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LA CONTRA
Jed Rubenfeld, novelista freudiano: ‘La interpretación de un asesinato’ (Anagrama / 62)
VÍCTOR-M. AMELA IMA SANCHÍS LLUÍS AMIGUET
Tengo 48 años. Nací en Washington. Soy constitucionalista en Yale, donde estudiaron los ayudante del fiscal federal Rudolph Giulia-
ni: cobraba menos de un tercio de mi sala-
Bush y los Clinton. No diría que soy judío si no hubiera antisemitismo. Nos reímos de Freud, rio anterior, pero era tres veces más feliz. Y
pero nuestros hijos se horrorizarán de los pastillazos que hoy nos recetan los psiquiatras hacía algo por los demás.
Giuliani ahora va para presidente.
Me encargó perseguir a mafiosos. Recuer-
“Freud cura mejor que los do a Vinnie the Fish, una de mis pesadillas.
Suena a los Soprano.
Con the Fish empecé a obsesionarme por
Freud: la muerte, la sangre, el terror debe-
U
LLIBERT TEIXIDÓ
rizaremos de los pastillazos que recetan
na causa de tanta insatis- permanentemente enfadados con el mun- palabras y trato huma- ahora los psiquiatras para la depresión, del
facción moral en medio de do: alguien les ha robado algo y se quejan. mismo modo que hoy nos horrorizan las cu-
tanta riqueza material es Es lo que se denomina la cultura de la queja. no, que también mol- ras con sanguijuelas del medievo.
el equívoco en el que edu- ¿Usted ha buscado su felicidad? dean el cerebro, o direc- ¿Por qué se hizo profesor?
camos a nuestros hijos: les He dado muchas vueltas. Soñaba con ser ac- La Universidad de Yale, donde estudiaron
hacemos creer que el siste- tor y me admitieron en la Juilliard School tamente con sustancias los Bush y Bill y Hillary Clinton, me fichó
ma tiene obligación de hacerles felices. de entre 1.250 aspirantes para 18 plazas... Pe- químicas. La psiquiatría tras publicar un artículo sobre la libertad en
¿No es así? ro me echaron en primero... una revista de derecho.
¡No! Nuestro sistema –y nuestras constitu- ¿Por qué? lleva un siglo dudando si ¿Qué explicaba usted?
ciones– sólo debe hacer posible que cada Seguramente por mal actor. Así que ingresé curan más las pastillas o Que la libertad no es sólo poder decidir tu
uno busque la felicidad a su modo, pero si al en la Escuela de Derecho de Harvard –fue destino aquí y ahora, sino que también es tu
final lo consigue o no es cosa de cada cual. Y más fácil que entrar en Juilliard– y al salir las palabras y en los últi- derecho a que los estados no moldeen tu
si no lo consigue, nadie puede culpar ni al me convertí en el graduado en Derecho me- mos años, tras la caída personalidad desde que eres niño.
Estado ni a los demás de su propio fracaso. jor pagado de Estados Unidos. Que no te conviertan en robot.
Siempre hay algún político dispuesto a ¿Cuánto es eso? en desgracia del psicoa- Justo. Está claro, como demuestra Fou-
prometer la felicidad por votos. Doscientos mil dólares al año. nálisis, parecía que las cault, que el sistema educativo nos priva de
Si prometemos a los ciudadanos que el Esta- No es tampoco un mal comienzo... libertad desde el parvulario al inculcarnos
do les dará de todo hasta hacerlos felices, Trabajaba en el bufete Rosen & Katz (Nue- píldoras estaban ganan- nociones que reducen nuestro derecho a de-
creamos una granja humana. Así formamos va York), especializado en defender a em- do la batalla. Rubenfeld, cidir. Mi artículo exploraba esa limitación
ciudadanos pasivos que creen que se les de- presas a las que otras querían opar. Dormía inculcada desde la escuela en las libertades
be la felicidad sólo por haber nacido en un muchas noches en un sillón del despacho. con un excelente relato, en las mujeres.
país del lado rico del planeta. ¿Por qué?
vuelve ahora a apostar ¿Educamos a las niñas para que sigan
Y la felicidad hay que trabajársela. Esperaban que lo hicieras. Si dormías una siendo como sus madres?
Por eso tantos ciudadanos están enfadados noche en tu despacho, no sé cómo se entera- por palabras que curan. Durante generaciones, hemos educado a las
siempre, porque alguien no les está dando ban, pero los jefes te enviaban una camisa niñas para que repitieran los esquemas de
lo que se merecen sólo por haber nacido: ¡el nueva a las ocho de la mañana. conducta que redujeron la libertad de sus
gobierno les debe la vivienda, educación, sa- Y pensaban: “¡Buen chico!”. madres. Eso, aunque no prive a la mujer de
nidad, cariño, entretenimiento..., felicidad! ¡Qué va! Sólo les impresionabas si te queda- decidir en cada momento, también es aten-
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Pues que esperen sentados. bas dos noches seguidas trabajando. Así tar contra su libertad.
Generamos así millones de insatisfechos, aguanté un año. Al siguiente, ingresé como LLUÍS AMIGUET