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Teórico N° 17
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Literatura Latinoamericana II
teórico Teórico N°: 17 – 8 de junio de 2007
Docente: Elsa Noya
Tema: La vanguardia en Puerto Rico
querían librarse de España para poder escapar al monopolio español y comerciar libremente
con puertos como Baltimore o Boston. La esperanza de convertirse en un estado de Estados
Unidos tenía que ver con el ansia de formar parte de la nación más poderosa, y de un
régimen político moderno que se percibía como el más seguro y fuerte del planeta. La
instalación de Estados Unidos en el Caribe, sin embargo, propendió fundamentalmente a un
plan de expansión geopolítico y económico y teniendo como mira la explotación del azúcar
que era un producto necesitado en Estados Unidos. En Puerto Rico, si bien había algunas
plantaciones de azúcar, los principales cultivos eran el café y el tabaco, que se reconvertirán
luego en haciendas azucareras que pasarán con el tiempo a formar parte de las grandes
centrales comandadas por empresas norteamericanas.
Esa burguesía de hacendados que soñaba con formar parte de Estados Unidos se ve
decepcionada porque no está en los planes de Estados Unidos, que Puerto Rico sea un
estado federado. Lo que sí hace Estados Unidos es promover ciertos procesos de
modernización que hacían a la factibilidad de esa explotación azucarera que necesitaba. La
entrada de Estados Unidos implica entonces, en los primeros veinte años, un proceso
modernizador en Puerto Rico. Si bien, comparado con el resto de América Latina de ese
momento, es un proceso modernizador débil hubo ciertos adelantos. Una de las exigencias
que los puertorriqueños le demandaban al Imperio Español era la instalación de una
universidad, pero España siempre lo negó. La Universidad se funda en Puerto Rico durante
la gestión norteamericana. La nueva colonia lo que hace, en distintos ámbitos, es organizar
el sistema educativo, el sistema judicial y el sistema de salud.
La creación de la Universidad en 1906 organiza el campo cultural en relación con el
ámbito académico. Si bien hay una literatura que podríamos llamar “puertorriqueña” en el
siglo XIX, la fuerza de la literatura de Puerto Rico se manifiesta a partir del siglo XX.
Tenemos expresiones en el siglo XIX, algunas inaugurales como el Aguinaldo
Puertorriqueño o el Album Puertorriqueño que eran compilaciones hechas por escritores
puertorriqueños, entre 1843/44, la segunda desde España. Hay también otros intelectuales
como Segundo Ruíz Belvis, o Ramón Emeterio Betances. Todos estos hombres eran
intelectuales comprometidos con la emancipación del país, con la historia política de su
país, escribían narrativa y poesía bajo una estética romántica. Eran hombres de acción
política, de acción profesional y de acción cultural. Luego encontramos figuras del tamaño
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federales, que es lo que hace que todo ciudadano estadounidense lo sea. Los
puertorriqueños votan por su gobernador, su legislatura y sus ayuntamientos. Su relación
con Estados Unidos pasa a través del Congreso de EEUU, a través de un Comisionado, que
tiene voz pero no tiene voto.
Esta situación se prolonga hasta hoy. Ha habido varios plebiscitos de consulta a la
población; la realidad es que la estadidad tiene un techo y la independencia también. El
techo más alto de los independentistas fue en 1968, que llegó a un 15% o un 20%. No se
trata de que la gente no desee ser independiente, sino de que consideran que no tienen
opciones concretas para existir como país independiente. Por ejemplo, hubo una sociedad
agrícola que, en los años 40, producía el 90% de lo que consumía y hoy importa todo lo
relacionado con la agricultura. Ese proceso de industrialización que se da en los años 40 se
hace, sobre todo, en base a la instalación industrias petroquímicas y farmacéuticas que, si
bien crean empleo, son grandes empresas extranjeras que no dejan sus beneficios en el país.
Respecto del español hay que agregar que durante los primeros cincuenta años del
siglo XX estuvo prohibido hablarlo, hasta que se genera una crisis en el sistema judicial
porque la gente no entendía el inglés, así que después de muchas batallas, sobre todo en el
campo del magisterio, en 1949, logran que se despenalice el uso del español. Y una de las
conquistas que se logran en la constitución de 1952 es que ambas lenguas sean idiomas
oficiales. Del mismo modo, en el protocolo oficial, las dos banderas deben figurar a la par.
