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UNIVERSIDAD ANDINA DEL CUSCO SEDE SICUANI

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIA POLÍTICA

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

ARTÍCULO 202 CP: USURPACIÓN

ASIGNATURA: Derecho Penal II

DOCENTE: Checya Huanca Nancy Diana

ALUMNOS: Carlo Licona, Ruth Darinka

Ramos Villegas, Kimberly

Retamozo Tapara, Daniel Ademir

CICLO: IV

AÑO ACADÉMICO: 2022 - 2

Sicuani - Cusco – Perú

2022
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Resumen

El delito de usurpación (modelo base) está tipificado en nuestro actual código penal en el

artículo 202, el mismo que está considerado dentro de los delitos contra el patrimonio, tal como

se desarrolla dicha información en el apartado sobre el bien jurídico tutelado, ya que sabemos

que el interés fundamental que el Estado pretende proteger con la tipificación de los

comportamientos delictivos de usurpación lo constituye el patrimonio de las personas.

El primer inciso del artículo 202 del código penal el que, para apropiarse de todo o parte

de un inmueble, destruye o altera los linderos del mismo, indica las primeras acciones por las

cuales se realizará el delito bajo comentario. El segundo inciso del artículo 202 del código penal

eI que, por violencia o amenaza, engaña o abusa de confianza, despoja a otro, total o

parcialmente, de la posesión o tenencia de un inmueble o del ejercicio de un derecho real, esta

segunda modalidad típica puede ser disgregada, a su vez, en los siguientes supuestos.

Respecto al delito de usurpación el tipo subjetivo es el ánimo de dolo, apropiarse de un

bien inmueble ajeno; dañando el bien jurídico tutelado que es el uso y disfrute de la posesión,

requiriendo que se encuentran tipificadas distintas conductas, sin embargo, para su cumplimiento

basta la realización de una de ellas, de tal forma que puede ser usurpar la posesión de una

persona mediante la violencia, la amenaza, el engaño, el abuso de confianza, turbe la posesión,

entre otros.

La jurisprudencia que se considera en el siguiente trabajo es una casación establecida

como doctrina para la Sala Penal de Apelaciones de la Corte Superior de Justicia de Tumbes y

las demás Cortes Superiores de los Distritos Judiciales. Vale decir que a pesar de parecer obvias

las consideraciones prescritas por el código penal, más específicamente las del inciso 2 del
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artículo a analizar (202 C.P.), se demuestra que las instancias de justicia pueden incurrir también

en error.
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Introducción

Del lat. Usurpatio-onis, es la acción y efecto de usurpar, es decir, apoderarse de

una propiedad o de un derecho que legítimamente pertenece a otro, es una apropiación indebida

de lo ajeno, es un delito que se comete apoderándose con violencia o intimidación de inmueble o

derecho real ajeno.

La Usurpación es un delito que afecta un derecho real de una persona, y es precisamente

el art. 202 del Código Penal el que prescribe su pena: "Será reprimido con pena privativa

de libertad no menor de uno ni mayor de tres años:

1.- El que, para apropiarse de todo o parte de un inmueble, destruye o altera los linderos

del mismo.

2.- El que, por violencia, amenaza, engaño o abuso de confianza, despoja a otro, total o

parcialmente, de la posesión o tenencia de un inmueble o del ejercicio de un derecho real.

3.- El que, con violencia o amenaza, turba la posesión de un inmueble.

4.- El que, ilegítimamente, ingresa a un inmueble, mediante actos ocultos, en ausencia del

poseedor o con precauciones para asegurarse el desconocimiento de quienes tengan derecho a

oponerse”.

Vale mencionar que el presente trabajo sobre la usurpación está dirigido a todo público

interesado en el tema, ya sea para brindarles conocimientos o para reafirmas o dilucidar los ya

existentes del lector. Está orientado a brindar la máxima información posible sobre el delito

tipificado en el artículo 202 del Código Penal: la usurpación.


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Índice

Resumen..........................................................................................................................................2

Introducción.....................................................................................................................................3

Índice...............................................................................................................................................4

Marco teórico...................................................................................................................................7

Definición............................................................................................................................7

Legislación.......................................................................................................................................8

Bien jurídico protegido........................................................................................................8

Presupuestos típicos del artículo 202° del Código Penal.....................................................9

El que, para apropiarse de todo o parte de un inmueble, destruye o altera

los linderos del mismo.............................................................................................9

EI que, por violencia o amenaza, engaña o abusa de confianza, despoja a

otro, total o parcialmente, de la posesión o tenencia de un inmueble o del ejercicio

de un derecho real..................................................................................................10

El despojo de la posesión...........................................................................11

La violencia y la amenaza como medios para la comisión del delito de

usurpación..................................................................................................14

El engaño y el abuso de confianza como medios para la comisión del

delito de usurpación...................................................................................17

Sobre la tenencia del bien inmueble..........................................................20

Ejercicio de un derecho real......................................................................21

El que, con violencia o amenaza, turba la posesión de un inmueble.........21

1. El que con “violencia” turba la posesión de un inmueble.......22


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2. El que con “amenaza”, turba la posesión de un inmueble.............22

El que, ilegítimamente, ingresa a un inmueble, mediante actos ocultos, en

ausencia del poseedor o con precauciones para asegurarse el desconocimiento de

quienes tengan derecho a oponerse........................................................................22

Tipicidad subjetiva en el delito de usurpación..................................................................23

Inciso 1.......................................................................................................23

Inciso 2.......................................................................................................23

Inciso 3.......................................................................................................23

Inciso 4.......................................................................................................23

La consumación.................................................................................................................24

Inciso 1.......................................................................................................24

Inciso 2.......................................................................................................24

Inciso 3.......................................................................................................24

Inciso 4.......................................................................................................24

Jurisprudencia................................................................................................................................24

CASACIÓN N° 259-2013 TUMBES................................................................................24

Vistos.........................................................................................................24

Fundamentos de hecho:.............................................................................24

I.- Itinerario de la causa en primera instancia............................................24

II. Del trámite de segunda instancia..........................................................25

III. Del trámite del recurso de casación planteado por el representante del

ministerio público......................................................................................26

Fundamentos de derecho:..........................................................................27
7

Primero: Análisis jurídico fáctico del caso sub materia............................27

Decisión.....................................................................................................34

Conclusiones..................................................................................................................................36

Bibliografía....................................................................................................................................37
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Marco teórico

Definición

La palabra usurpación proviene del latín: usurpatio-onis, que es la acción y efecto de

usurpar; en otras palabras, es la acción o afecto de apoderarse de una propiedad o de un derecho

que legítimamente le pertenece a otra persona. En términos jurídicos es la apropiación indebida

de lo ajeno. Se trata de un delito que se comete apoderándose ilegítimamente (la mayoría de los

casos) con violencia o amenaza de un bien inmueble.

Según Sebastián Soler, “es manifiesto que aun cuando la usurpación presente cierta

semejanza con el hurto, el diverso modo de comisión impone una figura distinta de estos hechos,

porque la forma de apoderarse de un inmueble no puede ser la substracción. Los inmuebles,

dicece la antigua fórmula, non contrectantur sed invaduntur, el apoderamiento de ellos no se

realiza, porque es imposible, tomándolos, sino desalojando al que los tiene en su poder”.

Es técnicamente inapropiado y materialmente imposible hablar de “sustracción de un

bien inmueble” como aparece en algunas legislaciones del extranjero. El Derecho Penal peruano

ha recreado, a partir del Código Penal de 1991, la figura de la usurpación inmobiliaria cuando el

sujeto activo haciendo uso -de manera dolosa- de la violencia, amenaza, engaño o abuso de

confianza despoja, destruye linderos o turba la posesión pacífica que tiene su víctima -poseedor-

sobre un bien inmueble.

