El café es el producto emblemático de Colombia. No hay lugar en la tierra en donde no se
reconozca al café colombiano como el mejor del mundo. Sin riesgo de error podemos afirmar que en todos los países la palabra café, aroma y sabor se nombran siempre al lado de la palabra Colombia. Paradójicamente los colombianos apenas nos estamos sensibilizando a la idea de que podemos tomar, todos los días, en nuestra casa, el mejor café del mundo. Desafortunadamente hasta hace algunos años debido a regulaciones que ya desaparecieron, el mejor café de nuestra tierra era exportado y a los colombianos nos quedaban las sobras, nos fuimos acostumbrando a que no nos merecemos lo mejor y a suponer que todo lo que viene del exterior es superior a los nuestro. Gracias a que la legislación cambió, y a que el cultivo y tueste de café se ha democratizado, hoy en día cada vez son más los colombianos que acogemos al café como una bebida tan sofisticada como nuestra, al punto de que existe en la actualidad el campeonato nacional de barismo, es decir, un campeonato de preparación de café, que además tiene su mundial, como el del futbol: el campeonato mundial de barismo, en donde, hasta el momento nunca ha ganado un colombiano. Ser campeones mundiales en la preparación de café es un sueño al que debemos llegar más temprano que tarde, consagrarnos como los campeones del mundo en preparación de café nos debería llevar a que, en cada restaurante, en cada bar, en cada mesa de Colombia y del planeta, en donde se sirva un café, lo prepare un barista colombiano. El café tostado en origen, cuando ese origen es Colombia, debería ser un emblema de marca como lo es la champaña para Francia, o los tabacos para Cuba. Resulta catastrófico que restaurantes, hoteles y bares en nuestro país sigan ofreciendo en sus menús cafés de marcas extranjeras que nos compran el grano, lo llevan a sus países, lo tuestan, lo envasan en latas o en cápsulas y nos lo devuelven como producto extranjero. Es doloroso presenciar que en nuestras casas se haga alarde de tomar café importado de precios muy elevados, en capsulas de colores con máquinas automatizadas, cuando conocer de nuestro café es tan refinado como nos pueda parecer un francés conocedor de champaña o un chileno conversando con sus amigos acerca del vino.
REFLEXIÓN NECESARIA PARA ANTES DE ESCRIBIR TU HISTORIA:
Es muy probable que preparar café no llegué nunca a ser un deporte, pero lo cierto es que, si muchos aprendemos el arte de preparar y beber buen café, lo más seguro es que podamos tener campeón mundial de barismo, antes quizás que campeón mundial de fútbol.