Además de la lengua española, como acto de resistencia, en muchas ventanas se pone como
cortina la bandera puertorriqueña (que es exactamente igual a la cubana sólo que con los
colores invertidos; lo que en una es rojo en la otra es azul y viceversa).
Lo que nos interesa a nosotros es que la lengua es muy importante como lugar de
resistencia. Además, la lengua tiene la marca de pertenecer a una comunidad de origen,
como era la de las colonias españolas. Las colonias han hecho un proceso que Puerto Rico
no ha hecho de la misma forma, pero hizo otro, no se estancó, pero siempre está presente
esa comunidad cultural de pertenencia. Para defenderse de la cultura americana, la cultura
puertorriqueña se filia en la vieja y derrotada cultura hispánica. Filiándose en esa cultura
arma su propia cultura y levanta su prolífica biblioteca. En la actualidad si pensamos en la
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Puerto Rico. El primero es ese piso taíno que desaparece rápidamente. Después se agrega el
de la cultura hispánica, que es un piso muy fuerte; luego el de la cultura de origen africano.
Finalmente, en el siglo XIX tenemos otras migraciones de origen europeo, hispánicos o no:
mallorquines, valencianos, catalanes, también holandeses, etc. Piensen que, cuando se
dieron las independencias, un gran número de españoles se debieron refugiar en los lugares
que todavía pertenecían a la corona española.
Lo que hace Llorens Torres es una poetización del jíbaro. El jíbaro se convierte en
el autóctono puertorriqueño; y Luis Llorens Torres en el gran poeta puertorriqueño que lo
canta. Llorens como todo gran poeta tenía sus discípulos, aquí tenemos que señalar a los
más conocidos:: uno es José Ignacio de Diego Padró y el otro Luis Palés Matos. J. de Diego
Padró y Luis Palés Matos son luego creadores de un movimiento de vanguardia muy breve
que surge en 1921 y que se conoce como “Diepalismo”, nombre que viene de la fusión de
los apellidos de los dos.
De ambos escritores, es Luis Palés Matos quien se destacará posteriormente en el
campo cultural. Nace en 1898 y escribe su primer libro de poesía (titulado Azaleas) en
1915. Es un poeta de provincia, de Guayama, una zona de negros, una zona pobre del
sudeste de Puerto Rico. Viene de una familia de maestros y poetas. Luego se traslada a los
cenáculos capitalinos de una ciudad casi provinciana, como San Juan. Es un escritor
valorado por su poesía que se hace discípulo de Luis Llorens Torres. A su vez, Palés va
teniendo relación con distintos zonas de otras de vanguardias, externas. A través de su
relación con de Diego Padró se relaciona con Luis Muñoz Marín, quien será luego en 1952
el primer gobernador del Estado Libre Asociado. Muñoz Marín lo pone a Palés en contacto
con la producción de poetas norteamericanos como Robert Frost y Vachel Lindsay, que
están escribiendo sobre tema negro.
El Diepalismo es un movimiento fugaz, efímero, como muchos movimientos de
América Latina. Es en realidad un poema que se llama “Orquestación Diepálica” escrito
entre ambos. El objetivo de ellos al escribirlo es salir del plano de la expresión de anécdota
y de descripción poética, para lograr hacer poesía con sonidos básicamente
onomatopéyicos. Para ello reproducen sonidos que tienen que ver con la naturaleza y con
los animales.
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Vean también que hay elementos que recuerdan y parodian los poemas modernistas.
Se construye un entorno que tiene que ver con esa escenografía del nocturno. Recuerden el
de José Asunción Silva, la noche, el campo y la imagen de los perros que le cantan a la
luna. En el caso del “Orquestación Diepálica”, que se presenta con la fuerza funcional de
un manifiesto aparece publicado en un periódico local acompañado de la siguiente nota:
“...ninguna de estas novísimas escuelas señala un modo más sintético de expresión
utilizando la onomatopeya. Y nosotros, con el fin de agilizar las actuales normas de la
poesía hemos intentado en el trabajo precedente dar la impresión de lo objetivo por medio
de expresiones onomatopéyicas, del lenguaje de aves, animales e insectos sin recurrir a la
descripción anchurosa y prolija que sólo viene a debilitar la verdad y la pureza del asunto.