La usurpación o el acto de usurpar algo que no le pertenece en el Derecho Penal peruano

tiene una doble connotación: a) la usurpación de terrenos o de inmueble y b) la usurpación de

funciones. En esta última acepción se trata de un ilícito que está ubicado sistemáticamente en el

Código Penal peruano como un delito contra la Administración Pública, específicamente

cometido por particulares en contra de la Administración Pública, cuando el particular ingresa a


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la función pública sin tener los requisitos legales para hacerlo. Mientras que el delito de

usurpación de inmueble está ubicado sistemáticamente en el rubro de delitos contra el

patrimonio, específicamente lo que se protege es la “posesión pacífica” que deben ejercer las

personas cuando adquieren (en forma onerosa o gratuita) un bien inmueble; es decir, que ninguna

persona puede ingresar, de manera violenta, a los predios considerados ajenos para ejercer una

posesión que no le corresponde.

Legislación

Bien jurídico protegido

En el Código Penal peruano vigente de 1991 se protege el “patrimonio” de las personas, y

dicha protección penal lo realiza en todos los sentidos posibles, se puede considerar. En términos

generales, se considera patrimonio al conjunto de los bienes y derechos pertenecientes a una

persona, física o jurídica. En el ámbito legal, el patrimonio significa algo así como el conjunto de

relaciones jurídicas pertenecientes a una persona, que tienen una utilidad económica y, por ello,

son susceptibles de estimación pecuniaria, y cuyas relaciones jurídicas están constituidas por

deberes y derechos (activos y pasivos). (Romero, 2019)

La propiedad puede definirse como el poder jurídico pleno o completo de un individuo

sobre una cosa. En otras palabras, la propiedad es el poder directo e inmediato sobre un objeto o

bien, por la que se atribuye a su titular la capacidad de disponer del mismo, sin más limitaciones

que las que imponga la ley. Es el derecho real que implica el ejercicio de las facultades jurídicas

más amplias que el ordenamiento jurídico concede sobre un bien. (Romero, 2019)

El delito de usurpación de bienes inmuebles es un delito donde se protege al titular de un

derecho real vigente, según las reglas del Código Civil peruano, y precisamente las formas como

uno adquiere un derecho real (por ejemplo, un bien inmueble o predios) es por medio de la
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“propiedad”, es decir, por ejemplo, mediante una compraventa; y en segundo lugar, uno puede

ejercer la titularidad de un derecho real mediante la posesión del terreno. (Romero, 2019)

Presupuestos típicos del artículo 202° del Código Penal

El que, para apropiarse de todo o parte de un inmueble, destruye o altera los linderos del

mismo

El inciso primero del artículo 202° del Código Penal indica las primeras acciones por las

cuales se realizará el delito bajo comentario, en este caso será “destruir” o “alterar” los linderos

del bien inmueble. Roy Freyre nos dice: “Los términos o lindes son las señales naturales o

artificiales, pero siempre de carácter material, que tienen como finalidad servir de demarcación

permanente a los linderos de un predio. Pueden ser: cercos de piedras o de adobes, alambradas,

mojones, estacas, arboles, etc. No interesa si estos objetos materiales están ubicados en forma

continua o discontinua, siempre que cumplan su objetivo demarcatorio”. ()

Por lindero debe entenderse que es toda señal natural o artificial que sirve para establecer

los límites de un bien inmueble. Sin embargo, consideramos que los linderos siempre tienen que

ser de carácter natural, cuya finalidad es de servir de demarcación territorial permanente a los

límites de un terreno. Pueden ser por ejemplo cercos de piedra o de palos, de adobes, de

alambrados, de mojones, de estacas, de árboles, etc. No interesa si estos objetos materiales del

delito están ubicados en forma continua o discontinua, siempre que cumpla su objetivo

demarcatorio territorial. Como la acción del agente de destruir o alterar está dirigida al lindero

del bien inmueble, hay quienes sostienen que el objeto material de aquellos delitos es el lindero,

sin embargo, la destrucción o alteración del lindero solo es un medio para atacar el verdadero

objeto material del delito cual es el inmueble invadido. Los linderos no es el bien jurídico

protegido de este delito, sino más bien el medio comisivo del mismo. (Sánchez)
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Los verbos rectores del tipo penal son destruir que significa deshacer, inutilizar algo, en

este caso serán los linderos de un bien mueble, con la intención de acrecentar el bien propio,

perjudicando así al dueño del inmueble colindante. Por “destrucción” ha de entenderse como la

desaparición física total de los linderos, según las medidas perimétricas fijadas en su plano

descriptivo; si estos son considerados como bienes muebles, su destrucción puede dar lugar al

tipo penal de daños, cuando la conducta no viene seguida con un ánimo apropia torio y, esta

intención ha de exteriorizarse cuando el agente luego de destruir los límites materiales del

inmueble procede a su ocupación624. Otro verbo rector es el alterar los linderos que implica la

conducta de cambiar de posición, es decir, mover el lindero de su posición original hacia la parte

interna del inmueble colindante.

Para Peña Cabrera Freyre, “en lo que respecta a la alteración de linderos, ello implica que

el autor debe modificar de forma intencional su posición y/o ubicación originaria, para de esta

forma poder ocupar un espacio territorial que legamente no corresponde. La alteración consiste

en el cambio de lugar o corriendo de ellos”625. La conducta consiste en la alteración de los

lindes, lo cual presupone que el autor sabe cuáles son los límites jurídicamente reconocidos. Ello

evoca de nuevo la escasa fiabilidad que a veces tienen los datos regístrales, muchas veces

trazados sobre vagas indicaciones.

EI que, por violencia o amenaza, engaña o abusa de confianza, despoja a otro, total o

parcialmente, de la posesión o tenencia de un inmueble o del ejercicio de un derecho real

Esta segunda modalidad típica puede ser disgregada, a su vez, en los siguientes supuestos

que a continuación comentaremos:


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El despojo de la posesión

Por despojo se entiende todo arrebato o desposesión a su titular de la posesión, tenencia o

ejercicio de un derecho real. Los medios para despojar son violencia, amenaza, engaño o abuso

de confianza. El despojo total o parcial de la posesión o tenencia de un derecho real. Como la

servidumbre debe producirse bajo los supuestos de violencia, amenaza, engaño o abuso de

confianza. Consecuentemente al no haberse probado el núcleo central de la configuración del

delito de usurpación, el despojo de los supuestos antes mencionados; de ninguna manera cabe

imponerse una sentencia condenatoria, máxime cuando nuestro ordenamiento civil, faculta al

perjudicado a recurrir a la vía interdictal para recuperar la posesión que venía ostentando. Para

que la usurpación se configure delito, se requiere la concurrencia de un presupuesto común, esto

es, el uso de la parte del agente de la violencia o amenaza, destinados estos al despojo del bien.

Fontán Balestra, nos dice: “La acción consiste en despojar del in mueble a su tenedor o

poseedor. El concepto de despojo da la idea del hecho en relación con la persona a la que se

desplaza. El des pojo se caracteriza por una doble consecuencia: de una parte, el poseedor, el

tenedor o sus representantes debe resultar desplazados o excluidos de su ocupación; de otra, el

usurpador ha de estar en condiciones de permanecer en la ocupación”. El despojo -continúa

Fontán Balestra puede ser calificado de parcial desde dos puntos de vista: por uno de ellos se

atiende a la extensión de acto de des pojo; por el otro se toma en cuenta la parte limitada del bien

que se posee u ocupa. El primer supuesto se da cuando alguien que habita la totalidad de un

inmueble es privado del ejercicio de su derecho sobre parte de él; lo segundo, cuando la

ocupación del inmueble es parcial, por ejemplo, una habitación de la que el ocupante es

expulsado o respecto de la cual se le impide volver a ejercer la totalidad de la tenencia de que

gozaba.
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Para Roy Freyre, “el presupuesto del despojo es la existencia de una posesión, tenencia, o

ejercicio de alguno de los derechos reales ex presamente mencionados en la ley, recaído sobre un

bien inmueble por naturaleza. Nuestra ley, a diferencia de lo que ahora ocurre en el

correspondiente texto argentino reformado, no indica en qué consiste la acción ejecutiva del

despojo, debiendo interpretarse que la misma puede lograrse invadiendo el inmueble,

manteniéndose en él o expulsando a sus ocupantes. A falta de limitación expresa, deberá

entenderse que el despojo puede ser total o parcial”.

