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‘Teoria y Andlisis Literario Citedra C Terry Eagleton “The significance of Theory” en The. significance of Theory, Oxford, Basio| Blackwell, 1990. Traduccion : Martin Schifino. i4 IMPORTANCIA DE La THORIA(*) En-esta ponencia quiero teorizar sobre teoria -comprometer- me, come dicen, en la “meta teoria”- y esto, a] menos en cuanto je toca a la teorie literaria. ye pareceria situarme a cinco grados. de le vida real. Primero hay metateoria; luego la teoria jiteraria que aquella toma como su objeto de investigacion; luego critica literaria. sobre la cual mucha teoria literaria se refle- jai luego literatura, el objeto de la investigacién critica: y juego “vida real”. el objeto de la literatura misma. En otras Palabras, es dificil comprometerse en esta empresa cin sentir gue uno se esta cavendo del margen. Pero por supuesto que esta cor- zante polaridad entre “teoria” y “vida real" es seguramente enga— iosa. Toda vida social es en algun sentido tedrica: incluso declereciones aparentemente tan coneretas e intachables come “Pasame la sal" o “acaba de poner el gato afuera” comprometen Proposiciones teérices de algin nivel. declaraciones controverti_ bles acerca de la naturaleza del mundo. Esto es, indudablemente teoria de bastante bajo nivel, dificilmente de grandeza einete. piana; pero proposiciones tales como “esto es un sarro de cerve. ge" Gevenden de la suposicion de que el objeto en cuestion va a despedazarse si se deja caer desde cierta altura en vez de exeul. Sar-un pequefio’ paracaidaé sutilmente coloreado- y si hiciera esto Ultimo en vez de lo anterior, tendrisinos entonces que revisar le Broposicién. Y justamente como toda vida sociel,es tedrice, asi toda teoria es un verdadera préctica social. te que distingue el anime! humanc de cus otros compaiieros animales es que ¢1 se mueve dentro de un mundo de significada ~c, mee cimplemente, que habita un mundo, mas bien que sélo un espa. cio fisico. La vida humana es existencia -"significante”- hacien- do signos. No es que, a diferencia de otros animales. nosotros engamos ne actividad fisica pero tambien signos: sucede gue vivir entre signos transforma todo ¢] significado del eintagma activided Fisica”. La actividad de un ser humano no es un com. portamento mas otra cosa; porque tenemos esa otre cose -el ienguaje- nuestro comportamiento biclogico es transfigurade hacia ia historia. No me propongo swgerir que no compartimas mucho de importancia con otros animsles, o que el lenguaje es el nico modo por €1 cual la hietorie ocurre: no podriamos tener hietorie por sino p mos trabajar de determinados modos modes que el lengusje avude a hacer posibles. Pero ©] margen ue tenemos sobre ctras risturas provoca una diferencia vite] en cuanto 4 las actividades con ellas. En un senti- do. hace ‘a existencia mucha més precaria. Porque der a nuestros cuernoe haste el come en la guerra. Si las ardillas oF theory” vide) en The significance of Blackwel hasta donde sabemos, no estén en este momento ocupadas constru- yendo secretamente armas nucleares. no es particularmente porque sean un grupo més simpético que nosotros sino porque no pueden desplegar nuestro tipo de signos. Su monétona existencia, deter- minada por la especie biolégica, es mucho més segura y estable que le nuestra. Una razén por le que tenemos teoria es para estabilizar nuestros signos. En este sentido todas las teorias incluso las revolucionarias. tienen algo de conservadoras. Pero ei extinguiéramos esta precariedad que €] lenguaje nos brinda extirpariamos también nuestra creativided, y entonces, como dicen en Inglaterra, hay que aceptar las patadas junto con e1 medio pefilque. Si toda la actividad humana es en algin sentido teérica, se sigue que la teoria es uns actividad que ocurre todo el tiempo ineluso al poner el gato afuera y al romper jarros de cerveza Pero cuando se obtiene un estallido realmente virulento de tec- ria, & escale epidémica. como hemos estado presenciads més menos durante los wltimos veinte afios en las instituciones