Nuestro propósito, insistimos es levantar ambiente en este sentido y, de ningún modo,
significa que vayamos a permanecer fieles a esta modalidad poética en toda la crudeza que
la presentamos”.
Después, José de Diego Padró dirá que juntos escribieron otros poemas en esa
misma tónica, pero nunca se publicaron o se vieron. Lo que sí hay son otros dos poemas,
uno de los cuales, que se llama “Abajo”, fue escrito sólo por Palés Matos y tiene esta tónica
de manifiesto de la poesía de vanguardia. Ahí se ve la ruptura con aquellos elementos que
se consideran caducos de la estética rubendariana
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Hasta ahí tenemos el Diepalismo, que se agota en esos dos o tres poemas. A partir
de ahí, en el campo cultural puertorriqueño se producen tres movimientos, mejor dicho, tres
“ismos” más. El que le sigue al Diepalismo es el Euforismo que en uno de sus manifiestos
propugna, junto con las pautas de ruptura, la idea de la República Eufórica Americana, con
ese espíritu de permanente exaltación y euforia. En el Euforismo se encolumnan poetas
como Vicente Palés Matos, hermano de Luis, y Tomás Batista. El primer manifiesto es de
1922 y el segundo de 1923.
En el Euforismo encontramos la idea de la revolución lírica y la idea de
americanismo y panamericanismo, que va a aparecer también luego en el Noismo. Esta idea
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de americanismo va a estar apoyada en algo que sí llega a Puerto Rico, que es el Arielismo
de Rodó. ¿Alguien sabe qué propone el Ariel?
Profesora: El Arielismo representaba las fuerzas del espíritu, con filiación en la cultura
grecolatina y occidental en contraposición con la barbarie encarnada en Calibán. Saben que
la polarización de Ariel y Calibán viene de La Tempestad, la última tragedia que escribió
Shakespeare. Luego, en la literatura latinoamericana, después de la Revolución Cubana, se
invertirá el valor simbólico de estos personajes míticos. El mito se da vuelta y aparece la
reivindicación de la figura de Calibán como ese otro diferente de la cultura, que deja de ser
el bárbaro despreciado para ser el portador de otra cultura. En La Tempestad, mientras
Próspero rechaza y reprocha a Calibán por su calidad de íncubo, Calibán le agradece a ese
amo que le haya dado el lenguaje que le permite maldecirlo y separarse. Desde ese lugar se
revierte la figura de Calibán, que deja de ser el íncubo monstruoso e ignorante, el otro
absoluto, para convertirse en aquel poseedor y constructor de otra cultura. Calibán pudo
aprender la lengua y separarse del amo para decir otras cosas y hablar otro lenguaje.
El Arielismo fue una corriente, una tradición cultural, importante en América
Latina, que se piensa como reivindicadora del mundo del espíritu y de valores humanísticos
occidentales tradicionales y en contra de aquellos valores materialistas que propugna el
pragmatismo positivista de la cultura sajona encarnada en Estados Unidos. El arielismo cala
también en Puerto Rico. Porque, si bien el uruguayo Rodó no estuvo allí, sí estuvo un
escritor peruano que se dedicó a difundir el Arielismo en América Latina, llamado José
Santos Chocano. José Santos Chocano se dedicaba a difundir el Ariel de Rodó y va a dar
conferencias a Puerto Rico. En el Arielismo esta idea del panamericanismo humanista
enfrentado al americanismo pragmático sajón aparece muy fuerte y se cuela en los
movimientos de renovación y ruptura de la vanguardia. Están hablando ya, con la cultura
norteamericana ahí, de la tensión entre la cultura de origen sajón y la del mundo latino. Esa
es la idea sobre la que van a trabajar, en poco tiempo más, por ejemplo, el mexicano
Alfonso Reyes y el dominicano Pedro Henríquez Ureña. En Notas para la inteligencia
americana, Alfonso Reyes va a tomar esta idea de cómo hacer un diálogo cultural
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en esa trayectoria podríamos señalar como dos zonas de fuerte ruptura o disrupción. Una
tendría que ver con la de la exploración vanguardista del Diepalismo (la onomatopeya, el
sonido, la síntesis, etc.) y la otra tiene que ver con la incursión en la poesía de tema negro.
