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CAPITULO 1

En este capítulo introductorio, titulado "La necesidad humana de educar",


Fernando Savater explora las complejidades y profundidades de lo que significa ser
humano y cómo la educación desempeña un papel fundamental en el desarrollo
de la humanidad. El autor comienza destacando cómo ser humano va más allá de
ser simplemente una categoría biológica. Ser humano implica un compromiso
moral y ético con los demás, manifestado a través de la compasión, la solidaridad y
la cooperación.

Savater se apoya en una cita del autor Graham Greene para ilustrar este punto: "No
creas que ser hombre consiste en nacer hombre. Eso es un accidente. Ser hombre
es un oficio". Esta cita sugiere que la humanidad no es solo una característica
inherente, sino una tarea constante y activa que requiere esfuerzo y dedicación. La
humanidad se manifiesta en cómo nos relacionamos con los demás y en cómo
buscamos el bienestar colectivo.

El autor se adentra en la idea de que el término "humano" no solo describe una


realidad biológica, sino también un ideal ético y moral al que aspiramos. Nacemos
como seres humanos, pero llegamos a ser verdaderamente humanos es un proceso
que involucra la educación y la socialización. Esto significa que no es algo
predestinado, sino que debemos esforzarnos para alcanzarlo. Algunos pueden
tener éxito pueden en este proceso, mientras que otros fracasar o incluso rechazar
participar en él.

La educación juega un papel fundamental en este proceso de desarrollo humano.


Savater explora cómo los seres humanos nacen prematuramente en comparación
con otros animales, lo que lleva a una etapa prolongada de aprendizaje y
formación. Nuestra capacidad de aprender y adaptarnos es lo que nos distingue, y
la educación es el medio por el cual continuamos nuestro desarrollo mucho
después del nacimiento.

En este contexto, Savater introduce el concepto de neotenia, que se refiere a la


característica de nacer prematuramente y requiere un período prolongado de
educación y cuidado para desarrollarnos completamente. Esta noción resalta la
importancia de la educación en la vida humana y cómo nuestra capacidad de
aprendizaje nos permite seguir creciendo y evolucionando a lo largo de toda la
vida.
El autor también examina la relación entre educadores y educandos. La educación
no es simplemente un acto de transmitir información de manera unilateral, sino
que implica un diálogo entre las generaciones. Los educadores tienen la
responsabilidad de compartir su conocimiento y experiencia, mientras que los
educandos deben estar dispuestos a aprender y absorber estos conocimientos.
Esta relación dialógica es esencial para el proceso educativo y para el desarrollo de
la humanidad en su conjunto.

Savater destaca que la educación no se trata solo de adquirir habilidades y


conocimientos técnicos, sino también de comprender los significados y símbolos
que conforman nuestra cultura y sociedad. A través de la educación, las personas
aprenden a interactuar de manera significativa con el mundo que les rodea ya
participar en la construcción de significado y valores compartidos.

En resumen, el primer capítulo de "El valor de educar" sienta las bases para
explorar la importancia crucial de la educación en la formación de la humanidad. A
través de un enfoque en la comprensión más profunda de lo que significa ser
humano, Savater subraya cómo la educación es un proceso continuo y esencial
para el desarrollo personal y social.

CAPITULO 2
En el segundo capítulo del libro, se explora en profundidad los contenidos de la
enseñanza y su papel fundamental en la adquisición de la plena humanidad. Se
establece que aunque la genética puede predisponer a los seres humanos a
convertirse en humanos, esta predisposición no es suficiente; es a través de la
educación y la interacción social que los individuos lograron alcanzar
verdaderamente su humanidad. A diferencia de otros animales, donde la herencia
biológica puede ser suficiente para conformar un ejemplar de la especie, en el caso
de los seres humanos, el proceso educativo no hereditario es esencial para
desarrollar plenamente su humanidad.

