de que esa textualidad como mon- ae smunci aloes en pier plano el procs de srs porlo tanto, rechaza una transparencia engafiosa, ne "1, Mentaidad; (en francés en el origina). T. 2 apeRtExro. Ey hipertexto y la intertextualidad Elhipercexto, sistema fundamentalmente intertextua, presen- ta una capacidad para enfatiza a intercextualided de le que cx: ce el texto encuadernado en un libro. Como ‘vimos, los artict académicos y los libros oftecen un ‘ejemplo obvio de hipertextua- Tidad explicita en un medio no electrénico. A la inversa, cuaquier ae Getiteratara, como las que se suelen ensefiar en a universi dled y que arbitrariamente denominaré «noble» para simplificar y aligerar la discusi6n, oftece un ejemplo de hipertex'o implicito en un medio no electrénico. Tomemos, una vez més, el Ulises ce Joy- ar oevo ejemplo, Siexaminamos, pongamos por caso, el Baste de Rlaaziea en que Bloom contempla a Gerry McDowell en la playa, ge nota que el texto de Joyce «alude> 0 «se refieren (Est0$ <08 los Sminog que solemos emplear) a muchos otros textos, o fenéme- thos que pueden tratarse como textos: los anuncios ¥ articulos de wvitas femeninas que impegnan fos pensamientos de Gert, he: acerca del Dublin de ensonces y de la Iglesia catélicay hasta el pasaje de Nausica en la ‘Odisea o cualquier informacién relacio- et con ottos pasajes de la novela, Una presentacién en hiper- rae cela novela conectaria este pasajeno sdlo con la clasede ma- terial mencionado sino también con otras obras de Joyce, con sea nrarios erticas y variantes textuales El hipertexto permite focer mds expliito, aunque no necesariamenteintruso, el material afin que el lector culto pueda percibi alrededor dela obra. ‘Thais Morgan sugiere que la! hipertextualidad, «como andl estraryural de textos en relacién con un sistema mis amplio de pricticas signifcativas 0 de usos de signos en I cultura», divierte a atencién de la trfada constituida por el autor, la obra y la tradi- cién hacia otra formada por el texto, el discurso y la cultura. De ‘este modo, la «intertextualidad sustiruye el modelo evolutive de la Faecsre Gea iteratura por un modelo estructural osincrénico de Te fcratara como sistema designos. Elefecto mis destacado de este Cinbio eatratégico es que Libera el texto literario de les deter- Srnismos psicolégico, socolégico © histérico, abriéndolo a una gama aparentemente infinita de relaciones».") Morgan describe ‘con acierto una implicacién fundamental de la intertextualidad. del hipertexto (y de los hipermedios): esta apertura, esta libera- Gin para crear y peribi iterconexiones se produce realmente. EL HIPERTEXTO Y LA TEORIA CRITICA 2 Sin embargo, aunque la intertextualid mere embargo, au Jad del hipert debilicar cualquier reduccionismo, histérico u "owe, de ain in soo impide los iteresads le nob en térmninos dl autor y a Jn tradcin. Las experiencia hasta la fecha con HyperCard t cemas de hipertexto, sugieren que el hipertexto sient esa stecin de ichos tnfoques Pero lo mésin ante del hipertexto no es que tal vez pued: iets : F pueda encarnar See sino que proporciona un medio excelente de ponerlas a prueba. E/ hipertexto y la diversidad de voces Al intentar imaginar la experiencia de leer r nus fon deni comenden peor ncn To uc Me hail Bakhtin ha escrito acerca de la novela dialogstca, palifnica, con una multplicidad de voces, que segtn él «esta construida, no como el conjunto de una tinica conciencia que absorbiese a misma como objetos las otras conciencias, sine come un eonjun: to formado por la interscciSn de vari conciencis, sn que nin: guna de ella se convierta del todo en objeto de otra» a des. See e Bakhtin de la forma literaria polifénica presenta las novelas de Dostoiewsky como una fc hipeeseal en aq s voces indus eumen [forma dees, a bien Derrida ilumina la hipercextualidad desde el pon de vt del spedazon cba, Bain hace desde pum. ide ee le su propia vida y fuerza, ‘su encarnacién © ejempli- fcacién de una vox, de una opinin, de una conversicién de Rory,” As sean Bai, wen la novela ens eres pe- sonas” no parcpantes no son representadas de ningtin modo. No ay ase ata als i en tn compesiién rien el sentido mas da tlo wand Ties clad tnvetaee de oe tee de 0 apunta a una importante de este medio de in- formacén: el hipetext no permit ua iia vor ana Mis Bien la vor siempre sa qu emana de expeienia combina da dl eno del momento, dela lexia que uno esté leyendo y ea tiva en perpetua formacién segan el propio trayecto de 24 MIpERTEXTO El hipertexto y el descentrar ‘A medida que el lector se mueve por una red de textos, des- plaza constantemente el centto, y pot lo tanto el enfoque o prin- pio organizador de su investigacién y experiencia. En otras pa~ Jabras, el hipertexto proporciona un sistema una y otra vez y cuyo centro de atenci6n provi lector, que se convierte asi en un verdadero lector activo, en un sentido nuevo de a palabra. Una de las caracteristicas