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Libro Liderazgo Policial
Libro Liderazgo Policial
transformación social
El liderazgo policial: una herramienta de
transformación social
ertad y Or d e
L ib n
©Policía Nacional de Colombia
©Escuela de Postgrados de Policía «Miguel Antonio Lleras Pizarro»
Oficina de Comunicaciones Estratégicas
espol.coest@policia.gov.co
Avenida Boyacá # 142A-55, Bogotá - Colombia
Tel: 315 9000
ISBN: xx
ISBN e-book:xx
Primera edición: Bogotá, D. C., noviembre del 2019
Diseño e impresión: Panamericana Formas e Impresos S. A.
Impreso en Colombia / Printed in Colombia
Queda prohibida la reproducción parcial o total de este libro por cualquier proceso reprográ-
fico o fónico, especialmente por fotocopia, microfilme, offset o mimeógrafo sin autorización
de la Escuela de Postgrados de Policía «Miguel Antonio Lleras Pizarro».
Dedicatoria
Dedico esta obra a Dios, a la Patria, a mi Policía Nacional, por permitirme ofren-
dar toda mi existencia a la causa que ha definido mi razón de ser: el servicio a los
demás. A mi esposa Lydia y a mis hijos, Juan David y Sofía Isabella, los amores de
mi vida, a quienes privé de tiempo precioso en la calidez de nuestro bello hogar,
debido a este empecinamiento por construir un modelo de liderazgo que mejore
el servicio de policía a través de la construcción de confianza ciudadana. También
dedico esta obra a mis padres: Marlene y José Édgard, por haberme inculcado des-
de niño el amor al conocimiento, el servicio al prójimo y la posibilidad de “abrazar
la sabiduría” a través de su buen ejemplo, su humildad y su amor infinito.
También quiero agradecer al mayor Jonhatan Moreno Daza por haber compartido
parte de su experiencia de vida y haber contribuído con su inteligencia y curiosidad
intelectual a la terminación de este libro.
A Maria Victoria Pérez Poveda, por haber desarrollado de manera magistral sus
dotes de entrevistadora con siete policías insignes que transformaron a colombia
y haber podido extraer de ellos esa “savia” con la cual las siguientes generaciones
de policías, seguirán cambiando la realidad de todos aquellos que necesitan de una
institución policial que represente de manera adecuada los intereses más altos del
estado social de derecho colombiano.
Introducción 11
Prólogo 15
Presentación 21
¿Qué inspiró el MHLP? 25
PARTE I
Siete historias de vida que transformaron a Colombia 27
“Policía un día, Policía toda la vida”
CREDIBILIDAD Y CONFIANZA
Tacones Firmes 33
Mayor General (RA) Luz Marina Bustos
ADAPTABILIDAD Y EFECTIVIDAD
El Circo de las Mariposas 47
Patrullero José Fernando Carvajal
HONOR POLICIAL
El Legado de un Sabio 59
BG. (r) Fabio Arturo Londoño Cárdenas
VOCACIÓN DE SERVICIO
El Último Dragón 69
Dragoneante Efrén Díaz
VOCACIÓN DE SERVICIO
El Conciliador 91
Subintendente Raúl Eduardo Rico Vergel
ADAPTABILIDAD Y FLEXIBILIDAD
La Magia del Insólito “Policirco” 101
y el Camino Sinfín del “Biciclaje”
Subintendente Pedro Márquez
VISIÓN E INNOVACIÓN
El Visionario de la Misión Institucional 119
Gr (r) Miguel Antonio Gómez Padilla
El superior y amigo.
PARTE II
Modelo Holístico de Liderazgo Policial MHLP 149
Conclusiones 159
Introducción
Teniendo en cuenta lo anterior, en la parte I de este libro “El Liderazgo Policial Una
Herramienta de Transformación Social” los lectores encontrarán un producto mucho
más “digerible”, que no se limita a la rigidez académico-científica del tradicional for-
mato de tesis doctoral logrando con ello difundir los resultados de esta investigación
a todos los policías de Colombia y al público en general, para ello he recurrido a un
formato conversacional basado en las historias de “Siete Policías que Transformaron a
Colombia”, las cuales se ajustan a un atributo específico descrito en el MHLP.
También es importante aclarar que cada policía de Colombia con su trabajo coti-
diano, transforma a Colombia día a día, esto es fácilmente corroborable bajo dos
perspectivas, la primera es que la Institución policial es el laboratorio social más
grande que tiene la nación colombiana y en segundo lugar hay un hecho categórico
y es que no hay otra institución que por su misionalidad, su presencia física en cada
municipio de Colombia, también por su naturaleza permanente y la nobleza de su
misionalidad, le tomen el pulso al país o, dicho de otra manera más específica; inte-
ractúe de manera tan estrecha con cada habitante de Colombia y mire al ciudadano,
no solamente como un sujeto de derechos, sino como al prójimo a quien hay que
defender, orientar y educar, tal como si fuera su hermano o su hijo. Es por lo anterior
que el capítulo I del libro se atreve a decir que los Policías seleccionados transforma-
ron a Colombia, al igual que todos aquellos que han servido al país en estos 128 años
de existencia de la Policía Nacional de Colombia.
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El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
Asi mismo en la parte II del libro los lectores podrán encontrar la descripción de
los atríbuto del MHLP, en donde se especifican y se detallan asuntos un poco más
puntuales sobre las características del Modelo y la forma en que se articulan todas
las capas del constructo entre sí, de esta manera los interesados en asuntos de lide-
razgo público podrán encontrar una guía y una orientación sobre el único modelo
de liderazgo policial hecho para un servicio de policía.
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Coronel Juan Carlos Nieto Aldana
Ya lo había planteado Aristóteles, el gran pionero del concepto holístico: “El Todo
es mayor que la suma de las partes”. Desde esta perspectiva, el verdadero líder ins-
pira, hace evidente, saca a la luz como el minero, lo mejor de cada quien para po-
nerlo al servicio de los demás; al evitar una extorsión, al rescatar a un niño recién
nacido en medio de la noche, al evitar un suicidio, al proteger la vida, la honra y
los bienes de las personas del barrio o del campo; y esto sólo se logra a través del
ejercicio del liderazgo policial, el cual tiene como propósito orientar y guiar a las
personas, del lugar de dificultades al sitio en donde obtenga paz, tranquilidad y
sosiego, con lo cual cotidianamente se propende por la convivencia, mientras se
cumple el honroso destino de ser Policía.
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Prólogo
Muy pocos son los seres humanos a los que el destino les otorga el privilegio
del reconocimiento unánime de sus conciudadanos, el respeto de las institu-
ciones que les vieron crecer, el de sus compañeros de vida, y el de toda una
sociedad nacional e internacional como son los Policías de Colombia, gracias
a hitos históricos, a procesos de adaptación y evolución, y de manera supe-
rior a nuestros antecesores, quienes hicieron del humanismo, la integridad, la
disciplina, la innovación y la gestión, una forma de vida y de servicio en be-
neficio de todos los colombianos, debido a que las grandes transformaciones,
en el ámbito del trabajo y de las organizaciones, exigen nuevas prácticas de
1 Nació el 24 de enero de 1966 en la ciudad de Armenia en el hogar de Mario de Jesús Atehortúa Quintero y María Adíela
Duque. Se graduó como bachiller académico del colegio INEM Felipe Pérez de Risaralda e ingresó a la Escuela de Oficiales
General Franciasco de Paula Santander para formarse como oficial de policía obteniendo 1 de diciembre de 1985 el grado de
Subteniente. Fue el primer puesto del curso 056 de oficiales, MY. Gustavo García Velandia, compuesto por 236 oficiales. Su
trayectoria institucional le ha permitido desempeñar cargos estratégicos en la Dirección de Policía Judicial DIJIN-INTER-
POL, la Escuela de Oficiales General Francisco de Paula Santander, la Escuela de Carabineros en Facatativa, la Dirección
Antinarcóticos, donde dirigió el Área de Interdicciones. Se destaca su participación en el curso de Contemporary Issues in
Drug Law Enforcement con el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, y el curso Criminal Justice Education con la
Universidad de Virginia. En 1998 se graduó como Administrador de empresas de la Escuela de Administración de Negocios.
En el año 2010 se graduó como Magíster en Estudios Políticos de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá. Fue designa-
do como agregado de policía en la embajada colombiana en Austria.
Para el 2012 se le encomendó el área de control interno de la institución y en el mes de octubre fue llamado al curso para as-
cender a Brigadier General, grado que recibió en junio de 2013. El 2 de octubre del 2013 asumió la Regional Dos, correspon-
diente al territorio de los departamentos de Tolima, Huila, Caquetá y Putumayo. Durante su trayectoria también se destaca
que en el grado de Coronel asumió como comandante del departamento de policía de Córdoba, de la Escuela Nacional de
Operaciones BG. Jaime Ramírez; la Dirección del comando contra la explotación ilícita de yacimientos mineros, del Fondo
Rotatorio y la Dirección de Sanidad. El primero de julio del 2017 es ascendido a Mayor General y en febrero de 2018 recibe
la Inspección General. El 10 de diciembre del 2018, el Señor Presidente de la República de Colombia, Iván Duque Márquez lo
designa como Director de la Policía en reemplazo del General Jorge Hernando Nieto.
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El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
gestión, orientadas a dar respuesta a las condiciones actuales y futuras. Por ello,
como Director General de la Policía Nacional, es un gran honor exaltar las vir-
tudes, atributos y características del servicio de Policía, en el marco del Modelo
Holístico de Liderazgo Policial, como ejes rectores de nuestra conducta bajo la
condición de servidores de todos los colombianos.
Por lo tanto, la trascendencia del libro: “El arte del servicio de policía. Modelo
Holístico del Liderazgo Policial”, radica en reconocer que su aplicación desde
la Dirección de Talento Humano, y gracias al compromiso de integrantes de la
institución que han dedicado horas extras de su vida a estudiar la proyección
organizacional, hemos podido unificar el concepto sobre el liderazgo policial, al
determinar con claridad reveladora los atributos, prácticas efectivas y procesos
mentales del líder policial, incidentes en garantizar un desempeño integral y la
correcta ejecución del mismo.
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Coronel Juan Carlos Nieto Aldana
Ante el legado de estas lecciones aprendidas, tenemos el deber moral de unir vo-
luntades y conocimientos para trabajar por esas nuevas generaciones de colom-
bianos, quizá desencantadas, pero mucho más exigentes y ansiosas de tener pun-
tos de referencia y trayectorias ejemplares a seguir. En consecuencia y reiterando
los hallazgos contributivos de esta publicación, propongo la reafirmación de los
siguientes postulados para elevar a nuestra Policía, al plano de eficiencia, recono-
cimiento y prestigio que hoy tenemos el honor de liderar; debido a que el pasado
es sólo un prólogo ante el advenimiento de un futuro complejo, en el que nuestros
líderes policiales marcaron con su entrega sin límites y mística excepcional, un
derrotero para que Colombia nunca fuera un estado fallido.
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El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
La Institución establece los procesos para cada etapa del desarrollo de las personas
en su carrera profesional desde un proceso de selección público, transparente e
incluyente, con el fin de entregar a las escuelas de formación aspirantes con las
competencias requeridas para ser fortalecidas durante su proceso de formación,
porque potencian su carácter transformador con propuestas y consensos acadé-
micos sobre el rol del policía en una sociedad cambiante y global, retomando la
máxima de “Policía un día, policía toda la vida”. Po ello, somos la suma de la en-
trega existencial de los héroes que ya no están con nosotros, de las ejecutorias de
60 directores que con su legado advierten la importancia de seguir construyendo
país. Hoy tenemos la convicción de que cada policía es el resultado de virtuosas
ejecutorias, como lo demuestra la hoja de ruta a seguir, trazada por nuestros ante-
cesores, al poner en marcha el Plan de Transformación y Modernización de la Po-
licía, para seguir proponiendo innovaciones a la estructura organizacional sobre
cimientos firmes y preservar el patrimonio de una Policía más humana.
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El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
Dadas estas máximas y considerando que el Modelo de Gestión del Talento Hu-
mano y Cultura Institucional pretende posicionar al policía desde su dimensión
humana como eje fundamental para la prestación del servicio, invito a cada
policía a ser un portador permanente de nuestra cultura institucional, a ejercer
un liderazgo transformador, inspirador y holístico, que elimine la posibilidad de
conductas desviadas.
Debemos tomar decisiones sabias para ejercer una autonomía responsable y una
ética sin dilemas, cercana al ciudadano. Bajo esta convicción, nuestra promesa
es y será la de “una policía para la gente, que se transforma para servir y que
piensa en sus policías”, teniendo en cuenta que la confianza se construye a partir
de la coherencia entre la palabra, el pensamiento y los hechos.
Para lograrlo será necesario desarmar los corazones y las intenciones que favore-
cen entornos de ilegalidad; pero sin duda, debemos profundizar en el conocimien-
to de nuestra Ciencia de Policía, ejercer los dones y talentos que nos caracterizan,
teniendo en cuenta que resultado de un trabajo articulado por la Dirección de
Talento Humano desde el año 2004, se estableció la necesidad imperiosa de crear
e implementar el Modelo Holístico de Liderazgo para la Policía Nacional con una
orientación integral hacia las personas y como un criterio unificador, para toda la
institución, referente al tipo de liderazgo que sus integrantes en calidad de seres
humanos, servidores de la Patria y autoridades delegadas por la Constitución, de-
bemos desarrollar. Bien afirmaba Charles Kendall: “nadie obtiene nunca grandes
triunfos simplemente por el hecho de hacer lo que le corresponde. La dedicación y
la excelencia por encima de lo requerido son las que determinan el merecimiento
de la máxima distinción”, para ser reconocidos como “una Policía para la gente,
que se transforma para servir mejor y piensa en sus policías”.
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Presentación
Dicho modelo se ha definido como una herramienta para la gestión del talento
humano en torno al desarrollo del ser, saber y saber hacer de los policías, en un
ambiente de trabajo que favorece la calidad de vida personal, laboral y familiar, y a
su vez, la efectiva prestación del servicio de policía reflejada en comportamientos
que demuestran competencia, confianza y compromiso, como sello de la cultura
institucional (Policía Nacional, 2018).
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El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
Para tal fin, en este libro se entiende por liderazgo la capacidad de orientar, diri-
gir y gestionar acertadamente en todos los niveles de responsabilidad funcional
atendiendo a los atributos del ser, saber y saber hacer del profesional en todos los
ámbitos de actuación. Además, considera las condiciones del entorno, las diferen-
cias culturales y las brechas generacionales propias de una institución centenaria,
en la cual, interactúan algo más de 170.000 funcionarios (uniformados y no uni-
formados), proporcionándoles a través del modelo la herramienta que permita
desarrollar un liderazgo policial basado en la efectividad.
Cabe destacar que los atributos del Modelo Holístico de Liderazgo Policial o con-
junto de características, que idealmente debe poseer un líder, son referenciados de
manera experiencial, a través de los testimonios individuales sobre la trayectoria
institucional, la toma de decisiones en momentos de crisis y los éxitos institucio-
nales de reconocidos integrantes de la Policía Nacional, siendo ellos: el señor Ge-
neral (RA) Fabio Arturo Londoño Cárdenas, integrante del denominado “Curso
de los sabios de la Policía Nacional” actual Director del Centro de Estudios en
Ciencia de Policía de la Escuela de Postgrados “Miguel Antonio Lleras Pizarro” y
escritor de varias obras sobre temas afines a la ciencia y el derecho de policía.; el
señor General (RA ) Miguel Antonio Gómez Padilla, designado Director General
de la Policía Nacional de Colombia por el entonces Presidente de la República
Virgilio Barco en una época donde el narcotráfico y el terrorismo azotaban al país,
revelando el valor histórico de incluir la misión institucional en la Carta Magna;
así como la visión constitucional de la Fuerza Pública en su conjunto; la señora
Mayor General (RA) Luz Marina Bustos Castañeda, primera mujer en alcanzar
el grado de General en la Policía Nacional y en la Fuerza Pública de Colombia;
el Dragoneante Efrén Díaz, reconocido por sus más de 40 años de servicio a la
Policía Nacional de Colombia; el Subintendente Raúl Eduardo Rico Vergel, quien
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Los hallazgos del libro se resumen en la posibilidad de entender que los policías
son personas que permanentemente tienen que estar solucionando problemas;
sin embargo, no todos tienen la capacidad de sistematizarlas. En gestión del co-
nocimiento se habla de revelar el conocimiento implícito y de transformarlo en
conocimiento explícito para contribuir al desarrollo organizacional. A partir de
este desafío, se conformaron distintos grupos de discusión con policías de todos
los grados y regiones de Colombia para hallar factores comunes a los tipos de lide-
razgo predominantes en la Institución, datos que se obtuvieron con la aplicación
de las pruebas: Diagnóstico de Efectividad Gerencial (DEG) y Test de Diagnóstico
de Efectividad Operacional (TDEO).
Además, se determinaron cinco atributos del líder policial (honor policial, vo-
cación de servicio, visión e innovación, adaptabilidad y efectividad, credibilidad
y confianza), los cuales fueron vinculados a los resultados de la encuesta de cli-
ma institucional aplicada a 99.025 funcionarios uniformados en las categorías
de oficiales, suboficiales y mandos del nivel ejecutivo. De manera particular, los
atributos del Modelo Holístico de Liderazgo Policial se reflejan en las entrevistas
testimoniales y la trayectoria institucional de siete honorables y valerosos policías
que permiten ratificar los postulados propuestos.
