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¿QUE ES CALIDAD DE VIDA?

MC. María Antonieta Galván Bonilla. [a]

[a]
 Profesor Investigador de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo - Mexico

RESUMEN

Hoy en día “calidad de vida” la podemos vincular con los grandes avances en la biotecnología, la cual ha permitido contar con nuevas
expectativas de vida, ya que anteriormente no se tenía acceso tan amplio como actualmente lo tenemos. Esto permite cubrir las
necesidades más básicas como son en el ámbito emocional, económico, social y educacional.

En la actualidad, hablar de calidad de vida, hace referencia a un concepto que puede comprender diversos niveles que pueden
visualizar las demandas biológicas, económicas, sociales y psicológicas en forma individual hasta el nivel comunitario. No olvidando
que se relaciona este concepto con aspectos de bienestar social.

Por lo tanto lo que llamamos calidad de vida reúne elementos objetivos y subjetivos del bienestar social que están fundados en la
experiencia ya sea individual y comunitario dentro de la vida social.

Si tomamos en cuenta el concepto de calidad de vida según la OMS, nos dice que es la percepción que un individuo tiene de su lugar
en la existencia en el contexto de la cultura y del sistema de valores en los que vive y en relación con sus objetivos, sus expectativas,
normas y sus inquietudes.

Con este argumento podemos citar que es un campo muy abierto donde comprende factores de salud de tipo emocional, física, ser
independiente, contar con relaciones que contribuyan a un mejor desarrollo y que exista relación con el entorno en que vivimos.

Ahora bien, cuando nos preguntamos en forma individual que es calidad de vida podemos expresar diversa terminología como
bienestar, alcanzar logros personales y familiares, contar buen estado de salud, tener una alimentación sana, en fin todo esto se ve
relacionado a entornos sociales y culturales.

La calidad de vida individual puede entenderse como una relación global, dentro de la cual establece aspectos positivos pero también
pueden existir eventos en forma adversa en el curso de la vida individual, lo que demuestra la interrelación individual y colectiva en
el ejercicio de los valores sociales.

Esto nos demuestra que el concepto de calidad de vida está en constante movimiento, ya que se ve involucrada con aspectos
socioeconómicos, culturales y psicológicos lo que genera en el individuo “valores positivos y negativos.”

Así podemos decir que el concepto de calidad de vida y bienestar social puede tener cinco campos a comprender como son:

1. Físico: donde puede tener aspectos de salud y seguridad física.


2. Material: contar con una vivienda digna y propia, con acceso a todos los servicios básicos, alimentos al alcance, medios de
transporte.
3. Educativos: existencia y cercanía a una educación donde permita ampliar los conocimientos de forma individual y colectiva.
4. Emocional: campo muy importante para cualquier ser humano, mediante el cual permite que su estado emocional vaya
creciendo e interrelacionarse eficazmente.
5. Social: donde al ser humano tiene opciones interpersonales con núcleos básicos como la familia y círculos de amistades que
permitan desarrollo del mismo.

Es importante considerar que estos campos mencionados pueden tener una diversa influencia en factores sociales, médicos y
políticos y también en los ámbitos individuales y de comunidades.

Como podemos comprender, la calidad de vida no es un proceso simple, pues requiere de un análisis minucioso

La calidad de vida es el resultado de una interacción constante entre los factores económicos, sociales, necesidades individuales,
libertad emocional, entornos ecológicos, condiciones de salud – enfermedad ya sea en forma individual y social.

Con el avance de la tecnología, la medicina ha conseguido aumentar la “esperanza de vida” que como bien sabemos anteriormente
los individuos alcanzaban aproximadamente una vida de 50 años, ahora con todo esto en manos de la medicina, la expectativa
alcanza un promedio de 72 a 75 años, todo esto es de acuerdo a datos estadísticos.
La calidad de vida orienta a un estilo de vida, donde permitan tener facilidades a una vida saludable que favorezca la existencia plena
de todos. Dichos estilos de vida dependerán de un cuidado consciente de los recursos naturales que permitan que los seres que
habitamos en este planeta, contemos con lo necesario para la existencia agradable y fortalezcamos en todos los valores sociales.

