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CESEP n°5 Anexo I

Materia: Derechos Humanos y Ciudadanía Profesora: Daniela N. Fernández

TRABAJOS PRÁCTICOS DE DERECHOS HUMANOS Y CIUDADANÍA

 Criterios de evaluación:
1. Correcta interpretación de consignas.
2. Cantidad y forma en que bebe presentar el alumno sus trabajos para tener derecho a
examen: el estudiante debe presentar en tinta y sin utilizar birome verde, el 70% de trabajos
prácticos aprobados para acceder al examen escrito.
 El alumno debe:
 Presentar 4 (cuatro) trabajos prácticos completos y auténticos:
 Trabajo práctico completo: se deben desarrollar la totalidad de los puntos o ítems de cada
trabajo práctico. No se aceptarán respuestas tales como: sé poco del tema, sí estoy de
acuerdo, no estoy de acuerdo. También implica realizar ciertas actividades de comprensión
lectora, como subrayado, notas marginales, etc., de lo contrario se considerará que no
realizó la tarea.
 Trabajo práctico auténtico: el alumno debe demostrar empeño y honestidad en el desarrollo
de sus trabajos. No se aceptarán trabajos copiados, respuestas idénticas o esquemas
de contenidos idénticos. En consecuencia, se anularán los prácticos de aquellos
estudiantes que copien o se dejen copiar.
 Escribir en cada hoja: nombre y apellido del alumno, materia y módulo

¿Qué son los Derechos Humanos?

Los derechos humanos son los derechos que tenemos


básicamente por existir como seres humanos. Estos derechos
universales son inherentes a todos nosotros, con
independencia de la nacionalidad, género, origen étnico o
nacional, color, religión, idioma o cualquier otra condición.
Varían desde los más fundamentales —el derecho a la vida—
hasta los que dan valor a nuestra vida, como los derechos a la
alimentación, a la educación, al trabajo, a la salud y a la libertad.

Los derechos humanos, a diferencia de otros derechos, no


pueden perderse. Más aun: aunque un Estado no reconozca tales derechos este derecho existe igualmente
para todo ser humano, pues éste lo posee por el hecho de ser humano. En este sentido, los derechos
humanos pueden definirse como inalienables.

Los derechos humanos son pensados como universales sin que puedan esgrimirse diferencias étnicas, de
género, religiosas o de edad para negarlos o menoscabarlos. Por ende, los derechos humanos tienen un
rango internacional e interestatal, su reconocimiento se supone exigible más allá de las fronteras particulares
de un Estado o las costumbres propias de una Nación. Este es un aspecto de los derechos humanos que
permite ver la densidad del problema: aun cuando tales derechos tengan reconocimiento jurídico y estén
definidos para una sociedad de derecho dada, esto no garantiza su vigencia y la justicia de su aplicación. El
status legal de estos derechos a nivel nacional e internacional ha sido definitorio para su reconocimiento.

TRABAJO PRÁCTICO n° 1

Texto 1: Características de los Derechos Humanos: Actividades:

*Antes de la lectura:

1. La lucha por los Derechos Humanos en la Argentina tiene una larga historia. Es por ello, antes de
comenzar la lectura del texto, realice las siguientes actividades:

a) Explica con sus palabras qué entiende por Derechos Humanos.

b) Elabora una lista de derechos que, desde tu punto de vista, deben ser considerados derechos
humanos.
Texto1: Características de los Derechos Humanos
CESEP n°5 Anexo I

Materia: Derechos Humanos y Ciudadanía Profesora: Daniela N. Fernández

La relación entre derechos humanos y derechos “en general” no constituye una relación
reversible. Esto quiere decir que, si bien todos los derechos humanos son derechos, en
el sentido amplio de la palabra, no todos los derechos son derechos humanos. Para
analizar en qué consiste la particularidad de los derechos humanos respecto del resto de
los derechos, comenzaremos por mencionar sus cinco rasgos característicos:
Universalidad, Validez jurídica y moral, Fundamentalidad en cuanto al objeto, Prioridad
frente al Derecho Positivo, Abstracción.