fundamen- tales del hipertexto es estar compuesto de cuerpos de textos co- nectados, aunque sin ee primario de organizacion. En otras pala- bras, el metatexto © conjunto de documentos, el ente que se conoce como libro, obra o texto en el campo de la imprenta, cx- rece de centro. Aunque esta ausencia de centro pueda crear pro- bblemas al lector y al escritor, también significa que cualquier usua Ho del hipercexto hace de sus intereses propios el eje organizador {0 centro) de su investigacién del momento. El hipertexto se ex- petimenta como un sistema que se puede descentrar y recentrar Pasta el infinito, en parte porque transforma cualquier documen- ~ to que tenga mas de un nexo en un centro pasajero, en un direc- torio con el que orientarse y decidir adénde ir a continuacién. ‘La cultura occidental imagind estas entradas casi magicas @ una realidad en forma de red mucho antes de la aparicién de las tecnologias informéticas, La tipologfa biblica, que tan importante papel desempefié en la cultura inglesa en los siglos xvn y xnx, con- cebia la historia en forma de tipos y sombras de Cristo y de la pro- videncia divina." Asi, Moisés, que existe por si mismo, también “existe como Cristo, quien cumple y completa el significado del profeta. Como lo demuestran innumerables sermones, octavillas y comentarios del siglo xvu y de la época victoriana, cualquier persona, acontecimiento 0 fendmeno servia de ventana magica en fr compleja semistica de los designios divinos para la salvacién del hombre. Al igual que el tipo biblico, que permite a los acon- tecimientos y fenomenos significativos participar simultaneamen- te de varias realidades o niveles de realidad, la lexia indivi hual, aporta irremediablemente un camino en la red de conexiones. Dado que, en los Estados Unidos, el protestantismo evangélico preserva y difunde estas tradiciones de exégesis biblica, no sor- prende demasiado descubrir que una de las primeras aplicaciones EL HipERTEXTO ¥ La TEORIA CRITICA 2 del bi . wwe ha tenido que ver con la Biblia y la tradicién exe. No sélo les lexias obran d : le forma i i so que se converen tambien a Alegh Bose oe ee Puntos er tesprcterque comferer todos Tos dems puntos ya que dee patiordommatequecadsuno portions Speer ob ESSE SE Ren eo re eee decent. A deca accra Luis Borges, uno no tiene queverlo todo sexs nicola amoebae en vs beg nla la cg | locume i Tn de eabera! El documento en hips se ta capacidad tiene una relacién obvi: i “gett oP selacién obvia con las id ie, us insite en a necesed de cabin de punts deve : la discusién. Como él mismo subray « re, Sign and Play in the Discourse of the Furey Scien proses rocedimiento que llama descentrar ha desempenado importante en. el cambio intelectual. Por ej ic sls cexnologia sélo pudo aparecer como ciencia caantay eae scentrar: en el momento en que la cultura europea y, en corse. tensa Inhistora dla metas yess coneepiog;sedisoed, lejé de su locus, se vio obligada a de 4 i jat de considerarse a si risa como la cur de eferenci» "Dera ne implica que un centro intelectual o ideolgco sea mao ya que, como explca "spurt ona pregunta de Serge Dobro Noe dicho 10 haya centro ni que podriamos salir adelante si : ¥ Para mi, el centro es una funcidn, no un ente una realidad, @ pero.una Funcién ¥ésta es absolutamente indispensable» 271). En todos los sistemas de hipertexto el lector puede escoger su propio centro de investigacidn y experiencia. Lo que este princi, io signa en Ia prictica ex que el lector no gieda encerrado ieee pinguna organizacion o jerarquia. Las experiencias con Intermedia revelan que para los que prefieren o izar una se- i or autores ¥ motes, gongamos por cs, de Kes Tennyson, a puede representar el tradi sempre cnradoeelano Fue ain ree Salen se . Por otro lado, nada obliga al lector a trabajar a 5 I tr sf, desean investigar Ia validez de las generaizacionet pot as 26 HUPERTEXTO pueden organizar sus sesones en funcin de dichos perfodos, 9° aensce de los aticulos sobre el romanticismo o la épocs victo- riania como puntos de partida puntos jntermedios, mientras Ue sm ectores pueden partic de nociones crticas o ideolégicas, for ejemplo, el feminismo o a novela victorian. En a preci, Pe eerios suelen utiliza la materia desarrollada en la Univers) ey Brown a modo de sistema centrado en el texto y enfocarse ef dee euraduales , si bien empiezan la sesién entrando en el arama en busca de informacin acerca de un autor dado, cen» set edicar més tiempo a las lexias sobre textos especificos y le Swinburne y «La pasando de un poema a otro («Laus ‘Veneris» di Belle Dame Sans Mecci» de Keats u obras sobre Ulises de Joyce, Tennyson y Soyinka) 0 de un poema a textos de informacion («Laus Veneris» y documentos ‘sobre los caballeros, el resurgi- wecate de lo medieval, el amor cortesano, Wagner, et.) Vannevar Bush y el Memex [Los eopecialsias en ipertexto hacen remontar el concepre ¢ un enfeate pionero