Este capítulo destaca dos descubrimientos fundamentales que se lograron a través


de la educación: la sociedad y el tiempo. En cuanto a la sociedad, la enseñanza
transmite a los individuos que no son únicos y que su existencia está entrelazada
con la interacción significativa con otros seres humanos. La idea de que uno existe
en relación con los demás es un concepto esencial que se adquiere a través del
proceso educativo. En cuanto al tiempo, se presenta como uno de los conceptos
más distintivos de la condición humana. La noción de tiempo es el contrapeso de
la conciencia de la muerte, que nos separa de otros seres vivos. Los humanos, a
diferencia de los animales, tienen una comprensión del tiempo que les permite
ampliar los límites de su existencia y darle un sentido más allá del presente
inmediato.

Se resalta la idea de que el tiempo es una invención humana y que su manejo es


esencial para la vida humana. La conciencia del tiempo y su manejo son
fundamentales para el desarrollo de los modelos mentales y para la planificacion
de nuestras acciones. A través de la educación, se transmiten no solo
conocimientos, sino también formas de manejar el tiempo de manera efectiva.

El capítulo también examina la relación entre la educación y el aprendizaje mutuo.


Se destaca que todos los seres humanos son capaces de enseñar algo a sus
semejantes en algún momento de sus vidas. Desde los niños que enseñan a otros
niños cómo jugar hasta los ancianos que comparten su experiencia con las
generaciones más jóvenes, la enseñanza mutua es una parte integral de la vida
humana. Además, se aborda cómo la enseñanza mutua se da incluso en contextos
poco convencionales, como el servicio militar, donde las personas aprenden de sus
compañeros en situaciones cotidianas.

A pesar de la existencia de la enseñanza mutua y la transmisión informal de


conocimientos, el capítulo también subraya la necesidad de instituciones
educativas formales. A medida que la sociedad evoluciona y los conocimientos se
vuelven más especializados y abstractos, las instituciones educativas se vuelven
esenciales para transmitir estos saberes de manera estructurada y efectiva. Estas
instituciones coexisten con otras formas de aprendizaje social menos formalizadas,
pero juegan un papel crucial en la educación de individuos en áreas científicas y
técnicas.

Una noción central es la importancia de aprender a aprender. El autor destaca que


la capacidad de aprender es una de las más distintivas y necesarias en la vida
humana. Aprender no es solo adquirir datos y conocimientos, sino también
desarrollar la capacidad de hacer preguntas, buscar información, reflexionar,
cuestionar y criticar. La educación efectiva debe cultivar esta habilidad, logrando
que los individuos crezcan intelectualmente de manera constante a lo largo de sus
vidas.

Se cuestiona la idea de separar la educación de la instrucción. Aunque en ciertos


momentos históricos se ha dado prioridad a una sobre la otra, el autor argumenta
que ambas son esenciales y complementarias. La educación y la instrucción no
deben ser vistas como opuestas, sino como aspectos interconectados del proceso
educativo. La educación proporciona el marco moral, ético y social en el cual la
instrucción técnica y científica adquiere significado y valor.

El autor también abordó el tema del "currículum oculto", que se refiere a los
valores, creencias y normas establecidas que se transmiten a través de la
educación. Se destaca la importancia de que la educación brinde modelos de
excelencia y pautas de reconocimiento que respalden la autoestima de los
individuos. La autoestima es crucial para el desarrollo personal y social, y la
educación desempeña un papel fundamental en la formación de una autoimagen
saludable y en la construcción de una identidad sólida.

El texto subraya que la educación no puede limitarse a la transmisión de


conocimientos y habilidades técnicas, sino que debe abordar el desarrollo integral
de la personalidad. Los expertos en pedagogía consultados resaltan la importancia
de desarrollar habilidades como el pensamiento crítico, la capacidad de resolver
problemas complejos, la cooperación, la creatividad y la capacidad de asociarse.
Estas habilidades son esenciales tanto en el ámbito productivo como en el
ciudadano.

