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Sentencia C-1086/08

 
ACUMULACION JURIDICA DE PENAS-Eventos en que
procede/ACUMULACION JURIDICA DE PENAS-Determinación de
eventos en que se excluye no vulnera garantía del debido proceso
 
En cuanto a la presunta vulneración de la garantía del debido proceso,
encuentra la Corte que la consagración, por parte del legislador, de la figura
de la acumulación jurídica de penas, y la determinación de los eventos en los
que procede, así como de aquellos que quedan excluidos de ese sistema de
dosificación punitiva, son materias que se  ubican  dentro del ámbito de
libertad de configuración normativa del legislador en materia penal, y la
interpretación que al segmento normativo demandado le ha dado el órgano
máximo de la jurisdicción encargada de su aplicación y de la unificación de
la jurisprudencia en ese ámbito (la Corte Suprema de Justicia), se aviene al
precepto constitucional que contempla el debido proceso. En consecuencia, la
expresión acusada “ni penas ejecutadas” que prevé una excepción a la
aplicación del sistema de acumulación jurídica de penas, no es predicable de
las condenas  proferidas por delitos conexos, eventos amparados por el
principio de la unidad del proceso, el cual cobra pleno vigor en el momento
de la ejecución de las distintas sentencias.
 
LIBERTAD DE CONFIGURACION LEGISLATIVA EN
MATERIA PENAL-Alcance/LIBERTAD DE CONFIGURACION
LEGISLATIVA EN MATERIA PENAL-Límites/POLITICA
CRIMINAL-Corresponde al legislador desarrollarla
 
La jurisprudencia constitucional ha señalado que el legislador cuenta con un
amplio margen de configuración para el diseño de la política criminal y el
derecho penal, dentro del cual puede optar por diversas alternativas de
regulación, que incluyen la potestad de crear los delitos, establecer los
elementos constitutivos de los tipos penales y sus correspondientes sanciones,
así como el procedimiento a seguir para su investigación y juzgamiento, pero
tal potestad legislativa encuentra sus límites en la Constitución Política  y en
las normas que integran el bloque de constitucionalidad. Esta circunstancia,
permite que el legislador adopte distintas estrategias de política criminal,
siempre que la alternativa aprobada, además de ser legítima en cuanto a la
forma como se configura, respete los valores, preceptos y principios
constitucionales.  Así las cosas, es evidente que la política criminal y el
derecho penal no se encuentran definidos en el texto constitucional sino que
corresponde al legislador desarrollarlos. Así, mientras en el cumplimiento de
la función legislativa no resulten contrariados los preceptos fundamentales
bien puede el legislador crear o suprimir figuras delictivas, introducir
clasificaciones entre ellas, establecer modalidades punitivas, graduar las
penas aplicables, fijar la clase y magnitud de éstas, y adoptar - entre otras
decisiones- las de criminalizar o despenalizar conductas, atenuar, agravar,
minimizar o maximizar sanciones, regular las etapas propias del
procedimiento penal, reconocer o negar beneficios procesales, establecer o
no la procedencia de recursos, designar las formas de vinculación, regular
las condiciones de acceso al trámite judicial de los distintos sujetos
procesales, etc.
 
DERECHO LEGISLADO-Competencia de su interpretación
 
CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD-Observancia del derecho
vivo
 
CONCURSO DE DELITOS-Concepto/CONCURSO DE DELITOS-
Clases/CONCURSO DE DELITOS-Rasgos
determinantes/DOSIFICACION PUNITIVA-Criterios frente al
concurso de delitos
 
ACUMULACION JURIDICA DE PENAS-
Concepto/ACUMULACION JURIDICA DE PENAS-Criterio
adoptado por el legislador colombiano
 
La acumulación jurídica de penas constituye una metodología para la
medición judicial de la pena cuando concurre el fenómeno del concurso de
delitos, según la cual, una vez establecida la pena imponible a cada delito se
aplica aquella correspondiente al delito más grave, aumentada en una
determinada proporción. Esta institución es propia de los sistemas punitivos
que se oponen a las penas perpetuas y fue adoptada por el legislador
colombiano
 
ACUMULACION JURIDICA DE PENAS Y PRINCIPIO DE
UNIDAD PROCESAL
 
ACUMULACION JURIDICA DE PENAS-Criterios establecidos por
el legislador
 
El legislador concibió la figura de la acumulación jurídica de penas bajo los
siguientes criterios fundamentales: (i) Con un criterio de garantía y
limitación de la punibilidad en eventos de pluralidad de condenas; (ii) bajo el
criterio de la conexidad, que incorpora el derecho a la unidad del proceso, de
donde se deriva que en tales eventos procede la acumulación jurídica de
penas en cualquier tiempo, por tratarse de procesos que debieron ser
juzgados conjuntamente; y (iii) bajo el criterio de la prevención en virtud del
cual se excluyen del beneficio de la acumulación jurídica de penas aquellos
eventos en que el condenado continúa delinquiendo, es decir, cuando incurre
en conductas delictivas luego de proferida la primera sentencia o hallándose
en prisión.
 
ACUMULACION JURIDICA DE PENAS-Procedencia en eventos de
conexidad cuando una de las condenas ya se encuentre ejecutada
 
El marco de los criterios fijados por el legislador permite a la Corte concluir
que la expresión ni penas ya ejecutadas contenida en el inciso segundo de la
norma en cuestión, no puede conducir a la exclusión de la posibilidad de
acumulación jurídica de penas en eventos de conexidad, cuando una de las
condenas ya se encuentre ejecutada, por cuanto se trata de hechos que
debieron ser objeto de una sola sentencia. Así se hubiese producido una
ruptura de la unidad procesal por razones autorizadas por el legislador, o
una investigación y juzgamiento separados, la persona condenada conserva
el derecho a la acumulación, para efectos de dosificación, en la fase de
ejecución de las condenas proferidas en distintos procesos. Tratándose de un
beneficio establecido a favor del sentenciado, si las penas eran acumulables
pero la acumulación no se produjo por que la petición no se resolvió de
manera oportuna, o no se hizo uso del principio de oficiosidad en materia
penal por parte del juez que vigila la ejecución de las condenas, no puede
considerarse que en tal hipótesis, el cumplimiento de una de las sanciones
excluya la posibilidad de su acumulación jurídica.
 
DEMANDA DE INCONSTITUCIONALIDAD POR
VULNERACION DEL PRINCIPIO DE IGUALDAD-Deficiencias en
la formulación del cargo
 
INHIBICION DE LA CORTE CONSTITUCIONAL-Ausencia de
confrontación de norma demandada con preceptos constitucionales
 
Referencia: expediente D-7243
 
 
Demanda de inconstitucionalidad contra el
artículo 460 (parcial) de la Ley 906 de
2004 “Por la cual se expide el Código de
Procedimiento Penal”.
 
Actor: Ramón Ballesteros Prieto
 
Magistrado Ponente:
Dr. JAIME CÓRDOBA TRIVIÑO
 
 
Bogotá, D.C., cinco (5)   de  noviembre  de dos mil ocho (2008).
 
 
La Sala Plena de la Corte Constitucional, en ejercicio de sus atribuciones
constitucionales y legales, en especial las previstas en el artículo 241, numeral
4, de la Constitución Política, y cumplidos todos los trámites y requisitos
contemplados en el Decreto 2067 de 1991, ha proferido la siguiente
 
SENTENCIA
 
I.            ANTECEDENTES
 
En ejercicio de la acción pública consagrada en el artículo 241 de la
Constitución Política, el ciudadano Ramón Ballesteros Prieto solicitó ante esta
Corporación la declaratoria de inconstitucionalidad de la expresión “ni penas
ya ejecutadas”  contenida en el artículo  460 de la Ley 906 de 2004 “Por
medio de  la cual se expide el Código de Procedimiento Penal”.
 
Cumplidos los trámites constitucionales y legales propios de esta clase de
procesos, entra la Corte a decidir sobre la demanda de la referencia.
 
II.  NORMAS DEMANDADAS
 
A continuación se transcribe el texto de la disposición parcialmente
demandada, de conformidad con su publicación en el Diario oficial No.
45.658 del primero de septiembre de 2004,  y se subraya lo acusado:
 
"LEY No. 906 DE  2004
(Agosto 31)
 
Diario Oficial No. 45.658 del 1° de septiembre de 2004 
 
Por la cual se expide el Código de Procedimiento Penal.
 
