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MAS LOS PERROS

ESTARAN FUERA
________________________________________________
"Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros,
los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo
aquel que ama y hace mentira."
(Apocalipsis 22:15)

i
MAS LOS PERROS
ESTARAN FUERA
__________________________________
Vicente Quiñones Aponte

2020

ii
MAS LOS PERROS ESTARAN FUERA
Copyright © 2011, 2020 por Ministerio Evangelístico La Voz del Señor, Inc.
Todos los derechos reservados. Este libro o porciones del mismo pueden ser
reproducidos para fines no lucrativos con previa autorización del Autor o
Publicaciones La Voz del Señor.

Citas bíblicas tomadas de la versión Reina Valera, (RV) revisión 1960, a menos
que se indique lo contrario.
(c) Sociedades Bíblicas Unidas

Primera Edición: 2011, Segunda Edición: 2020

ISBN 978-1-387-81946-1

Publicaciones La Voz del Señor


(Ministerio Evangelístico La Voz del Señor, Inc.)
P.O. Box 51951
Toa Baja, PR. U.S.A. 00950-1951

https://publicacioneslavozdelsenor.wordpress.com/

Producto 2020-001
Impreso en Carolina del Norte, U.S.A

iii
DEDICATORIA Y RECONOCIMIENTO
_________________________________________________

Este libro es dedicado a todos los miles de


mártires y perseguidos comenzando con nuestro
Señor y Salvador Jesucristo quien sufrió el martirio
a mano de los religiosos de su época. A mano de
aquellos que irónicamente lo estaban esperando
para que salvase a su pueblo. De aquellos mismos
que hablaban y enseñaban de El y de la
esperanza de su venida. A todos los mártires que
como Esteban hablaron la Palabra de Dios sin
temor y no se avergonzaron de ser testigos de
Jesucristo. A tantos que los religiosos a través de
las edades han perseguido y matado por el simple
hecho de no creer igual que ellos o de no haber
alcanzado el mismo, supuesto, nivel de fe.
Reconocemos la ayuda de muchos hermanos que
han orado por el escrito y otros que han revisado y
editado el contenido de este. Gracias a nuestra
hermana Irma Valentín por la revisión gramatical
del escrito. Y como siempre, gracias a mi
compañera y esposa Lydia E. Ayala Claudio por su
apoyo a lo largo del peregrinaje cristiano.

iv
CONTENIDO
Página

Dedicatoria y Reconocimiento iv

Prólogo vi

I. Introducción 1

II. El Culto Irracional y Los Perros 5

III. El Culto Racional como Culto Verdadero 10

IV. Los Perros no Conocen a Dios 13

V. Los Perros no Tienen Temor de Dios 16

VI. Los Perros no Aman a sus Hermanos 21

VII. Los Perros en el Tiempo de Jesús 24

VIII. Los Perros en el Tiempo de los Apóstoles 33

IX. Los Perros en la Historia de la Iglesia 41

X. Los Perros en la Iglesia Moderna 47

XI. Matemos al Perro que hay en Nosotros 62

XI.I Mi Experiencia Personal 64

XII. Comentarios Finales 68


v
PROLOGO

Como mencionamos en la dedicatoria, es


importante que recordemos a los mártires de la fe,
especialmente el martirio de nuestro Señor
Jesucristo. Por lo general nos gusta inspirarnos
en las hazañas de los que por medio de la fe
obtuvieron grandes victorias en guerras, como el
caso de David, en confrontaciones con las
religiones falsas, como el caso de Elías, en señales
milagrosas, como Eliseo y otros. Esto es bueno y
edifica nuestra fe, pero estas hazañas no pueden
compararse con las victorias obtenidas por los
mártires de la fe; comenzando con la victoria de
victorias obtenida por nuestro Señor Jesucristo
en la cruz del calvario. La victoria de los mártires
sobre el mal es de dimensiones ilimitadas,
trascendentales y eternas. Las proporciones de lo
obtenido por Jesucristo en la cruz del calvario no
pueden ser descritas por la mente humana. Por
medio de su sacrificio, el Señor Jesús ha
asegurado la restauración de todas las cosas a un
estado de perfección en la eternidad. A través de
las edades, millares de mártires han sido
perseguidos tal y como persiguieron a nuestro
Señor y Salvador Jesucristo quien sufrió el
martirio a mano de los religiosos de su época.
Estos mismos religiosos irónicamente lo
esperaban para que salvase a su pueblo. Ellos
hablaban y enseñaban del Mesías, del Cristo, pero
no le reconocieron ni le recibieron como relata
vi
San Juan: “En el mundo estaba, y el mundo por él
fue hecho; pero el mundo no le conoció. A lo suyo
vino, y los suyos no le recibieron.” (Juan 1:10-11).
Durante la historia todos los que han deseado
vivir piadosamente siguiendo las pisadas del
Maestro recibieron y recibirán persecución (“Y
también todos los que quieren vivir piadosamente
en Cristo Jesús padecerán persecución” 2 Timoteo
3:12). ¿Pero quién los persigue? Los profetas del
Antiguo Testamento fueron perseguidos por los
líderes y falsos profetas rebeldes a la voluntad de
Dios. A Jesucristo lo persiguieron los religiosos
(fariseos, saduceos, herodianos y otros) de su
época hasta llevarlo a la cruz. Estos mismos
religiosos persiguieron a los apóstoles de Cristo y
a sus discípulos hasta matarlos. Por medio de la
mal llamada “Santa Inquisición”, la iglesia
corrompida (la ramera de Apocalipsis 17), torturó
cruel, brutal e inhumanamente a muchos, entre
los que se hallaron verdaderos seguidores de las
enseñanzas de Jesucristo (“y en su frente un
nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA
GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS
ABOMINACIONES DE LA TIERRA. 17:6 Vi a la
mujer ebria de la sangre de los santos, y de la
sangre de los mártires de Jesús” Apocalipsis 17:5-
6). Sólo porque se negaron a seguir las tradiciones
y ordenanzas de hombre establecidas por la
iglesia corrompida. Algo parecido fue lo que le
ocurrió a Jesucristo, porque enseñaba que los
mandamientos de Dios van por encima de las
tradiciones de los hombres (Mateo 15:1-9 y
vii
Marcos 7:5-13). Aún hoy en día, en países
anticristianos, los discípulos de Cristo son
perseguidos. ¿Pero qué le parece si decimos que
dentro de la iglesia “cristiana” y aún en la esfera
evangélica existe persecución hacia los seguidores
de Cristo? Dicha persecución se manifiesta dentro
de las iglesias locales y a nivel regional. ¿Quién
los persigue? Los religiosos del momento, los que
el apóstol Pablo llamó “los perros” y el apóstol
Juan excluyó cuando dijo: “Mas los perros estarán
fuera” (Apocalipsis 22:15).
Este escrito pretende hacernos conscientes del
peligro y la posibilidad de que nos convirtamos en
perseguidores y jueces de los que quieren vivir
piadosamente, pero no saben o están en el
proceso de aprender, de los que desean conocer a
Cristo pero no le han conocido. No escribimos con
espíritu de juicio o condenación, pues si esto
hiciéramos estaríamos en peligro de caer en el
mismo error que han caído los religiosos. Es
nuestro deseo y oración a Dios el que este escrito
nos ayude a reflexionar sobre nuestra relación
con Jesucristo. ¿Es la misma una relación entre
Padre e hijo, entre Señor y siervo, entre Dios y
adorador? ¿O nuestra relación con Dios se limita
a cumplir con una serie de rituales o cumplir con
una serie de ordenanzas que, aunque muchas
veces bíblicas, son impuestas por hombres? Si
hacemos lo último terminaremos señalando,
juzgando y persiguiendo a los que no cumplen
con dichas ordenanzas y nos convertiremos en
religiosos, perseguidores, en “perros”.
viii
I

INTRODUCCION

"Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros,


los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo
aquel que ama y hace mentira."
(Apocalipsis 22:15)
________________________________________________

La degradación o deformación del culto a Dios


es algo que ha tomado auge en los últimos
tiempos. Se ha descuidado la actitud reverencial
en algunos sectores de la iglesia. Si Dios es la
fuente de todo lo que hacemos y el culto a El es
desvirtuado, entonces estaremos en problemas.
Esto exactamente fue lo que ocurrió con el Reino
del Norte1, bajo el reinado de Joroboam, quienes
cambiaron el culto que Dios había establecido
por medio de su siervo Moisés (1 Reyes 12:25-
33). Esto trajo sobre ellos consecuencias
terribles; pues primeramente se apartaron de
Dios y perdieron todas sus bendiciones y
cayeron en la idolatría hasta llegar a ser
deportados y cautivos en manos de los asirios.
Más tarde los que quedaron en Samaria fueron
mezclados con gentes de Hamat, Babilonia y
Arabia (2 Reyes 17:24). De esta mezcla surgen
los que se conocen como los samaritanos.
Luego de la división del reino de Israel (1
Reyes 12), los judíos y samaritanos no tenían
una buena relación entre ellos. Los judíos
1
menospreciaban a los samaritanos, pues éstos
se mezclaron con otros pueblos al extremo de
que el culto a Dios fue desvirtuado con mezclas
de cultos paganos y otras cosas que añadieron
ellos y no Dios. Ejemplos de esto son los dos
becerros de oro que Jeroboam puso en Betel y en
Dan (1 Reyes 12:28-30) y el nombramiento de
sacerdotes que no eran de los hijos de Leví (1
Reyes 12:31). Si un solo becerro de oro fue
suficiente para que el Señor se indignara de tal
manera que dijo a Moisés:

"Ahora, pues, déjame que se encienda mi


ira en ellos, y los consuma; y de ti yo haré
una nación grande" (Éxodo 32:10).

¿Cómo estaría el Señor con Jeroboam que no


se conformó con un becerro de oro, sino que hizo
dos? Jeroboam hizo muchas otras cosas que no
fueron ordenadas por Dios, sino que salieron de
su corazón haciendo de esta forma pecar al
pueblo en gran manera. La introducción del
culto a Baal entre las tribus del norte mezclada
con el pecado de Jeroboam (culto a los dos
becerros de oro) dio lugar a las prácticas de los
sacerdotes de Baal entre los samaritanos. Dichas
prácticas incluían la ejecución de actos sexuales
en el templo entre los sacerdotes y los que
acudían a adorar. A modo de indignación por
estos actos, los judíos comenzaron a llamar a los
samaritanos “perros” en el sentido de que ellos,
al igual que los animales irracionales,
2
desconocían el culto al Dios verdadero. Es
interesante notar que el apóstol Pablo, que fue
en su principio un defensor acérrimo de la fe
judía, luego de su conversión a Cristo comienza
a aplicarle el mismo término a los judíos
("Guardaos de los perros..." Filipenses 3:2), pues
ellos convirtieron el verdadero culto en mero
ritualismo y ordenanzas de hombres. El
propósito de este escrito es exhortar al pueblo de
Dios, especialmente a los ministros, para que
cuiden su relación con Dios. Que la misma no se
convierta en mero ritualismo o religiosidad, sino
que sea en espíritu y en verdad. La mayoría de
las veces nos descuidamos y no consideramos
las cosas desde el punto de vista de Dios. Le
damos mucho énfasis a la doctrina de la Gracia
(que ciertamente es muy importante) pero nos
olvidamos de que aún cuando ya tenemos libre
acceso al Padre Celestial, por medio de
Jesucristo, el altar de Dios continúa siendo
santísimo y por lo tanto debemos tener
reverencia al acercarnos a El. Tal vez estarás
diciendo en este momento: "Perdóname querido
autor, pero el altar de Dios en la dispensación o
pacto de la Gracia es el corazón del hombre". En
esto estoy de acuerdo contigo querido lector,
pero lo que nosotros manifestamos en nuestra
forma de acercarnos al altar físico refleja lo que
hay en nuestro corazón y cómo nos acercamos a
Dios en espíritu. Para desarrollar el tema quiero
comenzar con unas preguntas: ¿cómo es tu
relación con Dios? ¿Lo adoras en espíritu y
3
verdad o sólo cumples con lo mínimo requerido
en la iglesia a la que asistes? ¿Vives y actúas
consiente de su presencia o sólo te acuerdas de
Dios los domingos o sábados? ¿Cómo te
consideras a ti mismo? ¿Como un religioso
(perseguidor) o un perseguido (seguidores de
Cristo Jesús)? Si lo que lees en este escrito te
irrita e incómoda, puede ser que tengas un
espíritu religioso. Ora a Dios que te ilumine para
que veas la verdad y la verdad te hará libre. ¡Dios
no te fallará!

4
II

EL CULTO IRRACIONAL Y LOS PERROS

"Pero éstos blasfeman de cuanta cosas


no conocen; y en las que conocen, se corrompen
como animales irracionales." (Judas 10).
________________________________________________

El culto irracional es aquél que se hace


movido solamente por las emociones y los
sentidos, y no por el entendimiento de lo que
Dios quiere o espera de nosotros. En el culto
irracional no hay preocupación ni cuidado de
presentarle a Dios las cosas como Él lo ha
establecido y esto puede ser muy peligroso. Un
ejemplo bíblico del culto irracional es el caso de
los hijos de Aarón en el capítulo 10 del libro de
Levítico. Según este suceso bíblico:

“Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron


cada uno su incensario, y pusieron en ellos
fuego, sobre el cual pusieron incienso, y
ofrecieron delante de Jehová fuego extraño,
que él nunca les mandó. Y salió fuego de
delante de Jehová y los quemó, y murieron
delante de Jehová. Entonces dijo Moisés a
Aarón: Esto es lo que hablo Jehová,
diciendo: En los que a mí se acercan me
santificaré, y en presencia de todo el pueblo
seré glorificado” (Levítico 10:1-3).