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Siete historias de vida que transformaron a Colombia
PARTE I
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“Policía un día, Policía toda la vida”
No de manera coyuntural, los policías en todos los grados son esos servidores públi-
cos que influyen positivamente en las comunidades donde han sido destinados, al
demostrar a miles de ciudadanos con su humanidad y capacidad de servicio, que sin
el ejercicio del poder delegado, probablemente el país no tendría las mismas oportu-
nidades de desarrollo, crecimiento y proyección social en medio de una adversidad,
que nunca dejan de confrontar, al ser parte de “un cuerpo armado permanente de
naturaleza civil, a cargo de la Nación, cuyo fin primordial es el mantenimiento de las
condiciones necesarias para el ejercicio de los derechos y libertades públicas, y para
asegurar que los habitantes de Colombia convivan en paz”. (Art. 218 C.P.C.).
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El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
Dadas las anteriores situaciones, asumir un cargo público implica vocación, com-
promiso, responsabilidad y criterios de conducta moral, como factores determi-
nantes para el desarrollo de una gestión pública y un liderazgo social ejemplar,
pero también un acompañamiento a sus funciones por parte de la institución y de
la sociedad a la que se debe. La multicausalidad de estas realidades exige un abor-
daje institucional a través de un modelo holístico de liderazgo, entendido como
una actitud receptiva y creativa en la que todos como líderes, suman a la Policía
con sus actitudes, comportamientos y proyectos de vida, debido a que “el todo es
mayor que la suma de las partes”, según lo expresó Aristóteles.
Aun así, el liderazgo tiene un carácter complejo, que se caracteriza por el ejercicio de
la autoridad y el poder. El poder es primario, pero la autoridad y el mando son mu-
cho más complejos, es convencimiento, aunque tenga poder, el líder no tiene siem-
pre autoridad. El mando no significa que otro haga, o el ejercer en acto de obligar,
reducir a la gente a la obediencia, sino en lograr que el otro sea capaz de hacerlo por
sí mismo. La autoridad es garantía de la estabilidad del grupo y de todas las organi-
zaciones. El objetivo de la organización, como sistema que se adapta continuamente
a un entorno cambiante es movilizar el poder de todos los miembros con miras a
una renovación continua y a una mayor eficacia de la autoridad.
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“Policía un día, Policía toda la vida”
A partir de estas consideraciones, se define como atributo a “cada una de las cua-
lidades o propiedades de un ser” y se establecen para el MHLP las cualidades que
no pueden ser desconocidas por un líder policial, a través de las cuales se quiere
hacer una distinción del aporte de la institución a la ciudadanía y a la nación, así:
Honor Policial, Vocación de Servicio, Credibilidad y Confianza, Adaptabilidad y
Efectividad, Visión e Innovación.
La característica más importante de un líder es que siendo alguien con una au-
toridad formal tiene también una evidente autoridad moral. Por ello, el hombre
y la mujer Policía son referentes en sus entornos familiares, laborales y comuni-
tarios, al constituirse en ejemplo de ética. Por eso, dentro de la Institución, en la
formación de sus integrantes se da prioridad a la adopción y al fortalecimiento de
principios y valores, que se han construido desde el núcleo básico del hogar.
Estos fueron los más poderosos hallazgos de la tesis doctoral: “Modelo Holístico de
Liderazgo Policial”, reconocida con excelencia académica Summa Cum Laude, en el
programa doctoral en Gestión de la Universidad EAN realizada por el Coronel Juan
Carlos Nieto Aldana, Presidente de la Academia Colombiana de Historia Policial.
Una inquietud ontológica que permitió abordar los estudios de liderazgo a nivel
mundial, de parte del señor oficial y posibilitó la definición de los atributos del
líder policial, dadas las condiciones del entorno y las brechas intergeneracionales,
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Tacones Firmes
CREDIBILIDAD Y CONFIANZA
Tacones Firmes
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Tacones Firmes
Fue así como las expectativas tradicionales del liderazgo militar y policial, en torno a
los modelos de éxito organizacional durante años, influyeron en la definición de car-
gos y perfiles de autoridad que sólo podían ser ocupados por hombres. Actualmente,
gracias a la visión y a la voluntad política a nivel nacional y mundial, se ha logrado
un quiebre de paradigmas en nuestra cultura organizacional, un avance único en la
historia de la Fuerza Pública, desde la perspectiva de una aplicación pragmática de la
Política de Género al interior de la institucionalidad militar y policial.
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El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
Entre los cargos que ocupó, también estuvieron los de Coordinadora de Justicia
Penal y Disciplinaria de la Inspección General y Asesora Jurídica de la Subdirec-
ción General de la Policía. Así mismo se desempeñó como Agregada de Policía en
Panamá, Directora del Fondo Rotatorio, de Sanidad y de la Dirección Administra-
tiva y Financiera de la Policía Nacional .
1 Aunque no se desempeñó como Directora de la Escuela de Cadetes General Santander, fue Comandante de sección
(1982-1984), así mismo ocupó los cargos de Directora de la Escuela de Postgrados de la Policía Nacional, Superinten-
dente de Vigilancia para la Vigilancia y Control de la Superintendencia de Vigilancia Privada, y Directora del Centro
de Instrucción Femenino.
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Tacones Firmes
Ella ha servido a la comunidad sin dejar de cumplir el rol de madre, esposa e hija.
Su trayectoria emula a Diotima de Mantinea, aquella mujer sacerdotisa griega co-
nocida a través de la historia del Siglo V. a.c., y señalada en la obra “El Banquete” de
Platón, como una figura de gran importancia en la construcción de conocimiento,
2 “Por primera vez en la historia de nuestro país una General va a ser subdirectora de la Policía, la General Luz Marina Bustos”,
dijo el Presidente Juan Manuel Santos, reemplazando en el cargo al General Edgar Orlando Vale. Su nombramiento se en-
marcó dentro de los cambios que hizo el presidente en la cúpula de las Fuerzas Armadas y de la Policía, que en ese momento
contaba con 6.300 mujeres entre sus integrantes, según datos oficiales”.
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El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
al ser quien enseñó a Sócrates la auténtica esencia del amor, no solo basado en la
posibilidad de encarnar una descendencia sino en un amor espiritual que genera
ideas y crea pensamientos, para ascender al conocimiento de lo divino.
Mujeres líderes como la General Luz Marina Bustos y Diotima de Mantinea, per-
miten confirmar la importancia del rol de la mujer en los diferentes ámbitos de
la sociedad; en especial, su existencia advierte que las mujeres policías deben se-
guir generando huella en esa segunda familia que es la institución, que no deben
tener temor a la hora de generar conocimiento y de expresar sus ideas, logrando
equilibrar los aspectos personales, académicos y laborales, para multiplicar con su
“inspiradora esencia femenina”, los resultados efectivos en el servicio e incentivar a
cada persona que interacciona con ellas, a incrementar el respeto, la tolerancia y la
comunicación efectiva en sus distintos equipos de trabajo . De hecho, su entrevista
es un contundente mensaje del liderazgo holístico femenino como estilo de vida.
Hoy, las mujeres representan el 10 por ciento del total de la institución. Por
ello, el hacer referencia a la presencia femenina en la Policía Nacional es remi-
tirse a la responsabilidad y a la virtuosidad en medio de la dificultad inherente
a esta profesión, marcada por la historia y la determinación de hombres valio-
sos y sabios. Sin embargo, ¿cómo logró la mujer incursionar en las líneas de
mando policial y ser reconocida en el ejercicio de su liderazgo, en una estruc-
tura profusamente masculina?
3 Aportes de la investigación: “El rol de género en la Policía Nacional de Colombia” desarrollada en la escuela de Posgra-
dos de Policía “Miguel Antonio Lleras Pizarro”, en la que se profundiza el comportamiento de los hombres y mujeres
frente al liderazgo policial y sus atributos, tomando con base la misma muestra poblacional y metodología del Modelo
de Liderazgo Holístico Policial (2019).
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Tacones Firmes
La Policía por supuesto siendo una de las primeras instituciones que le abrió las
puertas a la mujer, a pesar de que fue un grupo de hombres visionarios los que
tomaron esa decisión, porque también vieron la necesidad de sumar esfuerzos y
capacidades desde la óptica femenina para apuntarle a un mejor servicio de Policía,
a pesar de eso también había otro grupo de hombres que se oponían a que la mu-
jer hiciera parte de la institución y pues de hecho, esas dos visiones se sopesaban,
pero creo que prevaleció más el interés de buscar en la mujer ese aporte que podía
ayudar también a la transformación institucional, debido a que la condición de ser
madre, esposa, hermana o amiga contribuye a una sensibilización y a una humani-
zación perentoria de las propias organizaciones.
Recuerdo que cuando le dije a mi papá que había esa posibilidad, su primera re-
acción fue decir: “yo siempre pensé que alguno de mis hijos tomaría esa decisión,
pero jamás me pasó por la cabeza que fuera una de mis hijas…yo no creo que usted
soporte esa disciplina, eso es muy duro, usted es muy rebelde”.
Definitivamente creo que fue un gran reto pensar en que iba a ser la primera pro-
moción y que esta decisión personal, generaría una gran transformación, institu-
cional, porque haríamos parte de un grupo de oficiales de carrera que harían el
mismo proceso y tendrían el mismo entrenamiento que los hombres. No sabía en
ese entonces qué significaba ser policía, lo que sí sabía es que sería un camino en el
que tendría que vencer muchos obstáculos para ser oficial. Partí a la Escuela y me
acompañó una familiar de apellido Cañón. Mi familia vino a visitarme tres meses
después el día de la entrega de armas, de la famosa carabina punto 30; ellos tuvieron
un gran impacto emocional con la decisión que tomé.
4 El 7 de enero de 1980, la Policía Nacional, incorporó el primer grupo de aspirantes femeninas a oficiales en la especialidad
de vigilancia, el grupo estaba conformado por 14 mujeres bachilleres aspirantes a cadetes, que 2 años después se constituirán
en las primeras oficiales en el ramo de vigilancia; quedó vinculada la mujer en todos los niveles de la organización policial:
agentes, suboficiales y oficiales. De dicho curso, al final egresaron 7 subtenientes femeninas y 53 subtenientes masculinos,
promoción 049 “Teniente Héctor Fernando Tinjaca Rodríguez”.
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El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
Mi papá me decía: “esa vida es muy dura y va a ser para usted de un gran impacto
porque usted llora por todo, porque cazan un pájaro, porque le pegan a un perro,
porque ve un ancianito, todo le causa tristeza. Allá la gente tiene que ser fuerte, eso
no es para usted”. Pasados tal vez 30 años, recuerdo que en un escenario dije “cuán
equivocados estaban, tal vez en ese tiempo tenían enmarcado un estereotipo de que
un policía era una persona dura y que no tenía sentimientos, hoy reconocemos que
el policía es un ser humano de gran nobleza en su corazón, que debe tener unos
sentimientos a flor de piel para poder entender y compenetrarse con el prójimo.
Los alojamientos fueron una casa muy especial, dotada para las 14 mujeres, muy
diferente al alojamiento de los hombres, nos permitieron llevar nuestros peluches
y esas cosas que uno de mujer nunca deja, así tengan los años que tenga. Algunos
comandantes se molestaban porque en el acondicionamiento físico las mujeres les
ganábamos a algunos hombres. Se escuchaban expresiones como: “¿Se dejan ganar
de una vieja? ¡Eso es inconcebible¡”. A raíz de eso los castigaban más. Por eso los
compañeros trataban de hacer acuerdos con nosotras y nosotras dentro de nuestra
autonomía lanzábamos un mensaje “tenemos la capacidad para hacerlo.” No nos
estaban regalando nada, lo estábamos logrando dentro de unas condiciones acadé-
micas y físicas que se exigen en la profesión.
La primera unidad a la que fui destinada fue la misma Escuela General Francisco
de Paula Santander. Pensaron en la Subteniente Luz Marina para que recibiera a
ese grupo de 17 jóvenes que ingresaban al año siguiente de mi promoción y cuan-
do llegaron, me iba a dedicar solamente a ellas, pero al poco tiempo generaron
una sección mixta.
Aprecié con detenimiento la reacción de los hombres cuando les dijeron que iba a
ser la comandante. ¿Cómo así que nos van a dejar una mujer de comandante? En
una forma muy profesional reuní a mi sección y les dije que no veía las razones de su
preocupación, que no iba a ser más condescendiente con las mujeres o con los hom-
bres, sino que era la responsabilidad de ser y formar a los mejores policías, y seguí
con ellos. Un día me llamó el Subdirector de la escuela y me dijo: hemos tomado la
decisión de que te quedes solamente con las mujeres para que estés pendiente sólo
de la recogida, es decir, el momento de ir a dormir que porque habían discutido que
el hecho de que yo les diera clase de orden cerrado y estuviera tanto tiempo con los
hombres, ellos iban adquiriendo muchos modales propios de la comandante y yo les
agrandé mis ojos y le dije: ¡No puedo creer lo que estoy escuchando!
37 años atrás, recriminarle a un superior, era una situación muy delicada, uno podía
ser destituido, pero yo le dije: mi Coronel con todo el respeto que usted se merece,
pero cuando a mí me incorporaron para hacer la carrera como oficial nunca me
advirtieron que iba a ejercer el mando sólo sobre mujeres; con todo respeto yo le
solicito que me autorice el traslado de esta unidad para donde usted disponga.
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El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
Como comandante de sección al igual que todos teníamos que dar clase de orden
cerrado, polígono y otras materias. Especialmente la clase de orden cerrado que
la hacía con toda la rigurosidad y el profesionalismo, igual para hombres y para
mujeres, aunque era una joven de 20 o 21 años inmadura. Un día me llamó el sub-
director de la Escuela y me dijo que por la misma circunstancia de mujer, como
caminaba y por la forma en que transmitía las voces de mando, no era convenien-
te que yo estuviera dando ese tipo de instrucción a los hombres, que él no quería
que imitarán algunas situaciones propias de la comandante de sección. Dijo que
yo estaría en la Escuela solo para vigilar a las cadetes en su hora de acostarse, esa
sería mi única responsabilidad.
De ahí en adelante hay muchas anécdotas, desde choques con los compañeros que
molestaban a las cadetes por su condición de mujeres. A veces yo debía dirimir esas
situaciones y eso generaba cierto malestar, pero a pesar de lo joven, me ponía en mi
posición de Comandante de Sección, especialmente por la responsabilidad delegada
en mí por parte del Director de la Escuela, para encausar de la mejor manera a esos
alumnos y alumnas. Nunca me faltó el criterio y las posiciones respetuosas.
Luego tomé la decisión de casarme y me dijeron que necesitaban una oficial que
fuera soltera y que entendían mis deberes como esposa y que por lo tanto ya no
me permitirían vivir en la Escuela -como era la obligación en ese momento-. En-
tonces me enviaron como Directora del Centro de Instrucción Femenina, y des-
pués me desempeñé como Comandante de sección en la Escuela de Carabineros.
Luego, recién ascendida a Capitán, llegué como subcomandante de la Decimo-
quinta estación de mujeres que por tradición siempre había estado comandado
por hombres, al poco tiempo asumí como Comandante. Fue todo un reto y una
experiencia maravillosa y ahí aprendí a valorar más a la mujer porque me daba
cuenta de esa entrega por parte de ellas; algunas tenían sus hogares estables, otras
eran madres cabeza de familia, otras solteras. Tenía en ese momento la responsa-
bilidad de guiarlas y de hacerles ver aquellas cosas, que a veces a uno le truncan su
carrera por situaciones propias de la juventud.
También recuerdo que cuando fui nombrada Subdirectora General, había un pro-
blema con los niños y adolescentes en el país y me asignan esta responsabilidad.
Evoqué mi época de antes y pensé: “el sistema no cambia, relacionan a la mujer con
los niños”. Eso mismo pasó en la Institución. La mujer fue incorporada para com-
plementar aspectos propios del servicio. A nosotras nos entrenaron para el trato
de infantes y adolescentes. Y cuando empezamos a desempañarnos en ese rol, nos
dimos cuenta de que a pesar que todos amamos los niños, esa correlación entre
instinto maternal con la atención de actividades propias de su profesión con los
menores, no era tan cierto. Tiempo después, la mujer empezó a desempeñarse en
la pluralidad de especialidades que tiene la Policía. Se logró abrir nuevos espacios y
allí las mujeres se desempeñan muy bien.
El primer cargo estratégico fue pasar de ser Directora de la Escuela de Estudios Su-
periores de Policía, a ser Directora del Fondo Rotatorio de la Policía en el año 2004.
El Fondo era percibido como una especie de “monstruo de siete cabezas”, porque
manejaban varias líneas de negocios a la vez, como “clusters de empresas”, y eso
implicaba desarrollar otra serie de capacidades.
Cuando iba a cumplir dos años, le solicité al señor Director del momento que me
permitiera después de ahí ser comandante de un departamento, ese era mi deseo,
pero él me dijo que no, he visto que me ha dado muy buenos resultados ahí. Fue la
primera vez que logramos la certificación de calidad y el fenecimiento de la cuenta.
Así mismo nos convertimos en un referente para todo el Sector Defensa. Se sumaron
otros logros frente a la Dirección Administrativa y Financiera, al haber logrado una
optimización del presupuesto, impactando el componente de infraestructura, vehí-
culos, la modernización del armamento, fortalecimiento tecnológico, la dinamiza-
ción de activos e inventarios, expansión de la cadena logística , la implementación
de herramientas tecnológicas para que fluyera la parte contable, todo el componente
de activos y muchas cosas que se dieron ahí y que aún siguen desarrollándose sobre
esa plataforma que dejamos instalada con todo mi equipo de trabajo.