de Vannevar Bush, en un ndmero de 1945 del Vilantic Monthly, sobre la necesidad de méquinas de process: aoe je informacion mecénicamente conectadas para ayuda 2 ent fomnsy ejecutivos frente a lo que se estaba convirtendo Oe sha explosion de la informacion.” Estupefacto por la acye- ee ae ana de investigaciSn» a la que debian enfrentarse los ftabsjadores en rodos los campos, Bush se dio euenta de ave dl capa de publicaciones ya habla «crecido mucho més alli de vette capacidad de aprovechar realmente la informacion cu: area, El eonjunto de la experiencia humana esti creciendo a sass: provigioso, pero los medios que empleamos para des: plazarnos por est laberinto hasta legar al punto importante del aera eon os mismos que ulizabamos en los tiempos de las aortcjaoe (17-18) Afadia: «Puede que haya millones de grandes ‘Jens asi como los resimenes de las experiencias en que se basa, ioe dio archivado en estructures de piedra de aceptable arqui rears, pero ai el estudiososélo consigue acceder a uno de eos tras una semana de Investigacion diligente, muy probablemente tho podrs mantener sus sintsis al dia» (29). SL mexreiro ¥ a Teonln cca 27 eset Bash el problema princi exe ef uc las tion le la eleccién», Ja recuperacion de la informacién, a ‘sa prima pola gu ls que necetan infomacin no ts ordenar y etiquetar la infomacioa ios Ge shraceoe, Nuestra ineptitud pata acceder a un i engra pare alaarifialidad de Lee rine Case samen abt een Sine Cant méticamente, ya informaciins6lo puede ser recuperada rermon. tand su pista de subeleonsubclt. Slo pecenaeaal toa menos ques uc sistemas dole hacen falta norm sesrea dl teayeco que bay que Segui pars localiza, rile bom mola ‘Aes, despues de encontrar un davo, hay lied Iver a entrar ego siguiendo otro tra. Ses Neca nace dscinlosmis dese cadet Bask no hay naa alo en tego, No obstane, Dor RO pajee seas de eevee Tt spars sitemas de etego lo teen revi eunatca cman erate rv os fs cmgiezana preerbarane e a ferencias del estilo “Magno, Alejandro” denen ererertcer une itary Machines 27ST. se TREAT ier ydicatad de acoso prodtids por ls sce mens de pin de a informacnbasados ea in breiénw ote archives ios, neesiamos un medio que se Sethi lot eden decloncanry seca meee renar y cl é; gu Bush gn nents bunaoa 90 fancner as ode We ieee gece Sic ins men i sugerido por asociacién de ideas, Siaiouatt ad “ de caminsconfrmadpo ells del ecbron oa. snag tm ieee iy 63). Bee sspecto crucial del Memex concebido por Bush, dos cosss Inman In atencion: primero, Bush esti convencido de la ne- cesidad de anotar, durante la lectura, Jos pensamientos transito- fos y las reacciones al texto. Con este énfasis, lo que hace Bush es viet fini el concepto de leccura como un proceso activo que im plica escritura. Y, ‘segundo, la referencia al lector perspicaz ¥ acti- fo, que puede anotar un texto «igual que si tuviera a pagina fisi- cadelante de él», atestigua la rnecesidad de concebir un texto mis Giaual que fsico. Una de la cosas mis curios acerca de la pro- posicién de Bush es como utiliza las limitaciones de una forma de texto para idear tna tecnologia nueva, y cdmo ésta nos lleva, a su vez, a una concepcién totalmente nueva del texto. ‘Las «caracteristicas esenciales del Memex» no son solamente su capacidad para recuperar la informacién y anotarla, sino tam- ee istera de eindice por asociacién>, que los actuales sste- sae de hipertexto denominan exo, , ei que, sade al cabo de unos afos se retina con un amigo para hablar Us modoeen ue la gente se opone als innovaione, 290 ital interés» (35), podrd teproducir los tr aque sean vigor an vera o problema y plicalos 2 our, eT idea de Memes, ala que Bush digs su stencion fone intecaitente durante treinta ais, influy6 en Nelson, en Dovglss Englbary, en Andries van Dam y en otros pionetos dt biperte: id it Research in Information to, incluido el grupo del Institute for maton and cholarshis iversidad Brown, que cre6 Int Scholarship* (IRIS) de la Universi en que i Teme: Seer te We May Think» y «Memex Revisited», Bush propone Se eto de blogues de texto unidos con nexos y también in- froaluce los tésminos nexas,conextin,trayctosy tame pars des cribir su nueva concepeién de Ta textul La descripcion gue free Bush del Memex contiene otras concepciones bisicas, ¢ in- Che acl, de a ecu. En primer nga, aes oa id i lectura y 1 configuraisn racial deTrpicien del lecture yds a eit tn la que ambas aividades e acercan ete st rucho més dt ible con el libro impreso. En segundo lugar, ap Se oe conabiers el Memes antes del advenimiento de 8 infrmsca digit, Bash ituys ge er neces age como ‘2icuaidad virtual para los cambios ue propusnabs. En rercer ur zn del text introduce tres elementos compl Fe aera por asociacin (onexos), ls trayetos cae dichos nexos ylos conjuntos otramas de trayectos Estos ele: + nstuto de Invesigacin en Informacién y Humanisicas EL HIPERTEXTOYY LA TEORIA CRiTICA 7 mentos nuevos