5
Estos hijos de Aarón no siguieron las
instrucciones que Dios había dado a Moisés y se
acercaron a Dios por una ruta equivocada, no
razonando el por qué Dios le había dado a
Moisés instrucciones de cómo deberían acercarse
a El. Los hijos de Aarón olvidaron pronto su
posición ministerial que estaba limitada a ciertas
funciones las cuales no incluían el ofrecer
incienso. En Éxodo 30:1-10, el Señor da
instrucciones en las que le ilustra a Moisés en
cómo construir el Altar de Incienso y le dice
quién y cómo se ministraría el incienso:

"Y Aarón quemará incienso aromático sobre


él; cada mañana cuando aliste las
lámparas lo quemará. Y cuando Aarón
encienda las lámparas al anochecer,
quemará el incienso; rito perpetuo delante
de Jehová por vuestras generaciones. No
ofreceréis sobre él incienso extraño, ni
holocausto, ni ofrenda; ni tampoco
derramaréis sobre él libación. Y sobre sus
cuernos hará Aarón expiación una vez en el
año con la sangre del sacrificio por el
pecado para expiación; una vez en el año
hará expiación sobre él por vuestras
generaciones; será muy santo a Jehová”
(Éxodo 30:7-10).

Es claro que solo Aarón debía ofrecer el


incienso y él necesitaba seguir las instrucciones
que le fueron dadas. Los hijos de Aarón actuaron
6
irracionalmente cuando ofrecieron incienso ante
el altar sin considerar lo que Dios había
mandado por medio de Moisés.
Otro caso que es relatado en el Antiguo
Testamento es el caso del Rey Uzías. Uzías fue
recto ante Dios en los primeros años de su
reinado, pero luego que Dios lo hizo poderoso se
corrompió. Dice el relato:

"Mas cuando ya era fuerte, su corazón se


enalteció para su ruina; porque se rebeló
contra Dios, entrando en el templo de
Jehová para quemar incienso en el altar del
incienso. Y entró tras él el sacerdote
Azarías, y con él ochenta sacerdotes de
Jehová, varones valientes. Y se pusieron
contra el rey Uzías, y le dijeron: No te
corresponde a ti, oh Uzías, el quemar
incienso a Jehová, sino a los sacerdotes
hijos de Aarón, que son consagrados para
quemarlo” (2 Crónicas 26:16-18).

Uzías, en su soberbia, respondió con ira a los


sacerdotes que lo reprendían y esto resultó en
que Dios le hiriera con lepra y fue quitado del
reino y tuvo lepra hasta su muerte.
Otro ejemplo de culto irracional se encuentra
en Exodo 32:1-6:

"Viendo el pueblo que Moisés tardaba en


descender del monte, se acercaron entonces
a Aarón, y le dijeron: Levántate, haznos
7
dioses que vayan delante de nosotros;
porque a este Moisés, el varón que nos sacó
de la tierra de Egipto, no sabemos qué le
haya acontecido. Y Aarón les dijo: Apartad
los zarcillos de oro que están en las orejas
de vuestras mujeres, de vuestros hijos y de
vuestras hijas, y traédmelos. Entonces todo
el pueblo apartó los zarcillos de oro que
tenían en sus orejas, y los trajeron a Aarón;
y él los tomó de las manos de ellos, y le dio
forma con buril, e hizo de ello un becerro de
fundición. Entonces dijeron: Israel, estos
son tus dioses, que te sacaron de la tierra
de Egipto. Y viendo esto Aarón, edificó un
altar delante del becerro; y pregonó Aarón,
y dijo: Mañana será fiesta para Jehová. Y
al día siguiente madrugaron, y ofrecieron
holocausto, y presentaron ofrendas de paz;
y se sentó el pueblo a comer y a beber, y se
levantó a regocijarse."

En este relato vemos cómo el pueblo, que no


conocía a Dios, incitó a Aarón a fundirle un ídolo
de oro (becerro de oro) al cual adoraron y
rindieron culto. El error de Aarón fue el haberse
dejado incitar por el pueblo a hacer algo que
Dios no le había ordenado y de esta forma
ejecutando un culto irracional, pues dice la
Escritura que el pueblo estaba desenfrenado
(Éxodo 32:25). Es interesante ver como los
israelitas, después de haber sido testigos de las
maravillas de Dios y de su santidad, degradaron
8
su concepto de Dios al nivel de una imagen de
fundición y adaptaron el culto conforme a sus
concupiscencias. Debemos nosotros observar
nuestra vida espiritual y no permitirnos degradar
nuestra relación con Dios. Si nuestro concepto
de Dios es erróneo, también lo será nuestra
relación con El o tal vez ni siguiera le
conocemos.
Los perros, como animales irracionales, se
guían por su instinto natural o percepción de las
cosas. Estos no pueden ser guiados por
reglamentos y ordenanzas como los hombres que
son animales racionales. De esta misma manera
cuando el culto a Dios es llevado a cabo en forma
desordenada, siendo guiado solo por el instinto
de una persona que pretende estar siendo
controlada totalmente por el Espíritu Santo,
resulta en desorden, confusión y caos. Primero,
la relación que Dios establece con nosotros está
basada en la libertad. Dios nunca toma control
absoluto de nuestro ser pues si fuese así no sería
una relación de libertad y la Escritura dice:

"Porque el Señor es el Espíritu; y donde esta


el Espíritu del Señor, allí hay libertad" (2
Corintios 3:17).

Si estudiamos la Escritura vemos que todos


los siervos de Dios siempre tuvieron la opción de
desobedecer. Dios no los controlaba totalmente,
sino que los exhortaba por medio de los sucesos
que venían a sus vidas.
9
III

EL CULTO RACIONAL COMO CULTO


VERDADERO

"… que presentéis vuestros cuerpos en


sacrificio vivo, santo, agradable a Dios,
que es vuestro culto racional. No os conforméis
a este siglo, sino transformaos por medio
de la renovación de vuestro entendimiento,
para que comprobéis cuál sea la buena voluntad
de Dios, agradable y perfecta"
(Romanos 12:1-2).
________________________________________________

El verso de encabezamiento nos presenta


como la Palabra de Dios nos enseña que el culto
a Dios debe rendírsele con entendimiento y
razón. O sea, un culto con conocimiento de lo
que estamos haciendo. Y nos preguntamos: ¿por
qué es necesario que el culto a Dios sea
racional? Cuando estudiamos las Escrituras
vemos que Dios mismo estableció los pasos o
protocolo para rendirle culto. En los libros de
Éxodo, Levítico, Números, se relata como Dios
usó a su siervo Moisés para establecer el culto
conforme a su voluntad y en un orden racional.
Todos los objetos y ceremonias tenían un
significado espiritual. Por esto, el culto es
racional, pues tiene una razón de ser y cada
parte tiene su significado. Si estudiamos el
tabernáculo notaremos que cada mueble o
10
utensilio tiene una función específica en el culto
a Dios. Aunque el tabernáculo y sus utensilios
son parte de las ordenanzas y culto que Dios dio
a la nación de los israelitas, en ellos se encierran
enseñanzas espirituales para los creyentes que
se han acogido a la Gracia de Dios por medio de
Jesucristo. Cada objeto o utensilio lleva en sí un
mensaje espiritual. El tabernáculo y sus
utensilios nos hablan del carácter y la santidad
de Dios y de cómo el hombre debe acercarse a
Dios para tener comunión con El. El hombre
debe estar consciente de donde está parado (su
posición de pecador), de ante quién está parado
(al Santo Dios creador de todas las cosas) y de
por medio de quién tiene acceso a Dios
(Jesucristo nuestro Salvador y Sumo Sacerdote).
Debemos acercarnos a Dios con confianza en la
mediación de Jesucristo, pero a la vez con temor
reverencial a la Santidad de Dios. No debemos
permitir el exceso de confianza pues puede
llevarnos a una aptitud profana ante Dios, como
ocurrió con Esaú ("no sea que haya algún
fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola
comida vendió su primogenitura” Hebreos 12:16).
Esaú tuvo por poco lo que Dios le puso en sus
manos (la primogenitura). De esta forma se
constituyó en profano pues no discernió, ni
consideró, ni le dio valor a lo que Dios le dio. El
tabernáculo también nos habla de cómo y por
qué Jesucristo es el único mediador y camino al
Padre Celestial.

11
Por otra parte, el razonamiento es necesario
para que podamos discernir las cosas que son de
Dios y las que no lo son. La misma Palabra de
Dios nos dice:

"Amados, no creáis a todo espíritu, sino


probad los espíritus si son de Dios; porque
muchos falsos profetas han salido por el
mundo" (1 Juan 4:1).

No podemos decir "Amén" a todo lo que


oímos, movidos por las emociones. La Escritura
y el testimonio del Espíritu Santo en nuestros
corazones deben siempre servirnos para
discernir antes de decir "Amén". En el culto
racional y verdadero debe haber discernimiento
entre lo santo y lo profano ("para poder discernir
entre lo santo y lo profano, y entre lo inmundo y lo
limpio..." Levítico 10:10). En el verso anterior a
éste (Levítico 10:9) Dios le daba instrucciones a
Aarón y sus hijos, por medio de Moisés, de cómo
debían comportarse en el Santuario y
específicamente le menciona que no deben beber
vino ni sidra para que con sus sentidos claros
puedan, como dice el verso 10, “discernir entre lo
santo y lo profano, entre lo inmundo y lo limpio”.

12
IV

LOS PERROS NO CONOCEN A DIOS

"Como el perro que vuelve a su vómito, así es el


necio que repite su necedad" (Proverbios 26:11)
________________________________________________

Como dice el verso de encabezamiento, el


perro torpemente vuelve a tragar el vómito que
su estómago no pudo retener pues le hace daño.
O sea, obliga a su sistema digestivo a procesar
algo que no le es de provecho y hasta puede
hacerle daño. De esta misma forma cuando
rendimos un culto a Dios sin razonar, podemos
cometer los mismos errores varias veces ante
Dios. Es una aptitud necia el tratar de forzarnos
a retener una enseñanza o doctrina que nos
daña nuestra alma o nuestra relación con Dios.
Como animales irracionales que son, los perros
no distinguen entre la Santidad del Santuario de
Dios y el tronco de un árbol. Pablo advierte a los
creyentes de que se cuiden de estos obreros
("Guardaos de los perros, guardaos de los malos
obreros, guardaos de los mutiladores del cuerpo"
Filipenses 3:2). Los perros o malos obreros no
tienen temor de Dios ni de su Santidad, pues no
lo conocen.
Un ejemplo que encontramos en las Sagradas
Escrituras es el de los hijos del sacerdote Elí.
Dice el relato:

13
"Los hijos de Elí eran hombres impíos, y no
tenían conocimiento de Jehová" (1 Samuel
2:12).

Ellos cometían actos inmorales y profanaban


las ofrendas del Señor (1 Samuel 2:12-17). Este
relato, que discutiremos detalladamente en el
próximo capítulo, revela cómo los hijos del
sacerdote Elí, que también eran sacerdotes,
profanaban las cosas santas y no discernían
entre lo bueno y lo malo. Estos se acostaban y
tenían relaciones sexuales fornicando con las
mujeres que se acercaban al santuario buscando
el favor de Dios. Ellos abusaban de su posición
como sacerdotes para hacer estas fechorías y
otras. Estos hijos de Elí, quienes eran
sacerdotes, debían enseñar al pueblo a discernir
entre lo bueno y lo malo ("Y enseñarán a mi
pueblo a hacer diferencia entre lo santo y lo
profano, y les enseñarán a discernir entre lo
limpio y lo no limpio" Ezequiel 44:23). Pero la
realidad era que ellos mismos no distinguían
entre lo santo y lo profano, aun más, ellos
mismos eran profanos. Los hijos de Elí no
conocían al Señor Jehová. Otra característica de
los profanos es que desprecian las cosas del
Señor. Esaú, el hermano de Jacob, es un caso de
estos. Esaú despreció la primogenitura y en
Hebreos 12:16 nos dice la Palabra que por esta
causa fue considerado como profano ("no sea que
haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que
por una sola comida vendió su primogenitura").
14
Cuando por las cosas materiales o carnales
nosotros negociamos o ponemos en juego
nuestra comunión hacemos como Esaú que
vendemos nuestro derecho de hijo de Dios. Al
hacer esto estamos también actuando como
profanos y despreciando lo que Dios nos ofrece
por obtener las cosas materiales. Nuestra alma
siempre va a desear algo, en alguna área de
nuestra vida, que no le agrada a Dios. La Palabra
nos enseña que siempre, mientras estemos en
este cuerpo mortal, existirá el conflicto entre la
carne (los deseos del alma) y el espíritu (Gálatas
5:17). Debemos cuidarnos de los deseos de la
carne para que no nos arrastren y lleguemos a
ser como Esaú que se hizo profano al despreciar
la vida espiritual con Dios por vivir una vida en
la carne.

