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“AÑO DEL FORTALECIMIENTO DE LA SOBERANÍA

NACIONAL”
POLICÍA NACIONAL DEL PERÚ
DIRECCIÓN DE EDUCACIÓN Y DOCTRINA POLICIAL
ESCUELA DE EDUCACIÓN SUPERIOR TÉCNICO
PROFESIONAL PNP – SAN BARTOLO

TRABAJO APLICATIVO
TEMA

ASIGNATURA :

DOCENTE :

ALUMNA :

2022
INTRODUCCIÓN

Uno de los grandes retos del siglo XXI es la erradicación de la violencia de género.
Desde ese marco de referencia, la meta supone el reconocimiento y la utilización de
un paradigma de análisis: feminicidio-femicidio. El término apareció en la segunda
mitad del siglo pasado y su validación actual certifica que aquellos conceptos políticos
que se construyeron por la alianza entre los movimientos sociales y la academia,
sientan las bases para un cambio social sin precedentes.

Pero, ¿de qué hablamos cuando nombramos la palabra feminicidio? Hablamos de un


fenómeno visibilizado durante milenios, de un hecho normalizado desde los inicios de
la sociedad humana global. El asesinato de las mujeres por el hecho de ser mujeres
cometido por hombres -la definición más básica y que debería aparecer en los
diccionarios- es tan difícil de comprender y de asimilarse socialmente que nos vemos
en la necesidad fáctica de situarlo en el centro mismo de la barbarie.

Una barbarie que no distingue entre países del norte o países del sur, ni clases
sociales, ni origen étnico. Una barbarie, cuyo impacto planetario se manifiesta con sus
particularidades en cada sociedad y que aún hoy, en ciertos contextos, intenta ser
silenciada y desmantelada por el discurso dominante: patriarcal, androcéntrico y
misógino.

La aparición del paradigma del feminicidio-femicidio es un aporte de la


academia feminista anglosajona cuyos ensayos e investigaciones estadísticas ponen
en relieve que los victimarios de la inmensa mayoría de los asesinatos que se
cometen, tanto de hombres como de mujeres, son del género masculino. Cuando una
forma de barbarie es aceptada, una población o un ser no pertenecen plenamente a la
humanidad y merecen un tratamiento que rotundamente no se aplicarían a sí mismos
quienes aceptan y consienten esa barbarie.

TESIS

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I. CONCEPTOS

Después de varias décadas de práctica feminista y reflexión analítica de la violencia


contra las mujeres, se ha ido desarrollando un marco conceptual más definido: el del
feminicidio, que se centra en una de las dimensiones más lacerantes de la violencia
sexual y de género: la de violentar reiteradamente el cuerpo, la subjetividad, la
sexualidad, la vida y libertad de las mujeres hasta matarlas sistemáticamente de
manera sanguinaria.
El concepto de femicidio, fue acuñado por J. Radfort y D. Russell (1992) para definir
aquellos crímenes que son perpetrados contra las mujeres debidas fundamentalmente
a las características misóginas en la cultura patriarcal. Ellas usaron por primera vez el
término femicidio en un testimonio ante la Corte Internacional acerca de los asesinatos
misóginos en 1976.
Desde su origen, el concepto de femicidio está asociado estrechamente al de
misoginia. En efecto, es su manifestación extrema. Para Radford y Russell femicidio
es una forma de violencia sexual, se entiende como el uso del sexo por parte de los
hombres para expresar su deseo de poder, dominio y control (1992)
Russell y Radford dan por sentado que la violencia sexual se ejerce desde los
hombres contra las mujeres y que su expresión máxima es el asesinato de la mujer,
con el cual se produce una estrategia de mantenimiento del control patriarcal a costa
de la vida de las mujeres.
El concepto de misoginia fue fundamental para definir el femicidio, pues les permite
establecer un significado político del hecho de matar a las mujeres por parte de los
hombres, en oposición a la creencia generalizada de que el asesino de una mujer es
una bestia que carece de humanidad.
El concepto de femicidio es resignificado por M. Lagarde, bajo el nombre de
feminicidio. El cual para esta “es una ínfima parte visible de la violencia contra niñas y
mujeres, sucede como culminación de una situación caracterizada por la violación
reiterada y sistemática de los derechos humanos de las mujeres” (Lagarde, 2005).
Lagarde coincide con Russell y Radford en señalar que esta opresión de la mujer es
una manifestación sistemática del patriarcado. Al introducir el concepto de feminicidio
dentro del ámbito de los derechos humanos, esta autora enfatiza el aspecto de la
exclusión social y la impunidad.
Esto significa que el feminicidio pasa a formar parte del discurso jurídico y de las
políticas sociales, que implican lo público y lo privado. Esto es, al producirse el
feminicidio se está cometiendo un delito más complejo que el mero asesinato, el cual
incluye la exclusión social de la mujer en los ámbitos sexual, económico y político. Por

