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CARACTERIZACIÓN PRELIMINAR DE LA AVIFAUNA DEL PARQUE ENTRENUBES


Y PAUTAS PARA SU CONSERVACIÓN Fundación SUNAHISCA

Technical Report · January 2003


DOI: 10.13140/RG.2.1.1700.4645

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E. Aquiles Gutiérrez-Zamora.
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CARACTERIZACIÓN PRELIMINAR DE LA AVIFAUNA DEL PARQUE
ENTRENUBES Y PAUTAS PARA SU CONSERVACIÓN

Fundación SUNAHISCA

Por: Aquiles Gutiérrez Z.


Biólogo

Bogotá, Junio de 2003


Introducción

En la Sabana de Bogotá se han registrado alrededor de 250 especies de aves


que ocupan una gran diversidad de hábitats. Muchas de ellas se encuentran
cerca de las áreas de la influencia urbana, especialmente en sistemas de
bosques y matorrales nativos que se localizan a lo largo de los cerros que
bordean la sabana. Los fenómenos de deforestación y fragmentación han
afectado en forma histórica y contundente los sistemas de bosques y
matorrales, produciendo destrucción de hábitats y extinción de especies
debido a factores como reducción de área y aislamiento de fragmentos
remanentes (Lovejoy et al. 1986, Saunders et al. 1991 y Hernández et al. 1992).
Los grandes niveles de intervención sobre estas zonas de vida tienen a
muchas especies bajo alto riesgo de extinción por lo cual la conformación de
áreas protegidas se constituye en una alternativa real para promover la
conservación e investigación científica, además de ofrecer una gran
oportunidad de generar educación ambiental y participación activa de la
comunidad en la protección de la flora y fauna nativa asociada.

Los estudios de fragmentación y extinción han sido realizados en bosques de


tierras bajas. A pesar de las altas tasas de deforestación que sufren los bosques
Andinos, no se ha prestado atención a los efectos de la fragmentación en dichos
ecosistemas, probablemente debido al estado de deterioro de los hábitats y a la
carencia de grandes extensiones que puedan servir como bases comparativas
para juzgar las pérdidas de diversidad en los fragmentos. Tradicionalmente la
región Andina ha mantenido altas densidades de población humana, y la
alteración de hábitats es severa, con graves consecuencias como erosión y
deterioro de cuencas hidrográficas etc. (Kattan 1991).

Recientemente se ha incrementado el interés entre los biólogos


conservacionistas en la identificación de indicadores del estado de los sistemas
ecológicos que pueda ser incorporado en programas de monitoreo y formulación
de planes de manejo. El término bioindicador también se ha utilizado para
referirse a ciertos grupos (target taxa) que tienen buena capacidad para
estimar la diversidad total de especies de un lugar. En este sentido son de gran
importancia para diseñar y ubicar las zonas protegidas. Una tendencia reciente
ha sido el uso de grupos funcionales, con relación al disturbio, para predecir e
interpretar las respuestas comunitarias ante el uso del suelo.

Los bioindicadores constituyen una de las herramientas más efectivas para


detectar cambios en los ecosistemas como producto de la intervención humana.
Su aplicación reduce los costos y el tiempo de las evaluaciones de impacto
ambiental tradicionales, igualmente arroja resultados que tienen mucha
aplicación para formular planes de manejo y conservación de ecosistemas
estratégicos.

Un buen bioindicador debe ser fácilmente cuantificable, sensible a los cambios


ambientales, debe encontrarse sobre un rango amplio de intervención y debe
ser importante para el funcionamiento de los ecosistemas. Las aves cumplen
con estos requisitos y constituyen un grupo ideal para generar modelos de
bioindicación en los ecosistemas tropicales de alta montaña.

Las aves son importantes participantes en el flujo de información y materia que


se da en los ecosistemas, donde tienen especial relevancia llevando a cabo las
funciones de polinización y dispersión de semillas. Esta característica ecológica
hace de las aves un grupo de gran importancia para el mantenimiento de la
diversidad genética en las comunidades de plantas ya que garantiza la
reproducción sexual de muchas plantas, al igual que los procesos de colonización
de nuevos espacios lo cual garantiza en buena medida los procesos de
crecimiento de la comunidad vegetal y la restauración de los hábitats. La
proporción de semillas y polen de árboles y arbustos dispersados por aves
(Lauraceae, Araliaceae, Rubiaceae, Melastomataceae, Bomarea sp., Smilax sp.,
Ericaceae, Araceae y Gutifferae) y polinizados (Ericaceae, Bromeliaceae,
Passifloraceae, Escrofulariaceae y Campanulaceae) aumenta con la elevación y
la humedad, ya que a elevaciones altas se reduce la actividad y diversidad de
grupos como insectos o mamíferos. Su función como polinizadores y dispersores
tiene entonces gran relevancia en el mantenimiento de la diversidad espacial y
taxonómica de los ecosistemas tropicales (Stiles 1985).

Muchas especies características del sotobosque o con hábitos crípticos, es decir


con patrones de camuflaje en el plumaje y prefieren hábitats con poca
penetración de luz (Hilty & Brown 1986), pertenecen a grupos asociados a
ambientes de alta calidad biológica (en términos de biodiversidad) como la
mayoría de especies pertenecientes al suborden Furnarii (Formicariidae,
Furnaridae, Rhinocryptidae). Estas prefieren asociarse a bandadas mixtas
para forrajear principalmente insectos en el sotobosque; y las rapaces del
interior del bosque (Borges & Stouffer 1999, Stiles 2000). Muchas de las
especies que se encuentran bajo algún riesgo y que son susceptibles a la
fragmentación como los frugívoros grandes (loros, trogones, entre otros) y las
rapaces grandes como el águila de páramo (Renjifo 1997, 1999), son muy raras
o ya desaparecieron de los fragmentos de zonas como el área de estudio.

