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CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA

I. INTRODUCCIÓN
El principio fundamental de carácter constitucional de la inviolabilidad de
la defensa se concreta en materia procesal, principalmente, en la
contestación de la demanda. El demandado podrá así hacer frente a las
alegaciones del accionante y de paso quedan fijados los alcances del
conflicto, esto es, los hechos sobre los que recaerá la prueba, dado que la
sentencia definitiva versa necesariamente sobre las cuestiones planteadas
tanto por el demandante como por el demandado.
Ahora bien, por más que la contestación responda a la necesidad de
garantizar la defensa, al igual que la demanda, debe contar con
determinados requisitos formales fijados taxativamente en el Código
Procesal Civil. El incumplimiento de estos, supone, en principio, la
concesión de un plazo de subsanación que fija el juez.
Los problemas se presentan, sin embargo, cuando la contestación no es
subsanada. El primero se vincula a la razón por la cual se rechaza la
contestación. Así, por ejemplo, no resulta discutible el rechazo definitivo de
la contestación si el demandado no expresa la fundamentación jurídica en
la que basa su defensa. Sin embargo, sería más cuestionable tal rechazo si
simplemente no se cumplió con adjuntar el pliego interrogatorio que
correspondía a uno de los testigos ofrecidos, ¿no correspondería en este
caso declarar inadmisible únicamente la prueba testimonial presentada y
no la contestación completa?
El segundo problema tiene que ver con la declaración de rebeldía. Así, ante
la falta de subsanación, ¿resulta de aplicación el artículo 458 del Código
Procesal Civil, conforme al cual si transcurre el plazo para contestar la
demanda y el demandado no lo hace, se le declarará rebelde? O sea, ¿se
debe equiparar la situación de aquel que de algún modo contestó pero no
subsanó, que la de quien de plano guarda total silencio frente a la acción
en su contra?
II. CONTRADICCIÓN Y CONTESTACIÓN
Antes de seguir, cabe precisar que frente al derecho de acción existe el de
contradicción. Así, pues, al igual que el accionante exige la tutela
jurisdiccional efectiva del Estado para que se protejan sus intereses, de
igual modo el destinatario de la acción puede procurar la defensa de los
suyos. Ello lo hace ejercitando su derecho de contradicción.
La forma de viabilizar este derecho es a través de la contestación de la
demanda, pero también cabe la reconvención. El emplazado puede optar
también por allanarse y cumplir la obligación, pero lo común es que se
nieguen los hechos y derechos alegados por el demandante, de modo que
la contestación es un acto jurídico procesal mediante el cual el demandado
responde, casi siempre, contradiciendo y pidiendo protección jurídica.
Finalmente, cuando el emplazado reconviene, agrega su propia pretensión
al proceso iniciado en su contra.
El artículo 442 del Código Procesal Civil regula los requisitos que debe
cumplir la contestación de la demanda. Son, en lo que corresponda, los
mismos requisitos exigidos para la demanda. Adicionalmente el
demandado tiene que pronunciarse sobre cada hecho expuesto en la
demanda, advirtiéndose que su silencio sobre algún punto podrá ser
asumido como una aceptación de lo dicho por el demandante. Igualmente,
constituye un deber del demandado pronunciarse expresamente sobre los
documentos cuya autenticidad o recepción le haya sido atribuida.
III. INADMISIBILIDAD Y REBELDÍA
El juez declara inadmisible un acto procesal cuando carece de un requisito
de forma o este se cumple defectuosamente. Por regla general los
requisitos de forma son subsanables, dado su carácter extrínseco. En tal
sentido, la inadmisibilidad es un modo preventivo de nulidad procesal que
se introduce al proceso, poniéndose de manifiesto la omisión o defecto
formal en que incurrió la parte y con la finalidad de que, como condición
para la admisión del escrito o recurso, tal irregularidad sea subsanada. Si el
demandando no cumpliera con subsanar el defecto u omisión sobrevendrá
una sanción, que se traduce en el rechazo del escrito y, en nuestro caso, de
la contestación de la demanda.