generan a su vez una clase de texto flexible, hecho ala medida, sbierto alas demandas del lector y, posiblemente, vul- nerable a ellis. También generan la nocién de una textualided mihiple, ya cue, en el mundo del Memex, la palabra cexto desig- na: a) las unidades individuales de lectura que tradicionelmente: constituyen la «obra»; b) dichas obras enteras; c) conjuntos de do- ccumentos creados con trayectos; y, quizd, d) los mismos trayectos sin documentos acompafiantes. Tal vez lo més interesante para alguien que considere la rela- cia de las ideas de Bush con la critica contemporsinea y la teoria cultural es que este ingeniero empezd rechazando algunas de las premisas fundamentales de la tecnologia de la informacién que han ido dominando (y algunos incluso dirian creando) cada vez mis el pensamiento occidental desde Gutenberg, Ademés, Bush deseaba sustituir los métodos esencialmente lineales que habfan contribuido al triunfo del capitalismo y del industrialismo por algo que, en esencia, son méquinas poéticas; maquinas que traba- jaran por analogfa y asociacién, méquines que capturaran la bri- lantez andcquica de la imaginacién humana Todo ello da la im- presién de que Bush consideraba que la ciencia y la poesfa obran basicamente de la misma manera. Texto virtual, autores virtuales informatica literaria Los efectos caracteristicos de la informatica sobre las discipli- nas humanisticas se deben al hecho de que la informacién se a- macena en forma de cédigos electrénicos, en vez de marcas fisicas sobre una superficie fisica, Desde la invencion de la escritura y de la imprenta, la eecnologia de a informacién se ha enfocado en el problema de crear, y luego propagar, unos registros verbales esti ticos y permanentes. Como innumerables autores vienen procla- mado desde los inicios de la escritura, estos registros fijos con: quistan el tiempo y el espacio, por muy brevemente que sea, ya {que permiten 2 una persona compartir informacién con otras, en distintos lugares y momentos. La imprenta afiade el elemento ab- solutamente crucial de las milltiples copias simultineas de un mismo texto; esta multiplicidad, que preserva un texto disemi: nando copias individuales de éste, permite a lectores separados 2 IPERTEXTO. cenel tiempo y el espacio referirse ala misma informacién:® Como han demostrado Elizabeth Eisenstein, Matshall McLuhan, Wi- Iam M Ivins, J. David Bolter y otros invesigadores de la histo- ria de los efectos culturales de la imprenta, el invento de Guten- berg produjo en las disciplinas humanisticas lo que hoy en dia entendemos por erudicién y cxtica. Una vez liberados de su tarea fen preservar Ia informacién en forma de ‘que se deterioraban con el uso, los erudi ttebajando ahora con libros, pudieron desarrollar nuevas nocio- nes de erudicion, originalidad y de propiedad intelectual, ‘unque el texto fjo miltiple producido por la tecnologia de la imprenta ha tenido tremendos efectos sobre las concepeiones modemas de literatura, educacién e investigacién, todavia en- frenta, como lo eafatizan Bush y Nelson, al investigador con el problema fundamental de un sisteme de recuperacién de a infor” eetcién basado en manifestaciones fisicas del rexto; es decir, el al- tacenamiento de la informacién en un formato lineal fio dificul- tasu recuperaci6n. "Este problema puede expresarse de dos maneras. En primer Jugar, que ninguna ordenacién de la informacién puede resultar cenveniente a todos los que la necesitan, y, en segundo lugar, gungue ambas ordenaciones,jerarquica y lineal, faciitan la infor- nacion segin algin criterio de orden, éste no siempre coincide Gon las necesidades de sus usuarios individuales. A lo largo de va- fos siglos los escribanos, eruditos, editoresy otros fabricantes de Toros hen inventado una gama de dispositivos para aumentar la rapidez de lo que hoy en dia lamamos procesamientoy recuper- Thon de la informacién. La cultura del manuscrito presenci6 pro- fresivamente In invencién de las péginas individuales, capitulos, Dirrafos y espacio entre palabras. La tecnologia del libro se real- $5 con la paginacion, los indices y ls bibliografias, Estos ingenios fran hecho la erudiciSn, si no siempre facil © cémods, al menos, posible, El procesamiento electrénico de texto representa el cambio mnie importante en Ia teenologia dela informacién desde el desa- Trolle ‘del libro impreso. Conlleva la promesa (0 Ia amenaza) de produeir eambios en nuestra cultura, sobre todo en la literatura, preducacidn, la entica ya erudicin, al menos tan radicales como Joe producidos por los tipos méviles de Gutenberg. 