Los ecosistemas tropicales presentan ritmos estacionales que implican por lo


general épocas de escasez y abundancia de recursos. Gran proporción de la
avifauna depende de movimientos estacionales entre diferentes hábitats para
sobrellevar la época de escasez (Levey 1988). Muchas aves viven durante una
época de su ciclo anual en bosque primario y durante la(s) época(s) de escasez,
migran a vegetación secundaria o bordes en los que ocurren explosiones
estacionales de recursos. Es indispensable conocer estos patrones de
desplazamiento para poder formular planes de manejo, conservación,
ordenación o impacto ambiental. Estos planes deben prever estos movimientos
y asegurar que se conserven áreas lo suficientemente grandes como para que
estén representados fragmentos de bosque en diferentes estadios sucesionales.
Sin embargo, la evaluación de estos parámetros de la dinámica temporal de las
poblaciones de aves requieren de seguimiento sistemáticos con monitoreos a
largo plazo, lo cual se constituyen en el siguiente paso de los estudios de
inventario y caracterización de la diversidad de aves.

Justificación

El acelerado deterioro de los bosques Altoandinos que rodean Bogotá afecta


directamente sus recursos, pone en peligro las bases para su desarrollo y
aumenta los riesgos de desastres para la población. De esta manera el
desarrollo de planes para su manejo se vuelve prioritario.

El uso de bioindicadores reduce considerablemente el tiempo y los costos que se


requieren para estimar el estado de conservación de un ecosistema. Las aves
constituyen un grupo de interés en este sentido, dado que el requerimiento de
áreas extensas por parte de muchas especies de los bosques neotropicales
(Stiles 1983, Munn 1985) las hacen muy sensibles a la fragmentación (Kattan y
Alvarez 1995), y de igual manera la cantidad de especies exclusivas asociadas a
ambientes abiertos, semi-abiertos o de matorrales puede ser muy alta
(Schemske & Brokaw 1981).

Gracias a que las aves son un grupo relativamente fácil de estudiar (la mayoría
son diurnas y su taxonomía es bien conocida), con el que la gente tiene gran
familiaridad (son muy llamativos por la belleza de su vuelo, su plumaje y sus
cantos, lo cual permite involucrar a los miembros de la localidad con su estudio
y monitoreo), representan elementos de la biota ideales para dilucidar criterios
para la conservación del bosque Altoandino, el matorral nativo y otros hábitats
presentes en el Parque Entrenubes.

Esperamos que la información obtenenida a lo largo de la presente


investigación constituya una herramienta de uso fácil para evaluar y
monitorear los remanentes de este tipo de bosque, y formular planes para su
manejo y conservación.
Objetivos

Objetivo General

Adelantar una caracterización de la avifauna del parque Entrenubes,


identificando la estructura espacial de la comunidad y estableciendo criterios
preliminares para la conservación y manejo de la diversidad local.

Objetivos específicos

• Hacer un inventario de las aves presentes en el Parque en Mayo de 2003.


• Estimar la abundancia relativa de las especies de aves encontradas en
diferentes hábitats del área de estudio.
• Colectar información sobre el establecimiento de interacciones entre las
especies de aves con otros componentes del ecosistema, tales como consumo
de insectos, visitas florales, consumo de frutos, semillas y hábitats de
forrajeo.
• Identificar especies y grupos de especies que establecen relaciones estrechas
con la comunidad de plantas en diferentes hábitats del área de estudio,
cuyos patrones poblacionales permitan establecer criterios para el manejo
de un ecosistema estratégico.
• Comparar la estructura de la comunidad de aves del área de estudio con
zonas de bosque altoandino primario, conservado de los Cerros Orientales
de la Sabana de Bogotá.

Métodos

Área de estudio

El Parque Entrenubes tiene una extensión de cerca de 627 ha, comprende


aproximadamente desde los 2700m hasta los 3150m de altura, la precipitación
media anual es de 559 mm aproximadamente, siendo considerablemente menor
que la reportada para Bogotá (1.013 mm). La temperatura media anual es de
12.3° C (Alcaldía Mayor de Bogotá y DAMA 2001).

El terreno se caracteriza por ser una serie de elevaciones de orientación sur-


norte, presentando escarpes con pendientes fuertes y colinas con pendientes
moderas a suaves, que dan lugar a una red hídrica que comprende entre otras
las quebradas: Hoya del Ramo, Seca, Fiscala, Curí y Palestina. En su mayoría
los cerros del parque tiene suelos superficiales a moderadamente profundos,
limitados por horizontes compactos de roca, lo que favorece la escorrentía
superficial y los hace susceptibles a la erosión. El material parental puede
variar de arcillas a areniscas (Alcaldía Mayor de Bogotá y DAMA 2001). La
vegetación natural que corresponde a esta altura dentro de los Cerros
Orientales de Bogotá es la de bosque Altoandino y más específicamente a un
encenillal (Salamanca & Camargo 2000).

Esta cobertura vegetal natural ha sido alterada por un largo historial de uso de
la tierra. Los usos de la zona han sido: primero agropecuarios, luego de
vivienda, posteriormente se implantaron los chircales y en los últimos años la
principal actividad económica han sido las ladrilleras. En el paisaje actual, más
de la mitad del área está dedicada a pastizales, cultivos, construcciones y
canteras, el bosque primario ha desaparecido por completo y solo quedan
algunos pequeños parches de bosque secundario, lo que ha repercutido en la
disminución de los caudales de las quebradas y en la casi desaparición de dos
de ellas, Curí y Palestina, las cuales solo existen en época de lluvias. La
deforestación, las actividades agropecuarias y la extracción de materiales para
construcción han determinado el deterioro del suelo, que en muchas partes ha
sido retirado por completo o se presenta como una capa muy delgada debido a
procesos de erosión superficial.

