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Algunas consideraciones generales sobre el

financiamiento de proyectos petroleros en


Venezuela
Simon Herrera Celis
Abogado egresado de la Universidad Católica Andrés Bello. Consultor en materia de
petróleo y gas
A manera de introducción
Este breve artículo pretende exponer algunos aspectos fundamentales para el
financiamiento de proyectos en la industria petrolera venezolana. El financiamiento es
básicamente el mecanismo por el cual se aporta dinero o se otorga un crédito a una
persona, empresa, entidad o gobierno para que lleve adelante un proyecto, adquiera
bienes o servicios, cubra los gastos de una obra, o cumpla sus compromisos con terceros.
La actividad petrolera en Venezuela está sujeta a un sinnúmero de normas de Derecho
Público, lo cual hace que el financiamiento de los proyectos sea un asunto más complejo.
Por otra parte, es de señalar que los financiamientos a proyectos petroleros en Venezuela
están sujetos a los rigores de las sanciones económicas impuestas por el gobierno de los
Estados Unidos sobre Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA), las empresas filiales y las
empresas mixtas.
En cualquier caso, debido a la falta de recursos de PDVSA y del Gobierno, la única
manera que se tiene en la actualidad de llevar adelante proyectos petroleros en el país es
con la captación de capital de empresas petroleras privadas o de propiedad estatal
extranjera, y complementar el financiamiento con fondos obtenidos en el mercado de
valores y/o el denominado project finance. Los patrocinantes de los proyectos serán los
inversionistas, sponsors o promotores que los llevan adelante con o sin la asistencia de
prestamistas o financistas. El enfoque dado a este artículo se circunscribe a proyectos
petroleros aguas arriba.
 
Esquemas de financiamiento
Los proyectos petroleros son usualmente de largo plazo y se inician la mayor parte de las
veces con una fase de exploración, continúan con una fase de evaluación y una posterior
fase de desarrollo inicial, en los cuales la necesidad de inversión es enorme, en las que al
no existir ventas que proporcionen el flujo de fondos, el financiamiento propio o de terceros
es necesario. El financiamiento de proyectos igualmente se utiliza en proyectos
establecidos en los que se necesita realizar inversiones, así como en aquellos casos en
los que se requiere de su relanzamiento.
 En los diversos esquemas de financiamiento de estos proyectos se deben evaluar con
atención los siguientes puntos: (i) los derechos y obligaciones de las partes contratantes;
(ii) la calidad y cantidad de las reservas de hidrocarburos; (iii) los aportes de tecnología;
(iv) el control de las operaciones y decisiones técnicas; (v) la titularidad sobre los
hidrocarburos; (vi) el derecho a la comercialización de los hidrocarburos; (vii) el acceso a
los mercados internacionales para obtener financiamiento; (viii) la existencia de un marco
fiscal, cambiario y regulatorio estable; y (ix) los mecanismos de resolución de controversias
y la ley aplicable.
Los inversionistas deciden ejecutar un proyecto tomando en consideración los anteriores
elementos que serán parte de su matriz de riesgos, y que les permiten apreciar las
alternativas y los mecanismos de financiamiento existentes. En los proyectos de
financiamiento también es posible que participen agencias nacionales de exportación,
bancos de exportación e importación, así como organismos multilaterales de desarrollo,
tanto como prestamistas como aseguradores o garantes de riesgos políticos u otros.
Los fondos para el financiamiento en proyectos petroleros generalmente se obtienen en
moneda extranjera en el exterior, debido a, entre otras, estas razones: el mercado
internacional maneja los riesgos de los proyectos; los altos fondos requeridos son escasos
en el mercado nacional; los riesgos financieros son de gran consideración y, finalmente, se
requieren divisas para adquirir en el exterior los bienes y servicios necesarios para llevar
adelante las actividades relacionadas con los proyectos.
 