15
V

LOS PERROS NO TIENEN TEMOR DE DIOS

"No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras


perlas delante de los cerdos, no sea que las
pisoteen, y se vuelvan y os despedacen"
(Mateo 7:6)
________________________________________________

El verso de encabezamiento dice: "No deis lo


santo a los perros...". El Señor nos manda a no
poner en manos de los falsos obreros las cosas
santas de Dios. En nuestra analogía entre los
perros y los falsos obreros, vemos que estos
falsos obreros como animales irracionales son
profanos y no disciernen entre lo santo y lo
profano. Por esta razón es que el Señor nos
manda a no poner en manos de estos falsos o
inmaduros las cosas santas. A continuación,
vamos a considerar detalladamente el caso de los
hijos del sacerdote Elí.
En 1 Samuel 2:12-17 se encuentra este
relato:

"Los hijos de Elí eran hombres impíos, y no


tenían conocimiento de Jehová. Y era
costumbre de los sacerdotes con el pueblo,
que cuando alguno ofrecía sacrificio, venía
el criado del sacerdote mientras se cocía la
carne, trayendo en su mano un garfio de
tres dientes, y lo metía en el perol, en la
16
olla, en el caldero o en la marmita; y
todo lo que
sacaba el garfio, el sacerdote lo tomaba
para sí. De esta manera hacían con todo
israelita que venía a Silo. Así mismo, antes
de quemar la grosura, venía el criado del
sacerdote, y decía al que sacrificaba: Da
carne que asar para el sacerdote; porque no
tomaré de ti carne cocida, sino cruda. Y si el
hombre le respondía: Quemen la grosura
primero, y después toma tanto como
quieras; él respondía: No, sino dámela
ahora mismo; de otra manera yo la tomaré
por la fuerza. Era, pues, muy grande
delante de Jehová el pecado de los jóvenes;
porque los hombres menospreciaban las
ofendas de Jehová."

Vemos aquí que estos sacerdotes, hijos de Elí,


quienes tenían la responsabilidad de enseñar al
pueblo el temor de Dios, promovían con sus
actos el desprecio a las cosas santas de Dios
enseñando al pueblo a ser profanos como ellos.
En el relato que estamos considerando vemos
que los hijos de Elí no tenían ningún respeto ni
temor por las cosas santas de Dios como lo eran
los sacrificios. Podemos estar seguros de que
estos sacrificios eran considerados santos para
Dios pues en el libro de Levítico se dedican los
primeros siete (7) capítulos a describir y dar
instrucciones detalladas de cómo debían
ofrecerse estos sacrificios. Levítico 2:10 dice:
17
"Y lo que resta de la ofrenda será de Aarón
y de sus hijos; es cosa santísima de las
ofrendas que se queman para Jehová".

Este verso nos deja ver que lo que


correspondía a los sacerdotes era el sobrante de
lo que primero se ofrecía al Señor. Pero los hijos
de Elí tomaban para sí lo mejor, antes de ofrecer
la ofrenda a Dios. De esta forma le daban las
sobras a Dios. El Señor dio instrucciones
detalladas de cómo ofrecer las ofrendas y qué
piezas o porción les correspondían a los
sacerdotes. En Levítico 7:31-36 la Escritura
describe las piezas del sacrificio que le
correspondían a los sacerdotes. El verso 34 dice:

"Porque he tomado de los sacrificios de paz


de los hijos de Israel el pecho que se mece y
la espaldilla elevada en ofrenda, y lo ha
dado a Aarón el sacerdote y a sus hijos,
como estatuto perpetuo para los hijos de
Israel."

De esta misma forma, no sólo en Levítico sino


también en Éxodo y Números, Dios deja
instrucciones de cómo se debía proceder con los
sacrificios. Los hijos de Elí ignoraron y
despreciaron la Palabra del Señor y de esta
forma profanaron sus ofrendas. También
cometieron pecado en las mismas puertas del
santuario seduciendo a mujeres y fornicando con
18
ellas en la misma entrada del santuario (1
Samuel 2:22). Estos hijos de Elí ofendieron a
Dios en su máxima expresión actuando como
animales irracionales al cometer estos actos
sexuales públicamente. Estos son un buen
ejemplo de los perros o malos obreros que
profanan las cosas santas del Señor. El justo
juicio de Dios cayó sobre la casa de Elí, pues
siendo el sumo sacerdote permitió que sus hijos
profanaran las ofrendas y el santuario de Dios a
tal grado que dice en 1 Samuel 3:1 que Dios ya
no les hablaba ("y la palabra de Jehová
escaseaba en aquellos días"). De esta forma
también caerá el juicio de Dios sobre los
profanos y “los perros” que profanan su Palabra
y sus cosas santas. Dios dejará de hablarles y
terminarán escuchando espíritus engañadores
que los guiarán a destrucción (1 Timoteo 4:1).
Los “perros” o falsos obreros perseguirán a los
verdaderos obreros de Dios. El apóstol Pablo fue
muy perseguido por los judíos religiosos.
Jesucristo mismo, en su ministerio terrenal, fue
perseguido y acechado por los religiosos
hipócritas de su tiempo ("Porque cuadrilla de
perros me han rodeado; Me ha cercado cuadrilla
de malignos; Horadaron mis manos y mis pies…"
Salmo 22:16). En dicha porción del Salmo 22, el
salmista profetiza sobre los padecimientos de
Jesucristo. Notamos como el Espíritu Santo
menciona dos diferentes grupos que rodearon y
acechaban al Señor. El primero los "perros" y se
refería aquí a los sacerdotes y escribas que
19
fueron los que tramaron su muerte y le acusaron
("Y estaban los principales sacerdotes y los
escribas acusándole con gran vehemencia" Lucas
23:10). El segundo grupo "los malignos" eran los
demonios que influenciaban a las multitudes y a
los soldados romanos para ponerlos en contra de
Jesucristo.
La falta del temor de Dios de parte de los
"perros" es manifiesta primeramente en sus
expresiones. En 2 Pedro 2:12 dice:

"Pero éstos, hablando mal de cosas que no


entienden, como animales irracionales,
nacidos para presa y destrucción,
perecerán en su propia perdición...".

El hablar precipitadamente y en especial de


cosas celestiales que desconocemos, es una seria
falta de temor de Dios. Este es un
comportamiento irracional, como dice el verso
"como animales irracionales". La Palabra dice:
"Guarda silencio ante Jehová, y espera en él"
(Salmo 37:7).

20
VI

LOS PERROS NO AMAN A SUS HERMANOS

"En esto conocerán todos que sois mis discípulos,


si tuviereis amor los unos con los otros"
(Juan 13:35)
________________________________________________

Una de las características más sobresalientes


de estos falsos hermanos (los perros) es que no
pasarán la prueba que Jesús establece en Juan
13:35 (“En esto conocerán todos que sois mis
discípulos, si tuviereis amor los unos con los
otros.”). No pasarán la prueba del amor. Y no la
pueden pasar por una simple razón; porque no
tienen el amor de Cristo en sus corazones ("Mas
yo os conozco, que no tenéis amor de Dios en
vosotros" Juan 5:42). Dios es recto y justo, pero
también es misericordioso. Estos falsos
hermanos pretenden ser los más rectos y justos
como los fariseos y otros religiosos, pero se
olvidan de lo más importante: el amor y la
misericordia (“Y si supieseis qué significa:
Misericordia quiero, y no sacrificio, no
condenaríais a los inocentes” Mateo 12:7). En
este verso del Antiguo Testamento Jesús esta
citando al libro del profeta Oseas en el verso 6
del capítulo 6 cuando dice:

21
“Porque misericordia quiero, y no sacrificio,
y conocimiento de Dios más que
holocaustos”.

El Señor indica en dicho verso que su deseo


es que su pueblo lo conozca a El. Que no se
conforme a rituales que, aunque fueron
diseñados para acercar al pueblo a Dios, no son
el objetivo final sino el medio. Si consideramos lo
que Jesús dice a los fariseos en el verso antes
mencionado (Mateo 12:7) notaremos que Jesús
indica que estos religiosos usaban como pretexto
el que se cumpliera rigurosamente las leyes y
ritos para condenar a personas que tal vez o de
seguro no conocían lo que significaba dichas
ordenanzas o cómo el cumplimiento de estas los
acercaría a Dios. Estos religiosos manipulaban la
aplicación de la Ley para controlar al pueblo y
ejercer poder sobre él. El deber de los líderes de
la iglesia es el de guiar al pueblo de Dios en su
búsqueda por conocer a Jesús y acercarse a Dios
por medio de El. Cuando dichos líderes utilizan
su autoridad para manipular a los creyentes,
quienes quieren acercarse a Dios, y usan de
reglas y ordenanzas para controlar las vidas de
los creyentes, seguramente que están siguiendo
su propia agenda y no la de Cristo. La Palabra de
Dios nos enseña que: “…y donde está el Espíritu
del Señor, allí hay libertad” (2 Corintios 3:17).
Estos falsos “hermanos” no aman a sus
hermanos pues son como los describe el apóstol
Pablo “Amadores de sí mismos” (2 Timoteo 3:2).
22
Ellos son por naturaleza egoístas y buscan su
propia gloria. Ellos tendrán apariencia de piedad,
pero negarán la eficacia de ella (2 Timoteo 3:5).
La Palabra de Dios nos enseña que estos falsos
religiosos andan en tinieblas (“El que dice que
esta en la luz, y aborrece a su hermano, esta
todavía en tinieblas” 1 Juan 2:9).

23
VII

LOS PERROS EN LOS


TIEMPOS DE JESUS

"Porque perros me han rodeado; Me ha cercado


cuadrilla de malignos; Horadaron mis manos y
mis pies. Contar puedo todos mis huesos; Entre
tanto, ellos me miran y me observan. Repartieron
entre sí mis vestidos, Y sobre mi ropa echaron
suertes. Más tú, Jehová, no te alejes; Fortaleza
mía, apresúrate a socorrerme. Libra de la espada
mi alma, Del poder del perro mi vida." (Salmo
22:16-20)
________________________________________________

Para los tiempos de Jesucristo y sus


apóstoles ya los escribas y religiosos habían
elaborado sus propias interpretaciones de la
Palabra de Dios, todas acomodadas a su
conveniencia y parecer, las cuales utilizaban
para manipular y controlar al pueblo (el Talmud,
Misná, Tosefta y Midrás). En dichos tiempos los
religiosos están representados por varias sectas
que incluyen a los fariseos, saduceos,
herodianos y otras sectas menores. Durante su
ministerio en la tierra, Jesucristo retó y derribó
todos los argumentos levantados por los
religiosos. Estos acechaban a Jesús y sus
discípulos para acusarlos por la más mínima
aparente falla. El evangelio según San Juan nos
relata varias ocasiones en las que los fariseos y
24
otros grupos (religiosos de dicha época)
persiguieron a Jesús. Uno de estos relatos se
encuentra en Juan 5:15-16:

“El hombre se fue, y dio aviso a los judíos,


que Jesús era el que le había sanado. Y por
esta causa los judíos perseguían a Jesús, y
procuraban matarle, porque hacía estas
cosas en el día de reposo”.

Los judíos religiosos juzgaban y condenaban


a Jesús por hacer una obra de misericordia y
amor el día de reposo. Para ellos era más
importante su ritual muerto que la
manifestación de la misericordia de Dios sobre
un hombre necesitado. Desde el Antiguo
Testamento el Señor nos llama al amor y la
misericordia. En Oseas 6:6 nos dice la Palabra:

“Porque misericordia quiero, y no sacrificio,


y conocimiento de Dios más que
holocaustos”.

Dando a entender que el interés de Dios es


que lo conozcamos a El como lo que El es:
amoroso, misericordioso y clemente. Dios desea
que lo imitemos a El en sus virtudes y que
dejemos todo el juicio en sus manos, pues sólo
El puede juzgar con justicia. Jesús cita el verso
de Oseas antes mencionado (Oseas 6:6) para
confrontar a los religiosos:

25
“Y si supieseis qué significa: Misericordia
quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los
inocentes; porque el Hijo del Hombre es
Señor del día de reposo” (Mateo 12:7-8).
.
La ley de Moisés fue dada para el pueblo de
Israel y ni aun Moisés y los grandes profetas y
hombres de Dios lograron guardar la ley
completamente sin fallar. Solo Jesucristo logró
cumplir la ley en su totalidad por lo cual a El le
fue dada la justificación.
Los religiosos eran muy persistentes en su
afán de eliminar a Jesús. El Salmo 59:6 dice:

“Volverán a la tarde, ladrarán como perros,


Y rodearán la ciudad.”