Al decir que los derechos humanos son universales, se están reconociendo como
titulares de los mismos a todos los seres humanos por la 24 sola razón de ser seres
humanos. En tal sentido son innatos, en tanto inherentes a todo ser humano desde el
momento de su nacimiento, sin que puedan negarse por cuestiones tales como religión,
nacionalidad, creencia, edad o clase social, etcétera. Por otra parte, el universalismo de
los derechos humanos se entiende como un universalismo ilimitado. Cuando, por
ejemplo, el Artículo Primero de la Declaración Universal de los Derechos Humanos dice
que “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”, tras
haber declarado en el preámbulo que “la justicia y la paz en el mundo tienen por base el
reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de
todos los miembros de la familia humana”, no está haciendo referencia a derechos que
tienen los ciudadanos de un Estado en particular (universalidad limitada, en este caso
por la ciudadanía) sino a derechos que tiene cualquier ser humano por el simple hecho
de existir.

La validez moral de los derechos humanos indica que tienen un rango de superioridad
respecto de cualquier derecho positivo ya que no existe la posibilidad de que un Estado
niegue los derechos humanos por el simple hecho de que no están contemplados en su
sistema jurídico. Es también en este sentido que se dice que son abstractos: no existen
casos particulares, concretos, que puedan mostrarse para demostrar la invalidez de los
derechos humanos. Cuando la Declaración considera, por ejemplo, “esencial que los
derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre
no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión”,
está declarando que los ciudadanos no pueden ser tiranizados por ningún Estado,
estableciendo un mecanismo de control supranacional que trasciende las legislaciones
particulares de cada país. Por todo lo expuesto, se afirma que los derechos humanos
son:

Fundamentales y absolutos en cuanto a su objeto, debido a que son irrenunciables


(ningún ser humano puede renunciar a ellos y ningún Estado puede renunciar a su
cumplimiento), inalienables (no son derechos que se le puedan “dar” a los demás,
porque no pertenecen a la persona en su singularidad, sino en tanto es un ser humano
“en general”), imprescriptibles (no se pierden por ninguna razón) e indivisibles (no
puede suprimirse uno sólo de los derechos humanos sin que la validez del conjunto se
pierda). Siempre dentro de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, podemos
tomar como ejemplo el Artículo 4, que dice que “Nadie estará sometido a esclavitud ni a
servidumbre, la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas”;
merced a las características que acabamos de enumerar, nadie puede alegar que un
esclavo aceptó serlo (porque no se puede renunciar a la libertad) o que otorga a otro un
“beneficio” cuando lo libera de una situación de esclavitud (porque no tenía derecho a
esclavizarlo) o que alguien estaba esclavizado por haber cometido una falta (ninguna
falta puede tener como consecuencia la pérdida de un Derecho Humano).

2. ¿Por qué se dice que los derechos humanos tienen un universalismo ilimitado?
3. Explica las características de validez moral y fundamentalidad en cuanto al objeto de los derechos
humanos.
4. Retoma la lista de derechos que confeccionaste en el punto 1 y analiza si esos derechos poseen
todas las características de los derechos humanos mencionadas en el texto.
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TRABAJO PRÁCTICO n° 2

Texto n° 2: “¿Qué es la ciudadanía?”: Actividades:

1. Observa las fotografías presentes en el texto y contesta:

a) ¿A qué hacen referencia? ¿Qué relación puedes establecer entre dichas fotografías y el título del
texto?

c) Lee los epígrafes (pie de fotografías). ¿Qué nueva información te brindan con respecto al título?

2. ¿Por qué se afirma que la ciudadanía es una práctica ético-política?


3. La ciudadanía puede ser dividida en tres niveles: legal, política y social. Identifica las características
de cada nivel de ciudadanía y transcribe dichas características a tu carpeta.
Texto 2: ¿Qué es la ciudadanía?

La ciudadanía implica elementos tanto políticos como jurídicos y éticos; factores por
los cuales entraña un rasgo de dignidad moral: un ciudadano es alguien digno de poseer
derechos en una comunidad determinada. Este rasgo ético – moral de la ciudadanía se
constituye como parte inalienable de la identidad de la persona, en tanto implica un
sentido de pertenencia a un todo mayor en el cual se es oído, se es visto, se es
reconocido. Por otra parte, el ciudadano se encuentra por su condición de tal, impelido a
ver, oír y reconocer a los demás como a sus iguales.