lite- rarias, entonces se puede estar seguro de que algo anda mal. Ya que esto suena al tipo de afirmacién més probable de ser aventu- rad por 1 profesor Bloom que por mi mismo, deberia tal vec explicarla. (Me refiero al profesor Bloom de la universidad de Chicago, no al verdadero profesor Bloom.) La mayor parte del tiempo, nuestras actividades intelectuales y de otro tipo se desenvuelven bastante serenamente, y en este situacién por lo general no es necesario ningin gran consumo de energie tedrica Pero puede llegar un punto en donde estas actividades descontades empiezan a titubear, tambalearse. despegarse. extenderse en pro- blemas, y es en este punto cue les teorias prueben ser necesa- rias. La teoria a escale dramatice aparece cuando pard ella ee la vez posible y necesario hacerlo -cuando las razones tradicio- nales que han sustentado silenciosamente nuestras practicas cotidianas estén en peligro de ser desacreditadas. y necesitan ser o bien revisadas o bien descartadas. Esto puede abarecer po: razones internas de esas précticas, o devido a ciertas influen- clas externas, ©, més cominmente. debida a una combinecion de ambas cosas. La teoria no es mas que une préctica forzada hecia una nueva forma de eutoreflexion « causa de ciertos doloroso: problemas gue ha encontrado. Como pequefios chichones en 1 cue- lio, es un sintoma de que no todo esta bien Si esto puede sucederle a una practica humana cuande- es bastante variable. Hece mucho tiempo, por ejemplo. la gente simplemente estaba acostumbrada & dejar caer las cosas de tanta ro hoy tenemos fisicos para inzormarnos de las leves d por las cueles caen los objetos: filésofos para dud: abscluto objetcs discretos para ser dejados socidlogos para Jicer cémo todo este es en ealidad consecy: yesiones urbana sugerir siad estamos Gesechand tas pi ome tode de Gi de is merte: are argumentar da angustia @: ion del po Ya puede ser lo mismo de nueva. No podemos simplemente vagdébamos tirando cosas tod eimbélice un signo de SB cosas NO edén donde t de problemas. Lo que ha sucedide, en efecto, es que la practica he sido forzada a tomarse 2 si misma como su propio objeto de investigacién. Le teoria no es més que actividad humans recostan- dose sobre si misma, restringida a un nueva clase de sutorefle- xién. Y al absorber esta autoreflexién, la actividad misma se verd . transformada i como la produccién de literatura se ve alterada por la existencia de la critica literaria De todos modos, esto pareceria envolver una curiosa parado- ja. Porque uno de los efectos de prestar a nuestras practicas auteconciencia en este sentido, de formalizar el entendimiento técito “por el cual operan, bien puede servir para invalidarlas Tal vez hicimos lo que hicimos porque no fuimes conscientes de jas problematicas asunciones que subyacen a nuestra conducta. Por cierto diversos teéricos, desde Friedrich Nietzsche a Sigmund Freud, y Louis Althusser. han afirmado que semejante amnesia u elvidé es una condicién esencial pera cualquier accién intencio- nada de que se trate. Objetivar un proceso es volverlo un poten- cial objeto de contestacién. por lo cual, para un orden imperan- te. siempre es m4s seguro seguir la senda inglesa y y no hacer nada tan vulgar y peligrose como llevar su constitucién al papel. Si piensan demasiado intensamente en como besar a alguien, segu- ramente hardn de eso un lio. La teoria. entonces, desestebilica potencialmente la vida social: vero va he dicho que eso es tam bién una fuerza conservadora. Bs conservadora en tanto que menudo busca abastecernos con nuevas razones para lo que hacemos ordenando. y formalizando nuestros significados: pero no puede hacerlo sin volvernos vivamente conscientes de lo que hacemos, y esto siempre puede sentar la posibilidad de que deberiamos hacer algo distinto para variar. El objeto de le teoria es..en un sentido sumamente amplio ls Bistoria"; pero esta formulacién no sera suficiente, dado que je teoria es ella misme un acontecimientc hietérics. Un acto de teoria toma 4 la historia como su blanco. pero entonces se en- cuentra a ei misma