Los frutos se vieron en la capacidad gerencial para organizar un equipo de alto ren-
dimiento. Desde esa Dirección le aportamos a un direccionamiento estratégico con
unos objetivos claros. Los bienes no caen del cielo, ni brotan de la tierra, requieren
de todo un proceso y de un sistema muy complejo poco valorado, pero que ningu-
na organización puede funcionar ni lograr los resultados sin ellos. Por ello, siendo
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El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
Una situación compleja estaba relacionada con la entrega de las raciones de campa-
ña, y uniformes; así como la reconstrucción de instalaciones totalmente destruidas,
a causa del impacto de acciones terroristas por parte de grupos al margen de la ley.
Tengamos en cuenta a nivel mundial, que a partir de los conflictos que se viven a
nivel global, mujeres de varios Estados Miembros del sistema de las Naciones Uni-
das participan en misiones de mantenimiento de la paz y en la supervisión de las
elecciones y eso hace parte de la confianza depositada en el liderazgo femenino en
los cuerpos policiales y militares del mundo entero, en misiones de alto riesgo en
las que no prevalece su género, sino su liderazgo y el ejercicio de sus capacidades.
De acuerdo con Daniel Goleman los estilos de mando del gerente visionario,
democrático y afiliativo son los que tienen el mayor impacto positivo sobre
las organizaciones. Las investigaciones demuestran que aquellas personas que
movilizan e inspiran con alta confianza en sí mismas son las que logran los
mejores resultados. ¿Ya siendo subdirectora de la Policía Nacional, cómo mo-
vilizó las capacidades internas de la policía para que depositaran su credibi-
lidad y confianza en las potencialidades del liderazgo femenino, gracias a un
estilo de mando visionario, democrático y participativo?
Luego de revisar el balance de nuestra gerencia social, intuimos que era necesario,
además de incorporar la voz de las mujeres, incorporar a la voz de nuestra concien-
cia. Recordemos que la Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer, aprobada en 1979 por la Asamblea General de las
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Tacones Firmes
Naciones Unidas y firmada por 180 estados, establece los derechos de la mujer, su
libertad contra la discriminación y la igualdad bajo la ley. Lograr los derechos y la
igualdad de la mujer ha sido fundamental también para el desarrollo y la proyección
de instituciones como la Policía Nacional de Colombia.
En este contexto, el rol de la mujer en la Fuerza Pública se tiene que observar sobre
los ejes de mayores niveles de educación, la variación en la estructura de los hogares,
la dinámica demográfica y su composición. Adicional a esto, su reconocimiento en
el imaginario social colectivo sobre el ejercicio de la autoridad. Debía mantenerme
en mi estatus como subdirectora general, desprendida de la idea de ser mujer de lo
que me tocaba hacer, de una forma muy profesional. Tratando de superar esos este-
reotipos de las mujeres con poder que dicen que son peligrosas y otros calificativos.
Tenía que mandar ese mensaje de que se puede ejercer liderazgo, se puede hacer
gerencia bajo criterios de responsabilidad de unos objetivos estratégicos comunes.
Esa responsabilidad me llevaba a buscar la forma de alinear y articular esfuerzos
para lograrlos, bajo el respeto y bajo una línea de mando muy equilibrada.
Tenía miedo de que alguien muy cercano del equipo vendiera su conciencia porque
las tentaciones son muchas. Se necesita tener una gran convicción y seguridad de
quien es uno y lo que ha querido ser toda la vida para no caer en cualquier tenta-
ción de las que lo rodean a uno permanentemente. Cualquiera de ellos podía ser
débil ante una tentación. Siempre utilizaba el siguiente mensaje: en la vida define su
propio futuro con dos monosílabos: el sí y el no. Depende de la forma como usted
administre, oriente y tome las decisiones sobre esos dos monosílabos, lo que marca-
rá la ruta de su vida. Alrededor de esto se debía amalgamar el componente laboral
con el familiar. Hacer ver la importancia de la expectativa de los hijos y las familias.
Tocar los hilos de las personas todo el tiempo.
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El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
lucha contra el delito en las últimas décadas. Personalmente, tuve que entender que
iba a estar rodeada por hombres que me secundaban y me dirigían. Entender que
cada uno tiene sus propios egos.
Varios estudios demuestran que las mujeres manejamos un tipo de liderazgo parti-
cipativo, pero también la experiencia me demuestra que hay una combinación entre
el ejercicio del liderazgo transformacional y el inspiracional. El que más me fluía
del corazón, el de asumir y arrastrar voluntades, no a imponer condiciones, aunque
yo siempre he dicho que la jerarquía es muy importante en cualquier organización.
Pero más que eso es ganar la voluntad para que la gente lo haga con gusto. Rescatar
la convicción en las personas del deber ser. Para uno es muy fácil imponer, pues hay
momentos de conciliación, a los cuales somos muy dadas las mujeres.
¿Cuál sería su mensaje para las mujeres que deseen apalancar y desarrollar un
modelo de liderazgo holístico en la Policía y aún en la sociedad?
Mantengan siempre esa coherencia entre lo que se piensa, se dice y se hace. Porque
siempre las personas que están a su alrededor, los integrantes de su equipo de traba-
jo, las conocen más que nadie. No le pueden mentir a su conciencia, ni a las perso-
nas que están a su alrededor. Ellos tienen un conocimiento milimétrico de todo lo
que ustedes hacen y de la persona que son.
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El Circo de las Mariposas
ADAPTABILIDAD Y EFECTIVIDAD
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El Circo de las Mariposas
“Los límites solamente están en tus creencias”, esta es la lección más trascendente
del cortometraje “el circo de las mariposas”, protagonizado por el australiano
Nick Vujicic, quien en la vida real ha superado la tragedia de haber nacido sin
brazos y sin piernas; un relato de auto superación, mística y esperanza, que
hoy le permite viajar alrededor del mundo para inspirar a miles de personas
con mensajes de motivación, a partir de su propia historia de vida en la que los
límites para ser un hombre feliz, no existen, pues a pesar de esta condición es
un hombre inmenso en toda su expresión, felizmente casado y con cuatro hijos;
destacado por practicar todo tipo de deportes y escribir libros que han salvado
a muchos del suicidio o del tormento de la depresión.
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El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
Desde siempre mi familia me inculcó un gran amor por Dios, por ello, cuando
salía de clases me la pasaba mirando al cielo, agradeciendo mi existencia y anali-
zando las cosas bellas que él me había dado como las promesas, los sueños y los
seres que amaba”.
“A los tres meses después de la amputación, en la que los médicos tuvieron que
quitarme las piernas para salvar mi vida, recuerdo que llegó la junta médica a
la ciudad de Bucaramanga y me vieron caminando, a pesar del corto tiempo de
recuperación. Entonces me dijeron: usted ya está listo para usar prótesis. A los 6
meses llegué a Bogotá y empecé mi proceso de sanación, gracias a la empresa ale-
mana que tiene convenio de asistencia de prótesis con la Policía Nacional. En ese
momento me preguntaron que si yo quería salir en el desfile del 20 de julio para
mostrarle a Colombia y al mundo entero una faceta de superación de los integran-
tes de la Policía Nacional; que a pesar de enfrentar la adversidad del terrorismo,
perdonan, siguen adelante y son ejemplo de resiliencia.
En esos días de ensayo ya tenía ampollas porque es difícil caminar con prótesis.
Llegó el día esperado y como me habían visto caminar en días anteriores, me di-
jeron que saludara al presidente, cuando pasara al frente de la tarima. En ningún
momento pensé que el presidente fuera a bajar. Tenía mucha ansiedad porque me
decía a mí mismo: ¡Dios mío!, qué tal que me llegue a caer y la gente se empiece a
reír. ¿Qué palabras que le voy a decir al Presidente?, pues también me sentía triste,
porque era frustrante saber que de una u otra forma es un gran orgullo patrio
desfilar en esa honrosa fecha, ¡pero no en estas condiciones¡.
Pues resulta que cuando voy andando, al frente de la tarima, veo que el presi-
dente se acerca y me dice: ¿me permite darle un abrazo? Ese abrazo conmovió las
fibras más profundas de mi ser. Se produjo un tremendo encuentro de emociones.
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El Circo de las Mariposas
Desde ese 20 de julio, y aun antes, durante el tiempo que duró en coma después
del atentado de noviembre en el año 2018, quedó claro que a “Chefor”, como
cariñosamente le dicen sus amigos, al Patrullero José Carvajal, nada lo detiene,
“al estar de pie sin pies”.
“En el 2015 cumplí con el proceso de incorporación. En ese tiempo le pedí una
señal a Dios: si esto no es para mí, que se presente un error. Pues no se presentó
ningún error y no necesité ninguna palanca para ingresar. Como profesional
ingresé a la Escuela de Carabineros Provincia de Vélez “Mayor General Manuel
José López Gómez” en el año 2016. Estando en formación, fui líder de Proyec-
ción Social y representé a la Escuela. Tengo aun los videos donde se muestran
esas actividades que hacíamos con niños y abuelitos, en muchas campañas. Una
vez se terminó el primer semestre, ocupé el tercer puesto en la escuela, me die-
ron una beca del 50% sobre la matrícula; con eso me ayudé a pagar el curso de
contraguerrilla que nos tocaba hacer.
Cuando andaba con mi perrito por las veredas recordaba que desde niño me
gustaban y quería mucho a los animalitos, recuerdo que cuando los veía en te-
levisión, lloraba de tristeza porque en los dibujos animados el león se devoraba
a la cebra. Siempre tuve sentimientos de respeto y afinidad con los animales,
porque ellos representan mansedumbre y fidelidad.
Lamenté mucho la separación de mi perro por el cariño que le tenía y porque con-
fiaba mucho en sus habilidades. Yo ya conocía todas sus señales de advertencia”.
De inmediato me entregaron a Tara, pero el futuro no era nada esperanzador, el
guía anterior de la perrita había caído en un campo minado –que, por fortuna,
solo afectó sus ligamentos–, el 15 de octubre de 2018, en Tarazá (Antioquia), el
mismo lugar en el que sería cambiado mi destino.
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El Circo de las Mariposas
Según las teorías del científico suizo Piaget, el proceso de aprendizaje y formación
desde la infancia consiste en un “equilibrio” entre la adaptabilidad y la rigidez:
por un lado los procesos de asimilación permiten absorber nueva información
susceptible de causar cambios en las estructuras mentales existentes; por el otro el
acomodamiento permite la construcción de nuevas estructuras, generando nue-
vos esquemas de funcionamiento y respuesta actitudinal, como una dinámica que
ayuda a superar procesos de crisis o de adversidad. En el caso del Patrullero José
Carvajal, “ese despertar de la pesadilla de perder sus piernas”, no fue fácil, pero su
ejemplo de vida ha demostrado que él se ha adaptado a sus nuevas circunstancias
y las ha moldeado para convertirse en todo un líder motivacional dentro de la
Policía Nacional y con proyección mundial.
“La mañana del 10 de noviembre del año 2018, empecé mi rutina, lejos de ima-
ginarme que mi vida cambiaría para siempre. Estando en zona rural de Tarazá
(Antioquia) sobre las 6 y 20 de la mañana, “Tara” estaba haciendo la inspección
unos 20 metros más adelante, mientras yo iba detrás revisando el camino, cuando
de repente, ella se quedó mirando algo.
Yo sentí una fuerte explosión y volé como tres metros. Caí duro al piso. En un
primer impulso quise moverme y no pude, pero cuando bajé mi mirada, vi las
imágenes más desgarradoras y empecé a sentir los dolores más fuertes de mi
vida. No tenía la pierna derecha, y la izquierda estaba completamente destroza-
da. Pero más que el dolor físico, en ese momento pensé en el dolor que le iba a
causar a mi familia, sobre todo a mi mamá cuando le dieran la noticia, y lloré in-
consolablemente. Nunca pensé que esto me fuera a pasar. Cuando sucedió todo,
esparcí mi fe en Dios como un perfume, en mí y en los demás. Le pedí perdón
por mis pecados, porque era consciente de que me podía morir en cualquier
momento por el mismo proceso que estaba viviendo.
Media hora después de que pisé la mina; recuerdo porque tenía un reloj y en
medio de ese conflicto, volteé a mirar el pasar de las horas. Me sacaron del área.
Cada vez que subía el helicóptero, la presión atmosférica era mayor y el fluido
inmenso de sangre no se podía detener; tuvieron que hacer un doble torniquete
en la pierna izquierda porque empecé a sentir hipotermia. Me acuerdo que uno
de los compañeros que me atendió lloraba y recuerdo que le pregunté sí se iba a
salvar la pierna izquierda y me dijo que sí.
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El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
mis manos, pues eso representaba mi fe en Dios. Escuchaba a los médicos cuando
corrían de un lado para otro, Pero resulta que cuando más o menos alrededor de las
10 de la mañana, me pasaron a un cuarto, sólo veía luces blancas, y allí me metieron
un tubo en la boca. Fue el único momento en el que dejé de sentir tanto dolor. Al ver
la pierna izquierda vieron que no podían salvármela, porque la mina que pisé estaba
llena de excremento, de una humilde vaca, y eso provocó una infección.
Estuve en ese estado de coma, por cuatro días porque estaban tratando de sal-
varme la rodilla derecha, pero fue imposible. Tengo una amputación bilateral
transfemural. Entonces, después de la tragedia abrí los ojos y me di cuenta que
estaba vivo, y recuerdo que vi una de las imágenes más bonitas, a mi hermano
menor Diego Carvajal. Estaba lleno de cables, pero le dije: ¡Juandi!, con voz en-
tre cortada. En ese momento me quedé dormido, pero con una sonrisa de oreja
a oreja, pensando que estaba vivo y junto a mi familia. En los días que siguieron,
una enfermera estaba escuchando música cristiana, y como lloraba constante-
mente, le dije que me dejara escuchar esas canciones. Hubo una que fue la que
más me marcó y “ministró” mi corazón para no soltar el amor por la vida, esa
canción es “el himno de victoria”, que dice así:
“Cuando estés frente al mar y lo tengas que atravesar, llama a este hombre con fe,
solo Él abre el mar… Cada vez que el mar Rojo tu tengas que pasar, llama siempre
a ese hombre que te va a ayudar. En la hora más difícil es cuando Él te vé. Llama
siempre a ese hombre que tiene el poder. Si tu pasas por el fuego no te vas a quemar,
Y si pasas por las aguas no te ahogarás, pasa como Israel que el mar atravesó ¡Y en
el nombre del Señor, el himno de Victoria del otro lado Cantó!”.
La Biblia dice que uno tiene que perdonar, 70 veces 7, y yo recuerdo que llorando
decía: yo los perdono, Señor te pido que tú también los perdones, y que me perdo-
nes a mí, y que me ayudes a salir adelante, te necesito. Esa fue una de las decisiones
más importantes que tomé en la vida: perdonar y salir adelante. En un mes, mis
heridas estaban muy cicatrizadas, situación que los médicos calificaron de mila-
grosa, por lo que me dieron de alta y pude regresar a mi casa en Bucaramanga.
Debo reconocer que hay días difíciles, de mucha tristeza. Esto no se supera de la
noche a la mañana. Recuerdo que yo les decía a mis compañeros que pensando en
esa Navidad estaba ahorrando para comprarme unos tenis negros.
Recuerdo que siempre ponía a los niños a ver “el circo de las mariposas” para mo-
tivarlos a luchar en medio de la adversidad. Gracias a Dios siempre me iba muy
bien. Para la época nos citaron al colegio para darnos una boleta de citación con
el fin de que nos presentáramos el 12 de diciembre en el Batallón de la Quinta
Brigada, en la ciudad de Bucaramanga. Por todo lo que pasaba a mí me daba mu-
chísimo miedo el monte, entonces mi cuñado me dijo que en la Policía también se
podía prestar el servicio militar.
A partir de ese consejo, en el año 2014, inicié como auxiliar bachiller. Ahí tuve la
posibilidad de ayudar a las personas que tenían una discapacidad visual o a los
abuelitos. Cada vez que estaba en un parque, llevaba también a los niños de los jar-
dines infantiles a jugar y a brindarles protección para que nada malo les sucediera.
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El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
Hablaba con ellos y le decía que los policías somos los buenos y les contaba muchas
historias. Fue una experiencia muy bonita. De niños, mi papá siempre nos repetía
una frase: “El que no vive para servir no sirve para vivir, y prestando mi servicio
estuve muy cercano a la comunidad, y eso me ayudó a decidir que quería ser policía
de por vida, sin importar a lo que tuviera que enfrentarme”.
Antes practicaba el atletismo y bailaba salsa y merengue, una última actividad que
he vuelto a realizar con la ayuda del equipo de profesionales que me rodea, para
adaptarme a mi nueva vida, porque yo era un trompo bailando, porque mientras
haya vida, viven los sueños y vive el soñador”, asegura José, quien sueña algún día
con ser Presidente de la República de Colombia para ayudar a muchos.
Su vida, sin lugar a dudas, es una mimesis de la canción de Joan Manuel Serrat
“caminante no hay camino”, basada en la sentencia del poeta Antonio Machado
y por qué no, en la vida de cada héroe de la vida, como una oda persistente en la
ardua actividad de todos los erradicadores de cultivos ilícitos –en homenaje a sus
luchas anónimas- y en forma de reveladora invitación a las personas que observan
en “Chefor” un ejemplo y un camino de vida a seguir, porque como reza el poema:
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El Circo de las Mariposas
Según las palabras del Patrullero José Carvajal:” pueda que no tenga mis pier-
nas, pero lo importante es que yo siga caminando recto, a semejanza de Cristo,
por caminos de luz y no de tinieblas, para que al final de esta aventura de la vida,
pueda llegar al cielo, con el galardón de haber sido “un obrero aprobado” por los
hombres y por el mismo Dios”, renovado en esa historia que contaba cuando era
adolescente, e iba a los colegios como personero y les contaba a los estudiantes,
el ejemplo de superación de Nick Vujicic.