En la democracia ateniense era ciudadano todo varón libre,


mayor de dieciséis años y descendiente de atenienses que
participaba en los asuntos públicos. La ciudadanía definía, en
Atenas, al hombre: al ser un “animal político”, ser ciudadano era
casi sinónimo de ser humano. Los ciudadanos eran
participantes libres e iguales en un orden político cuyas leyes
obedecían y dictaban ellos mismos.

Si bien durante la época de dominio del


Imperio Romano se mantuvo la relación
entre ciudadanía y derechos políticos, la
inmediata relación entre ser un
ciudadano y dictar las leyes se desdibujó hasta dejar
por completo de ser inmediata. Puede decirse que en
Roma la ciudadanía era clasificatoria: todos los
ciudadanos tenían derechos políticos, pero no los
mismos. Un caballero tenía muchos más derechos
que un plebeyo, sin que esto significara que el primero
fuera ciudadano y el segundo no.

Con la Revolución Francesa y el ascenso de la democracia liberal, a fines del siglo


XVlll, la ciudadanía volvió, al menos en el
imaginario social, a relacionarse inmediatamente con la
plenitud de los derechos políticos. En esta nueva época,
escuela y ciudadanía aparecieron entrelazadas, ya que
uno de los objetivos primarios de la escuela era educar al
hombre para ser un buen ciudadano. No obstante,
la participación en la esfera pública no significó igualdad
social: los ciudadanos deliberaban como si fueran
iguales, pero debían para ello “poner entre paréntesis” sus diferencias económicas, que
eran tratadas como diferencias secundarias. Había ciudadanos ricos y ciudadanos pobres,
pero se suponía que todos compartían “los mismos derechos políticos”. Esto, desde ya,
era sólo teóricamente cierto, ya que las diferencias económicas redundaban en
diferencias de poder, que rápidamente se acumulaba en manos de quienes poseían los
recursos económicos suficientes como para torcer a su favor la voluntad de los demás.
Pero, por lo menos desde un punto de vista conceptual, la ciudadanía se identificaba con
la capacidad de exigir respeto por los propios derechos políticos.
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Materia: Derechos Humanos y Ciudadanía Profesora: Daniela N. Fernández

El hecho de que la pertenencia a una comunidad implique tanto el ser visto como el
ver, el ser oído como el oír y el ser reconocido como el reconocer, nos revela un doble
carácter de la ciudadanía. Este concepto puede ser entendido desde un punto de vista
extensivo, en tanto es por medio de la inclusión en un todo mayor como las capacidades
humanas se potencian configurando un espacio público; pero, por otra parte, puede ser
entendido de un modo restrictivo, en tanto marca que cada poder está limitado por
poderes que se le pueden contraponer con igual derecho. Desde un punto de vista
extensivo, el concepto de ciudadanía permite la inclusión cada vez más abarcativa de
ámbitos y modos de participación; desde el punto de vista restrictivo, la defensa contra
todo poder destructor del espacio público.
En síntesis: el ejercicio de la ciudadanía es una práctica ética–política, y en tanto ético-
política es jurídica. La ciudadanía no consiste en una práctica orientada en función de
objetivos específicos cuyo logro ponga fin al compromiso del hombre con la comunidad,
por el contrario, es la fuerza que mantiene viva a la sociedad misma como tal.
¿Puede considerarse plenamente ciudadano alguien que tiene una enorme cantidad de
derechos puramente abstractos (igualdad ante la Ley, educación, salud y tantos otros),
pero cuya práctica efectiva de la ciudadanía consiste sólo en poner un sobre en una urna
cada dos años, para elegir, además, políticos que siente que no lo representan y que
elaborarán políticas legislativas, educativas o de salud, entre otras, sobre las cuales no
tiene ningún poder de decisión, si acaso goza de algún beneficio aportado por esas
políticas? Este es el problema que centró el interés de muchos científicos sociales a lo
largo del Siglo XX. La pregunta puede formularse así: ¿Puede pensarse en un concepto de
ciudadanía tanto cualitativa como cuantitativamente extenso, o hay que resignarse a la
pérdida de calidad de la ciudadanía a favor de la cantidad?
Como intento de dar respuesta a estas inquietudes, se pensó el concepto de
“ciudadanía”, dividiéndolo en tres estratos o niveles: el legal, el social y el político.
La ciudadanía legal es la ciudadanía interpretada desde su aspecto jurídico. Puede
definirse como el conjunto de derechos y deberes de los ciudadanos en lo relativo a la ley.
Desde este punto de vista, se supone que las relaciones sociales están estructuradas
legalmente por medio de una red de normas que obligan y protegen a los ciudadanos. La
ciudadanía legal solo funciona suponiendo la igualdad de los hombres y las mujeres ante
la Ley.
La ciudadanía política incluye los derechos relacionados con la posibilidad que todo
ciudadano y toda ciudadana tienen de participar de los asuntos públicos, ya sea eligiendo
representantes o postulándose él mismo para cumplir funciones públicas.
La ciudadanía social, finalmente, es la que consagra a los ciudadanos una serie de
derechos relacionados con una condición digna de vida. Puede considerarse que el
acceso a la salud y a la educación, el derecho a trabajar y percibir un salario equitativo y
otros derechos relacionados con lo que habitualmente conocemos como el “nivel de
vida”, son los derechos comprendidos en este estrato de la ciudadanía.
Es visible que este modo de interpretar la ciudadanía permite un análisis más profundo
del concepto. Los tres estratos son interdependientes, en el sentido de que quien no
pueda ser considerado ciudadano en función de cualquiera de ellos, definitivamente, ve
sus derechos ciudadanos menoscabados en los otros dos y, por ende, no puede
considerarse tratado como un igual respecto de quien goza de todos los beneficios de los
tres estratos de la ciudadanía.