O sea, que no sólo durante el día estos


religiosos acechaban a Jesús sino que
regresaban por la tarde para tratar de obtener
alguna prueba contra El. Los religiosos aman
más a sus creencias, aunque las mismas sea
erróneas, que al mismo Dios. Es por dicha razón
que los religiosos del tiempo cuando Jesucristo
caminó por esta tierra no pudieron reconocer ni
ver a Dios en Jesús. Sus tradiciones y dogmas
los cegaron. Muchos de los religiosos de este
tiempo también están ciegos siguiendo
tradiciones y preceptos y no al Dios vivo.
En los relatos de las Escrituras se puede
percibir como dichos religiosos, a través de
muchos años, quitaron la autoridad a las
26
enseñanzas de las Escrituras. El mensaje de la
Palabra de Dios fue adulterado, con sus
interpretaciones de la escritura en las que
acomodaban la interpretación a su conveniencia,
y como consecuencia sus enseñanzas carecían
de autoridad. En capítulo 1 de Marcos se
presenta un ejemplo de lo que estamos
hablando:

“Y entraron en Capernaúm; y los días de


reposo, entrando en la sinagoga,
enseñaba. Y se admiraban de su doctrina;
porque les enseñaba como quien tiene
autoridad, y no como los escribas” (Marcos
1:21-22).

En contraste, las enseñanzas de Jesucristo


eran respaldadas por la autoridad de Dios.
Los religiosos (fariseos, saduceos, herodianos
y otros) tenían el corazón muy endurecido y
habían convertido algunas de sus tradiciones y
aún algunos mandamientos y objetos en sus
medios de justificación. El guardar el Sabbath o
día de reposo era uno de sus favoritos. En
muchas ocasiones trataron de entrampar a
Jesús en el día de reposo por la importancia que
tenía dicho día para el pueblo, pues los religiosos
así lo habían hecho ver. Uno de estos relatos se
encuentra en el capítulo 3 de Marcos:

“Otra vez entró Jesús en la sinagoga; y


había allí un hombre que tenía seca una
27
mano. Y le acechaban para ver si en el día
de reposo le sanaría, a fin de poder
acusarle. Entonces dijo al hombre que tenía
la mano seca: Levántate y ponte en medio.
Y les dijo: ¿Es lícito en los días de reposo
hacer bien, o hacer mal; salvar la vida, o
quitarla? Pero ellos callaban. Entonces,
mirándolos alrededor con enojo, entristecido
por la dureza de sus corazones, dijo al
hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió,
y la mano le fue restaurada sana. Y salidos
los fariseos, tomaron consejo con los
herodianos contra él para destruirle”
(Marcos 3:1-6).

Jesús puso a prueba el corazón de aquellos


religiosos y encontró que estaban endurecidos.
La Biblia nos enseña que el pecado endurece el
corazón (Efesios 4:17-19). Ellos pensaban que
estaban bien ante Dios, pero tenían el corazón
endurecido a causa del pecado. Su observancia
del día de reposo era tan estricta que no
permitían hacer el bien, durante dicho día. Jesús
les enseña que el día de reposo no debe ser un
impedimento para hacer el bien. Pero como sus
corazones estaban endurecidos ellos no
entendieron la enseñanza e hicieron alianza para
matar a Jesús.
Los religiosos del tiempo del ministerio
terrenal de Jesucristo llegaron a blasfemar
cuando cegados por su religiosidad insinuaron
que Jesús tenía demonio. Este relato se
28
encuentra en los evangelios según Mateo
(Capítulo 12:22-32), Marcos (Capítulo 3:20-30) y
Lucas (Capítulo 11:14-23). La versión de Marcos
dice:

“Y se agolpó de nuevo la gente, de modo


que ellos ni aun podían comer pan. Cuando
lo oyeron los suyos, vinieron para
prenderle; porque decían: Está fuera de sí.
Pero los escribas que habían venido de
Jerusalén decían que tenía a Beelzebú, y
que por el príncipe de los demonios echaba
fuera los demonios. Y habiéndolos llamado,
les decía en parábolas: ¿Cómo puede
Satanás echar fuera a Satanás? Si un reino
está dividido contra sí mismo, tal reino no
puede permanecer. Y si una casa está
dividida contra sí misma, tal casa no puede
permanecer. Y si Satanás se levanta contra
sí mismo, y se divide, no puede permanecer,
sino que ha llegado su fin. Ninguno puede
entrar en la casa de un hombre fuerte y
saquear sus bienes, si antes no le ata, y
entonces podrá saquear su casa. De cierto
os digo que todos los pecados serán
perdonados a los hijos de los hombres, y
las blasfemias cualesquiera que sean; pero
cualquiera que blasfeme contra el Espíritu
Santo, no tiene jamás perdón, sino que es
reo de juicio eterno. Porque ellos habían
dicho: Tiene espíritu inmundo” (Marcos
3:20-30).
29
Esto es un claro ejemplo de cómo la
religiosidad y el ritualismo muerto ciega nuestros
sentidos y en dicha condición no seremos
capaces de reconocer la verdad de Dios y al Dios
vivo. No podemos permitir que la historia se
repita y hagamos como aquellos religiosos que
no reconocieron a su Señor y Salvador y fueron
condenados por su blasfemia.
Los religiosos convertían sus costumbres en
mandamiento y en algunos casos dichas
costumbres o tradiciones se interponían a los
mandamientos de Dios. En el capítulo 7 de
Marcos se relata el confrontamiento de Jesús
con los religiosos por dicha razón:

“Se juntaron a Jesús los fariseos, y algunos


de los escribas, que habían venido de
Jerusalén; los cuales, viendo a algunos de
los discípulos de Jesús comer pan con
manos inmundas, esto es, no lavadas, los
condenaban. Porque los fariseos y todos los
judíos, aferrándose a la tradición de los
ancianos, si muchas veces no se lavan las
manos, no comen. Y volviendo de la plaza,
si no se lavan, no comen. Y otras muchas
cosas hay que tomaron para guardar, como
los lavamientos de los vasos de beber, y de
los jarros, y de los utensilios de metal, y de
los lechos. Le preguntaron, pues, los
fariseos y los escribas: ¿Por qué tus
discípulos no andan conforme a la tradición
30
de los ancianos, sino que comen pan con
manos inmundas? Respondiendo él, les
dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros
Isaías, como está escrito: Este pueblo de
labios me honra, Mas su corazón está lejos
de mí. Pues en vano me honran, Enseñando
como doctrinas mandamientos de hombres.
Porque dejando el mandamiento de Dios, os
aferráis a la tradición de los hombres: los
lavamientos de los jarros y de los vasos de
beber; y hacéis otras muchas cosas
semejantes. Les decía también: Bien
invalidáis el mandamiento de Dios para
guardar vuestra tradición. Porque Moisés
dijo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El
que maldiga al padre o a la madre, muera
irremisiblemente. Pero vosotros decís: Basta
que diga un hombre al padre o a la madre:
Es Corbán (que quiere decir, mi ofrenda a
Dios) todo aquello con que pudiera
ayudarte, y no le dejáis hacer más por su
padre o por su madre, invalidando la
palabra de Dios con vuestra tradición que
habéis transmitido. Y muchas cosas hacéis
semejantes a estas” (Marcos 7:1-13).

Esto es exactamente lo que han hecho


algunos grupos que se llaman “cristianos” pero
no siguen a Cristo sino que se aferran a sus
tradiciones dándole más peso e importancia que
a la Palabra de Dios. Los religiosos del tiempo de
Jesús, que pretendían ser los más santos y
31
consagrados a Dios, terminaron siendo los
peores enemigos de Cristo. En lugar de ser
usados por Dios terminaron siendo usados por
Satanás y sus demonios, para llevar a Jesús a la
cruz. Debemos cuidar nuestra vida espiritual y
no conformarnos a tradiciones y doctrinas de
hombre como hicieron los religiosos del tiempo
de Jesucristo “Hombre”, para que no terminemos
como ellos que fueron cegados por su ritual
muerto y se convirtieron en enemigos de Dios.
Los religiosos se atreven a tentar a Dios
demandando señal. O sea, que Dios tiene que
por obligación, según ellos piensan, presentar
una credencial ante ellos. ¿Cómo? Sí, ellos
piensan que tienen el control y hasta Dios tiene
que presentar credenciales ante ellos. Esto es lo
que pretendían los fariseos cuando demandaron
señal a Jesús (“Vinieron entonces los fariseos y
comenzaron a discutir con él, pidiéndole señal del
cielo, para tentarle. Y gimiendo en su espíritu,
dijo: ¿Por qué pide señal esta generación? De
cierto os digo que no se dará señal a esta
generación” Marcos 8:11-12).

32
VIII

LOS PERROS EN LOS TIEMPOS


DE LOS APOSTOLES

"Hablando ellos al pueblo, vinieron sobre ellos los


sacerdotes con el jefe de la guardia del templo, y
los saduceos, resentidos de que enseñasen al
pueblo, y anunciasen en Jesús la resurrección de
entre los muertos. Y les echaron mano, y los
pusieron en la cárcel hasta el día siguiente,
porque era ya tarde." (Hechos 4:1-3)
________________________________________________

Para el tiempo de los apóstoles de Jesucristo


los religiosos continuaron con la persecución a
las enseñanzas de Jesucristo. Según el libro de
los Hechos en una ocasión en que Pedro y Juan
enseñaban les aconteció lo siguiente:

“Hablando ellos al pueblo, vinieron sobre


ellos los sacerdotes con el jefe de la guardia
del templo, y los saduceos, resentidos de
que enseñasen al pueblo, y anunciasen en
Jesús la resurrección de entre los
muertos. Y les echaron mano, y los pusieron
en la cárcel hasta el día siguiente, porque
era ya tarde. Pero muchos de los que
habían oído la palabra, creyeron; y el
número de los varones era como cinco
mil. Aconteció al día siguiente, que se
reunieron en Jerusalén los gobernantes, los
33
ancianos y los escribas, y el sumo
sacerdote Anás, y Caifás y Juan y
Alejandro, y todos los que eran de la familia
de los sumos sacerdotes; y poniéndoles en
medio, les preguntaron: ¿Con qué potestad,
o en qué nombre, habéis hecho vosotros
esto?” (Hechos 4:1-7).

Una vez más, movidos por envidia y celos, los


religiosos persiguen a Jesucristo y su iglesia.
Luego que los arrestaran Pedro habló y les
explicó lo que estaba ocurriendo. Pedro les
explicó que en el nombre de Jesús hay autoridad
para salvar y sanar, les recordó lo que ellos
habían hecho con Jesús cuando lo desecharon y
que la salvación no estaba en su religión sino
sólo en Cristo Jesús (Hechos 4:8-12). Ellos,
endurecidos de corazón, solo planearon cómo
salir de la situación pues la señal del paralítico
sanado era de conocimiento público y no podían
negarla. Sin embargo, ni aun así creyeron
(Hechos 4:13-22).
En los versos del 12 al 16 del capítulo 5 del
libro de los Hechos se relata lo que bien pudo
haber sido el pico o punto más alto del
avivamiento al comienzo de la iglesia primitiva.
Por mano de los apóstoles eran hechas grandes
señales, sanidades y milagros al punto de que
los creyentes confiaban en que con tan solo la
sombra de Pedro los enfermos serían sanados.
Esto trajo como consecuencia la reacción del
enemigo por medio de los religiosos:
34
“Entonces levantándose el sumo sacerdote
y todos los que estaban con él, esto es, la
secta de los saduceos, se llenaron de
celos; y echaron mano a los apóstoles y los
pusieron en la cárcel pública” (Hechos 5:17-
18).

Una vez más los religiosos son usados por


Satanás para perseguir la Iglesia de Cristo.
El caso de Esteban fue un caso de
persecución extrema. ¿Por qué Esteban fue
perseguido con tanta ira? Veamos que dice el
relato:

“Y Esteban, lleno de gracia y de poder,


hacía grandes prodigios y señales entre el
pueblo. Entonces se levantaron unos de la
sinagoga llamada de los libertos, y de los
de Cirene, de Alejandría, de Cilicia y de
Asia, disputando con Esteban. Pero no
podían resistir a la sabiduría y al Espíritu
con que hablaba” (Hechos 6:8-10).

Los religiosos están tan ciegos con sus


creencias que permiten que la envidia, el
egoísmo y otras malas motivaciones dominen o
paralicen su razón. No podían negar las señales
que Dios hacía confirmando la Palabra en la
boca de Esteban; no podían competir con la
sabiduría que Esteban recibía de Dios. Entonces
su orgullo y egoísmo los movió a la maldad y sus
35
corazones se abrieron para que Satanás los
envenenara con instintos homicidas.

(“Entonces sobornaron a unos para que


dijesen que le habían oído hablar palabras
blasfemas contra Moisés y contra Dios. Y
soliviantaron al pueblo, a los ancianos y a
los escribas; y arremetiendo, le arrebataron,
y le trajeron al concilio. Y pusieron testigos
falsos que decían: Este hombre no cesa de
hablar palabras blasfemas contra este
lugar santo y contra la ley; pues le hemos
oído decir que ese Jesús de Nazaret
destruirá este lugar, y cambiará las
costumbres que nos dio Moisés” Hechos
6:11-14).