1 uipenrexto ¥ La TeonlA caltica 3 El procesamiento_de texto it i ques deanee ores Mee rat po RES ral cS- 1 ego lube produce unaseoasloninde a Jalomnacion aye combina Ia establidad va flexiblidad, el orden y la accesbil we peo ou reco, Puesto que el procesamiento de texto 7 z 5 T7 (eecsetiee se Secunia en la pantalla son virtuales, rae la Sptica, los informaticos hablan de «maqui sas vl : les» creadas por un sistema operativo que dan a "ce usuarios le serscn de taba en maquina indies cuando en ra lad, comparten un sistema con quizi cientos de personas.” Ast pismo todos ls texts que elector eles ven ens pant ls del odendor sn yesiones cease spescamene ats i ‘una version electronica primaria permanece maemo del order, Serban por fo aera satis ba que ambas versiones se funden cuando Sele Coie r que: «archives a versién propia del texto, alma- ea lola cn su memoria. En este instante, los textos en la panta- ay la memoria del ordenador coinciden brevemente, pero el lec- tor Siempre se encuentra ante una imagen virtual del texto aimscenao yn at la versién original; de hecho, en términos samient« listincic i & proc to de texto, estas distinciones no tienen mucho Como expone Bolter, la «caracteristica mas curi Ja escritura electronics 5 es «directa pa ice es que no es «directamente accesible ni al ¢3- = al Testor. Los inde tenig no cedin a sale humana. La = ilogia electrOnica aleja o abstrae del texto al escritor y al lec E . Cuando se examina un disco magnético u Sptico, no se vi iexto alguno... En el medio electrénico, se interponen varias ca- fe Sofisticada tecnologia entre el escritor 0 el ificado. Hav cantos niveles de E ‘aplazamientos que el | eseritor tiene dificultad equehayen di ara identificar el texto: ges To que hay et sctlordie. BP: ificar el textor ges To que. ay ‘apanela ena memoria de trabajo nel iso? (Wrtig Spa Jean Baudrillard, que s i mi , que se presenta a si mismo a dor de Walter Benjamin y de Marshall McLuhan. ex alguien que parece aa ver fscinadoy horrorizado por lo que percibe com fectos omnipresentes de esta codificacién digital, aunque sus fo le ¢rrPla tian con Ol WSARRelle of loins yt mal b ¢ aneRTEXto ciemplos sugiren que a menudo esté confundie ae hs medios que la emplean, Los puntos fuertes y débiles del planes. jento de Baudeilard aparecen en sus comentarios acerca de Aigializacin del saber y de la informacién, Saudalard perebe i 2 fctil alo digital representa un acon- sens tricot, peo re eae ements Segn da dgiaizaién impli na po- sici6n binaria: «La digi prende de todos los m forma mas evidente en i i jivocadamente conside- i esta equivalencia, que equivoca a oie cn nu gene de a veda formule abarca todas las demés y |: l senate ctabizade del colgo, la feemlainacis, lo digiabs (149) Llege ala conclusion de que el hecho primaio sezca del gel es elacincon cl com esi» a in operacional», ya que «la Eran oner ico (el Dios de Leibnitz) y el ADN, su profeta» Oe igializacién impli ado binatio, so- i «la digitalizacién implica un estado bi bre vada clo niveles mas bisicos del ego de envi nos rt evade do engi meena como hace Baud ola in ci ree rer de pensamintooepistee, Por suc Baudullad puede ener raz en parc; a vet ha perebido tia conexidn dave ente el modelo esimolo/respuestay lo di ail Sin embargo, ‘el hecho del hipertexto demuestra muy cl ae ‘mente que lo digital no nos confina necesariamente en un mun neal ni en uno de oposiciones binarias. fre tnd Bare cee opel i de las tecnologias de la escritura, : Sosa lexi verbal cuyaausenciat prelong en ode gumentacién, y reconstituye aga mien bogs is ales om i ¢ parte de la difict ‘ Fede debes que bas por ato les eos wtb dgtazads se desvia demasiado ficilmente, a partir del hecho de lac i Beacién digital, en dos direcciones: (1) hacia el modelo estimt 11 MUPERTEXTO ¥ LA TEORIA cRiTICA 35 lofrespuesta y el modelo y/o; y (2) hacia otros medios no alfanu- méricos (distntos de la escritura) como la fotografia, la radio y la televisién, Curiosamente, cuando Baudrillard enfatiza con acierto el papel de lo digital en el mundo posmodemno, suele tomar sus ejemplos de digitalizacién de unos medios que se basan en tecno- Jogias anal6gicas y no digitales, sobre todo en la época en que es- cribe, y as diferencias entre las caracteristicas e implicaciones de ambas son importantes. Mientras que el almacenamiento analé- gico de informacién sonora y visual requiere un procesamiento Tineal, la tecnologia digital suprime la necesidad de secuencia al posibilitar el acceso directo cualquier bit particular de infor- ‘macién. Cuando se desea encontrar determinado pasaje de una sonata de Bach grabada en una cinca, hay que recorrerla secuen- cialmente, aunque los aparatos modemos permiten pasar ripi- damente de una pieza musical a otra, En cambio, cuando se quiere localizar un pasaje dado en una grabacicn digital, se puede acce- der instantineamente a dicho pasaje, marcarlo para futuras re- ferencias y manipularlo como seria’ imposible hacerlo con la tecnologia analégica; por ejemplo, se puede volver a escuchar ins- ‘antdneamente una pieza sin tener que rebobinar nada. Al concentrarse en los medios alfanuméricos y al confundie, segtin parece, las tecrologias anal6gica y digital, Baudrillard pice. dela