El Congreso de Colombia
 
DECRETA:
 
“(…)
 
ARTÍUCLO 460. ACUMULACIÓN JURÍDICA.  Las normas que regulan la
dosificación de la pena, en caso de concurso de conductas punibles, se
aplicarán también cuando los delitos conexos se hubieren fallado
independientemente. Igualmente, cuando se hubieren proferido varias
sentencias en diferentes procesos. En estos casos la pena impuesta en la
primera decisión se tendrá como parte de la sanción a imponer.
 
No podrán acumularse penas por delitos cometidos con posterioridad al
proferimiento de sentencia de primera o única instancia en cualquiera de los
procesos, ni penas ya ejecutadas, ni las impuestas por delitos cometidos
durante el tiempo que la persona estuviere privada de la libertad”.
 
 
III.           LA DEMANDA
 
Estima el demandante que el segmento normativo impugnado es violatorio de
los artículos 2°, 4°, 13, 29 y 228 de la Constitución Política. Como
fundamentos de su demanda expone los siguientes:
 
1. A juicio del demandante, la expresión impugnada en cuanto excluye del
beneficio de la acumulación jurídica de penas todos los eventos en que, ante la
pluralidad de condenas sobre un mismo individuo, alguna de ellas se encuentre
ejecutada, vulnera de manera flagrante las normas constitucionales que invoca.
Considera que se trata de la injustificada exclusión de un beneficio respecto de
personas (con penas ya ejecutadas) en quienes reposa el mismo derecho de
aquellos que incurrieron en concurso de hechos punibles, o que hubieren sido
condenados por delitos conexos, o por más de un delito, a través de diferentes
procesos, en relación con los cuales sus condenas estuvieren vigentes.
 
Estima que hubo un exceso en la potestad legislativa al establecer “una
prohibición injustificada en contra de un grupo de personas a quienes no podía
discriminar ni excluir de los mismos beneficios que a otros, por una errada
apreciación del tiempo de aplicación de la norma respectiva”.
 
2. Considera que lo justo, en este aspecto de la acumulación jurídica de penas,
es que el principio opere por igual para todas las personas que cumplan alguna
de las tres hipótesis planteadas en el inciso 1º de la norma, que permite acceder
a la aplicación del principio de política punitiva del Estado.
 
3. A su juicio tal prerrogativa comporta un derecho fundamental relacionado
con el debido proceso y el derecho a la libertad, ya que al continuar vigente la
expresión acusada, en los eventos en que la sentencia se encuentre ejecutada,
la acumulación de penas se convierte en aritmética, opción que se encuentra
expresamente prohibida por el artículo 31 de la Ley 599 de 2000.
 
4. Señala que la conversión de la acumulación jurídica en aritmética, en el
caso de penas ya ejecutadas, vulnera las garantías de igualdad y de
libertad, “dado que se le estaría cargando al ciudadano consecuencias
derivadas de circunstancias ajenas a su voluntad como por ejemplo el que las
instancias judiciales en que se desarrollan los diversos procesos hubiesen
actuado con distintos niveles de celeridad”. Se establece así, a juicio del
demandante, una diferencia de trato en contra de las personas que ya han
cumplido con una pena, para impedir que a ellas se les aplique el principio de
la acumulación jurídica en la eventualidad de una nueva condena.
 
Al considerar que la medida impugnada carece de una finalidad, concluye que
la disposición contenida en el inciso 2° del artículo 460 de la ley 906 de 2004,
"ni penas ya ejecutadas", es inconstitucional por violación del principio de
igualdad consagrado en el artículo 13 de la Constitución Política.
 
5. Según el demandante la disposición es, adicionalmente, violatoria del
principio de proporcionalidad en su dimensión de interdicción de exceso, al
contemplar una excesiva restricción de la libertad.
 
6. Expresa igualmente que la norma viola el principio in dubio pro
libertate según el cual las dudas se deben resolver a favor de la libertad, lo
cual le impone al legislador el deber de legislar para favorecer el derecho de
libertad ante situaciones dudosas. En este orden de ideas, sostiene, la
redacción del texto demandado debió precisar que era procedente la
acumulación jurídica de una pena extinguida a una nueva, con lo cual se
garantizaría el principio en mención.
 
7. En cuanto al debido proceso señala que “El legislador al establecer la
prohibición de la acumulación jurídica en el evento que contempla el texto
demandado, descuidó considerar que el debido proceso le imponía un marco
restringido de interpretación y que, solamente, podía considerar como
excepciones al principio de la acumulación jurídica de las penas, las referidas
a razonables criterios de política criminal en orden a evitar el favorecimiento
y estímulo al delito, como lo hizo en el resto del inciso demandado de
inexequibilidad, por lo que al haberse probado la violación del articulo 29
constitucional, deberá proferirse la correspondiente sentencia que expulse del
ordenamiento jurídico el texto demandado”.
 
8. Finalmente, manifiesta que “el legislador incurrió en desconocimiento del
principio de prevalencia del derecho sustancial al consagrar la prohibición
de no acumular jurídicamente penas cuando ya se ha extinguido una de ellas,
porque al incluir en el ordenamiento la susodicha norma procesal, no tuvo en
cuenta que la misma debía someterse a principios sustanciales de inobjetable
observación, aplicación y validez (…)”.
 
 
IV.           INTERVENCIONES
 
1. Del Instituto de Derecho Procesal
 
El ciudadano Juan David Riveros Barragán interviene en su condición de
miembro del Instituto Colombiano de Derecho Procesal. Estima que la
expresión demandada contraviene los textos superiores que se invocan en la
demanda por lo que debe ser declarada inexequible “con respecto a los delitos
conexos que debiendo ser investigados y juzgados conjuntamente no lo fueron
y que por razones ajenas a su voluntad se profirieron sentencias en diferentes
tiempos (…)”. Ello en razón a que es un derecho del procesado que las
conductas punibles conexas se investiguen y juzguen conjuntamente,  se
profiera una sola sentencia y se dosifique la pena al tenor del artículo 31 del
Código Penal.
 
Luego de citar ampliamente el auto del 27 de octubre de 2004 [1], proferido por
la Corte Suprema de Justicia, según el cual la acumulación jurídica de penas
procede en cualquier tiempo, siempre que se trate de delitos conexos, señala a
manera de conclusión:
 
 “(…) La limitación a la aplicación de la acumulación jurídica de penas es
lógica cuando se trata de penas impuestas por separado y ejecutadas también
por separado, ya que, el Estado debe protegerse de una eventualidad (sic)
demanda contenciosa que en dichas circunstancias podría intentar un
condenado que obtuviere la declaratoria de la acumulación jurídica para que
se le indemnizara por el cumplimiento del tiempo de pena, que resultará como
excedente después de la acumulación, (…) la acumulación jurídica de penas
procede aun cuando alguna de las varias penas impuestas a una persona, en
procesos separados, ya se haya ejecutado, siempre que se trate de delitos
conexos que por diversos motivos ajenos a la voluntad del investigado
terminaron siendo investigados y juzgados en procesos diferentes, toda vez
que el artículo 29 de la Constitución Política en su inciso 4° establece que el
sindicado tiene derecho a un debido proceso público sin dilaciones
injustificadas (…) entonces, el sindicado no tendría por qué perder el derecho
a que se le acumulen jurídicamente las penas en virtud de dilaciones
injustificadas por parte de los funcionarios judiciales”.
 
2. Intervención del Ministerio del Interior y de Justicia
 
El ciudadano Fernando Gómez Mejía interviene como apoderado del
Ministerio del Interior y de Justicia para defender la norma con fundamento
en las siguientes consideraciones:
 
2.1. Mediante la expresión impugnada, el legislador pretende actuar de manera
coherente con la política criminal del Estado, pues con ello se da
cumplimiento “al debido proceso sin violación de las normas constitucionales
que rigen el sistema penal, y se previene a los condenados a evitar que
prosiga su actividad delictual cuando se conoce que tiene a su favor la ley en
aquellos hechos que originan concurso de conductas punibles”.
 
2.2.    Expresa que con la expresión "Ni penas ya ejecutadas" el legislador
separó jurídicamente en el tiempo la ocurrencia, de aquellos delitos y penas
que ya fueron cumplidas o ejecutadas, y  “que obviamente no guardan
conexidad ni participaron en el concurso de conductas punibles y por lo
tanto no deben incluirse para efectos de la suma aritmética aludida por el
artículo 31 del Código Penal ( Ley 599/00)”
 
2.3. No se viola el principio de igualdad puesto que la norma contempla
hipótesis basadas en supuestos distintos a los que se le da distinto trato.  Y de
otra parte, no se aprecia que el legislador haya sido arbitrario en el uso de
su facultad de configurar el régimen de penas y su procedimiento en cuanto
a la determinación del quantum de la pena.
 
