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BURGOS LÓPEZ - El Museo Del Horror Ortográfico
BURGOS LÓPEZ - El Museo Del Horror Ortográfico
Fonología y Morfología
avisos o vallas de las que suelen observarse en la calle. Así mismo, el álbum también
“EL MUSEO DEL HORROR ORTOGRÁFICO”: UNA OPORTUNIDAD podía contener errores ortográficos en volantes, folletos o tarjetas de las que
PARA REFLEXIONAR SOBRE EL TRÁNSITO DESDE LA ORALIDAD libremente se les reparten a los transeúntes a fin de publicitar eventos o
HACIA LA ESCRITURA establecimientos diversos de la ciudad. La meta mínima era conformar un cuadernillo
con 24 fotografías (o volantes, o tarjetas, o folletos, o todo lo anterior mezclado)
donde, además de dejar testimonio del error ortográfico callejero o público, los
Campo Ricardo Burgos López estudiantes propusieran también para cada caso, cuál sería el texto correctamente
escrito. El único error ortográfico que no se consideraba válido para llenar el álbum,
era el fotografiar palabras completamente escritas en mayúsculas, pero sin emplear la
Por medio de este artículo pretendemos mostrar una experiencia didáctica sobre la tilde. Por ejemplo, no era válido fotografiar la palabra “CAFETERIA” (así, sin tilde),
ortografía llevada a cabo en uno de los cursos a cargo del Departamento de Gramática pese a que allí existe un error pues la grafía correcta debería ser “CAFETERÍA” (así,
de la Universidad Sergio Arboleda, así como propiciar algunas reflexiones a partir de con tilde sobre la “I”). Esto porque la equivocación de no tildar las palabras escritas
tal experiencia. Para ello, nuestra labor contemplará cuatro momentos: En el primero en mayúsculas es demasiado común (la gente suele desconocer la norma de la Real
de ellos describiremos la labor que se desarrolló con los estudiantes; en el segundo - a Academia Española según la cual es obligatorio tildar también las palabras escritas en
fin de contar con un marco para la interpretación de los resultados - trataremos de mayúsculas), y así la búsqueda que se proponía se tornaría demasiado obvia.
contestar a la pregunta acerca de cuál es la utilidad de la ortografía; en el tercero Esclarecida la experiencia en términos generales y a fin de interpretar algunos de sus
analizaremos algunos resultados del trabajo efectuado y, por último, resultados, consideremos antes algunas propuestas acerca de cuál podría ser la
proporcionaremos algunas anotaciones a modo de conclusiones. Empecemos función de la ortografía en el proceso educativo.
entonces.
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Ibíd.., p.22-23. Ibíd..
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Ibíd.., p. 26. 3/6 10
Ibíd.., p. 30-31.
Por último, y para completar las tesis de Salgado acerca de la ortografía,
mencionemos que, de acuerdo con sus planteamientos, cuando menos pueden En la fase uno de inconsciencia ortográfica podríamos señalar errores como:
distinguirse 3 grandes fases en el desarrollo de la “conciencia ortográfica”.11 En la
primera de ellas, asistiríamos a la “inconsciencia ortográfica”, es decir, al hecho de a) “Jugueteria – Papeleria- Perfumeria- Laminacion-
que el sujeto comete errores sin percibir que existen “posibilidades de error”. Por Cosmeticos”. En este aviso de un negocio escrito a mano y donde, como es
posibilidades de error nos referimos al hecho de ser consciente que en español pueden evidente, faltan las tildes, puede asegurarse que se desconoce una de las
existir diversas grafías para un mismo sonido (b/v, s/z, g/j, con h /sin h, etc). Cuando oposiciones ortográficas básicas de la escritura española (con tilde/sin tilde).
un sujeto sabe que en el idioma existen posibilidades de error, es cuando entiende que El hecho de que en cinco palabras del mismo aviso se prescinda de la tilde,
en la escritura española existen oposiciones ortográficas como las señaladas. permite postular la total inconsciencia de la oposición para cada caso (de otro
Entonces, en esta fase uno sugerida por Salgado, el sujeto es inconsciente de este modo la equivocación no sería tan reiterativa).