CAPITULO 3
Capítulo 3: El eclipse de la familia

El capítulo 3 del libro se sumerge en el tema del declive de la influencia educativa


de la familia en la vida de los niños. Antes de que los niños ingresen en la escuela,
ya han sido ampliamente moldeados por la educación que reciben de su familia y
su entorno social. La familia juega un papel crucial en lo que se llama "socialización
primaria", donde los niños aprenden habilidades esenciales como hablar, convivir,
compartir, obedecer y otras destrezas básicas para la vida. La escuela, por otro
lado, se encarga de la "socialización secundaria", necesita conocimientos más
especializados.

En comparación con el entorno escolar, la educación familiar es muy diferente. Es


más afectiva, basada en el ejemplo y la identificación con modelos familiares, y se
apoya en la relación emocional entre padres e hijos. El aprendizaje en la familia se
lleva a cabo a través de la seducción y el contagio emocional más que a través de
lecciones estructuradas. La familia ofrece un ambiente donde los niños pueden
refugiarse del mundo exterior, pero no pueden escapar de ella sin experimentar un
doloroso desgarramiento. En la familia, la principal motivación para las actitudes
sociales no es solo el deseo de ser amado, sino también el miedo a dejar de ser
amado por aquellos que son fundamentales en la vida de uno.

El capítulo también explora la noción de los "niños felices", no en el sentido de


niños consentidos, sino de aquellos que encuentran seguridad y amor en su
familia. Los niños felices desarrollan una confianza en los vínculos humanos que
persisten a lo largo de sus vidas y afecta positivamente sus interacciones sociales.

Sin embargo, en la sociedad actual, se está produciendo un eclipse de la autoridad


y del papel adulto en la familia. Existe una valoración excesiva de la juventud y la
inmadurez en la sociedad contemporánea. Se destaca la obsesión por lo joven, la
juventud como ideal y la negación de la madurez. Esto lleva a que la figura del
adulto y la autoridad en la familia pierdan importancia.

La crisis de autoridad en la familia tiene un impacto en la educación de los niños.


Los padres modernos a menudo evitan asumir su papel de autoridad y buscan ser
amigos de sus hijos en lugar de guías. Esta diseñada por parte de los padres crea
un vacío en la socialización primaria de los niños.

El autor sugiere que esta crisis de autoridad se debe en parte a la obsesión


contemporánea con la juventud. La sociedad está cada vez más enfocada en la
juventud, la moda juvenil y la búsqueda de la eterna juventud. La experiencia y la
madurez son menospreciadas, y se busca evitar el proceso natural de envejecer.
Esta actitud se refleja en la falta de interés de los padres por asumir su papel
educativo en la formación de la conciencia moral y social de sus hijos.

En última instancia, el capítulo argumenta que para que la familia cumpla su papel
educativo de manera efectiva, alguien en la familia debe asumir el papel de adulto
y autoridad. La autoridad no se trata solo de mandar, sino de guiar amorosamente
a los niños en su crecimiento y desarrollo. Los padres deben enseñar a sus hijos a
respetar la realidad ya enfrentar sus temores. Si los padres no cumplen con este
papel, las instituciones públicas pueden verse obligadas a intervenir, lo que lleva a
una mayor intervención del Estado en la educación y socialización de los niños.

Bettelheim sugiere que el miedo es un impulsor esencial para el aprendizaje, ya


que las personas tienden a aprender cuando sienten cierta inquietud o amenaza
que les lleva a esforzarse por comprender y superar sus miedos. En este contexto,
se destaca que el miedo al castigo, la pérdida de amor y respeto, así como el
respeto a uno mismo, son factores motivadores para el aprendizaje. Sin embargo,
también se plantea que un exceso de miedo puede obstaculizar el aprendizaje y
que, con el tiempo, el interés propio y la motivación interna pueden reemplazar al
miedo como impulsor del aprendizaje.

Luego, se abordará el papel de la educación en la formación de la personalidad y


cómo la relación entre la familia y la educación escolar está cambiando. Se discute
cómo las sociedades dictatoriales han empleado el miedo como método de
educación, y cómo en las sociedades modernas existe una tendencia a alejarse de
este enfoque autoritario basado en el temor. Sin embargo, se señala que la
eliminación total de la autoridad en la familia puede conducir a la inseguridad en el
lugar de la libertad responsable. Se explora el papel del padre en la educación y
cómo su autoridad está siendo cuestionada y reemplazada por otros modelos de
relación parental.