“Ya no tengo que hablar con ese ejemplo. Ahora yo voy a serlo”, afirma. Desde su
alma, ya hizo el guión y la versión de su propio “Circo de las Mariposas”, ese cor-
tometraje que predicaba y donde se expone la historia cinematográfica de hom-
bres dolidos por su condición física, quienes integraron un extraño circo, para
dar alegría en medio de su dolor y hacer de la diferencia anímica y espiritual,
una virtud; porque como bien lo expresa José: “a pesar de que en este momento
no tengo piernas, puedo decir con mucho orgullo que Dios me ha regalado alas”.
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El Legado de un Sabio
HONOR POLICIAL
El Legado de un Sabio
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El Legado de un Sabio
Uno de sus grandes legados es haber enseñado que la Policía es una ciencia, dado
su fin, su objeto, sistema y método, además de responder a los principios de uni-
versalidad, totalidad y unitariedad, en calidad de pionero de una investigación
que con el tiempo adquirió una relevancia inesperada en esa búsqueda de identi-
dad institucional. Sus aportes sobre el tema parten de la obra de pensadores cien-
tíficos como el alemán Von Justi (1984), cuyo texto más conocido a través de la
traducción es “Elementos Generales de Policía” en el que se profundiza la relación
entre la ciencia de policía y la administración estatal, debido a que el Estado tiene
que buscar la felicidad entre sus súbditos, como el mayor antecedente de lo que
hoy se denomina convivencia.
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El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
El paso del Brigadier General Londoño, por el Alma Máter de la oficialidad poli-
cial fue transcendental; generó cambios en la estructura académica y por mandato
suyo se creó la “Revista de la Escuela de Cadetes de Policía General Santander”
aprobada mediante resolución número 01407 del 30 de abril de 1975, emanada
de la Dirección General de la Policía; además de implementar normas de discipli-
na y conceptos filosóficos que aún son de conocimiento obligatorio para quienes
ingresan a la institución. Muchos le recuerdan por haber desarrollado el Nuevo
Estatuto Orgánico para la Policía Nacional.
Fue así como en la evolución del pensamiento de este legado se sumaron sus es-
tudios sobre el tratado escrito por el entonces Comisario General (abogado) de
la Policía Federal Argentina Enrique Fentanes, para quien la ciencia de la admi-
nistración policial como ciencia unitaria pretende la comprensión integral de la
Policía en su interrelación con la cultural nacional, la nación, el pueblo, el estado,
el gobierno y demás estructuras sociológicas, jurídicas y administrativas.
Sus estudios y reflexiones en esta materia se han iniciado con un trabajo deno-
minado, en su origen, introducción a la filosofía policial, y en una segunda edi-
ción “analectas para una filosofía policial”, publicados como tomos durante el año
2007, luego de una ardua investigación y elaboración conceptual, con el apoyo del
Fondo Rotatorio de la Policía Nacional en el año 1978.
Sus textos –anónimos aún para algunos policías- son esa piedra angular que algún
día desestimaron los arquitectos, y que hoy se aprecian en la construcción del edi-
ficio del saber policial, -desde las posibilidades del mundo contemporáneo-, cuyo
telescopio: el General Londoño, -un hombre con visión policial - ha dirigido de
manera acertada para ayudar a comprender, en medio de las complejidades del
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El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
No sólo se trata del cumplimiento de normas sociales y éticas que guían el ac-
tuar y que son aceptadas por la comunidad, sino que el honor policial debe ser
asumido por los líderes holísticos en su manera de ser, de pensar y de sentir,
para trasmitir esta experiencia, generando arraigo, pertenencia y orgullo poli-
cial en todos los uniformados, y a la comunidad a la que se deben. Bien afirmaba
el escritor italiano Carlo Dossi que “de nada vale la ciencia si no se convierte en
conciencia” y el escritor español Juan Valera, que “el universo visible, es decir,
la realización o encarnación del pensamiento divino es la causa ocasional de la
ciencia”. En el caso del señor Brigadier General Londoño, su verticalidad, su no-
table amor al Creador y su aguda persistencia en ahondar las profundidades del
conocimiento que enriquece la doctrina institucional, ha hecho que la ciencia
de policía se convierta en la brújula de la conciencia, de generaciones enteras de
policías, no solamente a nivel local sino universal.
Dice la cultura popular que: “la mayor obra de un artista es su propia vida”, paro-
diando ese dicho “la mayor obra de un policía es el ejemplo, al haber desplegado a
su familia, a su institución y a su comunidad”, pues bien, mi General Londoño es
un excelso padre de familia, un gran esposo, un excelente comandante de policía,
un gran guía espiritual y sobre todo un encomiable hijo de Dios. Es por eso por lo
que se considera el mejor representante vivo del honor policial. Otra característica
que desborda al señor General Londoño es su infinita sinceridad y su absoluta
coherencia. Sinceridad que lo ha llevado a ser objeto de consulta de todo el mando
policial por más de cuarenta años y coherencia que le ha permitido ser quien es,
sin hincarse ante nadie distinto a Dios Todopoderoso.
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El Legado de un Sabio
Según el Modelo Holístico de Liderazgo Policial es necesario que cada policía asi-
mile y refleje los principios y valores de la doctrina básica, que al final debe redun-
dar en el buen posicionamiento de la institución, evidente en altos niveles de credi-
bilidad, proximidad, integridad y efectividad del servicio. Sus obras así lo reflejan.
Como lo expresaba Churchill (s.f.): “la única guía del hombre es su conciencia, y la
única protección para su memoria futura es la rectitud y honradez en sus acciones”.
1 El honor policial, dentro del MHLP, también hace referencia a que cada policía pueda sentir y trasmitir de manera explícita
y directa el orgullo en sus acciones y de la profesión policial, evitando además cualquier tipo de deterioro a su dignidad po-
licial y personal, partiendo del principio de que sus actuaciones se basan en lo legal, lo ético y lo moral, fundamentado en la
honestidad, rectitud y coherencia en su saber, saber hacer y saber estar.
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El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
Nunca pensé ser policía, miraba con desconfianza a los policías porque eran
liberales, y me tocó manejar “policías godos”. Sin embargo, a principios de 1950,
en el periódico “El Colombiano”, apareció una invitación a los jóvenes antioque-
ños bachilleres a ingresar a la Escuela de Oficiales de Policía, General Francisco
de Paula Santander, en el rango de oficiales, suboficiales, agentes y detectives.
Entonces, un policía municipal que era amigo de mi papá le dijo: voy a enviar a
mi hijo para que se presente en el comando de la policía departamental a donde
va a llegar una comisión de la ECSAN para que se presenten. Los examinarán y
luego se irán a hacer curso.
Me encontré entonces con mi papá y me dijo: hijo vea, no puedo sostenerle una
carrera, ¡mire a ver si le gusta esto! Exigían un colchón, un vestido civil, par de za-
patos, tres pares de medias, tres calzoncillos, tres camisetas, cosas que uno tenía,
pero las exigían nuevas. Ahora vale 14 millones el equipo para entrar. Los tiempos
han cambiado. Me presenté al comando de la policía.
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El Legado de un Sabio
militar, fui genuinamente policía Entonces nos ingresaron, nos peluquearon, nos
aplicaron unas inyecciones, nos purgaron, y nos dieron unas botas. Duramos nue-
ves meses, eso fue duro, pero al final se mejoró un poco.
Cordialidad y amistad: nos permiten estar más cerca de los que nos rodean y, en
particular, de quienes hemos de ejercer cualquier acción de policía (las gentes, el
pueblo, el común, los congéneres, los asociados).
Compresión: ayuda a mirar y atender a los demás con gran y creciente simpatía.
Así podemos penetrar en la interioridad insondable de quienes tratamos, hallar
sus bondades y lograr el entendimiento cordial.
Fortaleza: entendida como una firme disposición del alma en el cumplimiento del deber.
Humildad: es aceptarnos como somos e impedir lo que nos aparta de ello: soberbia.
Libertad: facultad con la que nace el hombre para ejercer su libre albedrío.
Obediencia: es el compromiso con que todo hombre nace de cumplir con sus
obligaciones y exigir sus derechos.
Respeto Mutuo: nos hace unirnos a los demás, a quienes nos rodean. El respeto
es condición sine qua non para acercarnos a los demás y para que aquellos lo
acepten con nosotros para mejorar u optimizar las relaciones recíprocas. Sin ella,
la obediencia se hace imposible.
Templanza: invita a poner orden racional en el uso de las pasiones concuspiscibles (ape-
titos sensibles), de tal forma que con ello se contribuya al bien humano y no lo destruya.
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El Legado de un Sabio
Caudillo es una palabra realmente castiza en una función dada o profesión escogi-
da. La palabra, como tal proviene del latín capitellus, que significa ‘pequeña cabeza’
o ‘cabecilla’. En este sentido, el caudillo ejerce su liderazgo en las funciones de guía
y conductor dentro de una organización, una comunidad o una nación entera, y el
líder de acuerdo con su origen epistemológico es un político que guía multitudes.
¿Se puede decir que mi General hizo parte de un linaje o de una generación de
caudillos en la Policía?
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El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
la moralidad, la ecología, los elementos vitales del efecto; está manejando además
el propio lenguaje histórico y sociológico, la antropología, la psicología y una serie
de ciencias que son anejas a la policía. Si usted maneja eso está produciendo una
serie de planteamientos que van a hacer doctrina. De otra parte, quisiera decir que
el primer policial que dijo: “yo quiero mediar con el prójimo”, ahí nació el medio
`in situ´ de la policía. La mediación es el medio `in situ´ en la función policial. El
ejemplo es muy claro: hay una pelea lo primero que hace es mediar, metiéndose
en el medio para corregir, enseñar y calmar.
En lo personal los que fuimos denominados “el curso de los sabios” nosotros so-
mos el único curso de oficiales nacionales que solo se gradúo en nueve meses, sin
embargo, asumimos posiciones y responsabilidades que estaban por encima de
nuestra asignación.
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El Legado de un Sabio
Existe una subcultura policial que tiene y mantiene taras, vicios, atavismos, mi-
tos, pero también buenas costumbres. Uno de los más conocidos y comentados
es el del pensar militar y proceder en consecuencia, así como una educación que
dice ser profesional y más que todo es seudocientífica. Igualmente la afectan el
desconocimiento de la teoría y el lenguaje que exigen tanto la ciencia como el
derecho policial; los vicios de tipo cultural, funcional, espiritual y filológico;
también los atavismos con que se manejan ciertas conductas, sus graves fallas
espirituales y el desconocimiento de los principios filosóficos que cimen tanto
en nuestra ciencia como su doctrina.
Estamos construyendo ese camino mediante la enseñanza de las ciencias que dan
fundamento a la verdadera profesión policial. Por esta razón hay que cambiar el
proyecto educativo y los procesos por medio de los cuales se ha de desarrollar el
conocimiento científico tecnológico policial. La meta a la cual tenemos que llegar
es el cambio de mentalidad policial dentro de la subcultura que se ha construido
con sus costumbres, un buen número de las cuales son erradas. No puede haber
currículos ocultos.
De otra parte, resulta que todos estos profesores en la escuela antes de 1948 eran
liberales y cuando llegaron los conservadores, dejaron unos libros botados en las
caballerizas. Yo tengo esos libros, eran 12. Los textos fueron abandonados. Por lo
tanto, comenzamos a interesarnos en los principios de doctrina que contenían,
y a retomar su riqueza en términos de reflexión y apropiación del conocimiento.
Para un policía normal no es una colección valiosa, para hoy no es nada porque
no sabemos apreciar ni valorar lo que llega a nuestras vidas como un tesoro tras-
cendente. Quisiera destacar uno de esos libros como: “El dolo y su prueba”, del
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El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
En el caso del libro “Cuestiones policiales”, puedo decir que eran los balbuceos
de un niño, recién nacido para la Policía. En ese entonces publiqué unos de mis
primeros artículos, el cual es muy interesante “Reflexiones policiales sobre don
Quijote”. He leído cinco veces el libro Don Quijote de la Mancha y diez veces La
Biblia. Todo lo reflexionamos, fue así como nació Nociones generales de ética y
deontología policial, otros orígenes del derecho de policía y otros planteamientos
contemporáneos, esbozo bajo una teoría general de la ciencia de policía, la so-
ciología y la ciencia policial, escrito con los doctores Milcíades Vizcaino, Carlos
Emilio González y Jaime Amaya, en la década de los noventa.
¿En qué forma las ciencias anejas participan a la Policía sus conocimientos?
Hasta ahora una de las consideraciones que han llevado a plantear el conocimien-
to científico de lo policial ha sido el hallazgo y la definición de algunos princi-
pios filosóficos que fundamentan al ente policía, porque todos coincidimos en
que haya un cambio acorde con las necesidades de la sociedad contemporánea;
un cambio que coloque al hom bre policía como un verdadero profesional cuyos
conocimientos estén al nivel de los adelantados y de las demandas del desarrollo
científico-técnico y sociopolítico que vive el mundo actual.
Con el fin de aclarar más el lenguaje policía que hemos de utilizar en la ciencia y
el derecho policiales es importante retomar la clasificación establecida por Laura
Gamboa (2004) que se basa en las ciencias anejas a la policía (derecho de poli-
cía, ciencia de policía, ética), teniendo en cuenta la multiplicidad de asuntos que
atiende la policía, así como el conocimiento que deben desarrollar sus integrantes
al reconocer la diversidad de actos que caracterizan el ámbito de su función.
Desde el punto de vista filosófico, la ciencia policial se puede clasificar entre las
ciencias sociales, lo mismo que entre las ciencias políticas; esta nos permite deter-
minar la necesidad, que tanto el Estado como la sociedad necesitan de ella, para
73
El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
Con el hallazgo de una serie de principios filosóficos policiales que hasta ahora
suman 73, estamos cimentando en forma definitiva, permanente y clara no sola-
mente la función policial y su real profesionalización, sino la forma como se ha de
formar el cuerpo Institución Policía Nacional, la cual ha de tener una mentalidad
totalmente diferente a la existente, y cimentada en una indiscutible y concreta
civilidad, lo cual exige a la fecha un vuelco o una renovación del pensamiento y la
doctrina de Policía, con el respeto, la discreción y la autonomía correlativa a esa
civilidad y a esas funciones que se orientan a poner en primer plano sus relaciones
con la sociedad. La pretensión es generar más congresos de Policía e instituciona-
lizar a Colombia por una década, como escenario de ciencia de policía, algo más
o menos similar a lo que se ha hecho con Ameripol.
¿Cuáles son los desafíos de las nuevas generaciones de policías, según lo planteado
por la ciencia de policía?
En primer lugar, se debe reconocer a los pensadores policiales a la altura del cono-
cimiento que exige el desarrollo humano, actualizando los planteamientos que en
su devenir presenta la sociedad contemporánea. En segundo lugar, organizando y
estableciendo la investigación científica en esta materia, mediante grupos dedica-
dos a su estudio, y la revisión permanente de la doctrina que en el mismo ámbito
se va desarrollando en el mundo. Y en tercer lugar, mediante el análisis finalista o
teleológico de los deberes, de los derechos y de las virtudes que exigen al hombre,
la convivencia; porque ésta exige hábitos permanente en cuanto a las virtudes
teologales, humanas y sociales.
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El Legado de un Sabio
Sugiero a los jóvenes leer libros. Con las generaciones que vienen, sucede como las
invasiones de los bárbaros, derrumbaron todo y crearon una cosa diferente. Re-
cuerdo que en Medellín se presentaron en las elecciones pasadas unos jóvenes que
hicieron preguntas a los candidatos y ellos demostraron una gran sabiduría, al hacer
exigencias a los políticos. Los jóvenes de la sociedad contemporánea tienden a vol-
ver a los principios originales. Por lo tanto, a las nuevas generaciones recomiendo
reconocer a Dios, al Creador; a la familia, célula de la sociedad y su alma, el matri-
monio. Las nuevas generaciones de policía deben observar y respetar los principios
de autonomía, discrecional, libertad, verdad, voluntariedad, laboralidad, veracidad,
responsabilidad y obediencia. En dos palabras: autoridad moral.
El hombre policía lleva el ámbito bajo su brazo. En este sentido, yo soy el que
hago el ámbito, el medio ambiente, no es, al contrario. En este punto encontra-
mos los desafíos de formar una voluntad férrea y bien cimentada en virtudes. Es
necesario recordar que la deontología policial nos traza el camino de las obli-
gaciones y el derecho del profesional de policía o policiología. Recordemos que
convivencia es seguridad, tranquilidad, moralidad y ecología. Así lo ha plantea-
do de manera reciente el Papa Francisco en su obra “la casa común”, teniendo en
cuenta que el termino ecología engloba todo lo que el hombre ha de hacer para
convivir y perfeccionar la creación.
Hace unos días vi una película italiana donde se observaba a unos policías con los
pies en la mesa, y uno de ellos advertía que era candidato del partido de la policía.
Esta es una alegoría del futuro que puede venir a los cuerpos de policía, como el
advenimiento de sindicatos en su interior.
Por fortuna la Policía es apartidista, pero eso se va a acabar, por la libertad. De otra
parte, se debe enseñar a los Señores Generales a ingresar a la política o saber los
lineamientos entre policía y política. Uno de los estudios que tenemos que hacer
es la participación de la policía en política, pero basados en unos principios bien
formados. La policía está incluida en la política desde los planes de seguridad y
gestión territorial de la misma. De otra parte, quisiera resaltar que en Estados
Unidos forman los policías en las universidades, hay Estados que no tienen escue-
las, lo hacen en universidades. En Colombia nos tocaría formar equipos de pensa-
dores bajo una directriz bien elaborada, para que sean formadores en las Escuelas
de Policía, y tratar de vincular en este proyecto a las universidades.