Aun habiendo sido arrestado, el Señor dio


denuedo a Esteban para que testificase de El y
redarguyese a sus acusadores:

“¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón


y de oídos! Vosotros resistís siempre al
Espíritu Santo; como vuestros padres, así
también vosotros. ¿A cuál de los profetas no
persiguieron vuestros padres? Y mataron a
los que anunciaron de antemano la venida
del Justo, de quien vosotros ahora habéis
sido entregadores y matadores; vosotros
que recibisteis la ley por disposición de
ángeles, y no la guardasteis” (Hechos 7:51-
53).
36
Pero ellos, endurecidos de corazón, no se
arrepintieron, sino que se enfurecieron aún más
(“Oyendo estas cosas, se enfurecían en sus
corazones, y crujían los dientes contra él” Hechos
7:54). Aún ante tal oposición Esteban continuó
testificando, lo que le costó la vida a manos de
los religiosos, los “perros” que no conocen a Dios
.
“y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al
Hijo del Hombre que está a la diestra de
Dios. Entonces ellos, dando grandes voces,
se taparon los oídos, y arremetieron a una
contra él. Y echándole fuera de la ciudad, le
apedrearon; y los testigos pusieron sus
ropas a los pies de un joven que se llamaba
Saulo. Y apedreaban a Esteban, mientras él
invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi
espíritu. Y puesto de rodillas, clamó a gran
voz: Señor, no les tomes en cuenta este
pecado. Y habiendo dicho esto, durmió”
(Hechos 7:56-60).

Esteban, con perdón y misericordia incluso


contra los que lo atropellaban y mataban, actuó
conforme al Espíritu que estaba en él, el Espíritu
Santo, el Espíritu de Cristo. Los religiosos y
“perros” actuaron conforme al espíritu que los
guía y domina, el espíritu de homicidio, el
espíritu de Satanás. La historia de Esteban se ha
repetido en miles de ocasiones donde muchos
inocentes han muerto por el simple hecho de no
37
creer igual que los religiosos dominantes de la
época.
El celo religioso y la sinceridad no nos eximen
del error. Este fue el caso de Saulo de Tarso,
quien luego fue conocido como el apóstol Pablo.
Pablo, cegado por su celo religioso y de las
tradiciones, perseguía a los seguidores de
Jesucristo con el propósito de encarcelarlos (“Y
Saulo asolaba la iglesia, y entrando casa por
casa, arrastraba a hombres y a mujeres, y los
entregaba en la cárcel” Hechos 8:3) y consentía y
animaba la persecución hasta el extremo de la
muerte que fue el caso antes relatado del
diácono Esteban (Hechos 6 y 7). Es interesante
notar que inmediatamente luego de la conversión
de Saulo a Jesucristo (Hechos 9:1-6) los judíos
comenzaron a perseguirlo a él (“Pero Saulo
mucho más se esforzaba, y confundía a los judíos
que moraban en Damasco, demostrando que
Jesús era el Cristo. Pasados muchos días, los
judíos resolvieron en consejo matarle” Hechos
9:22-23). Aun hoy en día algunos religiosos
defienden sus tradiciones y dogmas hasta la
muerte, como si Dios no pudiera defenderse a sí
mismo y a su palabra. Saulo, que más tarde fue
conocido como Pablo, fue perseguido por los
judíos religiosos en múltiples ocasiones. El
capítulo 17 del libro de los Hechos narra una de
éstas:

“Pasando por Anfípolis y Apolonia, llegaron


a Tesalónica, donde había una sinagoga de
38
los judíos. Y Pablo, como acostumbraba, fue
a ellos, y por tres días de reposo discutió
con ellos, declarando y exponiendo por
medio de las Escrituras, que era necesario
que el Cristo padeciese, y resucitase de los
muertos; y que Jesús, a quien yo os
anuncio, decía él, es el Cristo. Y algunos de
ellos creyeron, y se juntaron con Pablo y con
Silas; y de los griegos piadosos gran
número, y mujeres nobles no
pocas. Entonces los judíos que no creían,
teniendo celos, tomaron consigo a algunos
ociosos, hombres malos, y juntando una
turba, alborotaron la ciudad; y asaltando la
casa de Jasón, procuraban sacarlos al
pueblo. Pero no hallándolos, trajeron a
Jasón y a algunos hermanos ante las
autoridades de la ciudad, gritando: Estos
que trastornan el mundo entero también
han venido acá; a los cuales Jasón ha
recibido; y todos éstos contravienen los
decretos de César, diciendo que hay otro
rey, Jesús” (Hechos 17:1-7).

El pasaje revela una vez más que la


motivación de los judíos para perseguir a Pablo
era los celos. Por lo mismo que persiguieron a
Jesús y a los otros apóstoles. La Biblia nos
enseña que los celos son obra de la carne
(Gálatas 5:20) y los religiosos que no pueden ser
guiados por el Espíritu Santo (pues no lo tienen),
son movidos por sus deseos e impulsos carnales,
39
los cuales pueden llegar a ser influenciados por
Satanás.

40
IX

LOS PERROS EN LA HISTORIA


DE LA IGLESIA

"Porque yo sé que después de mi partida entrarán


en medio de vosotros lobos rapaces, que no
perdonarán al rebaño." Hechos 20:29
________________________________________________

Durante el desarrollo histórico de la iglesia la


misma se ha visto afectada por la influencia de
los religiosos o como les llama el apóstol Pablo
los “perros”. En el día de Pentecostés la iglesia de
Cristo queda oficialmente constituida (Hechos
2:1-4) y el Espíritu Santo tomó las riendas de la
iglesia del Señor; esto ocurrió en Jerusalén de
Judea. Claro, el Espíritu de Dios dirigía la iglesia
a través de hombres fieles a Cristo Jesús, como
lo fueron Pedro, Juan, Santiago, Pablo y los
demás apóstoles y líderes. De inmediato
comenzaron a tener problemas y ser perseguidos
por los religiosos del momento (según se discute
en el capítulo VIII). Los discípulos de los
apóstoles se esforzaron por mantener las sanas
enseñanzas que recibieron de los apóstoles de
Cristo durante tiempos de intensa y cruel
persecución. Al morir los discípulos de los
apóstoles y discípulos de Cristo, y con la
“conversión” al cristianismo del emperador
Constantino, comienzan a surgir una serie de
cambios en el quehacer de la iglesia que
41
resultarían en la usurpación de la dirección de la
iglesia por hombres con intenciones avaras e
intereses de poder. La iglesia oficial según el
mundo ya no era dirigida por el Espíritu del
Señor, sino por hombres con intenciones muy
diferentes a las intenciones de Cristo Jesús. Pero
la obra de Dios no puede ser detenida y el Señor
continuó usando a hombres sometidos a Cristo y
a su Palabra para dirigir un pueblo en el
clandestinaje. Dicho pueblo, la verdadera iglesia
del Señor, fue entonces el objeto de la
persecución de los que cambiaron el cristianismo
por una religión de hombres. Estos hombres
cometieron el mismo error que el pueblo de
Israel cuando dejaron la Palabra de Dios por sus
tradiciones. Por esto mismo Jesús reprochó a los
judíos cuando les dijo:

“Entonces se acercaron a Jesús ciertos


escribas y fariseos de Jerusalén,
diciendo: ¿Por qué tus discípulos
quebrantan la tradición de los ancianos?
Porque no se lavan las manos cuando
comen pan. Respondiendo él, les dijo: ¿Por
qué también vosotros quebrantáis el
mandamiento de Dios por vuestra
tradición? Porque Dios mandó diciendo:
Honra a tu padre y a tu madre; y: El que
maldiga al padre o a la madre, muera
irremisiblemente. Pero vosotros decís:
Cualquiera que diga a su padre o a su
madre: Es mi ofrenda a Dios todo aquello
42
con que pudiera ayudarte, ya no ha de
honrar a su padre o a su madre. Así habéis
invalidado el mandamiento de Dios por
vuestra tradición. Hipócritas, bien profetizó
de vosotros Isaías, cuando dijo: Este pueblo
de labios me honra; Mas su corazón está
lejos de mí. Pues en vano me
honran, Enseñando como doctrinas,
mandamientos de hombres” (Mateo 15:1-9).

Es más fácil y conveniente cumplir con una


serie de dogmas de hombres que seguir a Cristo
en espíritu y verdad, como hicieron sus
discípulos. Estos hombres que comenzaron a
dirigir la supuesta “iglesia”, para mantener su
control y poder comenzaron a perseguir a los
verdaderos seguidores de Cristo Jesús y de dicha
persecución nace la llamada “Santa Inquisición”.
Según la información presentada en
Wikipedia la palabra “inquisición” se refiere a
2

instituciones dedicadas a la supresión de la


“herejía” principalmente dentro de la Iglesia
Católica Romana, aunque según fuentes
católicas también hubo un tribunal del mismo
género entre el calvinismo y otras
denominaciones protestantes. Aparentemente,
los protestantes heredaron esta horrible y
diabólica práctica de los católicos (si es que es
cierto que existió la inquisición protestante). Con
frecuencia, en la era medieval, la herejía se
castigaba con la pena de muerte. La primera
inquisición (la inquisición medieval) data del
43
1184 en un poblado llamado Languedoc que se
ubica al sur de Francia. La misma fue
institucionalizada para combatir la herejía de los
cátaros o albigenses. La primera inquisición
estatal se establece en 1249 en el reino de
Aragón. Luego con la unión de Aragón con
Castilla se le conoció como Inquisición española
(1478-1821), dirigida por la monarquía
hispánica. Luego su ámbito de acción se
extendió a América; la Inquisición portuguesa
(1536-1821) y la Inquisición romana (1542-
1965). En países de mayoría protestante también
hubo persecuciones contra católicos,
reformadores radicales (como los anabaptistas) y
contra practicantes de brujería. Sin embargo, el
poder eclesiástico no dirigía una inquisición,
sino que tribunales se constituían en el marco
del poder gubernamental, generalmente era un
comité ad-hoc3 o para cada caso en específico. Lo
mismo que hicieron los judíos con entregaron a
Jesús de Nazaret en manos de los gobernantes
romanos para que lo crucificaran.
Varios hombres de Dios fueron quemados en
la hoguera por el solo hecho de haber traducido
la biblia a los idiomas naturales de sus pueblos.
John Wyclifferi (1330-1384), tradujo la biblia del
latín al inglés y como murió antes que le
dictasen sentencia de muerte, sus huesos fueron
desahumados para ser consumidos por el fuego
de la hoguera. Jan Husii (1369 – 1415), realizo la
primera traducción de la biblia del latín al checo,
lo que le costó la muerte en la hoguera en 1415.
44
Mas tarde otro inglés, William Tyndaleiii, fue
acusado de herejía por traducir la biblia del
griego al inglés y quemado en la hoguera en
1536. Jacob van Liesveldtiv tradujo la biblia al
holandés por lo cual fue condenado a muerte.
Si reflexionamos un poco sobre esto,
notaremos que los que supuestamente
profesaban una fe en Cristo hicieron lo mismo o
mucho peor que lo que los líderes religiosos
judíos hicieron al diácono Esteban (Hechos 6:8 –
7:60). No practicaron las enseñanzas del Maestro
Jesús cuando dijo:

“Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo,


y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo:
Amad a vuestros enemigos, bendecid a los
que os maldicen, haced bien a los que os
aborrecen, y orad por los que os ultrajan y
os persiguen; para que seáis hijos de
vuestro Padre que está en los cielos, que
hace salir su sol sobre malos y buenos, y
que hace llover sobre justos e injustos”
(Mateo 5:43-45).
.
Lamentablemente, al igual que los judíos, los
“cristianos” se convirtieron en religiosos, en
desobedientes, en “perros”. Por casi ocho (8)
siglos se mantuvo esta persecución cruel y
sistemática y aun hoy en día hay sectores dentro
de la “iglesia” a que no se arrepienten de tan
injustos y horribles crímenes y tratan de
justificar los atropellos que han quedado
45
registrados en la historia como los peores
crímenes (tal vez superando los crímenes
cometidos por Hitler y los Nazis). ¿Qué otro
nombre podemos usar para describir a dichos
religiosos, sino “perros”? Creo que así les
hubiera llamado el apóstol Pablo.