Luego, se entra en el impacto de la televisión en la educación y la socialización de


los niños. Se destaca cómo la televisión ha alterado la forma en que los niños
reciben información, mostrando sin tapujos aspectos de la vida que
tradicionalmente se ocultaban durante la infancia. La televisión se describe como
una influencia poderosa que opera en ausencia de los padres y puede modelar la
forma en que los niños entienden el mundo y desarrollan sus valores.

Se abordan cuestiones como la ética, la religión, el sexo, las drogas y la violencia en


el contexto educativo. Se argumenta que la enseñanza de la ética no debe ser
simplemente temática, sino que debe estar presente en la organización y las
actitudes de la escuela en general. Se discute cómo la televisión y otros factores
que influyen en la formación moral de los niños y cómo la educación escolar debe
abordar estos temas de manera más limpia y reflexiva. Aborda varios temas
relacionados con la educación, la ética y la sociedad. En primer lugar, se menciona
que el proyecto ético se deriva del deseo humano de vivir mejor y más
plenamente. Se destaca que la ética y la religión tienen objetivos y métodos
diferentes, y que la ética se basa en la razón y la experiencia, mientras que la
religión se basa en la revelación.

Se argumenta que la educación sexual debe ser abordada de manera informativa y


responsable, dada la influencia de la televisión y la permisividad de las costumbres
en la sociedad actual. Se sugiere que los jóvenes deben recibir información clara y
sensata sobre aspectos biológicos e higiénicos, así como sobre las dimensiones
emocionales y éticas del sexo.
Se discute la cuestión de las drogas y se critica la prohibición, señalando que los
esfuerzos educativos deben realizarse en la prevención y el uso responsable en
lugar de demonizarlas. Se menciona que la educación debe enseñar a manejar la
libertad de elección en lugar de aconsejar renunciar a ella.

En relación con la violencia, se sostiene que es un componente natural de la


sociedad humana y que debe ser descubierto y mitigado. Se argumenta que
enseñar a los jóvenes sobre la naturaleza y las consecuencias de la violencia puede
ayudar a prevenir su uso indebido ya fomentar respuestas constructivas.

CAPITULO 4

En este capítulo, Fernando Savater explora el tema de la disciplina en la educación,


considerando la contradicción entre la coacción inherente a la enseñanza y la
importancia de la libertad individual. A través de anécdotas, reflexiones personales
y referencias a pensadores y pedagogos, el autor examina la naturaleza de la
educación y su relación con la coacción y la autonomía.

El capítulo comienza con una anécdota de la niñez del filósofo y escritor George
Steiner, quien recuerda cómo en su escuela primaria los alumnos podrían ponerse
de pie cuando el maestro entraba al aula. Este simple gesto ilustra la coacción
presente en la educación, donde los niños son dirigidos y controlados por los
educadores. Savater plantea que esta coacción es inevitable, ya que los niños no
siempre están dispuestos a aprender lo que es esencial para su crecimiento
intelectual y desarrollo.

La educación se presenta como un proceso que involucra cierta "tiranía" por parte
de los educadores. Aunque pueda parecer paradójico, esta coacción es necesaria
para que los niños adquieran conocimientos y habilidades que, de otro modo,
podrían eludir. La sociedad depende de la educación para transmitir valores,
conocimientos y habilidades de una generación a otra. La coacción es una
herramienta para garantizar que esto está prohibido de manera efectiva.