Los riesgos en los proyectos de financiamiento
Los prestamistas y los patrocinantes de los proyectos deben tomar en particular atención
en sus respectivas evaluaciones, los distintos riesgos de tipo geológico, operacional,
ambiental, comercial, macro-económico, financiero, regulatorio y político. Es un principio
aceptado que mientras los riesgos sean mayores los costos del financiamiento serán
mayores, lo que hace mover a los patrocinantes de los proyectos a utilizar las
herramientas para reducir los riesgos o trasladarlos a terceros, bien sea empresas de
seguros, instituciones multilaterales, contratistas u otros.
Los análisis que se realizan para atender a la multiplicidad de riesgos y que dan como
resultado matrices y mapeos son necesarios para la evaluación y el gerenciamiento del
proyecto, la asignación de responsabilidades y la traslación de los riesgos. El análisis y la
toma de decisiones son de una gran complejidad y requieren de equipos multidisciplinarios
con experiencia internacional y local en las materias de geología, geofísica, ingeniería,
operaciones petroleras, medio ambiente, gerencia de proyectos, planificación, finanzas,
contabilidad, comercialización, seguros, impuestos, jurídico, y asuntos políticos y de
gobernabilidad. En cada proyecto petrolero se revisan desde los riesgos geológicos hasta
los riesgos de construcción de las instalaciones, sin olvidar la viabilidad comercial y
rentabilidad con el cálculo de la tasa interna de retorno en base a su estimado de duración.
 
El financiamiento corporativo
El financiamiento corporativo se fundamenta en la capacidad de los socios de realizar
aportes al proyecto sin recurrir a terceros. En tal sentido, el financiamiento de un proyecto
a través de una empresa puede provenir de aportes de capital de sus socios o mediante
un esquema complementario de aportes al capital, con préstamos directos de sus socios.
Las consecuencias de realizar préstamos conjuntamente con inversión o efectuar
únicamente aportes al capital, significa que los retornos a los socios sean a través del
pago de la deuda con intereses o a través de los dividendos decretados por la empresa.
Para el pago de intereses a los socios por concepto de préstamos, el costo por dicho pago
será en principio menor que el costo por concepto de pago de dividendos, ya que estos
últimos se pagan con utilidades netas después del impuesto sobre la renta.
 
El financiamiento autónomo de proyecto
El project finance o financiamiento autónomo de proyecto (financiamiento de terceros) es
una especialidad financiera que se orienta a financiar proyectos de gran envergadura, en
virtud de la capacidad de un proyecto determinado de generar flujos de efectivo. Estos
flujos sirven de colateral (garantía ante incumplimientos) de la financiación recibida, siendo
un mecanismo apropiado para aislar el riesgo del proyecto con la creación de un vehículo
corporativo especial, no afectando los activos de los patrocinantes. La característica
fundamental del project finance, comparado con el financiamiento directo de la banca que
es el préstamo tradicional, es que en el primero el prestamista extiende el financiamiento
para un proyecto específico. Por otra parte, la separación de la compañía vehículo y los
patrocinantes del proyecto es un elemento fundamental dentro de la estructura de la
operación y frente al régimen de responsabilidades aplicable a cada uno de los
involucrados.
Esto es posible en la medida que el proyecto sea capaz de constituirse en una unidad
económica independiente, asegurando la generación de flujos netos de caja suficientes
para el pago del servicio de deuda. Mediante este mecanismo, los patrocinantes traspasan
parte del riesgo financiero a terceras partes, que no están dispuestas a involucrarse
directamente en la operación del proyecto, ni a realizar contribuciones de capital. En el
caso de otorgamientos de las acciones en garantía en las empresas petroleras, se deben
tomar en cuenta a los fines de su valoración, las evaluaciones económicas, técnicas y
geológicas del proyecto realizadas por el prestamista y los accionistas de la empresa. Por
mencionar un asunto de particular interés, dichas evaluaciones pudieren sufrir alteraciones
si las estimaciones de reservas de hidrocarburos son recalculadas hacia la baja, con lo
cual la producción estimada también sufriría, dando como resultado una revalorización de
los activos de la empresa, así como de las acciones otorgadas en garantía.
Las ventas de crudos deben estar aseguradas de forma sólida con contratos de
comercialización a largo plazo, de manera que garanticen a los socios y a los prestamistas
que el proyecto será capaz, desde un comienzo, de vender las cantidades planeadas de
hidrocarburos a los mejores precios posibles, y en consecuencia de generar el flujo de caja
requerido. Este tipo de proyectos se caracteriza porque sus análisis deben ser
extremadamente detallados, ya que sólo se verá apoyado por los flujos de efectivo
proyectados que genere, siendo de esta forma el proyecto, en sí mismo, la principal
garantía para el repago de la deuda.
 