Fase de Campo

El trabajo de campo se realizó durante catorce salidas de campo entre el 4 y el


19 de mayo. Este periodo permite cubrir un rango estrecho de la variación
temporal en la composición y estructura espaciotemporal de la comunidad de
aves. Sin embargo, puede reflejar una fracción importante de la diversidad de
aves residentes en esta época del año.

Aplicamos dos técnicas básicas para estudiar la avifauna del área de estudio:
La primera es la observación directa en el campo usando binoculares de 10x25
aumentos (Lámina 1) y registros auditivos. Estas observaciones se realizaron
en el recorrido de trochas o rutas de estudio que atraviesan en forma
estratégica muestras representativas de los hábitats para la avifauna que
podemos encontrar en el parque:

Zonas de matorral nativo de diferentes alturas (M)


Zonas de pastizales y sectores paramizados en los filos de las montañas (Pa).
Sistema de bosque Altoandino intervenido y bordes de bosque.
Zonas cultivadas de Eucalipto.
Lámina 1 Observación en el Hábitat de Matorral Alto. Cerro Gavilanes

Para cada especie registrada anotamos la especie a que pertenece la actividad


que realizaba al momento de la observación, cualquier registro de
alimentación, técnicas de forrajeo y hábitat asociado. Las observaciones se
realizaron en las horas de mayor actividad de las aves durante la mañana
(6am - 12m).

La segunda técnica de estudio en campo fue la captura de las aves con redes
de niebla (Lámina 2) que complementó los registros de especies obtenido en el
método de observación directa, ya que muchas especies son mas fáciles de
capturar que de observar en campo. Para el presente estudio se tomaron
muestras de la avifauna usando 10 redes de niebla de 12x 4 metros de altura.
Las aves capturadas fueron mantenidas en bolsas de tela para evitar estrés
caracterizadas morfológicamente, además de anotaciones sobre cualquier
indicio del estado reproductivo en los individuos como presencia de parche de
cría en el vientre de las hembras, cloaca hinchada en los machos y juveniles por
el plumaje distintivo. Las aves capturadas, antes de ser liberadas fueron
marcadas con anillos de colores en patrones únicos que nos permitieron
identificar los individuos. Las jornadas de captura se realizaron entre las 6am
y 12m en cada uno de los hábitats de estudio acumulando un esfuerzo total de
240 horas/red.
Lámina 2 Captura de las aves con redes de niebla. Arriba derecha redes en
zonas de pastizal; arriba izquierda : Captura de Zonotichia capensis (copeton);
abajo derecha: mediciones morfológicas de las aves, caracterización del peso;
abajo izquierda: anillamiento de las aves con para diferenciar individuos,
Dilossa humeralis amarillo pata derecha.
Se hicieron estimaciones de la abundancia de las especie combinando la
información obtenida después de aplicar las dos metodologías de acuerdo a una
escala semi-cuantitativa entre 1 raro y 5 muy abundante.

Para la identificación de la avifauna de usaron las siguientes guías de campo:

Fjdelsa, J. & Krabbe, N. 1990. Birds of the High Andes: A manual to the birds
of the temperate zone of the Andes and Patagonia, South America.
Zoological Museum, University of Copenhagen. Apollo Books, Svendborg,
Denmark.

Hilty S. & Brown W. 1986, A Guide to the Birds of Colombia Princeton


University press.

Asociación bogotana de Ornitología. 2000. Aves de La Sabana de Bogotá, guía


de campo. Bogotá; ABO, CAR.

Resultados

Composición y estructura espacial de la comunidad

Registramos un total de 56 especies de aves, las cuales representan a 19


familias de este grupo faunístico. En esta época del año la estructura de esta
comunidad esta caracterizada por una alta dominancia de unas pocas familias.
Particularmente por la familia Trochilidae (Colibríes) con 11 especies es el
grupo más diverso en las dos localidades (Cerro Juan Rey y Cerro Gavilanes).
En segundo lugar en dominancia encontramos a la familia Traupidae
(Tangaras de montaña) representada con 9 especies. La familia de los
semilleros: Fringilidae es el tercer grupo con 8 especies. A excepción de la
familia Tyrannidae (Atrapamoscas) las quince familias restantes tiene menos
de tres especie y más del 50 % solo estan representadas por una sola especie
(Figura 1 y Anexo 1).
Riqueza de las Familias de Aves

TR OC HILIDAE

TR AUP IDAE

F R INGILLIDAE

TYR ANNIDAE

IC TER IDAE

C OLUM B IDAE

R HINOC R YP TIDAE

P AR ULIDAE

AC C IP ITR IDAE

TUR DIDAE

TR OGLODYTIDAE

F OR M IC AR IDAE

AR DEIDAE

S TR IGIDAE

P IC IDAE

HIR UNDINIDAE

F UR NAR IIDAE

F ALC ONIDAE

C ATAR TIDAE

C AP R IM ULGIDAE

0 2 4 6 8 10 12
Número de especies

Figura 1. Riqueza de especies para las 19 familias de aves encontradas en el


parque Entrenubes

En general el comportamiento de la diversidad en esta comunidad muestra un


bajo número de especies. Esta condición puede ser un reflejo del alto grado de
fragmentación de la matriz de bosque Altoandino original. Algunas especies
que se ven favorecidas por los procesos de deforestación y avance de la
frontera agrícola, como el caso de Turdus fuscater, Molothrus bonariensis y
Zonotrichia capensis. Estas aves presentan abundancias altas, algunas de ellas
presentan una gran tolerancia ambiental y pueden encontrarse en casi todos
los hábitat disponibles para las aves, lo cual puede eventualmente generar
disminución en la riqueza de especies por desplazamiento competitivo.