rasgo de la escritura. En una segunda fase, el sujeto adquiere conciencia de la b) “unico – credito –activate”. Es el mismo caso de los errores en el aviso
posibilidad de error (es decir, de las oposiciones ortográficas usuales en la escritura anterior. En un mismo aviso escrito a mano para un negocio, aparecen estas
española) pero, al carecer de la información suficiente, todavía incurre en yerros. tres palabras sin las tildes respectivas. Es claro que, en quien escribe, no existe
Finalmente, en la fase tres, el individuo accede a una plena conciencia ortográfica; de la conciencia de la oposición con tilde/sin tilde.
este modo, no sólo identifica las oposiciones de grafemas típicas del español, sino que c) “Carne asada ala plancha”. En esta frase escrita a mano en un negocio
además cuenta con la información necesaria al respecto que le permite alcanzar una del Barrio Chapinero lo curioso es esa expresión “ala” que suprime los
grafía correcta. espacios entre palabras que son patrimonio del lenguaje escrito (bien se sabe
que el lenguaje oral es un solo “chorro de discurso” que al escribir es
necesario fragmentar en unidades de sentido). Aquí lo interesante es que se
3. ALGUNOS RESULTADOS DE LA EXPERIENCIA muestre esa “semiescrituralidad” (si vale la expresión) que da cuenta de cierta
“inconsciencia a la hora de escribir”, que encuadraría en las tesis de Salgado.
En este apartado, a la luz de las consideraciones apuntadas en la sección anterior, En la fase dos (Conciencia de un posible error pero sin suficiente información para la
quisiéramos analizar algunos de los errores encontrados en la didáctica del “Museo resolución) podríamos apuntar casos como los siguientes:
del Horror Ortográfico” A nuestro modo de ver, las tres fases que Salgado ha
sugerido en el desarrollo de la conciencia ortográfica pueden ejemplificarse con los a) “Asecinos”. Esta es la fotografía de un grafito en un muro de la ciudad. No
hallazgos.12 Veamos. obstante, lo curioso es que en la fotografía puede advertirse que en un primer
11
momento el sujeto escribió “Acecinos” y luego (al tomar conciencia del error)
Ibíd.., p. 40-45.
12
Aclaremos, eso sí, que no insertamos aquí las fotografías de los avisos publicitarios o volantes en
donde aparecen los errores ortográficos. Nos hemos limitado a transcribir los textos y errores que muestra de todo el gran cúmulo de errores que el Museo del Horror nos permitió registrar, por cuanto
necesitamos para el análisis respectivo. Así mismo, anotemos que sólo consideramos una pequeña 4/6 si examináramos la totalidad de errores, necesitaríamos escribir un libro y no un artículo.
corrigió al menos la primera letra “c” sustituyéndola por una letra “s”(por ello pared de un restaurante típico paisa en la ciudad de Bogotá. Un primer análisis podría
quedó “Asecinos”). A pesar de que al final comete un error en la grafía de la considerarlo como una muestra de las fases uno o dos de conciencia ortográfica pero,
palabra, el hecho de haber autocorregido al menos una de las dos oposiciones la verdad es que es un ejemplo de plena conciencia de la ortografía (fase tres). Esto
s/c incluidas en ella, revelaría que estamos en la fase dos (el individuo es porque es evidente que los errores se han cometido a propósito, que hay un intento
consciente de las oposiciones escriturales, pero su información aún es deliberado de mostrar “inconsciencia escritural” y eso, paradójicamente, es un
insuficiente para resolverlas de modo apropiado). indicador de que se ha adquirido total conciencia escritural (al menos para la oración
b) “El tinbre no cirve”. Es este un texto a mano escrito junto a la entrada de considerada en el aviso).