46
X

LOS PERROS EN LA IGLESIA MODERNA

"También debes saber esto: que en los postreros


días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá
hombres amadores de sí mismos, avaros,
vanagloriosos, soberbios, blasfemos,
desobedientes a los padres, ingratos, impíos,
sin afecto natural, implacables, calumniadores,
intemperantes, crueles, aborrecedores de lo
bueno, traidores, impetuosos, infatuados,
amadores de los deleites más que de Dios,
que tendrán apariencia de piedad, pero negarán
la eficacia de ella; a éstos evita" 2 Timoteo 3:1-5
________________________________________________

El verso de encabezamiento es parte de la


carta que escribió el apóstol Pablo a Timoteo en
la que lo exhorta, anima y aconseja de como
deben conducirse y en que deben encargarse los
obreros de Dios. Como parte de la carta Pablo le
advierte a Timoteo del peligro que surgirá en los
postreros días y le presenta las características de
los falsos ministros que surgirán en dichos días.
Todavía estamos viviendo en los postreros días y
estos falsos ministros y hermanos se mueven
dentro de las iglesias causando daños a la obra
de Dios. Los primeros cinco atributos (“amadores
de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios,
blasfemos,”) mencionados en el verso de
encabezamiento son suficientes para describir
47
un gran número de “ministros” y “predicadores”
del presente que supuestamente sirven a Cristo
pero la verdad es que, como dijo el apóstol Pablo,
sirven a su vientre (“Porque por ahí andan
muchos, de los cuales os dije muchas veces, y
aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de
la cruz de Cristo; el fin de los cuales será
perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es
su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal”
Filipenses 3:18-19). Es interesante notar que en
dicho verso Pablo termina diciendo “que sólo
piensan en lo terrenal”. Será casualidad que en
estos tiempos en que vivimos un gran sector del
cristianismo (incluyendo evangélicos,
pentecostales, protestantes y otros) están
poniendo un gran énfasis en lo terrenal, lo
material, lo mundano.
Sobre el primer atributo que se menciona en
el verso de encabezamiento (amadores de sí
mismos) es interesante y evidente notar como en
muchas iglesias y ministerios el énfasis en las
predicaciones y enseñanzas es la adulación y
exaltación del individuo y muy poco se habla de
Cristo y su obra. Los temas de los mensajes son:
“tú puedes”, “tuya es la victoria”, “tú te mereces
ésto y aquello”, “tú vas a ser grande” y así por el
estilo. Quiero aclarar que Dios puede y da
mensajes con temas parecidos para alentar a su
pueblo, pero cuando todos los mensajes van en
esa misma dirección y con el mismo propósito
esto se puede convertir en una forma de auto-
adoración o auto-idolatría. Si el enfoque de todo
48
es “mi persona”, me convierto en un amador de
mí mismo como dice el verso de encabezamiento.
Los predicadores que constantemente usan este
tipo de mensajes y no predican todo el consejo
de Dios, como nos recomienda Pablo, terminan
manipulando a los oyentes. Estos se identifican
con dicho predicador pues siempre los están
alabando y ¿a quién no le gusta que lo alaben?
Qué diferente enseñó y predicó Jesús durante su
ministerio terrenal. En su mensaje, Jesús no les
habló a los hombres de autoestima sino de
arrepentimiento y conversión. Cuando nos
convertimos (o mejor dicho permitimos que El
nos convierta), todos los problemas, traumas y
complejos desaparecen o pasan a un nivel
inferior de importancia en nuestras vidas. En
muchos púlpitos se predican más un remedio
sicológico o mensaje de motivación que un
mensaje de la Palabra de Dios. Y la gente, como
esto les hace sentir bien, continúan llenándose
de una dosis de autoestima y autosuperación.
Entonces buscan a Dios no para servirle, sino
para que Dios le de ésto, aquello y lo otro.
Lamentablemente se olvidan del mandato de
Cristo para que rescatemos las almas, para que
nuestros corazones y los de los que nos
escuchan sean limpios y Cristo pueda habitar en
ellos.
La segunda frase del verso de encabezamiento
es “avaros”. La palabra avaricia se refiere al
deseo de poseer y acumular dinero y propiedades
para satisfacción personal. El diccionario define
49
la palabra avaricia como el afán de adquirir y
atesorar riquezas. Esto está muy de moda con la
llamada doctrina de la prosperidad. La doctrina
de la prosperidad está estrechamente asociada a
la teología del “reino presente” o teología del
“reino ahora”. La teología del “reino” o “el reino
ahora” esta de moda en la iglesia que predomina
en estos últimos tiempos, la iglesia a la que el
Señor identifica en el capítulo 3 y verso 14 del
libro de Apocalipsis como Laodicea. Pero esta
teología no es nueva. La misma es conocida
como Dominionismo y es el pensamiento
fundamental de la iglesia católica romana. Por
definición: El Dominionismo (Reino Ahora) es
escatología4 post-milenial5 y militante. Esta
teología enseña que el mundo solo podrá ser
rescatado a través del poder temporal y terrenal
obtenido por la Iglesia. El Señor Jesús solo podrá
regresar después de que la iglesia haya puesto a
sus enemigos debajo de sus pies. O sea, que
según esta enseñanza la gloria es de la iglesia y
no del Señor Jesucristo.
En la doctrina de la prosperidad se enseña a
los creyentes a exigirle a Dios cuando se le hacen
peticiones y el enfoque principal de la misma es
el "bienestar material" de los creyentes. Pero la
doctrina bíblica nos dice que debemos ser
agradecidos y reverentes:

"tengamos gratitud, y mediante ella


sirvámosle a Dios agradándole con temor y
reverencia;.." (Hebreos 12:28).
50
También la sana enseñanza es clara cuando
dice:

"Sean vuestras costumbres sin avaricia,


contentos con lo que tenéis ahora" (Hebreos
13:5) y "Porque los que quieren enriquecerse
caen en tentación y lazo, y en muchas
codicias necias y dañosas, que hunden a
los hombres en destrucción y perdición;
porque raíz de todos los males es el amor al
dinero, el cual codiciando algunos, se
extraviaron de la fe" (1 Timoteo 6:9-10).

Cuando el verso anterior dice que se


extraviaron de la fe es porque en un momento
abrazaban la fe verdadera. Aún más nos dice la
Palabra (Colosenses 3:5) que la avaricia es una
forma de idolatría. Al avaro no le importa si su
hermano o prójimo está en una situación difícil o
de necesidad. El no es movido a misericordia
para ayudar, sino que sólo le importa acumular
bienes materiales. En el presente hay tantos
ministerios que ponen un énfasis exagerado en el
dinero y lo material que en muchos casos parece
que operan una empresa comercial y no una
obra de fe. Muchos de los ministros en estos
ministerios modernos viven en una opulencia
exagerada que no armoniza con la viva terrenal
de nuestro Señor y Maestro Jesucristo ni con
sus enseñanzas. Jesús enseñó:

51
“Ninguno puede servir a dos señores;
porque o aborrecerá al uno y amará al otro,
o estimará al uno y menospreciará al otro.
No podéis servir a Dios y a las riquezas”
(Mateo 6:24).

En algunas iglesias y ministerios se han


comercializado las sanidades. He escuchado de
personas que se les han cobrado miles de
dólares por la sanidad. De esto no hay ni un solo
registro bíblico. El único caso que se puede
relacionar con esto es un caso que refleja la
oposición de Dios a dicha práctica. Este es el
caso de Simón el Mago y se encuentra en el libro
de los Hechos 8:18-23. El mismo dice:

“Cuando vio Simón que por la imposición de


las manos de los apóstoles se daba el
Espíritu Santo, les ofreció dinero, diciendo:
Dadme también a mí este poder, para que
cualquiera a quien yo impusiere las manos
reciba el Espíritu Santo. Entonces Pedro le
dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has
pensado que el don de Dios se obtiene con
dinero. No tienes tú parte ni suerte en este
asunto, porque tu corazón no es recto
delante de Dios. Arrepiéntete, pues, de esta
tu maldad, y ruega a Dios, si quizás te sea
perdonado el pensamiento de tu
corazón; porque en hiel de amargura y en
prisión de maldad veo que estás.”

52
Simón les ofreció dinero a Pedro y a Juan por
el don de Dios. Pedro no lo pensó dos veces para
decirle a Simón que el don o regalo de Dios no se
vende. Si Dios nos lo regala a nosotros ¿cómo
nosotros vamos a venderlo? Muchos ministros de
este tiempo le hubiesen arrebatado el dinero de
la mano a Simón por el dinero o en el caso de los
mas tímidos harían como Balaam que consultó a
Dios para buscar la aprobación de algo que
sabemos Dios no aprueba. Qué triste que hoy en
día hasta la música y cánticos de alabanza y
adoración se han hecho objeto de comercio.
Muchos cantantes seculares, apenas confiesan a
Jesús como salvador, comienzan o son inducidos
a comenzar una “carrera artística” dentro de los
medios cristianos. Si el don (el regalo) es de Dios
¿cómo puedo yo venderlo? Si la inspiración de
las letras es de Dios ¿cómo puedo yo tener
ganancias desmedidas y privar a muchos
creyentes pobres que no tienen suficiente dinero
para comprar sus producciones musicales?
(muchas veces más costosos que los seculares).
Entendemos que hay costos de grabación y
reproducción, pero aun así la verdadera obra de
Dios en todos sus ámbitos es realizada por la fe
para que verdaderamente Cristo sea glorificado.
Los llamados “conciertos en las Iglesias o
estadios” están diseñados para congregar una
gran cantidad de creyentes y de ellos colectar
una gran ofrenda. Muchos de estos cantantes
cristianos operan exactamente igual a los
cantantes seculares quienes requieren de
53
contratos en los que se les garantice una
cantidad de dinero (por lo general $ 1,000.00 a $
3,000.00) por anticipado. Si el dinero no se le
entrega antes, ellos no cantan. Por un momento
imagínese al apóstol Pablo diciendo a los
hermanos de Corinto: “si no me recogen una
ofrenda de “X” cantidad no predico”. ¡Creo que
no! Pablo sí amó a Cristo con todo su ser. Estos
“ministros” de pacotilla solo se aman a sí
mismos y al dinero que recaudan de los
incautos. Si en estos “conciertos” no ocurren
conversiones o el Espíritu Santo redarguye a
muchos para arrepentimiento, esta actividad es
otra obra de la carne, sin fruto para Dios pero
con muchas ganancias para los organizadores.
La Biblia claramente señala a estos avaros como
gente que se ha apartado de la fe. Una vez mas
citamos a 1 Timoteo 6:10: “porque raíz de todos
los males es el amor al dinero, el cual codiciando
algunos, se extraviaron de la fe". Los principales
responsables del mercantilismo en las iglesias
somos los pastores y líderes de la iglesia que han
sustituido la Palabra de Dios por entretenimiento
y diversión. A todos los pastores, Dios nos
reclamará por descuidarnos en cuanto al
alimento de sus ovejas.
El atributo de vanaglorioso le cae muy bien a
algunos predicadores que se autoexaltan
desmedidamente. Andan por la plataforma
exhibiéndose como pavos reales, con altanería y
arrogancia. Algunos dicen que le dan la gloria a
Dios, pero con sus manierismos y gestos se
54
autoglorifican. Hacen que la reunión de
avivamiento parezca más bien un espectáculo
donde ellos exhiben su poder. No recuerdo que
en los relatos bíblicos los siervos de Dios
condujeran una actividad semejante. En los
relatos de los Evangelios y el libro de los Hechos
vemos que los milagros eran el resultado de la
proclamación de la verdad del evangelio y
ocurrían espontáneamente, no cuando los
siervos de Dios lo programaban. De hecho, los
siervos de Dios en el Nuevo Testamento no
programaban nada, ellos sólo seguían la
dirección del Espíritu Santo. Recuerdo que hace
unos años (antes del 1990) cuando se organizaba
una campaña evangelística los cruza-calles6
decían “Cristo sana, salva, libera” o “Jesucristo
es el Señor y a él le damos la gloria”.
Lamentablemente, en las últimas décadas y en el
presente los cruza-calles6 que se usan para
promover la actividad evangelística presentan la
cara del evangelista, su nombre en letras bien
grande y expresiones que intentan reflejar el
poder y grandeza del predicador. En la mayoría
de dichos cruza-calles6 ni siquiera se menciona
el nombre del Señor Jesucristo y si lo mencionan
lo hacen usando letras muy pequeñas en
comparación con las letras usadas para el
nombre del evangelista y sus presunciones. Qué
pena que muchos jóvenes están viendo y
siguiendo este falso modelo de lo que debe ser
un siervo de Dios. Lamentablemente, éstos que

55
se autoexaltan son los que más apoyo tienen de
los concilios y las iglesias.
La soberbia, según el Diccionario Manual de
la Lengua Española es "estimación excesiva de sí
mismo con menosprecio de los demás. Apetito
desordenado de ser preferido". La Biblia nos
enseña que la soberbia cautiva ("sean ellos
presos de su soberbia" Salmo 59:12) y engaña
("la soberbia de tu corazón te ha engañado"
Abdías :3). Según el Salmo 59:12, antes
mencionado, la soberbia nos apresa o esclaviza.
Es como un vicio del cual no es fácil salir. La
soberbia también nos hace vulnerables al engaño
como dice Abdías :3, y sabiendo que el engaño es
el arma por excelencia de Satanás, la misma nos
pone a merced de las artimañas de él.
Es lamentable ver la cantidad de “ministros”
soberbios que existen en nuestros días. Se
levantan como si fueran dios a declarar juicios y
maldecir a los que no piensan como ellos. Su
estilo ministerial es uno dictatorial y de
manipulación. Pero la Palabra de Dios nos
enseña que donde está el Espíritu de Dios hay
libertad (“Porque el Señor es el Espíritu; y donde
está el Espíritu del Señor, allí hay libertad”
Corintios 3:17). Hay muchos casos en los que
estos soberbios han declarado públicamente
maldición contra los que no los reciben y contra
los que señalan las fallas y extravíos en sus
ministerios. Pero la Palabra de Dios nos Dice:

56
“Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo,
y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo:
Amad a vuestros enemigos, bendecid a los
que os maldicen, haced bien a los que os
aborrecen, y orad por los que os ultrajan y
os persiguen; para que seáis hijos de
vuestro Padre que está en los cielos, que
hace salir su sol sobre malos y buenos, y
que hace llover sobre justos e injustos”
(Mateo 5:43-45).