Los hábitats que presentan la composición más compleja de especies son los
relictos de bosque Altoandino y los sistemas de matorrales nativos en
diferentes estados de sucesión secundaria. Estas áreas pueden considerarse
como refugio para la mayor cantidad de especies nativas. Aquí son
particularmente abundantes especies propias de bosque Altoandino
conservado como Anisognathus igniventris (Clarinero), Diglossopis cyanea
(Pinchaflor enmascarado); entre los colibríes Eriocnemis cupreoventris
(Pomponero vientricobrizo). Algunas familias como Furnariidae,
Rhinocryptidae, Formicariidae son grupos de aves que solo pueden
encontrarse en este tipo de hábitat moderadamente conservado. Otras especies
como Diglossa humeralis o lesbia nuna son aves que se pueden encontrar en
un amplio rango de ambientes, sin embargo su abundancia fue máxima en
estos dos hábitats.

En el bosque y el matorral nativo la vegetación presenta también gran


diversidad florística. La combinación de estratos bajos altos incluyendo la
variación vertical del bosque (sotobosque subdosel y dosel) plantea condiciones
en las cuales los nichos espaciales disponibles para las aves son también más
numerosos. Esto sumado a una mayor oferta de recursos hace que más
especies de aves puedan coexistir en un mismo ambiente.

Los parches de bosque Altoandino presentan mayor riqueza en especies de


aves debido a su alto grado de conservación y sus características intrínsecas
propicias para la avifauna, por ejemplo, gran diversidad y cantidad en la oferta
de recursos, mayor tiempo evolutivo para la especiación y la repartición de los
nichos ecológicos, mayor grado de protección debido a una menor influencia del
efecto de borde debido a la forma característica de los parches o fragmentos
producen una menor relación entre perímetro y área, un efecto menos
desfavorable producto de la matriz circundante, generalmente para llegar al
bosque primario se atraviesa primero por otros hábitats, lo que lo coloca en una
posición central protegida.

El hábitat de Bosque presenta la mayor cantidad de especies restringidas a un


ecosistema particular en este grupo encontramos a Acestrura mulsant
(Estrellita vientriblanca), Elaenia frantzii (Elaenia montañera), Diglossa
albilatera (Pinchaflor de costado Blanco), Hemispingus verticalis (Hemispingo
cabecinegro), Atlapetes pallidinucha (Matorralero nuquipálido) (Lámina 3). La
mayoría de especies presentes en este ecosistema se encuentran también
solamente en el hábitat de Matorral Alto, que se localiza en la mayoría de las
veces contiguo al bosque.

Lámina 3 Algunas aves que prefieren el Hábitat de Bosque (izquierda) Cerro


Gavilanes. Atlapetes pallidinucha (Matorralero nuquipálido) Sup. Izq.; Lesbia
nuna (Colicinto coliverde) Sup. Der.; Conirrostrum rufum (Picocono rufo) Inf
Izq.; Eriocnemis cupreoventris (Pomponero vientricobrizo) Inf. Der.

En los sistemas de Matorral (Lámina 4) se encuentra el segundo en número de


especies de aves, por poseer cobertura vegetal nativa y presentar al igual que el
bosque una alta riqueza y diversidad vegetal, lo que brinda gran cantidad de
recursos para las aves. Encontramos restringidos a éste hábitat a Ochthoeca
fumicolor (Pitajo ahumado) quien aprovecha las perchas bajas para forrajear
insectos en los límites y claros del hábitat, y a Lafresnaya lafresnayi (Colibrí
aterciopelado) quien se alimenta de la flor de Siphocampylus columnae planta
herbácea que es muy abundante en este hábitat que tiene a este colibrí como
principal polinizador.
Lámina 4 Algunas aves que prefieren el hábitat de Matorral (izquierda),
Cerro Juan Rey. Ochthoeca fumicolor (Pitajo ahumado) Sup. Cent.; Metallura
tyrianthina (Metalura colicobriza) Sup. Der.; Lafresnaya lafresnayi (Colibrí
aterciopelado) Inf. Cent.; Synallaxis subpudica (Colaespina cundiboyasense)
Inf. Der.

Éste tipo de hábitat que se encuentra en estados sucesionales tempranos es de


gran importancia desde el punto de vista paisajístico ya que es para las aves el
principal hábitat que funciona como corredor conector entre relictos de bosque
moderadamente aislados.

Los hábitat de cultivo (Lámina 5) a pesar de presentar una de las más bajas
diversidades en cuanto a cobertura vegetal se refiere, ya que se halla
constituido principalmente por monocultivos de grandes extensiones, alberga
un número significativo de especies generalistas y oportunistas. Las especies
que se encuentran restringidas a él corresponden a las que se han adaptado de
mejor forma a la intervención antrópica ya que la totalidad de éstas se
encuentran igualmente al interior de la cuidad en jardines y parques, estas
especies son:
Columba libia (Paloma común), Tyrannus melancholicus (Siriri), Molothrus
bonariensis (Chamón maicero) y Carduelis psaltria (Jilgero menor).

Lámina 5 Algunas aves que prefieren el Hábitat Cultivos y Pastizal


(izquierda), Cerro Gavilanes. Catamenia analis (Semillero colifajeado) Sup.
Cent.; Tyrannus melancholicus (Siriri) Sup. Der.; Carduelis psaltria (Jilgero
menor) Inf. Cent.; Zonotricha capensis (Copeton común ) Inf. Der.

Las demás especies que encontramos en este hábitat corresponden a especies


con una gran capacidad de adaptación y poca sensibilidad, que acuden a los
cultivos en busca de flores o frutos que se encuentran con gran abundancia en
determinadas épocas. Cabe anotar que éstas especies requieren de corredores
como las cercas vivas que bordean los cultivos para su movilidad y refugio.

El Pastizal (Lámina 5) es el hábitat que presenta menor diversidad en cuanto a


cobertura vegetal se refiere, ya que se trata de grandes extensiones cubiertas
principalmente por gramíneas que presentan intrusiones de otras especies de
plantas en las zonas limítrofes con otros hábitats. Éste hábitat no es buen
refugio para las especies de aves excepto para Sturnella Manga (Chirlobirlo)
quien se encontró anidando allí.