uniéndose « ess historia que considera. alte- réndola en 1 proceso. Para entender esta aparicién necesitaria mos otro acto de teorie, por medio del cual hacerlo: pero esta “meta teorie” es a sv vez un acontecimiento histérico, que se veré absorbide en la historia sobre la cue se refleja. y requeri- ré entonces aun otro acto de teoria para mostrar cémo todo esto eucede. En otras #5. nos encontramos en un regreso infini- to, mientras “historia” v "teoria” se persiguen las colas en une dialéctica aparentemente incesante. El nico modo en que podria- mos detener ia cadena seria arribando « la Teorie de las Teoria je gran Teoria Globel que no constituiria en si misma un aconte~ Cimiente historico. Esta solucién tiene un Gnico inconveniente simplemente que es imposible La razén de que estem: de ia gran explosi s todavia afectados por el resultada n tedrica que tuve, lugar durante las pasadas doz décadas Ss que ain no fi suglto el problema respecto del el sintoma. Ese problema. en mi primer término con ts literatura tiene gue ver con €1 rol de las capitalistas recientes. La teoria trante ¥ perturbador que tiene si se de une cuestién de hablar de significantes humanida no tendria tratars simplemer Ree bien que de simbolos. o de sobredeterminacién semantica més bien que de textura poética. Nadie fuera de unos poses niles de ae ees Politicamente insignificantes-esté demasiado interesads tne eco temas, y el hecho de que unos afios atran en Ingletesee Conbrigee Cvereis .sobre estructuraliemo en la Universided de Cambridge hava llegado hasta la primera pégine de los diarios “de porgeeria” tiene més ue decir sobre el frégil encanto de Cane bridge que sobre el hambre de las masas por una correcta solucion al problema del estructuralismo. (Una historieta on aguel momento cee cetete ef Un trabajador leyendo su diario de le manana yo co berceeo Preguntaéndole: “za agarraron al estructuralista de Can bridge?", evidentemente bajo lu impresién de que se teecare de un esesino suelto.) Si le teoria importa. seguramente es porsae coon ei pante sensible en 1 mismo centro de la sociedad occidentel: el ehecho de que las humanidades. en un sentido, sean sumencnte releventes para su existencia corporativa, yen stro sentido Bre yeamente no importen en absoluto. Es bastante sorprendente gue 108 guardianes de las humanidades -criticos literarios v Gemas- deban experimentar lo aue Jacques Lacan habria Licncde “un desvanecimiento del sujete” 0 crisis de identidad, y besern 2Ospegemente soluciones para ello a traves de nuevos modelos de autoreflexion. ba frase “la crisis de las humanidades” es un buen ejemplo de jo gue les retéricos ilaman tautelogia. Porque le cricic oo fen propio de las humanidades como e) haggis de Escocia, y ies he Semuido de cerca desde del verdadero comienzo. No es qué have un SBETES Oe valores asemurado, conocido como las humanidades, que cectentemente golped algunos problemas preocupantes; por “el contrario, la crisis y las humanidades nacieron a un tiemeo, Sn efecto. la misma idea de construir cierto enclave privilegiaag jiamado bumenidades. relativamente aislado de las attivideoes Somunes de la vide social. ene cual los valores més preciades de ese vide puedan ser alimentados y contemplados, ee perts wee Ge wn problema que de una solucién. Histéricamente hablende, oe ddee de las humanidades. al menos en el pericdo moderno, suree ep Up Punto donde cierta clase de positivos valores humanos se sienten cada ves més amenazados por una sociedad filistes. cra: mente materialiste, y deben entonces ser separados de aquella erene focial en un doble gesto de elevacién y aislamiento. :Cémo podrian las humanidades no estar en crisis dentra de ordenes socia donde esta verfectamente claro. cualescuiera sean su. protestas a favor de lo contraric, gue la unica actividad suman mente valiosa es la de conseguir un billete facil? Aun asi ese, glero por igual que las humanidades no resultan ser une ene hipocresi«. congeléndose en le torte del capitalismo: por s Sontyeric. todavia tienen un rol enormemente imporante gue jugar