Savater cuestiona si es posible educar sin coacción y plantea que, aunque la


curiosidad natural de los niños puede ser un motor para el aprendizaje, no siempre
saben qué es lo mejor para ellos. Los educadores tienen la responsabilidad de
guiar a los niños y dirigir su aprendizaje de manera que adquieran una
comprensión amplia y equilibrada del mundo.
El autor aborda la noción de educar "por el bien" de los niños. Aunque esto puede
ser interpretado como una intromisión en su autonomía, Savater argumenta que
los niños aún no tienen la madurez para decidir completamente qué es lo mejor
para ellos en términos educativos. La educación es vista como una especie de
"obra de arte colectiva" en la que cada generación contribuye a dar forma a la
siguiente.

Savater discute la idea de que la libertad no es inherentemente dada, sino que es


un logro que se desarrolla a través de la educación. La educación proporciona a los
individuos las herramientas para comprender el mundo y tomar decisiones
informadas. La coacción en la educación es un medio para alcanzar la verdadera
autonomía, que no es solo la ausencia de restricciones, sino la capacidad de
entender y participar en el mundo de manera significativa.

El autor critica la idealización del "niño creador", argumentando que, si bien la


creatividad es importante, también es esencial enseñar a los niños a aprender y
adquirir conocimientos de manera estructurada. La educación debe equilibrar la
exploración individual con la adquisición de conocimientos fundamentales que
formen una base sólida para el pensamiento crítico y la participación en la
sociedad.

Savater concluye que la coacción y la disciplina son elementos esenciales en la


educación, aunque deben ser utilizados con sensibilidad y propósito. La educación
no es simplemente un proceso de inculcación, sino un medio para desarrollar la
autonomía y la capacidad de pensamiento crítico en los individuos. La coacción, en
este sentido, es una guía para alcanzar la libertad genuina a través del aprendizaje
y la comprensión del mundo que nos rodea.

Espero que este resumen más detallado haya sido útil. Si tienes más preguntas o
deseas explorar algún aspecto en particular, no dudes en preguntar.
Fernando Savater profundiza en la interconexión entre la disciplina y la libertad en
el contexto educativo. El autor examina cómo los educadores creativos utilizan la
estrategia del juego para impartir conocimientos y cómo esto puede resultar
beneficioso en ciertos contextos, si bien advierte que no todo puede ser aprendido
a través del juego. Destaca que la educación trasciende la noción de juego y se
dirige a preparar a los jóvenes para las responsabilidades de la vida adulta.

Savater cuestiona la perspectiva de que la escuela debería ser superior a un lugar


de juego constante. Argumenta que esta visión menosprecia la esencia misma de
la educación. En lugar de promover un enfoque que gire en torno al juego, el autor
defiende una educación que inculque en los estudiantes la importancia del
esfuerzo, el trabajo y la disciplina. Aunque estas actividades pueden parecer
difíciles al principio, Savater sostiene que son esenciales para valorar y disfrutar los
momentos de juego y ocio en la vida adulta.

Savater critica además la cultura del consumo actual y la tendencia a buscar


soluciones superficiales y rápidas para satisfacer deseos y necesidades. Sostiene
que la educación no debe ser concebida como un simple producto para ser
consumido, sino como un proceso que requiere compromiso activo y participación.
Argumenta que la cultura debe ser internalizada y recibir en lugar de ser
consumida pasivamente.

El autor aborda en profundidad el papel de la autoridad en el ámbito educativo y


cómo los maestros deben ejercerla de manera equilibrada. Destaca que la
autoridad no debe ser ni opresiva ni excesivamente permisiva, sino que debe
funcionar como una guía que ayude a los estudiantes a desarrollar su autonomía y
su capacidad para pensar críticamente. Además, Savater plantea la idea de que los
maestros deben fomentar la "insolencia" entre los estudiantes, entendida como la
habilidad de cuestionar y desafiar de manera respetuosa y razonada.

Savater reconoce la influencia que ejercen los factores sociales y familiares en la


educación. Subraya que la falta de apoyo y disciplina en el entorno puede tener un
impacto negativo en la educación de los niños. En este sentido, el autor resalta la
importancia de la familia y la sociedad en la creación de un entorno que favorece el
aprendizaje y el crecimiento.