El pastizal funciona más como reserva para forrajeo de insectos y pequeños


vertebrados por especies que lo visitan ocasionalmente pero que prefieren otros
hábitats como refugio.

Lámina 6 Algunas aves que prefieren el Hábitat Cultivos y Pastizal


Eucaliptal (arriba) Cerro Gavilanes. Turdus fuscater (Mirla) Izq.; Colibrí
coruscans (Colibrí de oreja azul) Centro.; Lesbia victorie (Colicinto colinegro)
Der.
El Eucaliptal (Lámina 6) presenta diversidad vegetal baja y poca oferta de
recursos alimenticios ya que en este hábitat son principalmente aprovechadas
las flores por colibríes ya que los frutos del eucalipto no son comestibles. A este
hábitat encontramos restringida tan sólo una especie: Piculus rivolii
(Carpintero carmesí), que fue avistado tan solo una vez, un individuo. Sin
embargo este registro es raro ya que este carpintero es propio de ecosistemas
de Bosque altoandino bien conservado. Pensamos que para esta y otras
especies de aves el hábitat de Eucaliptal son solo de paso y pueden resultar
conectores importantes para un numero limitado de especies relativamente
tolerantes al disturbio.

En los eucaliptos fueron avistadas regularmente especies de tamaños grandes:


Turdus fuscater (Mirla negra), Icterus chrysater (Toche) y colibríes: Colibri
coruscans (Colibrí de oreja azul), Eriocnemis vestitus (Pomponero reluciente) y
Lesbia victoriae (Colicinto colinegro), las grandes porque este hábitat les
permite forrajear con gran facilidad y los colibríes porque se alimentan de las
flores del Eucaliptus globulus (Eucalipto).

Los hábitats que se han paramizado (Lámina 7) con vegetación nativa,


probablemente después de disturbios como la quema, presenta una menor
riqueza de especies de aves, esto debido principalmente a que es un hábitat
naturalmente hostil para las especies de aves, sin embargo encontramos tres
especies de colibríes restringidas a este hábitat: Pterophanes cyanopterus
(Alizafiro grande), Chalcostigma heteropogon (Picoespina bronceado), Oxipogon
guerinii (Barbudito paramuno). Estas tres especies son propias de los sistemas
de páramo propiamente dichos. Es muy poco probable que estas especies
permanezcan en las áreas del parque durante todo el año. Nosotros pensamos
que estas y otras especies del parque son aves no residentes que migran desde
sistemas de páramo cercanos como Sumapaz o los mismos Cerros Orientales
de Bogotá. Esta característica revela la importancia de conservar estos relictos
en proceso de paramización para mantener la diversidad en la comunidad de
las aves.

Este hábitat presenta una elevada diversidad vegetal, por lo que encontramos
asociado a él especies de amplia distribución que están aprovechando la oferta
diversa de recursos.
Lámina 7 Algunas aves que prefieren el Hábitat de Paramización (arriba)
Cerro Gavilanes. Catamenia homochroa (Semillero paramero) Izq.;
Pterophanes cyanopterus (Alizafiro grandel) Centro.; Falco sparverius
(Cernícalo) Der.

Observaciones sobre el ciclo anual de las aves

Las aves tropicales presentan ritmos anuales bien definidos de reproducción y


muda del plumaje. A lo largo de los recorridos de observación y jornadas de
captura identificamos al menos 11 especies de diferentes familias que
presentaron actividad reproductiva: Detectamos nidos activos para una especie
de oropéndola Sturnella magna en el hábitat de paramización en el sector de
Gavilanes y para el colibrí Metallura tyrianthina en el sistema de matorral
alto del cerro Juan Rey (Lámina 8).

Lámina 8 Nidos Activos derecha: Metallura tyrianthina (Izq.) y Sturnella


magna (Der.).

Para Ochthoeca fumicolor (Pitajo ahumado) y Zenaida auriculata registramos


individuos trasportando material para la construcción del nido. Con el método
de capturas encontramos evidencias de actividad reproductiva (parche de cría,
protuberancia cloacal o juveniles) para: Diglossa humeralis, Diglossopis cyanea,
Anisognathus igniventris, Carduelis spinecens, Atlapetes pallidinucha, Lesbia
victorie, Metallura Tyrianthina, Colibrí coruscans, Zonotrichia capensis

Pocas especies presentaron época de muda del plumaje (cañones en la base de


las plumas de ala y cuerpo), entre ellas: Troglodytes aedon y Conirostrum
rufum.

Estructura trófica e interacciones con la vegetación

La gran mayoría de especies que registramos para los diferentes hábitats en


esta época del año, consumen Insectos y otros invertebrados pequeños como
arañas. Familias de aves como Formicaridae, Furnaridae Rhinochryptidae,
Tyrannidae (Anexo 1) se alimentan casi exclusivamente de este tipo de
alimento (Lámina 9). Estas aves juegan un papel importante en el control de
las poblaciones de insectos, los cuales tienen una gran capacidad de
reproducción y crecimiento.

Lámina 9 Elaenia frantzii (Izq.) y Basileuterus nigrocristatus (Der.). Especies


consumidoras de insectos.

Otros grupos como los colibríes (Trochilidae) y algunas tangaras (Traupidae) de


los géneros Diglossa y Diglossopis (Lámina 10) dependen en forma importante
del néctar floral para mantener sus poblaciones, pero complementan su dieta
con insectos (Fig. 2). Algo similar ocurre con el grupo restante de las especies
de la familia Traupidae, pero en este caso es una dieta de frutas la que se
complementa con el consumo de insectos.

Lámina 10 Tangaras de los géneros Diglossa (Izq.) y Diglossopis (Der.).