La financiación estructurada del proyecto
La “securitización” como mecanismo del project finance de financiación estructurada es
utilizada en los mercados financieros internacionales, con el objeto de mitigar los riesgos
de las instituciones financieras prestamistas. Los prestamistas utilizan estos sofisticados
mecanismos para reestructurar sus préstamos al proyecto en bonos u obligaciones
negociables que ofrecen en los mercados de capitales atados al flujo de fondos del
proyecto. En la industria petrolera se puede utilizar este mecanismo estructurado de
financiación, pues les permite tener acceso a fuentes de financiamiento para sus proyectos
a menores costos, con los flujos de fondos que generan la producción y venta del crudo.
Los mercados financieros en Estados Unidos, Europa y Asia favorecen la diversificación
de los riesgos a través de la securitización, como un elemento esencial para las decisiones
de financiamiento. En la securitización se puede utilizar el denominado “crédito lombardo”
utilizado en la banca europea y estadounidense, que a grandes rasgos es el préstamo que
se otorga a cambio de un título valor negociable como garantía real para respaldar la
financiación y en donde el riesgo del aumento o disminución del valor de la garantía
comúnmente es asumida por el deudor. En este tipo de operación, el acreedor recibe
como colateral, por ejemplo, la cartera de un inversionista en la bolsa de valores o una
letra de cambio o pagaré. Ciertamente, esta garantía tiene el inconveniente de que pudiera
ser difícil su depósito o consignación en determinadas bolsas de valores, empresas de
seguros o fondos de pensiones; sin embargo, su utilización como colateral del préstamo,
puede dar lugar a nuevos esquemas de financiamiento en la industria petrolera en
Venezuela.
 
Legislación venezolana aplicable a las empresas petroleras estatales
Los financiamientos de empresas estatales en la industria petrolera tienen que tomar en
cuenta algunas leyes que rigen al sector público, a saber: la Ley Orgánica de
Hidrocarburos, la Ley Orgánica de la Administración Pública, la Ley Orgánica de la
Administración Financiera del Sector Público, la Ley del Mercado de Valores y la Ley
Orgánica de Bienes Públicos. Adicionalmente, la Constitución consagra la propiedad
pública de los yacimientos de hidrocarburos, como bienes del dominio público, con lo cual
se restringen las garantías que  pueden otorgarse a los patrocinantes y financistas de los
proyectos.
Bajo otras formas asociativas no societarias, como los consorcios o los convenios de
operación conjunta no utilizados en la actualidad en Venezuela, pero reconocidos en la
industria petrolera internacional, pudieran estructurarse con mayor flexibilidad y a menores
costos, alternativas de traslado de los costos y riesgos asociados. En cualquier caso, en
los últimos años se han realizado algunos financiamientos de empresas mixtas petroleras
por parte del denominado socio B. La singularidad de este esquema ha sido el siguiente: el
socio financista clase B (inversionista privado) y el socio clase A (PDVSA o su empresa
filial CVP). Uno de los financiamientos más recientes que conocemos de una empresa
mixta, dado a conocer a través de la prensa internacional, lo constituye Petroregional del
Lago, S.A., la cual habría aprobado varios contratos para garantizar el reinicio de las
operaciones y programas de trabajo en el Lago de Maracaibo, así como la garantía de los
flujos de efectivo para el proyecto, incluyendo convenios de asistencia técnica a ser
suministrada a la empresa mixta por el accionista clase B, teniendo como objetivo principal
el aumento de la producción.
 