CAPITULO 5

En el capítulo 5 de "El Valor de Educar", titulado "¿Hacia una humanidad sin


humanidades?", Fernando Savater reflexiona sobre la preocupación actual por el
posible declive de las humanidades en la educación, reemplazadas por enfoques
más técnicos y especializados. Argumenta que cada época tiene sus propios
terrores y amenazas, pero a menudo los miedos actuales no reflejan los verdaderos
peligros que enfrentamos. En este sentido, critica la idea de que las humanidades
deben ser relegadas a favor de habilidades técnicas y científicas más prácticas.

Savater aborda la noción de "humanidades" y cuestiona si estudiar matemáticas o


física es menos humanista que estudiar literatura o filosofía. Argumenta que
separar la cultura científica de la cultura literaria es una tendencia contemporánea y
que figuras históricas como Nicolás de Cusa, Descartes, Voltaire y Goethe no
deberían considerar esta separación como válida. La separación entre las
disciplinas científicas y literarias es una novedad reciente y no una constante a lo
largo de la historia.

Savater señala que las humanidades no deben definirse solo por las materias
estudiadas, sino por las cualidades que fomentan, como la capacidad crítica, la
curiosidad, el razonamiento lógico y la apreciación de las realizaciones humanas.
Argumenta que no hay pruebas sólidas de que el estudio de las humanidades,
como el latín o la filosofía, favorezca más estas cualidades que el estudio de las
ciencias o las disciplinas técnicas.

El autor destaca la importancia de la calidad de la enseñanza y la manera en que


las materias se imparten. Critica la pedantería pedagógica, que se enfoca en
demostrar conocimiento en lugar de fomentar el aprendizaje y la curiosidad.
Savater sugiere que los profesores deben despertar el deseo de aprender en lugar
de imponer conocimientos de manera autoritaria. Subraya la necesidad de
estimular la imaginación y el interés de los estudiantes a través de enfoques
pedagógicos efectivos.

Savater enfatiza que los profesores deben ser capaces de ponerse en el lugar de
los estudiantes y adaptar su enseñanza para despertar la curiosidad y el
entusiasmo. Argumenta que el objetivo de la educación no es solo transmitir
hechos y teorías, sino también fomentar la pasión intelectual y el placer por el
aprendizaje. Además, destaca la importancia de la memoria en el proceso de
comprensión y apoyo al aprendizaje.

Fernando Savater defiende la importancia de las humanidades en la educación y


critica la pedantería pedagógica que obstaculiza el aprendizaje efectivo. Sostiene
que la calidad de la enseñanza y la forma en que se transmiten los conocimientos
son esenciales para estimular la curiosidad, la pasión intelectual y el desarrollo de
las habilidades críticas en los estudiantes.
En el texto se aborda la importancia de la educación humanista en contraposición a
las críticas y preocupaciones sobre su decadencia. Se mencionan varios puntos
relevantes:

1. Desafíos a las humanidades : Se critica a quienes considerando que las


humanidades están anticuadas y no relevantes en el mundo moderno, sugiriendo
que son movidos por intereses personales más que culturales.
2. Temor hacia la tecnología : Se refuta la idea de que la tecnología, como
computadora, videos e internet, deshumaniza a las personas. Se afirma que estas
herramientas son neutras y no obstante tienen un impacto negativo en la
humanidad, y que las preocupaciones apocalípticas suelen ser infundadas.
3. Orígenes de las humanidades : Se abordó el origen del término "humanidades"
en el Renacimiento, que se refiere a estudios basados en textos humanos, no
obstante divinos, escritos en lenguas clásicas como griego y latín.
4. Racionalismo y educación : Se argumenta que la razón y el pensamiento crítico
son esenciales en la educación humanista. La búsqueda de la verdad y la habilidad
para discutir, refutar y justificar opiniones son fundamentales.
5. Importancia de la lectura y la escritura : Se destaca la necesidad de fomentar la
lectura y la escritura en la educación, a pesar de los desafíos y riesgos de
convertirlas en tareas obligatorias y tediosas. Se enfatiza que el placer y el gusto
por la lectura deben ser cultivados.
6. Narrativa histórica : Se argumenta que la historia es fundamental en la educación
humanista, ya que los humanos son seres históricos y las materias deben ser
presentadas de manera narrativa y contextualizada.
7. Sensibilidad literaria : Se subraya la importancia de la sensibilidad literaria y el
poder de la palabra escrita en el crecimiento intelectual de las personas.
8. Crítica al enfoque escolar tradicional : Se critica el enfoque burocrático y
memorístico que a veces prevalece en la educación, en lugar de fomentar el
pensamiento crítico y la creatividad.