Las especies predadoras grandes como las rapaces de las familias Accipitridae
(Águilas), Falconidae (Halcones) y Strigidae (Búhos) (Anexo 1) se alimentan de
invertebrados grandes y pequeños vertebrados (Fig. 2), en muchos de los
habitas presentes en el Parque. La dieta de estas especies se compone
básicamente de pequeños mamíferos como ratones, lagartos, ranas y grandes
coleópteros entre otras presas. La especie de la familia Cathartidae: Coragyps
atratus (Gallinazo) cierra el ciclo de cadena trófica aportando al reciclaje de
nutrientes y materia orgánica en general alimentándose de carroña.

Las especies de la familia Fringillidae (a excepción del género Atlapetes)


componen su dieta principalmente de semillas (Fig. 2). Esta actividad implica
el consumo tanto del endospermo como del embrión de la semilla, por lo cual
este grupo puede considerarse como predadores de semillas.

Grupos de Dieta en la Avifauna


18
16
Número de especies

14
12
10
8
6
4
2
0
I N-I S P F-I I-N-F S-F-I Cr O

Figura 2 Perfil trófico de la comunidad de aves. (Para las siglas ver Anexo1).

Las especies de aves que interactúan en forma directa con la vegetación a


través del consumo directo de néctar o frutas, son indispensables para la
comunidad de plantas en tanto que desempeñan funciones de dispersión de
semillas y polinización. Estas dos funciones son cruciales para el
mantenimiento de la diversidad genética y la colonización espacial para
muchas especies de plantas presentes en los sistemas naturales del parque. En
este tipo de ecosistema Altoandino el fenómeno de la polinización mediada por
aves cobra una mayor importancia debido a que la baja temperatura
predominante reduce la actividad de los insectos polinizadores. Este factor
puede explicar en gran medida la dominancia de la familia Trochilidae en esta
comunidad de aves.

En la época del año correspondiente al muestreo de la presente investigación se


encontró que la oferta de flores fue mucho más alta que la oferta general de
frutos. En total registramos un total de 17 plantas cuyas flores fueron visitadas
por al menos 13 especies de aves (Anexo 2), de las cuales 11 fueron colibríes y
las dos restantes tángaras del género Diglossa.
La ericácea Cavendishia bracteata presentó en este mes del año una época de
floración intensa, las flores de esta especie fueron muy comunes en los hábitats
de paramización, bosque y sistemas de matorrales. Debido a la abundancia
estacional de este recurso se encontró que todas las especies de colibríes
excepto Lafresnaya lafresnayi (Colibrí aterciopelado) que presenta una
especialización alimenticia particular, fueron registradas alimentándose del
néctar de Cavendishia, lo que la convierte en el recurso floral más importante
en este periodo del año (Tabla 1).

Encontramos que algunas poblaciones de colibríes como Eriocnemis vestitus


(Pomponero reluciente), Metallura tyrianthina (Metalura colicobriza) se
concentran de manera importante en bordes de bosque y corredores de
vegetación nativa en áreas con intervención agrícola. En este hábitat algunos
de los recursos florales más importantes para las aves nectarivóras fueron: las
ericáceas Macleania rupestris, Cavendishia bracteata y el “Raque·” Vallea
stipularis (Raque) y Bomarea sp. Estas plantas probablemente representan un
recurso indispensable para la avifauna en esta época del año. Por otro lado
especies como Eriocnemis cupreoventris (Pomponero vientricobrizo), Lesbia
nuna y la las tangaras Diglossa humeralis y Diglossopis cyanea fueron
observadas principalmente en los hábitats de Bosque y Matorral donde fueron
los recursos florales en esta época del año son Cavendishia bracteata
Siphocampylus columnae, Pasiflora mixta, Pallicourea sp, además Vallea
stipularis que es un árbol importante del bosque nativo en todo el parque.
Para Diglossa humeralis los datos de las capturas revelan que esta especie se
encuentra en el pico anual de reproducción lo cual realza la importancia de
estas especies de plantas para el mantenimiento de las poblaciones de aves en
estos hábitats.

Especies como Pterophanes cyanopterus (Alizafiro grande), Chalcostigma


heteropogon (Picoespina bronceado), Oxipogon guerinii (Barbudito paramuno)
que se concentran en forma muy marcada en los ecosistemas de paramización
visitan además de las flores de Cavendishia especies como Brachyotum
strigosum, Gaiadendrum punctatum, Gaultheria erecta, las cuales presentan
una época de buena floración en este mes del año. En zonas intervenidas, las
flores de Eucalipto y algunas plantas cultivadas como malvaceas ornamentales
y Canna sp. Son un recurso importante para los nectarívoros en especialmente
para Colibrí coruscans (colibrí de oreja azul)
Lámina 11 Algunos recursos de néctar para la avifauna del Parque
Entrenubes. Izq-Der, Arr.-Abaj.: Bejaria resinosa, Brachyotum strigosum,
Cavendishia bracteata, Digitalis purpurea, Canna sp. , Gaiadendron
punctatum, Pallicourea sp., Pasiflora mixta, Siphocampylus columnae.
La oferta de frutos disponibles para las aves en esta época del año es baja en
términos generales. En el hábitat de matorral y bosque, además de los
corredores de vegetación nativa en áreas intervenidas presentaron un nivel de
fructificación importante especies como Miconia scuamulosa (Tuno esmeraldo)
y Viburnum thriphilum (Gaque). Las dos especies fueron consumidas por las
aves. (Tabla 1) En áreas intervenidas frutas de mora silvestre (Rubus sp.) y
“Sauco” (Sambucus sp.) son recursos de alimento importante para las aves
frugívoras.

Lámina 12 El semillero Atlapetes palidinucha alimentándose de frutos de


“tuno esmeraldo” (Miconia squamulosa). Cerro Juan Rey.

Criterios preliminares de Conservación

Para tratar los tres aspectos básicos de estudio de conservación, que son
Estructura, Funcionamiento y Temporalidad de la comunidad de aves del
parque, se apuntaron observaciones preliminares hechas durante el tiempo de
muestreo e inferidas en base a los datos recolectados durante el estudio.