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El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
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El Último Dragón
VOCACIÓN DE SERVICIO
El Último Dragón
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El Último Dragón
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El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
“Uno de los hechos que marcaron mi vida policial fue cuando pudimos de-
fender el Comando Central de Policía valle en Cali de una gran multitud de
manifestantes que marchaban a tomarse el comando.
“Me sentí humillado. Mi cabello era un tesoro personal, luego dije: no debo
detenerme, quiero ser policía. Entonces seguí con mi proceso; aunque el
desprendimiento inicial fue muy duro.
Ese ímpetu inicial, fue observado por mis superiores, quienes me otorgaron
mi primera felicitación el día que nos visitó un alto mando, y en una parada
policial, llevábamos cuatro horas de ensayo y nos demoramos dos horas
más. Conmigo tenía una carabina M1 y la cantonera se me dañó. Ya estaba
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El Último Dragón
Me dijo: pero vos tenés físico, ¿por qué no ingresás a la institución? Al prin-
cipio sonreí, pero en el fondo sentía ese llamado, eso que llaman: vocación.
Recuerdo que no podía ver que robaban una persona, porque salía detrás
del ladrón a perseguirlo.
Pues bien, le cogí la idea, cuando tomé el tren y me fui para Tuluá. La Escuela
me permitió vivir un proceso formativo muy duro, pero yo tenía mucho ba-
gaje y valentía desde pelado, por las dificultades que había experimentado”.
“En la década de los 70s, se contaban 700 internos, repartidos en tres patios
y seis alojamientos dormitorios. Allá no se conocía la palabra “franquicia”
porque siempre había que estar listo para atender el llamado de alarma, por
conflicto de convivencia en el dominio de los patios entre los internos.
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El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
Nos alistamos para regresar. Al llegar a la orilla vi que la marea había subi-
do y no se podía cruzar caminando y la única forma de salir era nadando
ni siquiera me preguntaron si yo sabía nadar, nadie dijo nada, los leños se
quedaron y se lanzó el primero, y seguidamente los otros dos. Yo me sentía
un poco pesado por la vida sedentaria que se llevaba en la isla; sin embargo,
sé nadar bien y estaba con buena actitud frente al mar; entonces me quité la
camiseta, la sudadera y quedé en bermudas para tener el mínimo peso. Me
lancé, pero el recorrido se hacía más largo con la marea alta.
“Voy a contarte mi secreto a solas, le dije una vez al mar y con sentida
voz, le conté el desastre de mi vida, y al conocer mi amarga desventu-
ra – hombre- exclamó con doloroso acento: soy grande pero más es tu
tormento, soy hondo pero más lo es tu amargura” .
Y aunque esta experiencia de aflicción de los presos marcó por siempre su corazón,;
la impronta de su actitud valerosa deja un camino de inspiración a quienes tratan
con un gran sentido de humanidad aun a los peores criminales, rescatando la posi-
bilidad del perdón y del arrepentimiento, en un lugar donde hoy las ballenas joro-
badas y los tiburones deambulan por embarcaciones hundidas en su paso por la Isla
Gorgona, retomando el eco de la conversación con los presos y el momento en que
ellos tomaron la decisión de volver, guiados por los sabios consejos del dragoneante.
Una crónica virtuosa, donde él mismo era policía, consejero, amigo y vigía, al ayu-
dar de forma espontánea, aun, a quienes podían acabar con su vida. Una cualidad
no sólo evidente en su trabajo si no en sus relaciones sociales y familiares. Por ello,
sus compañeros le reconocen como un hombre con una armadura de hierro en
su apariencia, pero en la intimidad de su corazón, “un romántico empedernido”,
alguien que inspira demasiada confianza por su sencillez y amabilidad:
2 Ese es el poema, una especie de lamento de un preso, que aún cuelga sobre una de las viejas paredes de la cárcel de la isla
Gorgona. Un canto al mar, desde la desconsolada vida tras las rejas.
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El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
Sin embargo, esta vocación de servicio surgió de un entorno difícil, que labró en
su interior la posibilidad de transformar el dolor en amor, teniendo en cuenta que
las experiencias difíciles hacen crecer a los niños:
“Recuerdo, a María de Jesús Díaz mi madre, quien a falta de médico tuvo que
llamar al curandero del pueblo, una vez que me enfermé cuando tenía como
siete meses de edad, pero como no había para pagarle, el curandero le dijo:
entonces el niño se queda conmigo. Mi madre me tomó y nos escapamos
hasta llegar a Buenaventura.
El dragoneante advierte que uno de sus libros favoritos es “El Quijote de la Man-
cha”, de Miguel de Cervantes Saavedra; un texto que le acarició el alma y le
impulsó a superarse en la batalla contra sí mismo; según sus propias palabras:
Yo soy agente, cuando nace el Nivel Ejecutivo. Nos dicen que nos pasára-
mos a ese rango. Muchos compañeros lo hicieron, pero yo no, me quedé
como agente y me siento orgulloso de serlo”.
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El Último Dragón
Y es que los policías son esa especie de “quijotes” que luchan contra imposi-
bles, teniendo en cuenta que a lo largo de la historia de la Policía, ha habido
una infinidad de caballeros andantes que han trascendido con su amor por la
comunidad y la pasión con la que han abrazado su profesión, como el Dra-
goneante Efrén, dado el cúmulo de obstáculos superados para ser lo que son.
En la actualidad y cuatro siglos después Don Quijote, esta figura mítica sigue
viva en antiguos policías como Efrén; Sancho Panza en sus compañeros de
cada unidad de policía donde anduvo; Dulcinea, es su amada esposa, quien
lo representa en el hogar, y “Rocinante”, la cicla o la moto en la que a diario
realiza sus labores de vigilancia en la ciudad de Cali. Aludiendo a las palabras
del mismo Quijote: “Sabed Sancho que no es un hombre más que otro si no
hace más que otro”. Así lo constata el dragoneante:
A ese recuerdo se suman otros combates de mayor talante, que asumió en sus pri-
meros años de policía y sacaron a flote las virtudes, la resistencia a la maldad y
el ímpetu de lucha por el bien común, junto con sus compañeros. Un espíritu de
servicio que evoca al Sargento Luis Alberto Torres Huertas, pionero de lo que hoy
se conoce como la Especialidad de Infancia y Adolescencia, quien en la década
de los cincuenta fue reconocido como el “Agente del maletín misterioso”, porque
cada vez que lo abría, de allí salían dulces y juegos que compartía con los niños de
su época. Pues bien, a imagen y semejante de este otro dragón que jugaba con los
niños y los introducía en el mundo de los valores a través de la lúdica y la preven-
ción; Efrén Díaz se ha vinculado en los últimos años a la Especialidad de Infancia y
adolescencia en la Sultana del Valle del Cauca, para hacer lo que más le gusta: servir
con amor, brindar protección y transmitir valores a la gente más joven. Al relatar
esta nueva experiencia, sus ojos negros como el acero templado reflejan el rigor de
la disciplina policial –que no opaca la ternura de su corazón– sino esa infatigable
preocupación por las generaciones vulnerables de su bella ciudad de Cali:
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El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
“En uno de los choques que tuve en un Centro de Reclusión para ado-
lescentes, en problemas y con antecedentes penales, reventó un motín.
Aproximadamente 400 jóvenes se agolparon a las puertas y ventanas.
Éramos tan sólo dos policías; por un momento no supe que le pasó a
mi compañero. Cuando quise reaccionar ya tenía 300 adolescentes con
armas artesanales, punzones y varillas encima mío. Sentí una estrepitosa
adrenalina recorriendo mi cuerpo y cuando empiezo a mirar alrededor
para defenderme, me superaban en número, y estuve al borde de creer
que era mi último día.
Empecé a hablarles con las fuerzas que salían de mis entrañas y con voz
de mando: ¡Acuérdate de tu mamá, de tus hijos y hagan memoria de ellos!
Hasta que un joven se abalanzó sobre mí como una especie de escudo
humano y les decía: ¡con el policía no se metan!
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El Último Dragón
Al ver esa reacción, pensé: prevaleció la forma como les hablé y también
las clases que les había dado sobre cultura general. Si no es por eso la his-
toria hubiera sido otra. Por ello, cuando llegó el apoyo se pudo capturar a
la mayoría y retomar el control del centro.
Cali es una ciudad hermosa y turística, pero también con un panorama crimo-
nológico y un pasado difícil, cuyas páginas relatan la lucha contra el narcotráfi-
co, el pandillismo y la drogadicción, gracias a la férrea voluntad que tienen sus
habitantes y líderes sociales para acabar con este estigma. Al respecto, Efrén
advierte que el trabajo mancomunado de los comandantes es muy importante
para superar el pasado y crear renovados imaginarios colectivos sobre los jóve-
nes y los territorios donde los carteles de la mafia han quedado sepultados. En
palabras del propio Efrén, siempre se puede cambiar y volver a escribir ya no
con sangre sino con un nuevo aliento, historias de vida:
Recordemos que la Policía está haciendo un esfuerzo grande para que las co-
sas funcionen y las personas sean mejores seres humanos. Mi mejor mensaje
para los jóvenes policías es que sientan amor por la institución, que hallen
esa vocación completa y que cada uno aporte lo que tiene para verla crecer.
A partir de este propósito, en primer lugar, debemos hablar bien de nuestra
querida Policía; ser agradecidos, hacer las cosas bien. El ciudadano es muy
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El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
perceptivo frente a la actitud del policía que siente amor por lo que hace.
Por ejemplo, en la unidad donde laboro actualmente el trabajo es arduo y
complicado, la mayoría de jóvenes infractores provienen de familias dis-
funcionales, y siempre les pregunto si les interesa el estudio. Al principio
ellos no entienden la pregunta, pero luego me dicen: ¿dónde? y ¿cómo?
pueden estudiar inglés. El arte de ser policía está ahí, en saber escudriñar el
corazón de la gente por más violento, duro o impenetrable que sea”.
Su sonrisa tan blanca como el azúcar de su valle, contrasta con el bronce de su piel
y ese misticismo que lo caracteriza. Él sabe que es uno de los últimos dragones, que
sintieron la trompeta del llamado policial desde sus primeros años de vida, teniendo
en cuenta que la vocación es como un toque de trompeta que cada persona escucha
a su manera, para responder a una necesidad insatisfecha que sólo se puede com-
placer cuando la vida entera se gasta en el sueño y la promesa por la que se juró dar
hasta la existencia. Como lo dice Efrén con su sobriedad característica:
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El Conciliador
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El Conciliador
Los integrantes del Nivel Ejecutivo de la Policía Nacional, hacen parte de una es-
tirpe de constructores de civilidad, perpetuada en la desintegración de los planes
siniestros de la delincuencia y en la inmensa autoridad que otorga la obediencia;
gracias a su liderazgo holístico y al acompañamiento excepcional que realizan a la
oficialidad policial, logran resultados únicos en convivencia y seguridad ciudada-
na, pero además, transformadores en la realidad local donde han sido destinados
como se observa en la entrega inspiradora del Subintendente Raúl Eduardo Rico
Vergel, reconocido como “El Conciliador del Meta”.
Él encarna la vocación del servicio, desde las posibilidades que brinda la gestión
y la transformación de conflictos de la Policía Nacional a favor de la sociedad co-
lombiana. Los informes de prensa son elocuentes en su empatía y la inclinación
profesional orientada a satisfacer las necesidades de la región donde fue asignado,
no solo en su labor sino en aquellas actividades de conciliación y desarrollo so-
cial, a favor de las comunidades indígenas Sikuani , de manera altruista y con un
extraordinario espíritu solidario:
1 El pueblo Sikuani actualmente se localiza en los departamentos de Vichada, Meta, Casanare, Guanina, Arauca (principal-
mente en las riberas de los ríos Meta, Orinoco, Vichada y Manacacias), y en el país hermano de Venezuela (aproximadamente
15.000 personas). Son el pueblo de mayor presencia en la región de la Orinoquía colombiana. Con la Carta Constitucional
de 1991 el pueblo Sikuani, al igual que los demás pueblos de Colombia, inició procesos de revitalización y autocontrol social.
El Estado ha facilitado la protección de la diversidad cultural y en la actualidad ejercen jurisdicción en sus resguardos donde
practican sus actividades tradicionales. Sin embargo, las comunidades del pueblo Sikuani presentan dificultades en materia
de salud, educación, alimentación y otros, problemas que necesitan soluciones a través de procesos de concertación e imple-
mentación de sistemas participativos.
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El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
Servir implica ayudar de una forma espontánea, adoptar una actitud permanente
de colaboración hacia los demás y vivir una experiencia superior del alma. Por esta
razón el Patrullero Rico fue reconocido en la Noche de la Excelencia Policial , entre
los tres mejores servidores de la patria, en la categoría ‘Dignidad’, por su entrega
incondicional a las comunidades más apartadas de los Llanos orientales.
“Una o dos veces al mes visito a la etnia Sikuani para oír sus necesidades y
buscar mecanismos de solución en coordinación con la institucionalidad
municipal o departamental”.
2 Un evento que destaca las virtudes y valores del Talento Humano de la Policía Nacional de Colombia.
3 Medalla creada mediante Decreto número 1974 del 9 de octubre de 1999, como reconocimiento al personal de la Fuerza
Pública, a las personas, entidades, organizaciones e instituciones nacionales e internacionales que han dedicado sus esfuerzos
profesionales a la labor y a la promoción de los derechos humanos y el derecho internacional humanitario, realizando un
ingente trabajo en procura de estas disciplinas jurídicas, a favor de las distintas instancias en las que se hayan comprometidas.
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El Conciliador
Muchos le conocen por su limpia sonrisa cuando él mismo se pone como escudo
ante la adversidad de la vida en esas comunidades que carecen de oportunidades,
al fomentar el deporte y sabias enseñanzas, que libran a jóvenes y niños de ser
reclutados por grupos al margen de la ley o de ser secuestrados por la fantasía
efímera de las drogas.
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El Conciliador
En el imaginario colectivo están los ánimos vivos de ese agosto del año 2013 du-
rante el paro nacional agrario en la ciudad de Villavicencio con gran participación
de campesinos de la región de la Macarena, Uribe, Mesetas, Puerto Rico, Vista
Hermosa, Puerto Lleras (Meta) y del Departamento del Guaviare, en los que el
Subintendente Rico logró espacios de concertación entre representantes de la
Fundación por la Defensa de los Derechos Humanos del Oriente y Centro de
Colombiano, la Defensoría del Pueblo Regional Meta, representantes de la ONU
y autoridades político administrativas del Departamento del Meta.
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El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
En este trabajo arduo es necesario ofrendar hasta la vida con el fin de poder solu-
cionar la conflictividad en las zonas de mayores necesidades y demandas sociales
en el departamento del Meta. Según sus propias palabras:
“En el año 2016, haciendo ese tipo de ejercicio de mediación y buscar que
los indígenas se sentaran con las empresas petroleras y las entidades del Es-
tado, un capitán indígena de un resguardo me llama vía telefónica y me dice:
Rico, necesito que me haga un favor, necesito que venga hasta el asentamien-
to indígena UNUMA (asentamiento que se encuentra ubicado en el casco
urbano del municipio de Puerto Gaitán), porque hay unos jóvenes indígenas
que están incitando al ESMAD, arrojándoles piedras entonces necesito que la
Policía de Derechos Humanos me acompañe y lograr que estos muchachos se
encierren en el asentamiento y evitar alguna situación de lamentar”.
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ADAPTABILIDAD Y FLEXIBILIDAD
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Mientras existan niños en el mundo, el circo nunca morirá. Por esta razón, al
sonido de marchas y fanfarrias en cada presentación barrial y veredal, el Subin-
tendente Pedro Márquez , abre la función, a viva voz, dando paso a la alegría y
al desfile de artistas, de un pequeño y fantástico espectáculo que él mismo deno-
minó “Policirco” para conectar almas a la vida, donde el dolor y la violencia han
borrado la imagen de una sonrisa en los rostros. Según su experiencia, como
portador de sueños y esperanzas al pequeño, al frágil y al necesitado:
“Comenzamos a trabajar en los colegios, pero nos dimos cuenta que cuan-
do les dábamos la charla los jóvenes sentían una barrera son con ver el
uniforme policial. Entonces, idee una estrategia que se llamaba “RAP-PAZ”,
la cual consistía en organizar un grupo de música Rap para transmitir un
mensaje actualizado sobre consumo de sustancias pero que también atacara
el bullying, como un fenómeno común a muchos en colegios.
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El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
El grupo estaba conformado por dos auxiliares y por una joven que cantaba
Rap y sufrió de bullying en el colegio. Con ella empezamos a componer
dos canciones y construimos una presentación que iniciaba con un baile
organizado por un coreógrafo, un auxiliar policial y luego realizamos una
puesta en escena contada a través de las canciones. A los jóvenes les ha gus-
tado esta dinámica y de vez en cuando la llevamos a los colegios.
Cuando creamos el grupo de rap fuimos a una academia que son amigos
míos y manejan todas las presentaciones culturales y me ayudan a preparar a
los muchachos sin cobrarme. Les contamos la actividad que queríamos rea-
lizar en los colegios, pero con el bullying y ella nos contó su historia: a ella le
quemaban el cabello porque lo tenía rojo, era gordita y la molestaban además
porque usaba lentes. Ella cantaba rap y la convencimos. Ya la han llevado a
Quindío y Manizales a cantar. Entre el muchacho que canta y ella, diseñaron
una canción sobre el bullying, con la que finalizamos el show para transmitir
un mensaje de resiliencia y de respeto a los demás, en el marco de un evento
que ahora denominamos: “el show de Rap Paz”.