En resumen, el autor defiende la educación humanista como una forma de cultivar


el pensamiento crítico, el respeto por la razón, la búsqueda de la verdad y el placer
por la lectura y la escritura. Además, se abordan críticas y desafíos que enfrenta la
educación humanista en la sociedad actual.

¿Humanidades, en fin? Sólo hay una en el fondo y la descripción de esa asignatura total
haremos mejor pidiéndosela al poeta que al pedagogo: Vive la vida. Vívela en la calle y en
el silencio de tu biblioteca. Vívela con los demás, que son las únicas pistas que tienes para
conocerte. Vive la vida en esos barrios pobres hechos para la droga o el desahucio y en los
grises palacios de los ricos. Vive la vida con sus alegrías incomprensibles, con sus
decepciones (casi siempre excesivas), con su vértigo. Vívela en madrugadas infelices o en
mañanas gloriosas, a caballo por ciudades en ruinas o por selvas contaminadas o por
paraísos, sin mirar hacia atrás. Vive la vida. (Luis ALBERTO DE CUENCA, «Por fuertes y
fronteras»)

CAPITULO 6
En el Capítulo 6 del libro "El valor de educar", el autor profundiza en la idea de que
la educación es un fenómeno complejo que va más allá de la simple transmisión de
conocimientos y habilidades. Se centra en cómo la educación se relaciona con la
sociedad, cómo ha evolucionado a lo largo de la historia y tiene el poder de influir
en la formación de individuos y en la transformación de la sociedad en su conjunto.

El autor destaca que la educación no puede entenderse de manera aislada, sino


que está intrínsecamente ligada a la sociedad en la que ocurre. A lo largo de la
historia, diferentes sociedades y culturas han tenido sus propias formas de
educación, transmitiendo no solo información objetiva, sino también valores,
ideales y formas de vida. La educación no es simplemente un proceso de transferir
datos, sino que se relaciona con la formación de identidades y ciudadanía.

Se enfatiza que la educación no es un concepto estático, sino que ha evolucionado


a lo largo del tiempo. Desde las antiguas sociedades cazadoras-recolectoras hasta
las sociedades contemporáneas altamente tecnológicas, la educación ha sido una
herramienta para transmitir el legado cultural, la moral y los valores de una
comunidad. Cada sociedad define su propio concepto de educación en función de
sus necesidades y creencias.

El autor aborda la dimensión subjetiva de la educación y cómo está influenciada


por factores históricos, culturales y sociales. La educación no solo se trata de
transmitir información, sino de moldear mentes y formar individuos que se ajustan
a las normas y valores de la sociedad en la que viven. A través de la educación, se
busca no solo transmitir conocimientos, sino también inculcar un sentido de
identidad y un proyecto de vida.

La relación entre la educación y la conservación de la sociedad se explora en


detalle. Si bien la educación tiene un componente conservador, ya que busca
formar individuos que se adapten al entorno social existente, también se
argumenta que no debe ser simplemente una herramienta de conformidad. La
educación debe fomentar la capacidad crítica y el cuestionamiento de las normas
establecidas, permitiendo a los individuos desafiar y transformar las estructuras
sociales.