oportunidad de reconocerel hecho de que fo digital también tiene el potencial para impedir, bloquear y rodeat Ia condicién li- neal y binaria, y sustituirla por la multiplicidad, por una verdade- ra actividad y activacién del lector y la posibilidad para él de des- viarse en varias redes. Baudrillard ha descrito un hilo principal o constituyente de la realidad contemporinea que, potencialmente, entra en conflicto con la realidad multlineal e hipertextual ‘Ademés del hipertexto, varios aspectos de la informatica en las humanidades se cerivan de la virtualidad del texto, En primer lugar, la faclidad con que se puede manipular simbolos alfanu- iméticos da lugar a un procesamiento de texto més sencillo. A su vez, la comodidad del procesamiento de texto facilita mucho la publicacién erudita tradicional, es decir, la creacién de textos fi- dedignos y, en principio, doctos, a partir de manuscritos o libros Publicados, justo en el momento en que la nocién misma de tex- to aislado, unitario y unilateral tal vez esté cambiando e incluso desapareciendo, upentexto. 36 ek —— do lugar, esta misma facidad para corar, copia y manipulate exo permite formas cifeents de composicén ens dia en las que las nots del invesigadory la informacén orginal Gxisten en una mayor proximidad experimental. SegGn Mi Heim, a medida que la texzualidad electrdniea vaya liberando la es- criura dels limitaiones dela tecnologia dl papel impreso, «enor mes cantidades de informacién, y Inds tex co Sa an accesibles inmediatamente bajo la superficie ee ade fi uw un pro! to. Conecando un pequeio ordenador con un telefono un prof i {leer “libros” que a su vez se abren sobre un exter an ae ic datos que temizanrodo el saber bua ka Fede de mano deltexo ero ques debe ala cepacia ds ‘dotes para examinar bases de datos con gran velocidad, ere squeda de textos complete, concordancas sininias Cimpresas,y otras cases de procesamientos que permiten alos en tor on humanidades plantearse nuevos tipos de preguntas. is, a medida que uno escribe, «el texto en progreso se encuentra Conectado y unido a todo el mundo de a informaciéo» 6D. Tuger, el texto virtua, cuya apacienciay forms den at did segin convent alco, ann eee is iadir un elemento completamente nuevo: x aan oo al que revonigra teat tly como lo » (129) Los conexioniststambign proponen una epresntacién dels ber en la que el saber esté distribuido en toda la reds y no si EL HIPERTEXTO y La TEORIA cRITICA a plemente localizado en alguna memoria electrénica ni en ningtin microinterruptor. Para los conexionistas, Ia representacién del saber se distribuye entre las fuerzas de las conexiones [jlos ne- xos!], entre unidades» (126). Como lo demuestra Pagels, la ciencia contemporinea y la teoria critica proponen teorias convergentes acerca del pensamiento hu- ‘mano y del mundo del pensamiento basadas en el paracigma de red. Terry Eagleton y otros tesricos marxistas, que a menudo ecu: ten al posestructuraismo, también se valen del modelo o imagen dered.” En cambio, los marxistas més ortodoxos, que tienen un in- terés personal (0 un convencimiento sincero) en Ia natrativa 0 la ‘metanarrativa lineal tienden a recurris a red y a trama principal- ‘mente para caracterizar la equivocacién. Pierre Machery podria pa- recer algo fuera de lugar siguiendo a Barthes, Derrida y Foucault al sitwar las novelas dentro de una red de relaciones con otros escrtos. Segiin Machery, «la novela se sitda inicialmente en una red de libros «que sustituyen la complejidad de las relaciones reales de las que, de hecho, esté constituido cualquier mundo». Sin embargo, su fase si- guiente deja bien claro que, a diferencia de la mayoria de los poses. tructuralistas 0 posmodemistas, que emplean la red como paradig- ma de una situacién abierta y no resttictiva, percibe Ia red como algo que confina y limita: «Encerrada en la totalidad de una recopi- Jhicisn, en medio de un complejo sistema de relaciones, la novela se vuelve literalmente alusién, repeticién y continuacién de algo que sélo entonces empieza a parecerse a un mundo inagotablen.™” Fredric Jameson, que en The Political Unconscious ataca Althusser por crear impresiones de «totalizacién ficily y de «tra. ma ininterrumpida de fendmenos», considera, frecuente y expli- citamente, los modelos en red como el asiento del error.” Por ejemplo, cuando en Marsismz and Form critica «el prejuicio an- Hespeculativon de la tradicién liberal, dice que «su énfasis en el acontecimiento individual a expensas de la ted de relaciones en ‘que aquél puede estar inmerso» es el medio que tiene el liberals. mo para eprevenir que ln gente Llegue a conclusiones, de otro modo inevitables, a nivel politico». Aqui, el modelo de red re. Presenta una completa y adecuada puesta en contexto, suprimida Por alguna escuela de pensamiento que no es la marxista, pero que sélo resulta necesaria para describit las sociedades premar- sistas. Jameson