En todo caso, expresa, “corresponde al Juez de conocimiento interpretar,
regular y aplicar la disposición dentro de los conceptos de la sana crítica y
de los parámetros del ordenamiento jurídico (Constitución y la ley) [que]
deberá tener en cuenta en sus sentencias”.
 
2.4.  Las excepciones previstas por el legislador en la norma parcialmente
acusada se ubican dentro del contexto de su libertad de configuración
normativa  en materia de política criminal.
 
2.5.  La norma acusada resulta entonces razonable puesto que “se
desprende de la lógica procesal que una vez ejecutada una pena no es
procedente su acumulación jurídica con otra sanción impuesta con
posterioridad. No vulnera en absoluto dicha previsión el principio de
favorabilidad, como tampoco el de igualdad, en tanto la norma refiere,
como presupuesto básico, la concurrencia de penas de similar naturaleza
en circunstancias temporales que permiten, en aras de celeridad y
economía procesal, disponer la acumulación de penas”.
 
 
V.               CONCEPTO DEL PROCURADOR GENERAL DE LA NACIÓN
 
De conformidad con lo previsto en los artículos 242, numeral 2°, y 278,
numeral 5° de la Constitución Política, ante la aceptación del impedimento del
Procurador General de la Nación y el del Viceprocurador, la Procuradora
Auxiliar para asuntos constitucionales procedió a rendir concepto No. 4581 en
el que solicita a la Corte Constitucional, declarar INEXEQUIBLE la
expresión “ni penas ya ejecutadas”, contenida en el inciso 2º del artículo 460
de la Ley 906 de 2004.
 
A continuación se reseñan los aspectos relevantes de su concepto:
 
1. La acumulación jurídica de penas, es un instituto procedimental que
permite, en principio, la aplicación de las normas que regulan la dosificación
de la pena cuando se hubieren proferido varias sentencias en diferentes
procesos en contra de una misma persona, evento en el cual, la pena impuesta
en la primera decisión judicial se tiene como parte de la sanción a imponer en
la segunda. Esta figura, señala, “se encuentra definida en el parcialmente
demandado artículo 460 de la Ley 906 de 2004 que reproduce literalmente el
artículo 470 de la Ley 600 de 2000, el cual, a su vez,  corresponde
exactamente al artículo 505 del Decreto 2700 de 1991”[2].
 
2. Luego de hacer una prolija referencia a la jurisprudencia de la Sala de
Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia para mostrar las diversas
posturas interpretativas que se han expuesto al interior de dicha Corporación
en torno a la figura jurídica en estudio, el Ministerio Público destaca que
actualmente la expresión demandada,  está siendo“recurrentemente
inaplicada” por el máximo órgano de la jurisdicción ordinaria,
particularmente frente a casos de conductas conexas que se fallaron
independientemente, con el propósito de armonizar su alcance con los
postulados de la Constitución Política, en especial, con los principios
superiores de igualdad y debido proceso.
 
3. Acogiendo la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia señala que el
fin perseguido por el Legislador con esta figura jurídica, es el de “abarcar con
ella todos aquellos casos susceptibles de acumulación a partir de la
ejecutoria de la resolución de acusación, conforme al artículo 91 del decreto
2790 de 1990, en procura de impedir las dificultades en la práctica generadas
por la acumulación de juicios y conservar la posibilidad de acumular
jurídicamente las penas impuestas en los distintos procesos adelantados
simultáneamente o que estuvieron en condición de serlo”[3].
 
4. Aduce que la prohibición de acumular “penas ejecutadas” impide el logro
de tales objetivos en hipótesis de delitos conexos, en casos donde las
sentencias estuvieron vigentes en algún momento y no se decretó la
acumulación por cualquier razón[4] y, en general, en todos aquellos casos que
se tramitaron o pudieron tramitarse al mismo tiempo y en los cuales se
profirieron las sentencias en distintas épocas.
 
En todas esas hipótesis no se aviene con el fin de este instituto, supeditar su
aplicación a las contingencias propias de los distintos trámites procesales
finalizados con condena y cuyas penas, en circunstancias posibles, pudieron
ser objeto de acumulación jurídica.
 
5. La acumulación jurídica constituye un derecho establecido por el legislador
en favor del condenado en procesos penales diferentes, de manera que no
puede en modo alguno ser interpretado ni aplicado con criterios restrictivos
que comprometan su efectividad. Por tratarse de “un beneficio jurídico para el
justiciable que, por ende, configura un derecho sustancial en cabeza suya, es
menester que se derribe cualquier barrera que signifique un reparo para su
operatividad, siempre que concurran las condiciones básicas para su
exigencia”.
 
6. Destaca que  debe respetarse el principio de unidad del ejercicio del poder
punitivo estatal, al tiempo que garantizarse el derecho fundamental de
igualdad ante la ley, el cual censura que cualquier pena resulte agravada por
meras cuestiones procesales que le impidan a un órgano judicial dictar una
única condena.
 
7.  Recuerda que en el ordenamiento procesal penal vigente no existe la figura
de la acumulación de procesos, eliminada desde la Ley 600 de 2000 quizá para
efectos de imprimir mayor agilidad a las actuaciones judiciales, pero en claro
detrimento de los intereses legales de las personas sujetas a múltiples causas
punitivas, las cuales ahora sólo encuentran en la acumulación de penas el
medio adecuado y efectivo para paliar su situación judicial.
 
8. En conclusión, para el Ministerio Público, la expresión legal acusada es
contraria al principio de igualdad ante la Ley, lo mismo que al principio de
unidad de respuesta penal que hace parte del derecho al debido proceso
sustantivo.
 
 
VI.           FUNDAMENTOS DE LA DECISIÓN
 
1. Competencia
 
De acuerdo con el mandato contenido en el numeral 4° del artículo 241 de la
Constitución Política, esta Corporación es competente para conocer y decidir
sobre las demandas de inconstitucionalidad que presenten los ciudadanos
contra las leyes, tanto por su contenido material como por vicios de
procedimiento en su formación.
 
Dado que la demanda presentada en este asunto recae sobre el artículo 460
(parcial) de la Ley 906 de 2004, en razón a la presunta existencia de vicios de
fondo, esta Corporación es competente para adelantar el correspondiente
examen de constitucionalidad.
 
2. Problema jurídico y temas jurídicos a tratar
 
El inciso primero del artículo 460 de la Ley 906 de 2004 contempla los
eventos en que procede la acumulación jurídica de penas, y como
consecuencia de ello, la aplicación de  los criterios de dosificación punitiva
previstos  para las hipótesis de concurso de conductas punibles.
 
El inciso segundo de la misma disposición prevé las excepciones a la regla de
procedibilidad de la acumulación jurídica de penas, prevista en el inciso
primero. Mediante la expresión demandada se contempla como una de esas
excepciones, la hipótesis en que la pretendida acumulación involucre “penas
ya ejecutadas”, es decir, penas que ya se hubieren cumplido efectivamente.
 
Para el demandante la inclusión de esa excepción quebranta los artículos 2°,
4°, 13, 29 y 228 de la Constitución, al estimar que es arbitraria la negativa de
aplicar la garantía jurídica prevista en la norma a las personas que,
encontrándose en cualquiera de las hipótesis de procedibilidad previstas en el
inciso primero, ya hubieren cumplido la totalidad de al menos una de las penas
que le fue impuesta, teniendo como único fundamento el factor objetivo de su
ejecución efectiva.
 
Corresponde a la Corte establecer, si efectivamente, la consagración de tal
excepción, en los términos en que fue prevista por el legislador, vulnera los
preceptos constitucionales invocados por el demandante.
 
Con el fin de dar respuesta a la cuestión planteada, la Corte desarrollará los
siguientes temas: (i) hará una breve referencia al alcance de la libertad de
configuración legislativa, en materia punitiva; (ii) determinará el marco
normativo de la expresión demandada, con especial referencia al principio de
unidad del proceso; y (iii) en ese marco se pronunciará sobre los cargos de la
demanda.
 