TRABAJO PRÁCTICO n° 3

Texto n°3: “La discriminación como una cuestión de Estado”: Actividades:

1. Antes de leer el texto, resuelve:

a) ¿Qué entiendes por discriminación? Para tu respuesta ten en cuenta el derecho a la igualdad
trabajado anteriormente (texto 3), entendiendo que la discriminación se opone a este concepto.

b) Busca ejemplos de la vida cotidiana en la que se presenten acciones discriminatorias y elabora


una lista.
Texto 3: La discriminación como una cuestión del Estado
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El Estado desde el momento en que suscribe pactos internacionales que lo comprometen


en tal sentido (como es el caso del Estado Argentino), está obligado a actuar activamente
para remover los obstáculos que impidan prácticas igualitarias. El género, el color de la piel,
la nacionalidad, la capacidad física, la religión o la edad, entre otros, no son motivos que
justifiquen un trato discriminatorio (es necesario recordar que los derechos políticos están
limitados en el caso de los extranjeros y los niños).
La Ley 23592, sancionada en 1988, prevé penas contra quien “arbitrariamente impida,
obstruya, restrinja o, de algún modo, menoscabe el pleno ejercicio sobre bases igualitarias
de los derechos y garantías fundamentales reconocidos en la Constitución Nacional”. De
acuerdo con esta Ley, quien realizare actos discriminatorios “será obligado, a pedido del
damnificado, a dejar sin efecto el acto discriminatorio o cesar en su realización y a reparar el
daño moral y material ocasionados”.
La misma Ley establece los alcances de las prácticas que pueden considerarse como
discriminatorias, entendiendo como tales todas aquellas que provoquen un trato desigual por
“motivos tales como raza, religión, nacionalidad, ideología, opinión política o gremial, sexo,
posición económica, condición social o caracteres físicos”.
Tipos de discriminación
El INADI (Instituto Nacional Contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo),
organismo creado por medio de la ley 24515, en el año 1995, define como “discriminación” al
trato de inferioridad dado a una persona o grupos de personas por motivos raciales,
religiosos, políticos, de sexo, de filiación o ideológicos, entre otros.
Dentro de los motivos más frecuentes de discriminación podemos señalar la nacionalidad
(discriminación a los extranjeros), la raza (discriminación, por ejemplo a integrantes de
poblaciones no blancas), la capacidad física (discriminación a cualquier ser humano que
tenga capacidades diferentes a las “normales”, como ciegos, sordos, inválidos, etc.), la edad
(por ejemplo, discriminación a personas que han superado lo que caprichosamente se
considera una “edad productiva”, que se ven en enormes dificultades para conseguir
empleo), la religión (era discriminatorio, por ejemplo, que sólo un católico pudiera ser
Presidente de la Nación, lo cual llevó a eliminar ese requisito en la reforma del año 1994), el
género (impedir que una mujer o un hombre escojan determinados empleos, habitualmente
asignados al otro género, es discriminatorio), la orientación sexual, el nivel socioeconómico.
En este último caso, la discriminación se da, frecuentemente, en forma indirecta; es raro
escuchar que alguien esgrima como argumento discriminatorio que el discriminado es pobre;
no obstante, ciertos requisitos (como la ropa que se usa, el lugar donde se vive o el color de
la piel) que se estipulan para admitir a alguien en un sitio público (boliches, restaurantes,
bares, espectáculos, etc.), o en un empleo, son, indirectamente, discriminación por nivel
socioeconómico, habida cuenta de que se asocian culturalmente con la pobreza cierto color
de piel, cierta vestimenta, ciertos barrios, etcétera.

