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RESUMEN TEORIAS ETICAS: CLASIFICACIONES DE LAS ETICAS

La moral es más práctica que la ética, ya que detalla normas basadas en el pensamiento ético. La ética es
ante todo teórica, pero su objetivo es proporcionar al hombre instrucciones concretas para la acción.
Una teoría ética es una teoría filosófica que pretende justificar la validez y legitimidad de la moral. Dado
que toda moral consiste en un conjunto de preceptos o normas y un conjunto de valores, la teoría debe
justificar con precisión estas normas y valores.
Nos referiremos a una u otra forma de teoría ética en función del tipo de fundamento que aporte. En
consecuencia, existirán muchas ideas que definan y defiendan la moralidad como búsqueda de la vida
buena o cumplimiento del deber.
Las numerosas teorías éticas que se han presentado a lo largo de la historia pueden clasificarse no sólo
por el fundamento tangible que proporcionan a las normas morales, sino también por la forma en que se
han presentado.

INTELECTUALISMO MORAL
Según esta teoría, conocer el bien es realizarlo: sólo quien no sabe qué es el bien lo realiza inmoralmente.
Esta teoría es doblemente cognitivista, porque no sólo afirma que es posible conocer el bien, sino que
sostiene que este conocimiento es el único criterio necesario para realizarlo. Sócrates, el filósofo griego,
fue el primero en sostener esta postura ética. Según este pensamiento, el bien no sólo tiene realidad
objetiva y validez universal, sino que también es accesible a los seres humanos. Sócrates define la moral
como conocimiento. Sólo quien entiende de justicia es justo, igual que quien entiende de carpintería es
carpintero y quien entiende de medicina es médico. En consecuencia, según este filósofo, no hay personas
malas, sino ignorantes, ni buenas si no son sabias.

EUDEMONISMO
Es posible que te hayas preguntado para qué sirve tal o cual cosa, pero a veces esta pregunta es ridícula.
Así, si preguntamos para qué sirve la felicidad, la respuesta es que no sirve para nada, porque no se busca
como medio para un fin, sino que se basta a sí misma. La ética eudemonista considera que la felicidad
(eudaimonia) es el fin de la vida humana y el bien supremo al que se puede aspirar. Hay que afirmar que
el ser humano anhela la felicidad es no decir nada, porque cada cual define la felicidad de manera diferente.
Aristóteles fue uno de los primeros pensadores en defender el eudemonismo: todos los seres tienen una
finalidad natural: la semilla está destinada a convertirse en árbol; la flecha, a dar en el blanco…. En el caso
del hombre, no podía ser menos. Como lo que diferencia al hombre es su potencial lógico, el fin al que
tenderá naturalmente será la actividad racional. Así, la vida contemplativa, es decir, el ejercicio teórico de
la razón en el conocimiento de la naturaleza y de Dios, y la conducta prudente, que se caracteriza por la
elección del término medio entre dos extremos, el exceso y el defecto, proporcionarán al ser humano la
mayor felicidad.

HEDONISMO
Hedonismo deriva de la palabra griega hedoné, que significa "placer". La teología hedonista se define como
cualquier creencia que asocie el placer con el bien y defina la felicidad en el contexto de una vida
placentera. Aunque existen numerosas teorías, las definiciones de placer que proponen difieren con
frecuencia. Los cirenaicos fueron una escuela fundada por Aristipo (435 a.C.), discípulo de Sócrates. Según
esta filosofía, el objetivo de nuestras vidas es el placer, definido positivamente como gratificación sensorial,
algo sensual y corpóreo, más que la fruición intelectual o la mera ausencia de dolor.
El epicureísmo, como los anteriores, asocia placer y felicidad. Epicuro, en cambio, define el placer como la
ausencia de dolor. No se trata, pues, de buscar el placer físico del cuerpo, sino de desear la ausencia de
tristeza del alma. Todo ser humano debe esforzarse por alcanzar esta serenidad o tranquilidad del alma
(ataraxia). ¿Cómo lograrlo? Una vida más tranquila y alegre espera al hombre sensato que se conduce
racionalmente y no escoge precipitadamente lo que pueden ser alegrías simplemente aparentes.

ESTOICISMO
El estoicismo puede definirse en sentido amplio como cualquier sistema ético que defienda la indiferencia
ante los placeres y sufrimientos externos, así como la austeridad en los deseos. Actualmente se conoce
como estoicismo tanto a la tradición filosófica grecorromana fundada por Zenón como al sistema ético
defendido por estos filósofos. La ética estoica se basa en una visión específica del mundo: está regulado
por una ley universal o razón (logos) que decide el destino de todo lo que ocurre en él, tanto para la
naturaleza como para los seres humanos. En consecuencia, la persona humana está constreñida por un
destino incontrolable al que sólo puede resignarse.
Por eso la recta conducta sólo es posible en medio de una vida tranquila, alcanzada mediante la
imperturbabilidad del alma, es decir, mediante la insensibilidad al placer y al dolor, que sólo puede lograrse
mediante el conocimiento y la aceptación de la razón universal, o destino, que rige la naturaleza, y, por
tanto, en una vida acorde con ella.