Ley aplicable, mecanismo de resolución de controversias y cláusulas de garantía
Es usual que los contratos de financiamiento internacional en la industria petrolera estén
regidos expresamente por Leyes foráneas, como la inglesa, neoyorquina, suiza, o alguna
Ley de un país asiático. Igualmente es común que las partes elijan al arbitraje internacional
como mecanismo para la resolución de posibles controversias, en virtud de la naturaleza
financiera y comercial de este tipo de contratos, en los cuales el sector público realiza
actos de gestión y no actos de imperio, no existiendo, en principio, inmunidad de
jurisdicción en estos casos a favor de las empresas del Estado venezolano, y de existir tal
inmunidad sería relativa y no absoluta.
Como aspecto común en los contratos encontramos las cláusulas denominadas “negative
pledge” (que se entienden como un “otorgamiento negativo de garantía”), y que son
utilizadas con mucha frecuencia en los proyectos del sector petrolero internacional, las
cuales impiden al prestatario, conferir garantías a un tercero sin ofrecérselas también a los
bancos o prestamistas. De este forma, se evita que se reduzca la garantía del crédito
otorgado por los bancos o prestamistas. Por ejemplo, de acuerdo a algunos contratos de
financiamiento suscritos entre Venezuela y el Banco Mundial, PDVSA se encuentra
imposibilitada de otorgar garantías sobre sus activos públicos, salvo que las mismas se
extiendan al Banco Mundial en igual de las condiciones otorgadas.
 
El mercado de valores
Las empresas petroleras pueden acceder al mercado de capitales, tanto nacional como en
el exterior. Dicho mercado puede poseer ventajas comparativas con relación al
financiamiento de la banca comercial como son: reducciones en el costo financiero, mayor
flexibilidad en la estructura de financiamiento, mejoramiento en la imagen de las empresas.
Definitivamente, para muchos emisores el interés que se compromete con las obligaciones
o bonos puede resultar más económico que el propio financiamiento bancario.
Para acceder al mercado de valores en Venezuela las empresas petroleras estatales
interesadas (incluyendo las empresas mixtas) tienen que tener la autorización de la
Superintendencia Nacional de Valores, conjuntamente con la opinión vinculante del órgano
superior del sistema financiero nacional, en consideración a su condición de empresas del
Estado, de conformidad con la Ley del Mercado de Valores, por cuanto dichos bonos u
obligaciones son catalogados como títulos de deuda pública regidos por la Ley Orgánica
de Administración Financiera del Sector Público. La colocación de acciones de las
empresas petroleras estatales en el mercado de valores es algo que por los momentos se
encuentra en evaluación, a raíz de la posibilidad abierta por la cuestionada Ley
Constitucional Antibloqueo para el Desarrollo Nacional y la Garantía de los Derechos
Humanos, recientemente promulgada. Ciertamente, la Ley Constitucional
Antibloqueo confiere al Ejecutivo Nacional la potestad de modificar los mecanismos de
constitución, gestión y participación en las empresas públicas o mixtas, con lo cual,
eventualmente, pudieren transferirse sus acciones al sector privado, con excepción de las
acciones de Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA) o del ente creado para manejar la
industria petrolera, de acuerdo a lo previsto en la Constitución.  
Ahora bien, no conocemos de ninguna empresa estatal del sector petrolero que haya ido al
mercado de valores local y la realidad es que las fuentes de financiamiento se encuentran
principalmente en el exterior. Sí es necesario resaltar que la emisión de las obligaciones o
bonos en Venezuela o en los grandes mercados de capitales a nivel mundial pueden dar
una señal positiva a los actores petroleros e inversionistas internacionales respecto a las
empresas emisoras y al relanzamiento de la industria petrolera nacional.
 