oo Construccion y reproduccién de formas de eubjetividad sue jag tiene por ideolégicamente nsables. Le mevoria ciedades humanas. tel ves t ansian algin sagratio mtro del clamor de resiones mé: eda ser reflejado per un momento este o souelle técnics particular a practice de lo humano come tal igion, cierto tipo de ece. literatura. jdue cic mit en nuestra benéicién poder saborear lo humano como tal, despojado de sus especificas encarnaciones sociales. sexuales, raciales e histéri- cas! Y qué pena que esto sea a su vez un mito Que este sello de humanismo trascendental no es en efecto més que un mito ‘fue volviéndose dolorosamente evidente durante Jos: “60 ~e1 perfodo durante el cual la teoria literaria tal como le tenemos hoy despegé por primera vez. ( Muchas de las teorias en cuestién, por supuesto, se remontan mée allé de esa fechi pero fue en aguella época que ellas fueron restauradas y recons~ tituidas en la serie de discursos vagamente conectades que hoy Conocemos como teoria literaria.) A la altura del consumismo capitelista, el imperialismo americano y el movimiento por los derechos civiles, se iba volviendo més y més dificil encubrir el hecho de que aguelles areas de desinteresada investigacion humanista, conocidas como instituciones académicas, fueron ence- rradas directemente dentro de las estructuras de dominacién tecnolégica, violencia militar vy legitimacién ideolégica. Un cuerpo estudiantil mas nuevo y socialmente heterogéneo. del que va no se podia esperar que compartiera espontdneamente las supo- siciones de clase de sus maestros, llevé « cabo asi un tipo de “extrafiamiento” practico de esas suposiciones, lo que los dirigié & su vez hacia las nuevas formas de autoreflexién critica de las gue ve he hablado. La “Teoria” nacié. cualguiera sea el respete académice que haya conseguido desde entonces. como una interven- cién politica De todos modos, ninguna teoria ha construido dentro de ella un& propia orientacién politica cue sea evidente, no mas que como wna forme literaria lo lo haya hecho. Esto no quiere decir que jas teoriss y les formas literarias son politicamente neutras mas bien gue son polititamente polivalentes, capaces de generar una multiplicidad de efectos sociales a veces bastante contrad. tories. Fue astute por parte de Goebbels. ministro de propaganda de Hitler, ofrecerle trabajo bajo el nazismo a Erwin Piscator. el mes grende director marxista de Alemania y mentor de Bertold Brecht. Goebbels observe bastante acertadamente que no habia ningune recon por la que la tecnologia teatral aue Piscator habie utilizado para la causa de la politica emancipatoria no debiere ser robada en pro de fines politicos mas bien opuestos. La teoria sure una ambivalencia similar. Si les humanidades tienen serios ‘oblemas jas teorias pueden o bien ser usadas pera exponer jas dudosas raices ideolégicas de aquéllas. a bien des plegadas para restaurarlas de un modo més nuevo y seduetor. Le teoria pusde verse como proveyendo a una industria de la eritica literaris decaida con un necesitado empuje de capital y maquina- rie espiritual. mayormente importado de las naciones de la Comu- nidad Economica Europea. En los afos de postguerra. la modernidad (modernism) cultural se volvié mas y més institucionalizada Oeste. rigs y Schoembe: to. La teoria era entences en donde aque rno (modernist) podia refugia: lo ove no era simplemente ur on mente. una “teoria moderna”. Pero esto a amente vulnerable @ la incorporacién in y Benjamin asum Balzac y Beckett en las librerias ecadémicas Hablando como un outsider. me parece que la frase americana cargada de mayor quintaesencia en estos dias, aparte de “Que tenga un buen dia", es “ jSe puede incorporar cualquier cosa! Los liberales y radicales americanos tienden a ser, entendible~ mente, algo asi como un grupo oscuro y fateliste, dolorosamente conscientes como son de la rapidez con la que incluso la obra de arte mas revolucionaria puede ser ubicada en el lobby del Chemi- cal Bank, o de la presteza con la que el Pentégono puede contra— tar @ su manojo de semiéticos