“Entendimos que una bicicleta casi nueva y bien pintada no solo motivaba
a los niños, sino que les permitía llegar menos cansados para aprender me-
jor, evitar la fatiga crónica y estar más concentrados a la hora de hacer sus
tareas. Los primeros beneficiados fueron 53 niños del colegio La Palma, de
la vereda Buenos Aires. Con aplausos y hasta lágrimas, vimos como niños
entre los 7 y 10 años, cambiaron sus vidas.
Todo surgió una vez con el “Policirco” fuimos a visitar una vereda, vimos
que niños llegaron tarde a la actividad. Le pregunte a la profesora y ella se
disculpó. Luego llegó otro profesor que venía con varios niños caminando.
Él me dijo que ellos no tenían transporte, solo un camión de algún vecino
que los llevaba de vez en cuando. Allí surgió la campaña para los niños.
Yo voy a los conjuntos, pego una cartelera y cuento de qué trata el pro-
yecto con fotos de campañas anteriores y dejo mi número de celular. Y
eso se hace efectivo, hay gente que regala bicicletas nuevas. Solo vamos
a veredas, porque allí no solo es un regalo sino también un medio de
transporte para ir a estudiar.
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El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
“Siempre he dicho que el humanismo más allá del buen trato es darle a la
persona el espaldarazo y hacerlo sentir único y especial; apoyado en lo que
le ha hecho falta para que pueda salir adelante. Bajo este sentir, entré a la
Policía con ese espíritu de servicio al más frágil, y afortunadamente he des-
plegado durante estos años esa iniciativa de ayuda a la comunidad.
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La Magia del Insólito “Policirco” y el Camino Sinfín del “Biciclaje”
“Después de eso fui encargado a un grupo que ahora se llama Policía Cí-
vica Infantil. Empezamos a recibir jóvenes de la ciudadela y a realizar en
los parques distintas actividades para recuperarlos con actividades físicas,
culturales y sociales para que las personas se apropiaran de los parques, de
los entornos físicos y generaran un sentido de pertenencia. En Halloween
siempre recogíamos los regalitos con el señor capitán y era muy chévere
porque recogíamos una cantidad considerable y se entregaban donde eran
necesarios, aunque no era nuestra responsabilidad.
Este amor por su prójimo, tienen una fuente de la cual se nutre a diario: su
esposa Isaura del Pilar Méndez, a quien conoció estando en el colegio y con la
que actualmente comparte 14 años de feliz matrimonio, y sus hijos de 10 y 2
años, que simbólicamente representan los frutos de su carrera en cada una de
las ciudades donde ha estado, teniendo en cuenta que es niño es cucuteño y la
bebe es oriunda de Ibagué.
“Mi papá se pensionó y se vino a vivir con nosotros y nos apoya. Mi esposa
también es muy dada a colaborar. Somos de Cúcuta y estamos viviendo
ahora el impacto de que la mitad de nuestra familia es venezolana y senti-
mos el remezón que hay en ese país. Por eso mi esposa también ha colabo-
rado mucho. En la parte económica ella también colabora mucho, cuando
se me ocurren las locuras ella es la que aporta”.
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El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
“Hay otra iniciativa que denominé “Un Halloween Diferente”. Esa idea sur-
gió porque un día iba a hacer la actividad frente al centro comercial y llovió
muy duro y el aguacero se llevó las sillas. Hablé con el gerente y él me dijo:
“Tranquilo hermano hágalo al frente de un almacén, le van a poner quejas,
pero tranquilo que yo asumo todo”. Así lo hicimos. Llegaron 80 personas
en situación de discapacidad disfrazadas. Es “Un Halloween Diferente”
porque está destinado a todas las personas en situación de discapacidad.
Ese día regalamos una silla de ruedas al primer premio. La silla la diseñó
y construyó una persona en situación de discapacidad, se llama Alex y le
decimos “Tato”.
Se destaca así mismo que durante una sesión ordinaria, en el Concejo Municipal
de Ibagué fueron condecorados los uniformados que hacen parte del “Show por
la Paz y Convivencia”. Pero ¿cómo surgió este sueño? Estas son las reminiscencias
del Subintendente Márquez:
“En el año 2015, empecé a trabajar con el grupo de auxiliares. Yo era el en-
cargado de los estos muchachos de la zona norte para ese año. Pero todos
estaban destinados a lo que llamo “el plan árbol” es decir parados allá en un
parque o al frente de un banco.
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La Magia del Insólito “Policirco” y el Camino Sinfín del “Biciclaje”
les llega el mensaje porque los personajes son propios de ellos. No es lo mismo
dar la charla uniformados para unos niños de 4 o 5 años a que lo escuchen de
personajes aptos para su edad. Desde ahí empezamos a ir a los parques. Pero
en ellos había mucho desorden, estaban sucios. Por eso pensé que deberíamos
tener un telón para que se viera un fondo más impacto.
Después de hacer los dibujos pensamos que a la carpa debería tener colores
institucionales, pero en forma de circo. Allí se dio la idea de que la carpa
fuera el camerino de los personajes. Esa carpa actualmente mide 9 metros
de frente por 4.30 de alto por 3 metros de fondo. Los muchachos y las per-
sonas que nos colaboran ingresan por la parte de atrás y ahí se cambian, y
salen a hacer su presentación”.
“El policía de proximidad debe ser un policía conocido por los habitantes a los
que sirve y con quienes hay permanente comunicación, confianza, acercamiento
para oír y atender sus demandas y por lo tanto para aportar soluciones” (Yépez,
2004. P. 283). En consecuencia, esta noble estrategia comunitaria busca hacer de
la prevención, la mejor aliada para combatir la comisión de los delitos que afectan
la seguridad y la convivencia visitando durante este año alrededor de 8 comunas y
15 barrios de Ibagué, instituciones educativas, parques y municipios como Caja-
marca y Alvarado, impactando aproximadamente a 6 mil personas, sin importar
limitaciones y adversidades:
“Los que me ayudan son policías otros son personal retirado de Policía o del
Ejército y otros son personas que nos apoyan porque les gusta la actividad.
Esta convocatoria tiene un alto sentido humanitario. Nosotros no recibimos
ningún pago económico extra por esta actividad. Ni yo, ni los que ayudan. Al
que me ayuda le digo de una vez: yo no puedo pagarle. El que va es porque le
gusta la actividad social y llega por sus propios medios”.
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El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
“El día que inauguramos el circo fue bien particular porque fue el domingo
de ramos del año 2016. Quise hacerlo ese día, aunque no tenía el apoyo de
los policías. Ese día yo inauguré el circo con un policía que estaba en día de
descanso y era el animador. La comunidad fue quien me ayudó a armar la
carpa. Los personajes que se presentaron ese día eran amigos míos civiles
que vinieron. Ese día de la inauguración solo estuvimos dos policías y fue
un éxito total y se llenó.
Luego vinieron 8 meses de intenso trabajo, todos los días tocando puertas.
Les conté a 200 personas y de esas solo dos se animaron a colaborar y a dar
su apoyo. También con una rifa se compró todo lo que hacía falta. El señor
que hizo la estructura no me cobró, el otro señor me regaló los tubos, otro
me regaló la publicidad. Ese día fue muy chévere porque yo vivía en el CAI
que queda frente al parque”.
“No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que respon-
de mejor al cambio”, afirmaba Charles Darwin. En consideración a esta máxima,
el progreso de las instituciones está hoy en día muy relacionado con el cambio, y
la capacidad de adaptación se ha posicionada en uno de los determinantes indi-
cadores de liderazgo personal y profesional. Los servidores con este atributo son
capaces de adquirir nuevas habilidades y de adaptarse con facilidad a los nuevos
equipos de trabajo. Se muestran flexibles y con la mente abierta a nuevos aprendi-
zajes y a valorar otras opiniones y otra manera de realizar las tareas. Así se eviden-
cia en el despliegue y la estrategia de comunicación que ha tenido el “Policirco”, y
la reinterpretación de la riqueza musical del entorno donde se aplica, teniendo en
cuenta que Ibagué es la capital de la música en Colombia:
También hay un “show de stunt”, lo hace un amigo que hace piruetas en una
motocicleta. Nosotros construimos una bicicleta cuando lo presentamos
primero salen los payasos en la bicicleta doble. También sale un niño que
sale en su moto pequeña disfrazado de payaso.
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El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
“En el caso de “Beethoven”. Ese perro tiene una historia muy particular por-
que es del señor Patrullero Aguirre. El animalito casi muere en un acciden-
te de tránsito y utiliza muletas, él está excusando totalmente, yo debo ir a
recogerlo porque él no puede caminar bien. El Subintendente hace las pre-
sentaciones con su perro que esta adiestrado, portando un elegante traje.
Luego pasa un niño del público y se hace una puesta de sumas y multipli-
caciones y Beethoven participa con ladridos. Decimos que vamos a matar
a Beethoven de mentiras y el empieza a caminar cojo hasta que se muere y
extiende las piernas. Aguirre pregunta a los niños si reviven a Beethoven,
entonces lo reviven, le ofrecen comida, perritas, hasta que le dicen: “! Bee-
thoven, ahí viene la suegra!” y él se levanta, y se mete a la carpa. Eso a la
gente le causa mucha risa.
2 (Marc Bekoff)
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La Magia del Insólito “Policirco” y el Camino Sinfín del “Biciclaje”
nivel personal y comunitario de las colectividades con las que interacciona, por los
bajos niveles de acceso a recursos y a oportunidades sociales, reemplazando gracias
a sus estrategias lúdicas, dichos pensamientos por otros más racionales o eficientes
para lograr metas, transformar realidades y principalmente, para conectarse con su
propósito de vida. Según sus propias palabras:
“En la presentación se les explica a niños y adultos que los perros no deben
ser maltratados, que se adiestran con cariño, recompensa y regalo. Se tra-
ta de que todas las actividades tengan un mensaje de prevención. A veces
traemos los malabaristas, hay algunos que prestaron servicio activo en el
Ejército, botan fuego, monociclo, se montan en la jirafa. Después eso viene
el show de Rap. Se basa en una historia del ángel y el demonio, esto porque
cuando los muchachos se van a graduar del colegio no saben qué hacer y
tienen muchas ideas y amigos que son mala influencia.
Los policías de esta generación, los llamados “centenials” tienen entre 18 y 21 años.
24.327 policías hacen parte de esta generación, entre ellos 860 mujeres. Su repre-
sentación en la institución es del 14%. Ellos son nativos digitales e hiperconecta-
dos, creen cada vez menos en la jerarquía institucional, buscan resultados a corto
plazo. Entre los estímulos de mayor relevancia para ellos están: viajar, conocer
otras culturas, horarios flexibles y tener una amplia comunicación audiovisual. Es
la generación de los youtubers. Su verbo rector es VIVIR. La comprensión de este
contexto generó una inquietud y una nueva idea, que surgió luego del “Policirco”:
“Solo cuento con 5 auxiliares que hacen todo. Hemos hecho 39 funciones
desde que inauguramos en el 2016 el “Policirco”. Las presentaciones duran 2
horas o más. Sin embargo, como esto no es suficiente ante la complejidad del
panorama al que nos hemos enfrentado he promocionado una campaña en
Ibagué que se llama “El valor de los sueños”. Creamos un grupo de WhatsA-
pp, para conocer a las personas, que más que un sueño, tienen una necesidad
emocional. Si alguien, por ejemplo, tuvo un accidente y necesita una muleta;
por el grupo preguntamos y el que la, la gestiona o la da a quien la necesita.
Un sueño que cumplimos fue la entrega de bicicletas refaccionadas, pintadas
y lustradas a las niñas que vivían en una vereda.
La idea del “Valor de los Sueños” es que nazca la idea de ayudar a otros, des-
de el corazón de las personas a las que se invita. Eso nace con esa campaña.
Por ello, a raíz de la primera entrega que hicimos con la reparación y entre-
ga de 50 bicicletas, nos llegó la noticia de una familia que venía desplazada
de Gaitania, Tolima. Ella no podía darles el pasaje para que fueran a estu-
diar. Conseguimos las bicicletas con la ayuda del grupo y con los auxiliares
las arreglamos, las pintamos, les hicimos los arreglos técnicos y las dejamos
muy lindas. Las entregamos y cumplimos su sueño.
Esa fue una historia bien especial, yo he trabajado mucho con población
discapacitada. No es por tristeza, sino por alegría. No en vano esa niña se
sintió muy especial y nosotros también. También está la historia de Va-
nessa a quien le celebramos sus 15 años. Ella es fanática de los globos, y
también tiene varias discapacidades. Le conseguimos el vestido, hicimos la
decoración y el restaurante donde hicimos la reunión. Hay unas personas
que nos ayudan una vez al mes prestándonos el restaurante para hacer las
reuniones. Ella quería una calle de honor y los policías que estábamos allí
la hicimos. Siempre guardamos los videos para recordar.
Cuando lloras con los más frágiles, te das cuenta que ella tiene una ausen-
cia, pero, ¿cuáles son las ausencias de esos niños? Creo que la de aceptación
por parte de los demás. Siempre digo que todos somos iguales en la diferen-
cia, pero debemos entender que todos somos seres humanos y merecemos
respeto. Ese día fue bien especial y todos quedaron contentos”.
Lo conocí por casualidad. Una noche pare a requisar una camioneta BMW
que estaba estacionada frente al edificio tarde, el señor se bajó y lo saludé.
Me dijo que estaba pendiente de algunos empleados que estaban robando
material, le di mi número telefónico y ahí empezamos una relación buena.
El me llama y pregunta por las actividades a realizar en el año para ayudar
y aportar de una manera desprevenida y solidaria”.
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La Magia del Insólito “Policirco” y el Camino Sinfín del “Biciclaje”
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El Visionario de la Misión Institucional
VISIÓN E INNOVACIÓN
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El Visionario de la Misión Institucional
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El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
Desde cuando fue neutralizado Gonzalo Rodríguez Gacha, alias “el Mexicano”,
el General Miguel Antonio Gómez Padilla siempre se destacó por ser un hombre
de resultados contra la afrenta más prominente de su tiempo: el narcoterrorismo,
la guerrilla y el paramilitarismo. En muchas crónicas se le denomina como “el
General de la guerra” .
La visión no es una experiencia que se pueda enseñar, se tiene que encontrar. Así
lo interpretó el General Gómez Padilla, después de varias reuniones con dirigen-
tes de la política, el gobierno y la empresa privada en la difícil coyuntura que ex-
perimentó el país contra el terrorismo; circunstancia que le fue propicia para en-
tregarle al gobierno nacional un documento de más de 200 páginas que contenía
una propuesta de reforma de la institución, encaminada a preparar al policía del
siglo XXI, pero también para abordar amenazas que parecían inconmensurables.
“Y es que las batallas libradas por este caballero oriundo de Lorica, Córdo-
ba no fueron pocas... Tuvo una infancia feliz que inició en el barrio Cas-
cajal, y con el transcurrir del tiempo continuó su formación en diferentes
lugares de la costa colombiana e incluso en la República de Panamá. Así
fue acumulando experiencias, como primogénito del hogar conformado
por don Rafael y doña Rosa, que al ser narradas por su protagonista bien
podrían dar lugar a uno o varios textos de tinte Macondiano, historias que
fueron compartidas con sus hermanos Rafael de Jesús, José María, Adolfo
Fernando y Rita Isabel (Acorpol, 2018, pág. 17).
1 Ocupó los cargos de jefe de personal en el Departamento de Policía Bolívar, jefe de Sección Docente, subdirector y direc-
tor de la Escuela Gonzalo Jiménez de Quesada; director docente, ayudante general, agregado de Policía en la Embajada
de Colombia ante la República de Panamá, director de la Escuela de Cadetes de Policía General Francisco de Paula
Santander, director de Planeación, director de la Policía Antinarcóticos, inspector general y director de la institución
desde el 17 de enero de 1989. La ceremonia de reconocimiento se efectuó el 24 del mismo mes, presidida por el General
Manuel Jaime Guerrero Paz, Ministro de Defensa Nacional.
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El Visionario de la Misión Institucional
“…Su pluma no tiene igual, goza de un don de carácter epistolar que han
disfrutado sus más cercanos amigos, familiares, superiores, subalternos y
desde luego, su amada Rosarito” (Acorpol, 2018, pág. 17).
Según, el TC. (r) Luis Eduardo Altamar Valdivia, en su escrito titulado “El hom-
bre policía en Colombia, a través de la historia”, y publicado en el Cuaderno
Histórico Número 19 (Mayo 2012), este éxito personal también se convirtió en
una victoria institucional:
2 Según el Coronel (r) Eduardo Martínez Herrera y quien se desempeña como docente de la ECSAN: una sociedad con
diferentes perspectivas del mundo actual y hambrienta de una convivencia pacífica y real, requiere urgentemente de
ciencia y tecnología para garantizar esa necesidad básica de vivir con dignidad y seguridad, en un marco de democracia
y justicia social. Para este propósito existe una carrera profesional denominada “administración policial” que tiene su
origen en la Ley 62 de 1993 y nace a la vida jurídica mediante la Ley 1249 del 27 de noviembre de 2008; Diario Oficial
No. 47.186 de 2008, por el cual se reglamenta el ejercicio de la profesión de administrador policial y se dictan otras
disposiciones. Este pregrado creado por el Congreso de la República de Colombia, permite a la carrera policial, entrar
a ser parte de las diversas disciplinas profesionales existentes en el país, pasa a ser una oferta en el mercado laboral
colombiano, generando oportunidades a quienes deseen contribuir con su acervo profesional a los desarrollos, avances
y logros en materia de seguridad local y regional.