repite este paradigma en su capitulo sobre Her- HIPERTEXTO 42 a a vert Mares ando explien que «el deseo auténtico corre el ha oe Sfisolverse y de perderse en la extensa red de stadt: facelones que constituyen el sistema de mercado» (100- 100, Una ‘vez mis, el concepto de red proporcona 5 parca slam io, segiin parece, para descri ji vioneceiedad enda Vuelve a hacerlo cuando, en el capitulo sobre Sate discute la nocién de icine ce ee Dany aa ja jertas «comodidades y la ret 1 aac vsntiencn ene sir como la aparencia sora que st itienen entre si» como la apariet aan cea weld dela vida sola, que «ee encuentra ea proceso mismo cel trabajo» (296). Causa o convergencia? zInfluencia o confluencia? in dela informitica, y del hipertexto Adénde lleva la relacién de a informatica, y x10 en onic, ce la erfa de Ineratura dels tes 9 us i tras décadas? Ea la conferencia de mayo de 1990 en el Elvet han Hal sbrelaeenoloia el fxr delinvestigaiéa hurmanisin, J. Hillis Miller sugirié: «La relaci6n... es maltiple, ‘no lineal, fl causal no dalécicay execivamentedeterminads, No ening rmayoria de los paradigmas tradicionales que definen rn BI mismo Miller aporta un buen ejemplo de esta conver cia entre la teoria critica y la tecnologia. Antes ae cal en rex, hablaba del exo y del procesamieno iverpeetativo) Ae texto de und manera que resultari familiar a cualgirs ave haya lefdo o trcbajado con hiner. Por ciemplo, = Ficion y nose oi and Repetition describe cémo s le una novela de Hardy de una ‘slificaria de hipereestualidad bakhti mae adn up de erssinodesnoe o Tineas que conducen a muchos otros pastes de la oven ue ipa nan for nae ods». Nogin Be je tiene una prioridad particular sobre los demas, en el sentide cere tatenante ode serel worigen oe fin de os otro» . “asl ‘mismo, al proponer «un “ejemplo” de estrategia ee truccionista de la interpretacién, en The Cit asa oi 2) ; ectados, cu describe logue detent dpe conectades, uy ecorrido is asta un universo © metatexto que : ae Atle ana cciogs deconstruct Fr spexreero v Ls reonla enfrica 3 tado fragmento de un ensayo critico que contiene a su vez una cita de otro ensayo, como un portador alberga un parisito Pree siguiendo con la snalogia microbiol6gica, Miller pasa a explicar que «el “ejemplo” es un fragmento parecido a esas mindsculas particulas de alguna sustancia que se introducen en un diminuto tubo de ensayo y se investigan con ciertas récnicas de quimica analtica. Se puede llegar muy lejos, u obtener mucho de un pe- uefio fragmento de texto: nos guia de contexto en contexto, que se amplan hasta abarcar, como medios necesarios, toda la familia. de lenguas indoeuropeas, oda la literatura y el pensamiento con ceptual en estas lerguas y todas las permutaciones de nuesttas es- tructuras sociales de economias domésticas, receptoras y dadoras de regalos».® Aun asi, Miller subraya que el «Glas de Derrida y los orderia: dores personales aparecieron més o menos al mismo tiempo. Am- bos trabajan consciente y deliberadamente para dejar obsoleto el tradicional modelode libro lineal y sustituirlo por el nuevo hiper- texto multlineal, que ya se esta convirtiendo rpidamente en el modo de expresién caracteristico, tanto de la cultura como del es- tudio de las formas culturales. El “triunfo de la teoria” en los studios literarios y su transformacién por la revolucién digital son dos aspectos de un mismo cambio arrollador» (Literary The- 07), 19-20). Por supuesto, dicho cambio arrollador tiene muchos componentes, pero hay un tema que aparece tanto en escritos 60- bre hipertexto (y el Memex) como en la teoria critica contempo- rinea: las limitaciones de Ia cultura impresa, de la cultura del ro. Bush y Barthes, Nelson y Derrida, asi como todos los teori- os de estos campos, quiz sorprendentemente entrelazados, em- Piezan con el deseo de liberarnos de las limitaciones de lo impre- so. Este proyecto comin requiere que uno reconozca primero el enorme poder del bro, ya que, sélo cuando hayamos tomado conciencia de la manera en que ha formado e informado nuestras ls, podremos intentar escapar de algunas de sus limitaciones. En este contexto, las explicaciones de Claude Lévi-Strauss del pensamiento iletiado en The Savage Mind (El pensaniento sal. ‘aje) y en sus teatados sobre mitologia aparecen, en parte, como intentos de descentrar la cultura del libro, de demostrar los con- finamientos de nuestra cultura literaria saligndose de ella, por ‘muy superficial y brevemente que sea. Al enfatizar medios de co- a urERTEXTO. clectrSnicos aunque no informéticos, como la radio, yl cine, Baudrillard, Derrida, Jean Francois Lyo- tard, MeLuhaa y otros se pronuncian igualmence en contra de la futura importzncia de la tecnologia de la informacién basada en Inimpresin, coincidiendo a menudo con los que piensaa en que unos medios ce comunicacién anslogos con sonido, movimiento t informacidn visual remodelardn radicalmente nuestras