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Universidad Nacional Experimental del Yaracuy

PIU-DIC

Lenguaje y Comunicación

Docente: Julio Garrido

“La Oratoria”

Bachilleres:

Ambar Pérez

Nordarlyn Gainza

Alexander Guevara

Erick Arteaga

Naudi Pérez

José Rivas
La oratoria no es solo oralidad, es decir, no es solo el hecho de hablar a otro y
otros, sino que involucra una cantidad de técnicas y reglas o principios que nos
permiten expresarnos de manera clara ante un público numeroso. La finalidad de
la oratoria es transmitir un mensaje sin miedos o desconfianzas y con
desenvoltura. La oratoria está relacionada con la elocuencia, de poder convencer
con nuestras palabras o conmoverá quien o quienes nos oyen. Dentro de
la literatura, la oratoria tiene que ver con los procesos literarios cuya finalidad es la
de persuadir (como por ejemplo una conferencia). Un orador debe modificar las
emociones de los oyentes, no sólo brindarles información.

Como la mayoría de las ciencias humanas, la oratoria tuvo su origen en Grecia de


la mano de los sicilianos. En Grecia la oratoria era utilizada con fines políticos y
para alcanzar prestigio. Sócrates fundó una escuela de oratoria, situada en
Atenas, y definió al orador como el hombre instruido y con ideales altos que iba a
garantizar el progreso del estado. Demóstenes fue el orador que fue considerado
el mejor dentro de este arte. Cicerón fue quien la perfeccionó en la República
Romana. Él escribió varios discursos y tratados que han llegado a nosotros casi
en su totalidad.

Existe en la actualidad una clasificación de los tipos de oratoria según la finalidad


del orador. A continuación se expresan algunos tipos de oratoria:

Oratoria social: También llamada ceremonial, augural o sentimental, son las que
se desarrollan en un determinado ámbito donde el ser humano participa de una
ceremonia.

Oratoria pedagógica: Busca transmitir la cultura mediante la palabra hablada, es


decir transmite conocimientos. Es una oratoria didáctica o académica que busca
enseñar.

Oratoria forense: Se usa dentro de la ciencia jurídica y busca exponer con


claridad los informes de jueces, abogados y fiscales.

Oratoria persuasiva: Cuando los políticos exponen y debaten ideas políticas y


utilizadas principalmente en época de sufragio.

Oratoria sacra o religiosa: Realiza sermones a partir de la palabra de Dios


utilizando como base la Biblia u otros libros religiosos.

Oratoria dentro de una empresa (llamada “Management Speaking”: Es


utilizada por hombres de negocios y empresarios a fin de
transmitir objetivos corporativos.

La oratoria no es simplemente hablar en público, un buen orador debe reunir


ciertas características que lo hacen distintos al resto de los hablantes comunes.
La oratoria siempre se realiza con un orador individual frente a un público
(receptor colectivo).
El orador debe hablar con claridad, pero además con entusiasmo, eficacia y
persuasión. El lenguaje es su herramienta principal. Un orador debe saber hacerse
escuchar. Debe lograr que el público muestre interés y sea reflexivo.

Debe el orador tener claro el fin de su discurso. Puede ser un discurso persuasivo,
a fin de convencer al público de una opinión, por ejemplo. Además, puede
enseñar, conmover o agradar a su público.

La apariencia física es muy importante así como el aseo personas. El atuendo que
elige el orador debe estar acorde con las circunstancia dependiendo si es una
ocasión formal o informal.

Un orador debe mantener una actitud positiva, estar relajado y gozar de


buena salud física y psíquica.
Además debe poseer mucha capacidad de memoria, ya que la oratoria requiere un
90% de habla y apenas un poco de lectura de apuntes, de ser necesario.

Un orador debe ser sincero y congruente, es decir, que haya relación entre lo que
Un orador dice y hace. Además, debe ser leal a quien ha confiado en él o ella.

Un orador debe perder el miedo y los prejuicios a hablar en público, debe tener
soltura y saber estar frente a un público.

Características de la oratoria:

1 Confianza; La confianza es el atributo más importante para poder hacer una


presentación exitosa. Un orador que exuda confianza en sí considera más seguro,
preciso, conocedor, inteligente y agradable que un orador que tiene menos
confianza en lo que está diciendo.

2 Pasión; La pasión es un fuerte sentimiento de entusiasmo por algo. Para


comunicar eficazmente tu discurso, debes tener pasión por el tema. Si el tema no
puede alegrarte, lo más probable es que no entusiasme a tu audiencia.