3. La libertad de configuración del legislador en materia penal
 
3.1. La jurisprudencia constitucional ha señalado de manera reiterada, que el
legislador cuenta con un amplio margen de configuración para el diseño de la
política criminal y el derecho penal, dentro del cual puede optar por diversas
alternativas de regulación, que incluyen la potestad de crear los delitos,
establecer los elementos constitutivos de los tipos penales y sus
correspondientes sanciones, así como el procedimiento a seguir para su
investigación y juzgamiento[5].
 
La competencia amplia y exclusiva del Legislador en este ámbito se basa en el
principio democrático y en la soberanía popular[6]. Sin embargo, tal potestad
legislativa encuentra sus límites en la Constitución Política  y en las normas
que integran el bloque de constitucionalidad, y corresponde a la Corte
Constitucional hacer efectivos dichos límites, cuandoquiera que
se desconozcan por el Legislador los principios, valores o derechos allí
protegidos.[7]
 
3.2. Esta circunstancia, permite que el legislador adopte distintas estrategias
de política criminal, siempre que la alternativa aprobada, además de ser
legítima en cuanto a la forma como se configura, respete los valores, preceptos
y principios constitucionales.  Así las cosas, es evidente que la política
criminal y el derecho penal no se encuentran definidos en el texto
constitucional sino que corresponde al legislador desarrollarlos. La Corte ha
precisado que en el ejercicio de su atribución el Congreso “no puede
desbordar la Constitución y está subordinado a ella porque la Carta es norma
de normas (CP art. 4). Pero, en función del pluralismo y la participación
democrática, el Legislador puede tomar diversas opciones dentro del marco
de la Carta”[8].
 
3.3. La Corte también ha sido constante en sostener que mientras en el
cumplimiento de la función legislativa no resulten contrariados los preceptos
fundamentales “bien puede el legislador crear o suprimir figuras delictivas,
introducir clasificaciones entre ellas, establecer modalidades punitivas,
graduar las penas aplicables, fijar la clase y magnitud de éstas con arreglo a
criterios de agravación o atenuación de los comportamientos penalizados,
todo de acuerdo con la apreciación, análisis y ponderación que efectúe
acerca de los fenómenos de la vida social y del mayor o menor daño que
ciertos comportamientos puedan estar causando o lleguen a causar en el
conglomerado.[9]”(se destaca).
 
Por consiguiente, en ejercicio de la potestad de configuración normativa, el
legislador puede adoptar - entre otras decisiones- las de criminalizar o
despenalizar conductas, atenuar, agravar, minimizar o maximizar sanciones,
regular las etapas propias del procedimiento penal, reconocer o negar
beneficios procesales, establecer o no la procedencia de recursos, designar las
formas de vinculación, regular las condiciones de acceso al trámite judicial de
los distintos sujetos procesales, etc. Sin embargo, como se dijo anteriormente,
el alcance de dicha regulación no puede comprometer la integridad de los
valores, principios y derechos establecidos por la Constitución[10].
 
4. El contexto normativo. Contenido y alcance de la norma en la que se
contiene  la expresión acusada
 
Al precisar el alcance de la disposición bajo examen, esta Corporación no
pretende desconocer que la interpretación autorizada del derecho legislado en
nuestro ordenamiento constitucional corresponde, por regla general, a la
justicia ordinaria. Sin embargo, encuentra la Sala que tanto en la demanda
como en algunas de las intervenciones vertidas en este proceso se presentan
confusiones acerca del supuesto fáctico cobijado por la disposición
demandada; por tanto, se hace necesario fijar su alcance, pues de ello
dependerá el resultado del juicio de constitucionalidad que debe adelantar esta
Corporación.
 
4.1. Consideraciones generales sobre la institución de la acumulación
jurídica de penas.
 
En los sistemas jurídico penales se han diseñado diversas fórmulas para
establecer los criterios que deben aplicarse para la medición judicial de la
pena, cuando concurre un fenómeno, de significativa frecuencia en la práctica
judicial, que la teoría penal ha denominado de unidad o pluralidad de
acciones u omisiones  típicas. Este fenómeno se presenta cuando una misma
persona realiza una conducta (activa u omisiva) penalmente relevante, que
puede hallar adecuación en dos o más tipos penales [11], o cuando realiza un
número plural de conductas jurídicamente desvaloradas que encajan en un
mismo tipo penal[12], o en diversas figuras delictivas[13].
 
El modelo más tradicional es el de la acumulación material de penas, según el
cual la persona debe sufrir tantas penas como acciones hubiere realizado en
sentido jurídico penal. A este  mecanismo se formulan serias objeciones
relacionadas con su inconveniencia: (i) en cuanto podría conducir,
eventualmente, a la cadena perpetua, cuando se trata de la confluencia de
penas privativas de la libertad, o a la confiscación de los bienes del
condenado, frente a la concurrencia de penas pecuniarias; (ii) imposibilita la
unidad de la ejecución penal; (iii) no permite  cumplir con la resocialización
como cometido de la pena.
 
Otro de los modelos es el denominado de absorción, según el cual,
independientemente del número de infracciones a la ley penal en que incurra
la persona, se entiende que la justicia se satisface con la imposición de la pena
prevista para el delito más grave. En contra de este sistema se afirma su
excesiva benignidad, y el desconocimiento de los principios del acto y de 
culpabilidad, que conducen a fenómenos de impunidad.
 
El sistema de  acumulación jurídica de penas, se plantea como un mecanismo
intermedio según el cual, una vez establecida la pena imponible a cada delito
se aplica aquella correspondiente al delito más grave, aumentada en una
determinada proporción[14].
 
Desde el punto de vista  jurídico, esta figura pretende satisfacer una exigencia
de seguridad jurídica estableciendo una metodología para la medición judicial
de la pena cuando concurre el fenómeno del concurso de delitos.
 
Desde el punto de vista filosófico la institución de la acumulación jurídica de
penas es propia de los sistemas punitivos que se oponen a las penas perpetuas;
en los cuales el efecto intimidatorio, presente en las condenas nominales de
larga duración que no son razonablemente expiables en el transcurso de una
vida humana, no constituye una función primaria la pena.
 
Corresponde al respectivo legislador, de acuerdo con los fines político
criminales que lo guíen elegir el mecanismo que estime más adecuado. El
legislador colombiano  optó por el método de la acumulación jurídica de
penas, vinculado a algunos criterios orientadores, tal como se explica a
continuación[15].
 
4.2. La acumulación jurídica de penas en el orden jurídico colombiano
 
Una revisión sistemática del régimen de la acumulación jurídica de penas en el
orden normativo nacional, obliga a hacer una breve referencia a tres
instituciones estrechamente vinculadas a la dogmática de esta figura jurídica:
el concurso de conductas punibles y los principios de unidad  y conexidad
procesal.
 
4.2.1. La acumulación jurídica de penas constituye un mecanismo de
dosificación punitiva vinculado, en principio, al fenómeno del concurso de
conductas punibles, cuya finalidad consiste en  establecer, con fines de
limitación, un criterio razonable para la determinación de la punibilidad en
eventos de concurso ideal[16] o material[17] de delitos. Este mecanismo se opone
al sistema de acumulación aritmética de las penas, en virtud del cual se
impondrían tantas penas como delitos cometidos.
 
De acuerdo con el artículo 31 del Código Penal la persona que incurra en un
concurso de conductas punibles quedará sometido a la pena establecida para la
conducta más grave, aumentada hasta en otro tanto, sin que se supere la suma
aritmética de las condenas debidamente dosificadas, y en ningún caso, el
límite máximo de sesenta (60) años. Así lo contempla la norma en mención:
 
“Concurso de conductas punibles. El que con una sola acción u
omisión o con varias acciones u omisiones infrinja varias disposiciones
de la ley penal o varias veces la misma disposición, quedará sometido a
la que establezca la pena más grave según su naturaleza, aumentada hasta
en otro tanto, sin que fuere superior a la suma aritmética de las que
correspondan a las respectivas conductas punibles debidamente
dosificadas cada una de ellas.  
 
En ningún caso, en los eventos de concurso, la pena privativa de la
libertad podrá exceder de sesenta (60) años.
 
Rasgos determinantes de la figura del concurso de conductas punibles son la
unidad de sujeto activo; la unidad o pluralidad de acciones u omisiones; la
realización de varios tipos penales, o varias veces la misma infracción; y
la unidad de proceso, aspecto éste que por su relevancia para el asunto bajo
examen se destacará a continuación.
 