y deconstruccionistas. Este no ers, en absolute, un problema que en gran modo persiguieran las van- guardias revolucionarias de la temprana Unién Soviética o de la Repiblice de Weimar. jQué idealista imaginar que el arte, o le teoria, puedan resistir en ei mismos el poder politico! Si tus apreciados artefactos revolucionaros pudieron ser integrados en el sistema, esto significa, seguramente, sélo una cosa: no que no fueron suficientemente inauditos o subversivos, sino que o bien no tuvieron verdaderas raices en un masivo movimiento politico de oposicién, o bien las tuvieron, pero (como en los casos Soviético y Weimar) esos movimientos fueron finalmente derrotados. Le cvestion de la “incorporacién” es un cuestién de la politica, no de la teoria o de la cultura en primer término. Si continta el sistema actual. entonces es sin duda ciertc que no hay teoria o produccién cultural que éste no pueda revertir pare sus propios v mezquinos fines. Si triunfa un movimiento de la oposicién, enton~ ces el orden establecido seré incapaz de incorporar nada porque habré side incorporado por sus oponentes. Lo unico que ese orden no puede incorporar es su propie derrota. Dejemos que trate de poner eso én el lobby de sus bancos La pregunta por los usos de la teoria, entonces, es en primer térming una pregunta mas bien politica gue intelectual. En mi pergspectiva. los eriticos literarios no se dividen primordial mente entre aquellos que son entusiastas de la teoria y aquellos que la consideran como la Gltima agitacién del Mundo Libre. Se dividen, mde bien, entre aquellos que entienden lo aue Walter Benjamin quiso decir cuando declaré que no habia documento de civilizacién que no fuera a su vez un registro de berbarie, ¥ aquellos que no. No se necesita a la “teoria” para entender este reclamo: muchos de los sujetos 4] barbarismo, privados de una educacién académica. entienden su significado rerfectamente. De todas maneras. se Puede necesitar la teoria para solucionar algunas de sus implicaciones. Presumiblemente. Benjamin no euiso Gecir con su afirmacién que los documentes de cultura ne fueran sino registros de barbarie. Quiso decir que existe un mode de leer —dificil y delicado- que puede. por asi decirlo. vadiogre- fiar el texto pare permitir emerger a trevés de sus os efirmativos los somprics lineamientos de la le desgracia que lo hizo posible en primer son para ser un socialista. en mi op superar del todo el asombra di loge hombre y mujeres y haya totavia eee. un destino de infructuoso e@ irremediable Come hubiers dicha Bertolé Brecht. es le ne-necesidad de lvura” tiene sus dudosas raices como los mismos seres humenos gue siempre desean reprimir sus mal reputados origenes, fantesea on que se levanté completamente emplumada & partir de sus. pro- pias cspaldas. Une critica materialista es aquella que busca Geshacer esta fantasia edipica y recordarle a la cultura’ so filiscion criminal. Qué método, teoria, acercamiento o teenies use para estos fines es un asunto completamente secundario. Una vez que una teoria emancipatoria haya triunfado en este tares, entonces no hebra para ella nada més que hacer. y detere Permitirse a si misma marchitarse tan pronto como sea decentemen, fe posible. En otras palubras, es un error imaginaree gue lee feorias emancipatorias -socialistas, feministas y otras- sestice pen ous creencias, en algun sentido, del modo en que lo hacen los budistas © los vegetarianos. Estos ultimos presumiblemente aspi- ren (gbormanecer fielee a sus creencies toda la vida: las prime. Sa ons iPan & deshacerse de ellas tan pronto coma sea posible. $e objetivo es ayudar a conseguir las condiciones matericies cn iss gue sus teorias ya no serén esenciales. © incluso, decputs oe entre mee; Gel todo inteligivles. Si quedan radicales pelitious fentro de cincuénta afios seré una perspectiva desugradabie, Todos iss teorias emancipatorias, hasta ahora, se han febricede adentro arene wer te de dispositivo autodestructivo, y se mueven baie e) Signe de la ironia. En una sociedad justa. no habria necesided Ge joorices