un apartamento. Es el mismo caso del ejemplo anterior: A pesar de la frase
principal (“El tinbre no cirve”), la fotografía permite ver que hubo una
primera versión mal borrada de la frase que decía “El tinbre no sirve”. 4. ANOTACIONES FINALES
Empero, se ha borrado la “s” de “sirve” y se la ha sustituido por una “c”
(“cirve”). No obstante, es claro que quien escribió dudó entre “c” y “s” para
escribir “cirve”, y ello nos permite inferir que este individuo tenía conciencia A partir de lo expuesto en los apartados anteriores, podríamos plantear algunas
de la oposición c/s pero no disponía de la información necesaria para anotaciones postreras:
solucionarla. Aunque a primera vista “El tinbre no cirve” parece una
expresión más fea que, por decir algo, el error “unico-credito-activate”
señalado en la fase uno, lo cierto es que revela un estadio superior en la a) Los distintos errores encontrados en el “Museo del Horror Ortográfico” (de
evolución de la conciencia ortográfica (lo que, de paso, nos permite aseverar los cuales este artículo solo expone una muestra) permiten advertir las tres
que en ortografía, no siempre la mayor “fealdad” de una frase o palabra en fases apuntadas por Salgado, así como individuos que no han conseguido
comparación con otra frase o palabra, indica un estadio inferior de desarrollo). hacer un tránsito completo desde la oralidad a la escrituralidad, individuos que
c) “Jéfe- calidád- exámen”. Estas tres palabras donde se emplea mal la se quedaron a medio camino en su reflexión y su práctica de la escritura. Estos
tilde, aparecen en un volante publicitario. De nuevo, lo interesante de estos errores delatarían a los “semiescritores”(no escritores plenos) que
errores es que revelan que, quien los cometió, es consciente de la oposición probablemente son el resultado usual del sistema escolar.
“con tilde/sin tilde” en algunas palabras, pero desconoce las reglas sobre b) Como ya se apuntó en otro apartado, la escuela entraña una reestructuración
agudas y graves que determinan cuándo se puede añadir el acento ortográfico del pensamiento, en tanto que su propósito fundamental tiene que ver con la
y cuándo no. reorganización del lenguaje oral (que es espontáneo) y la familiarización con
el lenguaje escrito (que es premeditado). Ese paso desde lo espontáneo hacia
En la fase tres (conciencia ortográfica) podríamos señalar el siguiente ejemplo: lo premeditado entraña alterar el modo en que se razona. Los errores
“tiene tanta diavetiz que laz ormigaz cele suven puel chorro”. Es esta observados en el “Museo del Horror Ortográfico” (errores de personas que
muy probablemente ya abandonaron el sistema escolar) coinciden con la
una fotografía tomada de un aviso a mano colocado para crear cierto ambiente en la
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tendencia que como docentes solemos encontrar, de estudiantes que tienden a
escribir como se habla. En ambos casos (en los sujetos que cometen errores en
el “Museo del Horror” y en los estudiantes que “oralizan la escritura”) no
sería muy aventurado imaginar el resultado usual del sistema escolar: Un
sujeto en quien la reestructuración del modo de razonar se ha quedado a
medias
c) Según Salgado, el análisis de los errores ortográficos proporciona una pausa
que permite al individuo no sólo subsanar el yerro especifico, sino tener la
oportunidad de reflexionar sobre el lenguaje, de reconstruir la escritura, y en
últimas de reestructurar el pensamiento. El error ortográfico, entonces, bien
puede constituirse en un medio para que los sujetos “repiensen” lo que
escriben (es decir, para que piensen de un modo más ordenado, preciso y
analítico). La enseñanza y el aprendizaje de la ortografía serían cruciales, en
tanto ellas serían otros medios para alcanzar ese proceso de “iluminación
escritural” que es tarea sustancial de la escuela. La ortografía hallaría su
justificación y su razón de ser en el ámbito escolar dado que, si se utiliza para
propiciar la reflexión sobre el lenguaje, bien podría ser un medio privilegiado
para acceder a la “metaescrituralidad” o reflexión sobre la escritura.
Bogotá, Julio de 2006.
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