4.2.2. El principio de unidad procesal
 
La acumulación jurídica de penas guarda así mismo una estrecha relación con
el principio procesal de unidad del proceso conforme al cual por cada delito se
adelantará una sola actuación procesal, independientemente del número de
autores o partícipes. El mismo principio rige el fenómeno de la conexidad, lo
que implica que los delitos conexos, es decir aquellos que conserven un
vínculo, ya sea de naturaleza sustancial o procesal (finalístico, consecuencial,
de modo, de tiempo o de lugar, ect.) de acuerdo con los criterios establecidos
en el artículo 51 de la ley procesal [18], se investigarán y juzgarán
conjuntamente y por ende serán objeto de una misma sentencia. Al respecto
señala el artículo 50 de la Ley 906 de 2004:
 
Unidad procesal. Por cada delito se adelantará  una sola actuación
procesal, cualquiera que sea el número de autores o partícipes, salvo las
excepciones constitucionales y legales.
 
Los delitos conexos se investigarán y juzgarán conjuntamente (...).
 
De tal manera que el principio de unidad  procesal, incorpora la garantía para
el procesado de ser sometido a un solo proceso, y por ende a una única
sentencia, frente a fenómenos de conexidad, hipótesis amplia que abarca, entre
otros, los eventos de concurso delictual. Así se deriva del numeral 2° del
artículo 51 de la Ley 906 de 2004, conforme al cual, uno de los eventos en que
el fiscal o la defensa podrán solicitar al juez de conocimiento se decrete la
conexidad y por ende la acumulación de procesos, es cuando: “se impute a
una persona la comisión de más de un delito con una acción u omisión o
varias acciones u omisiones, realizadas con unidad de tiempo y lugar”.
 
Si bien el legislador ha previsto algunos eventos en que es posible la ruptura
de la unidad procesal[19], tal autorización, que obedece normalmente a razones
de operatividad y conveniencia investigativa, no despoja al procesado por
delitos conexos de la prerrogativa sustancial de obtener una acumulación
jurídica de las penas impuestas en los diferentes procesos a que dio lugar la
ruptura de la unidad procesal, opción jurídica que deberá evaluarse en el
momento de la ejecución de las mismas.
 
Precisados los anteriores conceptos que inciden de manera significativa en el
entendimiento de la institución de la acumulación jurídica de penas tal como
fue establecida en el artículo 460 de la Ley 906 de 2004, procede la Sala a
examinar el sentido y alcance de disposición en la cual se inserta la expresión
demandada.
 
4.2.3. El artículo 460 de la Ley 906 de 2004  contempla el mecanismo de la
acumulación jurídica en relación con las penas privativas de la libertad o de
penas que sean susceptibles de acumulación[20], así:
 
“Acumulación jurídica. Las normas que regulan la dosificación de
la pena, en caso de concurso de conductas punibles, se aplicarán
también cuando los delitos conexos se hubieren fallado
independientemente. Igualmente, cuando se hubieren proferido
varias sentencias en diferentes procesos. En estos casos la pena
impuesta en la primera decisión se tendrá como parte de la sanción
a imponer.
 
No podrán acumularse penas por delitos cometidos con
posterioridad al proferimiento de sentencia de primera o única
instancia en cualquiera de los procesos, ni penas ejecutadas, ni las
impuestas por delitos cometidos durante el tiempo que la persona
estuviere privada de la libertad.”
 
De acuerdo con el diseño establecido por el legislador en relación con esta
institución, se pueden extraer las siguientes reglas:
 
(i) En primer lugar, la garantía que comporta la institución de la acumulación
jurídica de penas radica en que extiende a los eventos de pluralidad de
sentencias condenatorias proferidas en contra de una misma persona, los
criterios de dosificación punitiva previstos por el legislador para el fenómeno
del concurso de delitos[21], a los cuales se hizo referencia en supra 4.2.1.
 
(ii) Por decisión del legislador la acumulación jurídica de penas se aplica a los
delitos conexos (bajo cuya órbita caen los fenómenos concursales), y también
a aquellos eventos en que se hubieren proferido varias sentencias en
diferentes procesos, sin atención al criterio de la conexidad, con las
limitaciones que impone el inciso segundo de la disposición.
 
(iii) El inciso segundo contempla los supuestos de improcedencia de  la
acumulación jurídica de penas, que se contrae a los siguientes eventos: 1.
Cuando los delitos fueren cometidos con posterioridad al momento en que se
profirió sentencia de primera o de única instancia en cualquiera de los
procesos que se pretenden acumular. 2. Cuando la acumulación se pretenda
sobre penas ya ejecutadas, y 3. Cuando la condena que se pretende
acumular se hubiere impuesto por delitos cometidos durante el tiempo de
privación de la libertad del penado.
 
Una visión sistemática de la institución permite entonces concluir que el
legislador concibió la figura de la acumulación jurídica de penas bajo los
siguientes criterios fundamentales: (i) Con un criterio de garantía y limitación
de la punibilidad en eventos de pluralidad de condenas; (ii) bajo el criterio de
la conexidad, que incorpora el derecho a la unidad del proceso, de donde se
deriva que en tales eventos procede la acumulación jurídica de penas en
cualquier tiempo, por tratarse de procesos que debieron ser juzgados
conjuntamente; (iii) bajo el criterio de la prevención en virtud del cual se
excluyen del beneficio de la acumulación jurídica de penas aquellos eventos
en que el condenado continúa delinquiendo, es decir, cuando incurre en
conductas delictivas luego de proferida la primera sentencia o hallándose en
prisión.
 
4.2.4. Un entendimiento del precepto parcialmente acusado, en el marco de
los anteriores criterios fijados por el legislador permite a la Corte concluir que
la expresión “ni penas ya ejecutadas” contenida en el inciso segundo de la
norma en cuestión, no puede conducir a la exclusión de la posibilidad de
acumulación jurídica de penas en eventos de conexidad, cuando una de las
condenas ya se encuentre ejecutada, por cuanto se trata de hechos que
debieron ser objeto de una sola sentencia. Así se hubiese producido una
ruptura de la unidad procesal por razones autorizadas por el legislador (Art.
53 C.P.P.), o una investigación y juzgamiento separados, la persona
condenada conserva el derecho a la acumulación, para efectos de dosificación,
en la fase de ejecución de las condenas proferidas en distintos procesos. 
 
Tratándose de un beneficio establecido a favor del sentenciado, si las penas
eran acumulables pero la acumulación no se produjo por que la petición no se
resolvió de manera oportuna, o no se hizo uso del principio de oficiosidad en
materia penal por parte del juez que vigila la ejecución de las condenas, no
puede considerarse que en tal hipótesis, el cumplimiento de una de las
sanciones excluya la posibilidad de su acumulación jurídica.
 
4.2.5. En conclusión, atendiendo la teleología y la sistemática del instituto de
la acumulación jurídica de penas, encuentra la Corte que la expresión “ni
penas ya ejecutadas” prevista en el inciso 2° del artículo 460 de la Ley 906
de 2004 no puede ser entendida de manera absoluta y referida a todas las
hipótesis previstas en el inciso primero de la disposición.
 
No puede estar referida a las condenas independientes proferidas en distintos
procesos por delitos conexos, por cuanto estos eventos, así operativamente se
hubiere dado una ruptura de la unidad procesal, están amparados por el
principio de unidad de proceso, que debe cobrar plena eficacia en el momento
de la ejecución de la pena, a través del instituto de la acumulación jurídica.
 
En este orden de ideas, el único ámbito admisible para la aplicación del
precepto que excluye la posibilidad de acumulación jurídica respecto
de “penas ya ejecutadas” es el de las condenas producidas en procesos
independientes, en relación con  hechos que no están ligados por ningún
vínculo de conexidad (Art. 51 C.P.P.).
 
Esta interpretación debe dejar a salvo, las demás hipótesis de improcedencia
de la acumulación jurídica de penas previstas en el inciso 2° del artículo 460
del C.P.P., basadas en criterios de prevención y de desestímulo a la
criminalidad. Es decir, que alguna de las penas se hubiere impuesto por delitos
cometidos con posterioridad “al proferimiento de sentencia de primera o
única instancia en cualquiera de los procesos”,  o “por delitos cometidos
durante el tiempo que la persona estuviere privada de la libertad”.
 
4.2.6. La anterior interpretación de la norma en que se inserta el precepto
demandado coincide, en lo que concierne a la acumulación de condenas ya
ejecutadas por delitos conexos, con la posición mayoritaria que ha asumido la
Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia, como órgano a quien
corresponde la interpretación autorizada del derecho penal legislado. La Corte
tendrá en cuenta esta interpretación del órgano responsable de aplicar el
precepto impugnado, con el propósito de fijar el ámbito a partir del cual
ejercerá su competencia de control constitucional[22].
 