Conclusiones
El financiamiento es un motor clave para el desarrollo de la industria petrolera, pues
permite que las empresas accedan a los recursos financieros necesarios para llevar a
cabo sus actividades, planificar sus negocios y expandirse. Venezuela sólo recuperará el
sendero del crecimiento mediante un agresivo plan de inversiones en materia de
hidrocarburos, tanto líquidos como gaseosos. La única forma de acometer este plan de
inversiones es con el financiamiento externo debido a la precaria situación de las finanzas
públicas nacionales.
Esta ventana de oportunidades abierta a un país bendecido por sus recursos naturales en
una zona geográfica inigualable debe aprovecharse durante las próximas décadas cuando
se espera un cambio definitivo de la matriz energética hacia energías consideradas más
limpias, lo cual ya ha comenzado a darse. La transición energética supone la sustitución
de los hidrocarburos (carbón, petróleo y gas natural), como fuentes de energía primaria de
origen fósil, por fuentes de energía renovables y soluciones para convertir fuentes de
energía en combustibles descarbonizados como el hidrógeno, entre otras fuentes.
La forma actual de las empresas petroleras estatales, incluyendo las mixtas, usualmente
limita las posibilidades de obtención de financiamientos, y hace que los mismos resulten
más costosos en los mercados. La legislación venezolana vigente restringe las
oportunidades de financiamiento a empresas del sector público, en el entendido que bajo
otras formas asociativas pudiesen estructurarse con mayor flexibilidad modalidades de
traslado de los costos y riesgos, y la constitución de garantías. Está por verse si esta
realidad dará un vuelco con la nueva Ley Constitucional Antibloqueo.
Finalmente, la importancia de las sanciones económicas impuestas por el gobierno de los
Estados Unidos a la industria petrolera no es menor. Ahora bien, es evidente que si las
sanciones siguen su curso, alejarán definitivamente a Venezuela de los Estados Unidos y
sus aliados comerciales, y la acercarán a otros centros de poder económico como
financistas de los proyectos, y posiblemente como operadores de los mismos. 

“Mini refinerías”, la
propuesta de empresarios
para aliviar la crisis de
gasolina en Venezuela
PROPUESTA DE MINI REFINERIAS

Recuperar el complejo refinador más grande de Latinoamérica,


ubicado en el estado venezolano de Falcón, es otra idea compartida
por el madurismo y el gobierno encargado de Venezuela.
Un grupo de empresarios petroleros de Venezuela ha propuesto públicamente
una solución inmediata para aplacar la aún vigente escasez de gasolina: la
instalación de “mini refinerías”.

Venezuela es la nación con más reservas petroleras del mundo, pero atraviesa su
peor período de insuficiencia de combustible en décadas.
La carencia se hizo patente en marzo, cuando la mayoría de las estaciones de
servicio cerró por falta de inventario y el gobierno en disputa de Nicolás Maduro
racionó la poca gasolina disponible en la pandemia.

El colapso de su producción petrolera, las sanciones económicas de Estados


Unidos y el desplome de su economía desde 2013 llevaron a Venezuela a
depender de la importación de gasolina, bajo el riesgo de penalidades
internacionales para los involucrados.

Ante la consulta sobre sus iniciativas para zanjar la crisis de combustible, el


capítulo zuliano de la Cámara Petrolera de Venezuela remitió a la Voz de
América un resumen ejecutivo elaborado por el ingeniero César David Parra
donde plantea al gobierno en disputa modificar la ley sobre el mercado interno
de combustible e instalar “pequeños módulos de refinación” que servirían para
surtir de gasolina a cuatro de los 23 estados del país: Zulia, Táchira, Mérida y
Trujillo.

“Con el objetivo de cubrir en el menor tiempo posible el actual déficit de


gasolina y diésel automotriz, se propone la instalación de mini refinerías
modularizadas. Es la solución más idónea y rápida de implementar para cubrir
dichos requerimientos”, indica el documento.

En el mundo petrolero, se conoce como mini refinerías a aquellos complejos


capaces de refinar hasta 50.000 barriles de crudo por día. Sus proveedores las
ofrecen como una solución “rápida y relativamente simple” para áreas aisladas o
remotas.

El costo de una mini refinería de 20.000 barriles al día ronda los 350 millones
de dólares. En Dakota del Norte, Estados Unidos, se instaló una en 2018. Son
comunes en países y zonas geográficas como Kurdistán, Indonesia, África
Occidental y Siberia Occidental.

Parra, quien también es el presidente de la cámara petrolera zuliana, resaltó en


sus apuntes, hace dos meses, que la dependencia de cabotaje o transporte en
barcos del combustible desde el Complejo Refinador de Paraguaná, en el vecino
estado Falcón, es “una debilidad”.

En una declaración escrita a título personal remitida a la Voz de América que


la propuesta se ha entregado a autoridades civiles y delegados de PDVSA en el
estado Zulia.