Todo este análisis nos lleva a una interrogante, ¿Cuánto ha decidido el ser humano a cambiar su forma de vivir?, nos atrevemos a
expresar que es un mínimo porcentaje de la población, que adopta diferentes estilos de vida desde las primeras edades, donde
interviene el primer núcleo que es la familia y en esta es donde se puede decir que se establecen hábitos que permiten una
formación y un sistema de alimentación, educación y de apoyo a la autoestima, que le permita al mismo tomar una decisión en
cuanto a calidad de vida.

Sabemos que para una buena calidad de vida tanto material como espiritual, interviene el factor económico, ya que de acuerdo a los
ingresos personales se puede reflejar un bienestar social, la cuestión que aquí aparece es que no todos tenemos acceso a tener
bienes de diversa índole, pues la mayoría de la población no tiene lo básico en su hogar, y que de acuerdo a datos estadísticos, los
individuos sobreviven con alrededor de quince a veintiséis pesos diarios, lo cual nos demuestra que no todos tenemos lo elemental
para considerar que tenemos una calidad de vida, que comprende aspectos de salud, educación.

Y, finalmente es prudente decir, que la calidad de vida conlleva a mejorar el nivel de vida y a cambiar los estilos de vida en forma
individual y, de la población para lograr un bienestar social general.

Calidad de Vida, indicadores y componentes

Departamento de Psicología de la Salud


Facultad de Medicina
Universidad Miguel Hernández de Elche (España)

El concepto de Calidad de Vida, es complejo y de difícil definición operativa. La calidad de vida, como decía Campbell (Campbell et al., 1976)
“es una entidad vaga y etérea, algunas cosas sobre las que muchas personas hablan, pero de las que nadie sabe muy claramente qué hacer con
ellas”. En cualquier caso, se ha definido como un constructo que expresa una valoración subjetiva del grado en que se ha alcanzado la
satisfacción vital, o como el nivel de bienestar personal percibido. Ciertamente, la mayoría de los autores consideran que esta valoración
subjetiva está estrechamente relacionada con indicadores “objetivos” biológicos, psicológicos, y sociales, y que forman parte del constructo
(Blanco, 1985; Chibnall y Tait, 1990; Diener, 1984; De Haes, 1988).

Así pues, la calidad de vida se traduce en términos de presencia o ausencia de satisfacción vital subjetiva y de presencia o ausencia de
indicadores estándar, objetivos, de lo que en general las personas consideran que determina una “buena vida”, que, habitualmente, son
condiciones necesarias, aunque no suficientes para la citada valoración subjetiva.

Reconocer ambos elementos supone no sólo aceptar la presencia de indicadores objetivos del bienestar, sino también de indicadores subjetivos y
aceptar igualmente que la calidad de vida consiste, básicamente, en un sentimiento de satisfacción, un estado de ánimo positivo que viene
determinado por factores biológicos, psicológicos y sociales, incluyendo factores complejos, como la salud misma. Es decir, ese sentimiento
positivo de satisfacción global respecto de la vida está determinado por la valoración del sujeto y por la presencia de condiciones externas
objetivas.

Calidad de Vida indicadores

Los indicadores objetivos son fundamentalmente el nivel socio-económico, de apoyo social y de salud; aunque sin duda, asumir la definición de
salud de la OMS (situación de óptimo bienestar físico, psicológico y social) hace confusa su distinción con el concepto de calidad de vida.
(Diener, 1984; Bryant y Veroff, 1982; Barriga, 1988). Por lo que se refiere al nivel socio-económico, sus dos elementos centrales son el estatus
de empleo y los ingresos (además, naturalmente de la naturaleza y cuantía de las posesiones materiales).

En cuanto al empleo, algunos autores han encontrado que las personas que no están laborando tienen un nivel muy bajo de bienestar subjetivo,
incluso cuando se controlan las diferencias por nivel de ingresos con grupos de personas con empleo. Por lo tanto, el desempleo tiene un impacto
muy negativo sobre el bienestar subjetivo, que va más allá de las dificultades económicas que obviamente conlleva (Blanch, 1990). De igual
forma, la satisfacción laboral parece estar positivamente relacionada con el bienestar subjetivo, pero el conflicto y la tensión laborales aparecen
negativamente relacionados con el bienestar subjetivo.

Además, la mayoría de los estudios sobre el tema indican que hay una relación positiva entre el nivel de ingresos y el nivel de calidad de vida,
aunque la correlación no sea significativa. Algunas hipótesis al respecto, señalan que el nivel de ingresos tiene un efecto sólo en niveles bajos de
pobreza, pero, una vez se han cubierto las necesidades básicas, los ingresos dejan de tener una influencia importante.