4.2.7. Al interpretar y aplicar la regla de exclusión de la acumulación jurídica
en relación con “penas ya ejecutadas”, prevista en el inciso 2° del artículo
460, la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia, bajo la
consideración de que el instituto de la acumulación jurídica de penas entraña
un derecho para el sentenciado, estimó que tal regla debe ser interpretada con
carácter restrictivo. Bajo esa óptica de garantía consideró que la regla de
exclusión relativa a que alguna de las sentencias se encuentre ejecutada, no se
extiende a los delitos conexos.
 
En el siguiente aparte de una decisión emitida  por esa Corporación en sede de
única instancia, se condensa su postura jurisprudencial vigente, respecto de la
acumulación de condenas ejecutadas cuando concurre el fenómeno de la
conexidad:
 
“e) Que las penas no estén ejecutadas y no se encuentren
suspendidas.
 
Oportuno es realizar sobre este particular algunas precisiones que
conducen a establecer, por vía de interpretación sistemática del
procedimiento penal, dos excepciones a la regla:
 
Si la acumulación de penas es un derecho del condenado, sobre lo
cual la Sala no tiene ninguna duda en consideración a que su
procedencia no está sujeta a la discrecionalidad del Juez de Penas,
su aplicación también procede de oficio, simplemente porque la ley
contiene un mandato para el funcionario judicial de acumular las
penas acumulables, que no supedita a la mediación de petición de
parte.
 
Si eso es así, entonces cuando una pena se ejecutaba y era viable
acumularla a otra u otras, pero no se resolvió oportunamente así
porque nadie lo solicitó o porque no se hizo uso del principio de
oficiosidad judicial, son circunstancias que no pueden significar la
pérdida del derecho y, por lo tanto, en dicha hipótesis es procedente
la acumulación de la pena ejecutada. Y,
 
Como se colige del artículo 89 del Código de Procedimiento Penal,
es derecho del procesado que las conductas punibles conexas se
investiguen y juzguen conjuntamente, y consecuencialmente que se
le dicte una sola sentencia y que se le dosifique pena de acuerdo
con las reglas establecidas para el concurso de conductas punibles
en el artículo 31 del Código Penal.
 
No obstante, es posible en determinados casos la no investigación y
juzgamiento conjunto de los delitos conexos, pero persiste la
prerrogativa a que las penas impuestas en fallos independientes se
acumulen, como lo resalta la primera parte del transcrito artículo
470[23].
 
Y así, como también es perfectamente viable que se ejecute la pena
impuesta respecto de un delito conexo sin haberse impuesto la del
otro o sin haber adquirido firmeza la respectiva sentencia, lo cual
sucede en la práctica por múltiples situaciones procesales incluida
la tardanza  judicial en la decisión, no se aviene con la intención
legislativa negar la acumulación jurídica de penas aduciendo que
una de ellas cumplió.  El condenado por conductas conexas en
varios procesos, entonces, tiene derecho en cualquier tiempo a que
las penas impuestas por razón de las mismas le sean
acumuladas”[24]. (Destaca la Sala).
 
En decisión más reciente la Corte Suprema de Justicia, proferida en
proceso de única instancia, ratificó su tesis, acerca del fundamento  de la
acumulación de condenas ya ejecutadas en el siguiente sentido:
 
“3.3.1. La teleología de esta preceptiva consultó el espíritu del
legislador de 2000[25] de abracar con ella todos aquellos casos
susceptibles de acumulación a partir de la ejecutoria de la
resolución de acusación, conforme al artículo 91 del Decreto
2790 de 1990, en procura de impedir las dificultades en la
práctica generadas por la acumulación de juicios y conservar la
posibilidad de acumular jurídicamente las penas impuestas en
los distintos procesos adelantados simultáneamente o que
estuvieron en condición de serlo.
 
La idea de no acumular penas ejecutadas impide el logro de
ese objetivo en hipótesis de delitos conexos, en casos donde
las sentencias estuvieren vigentes en algún momento y no se
decretó la acumulación por cualquier razón y, en general, en
todos aquellos procesos que se tramitaron o pudieron
tramitarse al mismo tiempo y en los cuales se profirieron
sentencias en distintas épocas.
 
En todas éstas hipótesis no se aviene con el objetivo del
instituto supeditar su aplicación a las contingencias propias de
los distintos trámites procesales finalizados con condena y
cuyas penas, en circunstancias posibles, pudieron ser objeto de
acumulación jurídica”[26]. (se destaca).
 
Las anteriores referencias jurisprudenciales permiten afirmar que existe un
desarrollo jurisprudencial en el seno del máximo tribunal de la jurisdicción
ordinaria (Art. 234), que ha fijado el sentido y el alcance real del precepto
analizado, el cual se encuentra debidamente consolidado, y es sobre este
alcance  real, no hipotético, sobre el cual recaerá el juicio de
constitucionalidad.
 
 
 
5. El análisis de los cargos de constitucionalidad
 
5.1. De acuerdo con la demanda, la expresión “ni penas ya
ejecutadas” contendida en el inciso 2° del artículo 460 de la ley 906 de 2004
es violatoria de los artículos 2°, 4°, 13, 29 y 228 de la Constitución Política, al
excluir de la aplicación de la garantía de la acumulación jurídica de penas a las
personas que hallándose en cualquiera de las hipótesis previstas en el inciso
primero de la disposición, hubieren cumplido la totalidad de al menos una de
las condenas impuestas.
 
El demandante centra su argumentación en demostrar que el precepto acusado
vulnera los  principios de igualdad y del debido proceso. El primero, al
estimar que la norma censurada entraña un trato discriminatorio en relación
con las personas que, hallándose en alguno de los eventos contemplados en el
inciso primero de la disposición acusada (concurso, conexidad, o pluralidad de
condenas independientes), hubieren cumplido la totalidad de una de las
condenas.  En cuanto al segundo, por que la prohibición absoluta de acumular
penas ya ejecutadas, con el consiguiente efecto de eliminar la posibilidad de
que se apliquen a esos eventos las reglas de dosificación previstas para el
concurso de conductas punibles, conduce a la instauración del criterio de la
suma aritmética de penas, no contemplado en el régimen punitivo
colombiano. 
 
5.2. La Corte no se pronunciará de fondo sobre el cargo por presunta
vulneración del principio de igualdad en razón a que su formulación no
responde a los criterios de claridad, especificidad y suficiencia  que deben
guiar la instauración de un cargo de inconstitucionalidad [27]. El demandante no
identifica cuales son los supuestos que siendo idénticos, recibieron un trato
diferente e injustificado por parte del legislador. Por el contrario, su
planteamiento  se muestra contradictorio en la medida que parte del
reconocimiento de que la norma regula supuestos de hecho diversos, para los
que, sin embargo, reclama un tratamiento igualitario, circunstancia que
despoja el cargo de la mínima claridad requerida. En efecto, el demandante
considera que debe darse igual trato a supuestos distintos: a los condenados
por delitos conexos cuyas condenas se encuentren vigentes, y a los
condenados por delitos conexos que ya hubieren cumplido alguna de las
condenas impuestas. Esta falencia, en el primer nivel de análisis del juicio de
igualdad que pretendió construir, colocó al demandante en la imposibilidad de
aportar razones específicas y suficientes que  plantearan una oposición
objetiva y verificable entre el contenido de la norma censurada y el artículo 13
de la Constitución.
 
5.3. Los  cargos relativos a la vulneración de los artículos 2°, 4° y 228, se
fundamentan en planteamientos vagos, indeterminados, indirectos y globales
que entrañan quebrantamiento del principio de especificidad, y en
proposiciones que no se derivan del contenido verificable de la disposición
acusada, con lo cual se desconoce el principio de certeza.
 
En este sentido, para fundamentar el cargo relativo a la violación del artículo
2° de Carta el demandante aduce que “con la inconstitucional disposición, el
legislador incumplió su deber obligación de asegurar la vigencia de un orden
justo, como valor superior del Estado en orden a repartir las cargas y
derechos sin consideración a factores circunstanciales como el tiempo de
ejecución de un fallo”.  Como sustento de la violación del artículo 4° señala
que el legislador, con la prohibición que contempla el precepto acusado, se
apartó del mandato constitucional de acatar la Constitución y las leyes (Fol. 4
de la demanda). Y, respecto del artículo 228 de la Carta, expresa  que el
legislador desconoció que el instituto de la acumulación jurídica de penas es
de naturaleza sustancial, con incidencia sobre la punibilidad, pese a que se
encuentra ubicado en la ley procesal. Es evidente la ausencia de una auténtica
confrontación de la norma demandada con los invocados preceptos
constitucionales, por lo que la Corte se inhibirá para emitir pronunciamiento
de fondo  sobre estos apartes de la censura.
 