Lo cierto es que la no presentación de la contestación supone un grave
perjuicio para el demandado, dadas las implicancias de la declaración de
rebeldía, esto es, la presunción de veracidad de lo señalado en la demanda.
Ahora bien, tal como ya lo preguntamos ¿esta situación se extiende a los
casos de falta de subsanación, luego de presentada una contestación con
errores formales o solo debe vincularse a la ausencia de contestación
alguna? Debe entenderse que abarca ambos supuestos, pues la declaración
de inadmisibilidad supone, en el fondo, la no contestación, que es
precisamente el presupuesto para la aplicación del artículo 458 antes
citado, lo que deriva en la declaración de rebeldía.
La declaración de rebeldía genera una percepción de verosimilitud de los
hechos que sustentan la demanda, al punto de ser mérito suficiente para
conceder medidas cautelares contra el emplazado. Sin embargo, la rebeldía
no es suficiente por sí sola para que el juez admita la verdad de lo afirmado
por la otra parte, porque la sentencia debe ser pronunciada valorando los
hechos y pruebas existentes, e incluso pueden actuarse pruebas de oficio.
IV. ANÁLISIS DE AUTO QUE DECLARA INADMISIBLE LA CONTESTACIÓN
En el presente caso nos encontramos frente a un auto que declara
inadmisible la contestación a una demanda y da un plazo de tres días para
subsanar. La particularidad, sin embargo, está en el motivo de la
inadmisibilidad y el apercibimiento ante la falta de subsanación: “que, el
artículo doscientos veintitrés del Código Procesal Civil acotado señala los
requisitos para el que propone la declaración de testigos, esto es que debe
indicar el nombre, domicilio y ocupación. El desconocimiento de la
ocupación deberá ser expresado por el proponente. Asimismo debe
especificar el hecho controvertido respecto del cual va a declarar; …que, es
de advertirse del escrito que antecede, que no se ha dado cumplimiento a
lo expresado en los considerandos anteriores, por cuyas razones y estando
además a los dispositivos glosados: Se declara INADMISIBLE el escrito de
contestación que antecede, concediéndole el demandado el plazo de TRES
días a fin de que subsane las omisiones incurridas, bajo apercibimiento de
tenerse por no presentado el escrito que antecede”.
Entonces, al no haberse señalado la ocupación y el hecho sobre el cual iba
a declarar el testigo, se dispone la inadmisibilidad de la demanda y se
concede un plazo para la subsanación, lo cual es correcto. Sin embargo,
resulta cuestionable que ante la falta de subsanación el apercibimiento sea
que se tenga por no presentado el escrito,
Y es que, en realidad, no hay razón que justifique que no se admita la
contestación cuando el error formal versa sobre un medio probatorio, no
obstante que esto sea una práctica judicial común. La razón no descansa
solo en la necesidad de salvaguardar el derecho de defensa del
demandado, no viéndose perjudicado por un defecto formal
absolutamente accesorio, sino porque además el propio Código Procesal
Civil concibe un momento para la admisión de los medios probatorios,
dentro de la etapa del saneamiento probatorio. Es cierto que en esta etapa
se hace un análisis más de fondo, vinculado a la pertinencia de los medios
probatorios frente a los puntos controvertidos, pero dilucidándose también
aquí las tachas y oposiciones. En suma, se evidencia del propio Código que
un medio probatorio es objeto de un análisis de admisibilidad específico,
por lo cual si al ser ofrecido en la contestación no se cumple con algún
requisito formal, como sucedió en el presente caso, el medio probatorio
deberá ser rechazado, pero ello no tiene por qué afectar a toda la
contestación.
Lo contrario supone admitir la posibilidad de que pueda rechazarse una
contestación por un defecto formal respecto de un medio probatorio que
finalmente puede ser declarado impertinente o inadmisible al momento de
efectuarse el saneamiento probatorio, en caso, por ejemplo, de que no
fuera acorde a los puntos controvertidos. Esto no tiene mayor lógica y, en
el fondo, resulta injusto.

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