La acción de despojar es quitar, arrebatar, desposeer o simplemente usurpar el inmueble o

el ejercicio de un derecho real del sujeto pasivo. De este modo, se entiende al despojo desde dos

perspectivas:

a) Un sector entiende que el despojo pone el acento en la idea de desposesión física,

es decir, se entiende por despojo a todo arrebato, total o parcial, que realiza una

persona a otra persona para ejercer legítimamente la posesión, tenencia o ejercicio

de un derecho real del inmueble.

b) Para otro sector vincula el concepto de despojo al disfrute o goce de un derecho

real de un inmueble, que luego el despojo significa la supresión o privación del

goce al titular de un bien inmueble.

Ambos conceptos tienen el objetivo que la posesión es ilícita desde que es

producto de una conducta típica (despojo). De ello, podemos deducir que la

realización del despojo genera una situación o circunstancia de afectación del

derecho de posesión -como producto del derecho de propiedad- del ejercicio de un

derecho real sobre un bien inmueble que se mantiene en el tiempo.


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El despojo puede concretizarse cuando el agente invade el bien in mueble, se

mantenga en el inmueble en contra de la voluntad del legítimo poseedor o

tenedor, o ya sea, expulsando del bien inmueble a la víctima. El despojo puede ser

sobre la “totalidad” del bien inmueble perteneciente al sujeto pasivo, sin embargo,

el tipo penal también en tiende que el despojo puede ser en “una parte” del

inmueble. En ese sentido, se entiende que habrá delito de usurpación si se despoja

a la víctima unos cuantos centímetros de un bien inmueble. El despojo es un

delito instantáneo. A diferencia de otras figuras de usurpación que pueden asumir

formas eventualmente permanentes, estas tienen paralelismo con el hurto también

en este punto, ya que el estado de desposesión que crea no puede ser imputado

como consumación, sino como un efecto de esta.

La violencia puede recaer tanto sobre las personas o constituir una fuerza sobre

las cosas. A esto se debe, que el bien tutelado sea el goce pacífico de la posesión

de un inmueble. Las simples molestias al poseedor, o la privación de comodidades

serán insuficientes para materializar el delito. Los actos más claros de turbación

de la posesión son los que coactan derechos del poseedor, tales como pueden ser

el hecho de cortar cables de energía eléctrica u obturar caños de agua corriente,

para que el sujeto pasivo no reciba los fluidos; una obra nueva hecha en otro

predio que impida o dificulte el paso del sujeto pasivo a su inmueble. La ley

apunta solamente a la posesión, obviando inexplicablemente la tenencia. Sin

embargo, ambos en igual grado son factibles de turbación.

Los supuestos delictivos en el inciso segundo del artículo 202°, se consuman o

perfeccionan al momento que se logra el real despojo total o parcial de la


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posesión, tenencia o el ejercicio de un derecho real de un inmueble al sujeto

pasivo. El despojo tiene que ser en forma directa al real y actual posesionario del

inmueble. Si no hay posesión o simple tenencia sobre el inmueble, no habrá

despojo con connotación del delito de usurpación.

La violencia y la amenaza como medios para la comisión del delito de usurpación

La violencia se debe entender como la fuerza física que se ejerce sobre la persona

suficiente para vencer su resistencia. Con respecto a la violencia, podemos decir, al igual que

Salinas Siccha, que está representada por la fuerza material que actúa sobre el cuerpo de la

víctima para arrebatarle o despojarle de un inmueble634. Un sector de la doctrina manifiesta que

la violencia también debe ejercerse contra los bienes. Fontán Balestra nos dice: “La violencia

ejercida sobre las cosas, debe recaer sobre las resistencias destinadas a impedir la ocupación de

inmueble. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre en el robo, habida cuenta de que el delito

puede consistir en despojar de la posesión o tenencia impidiendo que se continúe en la ocupación

del lugar, se ha extendido el concepto de los actos que obligarán a la víctima a emplear violencia

para poder continuar ejerciendo su derecho, tales como la colocación de candados, el cambio de

cerradura o combinación y otros semejantes que constituyen una oposición de fuerza”.

La violencia tiene un carácter determinante, ya que su ausencia no se corresponde, en

cuanto a sus efectos, con una relación como la que media entre robo y hurto, sino que puede, en

muchos casos, de terminar la atipicidad: por ejemplo, realizar acampada en un terreno particular,

o pasar por un terreno ajeno, son conductas que, sin ser plenamente lícitas, no tienen carácter

delictivo, sino que a lo sumo posibilitan el ejercicio de acciones civiles orientadas a restablecer la

integridad o el pacífico disfrute de los derechos patrimoniales, que en el delito de usurpación se

turba con el empleo de violencia.


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Por su parte, la amenaza es el anuncio del propósito de causar un mal a otro. Por

amenaza, debe entenderse el anuncio de un mal o perjuicio inminente para la víctima, cuya

finalidad es intimidarlo. En la “amenaza” existiría un estado de intimidación sobre los miembros

de las comunidades campesinas en la medida en que pende sobre ellos el anuncio tácito de un

mal que puede materializarse en su vida o su integridad física si pretenden recuperar la posesión

de las áreas que les pertenece.

En la circunstancia típica básica del artículo 202° del Código Penal por violencia o

amenaza cometida por el autor, merece dos tipos de precisiones:

a) En primer lugar, debemos entender que la violencia o amenaza tiene que

realizarse como “medio” para cometer el despojo o la turbación de la posesión del

inmueble. A nuestro juicio, ese ha sido el mensaje del legislador penal de 1991 al

incorporar como circunstancia básica la violencia o amenaza como medios

típicos. Debemos de advertir que la violencia o amenaza no puede cometerse una

vez que el autor esté ya en posesión del inmueble -en este caso no interesa cómo

es que el autor ha ingresado en posesión-, ya que la violencia, por ejemplo, que

realizaría el autor no es para repeler el ataque realizado por quien también se

siente “dueño” del inmueble; es decir, los actos posteriores o ex post de violencia

o amenaza no han sido previstos en la tipificación del artículo 202°. En otras

palabras, la violencia o la amenaza es para el “ingreso” -ilegítimo- a la posesión

del inmueble, mas no para “repeler” o realizar actos de defensa - a través de la

violencia o amenaza- de los actos de ingreso propinado por otro dueño, porque

eso ya sería campo del Derecho Civil, del derecho de reales. Por ello, debe quedar

plenamente acreditado en el proceso penal que la persona -que será víctima o


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perjudicada en el delito de usurpación- no haya estado en posesión previa del

inmueble, y que más bien ha sido despojada o turbada de su posesión.