Si no pueden sufrir (vivir) esta palabra es


porque no son hijos del Padre como implica el
verso. Si fueren verdaderos hijos de Dios harían
como nuestro Señor Jesús hizo (“quien cuando le
maldecían, no respondía con maldición; cuando
padecía, no amenazaba, sino encomendaba la
causa al que juzga justamente” 1 Pedro 2:23). Es
claro que estos soberbios no siguen a Jesucristo,
pues si lo siguieran harían como El nos enseñó;
humildad, modestia, sencillez, serenidad y otras
características que son contrarias a la soberbia.
La quinta y última característica que vamos a
considerar en este escrito es blasfemos y de esto
podemos dar por ejemplo los muchos casos de
falsos maestros que reclaman o han reclamado
ser el Cristo. El blasfemo puede ser dejado sin
cobertura como medida disciplinaria ("..de los
cuales son Himeneo y Alejandro, a quienes
entregué a Satanás para que aprendan a no
blasfemar" 1 Timoteo 1:20). Pero la intención
debe ser siempre para corregir y restaurar. Esto
57
es lo que quiere decir Pablo cuando dice “para
que aprendan a no blasfemar” o sea para que
dejen dicha práctica. Pero si el blasfemo es
también soberbio ¿quién lo convence?
En la carta de Judas a la iglesia se habla algo
sobre los blasfemos:

“No obstante, de la misma manera también


estos soñadores mancillan la carne,
rechazan la autoridad y blasfeman de las
potestades superiores. Pero cuando el
arcángel Miguel contendía con el diablo,
disputando con él por el cuerpo de Moisés,
no se atrevió a proferir juicio de maldición
contra él, sino que dijo: El Señor te
reprenda. Pero éstos blasfeman de cuantas
cosas no conocen; y en las que por
naturaleza conocen, se corrompen como
animales irracionales. ¡Ay de ellos! porque
han seguido el camino de Caín, y se
lanzaron por lucro en el error de Balaam, y
perecieron en la contradicción de Coré”
(Judas 8-11).

Judas describe su condición presentando tres


casos bíblicos de hombres corrompidos y
perdidos. El primer caso es el del primer
irreverente, profano y homicida: Caín. Luego
viene el caso del avaro Balaam que, como dice el
apóstol Pedro (“y se han extraviado siguiendo el
camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el
premio de la maldad” 2 Pedro 2:15), amó el
58
premio de la maldad. Por último, Coré, quien
contradijo, no a Moisés, sino al mandato de Dios.
Cuando enseñamos y actuamos contrario a la
Palabra de Dios estamos actuando como Coré.
He escuchado de casos en que ministros han
maldecido no a los demonios sino a otros
creyentes porque los han denunciado de hacer
cosas que no son de cristianos. ¿Será esta la
enseñanza de Cristo?
Entre otras cosas que hacen estos falsos
ministros están las siguientes: rechazan la
autoridad de la Palabra de Dios y del Espíritu
Santo, hacen mal uso de la libertad que tenemos
en Cristo convirtiéndola en libertinaje
cometiendo actos que mancha la imagen de la
iglesia. Además, se corrompen, pues al no estar
sujetos a Cristo Jesús se contaminan con el
mundo, se apacientan a sí mismos cuidando por
su propio bienestar más que por el de la iglesia,
andan según sus propios deseos y no según el
Espíritu de Cristo, son aduladores y usan de
otras malas prácticas (Judas :4-16).
Los falsos religiosos o falsos obreros
persiguieron a Cristo y a sus discípulos durante
su ministerio terrenal. De esto nos habla el
Salmo 22:16-20:

"Porque perros me han rodeado; Me ha


cercado cuadrilla de malignos; Horadaron
mis manos y mis pies. Contar puedo todos
mis huesos; Entre tanto, ellos me miran y
me observan. Repartieron entre sí mis
59
vestidos, Y sobre mi ropa echaron suertes.
Más tú, Jehová, no te alejes; Fortaleza mía,
apresúrate a socorrerme. Libra de la
espada mi alma, Del poder del perro mi
vida."

Durante la historia de la iglesia los falsos


creyentes han perseguido a los verdaderos
seguidores de Cristo y su doctrina. También en
nuestros días los falsos religiosos y falsos
obreros persiguen a los que sirven a Jesucristo
en espíritu y en verdad. Muchos estudiosos de
los acontecimientos de los postreros días ven en
el caballo blanco y su jinete que se menciona en
Apocalipsis 6:2 a la iglesia apóstata que prepara
el camino (en el ámbito religioso) para que todos
acepten al anticristo. Dicha iglesia (la iglesia
Laodicea) perseguirá a todo grupo o movimiento
que no se una a su filosofía ministerial y tendrá
el apoyo del gobierno secular pues esta iglesia
hace alianza con los gobiernos mundanos.
Judas exhorta a los que han seguido la
verdad del evangelio a seguir confiando en el
Señor:

“Pero vosotros, amados, tened memoria de


las palabras que antes fueron dichas por
los apóstoles de nuestro Señor
Jesucristo; los que os decían: En el postrer
tiempo habrá burladores, que andarán
según sus malvados deseos. Estos son los
que causan divisiones; los sensuales, que
60
no tienen al Espíritu. Pero vosotros,
amados, edificándoos sobre vuestra
santísima fe, orando en el Espíritu
Santo, conservaos en el amor de Dios,
esperando la misericordia de nuestro Señor
Jesucristo para vida eterna. A algunos que
dudan, convencedlos. A otros salvad,
arrebatándolos del fuego; y de otros tened
misericordia con temor, aborreciendo aun la
ropa contaminada por su carne” (Judas
:17-23).

61
XI

MATEMOS AL PERRO QUE HAY EN


NOSOTROS

“No seas vencido de lo malo,


sino vence con el bien el mal.” (Romanos 12:21)
________________________________________________

Lamentablemente la religiosidad es algo que


esta por naturaleza en nosotros. La religiosidad
es muy conveniente para el hombre natural
(hombre que no tiene a Jesucristo) y para
muchos creyentes que les es más conveniente
cumplir con una serie de ritos que acercarse a
Jesucristo en espíritu y verdad. Por estas
razones debemos estar conscientes que todos
tenemos y podemos llegar a tener algo de
religiosos. Debemos entender que aun los
evangélicos y pentecostales, cuando nos
conformamos a una rutina sin propósito alguno,
nos podemos convertir en religiosos, o como diría
el apóstol Pablo en “perros”. Cuando dejamos de
tratar de hacer la voluntad de Dios y seguimos
jugando a la iglesia de seguro que nos
convertiremos en religiosos y desobedientes a
Jesucristo. Cuando nuestra ambición de poder y
gloria nos ciega y perseguimos las cosas, no para
glorificar a Jesucristo, sino para engrandecernos
a nosotros mismos y para jactarnos de nuestros
logros, ya de seguro nos hemos convertido en
religiosos; y para salvaguardar nuestra posición
62
ante el pueblo de Dios no reconoceremos a
Jesucristo como hicieron los escribas y fariseos.
(En otras palabras, lo amamos de labios, pero
nuestro corazón está lejos de El.) Nicodemo y
otros líderes de los fariseos, conocían que Jesús
era más que un profeta, pero su tradición
religiosa no les permitió seguirlo en un principio.
En el relato que habla de Nicodemo (Juan 3:1-
15) vemos que el visitó a Jesús porque tenía una
inquietud. Nicodemo reconoció que Jesús era un
enviado de Dios como Maestro, pues le dijo
“Rabí”. Sin embargo, el hecho de que él visitara a
Jesús de noche refleja el temor que Nicodemo
tenía de ser visto compartiendo con Jesús.
Nicodemo podía perder su posición religiosa
como principal de la sinagoga. Tenemos que
decidirnos por Jesucristo por encima de toda
tradición y religión. La religión ha sido el arma
más efectiva que Satanás ha utilizado para
entorpecer la obra de Dios. Por algo el Espíritu
Santo dice en Apocalipsis 3:9:

“He aquí, yo entrego de la sinagoga de


Satanás a los que se dicen ser judíos y no
lo son, sino que mienten”.

Al igual que los que dicen ser judíos y no lo


son, existen algunos que dicen ser cristianos,
pero no siguen las enseñanzas y el ejemplo que
Jesucristo dejó. Es por lo que recuren a
tradiciones religiosas para aparentar que sirven
a Dios. Es muy lamentable el hecho de que se
63
engañan a sí mismos y a los que los siguen.
Hermanos, no seamos como los fariseos,
religiosos de aquel tiempo, enemigos de Jesús
que lo persiguieron hasta la cruz. No persigamos
a nuestros hermanos sino sigamos la regla que
dicto Jesús cuando dijo:

“En esto conocerán todos que sois mis


discípulos, si tuviereis amor los unos con los
otros" (Juan 13:35).

Sólo los que tienen el Espíritu de Jesucristo


tendrán la capacidad de amarse los unos a los
otros y no solo se amarán entre ellos, sino que
también amarán aun a sus enemigos. Por
naturaleza todos tenemos algo de religiosos.
Debemos matar el “perro” que hay en nosotros.
Como dijo Pablo:

“No seas vencido de lo malo, sino vence con


el bien el mal” (Romanos 12:21).

XI.I Mi Experiencia Personal

Como mencionamos en la parte inicial de este


capítulo la religiosidad es parte de la naturaleza
humana y el que escribe no es la excepción.
Cuando el Señor comenzó a usarme, para el año
1993, inmediatamente el enemigo de las almas
comenzó a tratar de contaminar mi vida
espiritual con el espíritu de religiosidad. Como
64
ya hemos mencionado anteriormente, a la
naturaleza humana (en especial a nuestra mente
carnal) se le hace mucho más fácil seguir unas
pautas o reglas establecidas por hombres que
vivir cada segundo de nuestra vida bajo la
dirección de Dios. Pero, esto último fue lo que
dijo Jesús cuando dijo que a Dios hay que
adorarle en espíritu y verdad (Juan 4:23-24). En
mí caso yo comencé a tratar de imitar a aquellos
ministros que ante mis ojos tenían éxito en sus
ministerios. Muchas veces el resultado de mí
proceder resultaba en aparentes victorias
espirituales. Esto comenzó a afectarme de forma
tal, que, sin darme cuenta, la vanagloria tomo
lugar en mi vida espiritual. El efecto de la
vanagloria tomo dimensiones mayores al
asociarme con otros hermanos que también se
contaminaron con el mismo espíritu de
vanagloria. Dicha vanagloria se manifestó en
forma de altanería espiritual, menosprecio de los
hermanos débiles en la fe, ínfulas de
superioridad y llegar a pensar que nuestro grupo
tenía el monopolio en cuanto a la comunicación
con Dios. Estaba predispuesto a exigirle a los
demás lo que Dios me exigía a mí, sin considerar
que Dios demanda de nosotros conforme a las
capacidades que El nos ha dado. Dichas
capacidades no son las mismas para todos y por
lo tanto Dios no nos exige lo mismo a todos. Pero
gracias a Dios y a hermanos, incluyendo a mi
pastor, mi madre y mi tía, que no dejaron de orar
por mí para que el Señor me libertara del lazo del
65
enemigo. Yo estaba a punto de caer en
condenación como dice el verso 6 del capítulo 3
de 1 de Timoteo (“no un neófito, no sea que
envaneciéndose caiga en la condenación del
diablo”).
Mi experiencia de liberación fue como sigue.
Como en el caso de muchas otras ataduras que
Satanás usa para que no seamos útiles en las
manos de Dios, la liberación debe comenzar en
nuestra mente o entendimiento. Pues seduciendo
nuestra forma de pensar y convenciéndonos por
medio de la mentira es que, voluntariamente, el
diablo nos pone ataduras. Lo primero que el
Señor hizo para libertarme fue hacerme
consciente de mi condición. Esto lo hizo por
medio de varias visiones y la reflexión en su
Palabra. Para principios del año 2000, durante
un viaje a Miami, Florida por causa del
ministerio, mientras oraba vi en visión a un
perro grande que estaba muerto y en estado de
descomposición. Me quedé asombrado y no
entendí el significado de aquella visión. Luego de
regresar a Puerto Rico, varias semanas después,
se repitió exactamente la misma visión mientras
viaja, en el lugar del pasajero del frente, en un
automóvil que era conducido por uno de mis
compañeros de ministerio. En ese momento
tampoco entendí la visión, pero el hecho de que
se repitiera dos veces de la misma forma me dio
a entender que Dios me intentaba comunicar
algo de suma importancia. Entonces comencé a
humillarme a Dios en ayuno y oración
66
suplicándole que me permitiera entender tan
extraña visión. El Señor comenzó a hablarme,
mayormente por su Palabra. El primer verso que
el Señor uso fue el que contiene el título de este
escrito que dice:

"Mas los perros estarán fuera, y los


hechiceros, los fornicarios, los homicidas,
los idólatras, y todo aquel que ama y hace
mentira." (Apocalipsis 22:15)