En el apartado anterior se habló sobre la estructura y funcionamiento;


relaciones e interacciones ecológicas de dietas y algunos gremios de esta
comunidad en detalle, de lo que se puede extrapolar el proceso de
transformación de una comunidad original de bosque Altoandino, a una
comunidad compuesta por un elevado porcentaje conservado de la riqueza
original de comunidad, con probables extinciones locales de especies sensibles a
la reducción, fragmentación y deterioro del hábitat. Esto se suma a una
creciente introducción de avifauna asociada a intervención antrópica, lo que
induce procesos nuevos de competencia interespecífica en la explotación de
recursos principalmente en las zonas de ecotono entre los hábitats conservados
o en recuperación y las zonas en expansión de la frontera agrícola.

Esta conjunción de avifaunas y ecosistemas, provoca un desplazamiento


espacial para la explotación de recursos abundantes en los distintos hábitats,
este desplazamiento pueden efectuarlo las especies generalistas o que no
presenten una elevada especificidad conespecífica por los recursos alimenticios.
Este desplazamiento es efectuado tanto por especies de la avifauna autóctona
que aprovechan ofertas alimenticias en ecosistemas de elevada intervención
antrópica como cultivos y pastizales, tanto como por especies asociadas a la
intervención humana que para alimentarse aprovechan zonas conservadas
como matorrales y bosque. Es importante resaltar la importancia de los
corredores para estas especies que aprovechan los pastizales y cultivos, por lo
que es prioritario conservar las cercas vivas constituidas por relictos de
vegetación nativa que se presentan como los corredores más importantes que
conectan los hábitats conservados como zonas de paramización y matorrales
con las zonas de intervención antrópica.

Otro elemento relevante respecto a los corredores es la conservación de aquellos


que unen los fragmentos de bosque, constituidos principalmente por las zonas
de matorral. Se hace prioritario detener la colonización y potrerización de los
valles que se encuentran entre las elevaciones mayores, que presentan las
zonas de mayor extensión de bosque Altoandino conservado. Debido a la
orografía de la zona constituida por elevaciones y depresiones muy contiguas y
heterogéneas, estos valles amplios son los más propicios para la construcción de
viviendas de invasión, las cuales crean un halo de deforestación que elimina
principalmente las zonas de matorral en los alrededores, lo cual provoca una
desconexión y aislamiento entre los parches de bosque, y que afecta
principalmente a las especies terrestres o de interior de bosque.

En este sentido la colonización de sectores del parque en el cerro Juan Rey


probablemente sido la causa de la extinción local de especies como Sturnella
magna. La introducción de animales domésticos asociada a la colonización de
especies como perros (hasta 21 perros en una misma finca) y gatos contituye
una amenaza real para especies como esta que tiene su hábitat de anidamiento
a nivel del suelo en sistemas de pastizales. Pensamos que es importante
regular en alguna forma la introducción indiscriminada de este tipo de
animales para evitar que otras especies (no solo aves sino una también
mamíferos) tengan la misma suerte que el “Chirlobirlo” en la zona de la Fiscala
Alta.
Otro frente importante para la conservación de la fauna del Parque
Entrenubes tiene que ver con la Educación Ambiental y la generación de
procesos de sensibilización ambiental de la población joven e infantil que
frecuenta las áreas de influencia del parque. La falta de conciencia y
actividades como la caza “recreativa” de aves usando caucheras puede afectar
localmente algunas poblaciones de aves sensibles como Oropéndolas,
Tangaras y Colibríes (Lámina 13).

Lámina. 13 “Cazando pequeños pájaros”, actividad que se desarrolla


tradicionalmente en las áreas de parque poniendo en peligro especies sensibles.

Criterios adicionales de conservación incluyen el estudio de diversidades α, β, y


γ. Para ello se requeriría realizar censos más extensos y repetitivos, lo que
permitiría evaluar índices que sean comparables con otros estudios de
comunidades de aves en otras zonas. Éstos estudios permiten adicionalmente
realizar comparaciones locales, paisajísticas evaluando el grado de recambio de
especies, entre las distintas unidades del parque y comparaciones regionales
evaluando la diversidad total en el área abarcando la totalidad de unidades del
parque.
Discusión y Conclusiones

Ésta caracterización preliminar efectuada de la zona nos permite establecer


unos lineamientos generales aplicables a los estudios posteriores sobre la
comunidad de aves de la zona. Para ello, en este apartado nos referimos a
herramientas útiles para evaluar el alcance del presente trabajo en sus
resultados sobre diversidad en contraste con la complejidad real del ecosistema.
Los parámetros expuestos a continuación nos develan la importancia de llevar
a cabo una continuidad de los trabajos de inventario de la diversidad de aves
para así potencializarlo y lograr inferencias más detalladas.

En el presente estudio en el cual se caracterizó la riqueza, composición y


abundancia preliminar de la comunidad de aves del parque, se realizó una
curva acumulativa de especies (Figura 3), la cual se constituye un indicador de
la necesidad de completar la caracterización; esta curva acumulativa se
muestra en todo momento ascendente y lejos de alcanzar un comportamiento
asintótico que significaría la cercanía de completar el inventario, la gran
cantidad de especies encontradas una o dos veces en las muestras indica que
aún faltan muchas especies por ingresar y esto modelaría la estructura
matizándola temporal y espacialmente. Por lo anterior se hace prioritario
continuar y completar el estudio para establecer criterios más específicos de
conservación.

Restaría establecer la temporalidad y dinámica de la comunidad para lo cual es


prioritario realizar estudios de monitoreo a largo plazo, constituidos por censos
para complementar el inventario los cuales deberían concentrarse en los
periodos de arribo de las aves migratorias boreales, australes y los periodos de
explosión de recursos vegetales como épocas de florecimiento y fructificación
determinadas estacionalmente.