“Técnicamente es factible. Se cuenta con los recursos en cuanto a calidad y


cantidad de petróleo, áreas con servicios y empresas más el talento humano con
experiencia”, dijo.

El primer módulo de las mini refinerías en Zulia procesaría 6.000 barriles de


crudo al día y podría activarse en 10 meses, estima.
La experiencia, remarca, es factible en otros estados venezolanos que cuenten
con “la calidad y cantidad de petróleo más áreas de servicios”, precisa.

Crisis irónica
La Cámara Petrolera del Zulia, el estado más poblado de Venezuela, con 3,5
millones de habitantes, explica que las “mini refinerías” enfatizarían su
producción de gasolina de 91 octanos y diésel. También, tendrían capacidad de
generar kerosene y residual o fuel oil.

La región tuvo unidades similares en el siglo pasado, recuerda la organización.


La más grande es la de Bajo Grande, que hasta 1987 procesó 57.000 barriles de
crudo al día.

Las “mini refinerías modularizadas” podrían ubicarse donde se instalaron entre


1917 y 1987: en Bajo Grande, municipio San Francisco; Cabimas, Ulé o Mene
Grande, en la Costa Oriental del Lago de Maracaibo, rica en reservas petroleras
y con acceso al mar Caribe.

“Sería el sitio idóneo porque cuentan con sitio permisado, servicios auxiliares,
facilidades de recepción de crudo y almacenamiento de productos refinados y
requeridos para la mezcla de gasolina; centros de distribución de productos o
llenaderos”, precisa la propuesta.

La Cámara Petrólera espera que su idea logre la refinación de 20.000 de los


50.000 barriles de gasolina al día que requieren las regiones de Zulia y los
Andes venezolanos.

Al Estado venezolano, pide garantizar “segregaciones de crudo ligero” para la


refinación. La inversión económica provendría de los sectores privados
involucrados, pero también prevén el financiamiento de “instituciones
multilaterales”.

Carlos Mendoza Potellá, experto petrolero y asesor del Banco Central de


Venezuela, aprecia la buena voluntad de la cámara petrolera, pero valora que la
inversión de tiempo y recursos debe centrarse en recomponer la capacidad de
refinación ya instalada.

“El país tiene una capacidad de un millón 300.000 barriles diarios. Las
refinerías están detenidas por falta de mantenimiento y, algunas, por falta de
piezas claves pequeñas. Es una dispersión de recursos innecesaria”, expresó a
la VOA.

Venezuela tiene cinco refinerías, cuya operatividad colapsó en años recientes. El


chavismo culpa de ello al “bloqueo” estadounidense y la oposición lo atribuye a
la corrupción y la ineficiencia gubernamental.
El Centro de Refinación de Paraguaná, en Falcón, es considerado el más grande
de Latinoamérica gracias a su capacidad de procesar 955.000 barriles de crudo
al día.

Las unidades de Puerto La Cruz, estado Sucre, y El Palito, Carabobo, pueden


refinar 187.000 y 140.000 barriles por jornada, respectivamente.

El gobierno madurista, mientras, recurre a aliados ideológicos para paliar la


crisis. Cinco buques tanqueros de Irán atracaron hace un mes en tres refinerías
venezolanas con 1,5 millones de barriles o 200 millones de litros de gasolina,
encargados por el madurismo.

Los delegados iraníes transportaron a Venezuela 300.000 barriles de aditivos


para la reactivación del centro refinador de Falcón, según informó el ministerio
de energía del país.

El gobierno interino de Juan Guaidó no incluye las “mini refinerías” en su Plan


País, una serie de iniciativas que nacieron de recomendaciones de expertos y
consultas con la comunidad internacional aliada de la oposición para sacar al
país de sus crisis integral.

Elías Matta, diputado y presidente de la comisión de Energía del Parlamento,


indicó este mes que existe un plan de contingencia para reabastecer al país en
solo 12 días con 14 tanqueros de la empresa venezolana Citgo, en caso de una
transición.
La Cámara Petrolera incluyó entre sus sugerencias para zanjar la crisis de combustible otra
alternativa: que el podere ejecutivo de Maduro permita a los empresarios importar
gasolina.