2. a) Elabora una lista con los tipos de discriminación que se enumeran en el texto.

b) Analiza la lista de acciones discriminatorias confeccionada en el punto 1.b) y trata de ubicar cada
una de estas acciones dentro de los tipos de discriminación que se enumeran en el texto. Para ello
puedes transcribir nuevamente la lista de acciones discriminatorias a lado de la lista de los tipos de
discriminación, y unir ambas mediante flechas según corresponda.

3. Teniendo en cuenta el clima mundial actual de la Pandemia provocada por el COVID-19, responde:

a) ¿Qué tipos de discriminación se hicieron más visibles como consecuencia? Justifica tu respuesta.

b) Elabora una reflexión sobre el papel que debería cumplir el Estado, como garante de las prácticas
igualitarias, frente a estas acciones discriminatorias en el contexto mundial actual.
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TRABAJO PRÁCTICO n° 4

Texto 4: La Constitución Nacional y Organización del Estado : Actividades:

1. Antes de leer el texto, resuelve:


a. ¿Qué relación puedes establecer entre el título y el subtítulo?

Texto 4: La Constitución Nacional y Organización del Estado

Constitución Nacional

En un Estado de Derecho, todos los poderes del Estado deben someterse a una Constitución. Es
en esta donde se establecen los mecanismos legales que guían y norman el funcionamiento
institucional de la Nación. Nos referimos a la Constitución como “Ley Suprema” ya que ninguna ley
puede darse por válida si contradice lo expresado en ella.
El Art. 1 de la Constitución dice que “La Nación Argentina adopta para su gobierno la forma
representativa republicana federal”.
• Adoptar una forma representativa implica que el pueblo no gobierna por sí, sino a través de
representantes elegidos a tal efecto. Implica, desde ya, también, que un gobierno será considerado
como legítimo representante del pueblo, solo si ha sido elegido por éste, por medio del voto.
• El republicanismo implica la separación de las competencias de gobierno en órganos
relativamente independientes. Es lo que conocemos como separación de poderes.
• El federalismo es un modo de organización que permite a las provincias que forman parte de
una Nación una cierta autonomía en materia de gobierno, legislación, justicia y administración.

El Estado de Derecho y la división de Poderes

La segunda parte de la Constitución Nacional (esto es así desde que se redactó el primer texto
constitucional, en 1853) está dedicada a establecer el modo de funcionamiento y las funciones de
los tres poderes en que se divide el Gobierno Federal. Ellos son: el Poder Ejecutivo, el Poder
Legislativo y el Poder Judicial.
El Poder Legislativo es, en términos muy generales, el encargado de crear las leyes.
El Poder Ejecutivo es el encargado de promulgar, reglamentar y ejecutar las leyes creadas por
el Poder Legislativo.
El Poder Judicial es el encargado de decidir en lo relativo a las leyes creadas por el Poder
Legislativo y promulgadas por el Poder Ejecutivo. Es el Poder que aplica las leyes.
Los tres poderes son independientes y deben controlarse uno a otro, de modo tal que se
reduzcan con ello las posibilidades de que cualquiera de los órganos o personas a cargo del
ejercicio del poder lo maneje en forma despótica o discrecional.

2. Una ley es una regla, una norma, un principio, un precepto. ¿Por qué se sostiene que la
Constitución Nacional es la Ley Fundamental?
3. Formosa es una provincia de la República Argentina. Teniendo en cuenta el artículo 1 de la
Constitución, explica con tus palabras por qué nuestra provincia mantiene cierta autonomía
respecto al Estado Nacional.
4. Teniendo en cuenta lo leído sobre la división de poderes, justifica la siguiente frase: “La división
del gobierno responde a la necesidad de contar con alguna clase de mecanismo que evite la
excesiva acumulación de poder”.

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