IUSNATURALISMO ETICO
Toda teoría ética que sostiene la presencia de una ley moral natural y universal que define lo que está bien
y lo que está mal se clasifica como iusnaturalista. Esta ley natural es objetiva porque, si bien el ser humano
puede conocerla y asimilarla, no es creación suya, sino resultado de una instancia externa. El filósofo que
más claramente ha apoyado el iusnaturalismo ético es Tomás de Aquino. Según esta filosofía, Dios creó
al ser humano a su imagen y semejanza y, por tanto, la base de la acción moral se encuentra en su propia
naturaleza. Las personas descubren en sí mismas una norma natural que rige lo que está bien y lo que
está mal porque participa de lo eterno o divino.

FORMALISMO
Los sistemas formales consideran que la moral no debe suministrar reglas particulares de comportamiento,
sino que debe limitarse a proporcionar la forma característica de toda norma moral. Sólo una ética basada
en estas características, según Immanuel Kant, podría ser universal y garantizar la autonomía moral propia
de un ser libre y racional como el ser humano. La ley o norma moral no puede ser impuesta desde fuera
(ni por la naturaleza ni por la autoridad cívica...), sino que debe ser dada por la razón humana. Cuando la
razón legisla sobre sí misma, la ley se convierte en universal, ya que se aplica a todos los seres racionales.
Esta ley, que determina cómo debemos actuar correctamente, sólo puede enunciarse de la siguiente
manera:
mediante imperativos categóricos (incondicionados) (órdenes). Son distintos de los imperativos
hipotéticos, habituales en la ética material, que indican una norma que sólo es legítima como medio para
alcanzar un fin. En cambio, el imperativo categórico de Kant es: Actúa de tal modo que tu obra se
convierta en una ley universal. Este imperativo no está condicionado a ningún resultado y, además, no
nos dice lo que debemos hacer, sino que sirve de criterio para determinar qué normas son morales y
cuáles no. Establece qué forma debe adoptar la norma para ser moral: sólo las normas universalizables
son verdaderamente normas morales.

EMOTIVISMO
El emotivismo se define como toda filosofía que sostiene que los juicios morales están influidos por las
emociones. La moral, según esta escuela, no pertenece al dominio lógico, no puede ser objeto de debate
o argumentación y, por tanto, no existe lo que se ha dado en llamar conocimiento ético. David Hume es
considerado uno de los mayores exponentes del emocionalismo. Cree que las normas y los juicios
morales se forman a partir de los sentimientos de aceptación o rechazo que suscitan en nosotros
determinadas actividades. Así, una norma como "Debes ser sincero" o un juicio moral como "Decir la
verdad es lo correcto" se basan en el sentimiento de aceptación que suscitan las actividades honestas y
el sentimiento de rechazo que suscitan las acciones engañosas.

UTILITARISMO
Se trata de una teoría ética bastante similar al eudemonismo y al hedonismo en el sentido de que
defiende que la finalidad humana es la felicidad o el placer. En consecuencia, los comportamientos y las
normas deben evaluarse utilizando el principio de utilidad o máxima felicidad. Es una ética teleológica,
como las anteriores, en el sentido de que valora las acciones como medios para un fin y en función de las
consecuencias que se derivan de ellas: una acción es buena cuando sus consecuencias son útiles (nos
acercan a la felicidad) y mala cuando no lo son (nos alejan de ella).
ETICA DISCURSIVA
Heredera y continuadora de la ética kantiana, la ética del discurso o ética dialógica es formal y
procedimental en el sentido de que establece la técnica para determinar si las normas tienen significación
ética en lugar de normas particulares de conducta. El criterio es comparable pero no igual al kantiano.
Mientras que para Kant una norma moral era aquella que podía convertirse en ley universal, para la ética
discursiva una norma moral es aquella que es aceptable para la comunidad de diálogo, cuyos
participantes tienen los mismos derechos y mantienen relaciones de libertad e igualdad, es decir, aquella
a la que se llega a través del diálogo y no del monólogo.
Según Jürgen Habermas, sólo son válidas las normas reconocidas por consenso en un contexto ideal de
discusión. Todos los afectados por una misma norma deben participar en su discusión; todos los
participantes deben tener los mismos derechos y oportunidades para argumentar y defender sus
posiciones; no puede haber coacción de ningún tipo; y todos los participantes deben intervenir en el
diálogo con el objetivo de llegar a un entendimiento.
BIBLIOGRAFIA

• https://www.juntadeandalucia.es/averroes/centros-

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• https://es.slideshare.net/Dulcesitxp/clasificacion-de-las-teorias-de-la-etica

• ÁNGEL RODRÍGUEZ LUÑO (2010) ÉTICA GENERAL sexta edición

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