Importación de gasolina
La Cámara Petrolera - capítulo Zulia- incluyó entre sus sugerencias para zanjar
la crisis de combustible otra alternativa: que el poder ejecutivo de Maduro
permita a los empresarios importar gasolina.

“Para atender la emergencia del sector primario de alimentación de los estados


fronterizos de Táchira y Zulia, (que se permita) traer ‘vía gandolas’ desde
Colombia, importador neto de gasolina, y/o a través de barcos por varias
fuentes externas privadas”, dice la petición.

El presidente en disputa decretó en mayo el aumento del combustible


subsidiado. Lo elevó de uno a 5.000 bolívares por litro -menos que un céntimo
de dólar-.

Activó además la modalidad de precios “premium” en al menos 200 estaciones


de servicio de Venezuela, donde el litro de gasolina se cobra a 0,5 dólares o cerca
de 100.000 bolívares.

Al subir el precio de la gasolina y anunciar las estaciones de servicio “premium”,


Maduro pareció aceptar la propuesta pública de la Cámara Petrolera zuliana.
“Serán gestionadas por empresarios privados que están trayendo su gasolina, es
la nueva modalidad que surgió ahora. La crisis siempre crea nuevas
oportunidades y le abrí la compuerta”, dijo entonces Maduro.

No precisó a quién autorizó para la importación ni los eventuales proveedores


del combustible. Fuentes de las estaciones de servicio “premium” en Maracaibo
negaron a la VOA que la gasolina que venden sea distinta a la despachada por la
estatal PDVSA.

“La envía Petróleos de Venezuela y se le paga a ellos en bolívares, según la tasa


de cambio oficial del Banco Central de Venezuela”, dijo el administrador de una
de las gasolineras, que pidió proteger su identidad por temor a represalias.

Esta semana, se conoció que existen estaciones de servicio cerradas por falta de
gasolina en zonas del oriente y el occidente de Venezuela.

LAS MINI-REFINERIAS SON


ESENCIALES PARA EL
DESARROLLO DEL PAIS
Por: Ing. Jorge Echenagucia Cioppa

Marzo 16, 2021

El 16 de marzo de 2021 la página web de PETROGUIA publica un artículo con el


título siguiente: “ En Venezuela no existen crudos para una aventura
económica y comercial como las Mini-Refinerías” . Esta opinión está basada en
las siguientes premisas:
1) Las Mini-Refinerías han sido diseñadas para procesar solamente crudo
liviano

2) En Venezuela no existen crudos livianos como para alimentar esas refinerías

3) Venezuela tiene una gran infraestructura petrolera en la que es más


apropiado invertir
4) El desarrollo de Mini-refinerías compite con la recuperación de la
infraestructura petrolera existente

El propósito del presente escrito es el de demostrar que, por el contrario, las


Mini-Refinerías son una solución esencial para el desarrollo del país y no
compiten con las grandes inversiones requeridas para recuperar la gran
infraestructura petrolera venezolana que fue diseñada para manejar casi 4
millones de barriles por día de producción petrolera y que según el plan país
requiere de la inversión de 118.000 Millones de dólares en 8 años, para poder
recuperarla.

Las Mini-Refinerías han sido diseñadas para procesar solamente


crudo liviano
El concepto de Mini-Refinería se refiere a una reducción sustancial de la
capacidad de procesamiento de la refinería y no tiene ninguna limitación en
cuanto a su patrón de refinación. La evolución de la tecnología y el vencimiento
de patentes de procesos de refinación, ha causado que el monopolio de las
grandes firmas de ingeniería que, por razones de ingresos, siempre han
favorecido la participación en grandes proyectos de refinación, den paso a
empresas de ingeniería y fabricación de mucho menor escala y que han
desarrollado, utilizando la tecnología modular, refinerías de conversión
profunda en módulos desde 5.000 Barriles por Día de capacidad(BPD). A costos
de inversión sustancialmente menores que los de las refinerías no modulares
construidas en sitio. (14.000 US$/Barril Instalado Vs. 20.000 US $/Barril
instalado).