Luego continúe estudiando la Palabra y todos


los versos que se relacionan con los “perros”
hasta darme cuenta de que los “perros” a los que
hace referencia la escritura no son los animalitos
que andan en cuatro patas y ladran, sino que
son los religiosos que no adoran a Dios en
espíritu y verdad, ni tampoco siguen a
Jesucristo. Luego de tener mi mente clara con
relación a la visión, la pastora Dora Concepción
oro por mí y esa misma noche recibí la liberación
de la atadura del “perro” el espíritu de
religiosidad que anda en muchas iglesias y
ministros. Doy gracias a Dios por su amor y
glorifico su nombre. Un autoanálisis nos puede
ayudar a determinar si estamos siendo afectados
por el espíritu de religiosidad. Preguntémonos:
¿Estoy siguiendo a Jesucristo y sus enseñanzas
o sigo doctrinas de hombre? ¿Quiero agradar a
Dios o agrado al hombre? ¿Prefiero que alguien
me diga lo que debo hacer o no hacer o me gusta
buscar la dirección de Dios?
67
XII

COMENTARIOS FINALES

“Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien


el Señor matará con el espíritu de su boca, y
destruirá con el resplandor de su venida; inicuo
cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con
gran poder y señales y prodigios mentirosos, y
con todo engaño de iniquidad para los que se
pierden, por cuanto no recibieron el amor de la
verdad para ser salvos. Por esto Dios les envía un
poder engañoso, para que crean la mentira, a fin
de que sean condenados todos los que no
creyeron a la verdad, sino que se complacieron
en la injusticia.” (2 Timoteo 2:8-12)
________________________________________________

Cuando viajamos a través del tiempo no


podemos percibir que estamos en movimiento.
Es parecido a cuando viajamos en un avión que
no nos damos cuenta de que viajamos a
velocidades promedio de hasta 400 millas por
hora. Las cosas pasan frente a nosotros y como
que no las vemos o no queremos verlas para no
enfrentarlas. Han transcurrido más de cuatro
mil (4,500) años desde que Dios comenzó a
encaminar al hombre hacia Sí. Comenzó con
Abraham, Isaac y Jacob, luego organizó a Israel
y le dio la Ley por medio de Moisés. Lo dirigió por
medio de jueces y profetas hasta que estableció
al rey David (luego del Saúl). En David se
68
confirmó la profecía que Jacob hiciera sobre su
hijo Judá, de que de su linaje se levantaría el
“Mesías” Rey de Israel. Luego el pecado apartó al
pueblo de la bendición de Dios. Comenzando con
las diez (10) tribus del norte y luego Judá y
Efraín, se apartaron de Dios siguiendo sus
tradiciones y de ser una gran nación pasaron a
ser cautivos en Asiria y Babilonia. Pero Dios no
se olvida de las promesas hechas a Abraham,
Isaac y Jacob y libera nuevamente a su pueblo y
lo reestablece en Jerusalén, aunque ya no como
nación soberana sino como súbditos de otros
pueblos. Los judíos como súbditos de otras
naciones esperaban al libertador, al hijo de
David, al Mesías. Lamentablemente los líderes
religiosos habían desarrollado miopía espiritual y
no podían ver mas allá de lo que ellos querían
ver. Jesucristo llegó para liberar a los cautivos y
dar vista a los ciegos. Tristemente, el pueblo
esperaba alguien que los libertara de los
romanos y los líderes religiosos solo deseaban
mantener sus posiciones de alta estima social y
de liderato. Por dichas razones no pudieron ver
al Dios vivo que estuvo entre ellos. Como el que
viaja en un avión, no se percataron que se
cumplían las profecías y ellos eran
protagonistas.
En el día de Pentecostés, en Jerusalén de
Judea, el Espíritu Santo tomo las riendas de la
iglesia del Señor. Espíritu de Dios dirigía la
iglesia a través de hombres fieles a Cristo Jesús,
como lo fueron sus apóstoles y discípulos. La
69
iglesia fue perseguida por los religiosos del
momento. Luego, a pesar de muchas pruebas y
persecuciones, los discípulos de los apóstoles
mantuvieron las sanas enseñanzas que
recibieron de los apóstoles de Jesucristo. Al
morir los discípulos de los apóstoles y con la
institucionalización de la iglesia, constituyéndose
el cristianismo como religión oficial de Roma,
surgieron cambios en la iglesia que resultaron en
la usurpación de la dirección de la iglesia por
hombres con intenciones avaras e intereses de
poder. Como le ocurrió a los judíos
anteriormente, los dirigentes de la iglesia fueron
cegados por su deseo de poder y dejaron de
seguir a Jesucristo para seguir a hombres que
establecieron (como antes hicieron los judíos)
sus dogmas y tradiciones y las sobrepusieron a
la Palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo.
Persiguieron y mataron a los que no creían igual
a ellos, alejándose del mandato de Cristo Jesús
que nos dijo debíamos amar a nuestros
enemigos. Hoy en día, hay algunos que se están
extraviando del buen camino que nos enseña
Jesucristo por medio de su Palabra. Como dice
Pablo:

“Así que, teniendo sustento y abrigo,


estemos contentos con esto. Porque los que
quieren enriquecerse caen en tentación y
lazo, y en muchas codicias necias y
dañosas, que hunden a los hombres en
destrucción y perdición; porque raíz de
70
todos los males es el amor al dinero, el cual
codiciando algunos, se extraviaron de la fe,
y fueron traspasados de muchos dolores” (1
Timoteo 6:8-10).

¡Qué palabras tan claras y precisas y cómo es


que muchos las ignoran, otros las esquivan y
otros las contradicen! En la segunda oración
dicen estos versos que:

“los que quieren enriquecerse caen en


tentación y lazo, y en muchas codicias
necias y dañosas, que hunden a los
hombres en destrucción y perdición”.

O sea, que la predisposición de nuestro


corazón por las riquezas nos lleva a caer en las
tentaciones y ataduras (lazos) y la codicia nos
contamina y nos hunde hasta la perdición; en
otras palabras, nos aparta del Señor. En estos
tiempos en que vivimos hay multitud de iglesias
y ministerios que no tocan estos versos del
capítulo 6 de 1 Timoteo, ni con una vara larga.
Por el contrario, contradicen esta Palabra
distorsionando otras escrituras para contaminar
a los oyentes con sus codicias y deseos
mundanos. De la misma forma que Coré y sus
asociados contradijeron a Moisés, estos maestros
modernos contradicen las palabras de
Jesucristo. El verso también dice: “porque raíz de
todos los males es el amor al dinero”. Estas
palabras son sabias como toda la Palabra de
71
Dios. Si meditamos en los males del mundo y
sus raíces, notaremos que el amor al dinero, al
poder y a la fama ha traído como consecuencia
las más grandes injusticias y males. Todas las
guerras han sido consecuencia del intento de
algunos de adquirir poder y controlar los
recursos económicos. La ambición por tener y
amontonar fortunas crea el desbalance en la
distribución de las riquezas, haciendo a algunos
multimillonarios y a otros indigentes. Algunos
responden a las injusticias de los ricos y los
gobiernos con una actitud de rebeldía que
muchas veces se desborda por medio de la
delincuencia. Los extremos siempre son
peligrosos. Las riquezas extremas e injustas
empujan a muchos a entrar en los negocios
delictivos, como el narcotráfico, los secuestros y
otros delitos. No estamos justificando a los
mismos, pues son crímenes horribles y
detestables, pero el mismo sistema de los
gobiernos propicia el ambiente para que se
desarrollen estas personas. El amor al dinero no
permite que muchos millonarios y ricos se
desprendan de algo para salvar la vida a cientos
de niños que están muriendo de hambre
mientras yo escribo estas líneas. La Biblia nos
enseña que Jesucristo se negó a sí mismo y no
espera menos de sus seguidores

(“Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si


alguno quiere venir en pos de mí, niéguese

72
a sí mismo, y tome su cruz, y sígame”
Mateo 16:24).

Pero lamentablemente esto no es lo que


estamos viendo. Muchos de los ministros (no
todos), que deben ser ejemplo, son los primeros
en codiciar, amontonar y buscar lucro material
en casi todas sus actividades. Buscan la fama y
la popularidad, buscan su propia gloria y no la
del Señor. Hasta en los nombres de los
ministerios tienen que sobre salir ellos. Que
pena que les haya acontecido como a Balaam
que se lanzó por lucro al error (Judas :11). De
los versos del capítulo 6 de 1 Timoteo que
estamos analizando el verso 10 dice: “el cual
codiciando algunos, se extraviaron de la fe”. La
consecuencia de la codicia y amor al dinero es
que nos vamos a apartar de la verdadera fe en
Cristo Jesús. Esto esta ocurriendo en este
tiempo peligroso, pues como profetizó Jesucristo,
muchos falsos profetas y falsos cristos se han
levantado atrayendo multitudes que son
seducidas conforme a sus concupiscencias.
Otra forma que Satanás ha usado, en estos
últimos tiempos, para apartar a las almas de la
fe en Cristo Jesús es la falsa adoración. El
énfasis en las emociones y los temas y letras
distraen el alma, desviándola de lo espiritual y
llevándola a lo carnal y emocional. El
comportamiento y vida de algunos pseudo-
adoradores ha influenciado a grandes sectores
del mundo cristiano, desviando a muchos hacia
73
la falsa adoración (la adoración que no es en
espíritu y en verdad). Muchos de los antes
mencionados tienen prácticas que rayan en lo
profano. Pablo exhorta a Timoteo a evitar
prácticas de carácter profano. Tanto en 1
Timoteo 6:20 ("Oh Timoteo, guarda lo que se te ha
encomendado, evitando las profanas pláticas
sobre cosas vanas…") como en 2 Timoteo 2:16
("Mas evita profanas y vanas palabrerías, porque
conducirán más y más a la impiedad.."), Pablo
exhorta a Timoteo y a todo ministro a evitar
palabras profanas y vanas. El indica en estas
cartas, como dice el 2 Timoteo 2:16, que esta
práctica conduce a la impiedad, error y a
desviarse de la fe. Entendemos que esto también
aplica a la falsa adoración. Los verdaderos
adoradores adoran a Dios a través de Jesucristo.
Ellos lo adoran a través del único Sacerdote
según el orden de Melquisedec. Ellos entran en
la presencia de Dios a través del velo que se
rasgo cuando Jesús se ofreció a Sí mismo como
el único sacrificio aceptable a Dios, en la cruz del
Calvario. Los falsos adoradores (“los perros”)
adoran a Dios a través de los rituales de su
religión que han sido establecidos por el hombre.
Ellos no van a Dios por los méritos de
Jesucristo, sino a través de sus propios
esfuerzos y méritos, despreciando de esta forma
el sacrificio de Cristo Jesús y la gracia de Dios
que se nos ofrece por causa del mismo.
Sigamos a Jesucristo en su andar como
hombre. El nos dejó el mejor ejemplo de cómo
74
honrar al Padre. No nos dejemos arrastrar por el
error de los inicuos que menosprecian la Palabra
profética más segura y las enseñanzas de
Jesucristo. No sigamos a hombres que no dan
frutos dignos de arrepentimiento y que sólo
piensan en lo terrenal. Hagamos como Abraham
que no se conformó con la Canaán terrenal, sino
que vio en sueños y visiones la Celestial y en ella
puso su corazón.
Padre Santo, en nombre de nuestro Señor
Jesucristo, te ruego que este escrito sea usado
por Tu Santo Espíritu para despertar a muchos
que están hipnotizados siguiendo a espíritus
engañadores y doctrinas de demonios. Que tus
hijos y escogidos, que por el engaño se han
alejado de Tu Senda, puedan ser libres y
regresar a la comunión con tu Divina Majestad.
Y que solo Tú, mi Dios, seas glorificado por
siempre y para siempre, AMEN.

_____________________________________________
Notas:
1. El Reino del Norte estuvo compuesto por diez de las doce
tribus de Israel que incluyo a las siguientes: Efraín, Rubén,
Simeón, Levi, Isacar, Zabulón, Dan, Neftalí, Gad y Aser.
2. http://es.wikipedia.org/wiki/Inquisici%C3%B3n
3. “Ad-hoc” = Se usa pues para referirse a algo que es adecuado
sólo para un determinado fin.
4. Escatología - es un término usado para designar la
enseñanza de la Escritura concerniente a la consumación
final de todas las cosas. Se asume a través de toda la
Escritura que la historia es la escena de la actividad
redentora de Dios, y por lo tanto se está moviendo hacia un
nuevo orden en que el pecado y el mal serán destruidos y
Dios llegará a ser todo en todo.
5. Post-milenial - es la posición escatológica que sostiene que el
reino de Dios esta siendo extendido en el presente por todo el
75
mundo por medio de la predicación del evangelio y por la
obra salvadora del Espíritu Santo en los corazones de los
individuos. Además, enseña que, finalmente, todo el mundo
será cristianizado y que Cristo regresará solo luego de un
largo periodo de justicia y paz conocido como el milenio.
6. Anuncio o propaganda para promover la actividad. En Puerto
Rico se les llama cruza-calle pues los mismos son instalados
cruzando la vía pública.

i John Wycliffer
ii Jan Hus
iii William Tyndale
iv Jacob van Liesveldt

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