Por otra parte, los mismos estudios indican que factores tales como el estatus social y el poder, pueden ser responsables del efecto de los ingresos
sobre el bienestar subjetivo. Igualmente, una explicación relacionada consiste en que el efecto de los recursos económicos es directo, pero
depende de la comparación social. Igualmente, el nivel de ingresos debe corresponderse con el poder adquisitivo.
Del mismo modo, dentro del componente socio-económico debemos incluir “condiciones externas objetivas” como el tipo de vivienda, sus
elementos de comodidad y seguridad de ocupación (propiedad), coste del alojamiento, entre otros.

El segundo de los componentes importantes de la calidad de vida es el apoyo social, el cual puede considerarse como un elemento objetivo y a la
vez subjetivo de la calidad de vida (Rodríguez-Marín et al., 1993; 2003a; 2003b; Schwarzer y Knoll, 2007; Terol, 1993; Terol et al., 2000;
Wortman, 1984). Dentro del marco del apoyo social debe ser considerada como una condición objetiva la interacción social (Diener, 1984).

Ciertamente, la interacción social hace referencia a la red social que la persona dispone (la cantidad, tipo y calidad de los contactos sociales) y al
uso de esa red (número de contactos sociales que la persona tiene en una unidad de tiempo). Ambas cosas dependen tanto de su propia conducta
como de la oferta de la comunidad en la que se encuentra inserto.

Otra de las variables objetivas, que ha de considerarse relacionada con apoyo social, es la disponibilidad de servicios que existe en la oferta de la
comunidad para la persona. De hecho, la sociedad post-industrial ha transformado en servicios sociales públicos, una gran mayoría de acciones
de ayuda, que antaño asumía la familia, convirtiéndose en uno de los principales distintivos del estado social de bienestar en donde son
importantes factores como accesibilidad y calidad de los servicios sanitarios, comerciales, de educación, de ocio etc., calidad y seguridad de los
transportes, accesibilidad y calidad de los servicios de protección y seguridad (García Durán y Puig, 1980; Blanco y Chacón, 1985).

Además, la interacción social más potente se produce entre los miembros de la pareja y los de la familia. Por esto, hay un amplio número de
estudios que han encontrado que las personas casadas informan de un bienestar subjetivo mayor que cualquier categoría de personas no casadas.

Algunos de los mismos estudios encontraron que el matrimonio era el predictor más potente del bienestar subjetivo, incluso cuando se
controlaba el efecto del nivel educativo, de ingresos y estatus ocupacional. Además, cuando, se pasa del hecho objetivo del matrimonio a la
importancia de la satisfacción marital y su impacto con la felicidad global, la conclusión es que la satisfacción con el matrimonio y con la vida
familiar es uno de los predictores más importantes del bienestar subjetivo.

El apoyo social además, tiene también una vertiente subjetiva, puesto que independientemente de cuán potente sea la red social disponible, se
puede percibir como no disponible, innecesaria y en algunos casos, contraproducente.

Finalmente, el tercero de los más importantes componentes de la calidad de vida lo constituye el estado de salud. Aquí nos encontramos también
ante un indicador mixto, puesto que si bien, existen indicadores objetivos de orden biológico, tan importantes como ellos son los indicadores
subjetivos, que se manifiestan mediante informe de las propias personas. Por otro lado, no podemos dejar de considerar la fuerte interacción que
se da entre salud y calidad de vida. Si el estado de salud es un factor determinante de la calidad de vida, esta se determina igualmente en el
estado de salud de la persona. Quizás eso hace parte del significado de la definición de salud de la OMS. De hecho, esa definición nos presenta
un concepto de salud muy similar al de calidad de vida: “estado de completo bienestar físico, psíquico y social, y no meramente la ausencia de
enfermedad.”

Hay un número importante de estudios que han demostrado una relación importante entre los auto-informes de salud y el bienestar subjetivo.
Otros estudios han encontrado que la salud es considerada por las personas como el factor más importante de la “felicidad”. En ellos, la
satisfacción con la salud es uno de los predictores más fuertes de la satisfacción vital, parece que la valoración subjetiva de la salud tiene una
relación más fuerte con el bienestar subjetivo que la valoración objetiva

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