Resumiendo, el elemento violencia constitutivo del tipo debe ser usado como un

medio para lograr el despojo (acto inmediato) y no como acto posterior al

despojo, puesto que el delito de usurpación es un delito instantáneo. Es así como

debemos aclarar que no existe un despojo en donde no concurre ninguno de los de

los me dios mencionados, por lo tanto, el delito de usurpación no se configura.

b) En segundo lugar, está claro que el concepto de “amenaza” solo pue de realizarse

entre personas, ya que sería muy descabellado pensar que se pueda amenazar a un

inmueble; sin embargo, debemos de precisar que el término “violencia” se puede

realizar en personas o necesariamente en bienes inmuebles. Si seguimos la lógica

del legislador patrio en el inciso 2 del artículo 202° del Código en cuanto a los

medios para conseguir el despojo, total o parcial, de la posesión o tenencia de un

inmueble o del ejercicio de un derecho real, debemos entender que la violencia

que realiza el sujeto activo solo se puede realizar sobre las personas, ya que el

“engaño” o el “abuso de con fianza” solo se puede dar entre personas; es decir,

que el engaño -por ejemplo- solo puede recaer o generar error en otra persona,

difícil mente podría recaer el engaño en un inmueble, si no es en función a una

persona. Lo mismo podría decirse de la confianza que solo admite su existencia

entre personas.

En conclusión, consideramos que la violencia del delito de usurpación debe recaer

sobre la integridad física de la persona, por las siguientes razones:


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• El bien jurídico tutelado por el derecho viene a ser la posesión (y no la

propiedad), figura penal que en su afectación se encuentra protegida a

través del Derecho Civil mediante los interdictos y las acciones

posesorias, por consiguiente, estando al principio del Derecho Penal de

mínima intervención su protección en la vía pe nal únicamente se

produciría en caso de que la violencia recaiga en las personas y en

caso de que esta recaiga sobre las cosas la vía civil se encontraría

expedita;

• Conforme al principio de mínima intervención, el Derecho Penal

resuelve el conflicto en caso de que la afectación del bien jurídico sea

grave, en el caso, la gravedad estaría constituida en el caso que el

despojo en el delito de usurpación se produzca mediando violencia en

la integridad de la persona y no en las cosas;

• Por último, teniendo en cuenta el principio descrito, se debe verifccar

que el derecho no haya establecido otros medios diferentes a la vía

penal de protección menos gravosos para la persona, en el caso del

delito de usurpación mediando violencia contra las cosas, queda claro

que la vía civil resulta la menos gravosa para tutelar el derecho del

agraviado, no así, la vía penal que al culminar el pro ceso de ser el

caso impondrá una sanción que afectará la libertad del ser humano, por

tanto, resulta la más gravosa.

El engaño y el abuso de confianza como medios para la comisión del delito de

usurpación
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El legislador penal peruano no solo ha reprimido el uso de la fuerza física vis absoluta

como medio o modalidad básica para configurar el delito de usurpación inmobiliaria, sino que

también ha reprimido penalmente, por ejemplo, el uso de destrezas o de engaño como medios

intelectuales o de imaginación del sujeto activo para alcanzar igualmente la consumación del

delito en comento.

El engaño es la simulación o disimulación de sucesos y situaciones de hecho, tanto

materiales como psicológicos, con los que se logra que la víctima caiga en error. Sobre el

concepto de engaño para el delito de usurpación, Sebastián Soler nos dice: “El engaño puede ser

ardid, bastando que sea una simple mentira de la cual se vale el sujeto para inducir en error. La

mención de este medio puede dar lugar a confusiones con el delito de estafa, especialmente

porque la ley se refiere no solo a posesión y tenencia, sino a los derechos reales de uso,

usufructo, habitación, servidumbre y anticresis. La diferencia entre uno y otro debe encontrarse

en que el engaño lesiona aquí a la posesión o tenencia, es un medio para lograr el hecho de

apoderarse del in mueble, privando del goce del derecho; pero no del derecho mismo. Esta

diferencia, única que vemos posible, muestra que la inclusión del engaño en la figura de la

usurpación es algo equívoca, ya que por medio de la incriminación de la estafa reciben sanción, y

más severa, todo ardid que determine un perjuicio patrimonial. Para que no exista estafa será

necesario que el engaño sea determinante de la entrega material del inmueble; pero que en nada

perjudique el derecho del sujeto, solo materialmente despojado”.

El engaño tiene zonas fronterizas por el abuso de confianza ya que ambos tienen en

común que son medios de destrezas intelectuales provocados por el autor; sin embargo, debemos

precisar que la diferencia entre ambos estriba en lo siguiente: que en el abuso de confianza la

condición es que, previamente, tiene que haber una relación necesariamente de permanencia -ya
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sea familiar, amical, profesional, laboral- entre el imputado y el agraviado para que precisamente

se produzca el grado o los lazos de confianza mutua que requiere el tipo penal.

Mientras que en el engaño no tiene que existir necesariamente una relación previa entre

las partes involucradas, sino que el engaño pue de producirse en el mismo momento en que el

imputado conoce por primera vez a la víctima por cualquier circunstancias, el engaño se trataría

en la mayoría de casos, en otras palabras, de una relación exclusivamente circunstancial, y la

condición es que el imputado induzca dolosamente a error o ignorancia al sujeto agraviado, y el

mismo - producto del engaño que tendría que ser idóneo y suficiente- se retira por ejemplo de su

propio terreno para que el imputado “ingrese” -si se quiere con permiso o anuencia del propio

agraviado, es decir, sin mediar ningún tipo de violencia o amenaza- al referido bien inmueble y

tome posesión ilegal del mismo. Debemos aclarar que el engaño como medio para alcanzar la

usurpación inmobiliaria solo se producirá en el supuesto específico del “despojo” de la posesión

y no en los otros supuestos de alteración de linderos y de turbación posesoria.

El abuso de confianza consiste en que el autor logra intencionalmente hacerse depositario

de la fe y confianza de la víctima, para posteriormente traicionarla y causarle un perjuicio

patrimonial. El abuso de confianza debe ser entendido como aquella situación en la cual el

agente mantiene una determinada relación con el sujeto pasivo, sea esta de naturaleza laboral,

contractual, familiar, etc., la cual es aprovechada para lograr la desocupación del sujeto pasivo

del bien inmueble. Roy Freyre nos dice que “el abuso de confianza consiste en que el autor logra

intencionalmente hacerse depositario de la fe y seguridad que la víctima guarda en su persona

para posteriormente traicionarla y causarle un perjuicio patrimonial. La víctima resulta, así,

despojada de la posesión del inmueble por no haber tomado precauciones contra un malhechor

que aparentaba merecer fe”.


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Sobre la tenencia del bien inmueble

Para saber que se entiende por tenencia o simple detentación, debemos recurrir al artículo

897° de nuestro Código Civil, que prescribe lo siguiente: “no es poseedor quien, encontrándose

en dependencia respecto a otro, conserva la posesión en nombre de este y en cumplimiento de

órdenes e instrucciones suyas”.

Como establece la doctrina, una cosa es la posesión y otra cosa es la mera tenencia; en la

posesión una persona ejerce ánimo de señor y dueño sobre un bien sobre el cual no tiene la

propiedad, mientras que un mero tenedor reconoce la propiedad de alguien más sobre el bien, el

cual cuida o disfruta de él, como en el derecho de usufructo, el usufructuario es un mero tenedor.

Son meros tenedores además del usufructuario, el acreedor prendario quien tiene en su poder la

prenda como garantía, pero reconoce el dominio del deudor sobre la prenda, el secuestro quien es

solo el encargado de guardar la cosa, el usuario y la persona que tiene los derechos de habitación.

Entonces el requisito de la mera tenencia es reconocer el dominio o propiedad de la cosa en otra

persona. Una persona que ejerce la mera tenencia sobre un bien ya sea mueble o inmueble no

puede adquirir el dominio del bien por prescripción adquisitiva de dominio, por ejemplo, el

arrendatario también es un mero tenedor del bien arrendado, pues al can celar la mensualidad del

arrendamiento está reconociendo el dominio de la cosa en cabeza de su arrendador, al igual que

el comodatario al suscribir el contrato de comodato está reconociendo el dominio del comodante.

