Cómo escribir un ensayo de secundaria

Algunos profesores no son tan estrictos cuando se trata de escribir

ensayos porque ellos también entienden las dificultades de escribir
cosas como estas. Sin embargo, debes conocer los conceptos básicos
a la hora de escribir un ensayo de secundaria.

1. Escribe la introducción.
La introducción debe ser su declaración de apertura sobre el tema
sobre el que desea hablar.

2. Escribe el cuerpo.
Para los ensayos de la escuela secundaria, el cuerpo a veces solo
está compuesto de uno párrafo. Aquí necesitas exponer tu tema.
También puede ver ejemplos y muestras de ensayos cortos.

3. Termina con una conclusión.

Escriba sus declaraciones finales en la conclusión. Intente resumir sus
ideas en una o dos oraciones. También le pueden gustar ejemplos y
muestras de ensayos personales.

Ejemplos de ensayos para la escuela secundaria:

ensayo narrativo
Ejemplo 1: mejores amigos para toda la vida
"Era el 4 de julio, y el calor del verano era tan abrasador como
siempre Nuevo México. Lilly-Ann, Daniela y yo, las tres mejores
amigas, nos dispusimos a hacer un picnic femenino como lo haríamos
todos los años desde que teníamos nueve años.
Había hecho todos mis quehaceres y había empacado la canasta de
picnic la noche anterior, así que tan pronto como me cepillé los
dientes y tomé un café, estaba lista para vestirme y pasar un buen
rato con mis mejores amigas. Tomé mi destartalada Cherokee y corrí
por la calle para encontrarme con Daniela; escogeríamos a Lilly-Ann
más tarde.
Daniela y yo compartimos el mismo cumpleaños, el 27 de febrero de
1986. Nuestras madres también eran las mejores amigas de la
escuela secundaria. Fueron a la misma universidad y se casaron el
mismo año. Todos siempre se reían de cómo todo se parecía a una
película o novela genérica de mejores amigos para toda la vida.
Parecía que Daniela y yo estábamos destinadas a ser mejores
amigas. Ninguno de nosotros tenía hermanos, por lo que nos volvimos
como hermanas entre nosotros. Compartimos todos los intereses y
pasatiempos sin excepción.
Ambos nos unimos al equipo de fútbol femenino de la escuela y
ambos jugamos en defensa. Pero, lo más importante de todo, siempre
estuvimos allí el uno para el otro en las situaciones más difíciles,
independientemente de lo preocupados que estuviéramos.
Nuestro lugar tradicional para Día de la Independencia picnic estaba
en la orilla del Río castor. Aquí, a media milla al oeste de la ciudad,
siempre es tan genial como en julio en Nuevo México. Mientras
recorríamos el camino rocoso, mi bicicleta chillaba al unísono con los
fuegos artificiales que explotaron en el cielo despejado desde la
madrugada.
El prado en nuestro lugar siempre nos inspiró a jugar un poco de
fútbol, como lo hicimos esta vez también. Luego, sentimos que
teníamos que refrescarnos un poco, así que fuimos al río. Incluso
logramos atrapar un pequeño bagre, pero lo dejamos ir.
El paseo, el fútbol y la natación nos dieron hambre, y nos sentamos a
almorzar. Todos siempre empacamos un poco más de comida de la
que necesitamos para un picnic, por lo que siempre tenemos algo de
un menú para elegir.
Todos recogimos el pollo asado de Lilly-Ann con piña y puré. Durante
y después de la comida, charlamos y nos reímos sin parar como
siempre lo hacían los mejores amigos como nosotros. Entonces, de
repente, Daniela se echó a reír y miró fijamente al agua por un
momento o dos.
Luego me miró y pronunció: "Prométeme que siempre seremos
mejores amigas, al igual que nuestras madres". Éramos adolescentes
alegres, incluso un poco tontas. Por lo tanto, fue un puro shock
escuchar a Daniela hablar tan seriamente por primera vez desde que
la conocía.
Aturdido, sin la menor idea de lo que estaba sucediendo, todo lo que
pude murmurar fue un débil "Lo prometo".
En este momento, comenzó a oscurecer, y mi papá ya me había
enviado un mensaje de texto preguntándome sobre mi paradero.
Entonces, nos apresuramos a casa. El lugar de Lilly-Ann era el más
cercano al río, luego el de Daniela, y el mío era el más alejado.
Mientras Daniela y yo nos despedíamos y yo nos sentábamos en la
bicicleta para seguir mi camino, ella todavía estaba en el porche y me
decía adiós y gritaba "Recuerda tu promesa", recordándome algo que
no podría olvidar de todos modos.
Estas palabras resuenan en mi cabeza hasta el día de hoy. Un
mustang de tono negro rodó desde la esquina y se dirigió hacia
nosotros.
"Dani ..." grité mientras saltaba de la bicicleta y hacia un lado.
Aturdido por el fuerte patín de neumáticos y gritos, me desmayé.
Cuando llegué a mi sentido, lo primero que vi fue el cuerpo inerte de
Daniela en las manos de su madre cuando escuché un llanto histérico.
Mi cabeza de repente se sintió pesada y mis piernas parecían de
algodón.
Aturdido, aterricé sobre mi trasero en cámara lenta. El aire se sentía
espeso y pesado, y me desmayé una vez más. Lo siguiente que
recuerdo es despertarme en mi cama y ver a mi madre sentada a mi
lado, sollozando.
Insté a contarle sobre mi promesa, pero todo lo que pude decir fue
"¿Por qué ella?" - Y luego me eché a llorar.
Nadie puede tomar bien la muerte de su mejor amigo. Me volví
antisocial. Apenas salí de mi habitación, y cada vez que alguien
intentaba hablarme de algo, respondía con breves y amargos
comentarios. Me revolqué en mí mismo. Torbellinos de pensamientos
circulaban en mi cabeza. ¿Por qué Daniela?
De todas las personas, ¿por qué tuvo que morir? ¿No podría Dios
elegir a alguien más merecedor de muerte? No podía imaginar cómo
se suponía que viviría sin ella. Nadie podría reemplazarla en mi vida,
ni siquiera todas las personas en el mundo.
Después de un mes de duelo, finalmente encontré la fuerza para
hablar con mi madre. "¿Dios nos ama?" Le pregunté: "¿Por qué nos
hace daño?" “Mi niña”, dijo, “Él elige lo mejor de nosotros y los toma
antes de que el mundo cruel pueda deformarlos. Los convierte en sus
ángeles, y Daniela debe ser tu ángel ahora.
No puedo decir que me hizo sentir mejor en ese momento. Pero más
tarde, entendí el significado de mi promesa. Daniela siempre está
conmigo, siguiéndome en todas las elecciones que hago en la vida.
Ella es mi ángel."