Si bien él viene escribiendo esos poemas desde mucho tiempo antes (“Danzarina
africana” es de 1918), a partir de 1923, 1924 y 1925 esos poemas se producen desde otro
lugar de mirada y desde otros procedimientos. Pero luego de muchos años de esa
producción y difusión individual los compila y publica en 1937, en un libro que se titula El
Tuntún de pasa y grifería. El Tuntún alude obviamente, al golpeteo y al ritmo del tambor,
sonido antiquísimo en el Caribe, y la pasa y el grifo son la mota, el pelo motado del negro y
del mulato. En zonas de racismo se decía: “tiene el pelo malo”, que era pelo que
denunciaba la negritud. Ya saben que aunque hubiese blanqueamiento de piel se medía
cuánto de sangre negra tenía cada uno. El concepto de cuarterón viene de allí.
Hay un poema, que aparece primero como prosa, y luego lo convierte en poema. El
título es “Esta noche he pasado”. Cuando lo poematiza todavía tiene restos modernistas. Yo
quiero que ustedes vean cómo él lo presenta.
Lectura del “Esta noche he pasado”
Esta noche he pasado por un pueblo de negros.
El caserío inmundo se amontona en un rojo
Pegote miserable de andrajos y de ruinas,
Y sobre el viento lento cunden ásperos tufos
De lodos y amoniacos, mientras entre la sombra,
Los sapos negros croan al fondo de la noche.
Es interesante leer este poema en relación con otros que posteriores o paralelos..
Porque acá prevalece una tónica pesimista, se ve al mundo negro como primitivo, como
peligrosamente hostil y como condenado; recuerden que dice: “Esta raza ya hundida para
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siempre” y veamos esto en relación con los conceptos de raza con los que trabajará luego
de esta zona bastante pesimista. Ese es uno de los primeros poemas, de la etapa de
acercamiento. Después van a aparecer otros elementos que hablan de otra mirada al mundo
de la cultura negra. Por ejemplo en “Majestad Negra” se remarca una energía vital de esa
cultura condensada en ritmo, sonoridad y sensualidad:
“Por la encendida calle antillana
va Tembandumba de la Quimbamba
--rumba, macumba, candombe, bámbula---
entre dos filas de negras caras.
Ante ella un congo--gongo y maraca--
ritma una conga bomba que bamba.
español, Lope de Vega o de Tirso de Molina. Por lo general es un negrito, que no sabe
hablar, que manifiesta un registro de lengua incorrecto, que produce humor y no es tomado
en serio. Es distinto en la obra de Shakespeare, donde Otelo, que si bien representa un
arquetipo de su raza está construido como un personaje trágico. Pero en el teatro español
del siglo de oro su inclusión no es ni trágica ni dramática.
En el siglo XIX latinoamericano hay poetas que toman la figura del negro; pero esta
figura aparece en general bajo tres arquetipos: el viejo criado negro, bueno y servicial; la
mulata sensual, mujer que enloquece al hombre blanco; y la nana negra. Esta figura de la
nana, no necesariamente negra pero sí de otra cultura, aparece en otros poetas de otras
zonas latinoamericanas, señoritos blancos que fueron criados por nanas de otra cultura y
que acceden al conocimiento de esa otra cultura por esta relación tan íntima. Pensemos en
José María Arguedas, criado entre servidumbre quéchua que son su afecto primero.
Recuerden que por esto él habla primero quechua y luego castellano. El propio Palés habla
de que esa vieja nana que lo había criado y amamantado y lo llevaba a participar de hechos
de su propia cultura como, por ejemplo, los Bakiné que eran los velorios de los niños,
ceremonias rituales, donde hay tambor, hay canto y hay danza.
Alumno: En el sur Estados Unidos también está el tema de la nana, que ellos llaman mamy.
Eso se ve, por ejemplo, en Faulkner.
Profesora: Sí, se establece como una relación doble, de servidumbre doméstica pero
también d afecto familiar.
Palés publica este texto, en el que compila poemas de distinta hechura, en 1937. Tiene esa
edición del 37 y otra en 1950 y después hay diversas antologías. Toda esta poesía, antes de
editarse en 1937, circula en un medio pobre (donde la industria cultural era pobrísima).