Es decir, por la tenencia una persona tiene el ejercicio efectivo de uno o más atributos del

derecho de propiedad sobre un inmueble, sin podérsele presumir como propietaria, pues ella ya

reconoce tal condición en otras personas. Su posición jurídica no es la de un poseedor inferior


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como ocurre en la fórmula de la posesión mediata o inmediata, sino la de un detentor que no

siendo poseedor, no es exclusiva o absolutamente un extraño a la posesión. Falta en el servidor

un poder decisorio que corresponde al poseedor. Allí radica la principal diferencia entre posesión

y tenencia para nuestro sistema jurídico, aun cuando en doctrina la polémica entre los seguidores

de los alemanes Savigny y Ihering es inagotable. Como ejemplo de tenencia podemos mencionar

la citación que surge a consecuencia de una relación laboral entre el propietario y la persona que

cuida el inmueble denominado comúnmente “guardián”. Aquí el guardián quien tiene la posesión

de un inmueble es un simple tenedor, pues de acuerdo a la relación laboral, este reconoce a su

contratante como propietario y poseedor mediato del inmueble. La posesión queda por entero en

el propietario que ostenta una posición de autoridad respecto del servidor, que es un subordinado

o dependiente.

Ejercicio de un derecho real

Esta frase significa que si el despojo puede producirse o materializarse cuando la víctima

está en pleno ejercicio o ejecución de un derecho real surgido a consecuencia de la ley o de un

contrato válido. Los derechos reales aparte de la posesión que pueden afectarse con el delito de

usurpación por el despojo, son también la pro piedad, el usufructuó, el uso habitación, la

servidumbre, la hipoteca, etc.

Finalmente, en cuanto a los otros derechos reales que la ley penal también hace mención-

tenemos que la Sección Tercera del Libro V del Código Civil establece que son derechos reales

principales: la posesión, el usufructo, el uso y habitación, la superficie y la servidumbre; y la

Sección Cuarta establece que son derechos reales de garantía: la prenda, la anticresis, la hipoteca,

el derecho de retención. Al respecto, teniendo en cuenta que el bien jurídico protegido en el


23

delito de usurpación es la posesión, se debe tener presente que la vulneración “del ejercicio de un

derecho real” que establece el Código Penal, debe estar relacionado con la posesión.

El que, con violencia o amenaza, turba la posesión de un inmueble.

En la doctrina nacional, podemos citar a Alonso Peña Cabrera Freyre, quien nos dice: “El
injusto típico in examine importa un menor desvalor en comparación del comportamiento
anterior; primero, porque no se produce la desocupación -total o parcial-, del bien inmueble por
parte del sujeto pasivo, no obstante advertirse también el empleo de violencia o amenaza. La
modalidad en cuestión importa únicamente la realización de actos de perturbación del normal use
y disfrute del ius possesionis por parte autor”.
1. El que con “violencia” turba la posesión de un inmueble .- La violencia, es la
acción ejercida en contra de otra persona, trasgrediendo su integridad corporal o
física y psíquica de la persona, está representada por la fuerza material que actúa sobre
el cuerpo de la víctima para turbar la posesión de un inmueble.
2. El que con “amenaza”, turba la posesión de un inmueble.- La amenaza está
representada por el anuncio del mal grave que actúa sobre la víctima para que esta no
se oponga a los actos perturbatorios por parte del sujeto activo. La amenaza debe
ser inminente, requiere que el mal que se anuncia, debe ser inmediato, ya que de ser a
futuro, el agente no cumple con las exigencias del tipo penal.

La turbación posesoria debe contener dos requisitos para su configuración típica: en


primer lugar, que el agente no tenga la intención de despojar, sino solo la de incomodar una
legítima posesión de otro sujeto; y en segundo lugar, que esta incomodidad sea constante y
persistente en el tiempo por parte del sujeto activo.
El que, ilegítimamente, ingresa a un inmueble, mediante actos ocultos, en ausencia del

poseedor o con precauciones para asegurarse el desconocimiento de quienes tengan derecho a

oponerse.

 Los actos ocultos son entendidos como la ausencia del poseedor, sin la necesidad de
que este se encuentre presente. Por tanto, la usurpación por actos ocultos se configurará con
la intención de poseer el bien de forma ilícita y la finalidad de apropiarse de dicho inmueble.
A los actos ocultos también se les denomina usurpación clandestina, la cual consiste en
24

realizar de modo furtivo o escondido la usurpación; en sí, la realización del acto no se da a


conocer y es casi imposible de percibirlo. Al respecto, Ramiro Salinas añade lo siguiente:
(Torre, 2018)
“Es claro que el ingreso clandestino no requiere otra modalidad comisiva como es la
violencia, amenaza o fraude, simplemente se sanciona el aprovechamiento que hace el agente
de la situación de ventaja que se encuentra al momento de ingresar y tomarse un predio para
sí, perjudicando de ese modo el derecho real del verdadero y legítimo propietario o poseedor
que en ese momento no se encuentra presente en el predio.” (Torre, 2018)
El ingreso ilegítimo hace referencia a la persona que sin autorización ni derecho
ingresa a un inmueble.
En esencia, se sanciona al que de manera ilegítima o clandestina busca adueñarse o
apropiarse del bien inmueble, en desconocimiento inmediato del sujeto pasivo.
Tipicidad subjetiva en el delito de usurpación

El delito de Usurpación solo puede ser punible a título de dolo. “Tanto los artículos 202°,
203° y 204° del Código penal para cerrar la tipicidad de la conducta se requiere previamente la
verificación del aspecto típico subjetivo de acuerdo a la estructura finalista de la teoría del delito;
es decir, se exige la presencia del dolo -consciencia y voluntad del agente- en todos los supuestos
típicos de los articulados antes. (Reátegui, j, Espejo, C, 2016, pág. 85). (2017)
El elemento subjetivo del delito de usurpación dependerá de la modalidad que prevén los
cuatro incisos del artículo 202° del Código Penal, esto es, apropiación, despojo, turbación o
desposesión.
Inciso 1: En este primer inciso del artículo 202° del CP, el agente actúa con conciencia y
voluntad de alterar o destruir los linderos de un inmueble, se produciría la concurrencia del tipo
subjetivo de usurpación al acreditar el ánimo de apropiarse de un bien ajeno.
Inciso 2: De tratarse del segundo inciso del artículo 202° del Código Penal, el ánimo
sería el de despojar mediante violencia, amenaza, engaño o abuso de confianza. En esa línea, a
fin de la determinación del dolo, los medios de prueba aportados deberían acreditar el empleo de
alguno de los medios para efectuar el despojo de la posesión o propiedad a los agraviados.
Inciso 3: Cuando se configura por la violencia, amenaza, engaño o abuso de confianza
que realiza el usurpante, quien procede a despojar a otro total o parcialmente de la posesión o
tenencia de un inmueble o del ejercicio de un derecho.
25

Inciso 4: Desde la tipicidad subjetiva, en el delito usurpación en el numeral 4, tiene como


finalidad despojar a la víctima de su predio pues el sujeto activo actúa con dolo utilizando estos
actos subrepticios, muchas veces valiéndose de documentos que le dan la apariencia de poseedor
o que cuenta con un título que supuestamente respalde un derecho real por tanto, este supuesto
penal es más amplio que los numerales 1,2 y 3 del artículo 202.
La consumación

Inciso 1: En caso de este delito se consuma cuando el agente logra apropiarse de todo o
parte del inmueble vecino. (Requejo, 2021)
Inciso 2: Se trata de un delito de resultado y de efectos permanentes contra la propiedad
inmueble. La consumación se dará cuando se despoje de la posesión o tenencia de un inmueble
o del ejercicio de un derecho real, a quien lo tenga legalmente.
Inciso 3: En este delito queda consumado cuando se ha alterado la posesión pacífica del
agraviado, limitando su ejercicio. Es un delito instantáneo.
Inciso 4: La comisión delictiva se configurará cuando el agente ingrese al inmueble de
forma ilegitimita y utilice los actos ocultos para esconder o simular una apariencia legal que no
acredita su posesión, encontrándose esta nueva situación de hecho sancionado.
Jurisprudencia