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ello es necesario incorporar la propuesta de Carcedo y Sagot (2002), de reconocer la
relación de pareja, familiar y el ataque sexual como contextos de femicidio en todas las
sociedades a lo largo de la historia: “cada cultura y momento histórico crean sus
propios contextos de femicidio”
Los conflictos en muchos de estos “dulces hogares” y “familias felices” son
reiteradamente atribuidos a las mujeres, sea `porque ellas “provocan a los hombres”,
son “celosas” o por cualquier asignación de este tipo, que degrade la imagen y el
comportamiento femenino.
Las amenazas, agresiones, humillaciones, maltrato y golpes, entre otras formas
violentas de relación sexo-género instauradas por el patriarcado, están legitimadas y
son la norma para resolver los conflictos derivados de este sistema de relaciones.
Estas formas violentas de relación basadas en el sufrimiento humano y la muerte
violenta encubren el rostro de la misoginia y destructividad inculcada en los hombres
para mantener su poderío. Muertes que serían evitables, si cambiáramos tan sólo
muchos de los preceptos morales, éticos y sociales con los que son juzgadas y
castigadas las mujeres y lo femenino.
De la misma manera la violencia contra las mujeres es producto de la misoginia, la
cual es caracterizada como una forma de violencia que excluye e ignora a las mujeres
como seres pensantes., por lo tanto, en el mundo hay millones de mujeres
supervivientes.
II. ARGUMENTOS

La primera vez que se escuchó el término femicidio o femicide, fue durante una
ponencia de la activista feminista Diana Russell, ante el Tribunal Internacional
de Crímenes contra las Mujeres, celebrado en Bruselas en 1976, refiriéndose a
este como una forma extrema de violencia, sin definirlo con exactitud (Russell
2006, 76). En la década de los 90 se generaron diferentes líneas conceptuales
sobre el término femicidio. En el año de 1990, Russell junto a Jane Caputti
teorizaron el concepto de femicidio como: “El asesinato de mujeres realizado
por hombres motivado por odio, desprecio, placer o un sentido de propiedad de
las mujeres” (77). De esta manera, indicaron que el femicidio es la muerte de
mujeres como resultado extremo de continuos actos de violencia, ya sea abuso
verbal, abuso físico, violaciones, esclavitud, tortura, mutilaciones genitales,
entre otros (ONU 2011, 18).

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En uno de los primeros estudios demográficos realizados sobre el tema, Karen
Stout, utiliza el concepto intímate femicide, el cual se refiere solamente al
asesinato de mujeres cometido por su pareja íntima. De esta manera, se
genera otra línea diferente a la de Russell, en la cual solo se considera
femicidio a los asesinatos de mujeres dentro del ámbito íntimo o familiar y no a
los asesinatos de mujeres cometidos por desconocidos (Toledo 2014, 90).

