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La Eliminación Del Sistema Cisheteropatriarcal: Una Mirada Desde La Lingüística
La Eliminación Del Sistema Cisheteropatriarcal: Una Mirada Desde La Lingüística
Históricamente, la presencia de la mujer –así como la de todos los grupos oprimidos– ha sido
sistemáticamente borrada del recuento de la mayoría de sucesos de la humanidad. Este hecho
se puede evidenciar al estudiar cualquier movimiento, disciplina o acontecimiento social
importante. En la mayoría de casos, solo los nombres de unas cuantas mujeres –Juana de
Arco, Marie Curie, Virginia Woolf, y solo unas pocas más– han sobrevivido, esto debido a
que la historia ha sido siempre escrita por "los vencedores": hombres blancos, occidentales y
heterosexuales –cristianos a ser posible– cuya visión parecía, y desgraciadamente aún
parece, ser la única y verdadera.
Esto pone de relieve la existencia de un sistema social patriarcal sobre el cual se originó un
sistema lingüístico androcéntrico, en donde lo femenino era –y sigue siendo– ignorado. En
esta línea, Serrano (1991) señala que: "El día en que el hombre se apoderó del lenguaje, se
apoderó de la historia y de la vida, y al hacerlo nos silenció [a las mujeres]" (p.13). Teniendo
esto en mente, es evidente que lo que no se nombra, no existe. Por lo tanto, es plausible
señalar que, desde la lingüística, el sistema cisheteropatriarcal puede ser derribado a través
del uso del lenguaje inclusivo y a través de la eliminación de las manifestaciones lingüísticas
misóginas y discriminatorias.
A la luz de esto, es relevante traer sobre la mesa el concepto de lenguaje inclusivo, el cual es
un modo de expresión que evita las definiciones de género o de sexo. Pese a que según las
reglas del español –establecidas por la Real Academia de la Lengua Española– al usarse el
masculino tanto de los sustantivos como de los adjetivos se hace automáticamente referencia
a hombres y mujeres, considero que es de vital importancia tomar un posicionamiento
político con respecto a esto. Es decir, saltarse la norma de lo académicamente establecido e
incluir a todos aquellos que han sido históricamente pasados por alto, ya que esto puede
servir como medio de resistencia y de empoderamiento tanto para las mujeres como para las
personas con identidades no normativas. Así lo resalta Butler (2009): "La resignificación del
lenguaje requiere abrir nuevos contextos, hablando de maneras que aún no han sido
legitimadas, y por lo tanto, produciendo nuevas y futuras formas de legitimación" (p. 73).
En segundo lugar, es preciso mencionar el concepto de manifestaciones lingüísticas,
entendidas por el Instituto Cervantes (2010) como el medio oral o escrito a través del cual los
seres humanos comunicamos nuestras ideas y sentimientos. Este concepto es relevante en
tanto a través de nuestras manifestaciones lingüísticas cotidianas, tales como lenguaje
coloquial que usamos a diario, legitimados y reproducimos estereotipos de género, muchas
veces sin darnos cuenta. En este respecto, Fernández (1996) explica que:
Por ejemplo, en el caso de los refranes populares, hay algunos que muestran en grado sumo la discriminación, el
desprecio y la violencia simbólica ejercida contra las mujeres: "La mujer es el piojo del hombre" (República
Dominicana), "La mujer como la escopeta cargada y en un rincón" (México), "A la mujer y a la cabra, soga
larga" (Nicaragua), "¿En qué se parecen la mula y la mujer? En que una buena paliza las hace obedecer"
(España), "Con la mujer, ojo alerta, mientras no la vieres muerta" (España). (p.5)
Referencias
Serrano, M. (1996). Nosotras que nos queremos tanto. Buenos Aires: Planeta.