Allí, como sucede en muchos países antillanos, la radio es muy importante. Además, otro
elemento muy importante, que se da a través de la radio, son los recitadores. Los
recitadores eran una institución. Nosotros teníamos una recitadora famosa, que era Berta
Singerman. Ella fue a recitar a Puerto Rico y trajo los poemas de Palés acá; y lo mismo
sucedió con oros recitadores que viajaban a España o Estados Unidos, que circulaban
llevando poesía de un lado a otro. Muchas de las actividades culturales de esos primeros
Ateneos de lugares pobres tenían que ver con el recitado de los poemas que hacían los
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propios poetas o los recitadores de oficio. Lo cuenta J. I de Diego Padró, que era una
obligación: yo te recito mis poemas y me recitás los tuyos. Esa era una de las forma de
difusión y de conocimiento que tenía ese campo cultural.
Cuando hablamos del ritmo que incorpora esa poesía negra eso tiene que ver con la
incorporación de la síncopa típica de la sonoridad percusiva africana y la combina tanto con
hemistiquios de seis sílabas como con el endecasílabo italiano. También usará el octosílabo
del romance. Es una poesía muy escuchada, muy difundida y muy valorada hasta que
finalmente es publicada en 1937.
En “Para leer la vanguardia en Puerto Rico” van a ver que hay algunas entrevistas a
Palés. A partir de una de ellas, de 1932, se abre una polémica interesante. Porque lo que es
esa comunidad de pares entre José Ignacio de Diego Padró y Luis Palés Matos se rompe
cuando Palés fundamenta la necesidad de incorporar la cultura negra en la poesía.. En esa
entrevista Palés expone su proyecto de la poesía antillana. No se trata de escribir una poesía
de tema pintoresco y levantar el ánimo con la mulata sensual. El está pensando en un
proyecto de independencia y de soberanía antillana, con lo cual se filia en el proyecto de
Eugenio María de Hostos, de una comunidad antillana. Para eso su gesto poético rechaza el
de la poesía de Llorens Torres, que se basa exclusivamente en el jíbaro (lo que entienden
como el criollismo). Porque según Palés hay una poesía criolla, pero no hay un Puerto Rico
criollo. Para él ese criollo ya no existe. Entonces él dice que tienen que hacer una poesía
con lo que hay. Y lo que hay es la herencia hispánica y la herencia africana.
Ese artículo fue publicado el 13 de noviembre de 1932 en el diario El Mundo. El
19 de noviembre su par y amigo José Ignacio de Diego Padró le responde desde el mismo
diario con su artículo llamado “Antillanismo, Criollismo, Negroidismo”, rebatiéndole todas
sus ideas. Estos escritores en un mes escriben cuatro artículos, dos de cada uno defendiendo
cada postura. Palés insiste en su idea de que él no habla de una poesía ni negra, ni mulata ni
blanca sino de una poesía antillana. En ese sentido se acerca a Martí, que decía que cubano
es más que blanco, más que negro y más que mulato. En este caso Martí está levantando la
idea de nación por encima del concepto de raza.
Palés hace como un desplazamiento del concepto racial al concepto de cultura
aunque siga hablando de raza. En el otro cuadernillo sobre Palés “La poesía negrista de
Luis Palés Matos”, que está en las fotocopiadoras, tienen un artículo muy interesante de
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Rubén Ríos Ávila sobre la raza en Palés en relación con el concepto de raza que trabaja el
mexicano Vasconcelos.
En ese desplazamiento que hace Palés del concepto de raza al de cultura está prefigurando
la idea de transculturación de Fernando Ortiz: es un antropólogo cubano que se forma en
las zonas más conservadoras de la antropología lombrosiana, que asociaba genética con
criminalidad.
Profesora: Eso va a ser un poco después, por el ’40. Pero en 1928, cuando va a dar unas
conferencias a España, Ortiz ya ha hecho un desplazamiento. Del concepto de raza,
genético, ha pasado a un concepto cultural. Con el concepto de transculturación Fernando
Ortiz quiere revertir el peso negativo que tiene el concepto de aculturación. Y acá este
tema es fuerte porque lo que está diciendo de Diego Padró es que en la cultura negra no hay
valores porque, tanto la cultura negra como la hispánica son extrañas, pero la hispánica es
superior. Y se sabe, según Padró, que la cultura superior subsume a la inferior, que se vacía
y se llena de los elementos de la superior.