CASACIÓN N° 259-2013 TUMBES

Lima, veintidós de abril del dos mil catorce. -

Vistos; en audiencia pública; el recurso de casación concedido para el desarrollo de la

doctrina jurisprudencial, interpuesto por el representante del Ministerio Público, contra la

resolución del diecisiete de noviembre del dos mil once, obrante a fojas quinientos nueve, en el

extremo que confirmó la resolución del diecinueve de septiembre del dos mil once, de fojas

cuatrocientos veinticinco, que declaró fundado el requerimiento de sobreseimiento a favor de

Ernesto David Gamboa Dios, por el delito contra el Patrimonio, en la modalidad de Usurpación,

en agravio de Aurelia Acuña Suárez, interviene como ponente el señor Juez Villa Stein. (2014)

Fundamentos de hecho:
26

I.- Itinerario de la causa en primera instancia:

1.1. Que, el encausado Gamboa Dios fue procesado penalmente con arreglo al nuevo

Código Procesal Penal. El señor Fiscal Provincial de la Fiscalía Mixta Corporativa de

Contralmirante Villar, mediante requerimiento del cinco de abril de dos mil once -folios uno a

diecinueve-, formuló acusación en su contra, como autor del delito contra el Patrimonio –

Usurpación, en perjuicio de Aurelia Acuña Suárez, previsto en el inciso 2, del artículo 202 del

Código Penal, y como autor del delito contra la administración pública, en la modalidad de abuso

de autoridad, en agravio de Aurelia Acuña Suárez y la Municipalidad Provincial de

Contralmirante Villar, previsto en el primer párrafo del artículo 376 del Código Penal.

1.2. El señor Juez de Investigación Preparatoria llevó a cabo la audiencia de control de la

acusación -conforme se advierte del acta del veintitrés de junio de dos mil once, obrante a fojas

ciento cuarenta y nueve-.

1.3. Seguido el juicio de primera instancia, se dictó el auto del diecinueve de septiembre

de dos mil once –véase folios doscientos sesenta y tres y cuatrocientos veinticinco-, que declaró

de oficio el sobreseimiento de la causa por la supuesta comisión del ilícito penal contra el

patrimonio en la modalidad de Usurpación y de la presunta comisión del delito contra la

administración pública, en la modalidad de abuso de autoridad.

1.4. El Fiscal Provincial y la parte civil interpusieron recurso de apelación mediante

escritos de folios doscientos sesenta y nueve y doscientos setenta y tres. Dichos recursos fueron

concedidos mediante auto del veintinueve de septiembre de dos mil once, de folios doscientos

ochenta y ocho.

II. Del trámite de segunda instancia:


27

2.1 Culminada la fase de traslado de la impugnación, la Sala Superior Penal de

Apelaciones de la Corte Superior de Justicia de Tumbes, emplazó a las partes a fin de que

concurran a la audiencia de apelación de auto, que se realizó el quince de noviembre de dos mil

once -véase fojas trescientos dieciséis-, la misma que se continuó el día diecisiete de noviembre

del mismo año, fecha en la que el Tribunal de Apelación cumplió con emitir y leer en audiencia

pública la resolución cuestionada, tal como se aprecia a fojas trescientos veinte y quinientos

nueve. (2014)

2.2. El auto de vista recurrida en casación confirmó la de primera instancia en el extremo

que declaró fundado el requerimiento de sobreseimiento de la causa, a favor de Ernesto David

Gamboa Dios, por la presunta comisión del delito contra el Patrimonio, en la modalidad de

Usurpación, previsto en el artículo 202, numeral 2 del Código Penal y declaró nula la citada

resolución en cuanto resolvió sobreseer la causa contra el procesado Ernesto David Gamboa

Dios, por la presunta comisión del delito contra la Administración Pública, en la modalidad de

abuso de autoridad, contenido en el artículo 376 del Código Penal, en agravio de Aurelia Acuña

Suárez y la Municipalidad de Contralmirante Villar, disponiendo la realización de nueva

audiencia de control respecto a dicho extremo.

III. Del trámite del recurso de casación planteado por el representante del

ministerio público

3.1. Leído el auto de vista, el señor Fiscal Superior formuló recurso de casación

correspondiente mediante escrito de los folios cuatrocientos ocho, en el extremo que confirmó el

sobreseimiento en el proceso que se le sigue a Ernesto David Gamboa Dios, por la presunta

comisión del delito contra el Patrimonio, en la modalidad de Usurpación, previsto en el artículo


28

202, numeral 2 del Código Penal; sin embargo, fue desestimado conforme es de verse de la

resolución del doce de diciembre del dos mil once, de fojas cuatrocientos cincuenta y cinco.

3.2. Mediante escrito del veintidós de diciembre del dos mil once, de folios cuatrocientos

cuarenta y nueve, el accionante interpuso recurso de queja contra la aludida resolución, y

mediante Ejecutoria Suprema del cuatro de junio de dos mil doce, de folios quinientos

veinticuatro, se declaró fundado dicho recurso y se ordenó que la Sala de Fallo conceda el

recurso de casación deducido, elevándose la causa a este Supremo Tribunal.

3.3. Cumplido el trámite de traslado a los sujetos procesales por el plazo de diez días, esta

Suprema Sala Penal mediante Ejecutoria Suprema del doce de diciembre del dos mil trece -de

folios trece del cuaderno formado en esta Instancia-, en uso de su facultad de corrección, admitió

el trámite del recurso.

3.4. Se realizó la audiencia conforme se aprecia del folio diecinueve del cuaderno

formado en esta Suprema Instancia, quedando la causa expedita para emitir decisión.

3.5. Deliberada la causa en secreto y votada en la fecha, esta Suprema Sala Penal cumple

con emitir la presente sentencia, cuya lectura se llevará a cabo en audiencia pública, el quince de

mayo del dos mil catorce, a las ocho horas con treinta minutos.

Fundamentos de derecho:

Primero: Análisis jurídico fáctico del caso sub materia:

1.1. Del ámbito de la casación: En el auto de calificación del doce de diciembre del dos

mil trece, obrante a fojas trece del cuaderno formado en esta Suprema Instancia, se subraya como

interés casacional “el desarrollo de la doctrina jurisprudencial a efectos de establecer si la

violencia a la que se refiere el delito de usurpación, y que es ejercida por el agente infractor, debe

recaer necesariamente sobre la persona o contra sus bienes”.


29

1.2. Los agravios admitidos que invoca son: El casacionista amparó su recurso en la

causal contenido en el inciso 3, del artículo 429 del Código Procesal Penal, específicamente para

establecer si la resolución importa una errónea interpretación de la ley penal, toda vez que:

a) considera que la Sala Penal ha incurrido en error al interpretar el tipo penal previsto en

el artículo 202, inciso 2 del Código Sustantivo, pues estableció que debe interpretarse

restrictivamente el delito de usurpación, estableciendo que “el empleo de violencia debe estar

orientada hacia la propia víctima a fin de doblegar su voluntad, es decir, que la violencia a la que

alude el artículo 202º del Código Penal, debe ser entendida como violencia física empleada sobre

las personas (…); por tanto, cuando la violencia es empleada sobre las cosas, ya sea por la rotura

de cerraduras de puertas, de ventanas, de linderos, entre otros, ello converge sólo en un medio

para hacer efectivo el despojo”, lo cual es contradictorio con lo estipulado en el Pleno

Jurisdiccional del distrito Judicial de Moquegua – 2005, que establece: “Que en el despojo, la

violencia del agente infractor puede ser ejercida contra los bienes o la persona, y que no

necesariamente debe encontrarse presente el agraviado para que se configure el delito”;

b) La Corte Suprema debe pronunciarse respecto a si la violencia a que se refiere el

artículo 202º, inciso 2 del Código Penal, debe ser ejercida contra la persona o contra el inmueble

que se va a usurpar, para que se configure el tipo penal; y

c) Por último, se debe enfatizar que se pretende una correcta interpretación del derecho

objetivo, pues sobre el tema en debate, no existe desarrollo de la doctrina jurisprudencial y es

necesario esclarecer cual debe ser el criterio que se adopte al momento de calificar un hecho

como usurpación tipificada en el artículo 202, inciso 2 de la norma penal sustantiva.