5.4. En cuanto a la presunta vulneración de la garantía del debido proceso,
encuentra la Corte que la consagración, por parte del legislador, de la figura
de la acumulación jurídica de penas, y la determinación de los eventos en los
que procede, así como de aquellos que quedan excluidos de ese sistema de
dosificación punitiva, son materias que se  ubican  dentro del ámbito de
libertad de configuración normativa del legislador en materia penal.
 
Observa así mismo la Sala que la interpretación que al segmento normativo
demandado le ha dado  el órgano máximo de la jurisdicción encargada de su
aplicación y de la unificación de la jurisprudencia en ese ámbito (la Corte
Suprema de Justicia), se aviene al precepto constitucional que contempla el
debido proceso (Art. 29). De acuerdo con esta interpretación la expresión
acusada “ni penas ejecutadas” que prevé una excepción a la aplicación del
sistema de acumulación jurídica de penas, no es predicable de las condenas 
proferidas por delitos conexos, eventos amparados por el principio de la
unidad del proceso, el cual cobra pleno vigor en el momento de la ejecución
de las distintas sentencias.
 
En materia de conexidad, el debido proceso legal establece que “los delitos
conexos se investigarán y juzgarán conjuntamente” (Art. 50 C.P.P.). Una
eventual ruptura de esa unidad procesal en la fase de investigación, que
obedece generalmente a razones ajenas a la voluntad del procesado, no puede
conducir a que éste sea privado de la posibilidad de obtener una acumulación
jurídica de penas.
 
La garantía de la libertad convoca una vigilancia efectiva por parte del juez
encargado de controlar la ejecución de las sentencias, en tanto que la
acumulación jurídica de penas entraña un derecho sustancial con un
significativo impacto sobre la libertad, que no puede quedar librado a la
discrecionalidad, a la oportunidad o al grado de celeridad con que actúe el
funcionario encargado de velar por la ejecución de las sentencias[28].
 
 En consecuencia, dado que el sentido real, no hipotético, del segmento
normativo acusado, fijado por la jurisdicción responsable de su aplicación se
ajusta a las exigencias del debido proceso, la Corte declarará la  exequibilidad
de la expresión “ni penas ya ejecutadas” contenida en el inciso 2° del artículo
460 del Código de Procedimiento Penal.
 
 
VII. DECISIÓN
 
En mérito de lo expuesto la Corte Constitucional de la República de
Colombia, administrando justicia en nombre del pueblo y por mandato de la
Constitución,
 
RESUELVE:
 
 
Primero. Declarar EXEQUIBLE, por el cargo analizado, la expresión “ni
penas ya ejecutadas”, contenida en el inciso 2° del artículo 460 de la Ley 906
de 2004.
 
 
Notifíquese, comuníquese, cúmplase, e insértese en la Gaceta de la Corte
Constitucional, cúmplase y archívese el expediente.
 
 
 
 
HUMBERTO ANTONIO SIERRA PORTO
Presidente
 
 
 
JAIME ARAÚJO RENTERÍA
Magistrado
Con aclaración de voto
 
 
 
MANUEL JOSÉ CEPEDA ESPINOSA
Magistrado
 
 
 
JAIME CÓRDOBA TRIVIÑO
Magistrado
 
 
 
RODRIGO ESCOBAR GIL
Magistrado
 
 
 
MAURICIO GONZÁLEZ CUERVO
Magistrado
Impedimento aceptado
 
 
MARCO GERARDO MONROY CABRA
Magistrado
 
 
 
NILSON PINILLA PINILLA
Magistrado
 
 
 
CLARA INÉS VARGAS HERNÁNDEZ
Magistrada
Ausente en comisión
 
 
MARTHA VICTORIA SÁCHICA MÉNDEZ
Secretaria General
ACLARACION DE VOTO A LA SENTENCIA C-1086 DE 2008 DEL
MAGISTRADO JAIME ARAÚJO RENTERÍA
 
SENTENCIA DE CONSTITUCIONALIDAD-Jurisprudencia citada en
parte motiva no forma parte del actual estatuto penal (Aclaración de
voto)
 
SENTENCIA DE CONSTITUCIONALIDAD-No puede hablarse de
simultaneidad, para efectos de acumulación, cuando se ha pagado la pena
(Aclaración de voto)
 
Referencia: expediente D-7243
Demanda de inconstitucionalidad contra el
artículo 460 (parcial) de la Ley 906 de 2004
“Por la cual se expide el Código de
Procedimiento Penal”
Magistrado Ponente:
                                                 JAIME CÓRDOBA TRIVIÑO
 
Con el respeto acostumbrado por los fallos de esta Corte, me permito aclarar mi
voto a la presente sentencia, mediante la cual se decide “[d]eclarar exequible,
por el cargo analizado, la expresión “ni penas ya ejecutadas”, contenida en el
inciso 2º del artículo 460 de la Ley 906 de 2004”.
Lo anterior por cuanto considero necesario realizar algunas observaciones
respecto de algunas de las consideraciones expuestas en la parte motiva de esta
decisión. En este sentido, considero en primer término, que la jurisprudencia
que se cita en esta sentencia corresponde al Código Penal anterior y a pesar de
que el magistrado ponente indique que la norma acusada es igual, considero
que hoy esta norma forma parte de un estatuto penal distinto.
Así también debo aclarar en segundo término, que discrepo de la excepción a la
regla general que introdujo la Corte Suprema de Justicia en cuanto se refiere a
las conductas simultáneas, pues el delincuente no puede favorecerse con ello
cuando repite tales conductas en una secuencia temporal. A este respecto,
encuentro que la Corte Suprema se refiere a la hipótesis donde una de las penas
ya había sido ejecutada, para crear una excepción. Por tanto, cuando ya se ha
pagado la pena no puede hablarse de simultaneidad.
Con fundamento en lo anterior, aclaro mi voto a la presente sentencia.
 
Fecha ut supra.
 
 
 
 
 
JAIME ARAÚJO RENTERÍA
Magistrado
 
[1]
 M.P. Yesid Ramírez Bastidas. Radicación No. 7026
[2]
 Aclara la Corte, que la anterior afirmación es inexacta, por cuanto el artículo 505 del Decreto 2700 de 1991,
no contemplaba la expresión acusada a continuación se transcribe su tenor literal: “ARTÍCULO 505.
ACUMULACIÓN JURÍDICA. Las normas que regulan la dosificación de la pena, en caso de concurso de
hechos punibles, se aplicarán también cuando los delitos conexos se hubieren fallado independientemente.
Igualmente, cuando se hubieren proferido varias sentencias en diferentes procesos. En estos casos, la pena
impuesta en la primera decisión se tendrá como parte de la sanción a imponer. Si se tratare de inimputable
que hubiere permanecido bajo medida de seguridad el término de internación se tendrá como parte cumplida
de la pena, de acuerdo con el artículo 102 del Código Penal”. (Diario Oficial No. 40.190, de 30 de
noviembre de 1991).
 