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El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
del saber policial las inquietudes de cambio, fortaleciendo los espacios al-
rededor de las modificaciones, causando alarmas e injustificadas actitudes
de hostilidad en los sectores que añoraban las estructuras y los sistemas
castrenses, que por más de 92 años rigieron los destinos de la Institución en
un país que no estaba interesado en diferenciar la misión entre el Ejército y
la Policía, sus objetivos, doctrina y filosofía.
Sin embargo, su liderazgo fue evidente, años atrás, desde sus inicios de formación
militar y policial; una ruta que con el paso del tiempo le permitiría generar doctrina
sobre la distinción entre la formación castrense y las exigencias del servicio policial,
en relación con el fomento de la convivencia, la seguridad ciudadana y la civilidad:
Santander y Academia Superior de Policía; así como los cursos de Técnicas Ad-
ministrativas en la Escuela Superior de Administración Pública, Altos Estudios
Militares, Educación Curricular y Análisis Transaccional, el curso de investiga-
ción en la Academia de Policía en Washington y Magister en Administración de
Educación en la ciudad de Brasilia (Brasil) (Nacional, 2003, pág. 122).
3 Discurso de orden por parte del doctor Jorge Eduardo Galvis Calixto, Asesor de la Escuela Penitenciaria Nacional En-
rique Low Murtra, en sesión solemne con motivo de la reinauguración del Capítulo de Historia de ese Centro Docente,
llevado a cabo el día 02 de marzo de 2012.
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El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
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El Visionario de la Misión Institucional
La visión de líder es el faro que alumbra el camino a seguir por parte de la or-
ganización, al anticiparse a los hechos y tener la capacidad de crear un futuro,
desde las posibilidades del presente. En el caso del General Gómez, su visión le
permitió a la Policía ser reconocida como un organismo de carácter civil que
no debía tener fuero militar, lo cual resultaba delicado para la Institución por la
difícil situación de orden público que afrontaba Colombia, y por las consecuen-
cias de orden jurídico, disciplinario, administrativo y laboral que dicha decisión
le podría acarrear (Fernandéz, 2016).
Así mismo, en 1993, el General Gómez Padilla enfrentó uno de los más importan-
tes retos de su carrera: el Estatuto Orgánico de la Policía Nacional, al gestar el pro-
ceso que facilitó la promulgación de la Ley 62 del 12 de agosto de 1993, orientado
a fortalecer la función preventiva y cívica de la Policía con la creación del Nivel
Ejecutivo para profesionalizar a los mandos medios de la Institución; además im-
pulsó la participación de los policías, por primera vez, como Agentes de Paz de las
Naciones Unidas en Yugoeslavia, Angola, Camboya y América Central.
Muchos aún recuerdan que, en el momento de mayor agitación social por la arre-
metida de narcotraficantes, autodefensas y guerrillas, ascendió al grado de Ge-
neral mediante Decreto No.944 del 21 de mayo de 1993. El trabajo que adelantó
durante su primer año como Director General de la Institución, hizo merecedora
a la Policía del reconocimiento de “Personaje del Año 1989”.
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El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
¿Cuáles han sido los hitos históricos que determinaron a la par del proceso
de nacionalización de la Policía, el surgimiento del liderazgo social en la
estructura estatal?
128
El Visionario de la Misión Institucional
Pero realmente ¿en qué consiste la nacionalización de los oficiales y de los subofi-
ciales?, la nación comienza a pagar a todos los oficiales y suboficiales, y a algunos
Departamentos de Policía, iniciando ese proceso de pago por la nación a los in-
tegrantes de la institución. Proceso que finaliza en el gobierno de Alberto Lleras
Camargo cuando se nacionaliza totalmente la Policía Nacional, es decir ya los
departamentos no pagan a los agentes, ese es el tema del año 1962.
129
El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
¿Por qué escalafón de la rebajona?, porque los oficiales que eran mayores termina-
ron de subtenientes y algunos que eran Mayores ni si quiera llegaron a subtenien-
tes, entonces el procede a ordenar la Policía. Se crea el batallón Miguel Antonio
Caro para los bachilleres de Colombia, comienzan un grupo de jóvenes a entrar a
la Miguel Antonio Caro y deciden incorporarse a la Policía. Esa transformación,
esa evolución, esa posibilidad de transformar riesgos en oportunidades comienza
en 1953 con el General Rojas Pinilla. Eso a nivel institucional. A nivel personal, el
suscrito termina bachillerato en 1954.
Luego vengo al batallón Miguel Antonio Caro, a mis 17 años. El batallón era orgá-
nico de la Escuela de Infantería, pero era solo para bachilleres, y los oficiales que
comandaban el batallón eran todos de los dos contingentes anteriores, y a los seis
o tres meses los habían hecho subtenientes, eran extraordinarios oficiales. Varios
compañeros míos se pasaron a las escuelas de Policía.
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El Visionario de la Misión Institucional
Nos llevaron a la Escuela, y la diferencia con los cadetes era que teníamos una ba-
rrita aquí y una barrita en la gorra, porque era el mismo alojamiento, el mismo co-
medor, todas las mismas cosas. Y como éramos unos bárbaros, porque realmente,
cuando yo hablo de la historia de la Escuela, me refiero a su etapa de barbarie, de
salvajismo y la que vive ahora que es de precivilidad, todavía no han llegado a la
civilidad completa.
De hecho, en la primera noche nos tocó dormir en los sunchos de los catres, hasta
el día siguiente que aplicamos la antigüedad. Un cadete me trae un colchón y otro
una sábana. Bueno, y ahí estuvimos hasta cuando la Policía creyó que ya todo es-
taba normalizado en Bogotá y nos mandaron para al servicio a la ciudad. Yo llego
a la que en esa época era la Sexta Estación de Policía (Avenida Caracas con Calle
Sexta), al lado del comando de la Policía de Bogotá. Era la estación más moderna
en ese momento. Íbamos felices los ocho compañeros y yo por ese motivo.
Bueno, nos organizamos en el casino y llegamos a esa hora como buenos subte-
nientes. Entonces yo entré al despacho, estaba de secretario un sargento mayor,
un tipo muy valioso, un pastuso y le digo: “Bueno, ¿por qué no nos han recibido?
Él me dice: “teniente, lo felicito”. Yo le digo: “Me felicitan por qué, ¿por qué me
ascendieron?”; “no, porque quedó de comandante de estación”. Le dije: “¿cómo
así?” “Es que anoche el capitán, el segundo y el tercero se asilaron en la embajada
de República Dominicana y los otros están presos en la Escuela de Caballería”.
Entonces, esa es la situación.
Procedo a invitar a mis compañeros a la sala de reunión y les digo: nosotros no po-
demos ser inferiores a la situación, entonces el menos antiguo, tú, oficial de servicio,
de una vez asuma como oficial de servicio verificas que hay en la estación, cómo
están las cosas, y en 15 minutos vienes y nos enteras cómo está la situación. Fulano
y fulano a la primera sección, fulano y fulano a la segunda, eran cuatro secciones de
140 o 150 hombres en cada sección. Entonces los distribuí de a tres en cada sección.
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El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
Bueno, a los 15 minutos el hombre regresa y me dice: “los agentes están acuarte-
lados, no están haciendo nada, están de vagos, jugando, haciéndose bromas, es
un desorden; los suboficiales están en el casino, allá, ellos están en su casino, pero
hay una cosa buena el comandante de guardia es un sargento primero que ha
asumido su cargo, es el que tiene a la estación bien; de pronto me dice, no, pero
hay una cosa más. Digo yo: “¿qué?”. “En el teatro de la estación hay 246 policías
entre agentes y suboficiales presos, detenidos a orden de la Inspección General de
las Fuerzas Militares, ese es mi panorama en la estación”.
Y digo yo: “bueno, aquí hay que poner orden, de manera que ya están distribui-
dos, citen a los suboficiales de cada compañía y vamos a dar instrucciones, ¿sobre
qué?, no sobre los que nos enseñaron en la Escuela de Cadetes, porque aquí no
se puede darle vueltas a la estación, no, vamos a enseñarles policía. Entonces, se
organiza la estación para dar instrucciones.
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El Visionario de la Misión Institucional
Hay unas elecciones al día siguiente y él nos lleva al sector que le corresponde, a mi
sección le corresponde la Plaza de Bolívar, Capitolio y Alcaldía, y él nos explica —
era un verdadero policía— toda la mecánica del proceso de sufragio, todo; algo que
no nos habían enseñado en la Escuela de cadetes, pero él nos los enseñó, la inmu-
nidad de los jurados antes, durante y después de las elecciones, y todo el proceso, y
luego la parte táctica policial de cómo debíamos distribuir las personas y finalmente
nos dijo: “los espero mañana a las 7:00 am”.
Al día siguiente nosotros llegamos allá un poquito antes de las 07:00 am, como
no había ningún tipo de vehículo en ese momento fue trotandito, cogimos de la
estación a la plaza de Bolívar. 7:30 a.m. y mi capitán no aparecía, entonces le dije a
mi compañero: Memo, ¿tomaste nota de todo lo que mi capitán nos explicó para
tomar el dispositivo rápidamente? Pues nos dan las 08:00 de la mañana, llega el
Alcalde; se inician las elecciones y mi capitán no aparece.
Entonces llamo al capitán de la estación 100, que era el mismo que me había re-
cibido antes, de apellido Mesa, y me dice: “¿Dónde está suiche?”, y digo: “Mi, ca-
pitán, en la plaza de Bolívar”. “Con quién está usted”, me dice; le digo: “Con el
subteniente y tantos agentes”, “mi comandante es el capitán Parra Delgadillo, pero
no ha llegado”, entonces me dice: “Suiche, -y empieza a reírse allá- “y ni llegará
porque anoche lo pusieron preso y está en la Escuela de Caballería, de manera que
usted es el comandante”. “¿Y no puede mandar a otro oficial?”. Dijo: “no, suiche, no
hay oficiales, por cualquier cosa llámeme”. Bueno, todo esto para irles indicando a
ustedes cómo era la situación policial en el momento.
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El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
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El Visionario de la Misión Institucional
Haciendo un paréntesis, en la Policía han existido mandos que creen que la institución
es fruto de una creación espontánea y no de un desarrollo evolutivo, es la misma lucha
que hay entre la creación del hombre, si es fruto de una creación espontánea o si es
fruto de un proceso evolutivo, el enfrentamiento de Darwin con el Génesis.
Llego al Palacio con el Ministro y vamos a la casa privada y el Presidente nos dice
cuando lo nombré Director de Antinarcóticos, se revisó su hoja de vida, sus éxitos
en la lucha contra narcotráfico, he tomado la decisión de nombrarlo Director de
la Policía Nacional, pero antes de eso usted tiene que hacerme un diagnóstico de
cómo ve el país. En estos dos o tres días espero ese diagnóstico.
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El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
Tenía conocimiento de los oficiales que estaban en planeación, entonces les pido
esta información y me preguntan: y eso ¿para qué?, respondo que es para un estu-
dio de la Inspección General. A los dos, tres días vuelvo al despacho del Presidente
de la República, él me dice, sea honesto y muy sincero conmigo.
La Policía no tiene una estructura para enfrentar el Magdalena Medio, así mismo
como Inspector General encuentro que hay una situación de amoralidad e indis-
ciplina institucional, entonces señor Presidente voy a presentarle estas propuestas.
Cuando estuve de Director de Antinarcóticos sentía que la policía estaba sola en
esta lucha, hay complacencias incluso en autoridades político-administrativas en
departamentos y municipios que conviven con el narcotráfico, una sociedad que
no entiende la realidad de este problema, entonces mi primera propuesta es crear
un consejo asesor del Presidente de la República para la lucha contra el narcotrá-
fico, contra las mal llamadas autodefensas y que fije las políticas y que el Ministro
de Gobierno, el de Defensa, el de Justicia, el Comandante General de las Fuerzas
Militares y el Director de la Policía que conformen ese Consejo.
136
El Visionario de la Misión Institucional
Para enfrentar el Magdalena Medio no tenemos una estructura policial, para eso
hay que crear un cuerpo especial suficientemente armado y capacitado, con una
logística que le permita moverse en esa región, y al interior de la Policía necesito una
norma que me permita retirar personal del servicio activo, con el convencimiento
moral de las personas que no merecen estar en la institución.
Esa propuesta se convierte más tarde en el Decreto 813 del 19 de abril de 1989, por
el cual se dictan disposiciones tendientes a combatir los escuadrones de la muerte,
bandas de sicarios, grupos de autodefensas o de justicia privada equivocadamente
denominados paramilitares y se crea una comisión coordinadora y asesora para
este proceso. Así como el Decreto 814, por el cual se crea el cuerpo especial ar-
mado contra los escuadrones de la muerte, bandas de sicarios o grupos de auto-
defensas o de justicia privada, equivocadamente denominados paramilitares y el
Decreto 2010 que le da facultades discrecionales para retirar del servicio activo
a policías indignos de pertenecer a la institución. Se inicia allí ese programa de
“tolerancia cero” a la corrupción institucional.
En esa época, los protagonistas de estos hechos de maldad eran el cartel de Pablo
Escobar, Rodríguez Gacha en el Magdalena Medio, los Rodríguez Orejuela en el
Valle del Cauca, Perafán en Popayán. Un panorama muy complejo. Recuerdo que
cuando me desempeñé como Director de Antinarcóticos, en la primera asamblea
internacional me provocaba meterme debajo de mi escritorio o hacerme invisible,
porque cuando empezaban los países a hablar decían, en mi país en el último mes
capturamos tantos colombianos con droga, en mi país tenemos tantos colombia-
nos presos, hemos decomisado tanta cantidad de droga procedente de Colombia,
en la primera me pasó eso; ya en la segunda empezamos a demostrar resultados
y gracias a la acción de la Policía Nacional de Colombia pasamos a ser los líderes
mundiales en la lucha contra este flagelo criminal, lo cual exponíamos en esas
conferencias internacionales, pero ese buen posicionamiento que logramos, nos
tomó mucho esfuerzo y hay que reconocer que no fue fácil adquirirlo.
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El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
Desde 1891 la Policía era de creación legal y siempre fue así. Sólo en 1942 en un
acto constituyente, se dice que la ley podrá organizar un cuerpo de Policía Nacio-
nal. Dado el contexto sociopolítico de violencia y orden público en 1991, la Policía
Nacional decide obtener un estatus constitucional que no teníamos .
4 Al ser elegido César Gaviria Trujillo como nuevo presidente de la República, se convoca a una Asamblea Nacional Cons-
tituyente con el objetivo de reformar la Constitución Política de Colombia de 1886. Un total de 47 delegatarios de todas
las corrientes políticas se reunieron durante 150 días para presentar al país la nueva carta política. Ante este panorama,
la Policía Nacional inició un periodo de análisis de sus principios filosóficos y doctrinales, y en octubre de 1990 efectuó
una reunión con todos los oficiales generales, coroneles y tenientes coroneles, incluyendo directores y comandantes,
llegando a la conclusión de la necesidad de incluir en la nueva constitución los principios rectores de la institución.
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El Visionario de la Misión Institucional
Le digo, Señor presidente, nosotros estamos muy satisfechos con el proyecto mo-
derno y garantista, pero no se habla para nada de la Policía Nacional. Creemos
que hacemos parte de la Fuerza Pública, pero no hay una norma constitucional
que así lo diga. No tenemos una definición clara de nuestra función, de nuestro
objeto y fin. Nuestros fueros son legales, no constitucionales, tenemos un gran
amigo en la Corte Suprema Alfonso Reyes Echandía, que nos defiende, pero él
siempre dice: constitucionalmente no puedo hacer nada. Él fue nuestro principal
defensor en la Corte Suprema de Justicia, antes de ser inmolado en el holocausto
del Palacio de Justicia. Sin embargo, el Doctor Echandía siempre me advertía que
al Gobierno le era imposible presentar a la Asamblea Nacional Constituyente, una
nueva propuesta modificatoria de su proyecto inicial. Sólo queríamos recurrir a
los constituyentes presentándole nuestras inquietudes al respecto.
Meses atrás había organizado un comité para redefinir la Policía Nacional y sus
funciones, sin desconocer sus raíces históricas, ni las enseñanzas de quienes nos
precedieron. Un comité que coordinaba con hábil sapiencia el señor General Ra-
fael Guillermo Muñoz Sanabria, por lo tanto, ya tenemos una sólida propuesta
institucional. El señor Presidente accede a mi pedido y le solicita al ministro y al
sucesor que me apoyen. Ahora nos corresponde a los policías aproximarnos con
sabiduría y sin despertar celos ni aprehensiones a los constituyentes.
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El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
¿Qué queríamos ser?, naturalmente parte de la Fuerza Pública, decíamos que nues-
tro objeto debía ser asegurar el ejercicio de las libertades y derechos. No nos de-
bemos quedar en esa fórmula estrecha de proteger vida, honra y bienes; no sólo
debe ser el orden público interno policial, sino algo más: la convivencia. Entonces la
Policía debe ser un cuerpo armado permanente, que lo pague la nación para que no
haya sino una sola policía y de naturaleza civil, mire todas las cosas, yo los invito a
ustedes que cojan el 218 y lo desglosen a la luz de las categorías Aristotélicas.
El liderazgo de los 90, por parte del servicio de policía, se afianza fundamentalmente
en la coherencia del mando policial. No había una voz disonante, lo que el director
ordenaba era replicado en todos los niveles, había una coherencia institucional, de-
sarrollábamos una política institucional basada en su filosofía y su doctrina.