En el año 1992, Diana Russell y Jill Radford redefinieron el concepto de


femicidio: “El asesinato misógino de mujeres cometido por hombres” (Russell
2006, 78). Más tarde, Jacquelyn Campbell y Carol Runyan, definieron al
femicidio de la siguiente manera: “Todos los asesinatos de mujeres, sin
importar el motivo o la situación del perpetrador” (79). Este concepto generó
críticas de parte de Russell, pues al no tomarse en cuenta los motivos del
perpetrador, se estaría eliminando el componente político de la definición de
femicidio; por lo que era mejor utilizar el término asesinato de mujeres y no
cambiar tan drásticamente el significado del término femicidio (Toledo 2014, 90;
Russell, 2006, 79).

Después de algunos años y con pequeños cambios, Russell redefinió al


femicidio simplemente, como: “the killing of females by males because they are
female”, es decir: “asesinatos de personas del sexo femenino por personas del
sexo masculino porque son del sexo femenino” (Russell 2009, 42). Con esta
definición se busca dos cosas: 1. Sustituir el término mujer por sexo femenino
para poder incluir a niñas y bebés (Toledo 2014, 90-1); 2. Indicar que este tipo
de asesinatos no solo responden a factores de “odio o misoginia”, sino que
incluyen todas las formas de asesinatos sexistas, es decir: “asesinatos
realizados por varones motivados por un sentido de tener derecho a ello o
superioridad sobre las mujeres, por el placer o deseos sádicos hacia ellas, o
por la suposición de propiedad sobre las mujeres” (Russell 2006, 78).

Dentro del contexto Latinoamericano, Marcela Legarde, activista feminista, fue


quien promulgó la utilización del término femicide, y al momento de traducir uno
de los libros de Diana Russell, con autorización de la autora, tradujo el término
femicide como feminicidio, pues consideraba que femicidio hacía referencia a
homicidios de mujeres y no tenía la carga política que merecía el término.

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III. CIERRE

El Feminicidio en la actual es considerado como una expresión de una


violencia extrema hacia las mujeres, consideradas como un sexo débil a fin de
que puedan ser maltratados de diversas formas por parte de los varones a fin
de que puedan hacer percibir su superioridad frente a una mujer obviamente
con una superioridad hasta que los maltratos se pueden manifestar de diversas
formas como son: maltratos físicos, psicológicos, abandono, violación etc.

En este sentido, de acuerdo a los casos expuestos por los medios de


comunicación, aparecieron grupos políticos, asociaciones no gubernamentales,
exigiendo reformar el Código Penal a fin de que pueda realizar cambios
legislativos a través del Poder Legislativo a fin de que pueda tipificarse el delito
de feminicidio en aras de buscar una mayor protección a la mujer y buscar una
sanción ejemplar e incluso la imposición de cadena perpetua para aquel que
mate una mujer bajo las circunstancias establecidas por la Ley. Debido a esta
lucha incesante se logró su incorporación del delito de feminicidio en el Código
Penal en el artículo 108-B en donde se estipula que la pena privativa de
libertad no menor de quince años el que mata a una mujer por su condición y
de acuerdo a lo que establece la norma legal. En esta línea, consideramos que
el legislador ha sido un poco mezquino siendo varios grupos de población
altamente vulnerable, como son: los niños, los ancianos y las personas que
sufren de alguna discapacidad física. Sin embargo, uno de los problemas de
los legisladores es que al derecho penal siempre se ha utilizado políticamente
con fines de dar una respuesta inmediata a la sociedad sin realizar algún
estudio previo y, que el aumento de las penas, como el caso de la cadena
perpetua en el delito feminicidio cuando concurren elementos establecidos en
la Ley. En esta línea, existe una diferencia totalmente desordenada en la
imposición de las penas para diversos delitos que no guardan relación y, no
existe proporcionalidad con el bien jurídico protegido y que esté ha sido
dañado.

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CONCLUSIONES

 El Feminicidio muestra el real contexto de violencia y discriminación hacia


la mujer; convirtiéndose en uno de los principales problemas sociales que
tenemos que enfrentar, pues es evidente que las construcciones sociales
de nuestra sociedad toleran la violencia basada en la discriminación de
género. No olvidemos a los deudos del feminicidio quienes son los más
afectados, entre hijos, padres y familiares, requiriendo de una atención
psicológica prioritaria.