3 Introspección y autoconciencia; Para ser un orador exitoso, primero debes


comprender quién eres y cuáles son tus cualidades más fuertes.
La mayoría de los oradores exitosos trabajan para capitalizar sus fortalezas. ¿Es
el humor lo que agrega sabor a tu presentación? ¿O es ese talento para contar
historias? Comprender tu fortaleza como orador te permitirá involucrar
efectivamente a la audiencia.

4 Ser tú mismo; Siempre sea tu mismo y no una copia. Nadie puede replicarte
mejor que tú. No importa cuánto hayas ensayado para el discurso, si no actúas
como tú, tu audiencia puede verte como poco sincero. Pueden percibir que tu idea
es tratar de captar la atención copiando a una persona famosa o tratando de tomar
su lugar.
5 Compromiso con tu audiencia; Un buen discurso debe ser de naturaleza
conversacional. Debe involucrar a la audiencia tanto como sea posible. Esto ayuda
a eliminar el elemento de aburrimiento. Asegura que el público no esté en el
teléfono o en las computadoras portátiles buscando en la web mientras hablas.

6 Habla con una voz natural; Cualquier conexión que hayas hecho con tu
audiencia podría romperse con tonos que parezcan "falsos" o "demasiado
perfectos".

7 Modulaciones de voz; Si desea ser más atractivo como orador, evita hablar en
un tono que parece demasiado bien ensayado, pero aun así deseas tener en
cuenta la velocidad y la modulación de tu discurso cuando prácticas.

8 Mantenlo corto y dulce: Si solo tiene 30 minutos para dar un discurso, no te


obligues a llenar todo el tiempo asignado. Di lo que necesitas decir y usa el tiempo
restante para preguntas o para dejar que tu audiencia salga un poco antes.

9 Tasa de palabras; Básicamente, la tasa es qué tan rápido hablas. Tienes que
ajustar esa velocidad para adaptarte a la situación. Una velocidad de habla normal
es de aproximadamente 120 palabras por minuto. Un oyente promedio puede
asimilar palabras hasta cuatro veces esa velocidad.

10 Volumen: Desea que tu volumen llegue al fondo de la sala sin sobrecargar a


los de la primera fila. Lo controlas ajustando la fuerza con la que expulsas el aire a
través de tus cuerdas vocales. Se necesita práctica para confiar si tu volumen es
efectivo.

11 Pausa: Las pausas son tu puntuación. Utilizados de manera efectiva, con


precisión una transición entre puntos y de acuerdo con claridad a tus palabras.
También te dan la oportunidad de recuperar el aliento y al público a ponerse al día
con tus ideas.

12 Articulación / pronunciación; La articulación es el arte de hablar con claridad,


emitiendo los sonidos adecuados con los labios, los dientes y la lengua. La
pronunciación es decir una palabra correcta. Ya sea de manera justa o injusta,
ambos influyen en la impresión de la audiencia de tu dominio del idioma.

13 El arte de la historia; Los mejores oradores públicos son narradores


experimentados, con una esencia o un cuento para mejorar cada situación y
presentación.

14 Repetición: La repetición es una herramienta empleada por los buenos


oradores para grabar sus puntos de vista en la mente de la audiencia.

15 Creatividad; Una de las características de la oratoria más importante es saber


cómo mantener tu presentación viva e interesante.
Ejemplos de la oratoria:

Definir la estructura del discurso, en lo posible debe tener una introducción, un


nudo y conclusiones.

Ensayar el discurso teniendo en cuenta cuál es su objetivo y lo que se quiere


transmitir a través de él.

Tener en cuenta de antemano el público frente al cual se hará la exposición.


Realizar ejercicios de relajación en caso de sentirse nervioso antes de pronunciar
el discurso.

Utilizar una guía (en papel o digital) con las ideas claves.

Utilizar la expresión corporal: mover las manos, sonreír.

Se puede iniciar el discurso con alguna anécdota personal o una pregunta retórica
que capture la atención de la audiencia.

Intentar no repetir de memoria el discurso ni leerlo completamente sino transmitirlo


de la manera más espontánea posible.

Utilizar un lenguaje y conceptos que resulten familiares para la audiencia.

Se pueden utilizar recursos audiovisuales (videos, presentaciones, música) de


soporte.

Dirigirse a toda la audiencia y buscar el contacto visual con sus miembros.

Realizar pausas entre las ideas.

Focalizar en el tema a presentar.

No exceder el tiempo estipulado para la presentación.

Al finalizar, agradecer el tiempo y la escucha brindada.

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