2. Del pronunciamiento de la Sala de Apelación:


30

El Tribunal Superior, mediante resolución del diecisiete de noviembre del dos mil once,

obrante a fojas quinientos nueve, confirmó la resolución de primera instancia, en el extremo que

declaró fundado el requerimiento de sobreseimiento de la causa, a favor de Ernesto David

Gamboa Dios, por la presunta comisión del delito contra el Patrimonio – Usurpación, en agravio

de Aurelia Acuña Suárez, al considerar que: “Este Colegiado Superior expresa que

efectivamente, en diversos pronunciamientos se ha adoptado el criterio de que en el delito de

usurpación contenido en el artículo 202, inciso 2) del Código Penal, (…) debe ser entendida,

como la violencia física empleada sobre las personas, implicante a un despliegue de energía, para

anular la capacidad de decisión y resistencia de la víctima o de las víctimas; por tanto, cuando la

violencia es empleada sobre las cosas, ya sea por la rotura de cerraduras de puertas, de ventanas,

de linderos, entre otros, ello converge sólo en un medio para hacer efectivo el despojo; siendo

que bajo este parámetro, no toda conducta resulta reprochable penalmente, pues cuando se

produce un conflicto de intereses, como en el presente caso, los que se consideran afectados tiene

un abanico de posibilidades en la vía extrapenal a fi n de lograr la satisfacción de su pretensión.

Por tal consideración, estando a los argumentos expuestos por los impugnantes, en el sentido que

el imputado para despojar de la posesión a la agraviada, empleó la violencia física contra la

cerradura de la puerta del local que poseía, estos no se enmarcan dentro de los alcances del delito

de usurpación, contenido en el artículo 202º, inciso 2 del Código Penal”.

3. Del motivo casacional:

Para el desarrollo de doctrina jurisprudencial: En el presente caso, este Tribunal de

casación establece que existe interés casacional para el desarrollo de doctrina jurisprudencial por

la causal prevista en el inciso 3, del artículo 429º del Código Procesal Penal, el mismo que

guarda conexidad con el inciso 4, del artículo 427º del mismo cuerpo legal, a efectos de
31

establecer si el tipo penal de usurpación, contempla como medio comisivo la violencia ejercida

sobre los bienes y las personas o únicamente a las personas, para la confi guración del despojo

del derecho de posesión, tenencia o ejercicio de un derecho real sobre el inmueble; para ello se

efectuarán algunas precisiones a fi n de uniformizar los criterios divergentes de los Magistrados

que conforman los órganos jurisdiccionales encargados de la aplicación del tipo penal antes

referido.

4. Análisis del caso concreto:

4.1. En el presente caso, se le imputa a Ernesto David Gamboa Dios, en su calidad de

Gerente Municipal de la Municipalidad Provincial de Contralmirante Villar, la comisión de los

delitos de abuso de autoridad, en agravio de Aurelia Acuña Suárez y del Estado –Municipalidad

Provincial de Contralmirante Villar y Usurpación, en agravio de Aurelia Acuña Suárez, en

relación a que el día veintinueve de abril del dos mil diez, siendo las ocho horas con treinta

minutos, con apoyo de efectivos de serenazgo y con presencia de la Notaria de la Provincial de

Contralmirante Villar, se constituyó en el inmueble ubicado en la avenida Grau N° 524- Zorritos,

ordenando el descerraje e ingresando para según manifiesta recuperar un “local municipal

abandonado”, disponiendo que los bienes que se encontraban al interior del inmueble sean

guardados en la cochera municipal de la Municipalidad Provincial de Contralmirante Villar,

bienes de propiedad de la agraviada Aurelia Acuña Suárez, quien era posesionaria del inmueble

en mérito a un contrato de alquiler con la comuna con una antigüedad de doce años

aproximadamente y pese a tener conocimiento de su domicilio real nunca recibió notificación

alguna sobre la acción realizada.

4.2. Conducta que es subsumida por la parte acusadora en el inciso 2, del artículo 202 del

Código Penal, que al momento de la realización de los hechos materia de imputación rezaba:
32

“Artículo 202.- Será reprimido con pena privativa de libertad no menor de uno ni mayor

de tres años:

1. El que, para apropiarse de todo o parte de un inmueble, destruye o altera los linderos

del mismo.

2. El que, por violencia, amenaza, engaño o abuso de confianza, despoja a otro, total o

parcialmente, de la posesión o tenencia de un inmueble o del ejercicio de un derecho real.

3. El que, con violencia o amenaza, turba la posesión de un inmueble”.

4.3. En el presente caso, debemos establecer si el tipo penal de usurpación, contemplado

en el inciso 2, del artículo 202 del Código Sustantivo, contempla como medio comisivo la

violencia ejercida sobre los bienes y las personas o únicamente contempla a las personas como

pasibles de recibir la violencia, para la configuración del despojo del derecho de posesión,

tenencia o ejercicio de un derecho real sobre el inmueble.

4.4. Siendo así, este Supremo Tribunal precisará conceptos relativos al tipo penal de

usurpación; en primer lugar, el bien jurídico tutelado es el pacífico y tranquilo disfrute de un bien

inmueble, entendido como ausencia de perturbación en el ejercicio de la posesión o de cualquier

otro derecho real sobre el mismo, en este último caso, siempre implica que la víctima esté en

posesión del inmueble. Si no hay posesión o simple tenencia comprobada objetivamente no hay

delito de usurpación; asimismo, debe tenerse presente que: a) el sujeto activo, puede ser

cualquier persona, incluso el verdadero propietario del bien inmueble, en el supuesto que haya

entregado en posesión de su inmueble a un tercero y después haciendo uso de los medios típicos

de usurpación despoja o perturba el tranquilo disfrute de aquel tercero sobre el inmueble; b) el

sujeto pasivo, puede ser cualquier persona con la única condición que al momento de la

ejecución del delito, esté gozando de la posesión mediata o inmediata o tenencia del inmueble o
33

en su caso, gozando del ejercicio normal de un derecho real, lo cual implica necesariamente

posesión o tenencia sobre el inmueble; c) la acción típica es la de despojar, lo cual tiene un

sentido de quitar, de sacar de la ocupación de impedir la ocupación del inmueble total o

parcialmente, por parte del sujeto pasivo; puede darse, por consiguiente, desplazando al tenedor,

poseedor o ejercitador del derecho real que se trate, del lugar que constituye el inmueble u

oponiéndose a que aquél continúe realizando los actos propios de su ocupación, tal como los

venía ejecutando; pero para que la acción de despojo resulte típica tiene que perpetrársela por

alguno de los medios taxativamente enunciados en la ley. Uno de esos medios para consumar el

despojo es la “violencia” o fuerza física que el agente despliega sobre las personas para vencer la

resistencia que oponen o impedir la que pueden oponer a la ocupación que aquél procura, pero

también comprende la fuerza que despliega sobre los bienes que le impiden o dificultan la

penetración invasiva o el mantenimiento de su ocupación exclusiva (p. ej., cambiar las

cerraduras).