Hablamos de la Fuerza Pública la cual tiene el monopolio de las armas, a las Fuer-
zas Militares les corresponde; párrafo que dejábamos en blanco, y la definición de
la policía ya la teníamos redactada. Posteriormente, invito al doctor Humberto de
la Calle Lombana, Ministro de Gobierno y le comento sobre la filosofía y doctri-
na policial, y entre líneas le decía: no estamos satisfechos con el proyecto que el
gobierno paso a la Asamblea Constituyente, se acabó el desayuno y a la semana el
presidente me llama muy de madrugada para asistir al despacho.
140
El Visionario de la Misión Institucional
Ese fue uno de los momentos más plenos en mi vida profesional. Logré fijar la fun-
ción, la, misión, estructura y funciones de la Policía Judicial. Además, solicité a ta-
lento humano a dos coroneles que fueran abogados. Me presentaron a los coroneles
Carlos Alberto Pulido Barrantes y Edgar Peña Velásquez, a ellos los llevo a mi des-
pacho y les digo que por el momento quedaban cesantes de sus cargos, la misión era
ir a la Asamblea Nacional Constituyente. Les dije en esa ocasión: sean humildes. Si
están tocando temas de la Policía y un magistrado desea un tinto, lléveselo usted.
Llego a la reunión y les comenté de qué se trataba este bolero y lo que debían
hacer. El director de DIJIN debía invitar a sus instalaciones a los partidos políti-
cos que conformaban la Asamblea Nacional Constituyente, pero por partidos, los
cuales estaban conformados por el M-19, el partido liberal y el partido conser-
vador, y debían explicar qué funcionalidad tenía cada una de sus direcciones, de
igual forma les dije a los demás directores. A los Comandantes de Departamento
les ordené invitar a los constituyentes. Así comprometimos a todos los niveles de
responsabilidad institucional y ninguno causó decepción, los presidentes de la
Asamblea Nacional Constituyente los atendí personalmente, al igual que al Secre-
tario General Constituyente, al doctor Jacobo Pérez, quien fue docente mío dos
veces en derecho constitucional.
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El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
A mi equipo de trabajo les dije: los tres presidentes quedan a cargo mío. Empecé
con Antonio Navarro Wolf. Entonces, me encontré una cosa muy curiosa, una
compañera mía de la universidad era la compañera sentimental de Camilo Gon-
zález Posso del M19. La llamé a ella, y le dije: necesito que me ayudes en esto y
me dijo, si claro Miguel oye, pero a ti ¿qué te está pasando? si tenemos una amiga
en común, la gerente del Banco de la Policía. Yo no la conocía y hablamos con la
Doctora Ana María Mejía para que en su casa se llevaran a cabo esas reuniones. A
la una de la mañana tuve mi primera reunión con Navarro Wolff, pero ahí le co-
menté sobre un episodio del pasado y le dije fue: mira tú estás en deuda conmigo,
con la Policía y me dijo: ¡sí ya sé!
Entonces General Gómez tiene una misión que aquí acordamos: usted debe darle
protección a estas personas que van a iniciarse a la vida regular y que van a re-
correr todo el país y a tener reuniones. Al día siguiente organicé con la DIJIN,
unos grupos élite y no hubo ningún problema. Eso se lo recordé yo a Navarro y
comenzamos a hablar sobre cuál era la intención de la Policía, cuál era el deseo
nuestro como institución y Navarro estuvo de acuerdo conmigo en el proyecto, en
la definición de policía y su objeto.
Luego hablé con el Partido Conservador, con Álvaro Gómez Hurtado. Yo había
tenido un ligero conflicto con él. Por ello, cuando estoy en clase le digo a los
oficiales: piensen antes de hablar, dedíquense unos segundos antes de hablar y de
decir cosas porque más tarde podemos tener complicaciones.
Resulta que en un discurso Gómez Hurtado dijo que había que volver a la Po-
licía municipal. A mí me entrevistó un periodista y le dije: ¡claro, él quiere que
volvamos a las policías municipales, aquellas que manejaba su padre contra los
liberales y los cachiporros!, pero él se puso bravo por la mención que hice de su
padre, realmente fue un error. Bueno entonces ¿cómo voy a manejar a esa situa-
ción? Me acordé que quienes habían auspiciado la elección de Gómez Hurtado,
es decir lo habían financiado, eran los hermanos Robayo Ferro, los dueños de
Pollo Kokorico, entonces hablo con ellos y me dicen: no te preocupes, te apoya-
mos. Un día me dicen: Miguel aquí está el Doctor Gómez Hurtado, ¡ven a la
fábrica! Salgo de la oficina. Los Generales ya se habían ido todos, sólo quedaba
el Mayor Humberto Aparicio Navia y le dije: ¡acompáñame a almorzar!
Llegamos allá y estos tipos habían hecho un trabajo espectacular, encontré al Doctor
tranquilo. Cuando traté de decirle algo, me dijo: General ya eso pasó, es fruto de que
me alteré y yo lo alteré a usted. Comencé a decirle qué era lo que quería. Él estuvo de
acuerdo, me dijo: cuente con el voto del Partido Conservador, fue en la primera re-
unión, en la segunda fue como para decirme algunas cosas que quería cambiar, una
coma, alguna cosa y le dije: ¡sí no hay problema no nos afecta quedamos de acuerdo!
Ya tenía al M-19 y al partido conservador. El partido liberal fue más fácil con Hora-
cio Serpa. Mi hermana menor le había hecho campaña electoral, entonces en la casa
de ella hicimos la reunión, Serpa estuvo totalmente identificado con la propuesta de
la Policía. Respecto a la gestión con los indígenas, mi ayudante, hoy Coronel retira-
do- Carlos Alberto Barragán Galindo- que es el promotor de un grupo especial en
la DIPOL, había trabajado en el Cauca y había traducido un diccionario castellano
en una de las lenguas indígenas. Entonces los indígenas lo apreciaban y logramos el
voto de las comunidades étnicas. El hecho es que nos aprueban el Artículo 218. Así
obtuvimos el fuero constitucional para la Policía Nacional.
143
El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
También quisiera destacar que para la época me tocó organizar y planear la con-
memoración de los 100 años de la Policía Nacional, para lo cual nombré gerente
del programa del centenario al Brigadier General (r) José Domingo Murcia Flo-
rián, quien según lo dispuesto en el Decreto 2087 en el que se declaraba 1991 como
“el año del centenario de la Policía Nacional”, planeó la realización de 100 eventos cul-
turales, académicos, deportivos y protocolarios, de carácter nacional e internacional.
Una institución como la Policía Nacional, con una planta de personal que se
aproxima a 180 mil hombres y mujeres, cuya prioridad son las necesidades di-
ferenciales de seguridad y convivencia ciudadana de todo un país, necesita un
modelo de liderazgo para cumplir sus objetivos con efectividad y resultados
tangibles. De esta manera, el líder policial es un facilitador y un impulsador de
su misión constitucional a través de la movilización de su cultura institucio-
nal. ¿Cómo socializar ese modelo de liderazgo holístico a través de las posibi-
lidades que brinda la cultura policial?
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El Visionario de la Misión Institucional
…Digamos también que es la manera que cada cual tiene para dar la res-
puesta a los desafíos de la existencia, o “todo saber y poder adquirido por
los hombres para dominar las fuerzas de la naturaleza; y por otra, todas las
organizaciones necesarias para fijar las relaciones entre ellas; y por último,
es el conjunto de procesos históricos que tienden a la consolidación de sis-
temas de vida y pensamiento. Las confusiones surgen cuando se afirma:
aquella persona es inculta. Lo cual nos obliga a preguntarnos: ¿es inculto el
campesino que no habla francés, no usa corbata, no asiste al Teatro Colón,
pero sabe cultivar la tierra y conoce el ciclo de las lluvias?
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El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
ese día un eclipse. Y bien, opinemos ahora sobre la acepción policía. Nos
referimos aquí a la institución social Cuerpo de Policía como una agrupación
humana organizada para realizar unos objetivos y fines, que posee jerarquías
en sus funcionarios y división del trabajo, con lenguaje, símbolos, rituales,
valores, actitudes y sentimientos propios y a la cual se acogen voluntariamen-
te sus integrantes y que no pueden funcionar, si no existe consenso entre sus
miembros. Aprecio que nada de lo afirmado hasta aquí es nuevo para usted.
Pero también, este estatuto debe corresponder a los usos y costumbres his-
tórico-sociales que explica el porqué de esta o aquella estructura o de esta
o aquella dependencia. Y obviamente está integrada por personas que des-
empeñan roles y papeles al interior y exterior de la misma y poseen jerar-
quías en una técnica y juiciosa división del trabajo y con la manifestación
y aceptación voluntaria del ingreso y permanencia. Los anteriores aspectos
son necesarios e importantes pero el entramado que le da cohesión y ca-
racterísticas, y la hace singular está determinado por el lenguaje, símbo-
los, ceremoniales, rituales, mitos, leyendas, virtudes, valores, actitudes y
sentimientos. Detengámonos en las actitudes, las cuales hacen de ella una
institución sin par. ¿Cuál es el comportamiento policial ante…
146
El Visionario de la Misión Institucional
el empleo de la fuerza?
el cumplimiento de las órdenes?
la igualdad ante la Ley?
la presunción de inocencia?
el respeto a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario?
la aplicación y el respeto a la Ley?
Ustedes se han preguntado muchas veces, si todo es así de perfecto, ¿por qué la
endémica distorsión de los principios, valores, actitudes y sentimientos? Con fre-
cuencia, caro amigo, ella se inicia en las escuelas con la aplicación errada de falsas
prácticas pedagógicas (currículo oculto), pero también en la calle con el inexacto
sentido de compañerismo y solidaridad que ampara y protege a equivocados y
deshonestos. Para concluir por hoy, haré alusión a una distorsión frecuente: el
anónimo, una de las manifestaciones de corrupción, que crea un ambiente en
donde se propician los rumores, suspicacias, bulos, calumnias, insinuaciones y
deformaciones humanas, destruir la cohesión interna y debilitar a la Institución
y destruir la imagen o la trayectoria de vida de una persona. Dejaré para nueva
oportunidad conversar un poco sobre símbolos y valores.
El superior y amigo.
Esta carta no es sólo una misiva personal, sino que remite directamente a la com-
prensión de la Cultura Institucional en la Policía Nacional concebida como la
esencia y la naturaleza de ser policías. La esencia es lo que somos, lo que nos
caracteriza, son las formas de vida de nosotros como policías. La esencia y natu-
raleza llevados a la práctica son los conocimientos, las creencias y los comporta-
mientos base que la Institución y la sociedad esperan encontrar en cada policial
en su relacionamiento con las familias, amigos, compañeros de trabajo, la comu-
nidad y con otras instituciones. La cultura nos permite fortalecer nuestra gestión
para lograr la efectividad, nuestra integración para ser ejemplo ante la sociedad y
nuestro servicio para consolidar relaciones basadas en el respeto y la solidaridad.
De otra parte, quisiera agregar que la Policía con frecuencia, sobre todo las ge-
neraciones jóvenes no saben la importancia y el valor del estatus constitucio-
nal, si no hubiera sido así, con la muerte de la niña en la estación de Germania
nos hubieran disuelto.
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El líder no se hace, ni nace, al líder lo hacen las masas, en las tribus el líder es la
persona más vieja y le entregan un bastón como símbolo de autoridad y mando.
Cuando los generales romanos eran victoriosos no podían entrar a Roma si el
senado no aprobaba, ingresaban sin armas, pero sí entraban con todo el botín
de sus enemigos, a lo largo de la vía se colocaban los ciudadanos de lado a lado,
gritando: divino, divino, el General iba en su cuadriga (carro tirado por cuatro
caballos), al lado de abajo iba un enano (mi enano se llama Rosario), quien
decía “cave ne cadas” que significa cuidado no te caigas, pero la traducción era
acuérdate que eres humano, un líder debe tener presente que es humano. En este
sentido, un policía es una persona humana, única, diferente y tiene necesidades,
esas que se encuentran en la pirámide de Maslow, y como persona tiene una
dualidad de naturaleza, de orden biológico y psicológico, pero también es un
ciudadano, y es un servidor público.
Cuando las personas llegan a una escuela se deber tener en cuenta esa triada de
la naturaleza y desarrollarla, dado que solo se concentra en el servidor público y
se olvida al ciudadano y a la persona humana, para que aprenda a vivir en demo-
cracia, conociendo sus obligaciones con la convivencia cuyos elementos son: se-
guridad, tranquilidad, ecología y salubridad; aunque en el pasado eran seguridad,
moralidad, ética, ornato y salud.
El liderazgo actual tiene que reconocer quien es un policía y atender esas tres
condiciones, se habla del humanismo, y hay personas que creen que nacen con
atributos especiales, pero estos no surgen de manera espontánea, así como Adán,
quien no tuvo un cordón umbilical. El liderazgo debe acoger el patrimonio de
las idiosincrasias regionales, debido a que no se expresa la capacidad de liderazgo
por el origen de una persona, sino por la intensidad en que se asume funciones y
compromisos existenciales. Solo y únicamente siendo líder, se puede ser líder. No
existe una receta magistral para llegar a serlo.
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Modelo Holístico de Liderazgo Policial MHLP
PARTE II
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Modelo Holístico de Liderazgo Policial MHLP
El MHLP está constituido por los siguientes componentes, los cuales se relacionan
entre sí: primero se encuentran los atributos entendidos como aquellas cualidades
que debe tener un líder policial. Segundo los niveles de responsabilidad funcional que
van de acuerdo con el desempeño de cada funcionario. Tercero los ámbitos (persona,
comunidad e institución) que son el contexto donde se ve reflejado el ser, saber y saber
hacer del policía, tal como se muestra en la figura.
El efecto holístico del modelo está centrado en las buenas prácticas ejercidas por
los lideres trasciendan inspira a otros a que sean sus seguidores, las repliquen y
hereden a otros. Esta inspiración, surge de la aplicación de la inteligencia situacio-
nal, la cual conlleva a un líder a realizar buenas prácticas de liderazgo. Para ello,
se inicia desde el planteamiento de la figura de un líder en el entorno institucional
que evoluciona en cambios paradigmáticos hasta un liderazgo transformacional.
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Modelo Holístico de Liderazgo Policial MHLP
De acuerdo con esto, para la Policía Nacional se define como atributo las cualidades o
propiedades imprescindibles del líder policial, las cuales no pueden ser desconocidas
en el diseño del MHLP. Teniendo en cuenta lo anterior y debido a que la actividad
de policía se encuentra sujeta a cambiantes escenarios sociales, económicos, políti-
cos, tecnológicos, criminales e institucionales el MHLP define como atributos los si-
guientes: honor policial, vocación de servicio, credibilidad y confianza, adaptabilidad
y efectividad, visión e innovación(Nieto, 2018; Nieto, Nieto & Moreno, 2018).
Honor policial
El MHLP incluye el honor policial como un atributo propio del servicio de policía
el cual generará aceptación, reconocimiento tanto en su ámbito personal como
policial y aportará a la generación de confianza, buena reputación y legitimidad
en el cumplimiento de su función policial.
El honor policial, también hace referencia a que cada policía pueda sentir y tras-
mitir de manera explícita y directa el orgullo en sus acciones y de la profesión
policial, evitando además cualquier tipo de deterioro a su dignidad policial y
personal, partiendo del principio de que sus actuaciones se basan en lo legal, lo
ético y lo moral, fundamentado en la honestidad, rectitud y coherencia en su
saber, saber hacer y saber estar.
Vocación de servicio
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Modelo Holístico de Liderazgo Policial MHLP
una orden. Lo que se busca es actuar con convicción y satisfacción, este atributo
consiste en un llamado interior que nos lleva a tener una buena actitud durante el
servicio, es decir, el único motivo es el deseo de servir a los demás.
Credibilidad y confianza
Adaptabilidad y efectividad
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El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
Visión e Innovación
Para el MHLP, los conceptos visión e innovación conforman un solo atributo que
se complementa y que otorga a los líderes de policía la capacidad de entender y
enfrentar los desafíos institucionales y el cumplimiento de su función de manera
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Modelo Holístico de Liderazgo Policial MHLP
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Conclusiones
Conclusiones
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Conclusiones
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El liderazgo policial: una herramienta de transformación social
Es así como, el líder policial a partir del ser con relación con los atributos pretende
influir e inspirar a los individuos en su entorno (persona, institución y comuni-
dad), movilizando comportamientos asertivos, que generan efectividad para la
institución, logrando, construir confianza y desarrollando el potencial de las per-
sonas. A partir del saber en relación con los componentes del MHLP, se estable-
cieron los mínimos comportamentales y el significado de las cualidades que no
pueden ser desconocidas por ningún líder policial y se determinan los criterios
orientadores al interior de la institución que le permiten, entender e interiorizar
desde su parte cognitiva, la importancia y necesidad de conocerlos, interiorizarlos
y aplicarlos cuando lidera su vida, cuando lidera su institución y cuando lidera el
servicio hacia la comunidad.
Por último en lo que respecta al saber hacer en relación con los componentes
del MHLP, se estableció que el líder policial evidencia y exterioriza a través de la
aplicación de los atributos, el conocimiento y experiencia adquirida durante su
liderazgo, superando los frecuentes problemas de comunicación, moviéndose con
efectividad en una estructura burocrática y jerarquizada, venciendo la resistencia
al cambio, enfrentando el miedo a equivocarse y aferrándose a la seguridad de los
logros obtenidos como oportunidad para seguir mejorando su liderazgo policial.
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Referencias Bibliográficas
Referencias Bibliográficas
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Referencias Bibliográficas
Nieto, J.C., Nieto, J.H. & Moreno, J. (2018). Modelo Holístico de Liderazgo
Policial. Revista Logos Ciencia y Tecnología, 10(2), 90-110.
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