radicales comprometiéndose en trabajosas exposiciones de joe mecanismos sociales & partir de los cuales un grape de indi-~ viduos acaba sistematicamente dominando a otro, ye que le gente Eimplemente se horforizaria de s6lo pensar en que esto puiiere suceder. Aquellos que consideran tal perspectiva como impocibice Rente {romantica o utépica.se olvidan de que hay millones de Pee oe t_munde de hoy que no tienen ningun entendimiento de los sistemas de dominacién, y que bien podrian encontrar tree la idee eepantosa. Estas.rersonas se conocen como nines, Loe cihes gon jos mejores teéricos, va que todavia no han sido edueadoe cere eeeptar nuestras rutinarias practicas como. “naturales’\y Sgponces insisten en proponer contra esas précticas las presuntas Tes desconcertantemente generales vy fundamentales. considecdracn jas con un maravillado extrafiamiento que nosotros, come adultos. hemos clvidade hace tiempo. Ya que todavia ne se aferren 2 nues— Eres, Précticas scciales como inevitables. ne ven por ‘gue’ “so Fodriamos hacer cosas completamente diferentes. " :De donde viens el capitalismo. Memi?". es por consiguiente la tipics pregunta srer nce: DS que generalmente recibe lo que se podria denemaince ane resruests wittgensteniana: “Asi es cémo hacemoe las cosas, ei chicos gue quedan descontentos con esa deslucida Padres avienes tienden a crecer para ser tedricos capaces d& contener su azoramiento ante lo que Gr supuesto. Bertold Brecht ucostumbrabe ine 4 interpreter con este excramiento bien en conoce como “efecto de s#lienacion queilos emar ndery Brecht. y entonces. obje- | imgiternes a ser actores ineptos. La teoria @ menudo se siente dificil porque usa frases como “fenomenologis hermenéutica”, y seguramente es el caso que ningiin discurso dedicado a exponer los complicados mecanismos por los que una sociedad opera pretende sonar como el tipo de cosas que unc puede escuchar en un colecti- vo. “Jerga” slo significe un lenguaje no natural pare mi; pero la jerga de una persona es e] lenguaje comin de otra. La verdade- ra dificultad de la teoria, de todos modos, se desprende no de esta sofisticacién, sino exactamente de lo contrario -de su demanda de que volvamos a la infencia rechazando lo que parece natural y negéndonos a ser persuadidos con respuestas furtivas de bien intencionados mayores. Imaginen a un grupo de personas atrapadas, tipo Bufiuel, en una habitaci6n, discutiendo las posibles formas de salir. Une nueva persona entra -esta habitacién, imaginemos convenientemen— te, tiene una sola direccién obstruide- y se instala para escu- char la conversacién. Después de un rato se le ocurre que a pesar de que la conversacién es verdaderamente constructiva, baetante de elle es, mds que una respuesta estratégica, un sintoma de la situscién. Tal vez estas personas en realidad tengan miedo de salir de la habitacién, y sus peleas sean en este sentido une forma de desplazamiento. El nuevo miembro del grupo esté enfren- tado a un problema. Le que necesita ee disefiar una forma de intervencién discursive que de algan modo tenga éxito en iluminar la relacién entre la convergacién y la situacién; debe encontrar algin "meta discurso” (e1 cual sélo puede serlo para estas inten- ciones particulares) que puede persuadir a sus compafieros etrapa— Gos. de tomar su conversacién como atads @ sus condiciones mate- riales més bien que, simplemente, como una solucién potencial a aquellas. Pero cada declaracién que é1 haga estaré claramente en peligro de ser meramente absorbida dentro del ya establecido cireuito de discusion, escuchada sélo como otra Util sugerencia més bien que como un intento de transformar todo e¢1 escenario. Eete individuo recien llegado, noten, no necesariamente estara desinteresado", y por cierto, no es posible que lo esté: spor qué. entonces, estaria tan sioso de intervenir? No se trata necesariamente de que esté en posesion de un conocimiento supe— rior: se trata edlo de que esta siguiendo una regla distinta de las otras, una regla que incluye el] precepto “escuchen siempre al discurso como. 4l menos en