 Estado e Instituciones negligentes ante este crimen de género. No actúan


con la debida diligencia, es decir que se debe exigir a las autoridades la
investigación exhaustiva de los hechos y la aplicación de justicia a los
responsables; como parte de sus compromisos internacionales con la
defensa de los derechos humanos de todas las personas.

 El feminicidio puede desarrollarse en los tres ámbitos; tanto dentro del


ámbito familiar, como en el de la comunidad, y el perpetrado por el Estado
o tolerado mediante la poca atención a políticas que erradiquen la
discriminación contra la mujer y los obstáculos que permanecen en las
legislaciones nacionales.

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RECOMENDACIONES

 Se plantea al Estado mayor apoyo y orientación para que las muertes


denuncien estos hechos y escapen de las manos del agresor.

 Se proponen leyes más eficaces para que no sigan matando a tantas


mujeres y no queden impunes estos crimines,

 Se recomienda hablar de estos temas en los colegios para que desde


pequeñas aprendan lo importante que son en nuestra sociedad y que nadie
debe abusar de ellas de ninguna forma.

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BIBLIOGRAFÍA

- BARRENECHEA, J. S. (ABRIL - 2001). SI ME DEJAS, TE MATO. EN EL


FEMINICIDIO UXORICIDA EN LIMA, “SI ME DEJAS, TE MATO” (PÁGS.
20-30). LIMA - PERÚ.

- LEÓN, I. M. (LIMA, OCTUBRE 2015). VIOLENCIA CONTRA LA MUJER:


FEMINICIDIO EN EL PERU. LIMA, PERU: C CMP FLORA TRISTÁN.

- VÁSQUEZ, P. T. (2019). FEMINICIDIO . EN NACIONES UNIDAD


DERECHOS HUMANOS (PÁGS. PAG 7-34). MEXICO: 1A. EDICIÓN.

- MINISTERIO DE LA MUJER Y POBLACIONES VULNERABLES.


REPORTE ESTADÍSTICO DE CASOS DE FEMINICIDIO. 2019.

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GLOSARIO
Familia.

Malde (2012) refirió que la familia son personas unidas que comparten por
mucho tiempo un proyecto de vida, y se establecen fuertes sentimientos de
pertenencia. Además, señaló, que en la familia hay un compromiso personal,
intimidad, reciprocidad y dependencia. Asimismo, el autor señaló que los fines
de la familia, son: la afectividad, responsabilidad, control de las emociones,
independencia, manejo adecuado de la violencia.

FEMINICIDIO. - Es el crimen contra las mujeres por razones de género. Es un


acto que no responde a una coyuntura ni actores específicos, pues se
desarrolla tanto en tiempos de paz como en tiempos de conflicto armado y las
mujeres víctimas no poseen un perfil único de rango de edad ni de condición
socioeconómica.

Violencia.

Según Ramos (2006) la violencia es el uso de la fuerza física, sexual, verbal,


emocional, económica o política contra otra persona, afectando la integridad
física o psicológica. Que la violencia se da cuando una persona siente que el
poder que tiene sobre el otro está en riesgo y que puede perder ese poder. De
acuerdo a Horna (2005) la violencia es cualquier acto físico, psicológico o
sexual, que dañe el desarrollo del niño, dado por el abuso de poder. Elementos
presentes en la violencia, es el poder y daño. Que quien violenta tiene poder
sobre la víctima y puede dañar el desarrollo de ésta. Con la violencia, que
produce daños de todo tipo, se genera desigualdad por el poder de uno o de
algunos en la familia.

Violencia familiar.

Según, Ramos (2013) la violencia familiar son actos contra la salud, la vida, la
libertad, la integridad moral, física y psicológica, realizados en el entorno
familiar de forma directa o indirecta y que los miembros de la familia que
presencian los actos violentos y no hacen nada, es por su fragilidad física o

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psicológica. Además, la violencia ha dejado de ser un asunto privado para
convertirse en un problema social.

ANEXOS

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