 
[3]
 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, auto de diciembre 19 de 2002.
[4]
 A éstas circunstancias se refirió la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia en providencia del 22 de
noviembre de 2002.
[5]
 Entre otras, se pueden consultar al respecto las Sentencias C- 013 de 1997, C-647 de 2001, C-551 de 2001,
C- 226 de 2002, C-420 de 2002, C-393 de 2002, C- 148 de 2005, C-822 de 2005, C-291 de 2007.
[6]
  Cfr. Sentencia C-148 de 2005.
[7]
  Se afirmó en este sentido en la sentencia C-148 de 2005: “En ese orden de ideas la Corte ha explicado que
si bien el Legislador cuenta con una amplia potestad de configuración normativa  para el diseño de la
política criminal del Estado y, en consecuencia, para la tipificación de conductas punibles es evidente que no
por ello  se encuentra vedada la  intervención  de la Corte cuando  se  dicten normas que sacrifiquen los
valores superiores del ordenamiento jurídico, los principios constitucionales, los derechos fundamentales y
como pasa a examinarse las normas internacionales en materia de derechos humanos  ratificados por
Colombia y que hacen parte del bloque de constitucionalidad (art. 93 C.P.).” En igual sentido, en esta
sentencia se precisó que, de conformidad con la jurisprudencia de esta Corte, el control de constitucionalidad
se debe realizar “no sólo frente al texto formal de la Carta, sino también frente a otras disposiciones a las
que se atribuye jerarquía constitucional  -bloque de constitucionalidad  estricto sensu-, y en relación con
otras normas que aunque no tienen rango constitucional, configuran  parámetros  necesarios para el análisis
de las disposiciones  sometidas a  su  control  -bloque de constitucionalidad   lato sensu-.”
[8]
 Sentencia C-038 de 1995, Fundamento 4.
[9]
 Sentencia C- 013 de 1997.
[10]
 Sentencia C- 248 de 2004, M.P. Rodrigo Escobar Gil.
[11]
 Concurso  ideal o formal  de tipos penales.
[12]
 Concurso real o material homogéneo de tipos penales.
[13]
 Concurso real  material heterogéneo de tipos penales.
[14]
 Con algunos matices diferenciadores este mecanismo corresponde al que en algunos sistemas jurídicos
(Alemania por ejemplo) se denomina de la asperación o exasperación,  consistente en averiguar para cada
infracción la pena correspondiente, y sin sumarlas, adoptar la más grave (no necesariamente la de más larga
duración)  y a partir de ella imponer la sanción conjunta atendiendo a diversos criterios que permiten hacer los
incrementos de rigor.
[15]
 Aunque algún sector de la doctrina discrepa de esta concepción, la Corte Suprema de Justicia, en sostenida
jurisprudencia, ha expresado que ésta  ha sido la metodología adoptada por el legislador colombiano desde
1991 (Decreto 2700 de 1991 Art. 5005).
[16]
 También denominado concurso formal, se presenta cuando el autor, mediante una única acción, realiza al
mismo tiempo una pluralidad de tipos penales, que deben ser investigados y juzgados en un mismo proceso.
[17]
 También conocido como concurso real, se configura cuando se presenta una pluralidad de acciones
independientes, susceptibles de ser adecuadas a uno o varios tipos penales, realizadas por una misma persona,
por lo que concurren para ser investigadas y juzgadas en un mismo proceso.
[18]
 El artículo 51 de la Ley 906 de 2004 contempla los eventos es posible decretar la conexidad a solicitud del
fiscal, en los siguientes términos: “Conexidad. Al formular la acusación el fiscal podrá solicitar al juez de
conocimiento que se decrete la conexidad cuando: 1. El delito haya sido cometido en coparticipación
criminal. 2. Se impute a una persona la comisión de más de un delito con una acción u omisión o varias
acciones u omisiones, realizadas con unidad de tiempo y lugar. 3. Se impute a una persona la comisión de
varios delitos, cuando unos se han realizado con el fin de facilitar la ejecución o procurar la impunidad de
otros; o con ocasión o como consecuencia de otro. 4. Se impute a una o más personas la comisión de uno o
varios delitos en los que exista homogeneidad en el modo de actuar de los autores o partícipes, relación
razonable  de lugar y tiempo, y, la evidencia aportada en una de las investigaciones pueda influir en la otra.
PAR. La defensa en la audiencia preparatoria podrá solicitar se decrete la conexidad invocando alguna de las
causales anteriores.
[19]
Artículo 53. Ruptura de la unidad procesal. Además de lo previsto en otras disposiciones, no se conservará la
unidad procesal en los siguientes casos: 1. Cuando en la comisión del delito intervenga una persona para cuyo
juzgamiento exista fuero constitucional o legal que implique cambio de competencia o que esté atribuido a una
jurisdicción especial.2. Cuando se decrete nulidad parcial de la actuación procesal que obligue a reponer el trámite
con relación a uno de los acusados o de delitos.3. Cuando no se haya proferido para todos los delitos o para todos
los procesados decisión que anticipadamente ponga fin al proceso.4. Cuando la terminación del proceso sea
producto de la aplicación de los mecanismos de justicia restaurativa o del principio de oportunidad y no comprenda
a todos los delitos o a todos los acusados.5. Cuando en el juzgamiento las pruebas determinen la posible existencia
de otro delito, o la vinculación de una persona en calidad de autor o partícipe. Parágrafo. Para los efectos indicados
en este artículo se entenderá que el juez penal de circuito especializado es de superior jerarquía respecto del juez de
circuito.
 La acumulación de penas de multa se rige por norma especial. El artículo 39 numeral 4° del Código Penal
[20]

establece: “La pena de multa se sujetará a las siguientes reglas: (…) 4. Acumulación. En caso de concurso
de conductas punibles o acumulación de penas, las multas correspondientes a cada una de las infracciones se
sumarán, pero el total no podrá exceder del máximo fijado en el este artículo para cada clase de multa”.
[21]
 Sobre la técnica que debe guiar el proceso de dosificación punitiva, en virtud de la acumulación jurídica
de penas dijo la Corte Suprema de Justicia: “A eventos como la acumulación jurídica de penas, según el texto
normativo citado, han de integrarse las reglas que regulan la dosificación de la pena en el caso de concurso
de conductas punibles, sin que ello, por supuesto, suponga una nueva graduación de la pena - tal y como si
ella nunca se hubiese fijado -, pues su correcto entendimiento alude a que la tasación de la pena se hará
sobre las penas concretamente determinadas, tal y como la Sala lo ha dicho, entre otras dentro de las causas
que ahora se tratan en los siguientes términos”. (Corte Suprema de Justicia. Proceso 18.911, Auto de única
instancia, 18 de febrero de 2005).
 
 
[22]
 Al referirse a la doctrina del derecho viviente ha señalado esta Corporación que “[A]tender el derecho vivo
es una garantía de que la norma sometida a su control realmente tiene el sentido, los alcances, los efectos o
la función que el juez constitucional le atribuye”.// “El juicio de constitucionalidad no debe recaer sobre el
sentido normativo de una disposición cuando éste es diferente al que realmente le confiere la jurisdicción
responsable de aplicarla. El cumplimiento efectivo de la  misión institucional que le ha sido confiada a la
Corte Constitucional como guardián de la integridad y supremacía de la Constitución, requiere que ésta se
pronuncie sobre el sentido real de las normas controladas, no sobre su significado hipotético” (Sentencia C-
557 de 2001). En el presente evento se cumplen los presupuestos que conforme a la jurisprudencia de esta
Corte  permiten  afirmar la existencia de una orientación jurisprudencial dominante bien establecida. En
efecto, (i) la interpretación judicial que se destaca es consistente en la medida que incorpora un sentido
normativo que ha logrado consolidarse; (ii) en este sentido cabe mencionarse las siguientes decisiones
(providencia de abril 24 de 1997, M.P. Fernando Arboleda Ripoll; providencia de abril 19 de 2002, M.P.
Yesid Ramírez Bastidas; providencia de noviembre 19 de 2002, M.P. Yesid Ramírez Bastidas; providencia de
noviembre 22 de 2004, M.P Yesid Ramírez Bastidas; providencia (tutela) de julio 21 de 2004, M.P. Sigifredo
Espinosa; providencia (tutela ) de enero 31 de 2008, Rad. 35012); (iii) la interpretación judicial contenida en
las mencionadas decisiones es relevante para fijar el significado de la norma objeto de control, y en particular
para fijar el alcance del segmento normativo demandado. (Cfr. C-557 de 2001).
 
[23]
 La interpretación se refiere al contenido del artículo 470 de la Ley 600 de 2000, el cual es reproducido con
exactitud por el artículo 460 de la Ley 906 de 2004, por lo que la interpretación resulta totalmente pertinente.
[24]
 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal. Radicación No. 7026, providencia de noviembre 19 de
2002.
[25]
 Cabe precisar que el contenido del artículo 470 de la Ley 600 de 2000, es reproducido por el artículo 460
de la Ley 906 de 2004.
[26]
 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, Única instancia, Radc. 7.026, M.P. , auto de octubre 27
de 2004, M.P. Yesid Ramírez Bastidas.
[27]
 Cfr. Sentencia C-1052 de 2001.
[28]
 El artículo 38 de la Ley 906 de 2004, establece que los jueces de ejecución de penas y medidas de
seguridad conocerán: (…)  “De la acumulación jurídica de penas en caso de varias sentencias condenatorias
proferidas en procesos distintos contra la misma persona.”

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