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DIOS LEVANTA UN CAUDILLO. Cap.

1-4
Servidumbre en Egipto. Cap. 1: Han transcurrido apro- ximadamente trescientos años desde la muerte
de José. Los setenta hebreos que se habían radicado en el fértil delta del río Nilo se han
multiplicado en centenares de miles. Pero el pueblo israelita, otrora objeto del favor del
Faraón, es ahora esclavo temido y odiado del rey egipcio.
La situación política ha cambiado radicalmente en Egipto. Los hicsos, pueblo que había ocupado el
país durante casi dos siglos, han sido expulsados, y el Alto Egipto y Bajo Egipto volvieron a
unificarse. Egipto ha llegado al apogeo de su poderío militar y se inicia un gran programa de
construcción de ciudades de depósito. Una nueva familia de faraones se sienta en el trono egipcio y
los servicios que José había pres- tado a Egipto constituían sólo un modesto recuerdo del régi- men
odiado que había desaparecido. No hay gratitud hacia los hebreos en los corazones egipcios. Ven
con alarma el asombroso y sobrenatural crecimiento de la población israe- lita. ¿Se convertiría
Gosén en una vía de entrada para con- quistadores extranjeros? ¿Se aliarían los israelitas e invaso-
res para derrotar a los egipcios? Por otro lado Faraón no quiere que los hebreos se vayan. Con
dureza los obligará a servir como esclavos y así los desmenuzará en número y a la vez se
aprovechará de ellos para realizar la construcción de obras públicas.

¿Por qué permitió Jehová que su pueblo fuera oprimido tan cruelmente? Quería que naciera en ellos el
deseo de salir de Egipto. Probablemente los israelitas estaban tan contentos en Gosén que se habían
olvidado del pacto abrahámico por el cual Dios les había prometido la tierra de Canaán. Además, algunos
de los israelitas, a pesar de vivir en Gosén separados de los egipcios, comenzaron a practicar la idolatría
(Josué, 24:14; Ez. 20:7, 8). Tan grande fue su decadencia espiritual que Egipto se convirtió en símbolo
del mundo y los israelitas llegaron a representar el hombre no regenerado. Se necesitaba algo drástico para
sacudirlos a fin de que quisieran retornar a la tierra prometida.
Sin embargo Dios frustra el plan de Faraón. Cuanto más los egipcios oprimen a los hebreos tanto más
se multiplican y crecen. El intento de exterminar a los hebreos matando a los bebés varoncitos nos hace
recordar la matanza de los niños en Belén (Mat. 2:16-18). Fue el intento de Satanás frustrar
el plan de Dios de proporcionar un libertador. Los egipcios perdonaron la vida de las niñas pensando que ellas
se casarían con egipcios y así perderían su identidad racial. La situación de los israelitas se tornó grave.
Para sobrevivir como raza necesitaban un libertador.

La preparación de Moisés. Cap. 2: Moisés figura junto a Abraham y David como uno de los tres
más grandes per- sonajes del Antiguo Testamento. Libertador, dirigente, media- dor, legislador,
profeta, fue sobre todo un gran hombre de Dios. Dice Gillis:
Casi puede decirse que el libro de Exodo es la historia de un hombre, del hombre Moisés que representa el punto
céntrico alrededor del cual gira la crisis del plan de la redención. En el corazón de él se verifica el conflicto. El
recibe la comunicación de Dios para el pueblo y sobre él pesa toda la carga de las pere- grinaciones. Es el que recibe
el golpe de la crítica del pueblo, pues se halla como mediador entre el pueblo y Dios e intercede ante Dios a favor
de ellos?
Moisés narra el comienzo de su historia con tanta sim- plicidad y modestia que ni aún menciona
por nombre a sus padres. Sin embargo se encuentran entre los grandes héroes de fe enumerados
en el cap. 11 de la Epístola a los Hebreos. Por fe interpretaron la hermosura del niño como una
señal del favor divino y del destino extraordinario de él (Heb. 11:23).
Son notables los factores que Dios usó para librar al futuro libertador mediante la arquilla: el amor
perspicaz de Jocabed la madre, el llanto del bebé, la compasión de la princesa y la sagacidad de
María la hermanita de Moisés. Luego Dios hizo más de lo que esperaban los padres, pues les
devolvieron el niño para que lo criaran y se le pagó a la madre, por su trabajo.
Dios preparó a Moisés para ser caudillo y libertador de su pueblo. La mano divina se evidencia
paso a paso:

a) Moisés fue criado en un hogar piadoso por lo menos durante los primeros cinco o siete años
de su vida, y así apren- dió a tener no solamente fe en Dios sino también simpatía y amor a
su pueblo oprimido.
b) Fue educado en el palacio de Egipto. Se pone en re- lieve la providencia divina en que por
medio del decreto de matanza Moisés fue llevado al palacio. Allí recibió la mejor educación
que ofrecía el imperio más grande y culto de aquel entonces. La estadía en palacio no
solamente contribuía a hacerle "poderoso en sus palabras y hechos" (Hechos 7:22) sino
también lo rescató del espíritu cobarde y servil de un esclavo.
c) Adquirió experiencia en el desierto. Al contar 40 años, Moisés se identificó con el pueblo
israelita y trató de libe- rarlo por sus propias fuerzas. Pero ni Moisés estaba prepa- rado
para liberarlo ni el pueblo para ser liberado. Parece que Moisés daba muestras de
arrogancia, provocando la pre- gunta: "¿Quién te ha puesto a ti como príncipe y juez sobre
nosotros?" Como pastor Moisés aprendió muchas lecciones que le ayudarían a gobernar
con paciencia y humildad a los hebreos, pues, como las ovejas, eran torpes, indefensos y no
sabían cuidarse a sí mismos. Conoció también el desierto por el que guiaría a Israel en su
peregrinación de cuarenta años. Además tuvo comunión con Dios y llegó a conocerlo perso-
nalmente. Allí aprendió a confiar en El y no en su propia fuerza.

El llamamiento y comisión de Moisés. Caps. 3-4: Moisés fue llamado mientras pastoreaba ovejas en
las faldas del monte Horeb o Sinaí. El fuego en la zarza simbolizaba la presencia y santidad
purificadora de Dios (Gén. 15:17; Deut. 4:24), y la zarza quizá representaba a Israel en su baja
con- dición. Como la zarza ardía pero no se consumía, así Israel no fue consumido en el horno de
la aflicción. Dios reveló a Moisés la compasión que sentía por el pueblo oprimido y lue- go delineó
los detalles de su plan para liberarlo. Le mandó reunir a los ancianos de Israel y avisarles de lo
que el Señor iba a hacer. Pero Jehová advirtió a Moisés que Faraón no dejaría ir a los israelitas
sino forzado por la poderosa mano de Dios (3:19). Luego los israelitas despojarían a los egipcios y
saldrían victoriosos. Así actúa Dios. Primero informa a su siervo de sus planes y luego confirma su
palabra.
Moisés estaba poco dispuesto a aceptar la comisión de Je- hová. "Respondió con cuatro excusas:

 "¿Quién soy yo para enfrentarme a Faraón?" (3:11). Moisés conocía mejor que nadie el
orgullo del monarca egipcio y el poderío de Egipto; había intentado librar a Israel hacía
cuarenta años y había fracasado. Dios le contestó: "Yo estaré contigo". No sería una lucha de
Moisés versus Faraón sino de Moisés respaldado por Jehová versus Faraón.
 "¿En nombre de quién me presentaré delante de mi pueblo?" (3:13). Tal vez Moisés
sentía que si no tenía el respaldo de la autoridad del nombre de Dios, no sería aceptado por los
israelitas, o quizás deseaba tener una nueva revelación del carácter divino, pues los nombres de
Dios revelan lo que El es. Dios se reveló como "Yo Soy el Que Soy".* ("Yo Soy"; el mismo vocablo
en el hebreo se traduce "Yo seré" en 3:12. Estrictamente hablando el idioma hebreo no tiene tiempos,
carece de presente, pasado y futuro. La palabra Yahveh (Jehová) procede de la misma raíz etimológica del
verbo "ser" o "existir". Pero el contexto (3:13-16) indica que la idea del verbo va más allá de "existir";
significa también "ser activamente presente". Yahveh es el Dios del pacto activa- mente presente en medio de
su pueblo para redimirlo, sostenerlo y de- rrotar a sus enemigos.) El nombre indica que Dio§ tiene
existencia en sí mismo y no depende de otros. Tiene existencia sin restricción. Es como el
fuego en la zarza que ardía pero no se consumía. Sus recursos son inagotables y su poder
incansable. El da pero no se empobrece, trabaja pero no se cansa. Respalda siempre lo que
hace con lo que es, de manera que su pueblo puede depender de El y El es suficiente
para hacer frente a todas las necesidades de ellos.
 "Los israelitas no creerán que yo soy el mensajero de Dios" En respuesta, Jehová le
concedió tres señales mi- lagrosas que serían sus credenciales. Cada una era significa- tiva:
la serpiente formaba una parte de la corona de los fa- raones y era símbolo de poder en
Egipto; la lepra era conside- rada por los hebreos como señal del juicio de Dios (Núm. 12:10 -11;
2 Crón. 26:19); y el agua representaba el río Nilo, dios de Egipto, fuente de su vida y
poderío.

 “No tengo facilidad de palabras” Dios le hizo comprender que su siervo alegaba impotencia ante
el Dios omnipotente. ¿Acaso Dios no le podía facilitar la capacidad de hablar bien? ¿No le
había creado la boca? No obstante Jehová designó a Aarón vocero de Moisés su hermano.

Contestadas sus excusas Moisés aceptó su llamamiento y nunca más miró hacia atrás.
Inmediatamente dio comienzo a su misión volviendo a Egipto. El suceso en que Dios quiso matar a
Moisés (4:24-26) probablemente haciéndolo enfermar hasta el punto de morir, se explica como una
advertencia de circuncidar a su hijo. Dios no hace acepción de personas y los grandes siervos de
Dios deben obedecerle tanto como los demás. "Si Moisés se hubiera presentado delante del pueblo
israelita sin haber circuncidado a su hijo, sin haber cumplido con el Antiguo Pacto, se habría
anulado su influencia con ellos".
PREGUNTAS

 ¿Por qué temían los egipcios?


 ¿Cuál fue el efecto de la servidumbre sobre los israelitas?
 ¿Qué lección práctica ve Ud. en esto?
 ¿Qué luz arroja el Nuevo Testamento sobre el motivo de Moisés al matar a un egipcio? (Ver Heb.
11:24-26).
 ¿Qué rasgo del carácter de Dios sobresale en 2:23-25? (Nótese los cuatro verbos que describen la
actitud de Dios).
 La primera excusa de Moisés demuestra que no se dio cuenta de algo importante en cuanto a la
obra de Dios. ¿Qué era? (2 Cor. 3:5; Rom. 12:3).
 ¿Cuál fue el nombre de Dios que se le reveló a Moisés? ¿Cómo se relaciona ese nombre con Jesús ?
(Juan 6:35; 8:12; 1U:7).
 En pocas palabras indique los tres pasos providenciales por los cuales Moisés se preparó para ser el
caudillo de su pueblo. ¿Cómo contribuyó cada etapa de su vida a su formación?
 ¿Qué significa el título "Yo Soy El Que Soy"? ¿Cómo se rela- ciona con el nombre de Jehová?

TAREA EN CASA

Haga una comparación entre las excusas que Moisés puso al ser comisionado por Dios y
las excusas que nosotros ponemos.

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