Se argumenta que la educación no puede ser neutral, ya que implica tomar una
postura en la formación de individuos. Los educadores deben asumir la
responsabilidad de guiar a los estudiantes hacia un pensamiento crítico y una
comprensión profunda del mundo en el que viven. La educación debe promover la
búsqueda de la verdad y el compromiso con la mejora de la sociedad.
En última instancia, el capítulo aboga por una educación que sea universal en su
alcance y accesible para todos, independientemente de su origen socioeconómico,
género u otras diferencias. La educación universal busca eliminar las barreras que
históricamente han limitado el acceso a oportunidades educativas, y se enfoca en
empoderar a los individuos para que participen activamente en la construcción de
una sociedad más equitativa y justa.

En resumen, el Capítulo 6 del libro "El valor de educar" explora la relación entre la
educación, la sociedad y los valores. Destaca cómo la educación no es simplemente
la transmisión de conocimientos, sino un proceso complejo que involucra la
formación de individuos y la configuración de la sociedad en su conjunto. El
capítulo aboga por una educación que promueve la universalidad, el pensamiento
crítico y la responsabilidad social.
En las sociedades democráticas y socialmente desarrolladas, la educación básica ha
adquirido un papel fundamental como herramienta para el desarrollo individual y
colectivo. En estas sociedades, se garantiza el acceso a la educación para todos, y
se reconoce el derecho de las mujeres a recibir una educación en igualdad de
condiciones que los hombres. Sin embargo, a medida que las bases de la exclusión
se han modificado con el tiempo, el discurso que justifica la marginación y la
discriminación también ha evolucionado, adoptando formas más "científicas" y
aparentemente justificadas.

En este contexto, surgen nociones que pretenden basar la exclusión en la genética


y la herencia biológica de cada individuo. Se argumenta que algunos grupos
étnicos o individuos están genéticamente predispuestos al fracaso escolar, y que
invertir recursos en su educación sería inútil. Esta perspectiva se presenta bajo un
velo de aparente "ciencia" y estadísticas, como se ejemplifica con el libro "The Bell
Curve" de Murray y Herrstein en Estados Unidos. Este enfoque, que sugiere que
existe una brecha insalvable entre la "élite cognitiva" y los estratos menos
favorecidos, se convierte en un argumento para cuestionar las políticas de inclusión
y discriminación positiva.

Sin embargo, el autor de este texto critica enérgicamente esta visión, calificándola
de inhumana y repulsiva. Sostiene que no existe una forma confiable de medir la
inteligencia humana, ya que esta es una combinación compleja de diversas
capacidades interrelacionadas. El autor también argumenta que la educación tiene
un poder transformador que puede superar desigualdades y desventajas. Incluso
en casos de discapacidad psíquica, se pueden desarrollar métodos pedagógicos
especiales para maximizar el potencial de cada individuo y evitar la exclusión.
El texto subraya que, en última instancia, el entorno social y las circunstancias de
nacimiento tienen un impacto mucho mayor en el desarrollo de una persona que
cualquier predisposición genética. La educación, por lo tanto, no debe basarse en
la exclusión y la discriminación, sino en la idea de que todos los individuos
merecen oportunidades iguales para desarrollar su potencial. La educación
universalista busca potenciar las características que nos hacen humanos y fomentar
la convivencia pacífica y respetuosa entre personas de diferentes orígenes y
culturas.

El autor destaca que la educación debe ser un proceso que forme ciudadanos
demócratas conscientes de sus derechos y responsabilidades. Aunque se aboga
por la neutralidad crítica en la educación, también se reconoce que no puede
haber neutralidad en lo que respeta a ciertos valores fundamentales, como la
oposición a la tortura, el racismo y la corrupción. La educación debe promover una
mentalidad abierta, capaz de comprender la complejidad del mundo y de
cuestionar las ideas preconcebidas.

En resumen, el texto defiende la importancia de una educación universalista que


valore y promueva la diversidad humana y cultural, al tiempo que fomente los
valores democráticos y humanos. Critica las perspectivas que justifican la exclusión
basada en la genética y abogada por una educación que empoderan a los
individuos para ser ciudadanos responsables, críticos y comprometidos con la
construcción de una sociedad más justa y equitativa.

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