expecta- tivas de la cultura y nacuraleza humanas. ‘Entre los principales criticos y tedricos de la exitica, Derrida destaca como el que mejor advierte la importancia de una tecno- Jogia de la informacién auténoma, basacla en sistemas digitales mis que analégicos, Como seal, cel desarrollo de métedos prdc- ticos de recuperacién de la informacién amplia enormemente las posibilidades del “mensaje”, hasta el punto en que deja de ser le Peslacin “esctita” de un lenguaje, la transferencia de un signifi ado gue, incluso permaneciendo oral, conservarfa su integri- dade" Mas que cualquier otro teérico, Derrida se da cuenta de {ue la informatica y los otros cambios en los medios de comuni- Gacign han desgastado el poder del modelo lineal y de libro como paradigmas afines y culturalmente dominantes. Dersids declars: PEI fin de la escritura lineal es en realidad el fin de! libro, aunque Seo en forma de libro que lns nuevas escrituras,lterarias 0 teéri- as, xe dejan encerrar, para bien para mal» (Of Granmatolo 86), Por lo tanto, como lo sefiala Ulmer, «los escritos gramatolé- gicos ejemplifican la lucha para romper la investidura del libro» (Applied Grammatology, 13). Seguin Derrida, «la forma del “libro” esté pasando por un pe tfodo de agitaciSn general, y, mientras su forma parece cada vez nenos natural. y su historia, menos transparente, la forma de li- bro por si soa no puede zanjar... la cuestin de aquellos procesos de escritura que, al cuestionar er la prictica esta forma, han de des- ‘nantelatla». El problema, ademés, segin reconoce Derrida, es que “ino se puede tocar» la forma del libro «sin trastornar todo lo de- niso (Disseraination (La disertinaci6n], 3) en el pensamiento occi- Genta. A Derrida, siempre deseoso de tocarlo todo, ello no le pa- rece una razén suficiente para no tocar el libro y su reivindicacioa Comienza coa la cadena de expresiones que aparecen més o menos Como titulo al principio de Dissemination: Hlors Livres: fuera de bro, Hors d’Ocuvee: entremés, Extratexto, Preliminar, Fin de lic EL HuvERTEXTO y LA TEORIA cafrica 45 bro, Adomo y Prefacio», Lo hace con gusto ya que, como anuncis en Of Gramatlogy, aunque parezca lb conta, esta muerte del ibro anuncia, sin lugara duds (y, en cierto sentido, siempre ha anunciado), una muerte del discurso (de un supuesto discurso completo) asi como una nueva mutacin en la historia de la escr- «ura, en la historia como excritura. Lo anuncia con una antelacién de vis gos. sen sta eseala qu debe eximaron. (8) una conversacién conmigo, Ulmer mencioné que, puest que la unidad de Derrida equivale al nexo, la gramatologia ese arte ylaciencia de conectar y, por lo tanto, el arte la cencia del hipertexto.” Uno podtiaafiadie que Derrida también describe la diseminacién como una descripeién del hipertexto: «Junto con una expansidn ordenada del concepto de texto, la diseminacién inscribe una ley diferente que cige los efectos del sentido 0 dela referencia (la interioridad de la ‘cosa’, realidad, objtividad, esencialidad, existencia, presencia en general, sensible o inteligi. ble, et), una telacin diference entre a escritura, en sentido me- tafisico de la palabra, y su “exterior” (hist6rico, politico, econé- mico, sexual, ete)» (Dissemination, 42). ' Analogias con la revolucién de Gutenberg, Si nos encontramos realmente en un petiodo de fundamenta- Jes cambios tecnoldgicos y culturales andlogos a la revolucién de Gutenberg, entonces ha llegado el momento de preguntarnos qué podemos aprender del pasado; en particular, qué podemos pre- decir acerca del futuro al comprender la «légica» de una tecnolo- gia dada ode un conjunto de tecnologias. Segiin Alvin Kernan, «la “légica” de una tecnologia, de una idea o de una institucién es su tendencia a conformar, en un limitado atimero de forms 0 d- recciones, todo aquello en que inciden».®* La obra de Kernan y de ‘otros como Roger Chartier y Eisenstein, que han esrudiado las complejastransiciones desde la cultura del manuscrito hacia la de Ja imprenta, sugiere tres lecciones claras 0 normas para cualquie- ra que presienca similares transiciones. re primer lugar, estas transiciones toman mucho tiempo; en ‘odo exo, mucho mis tiempo del que los primeros estudios sobre aso de la cultura del manuscrito a la dela imprenta podian lle Be pos chee occu a aoe ‘6 HIDERTEXTO vamos a suponer. Estudiosos de la tecnologia y de la prictica dela Tectura sefalan varios cientos de afios de cambios y acomodaciones ‘graduales, durante los cuales prevalecieron distintas practicas dela Tectura, formas de publicacidn y concepciones de la literarura. Segin Kernan, no fue hasta principios del siglo vm que la tecnologia de la imprenta «hizo pasar a los paises més adelanta- dos de Europa de una cultura oral a otra impresa, reordenando toda la sociedad y reescructurando las letras, mas que meramente modificéndolas» (9).

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