Profesora: Sí, es un poema hermoso, de 1934. Y Palés tiene uno de 1932, “Ten con ten”,
que también habla de estas dos mitades culturales y de cómo aparecen en la tensión del
cruce. Entonces sigo, la idea de ese campo cultural y de esa sociedad letrada blanca es que
en la cultura negra no puede haber ningún valor estético. La cultura negra estaría
subsumida y no tendría ningún valor. Lo que dice Palés está trayendo conceptos muy
modernos para el campo. Fernando Ortiz dice que no sólo se modifica la cultura
considerada inferior, sino que la superior también es modificada. Y Palés está pensando en
ese sentido unos años antes.
Ortiz se aparta del concepto inglés de aculturation, porque en español esa a indica
carencia, negación. El entonces trabaja con un concepto que grafica mejor esta idea. Porque
no es una cultura que se vacía y se llena con los contenidos de otra. La transculturación
implica un proceso de contaminación que es mutuo. La cultura dominante influye sobre la
dominada, pero la dominada también opera sobre la dominante. El concepto de
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transculturación, que es de los años ’40, aparece en el Contrapunteo cubano del tabaco y el
azúcar, y le va a servir al crítico uruguayo Ángel Rama para trabajar sobre el concepto de
transculturación narrativa con el que va a pensar la escritura de José María Arguedas, de
García Márquez y de Joao Güimaraes Rosa. Los ve como escritores transculturadores, que
están como a caballo de dos culturas. Esto, en general, sucede por coyunturas personales.
En el caso de Arguedas, él fue criado por los quechuas y aprendió antes el quechua que el
español. Son escritores que logran transmitir, a través de la escritura, un mundo en el que
cabalgan dos o más culturas.
Esto lo está diciendo Palés en 1932, pero de Diego Padró dice que no puede ser.
Dice que Palés sufre de tropicalismo. Ese es un leit-motiv muy fuerte en los pensadores del
Caribe de la década del ’30: la idea de que el trópico aplasta, produce haraganes, etc. y en
este caso también ideas delirantes Es como una cosa muy fuerte en el discurso de esos años.
Palés levanta dentro de una sociedad blanca la idea de una sociedad mixturada con la
cultura africana. Eso para los señoritos blancos era algo muy difícil de digerir. Por ejemplo,
salen artículos de este tenor: “La broma de una poesía prieta en Puerto Rico” o “El llamado
arte negro no tiene vinculación con PuertoRico”. Palés habla de negro, cuando se solía
decir prieto.
Cuando se produce la revolución cubana, en 1959, hay una revalorización del
Caribe y de su cultura muy importante, sobre todo a través del proyecto cultural de Casa de
las Américas que estimula y promueve esa cultura caribeña. Dentro de eso está la
reivindicación de un movimiento que nace en las orillas del Surrealismo francés, que es el
Movimiento de la Negritud. El Movimiento de la Negritud nace en los bordes del
Surrealismo francés en la década del ’30 y tiene como exponentes a un senegalés (que
después llegó a ser presidente de su país), llamado Leopold Sedar Senghor, al martiniqués
Aimé Cesaire, al guyano francés Lèon Gontras Damas. Todos ellos se conocen en París.
Recuerden que las vanguardias trabajan e incorporan lo exótico del mundo africano.
Piensen en Apollinaire que escribe sobre la influencia africana en el Cubismo. Piensen
también en Las señoritas de Avignon, de Picasso, con sus figuras propias de la estética
africana. Recuerden que las máscaras y los dibujos africanos influyen en estos personajes
pictóricos. En el arte de la vanguardia la presencia africana aparece como un elemento
exótico revalorado. Esto los lleva a los intelectuales negros a profundizar en el tema de la
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y recién en los años 50 aparece René Marqués que empieza a trabajar algunas aspectos del
fluir de conciencia.
Ellos harán luego ese desplazamiento que dije: de refugiarse en el hispanismo,
pasan a entroncarse en la eclosión de la literatura latinoamericana de los años 60. Ahí
aparece algo totalmente distinto, con escritores, por ejemplo, como Luis Rafael Sánchez,
que es mulato, y escribe muy buena literatura y abre un espacio interesante en la
incorporación de la cultura popular donde lo negro también pesa y bastante. Eso implica
revalorización de la obra de Palés y de su aporte. Piensen que en el resto de América Latina
también las vanguardias históricas tienen efectos renovadores en los ’60 y los ’70.
Terminamos aquí. Buenas noches.
Versión CEFyL