parte, sintomatico de las condiciones teriales dentro de las cuales se desenvuelve més bien que como & algo en si mi: “, En esta situacion. el nuevo individuo es el ico. y los habitacién son los idedlogos Agquellos radicales o liberales que se sienten de algin modo incémados sobre un ejemplo como és) -porgue warece sugerir que el teorico es superior al resto- deberian aceptar gue el corolerio de recha- x siempre a alguien el] titulo de decir algo Util es rechazar giempre el haber sido advertido A despecha de este reclame por la superioridad. a los tedri- coe emancipaterios no les dgrada en absolute ser pr de la rade hacerlo porque sus pro veorias inzorman gu: en cualquier proceso de verdadera su propio rol dificilmente central no es aguellos que necesitan le emancipacion no requieren oretl oreue €1 re] del t on -aue y orico S28 8 aificiimente central. no tenga un rol en absoluto. Es simplemente insistiren que le emancipacién politica. come beber o comer. es por definicion (no sdélo contingentemente) una actividad que uno Puede llevar a cabo solamente por si mismo. Y esto es. en parte porque le més dificultosa forma de emancipacién es siempre. una cuestion de liberarnos e nosctros de nosotros mismos. E] humanis- mo liberal es muy aficionado a imaginar un espacio interior dentro del sujeto humano, donde é1 0 ella es significativamente libre. Un sofisticado humanista liberal no negaré, por supuesto que los sujetos humanos estan externa o incluso internamente afectados por todo tipo de dolorosos determinantes y © coercionan- tes; s6le que lo que estas fuerzas buscan determinar y coercionar es algin- micleo trascendental de libertad interior. Las malas noticias para el humanista liberal son que este “espacio inte- rior” es efectivamente en donde menos libres somos. Si simplemen- te estuvieramos rodeados por poderes opresivos. tendriamos sin duda una razonable oportunidad de levantar alguna resistencia contra ellos. Pero ningtn orden politico dominante es propenso a Sobrevivir mucho tiempa si no conauista el espacio de subjetivi- dad misma. Ningdn poder opresivo que no tenga éxito en entrela- zerse con los verdaderos deseos y necesidades de la gente. arti- culéndose con motives vitales de su verdadera experiencia. sera iemasiado efective. El poder triunia por persuadirnos a desear y ® trensigir con él, y este proceso no es meramente un gren truco secreto; ya que nosotros realmente tenemos necesidades y deseos que ese poder, aunque parcial y distorcionadamente, es capaz de cumplir, Entre los diversos modos de produccién de cualquier orden social se encuentra el modo de produccién de sujetos huma- nos, 0 formas de subjetividad; y este modo de produccioén se compone de tedo un range de instituciones, desde le iglesia y la familie hasta le escuela y la cultura. Los aparatos de produccién de subjetividad son justamente tan historicamente variables como ies modos de producir mercancias econémicas. La literatura, en nuestros, xauel tipo (de algin modo dependiente) de la inculcacién de oddigos efectivos y sujetos. Es en este modo ave tiene una ocesos més generales de poder politico. interior” es una metéfora inapropia— ertad del hombre no es. obviamente Selamente es negar cue le uril en tenta pensada como ad de hacer algo par ello le bra portmanteau es 2 ge inseriba tivamente P algo en él para los mismos de elem moda agradecidos tanto de mode 1 estado se vera iin desnude. sutriendo a o1oed ere duce tonces: ellos @ Por medic de le rebelion és le lay formas conceden muy pocas: Adicaciones. & som jer cuan en este sentido neg: libertad ant Mejor. zoueile gue no historia dentro segurc opre= individuos so tan ralmente revolucionerios como naturalmente conservadores. Pero la carrera puede, por supuesto, ser larga: y mientras tanto. en sociedades como Inglaterra y FE.UU.. cuyos gobernantes no desean simplemente, combatir las ideas radicales-sino borrarlas: de la memoria viviente, la “teoria” ee necesaria, entre otras razones, para mantener esas energias templadas:

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