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Antonio MacHapo Antonio Machado nacié en Sevilla en 1875, Después de vivir unos afios en Madrid, se trasladé a Soria, donde fue catedratico de francés. All descubrié el paisaje castellano y conocié a una muchacha de dieciséis arios, llamada Leonor, con la que el poeta se casé en 1909. La muerte de Leonor en 1912 lo impulsé a abandonar Soria. Afios mas tarde, alrededor de 1927, conocié a una mujer que aparece en sus versos bajo el nombre de Guiomar. Poco antes de finalizar la Guerra Civil, a los 63 aiios de edad, Machado fue desterrado. Se refugié, entonces, junto con su madre en un pueblito francés préximo a la frontera espafiola, llamado Collioure. Allf murié cuando no hacia ni un mes que habla salido de Espafia, en 1939. Su madre morirla dos dias después. Su concepcién de la poesia Antonio Machado escribié algunas obras de teatro con su hermano Manuel y cul- tiv también la prosa; pero, sobre todo, destacé como poeta. Para Machado, lo fun- damental era que la poesia transmitiera algo a alguien. Consideraba la poesia como palabra en el tiempo. +El tiempo es el eje de la poesia de Machado. Le interesa el tiempo en cuanto vivido y personal. + El didlogo es otro de los aspectos esenciales de su poesia. Sus poemas son, con frecuencia, conversaciones que el poeta entabla con seres reales o imaginarios Leonor, un alfarero, el lector...- 0 bien con elementos de la naturaleza -la tarde, la sierra, los campos de Soria. Estilo . La poesfa de Machado se inicia como modernista, para evolucionar, luego, hacia los temas propios de la Generacién del 98. Pero, como en cl caso de Juan Ram6n Jiménez, Machado supers los planteamientos poéticos de su tiempo y cre6 una obra poética originalisima que abrié nueves ratas a la p Dado que su intencién princi Machado emplea un lengua’ a emplear escasas metaforas de gran fuerza expresiva. Powered by CamScanner Proverbios y cantares nic, son tus huellas nti, y mada mds; tante, no hay camino, se hace camino al andar: Retrato *infiancia son recuerdos de un patio de Sevilla, ‘y ten huerto claro donde madura el limonero; ‘mi jucentid, veinte aitos en tierra de Castilla; mi historia, algeenos casos que recordar no quiero. Né un seductor Matiara, ni un Bradomtin he sido =a conocéis mi torpe alitio indumentario-, mas recibi la flecha que me asigné Cupido, y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario, Hay en mis venas gotas de sangre jacobina, pero mi verso brota de manantial sereno; ‘y, mds que un hombre al uso que sabe su doctrina, ‘soy, en el buen sentido de la palabra, bueno. (...) Soy clésico 0 roméntico? No sé: Dejar quisiera mi verso, como deja el capitan su cada famosa por la mano vinll que la blandiera, ‘no por el docto oficio del forjador preciada. Converso con el hombre que siempre va conmigo quien habla solo espera hablar a Dios un dia-; mt soliloquio es plética con este buen amigo que me ensené el secreto de la filantropia. Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito. A mi trabajo acudo, con mi dinero pago cl traje que me cubre y la mansién que habito, el pan que me alimenta y el lecho en donde yago. Y cuando legue el dia del itimo viaje, y esté al partir la nave que nunca ha de tornar, ‘me encontraréis a bordo ligero de equtpaye, casi desnuda, como los hujos de la mar, Portada de Campos de N Castilla, de Antonio Aun olmo seco Al elmo viejo, hendido por el rayo yen su milad podrido, con las luevias de abril y el sol de mayo, algunas hajas verdes le‘han salido, JE] olmo centenario en Ia colina ne lame el Duero! Un musgo amarillento de sedncha la contour blanquecina al tronco carcomido y polvoriento. No serd cual los dlamos cantores ue guaran camino yl ier, iabitado de pardos ruisefiores, Ejército de hormigas en hilera ‘va trepando por é, y en sus entrarias urden sus telas grises las araitas. Antes que te derribe, olmo del Duero, con su hacha el lehador, y el carpintero te convierta en melena de campana, Janza de carro 0 yugo de carreta; antes que rojo en’ el hogar, maiana, ardas de alpen misera caseta, al borde de un camino; antes que te descuaje un torbellino 1 troche el soplo de las sierras blancas; antes que el rio hasta el mar te empuje por valles y barrancas, olno, quiero anotar en mi cartera Ta gracia de tu rama verdecida. Mi coraztn espera también, hacia la luz y hacia la vida, otro milagro dela prinavera. ANTONIO MACHAY Powered by CamScanner

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