4.5. Dicha opinión es compartida por los Jueces del distrito judicial de Moquegua,

quienes en el Pleno Jurisdiccional distrital de la Corte Superior de Justicia de Moquegua,

realizado el 21 de junio de 2005, incluso sostuvieron que: “la violencia también puede darse

sobre las cosas que posee la víctima aun cuando en el momento del despojo este no se encuentre

presente, pues la violencia en estos casos está constituida por los actos que realice el agente para

evitar que la víctima recobre su posesión (…), y sostener lo contrario equivaldría a que el agente

busque el momento propicio en que la víctima no se encuentra presente para realizar el acto de

desposesión, con lo cual se produciría la impunidad permanente del delito”. En la misma línea,

los señores Jueces Superiores, que participaron en el Pleno Jurisdiccional Nacional Penal, que se

realizó en la ciudad de Arequipa, el 17 de noviembre del 2012, concluyeron que una


34

interpretación sistemática del artículo 202, inciso 2 del Código Sustantivo, referido a los delitos

contra el Patrimonio, informa que los actos de violencia se pueden dar tanto sobre la persona

como sobre la cosa, asimismo que la realidad social informa que el delito de usurpación se

produce en noventa por ciento de los casos cuando el posesionario o tenedor del inmueble no se

encuentra presente. Añade, que una cabal interpretación del principio de prevención especial y

general exigen decisiones judiciales con mensajes sociales claros que se orientan a disuadir el

delito de usurpación que tiene un índice elevado en la realidad social. A mayor abundamiento,

sostienen que, si el legislador hubiera querido excluir la violencia contra los bienes en la

usurpación en la modalidad de despojo, hubiera utilizado la frase “violencia contra las personas”,

tal como lo consignó en el artículo 188 del Código Penal. Además, se indicó que la fuente del

artículo 202 del Código Penal peruano es el Código Penal argentino, cuya doctrina y

jurisprudencia pacíficamente acepta que la violencia puede ser sobre las personas y las cosas,

finalmente, sostiene que dicha interpretación es acorde con los principios de lesividad y

fragmentariedad, toda vez que: i) lo que ocurre en la realidad, da cuenta que la gran mayoría de

usurpaciones en el Perú empiezan con una agresión sobre la cosa; ii) El principio de taxatividad,

pues el legislador no ha exigido que se encuentre presente en el inmueble el posesionario, incluso

el mismo principio de lesividad, se ve desbordado con este accionar, por la violencia sobre la

cosa genera concurso de delitos, como: daños, lesiones, incendio y otros estragos, entre otros. Es

más, acredita una amenaza sobre la salud y tranquilidad a la persona, no se va esperar una lesión

corporal, para recién considerar vulnerado el principio de lesividad.

4.6. En ese sentido, si lo que se busca criminalizar mediante la tipificación del artículo

202 del Código Penal, son conductas violentas realizadas para despojar de la posesión al sujeto

pasivo, el restringir el medio comisivo a la persona física que posee el bien inmueble no
35

armoniza con la finalidad de la norma, pues permitiría que aquel que destruye las puertas o

seguros del acceso al inmueble para despojar de la posesión del mismo quede fuera del alcance

punitivo de la norma penal, cae en el absurdo de no considerar como parte para el despojo de la

posesión a quien destruye la puerta de ingreso, el candado, las cerraduras, etc., bajo el pretexto

de que la violencia para despojar de la posesión solo puede ser ejercida contra las personas. Por

lo tanto, este Supremo Tribunal considera que debe entenderse que aún antes de la modificatoria

legislativa, la violencia a la que hace referencia el inciso 2, del artículo 202 del Código Penal,

puede ser ejercida contra las personas como contra los bienes integrantes del inmueble de modo

que con ella se despoje de la posesión del mismo.

4.7. Finalmente, en el caso que nos ocupa, el Tribunal de Apelación de Tumbes afirma

que el empleo de la violencia debe estar orientada hacia la propia víctima, a fin de doblegar su

voluntad, es decir que la violencia a la que alude el artículo 202 del Código Penal debe ser

entendida como la violencia física empleada sobre las personas, para anular la capacidad de

decisión y resistencia de la víctima o de las víctimas; por tanto, sostiene que el encausado al

emplear violencia física contra la cerradura de la puerta del local, no se enmarca dentro de los

alcances del delito de usurpación, contenido en el artículo 202, inciso 2 del Código Penal, por lo

que sobreseyó la causa. Ello implica que el Juzgador de Segunda Instancia, no consideró como

violencia empleada para despojar de la posesión del inmueble el que se rompiera la cerradura del

inmueble, lo cual importa una errónea interpretación del inciso 2, del artículo 202 del Código

Sustantivo, por lo tanto, resulta necesario casar la sentencia recurrida.

Decisión

Por estos fundamentos, declararon:


36

I. FUNDADO el recurso de casación interpuesto por el Fiscal Superior; FIJARON como

doctrina jurisprudencial vinculante, que la violencia a la que se refiere el delito de usurpación, y

que es ejercida por el agente infractor, debe recaer sobre la persona o contra los bienes, conforme

a los lineamientos doctrinarios y jurisprudenciales desarrollados en el cuarto considerando; en

consecuencia:

II. NULO el auto de vista del diecisiete de noviembre del dos mil once, de fojas

quinientos nueve, en el extremo que confirmó el auto de primera instancia del diecinueve de

septiembre del dos mil once, de fojas trescientos noventa y siete, en el extremo que declaró de

oficio el sobreseimiento a favor del encausado Ernesto David Gamboa Dios, por el delito contra

el Patrimonio – Usurpación, en perjuicio de Aurelia Acuña Suárez; y,

III. NULO el auto de primera instancia del diecinueve de septiembre del dos mil once,

de fojas trescientos noventa y siete, en el extremo que declaró de oficio el sobreseimiento a favor

del encausado Ernesto David Gamboa Dios, por el delito contra el Patrimonio – Usurpación, en

perjuicio de Aurelia Acuña Suárez.

IV. MANDARON que oportunamente se EMITA NUEVO PRONUNCIAMIENTO

conforme a lo antes glosado.

V. DISPUSIERON Que, la Sala Penal de Apelaciones de la Corte Superior de Justicia de

Tumbes y las demás Cortes Superiores de los Distritos Judiciales, consideren ineludiblemente

como doctrina lo señalado en el cuarto considerando (DEL MOTIVO CASACIONAL: PARA

EL DESARROLLO DE DOCTRINA JURISPRUDENCIAL) de la presente Ejecutoria

Suprema, de conformidad con el inciso cuatro, del artículo cuatrocientos veintisiete del Código

Procesal Penal; y se publique en el diario oficial “El Peruano”.


37

VI. ORDENARON que cumplidos estos trámites se devuelva el proceso al órgano de

origen; y se archive el cuaderno de casación en esta Corte Suprema.

S.S.

VILLA STEIN

PARIONA PASTRANA

BARRIOS ALVARADO

NEYRA FLORES

CEVALLOS VEGAS
38

Conclusiones

En conclusión, el delito de usurpación se configura con el ingreso ilegítimo a una


propiedad, mediante el cual se vulnera el derecho de posesión, la cual se entiende como una
situación de hecho manifestada en el uso y goce de la cosa, en el caso de la usurpación de un
inmueble. Y protege contra aquellos ataques que se ejecuten mediante violencia, engaño o abuso
de confianza y provoquen el desapoderamiento del bien inmueble en poder de la víctima, es
decir, la ley ampara a la persona que tiene bajo su esfera de custodia el bien en cuestión sin
importar si tiene derecho a ocuparlo o no, obviamente cuando dicha ocupación no sea maliciosa
ni viciosa.
El engaño y el abuso de confianza son medios para la Acción de cometer. del delito de
usurpación, ya que el engaño es la simulación o disimulación de sucesos y situaciones de hecho,
tanto materiales como psicológicos, con los que se logra que la víctima caiga en error., y así
poder facilitar dicha acción.
39

Bibliografía

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