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Pontificia Universidad Católica de Chile

Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal


Departamento de Ciencias Vegetales
Curso: BOTÁNICA AGL101
Profesores: M. Gómez, G. Montenegro
Instructora: T. Lillo

LABORATORIO Nº 5 MARCO TEÓRICO


Crecimiento primario en tallos y raíces

El crecimiento primario de las plantas es el resultado de la actividad de los meristemas


primarios, entendiéndose por tales a grupos de células meristemáticas que mantienen sus
propiedades embrionarias desde el embrión. A este tipo de meristemas primarios corresponden
los puntos vegetativos ubicados en los extremos o ápices de tallos (meristemas apicales caulinares)
y a zonas de grupos de células meristemáticas remanentes entre células adultas (meristemas
intercalares). El resultado de la actividad de estos meristemas, a través de procesos de división y
elongación celular, determina el crecimiento en longitud de estos órganos (Figura 1).

Figura 1: Meristemas apicales de las plantas


Meristema apical caulinar

Ubicados en los extremos de los brotes, está constituido por un grupo de células
meristemáticas en las cuales es posible distinguir una capa externa o túnica y una masa central de
células o corpus.

La iniciación de primordios foliares comienza con divisiones periclinales (divisiones paralelas


a la superficie) de un pequeño grupo de células del corpus a ambos lados del ápice. El número de
células que comienzan a dividirse y su posición en el ápice depende de la especie. Células de la túnica
cercanas a este grupo de células del corpus se dividen anticlinalmente (perpendicular a la superficie
del meristema) constituyendo la protodermis del primordio (Figura 2). Así, en sus estados iniciales,
el primordio foliar queda formado por una masa de meristema fundamental rodeado por una capa
de protodermis. De las células de la protodermis se originarán los tejidos y estructuras
correspondientes al sistema dérmico y de las células del meristema fundamental se originarán los
tejidos correspondientes al sistema fundamental.

El sistema vascular, se deriva de las células del procambium que se diferencian en cordones
longitudinales a partir de las células del meristema. Bandas de procambium penetran al primordio
foliar, constituyendo así la base para la formación de la nervadura. Constituido por la epidermis, capa
mono o pluriestratificada presente en tallos y raíces con crecimiento primario, en las hojas, flores y
gran parte de los frutos. Su función consiste básicamente en la protección superficial de estos
órganos. Estructuras derivadas de células epidérmicas son los estomas, tricomas, glándulas y los pelos
radicales.

Figura 2. Planos de división celular


Los tejidos vasculares en tallos con crecimiento primario se diferencian constituyendo
haces vasculares colaterales (xilema frente a floema), los cuales pueden o no pueden presentar
cambium (fascicular), pueden encontrarse formando un anillo periférico, los cuales son
característicos de Gimnospermas y Dicotiledóneas, o pueden ubicarse, esparcidos en el
parénquima, como es el caso de las Monocotiledóneas.

En un ápice caulinar, se pueden distinguir desde el ápice hacia la base, una serie de
zonas
de tejidos: zona de división, de elongación y de diferenciación celular. De la protodermis, el
meristema fundamental y el procambium, ubicados en la zona de elongación, se originarán los
tejidos adultos en la zona de diferenciación.

Meristema apical radical


Ubicado en los extremos de las raíces, se diferencia del ápice caulinar por la falta de
primordios foliares y por la formación de una caliptra (células adultas) que protegen las células
meristemáticas de paredes celulósicas delgadas, contra los daños mecánicos causados por el
suelo. Al igual que en el tallo, las células derivadas de las iniciales meristemáticas también darán
origen a la protodermis, meristema fundamental y procambium.
Los meristemas apicales del tallo y de la raíz conservan su capacidad de
división
constituyendo la zona de división. Las células derivadas de estas divisiones en dirección basal
comienzan un proceso de elongación celular por fusión de las pequeñas vacuolas determinando
así la zona de elongación, donde las células que se encuentran en la superficie del órgano
constituyen la protodermis, las más internas, el meristema fundamental, conservándose algunos
cordones de células más alargadas, el procambium. Luego, se encuentra la zona de diferenciación
en la cual, células de la protodermis, se diferencian en epidermis, que en la raíz recibe el nombre
de rizodermis, células del meristema fundamental en tejidos que constituyen el parénquima
cortical, la médula (en algunas plantas) y la endodermis y de células del procambium se derivarán
los elementos del cilindro central: xilema primario, floema primario y periciclo.
La rizodermis presenta pelos radicales, los cuales aumentan la superficie de absorción de
la raíz, viven poco tiempo, siendo reemplazados continuamente y abarcan una parte reducida de
la punta de este órgano, en la zona de diferenciación. Cuando los pelos radicales mueren, la
rizodermis es reemplazada por una exodermis, formada por células sub‐rizodérmicas del
parénquima cortical, las cuales suberifican sus paredes celulares.
Como resultado de la actividad meristemática y posterior diferenciación celular, los tejidos
se estructuran en órganos fundamentales como son: la raíz, el tallo, las hojas, las flores y los frutos.
Estos órganos, según sus adaptaciones al ambiente, muestran una enorme variabilidad en forma y
tamaño.
La raíz es un órgano fundamentalmente subterráneo, derivándose, en la mayor parte de
las Gimnospermas y Dicotiledóneas, de la radícula del embrión, constituyendo un sistema radical
axonomorfo o alorrizo (Figura 2) en el cual destaca una raíz principal y varias ramificaciones
laterales secundarias.
Cuando las raíces tienen su origen en
otros órganos (principalmente en tallos) se
denominan raíces adventicias y constituyen
sistemas radicales fibrosos u homorrizos ya que
todas las raíces que los forman alcanzan el
mismo desarrollo. Estos sistemas son comunes
en las Monocotiledóneas.
Cuando el tejido parenquimático del sistema
fundamental, alcanza mayor desarrollo que
los tejidos de los sistemas dérmico y vascular,
resultan raíces engrosadas o suculentas
características de muchas especies utilizadas en Figura 3. Tipos de Raíces: Raíz actinomorfa
el consumo humano como son la zanahoria (izq.), raíz homorriza (der.)

(Daucus carota), remolacha azucarera (Beta


vulgaris var. altissima) y el nabo (Brassica
napus).

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