Es obvio que cualquier inversionista prefiere disponer de crudo liviano para


minimizar el costo de inversión en una refinería, pero y en especial para el caso
de Venezuela, la tecnología de mejoramiento del crudo que todos conocemos
porque está instalada en el criogénico de Jose, estado Anzoátegui, nos permite
transformar un crudo de la faja de 8 °API, en un crudo liviano con un mínimo
de contenido de asfaltenos (Parte negra del barril de crudo) para luego ser
alimentado a una Mini-Refinería Modular que permite la separación y el
tratamiento de los productos refinados de bajo azufre, con el siguiente
rendimiento volumétrico, que se corresponde a un patrón de refinación de
conversión profunda:
En Venezuela no existen crudos livianos como para alimentar esas
refinerías

En realidad, y de acuerdo con datos del


informe anual de PDVSA 2015, página 41, se contabilizan cuantiosas reservas
de condensado y crudo liviano que pueden ser utilizadas para disminuir los
costos de inversión de la Mini-Refinerías y que con un requerimiento de carga
a la refinería de 5.000
BPD tienen carga por más de 1.000 años.

*Reservas en millones de barriles

Sin embargo, el concepto de las Mini-Refinerías en la faja del Orinoco tiene


singular importancia debido a que permitiría la participación de muchos
inversionistas pequeños que contribuirían al desarrollo económico de las
diferentes regiones del oriente del país, creando fuentes de empleo y
suministrando el combustible necesario para el desarrollo industrial y agrícola
de cada región. Las Mini-Refinerías, que para el caso de crudos pesados y
extra-pesados incluyen un mejorador de crudo antes del proceso de
refinación, permiten darle valor a las enormes reservas de crudo extra-pesado
que tenemos en la Faja del Orinoco. Por eso su implementación permitirá la
explotación del crudo extra-pesado que tenemos para costear la recuperación
económica del país.

Venezuela tiene una gran infraestructura petrolera en la que es


más apropiado invertir
Es cierto que Venezuela tiene una gran infraestructura petrolera instalada,
pero también es cierto que en el estado en que se encuentra esa
infraestructura requiere cuantiosas inversiones para poder recuperarla. El plan
país elaborado por expertos petroleros venezolanos requiere la inversión de
18.700.000 millones de dólares en 8 años para la recuperación de esa
infraestructura.

Las Mini-Refinerías requieren de una inversión de 70 Millones de dólares para


una capacidad de refinación de 5.000 BPD. Nuestro punto de vista es que dada
la situación por la que atraviesa el país, es más fácil conseguir inversionistas
para montos de inversión bajos que para montos de inversión como los
requeridos por el plan país. Adicionalmente, las Mini- Refinerías ayudarían a
reducir el crítico déficit de gasolina y gasoil que estamos sufriendo y a mejorar
la economía de las regiones mediante la creación de empleos y el desarrollo de
la industria local en muchos lugares simultáneamente.

El desarrollo de Mini-refinerías compite con la recuperación de la


infraestructura petrolera existente
El desarrollo de las Mini-Refinerías de ninguna mañanera entorpece el plan de
inversiones de grandes inversionistas, que no están interesados en inversiones
pequeñas como las que se requieren para una Mini-Refinería. Es una solución
que ayuda a solventar la situación del mercado interno de combustibles,
mientras se procede a la reparación de las grandes refinerías nacionales y que
ayudaría entonces a que los productos de las grandes refinerías sean
exportados para generarle más ingresos al país.

Reflexión Final
Los proyectos de baja inversión, en los que se integren las actividades de
producción, refinación y comercialización de combustibles en el mercado
interno del país, son proyectos que perfectamente se pueden ejecutar
cumpliendo con la legislación venezolana vigente. La evaluación y rentabilidad
de esos proyectos ya ha sido evaluada. Una vez que uno de estos proyectos
comience su ejecución, servirá de vitrina para estimular la confianza en los
inversionistas y la masificación de las Mini- Refinerías para beneficio de todos
los venezolanos.

¿Qué se necesita para instalar una refinería?


Una refinería requiere una conceptualización técnica y de factibilidad de su
diseño, construcción, instalación y operación. Definiciones: Refinación: Es el
proceso de separación del crudo por medio de métodos físicos basados en
cambios de presión y temperatura con el conocimiento de separación de cada
producto.10 set. 2018

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