La curva acumulativa de especies se realizó registrando la cantidad de


especies acumulada a lo largo de las visitas efectuadas, por lo que esta siempre
es creciente. Sin embargo, es un indicador de la forma en que se está llegando a
un punto en el cual se hallan registrado la totalidad de especies de la zona;
cuando se llega a este punto se observa una curva asintótica; es decir una curva
que en sus etapas iniciales muestra incrementos considerables constantes del
número de especies y luego a medida que se hacen más numerosas las salidas
alcanza una estabilidad en el número de especies, se debe alcanzar un punto de
completa estabilidad cuando se han registrado la totalidad de especies de la
zona, es decir un punto en el cual por más que se incremente el número de
visitas no se incrementa el número de especies registradas.
Curva acumulativa
60

50

40
N° spp

30

20

10

0
04/05/03

05/05/03

06/05/03

07/05/03

08/05/03

09/05/03

10/05/03

11/05/03

12/05/03

13/05/03

14/05/03

15/05/03

16/05/03

17/05/03

18/05/03

19/05/03
Fecha

Figura 3 Curva acumulativa de especies. Muestra el registro de especies


nuevas (número de especies) a lo largo del esfuerzo de muestreo (salidas de
campo).

La curva de acumulación de especies para nuestro muestreo mostró un


incremento constante en el número de especies a medida que se incrementan
las salidas, no se aprecia una marcada inflexión al final, lo cual es
característico de la curva asintótica. Esto indica que para esta comunidad la
curva se encuentra en su fase creciente, es decir que si se continúa con el
muestreo se producirá un aumento considerable en el número de especies
registradas para la zona.

Esto es congruente con los aspectos anteriormente anotados de llegada de aves


migratorias visitantes del norte y del sur al parque que incrementarán el
número de especies registradas para la región, además de las especies que
lleguen cuando se produzca un aumento súbito de algún recurso alimenticio
particular como el florecimiento o fructificación de especies vegetales muy
abundantes en el sector.

Un parámetro adicional indicativo de un inventario novel es la abundancia de


especies denominadas “singletones” y “doubletones” en la muestra, que son
especies de las cuales se registraron tan sólo uno o dos individuos
respectivamente en las muestras, lo que apunta a que un gran número de
especies presenta un elevado nivel de rareza y/o son muy inconspicuas para ser
detectadas, hecho que predice un número mayor de esta clase de especies en la
comunidad, son los llamados “pájaros invisibles”, especies que pese a todo
serán con mucha seguridad detectadas en un estudio a largo plazo.

De otro lado tenemos que referirnos al uso de índices de biodiversidad


derivables de un inventario, estos son inferibles tan sólo con un esfuerzo
continuado, ya que a pesar que obtuvimos datos de abundancias relativas
producto de los días de observación en campo y establecimos rangos de estatus
de abundancia, estos datos no pueden ser aplicables por ejemplo en el
establecimiento de índices de diversidad ya que no se tienen los datos de
densidades absolutas. Para obtener este tipo de datos son requeridos estudios
de censos cuantitativos, estudios que involucran esfuerzos mucho más
intensivos que el nuestro.

¿Extinciones locales?

Muchas de las especies que pueden encontrarse en parches de bosque


Altoandino menos intervenido que el área de estudio están ausentes. El alto
nivel de fragmentación de la matriz original de bosque Altoandino que cubría
el parque probablemente afecte especies grandes que tienen una escasa
capacidad de desplazamiento como por ejemplo las “Pavas de monte” (Penélope
montagnii) para las cuales las extensión de los parches de bosque seguramente
no poseen la capacidad de carga necesaria para mantener poblaciones de la
especie.

Otras especies que no se registraron el corto tiempo que duró la presente


investigación probablemente también se hayan extinguido localmente como el
caso de: Cinicerthia unirufa, Atlapetes schystaceus, Buthraupis eximia
Phyllomyias sp., Coeligena helianthea, Coeligena bonapartei, Ampelion
rubrochrystatus, Ramphomicron microrhynchum, Trogon personatus, entre
otras. Sin embargo la ausencia de estas aves puede ser un producto del
submuestreo de la comunidad que está revelando la curva acumulativa de
especies. Pensamos que no es posible definir el estatus de extinto localmente
para estas aves hasta no hacer una evaluación más exhaustiva del
comportamiento temporal en la composición de esta comunidad de aves.

Identificamos especies y grupos de especies que establecen relaciones estrechas


con la comunidad de plantas en diferentes hábitats del área de estudio, cuyos
patrones poblacionales permitan establecer criterios para el manejo de un
ecosistema estratégico. Es decir, especies que pueden ser involucradas en un
programa de monitoreo como bioindicadores del comportamiento de la
biodiversidad local. Algunas de ellas como la Familia Trochilidae no solo son
importante por su gran riqueza en especies, también puede ser de utilidad para
dilucidar los patrones temporales y espaciales de fauna en relación con
procesos funcionales como la polinización de plantas. Este grupo con gran
capacidad de movimiento puede ayudarnos a entender como se comporta la
diversidad de recambio (diversidad beta) entre los diferentes ecosistemas del
parque y entre estos y ecosistemas adyacentes que se encuentran en mejor
estado de conservación como Sumapaz y los Cerros Orientales propiamente
dichos. El grupo de aves consumidoras de frutas, importantes como dispersores
de semillas los cuales garantizan el mantenimiento de los corredores nativos
de vegetación pueden ser importantes en este sentido.

Otras especies que están restringidas a un hábitat en particular,


especialmente al Bosque y matorral nativo como el caso de: Columba fasciata,
Grallaria ruficapilla, Scytalopus infasciatus, Scytalopus griseicollis, Sinallaxis
subpudica, Diglossa lafresnayii, son importantes para evaluar el
comportamiento de fauna relictual con altos requerimientos específicos de
hábitat.

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