Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Etica de La Razon Cordial Educar en La Ciudadania
Etica de La Razon Cordial Educar en La Ciudadania
BIBLIOGRAFÍA
RECENSIONES
Ética
Cortina [Orts], Adela (2007) Ética de la acepciones de cambio: el pensamiento de
razón cordial. Educar en la ciudadanía la autora pasa de una ética fundamentada
en el siglo XXI, Oviedo, Nobel (Premio en un discurso racional a una ética que se
internacional de ensayo. Jovellanos, 2007), reconoce también en la razón cordial, una
268 pp. ethica cordis. La ética de la razón cordial
estaba incoativamente en la ética mínima
En la trayectoria intelectual hay giros que propuesta por la autora hace veintidós años,
señalan nuevos horizontes, hay otros que aunque entonces era un horizonte amaga‑
pretenden profundizar condiciones no do, que ahora comienza a desplegarse en
exploradas, otros significan revisiones toda su amplitud.
de líneas orientadoras. Este libro de la
profesora Adela Cortina Orts (Universidad La personalidad de Adela Cortina, cate‑
de Valencia) se sitúa en las dos primeras drática de Filosofía Moral y Política en la
548 BIBLIOGRAFÍA
del politeísmo moral, para instaurar un En este momento la autora enuncia su pro‑
verdadero pluralismo basado en un capital pósito: “Superar las limitaciones y modular
ético conjunto? Aquel proyecto buscaba el marco originario, teniendo en cuenta la
profundizar, socializar y hacer estimar una nueva situación en el nivel local y global, es
ética de las personas en cuanto ciudadanas, lo que se propone una ética mínima que,
una ética cívica. Buscar los fundamentos reformulada, se convierte en ethica cordis”
compartidos, “dar razón” de la bondad (p. 22). Esta formulación se completa en otras
de las acciones morales, a partir no sólo dos ocasiones: “… la relación de reconoci
de la plural moral de la vida cotidiana, la miento mutuo nos constituye. Y en esta línea
moral vivida, sino de la reflexión ética, la de entender el reconocimiento, pero yendo
moral pensada, se mostraba como la forma más allá de la ética del discurso, pretende
de prevenir todo tipo de fundamentalismos situarse el presente libro” (p. 161, cap. 7) y
(económico, político o fáctico) en una so‑ “El propósito de este libro es desarrollar lo que
ciedad que abandonaba apresuradamente en alguna ocasión he llamado una “versión
el monismo. Con esta explicación la profe‑ cálida” de la ética del discurso, una versión
sora Cortina daba cuenta de su incipiente preocupada… también por los aspectos
contribución al paso del monismo moral, cordiales” (p. 221, cap. 9). En el séptimo
imperante hasta entonces en España, al epígrafe de este primer capítulo, a partir de
pluralismo que después no ha hecho sino una referencia al prólogo de Aranguren a
crecer y profundizarse. En ese pluralismo su citado escrito de 1986, Cortina esboza el
las éticas de máximos estaban llamadas a contenido de la que llama ética de la razón
presentar razonablemente sus ofertas, por cordial, desarrollada más adelante (cap. 8),
medio del diálogo ejercitado en el ámbito con referencias a la responsabilidad social
de la intersubjetividad ética, más allá del empresarial, a la ética dialógica de Apel y
subjetivismo y del relativismo. Es importante Habermas y a los nuevos desafíos cívicos de
esta referencia a lo intersubjetivo (pp. este comienzo de siglo: multiculturalismo, am‑
17-19), pues Cortina anuncia su opción pliación de las éticas aplicadas, ciudadanía
por el “procedimentalismo ético”, que cívica de la sociedad civil, democracia radical
sigue considerando válido “sólo que con deliberativa, ampliación de la ciudadanía
modificaciones sustanciales” (p. 19). Para hacia lo económico, ética cívica global. Es
ello la autora confiesa haber recurrido al cierto que hace once años, en su Ciudadanos
que a su juicio es “el método de la filosofía del mundo (1997), había tratado casi todos
por antonomasia: el método transcendental” estos temas, de forma sucesiva y ordenada,
kantiana (en cursiva en el original; todas aunque ahora renueve la forma de aproxi‑
las cursivas de que haga uso en esta recen‑ marse a ellos. Un séptimo aspecto es nuevo
sión son originales de la autora, salvo las en esta ocasión: ¿existe una comunidad
usadas para citar títulos de libros o para ética más allá de la humanidad? (p. 31),
palabras en lengua distinta al castellano), donde se afronta la cuestión de nuestros
desarrollada por la ética del discurso de la comportamientos en relación con el mundo
segunda mitad del s. XX. animal, y por extensión con la naturaleza.
Esta cuestión afecta al concepto central de
Hoy la autora afirma que aquel proyecto la ética moderna: el concepto de persona.
(“que mantengo” p. 22) tenía grandes li Sobre este punto vuelve más adelante (pp.
mitaciones a superar, veinte años después. 240-243).
550 BIBLIOGRAFÍA
ya 18 años por Victòria Camps (Virtudes a Christine M. Korsgaard (que se refiere
públicas, Madrid 1990), Cortina reacciona a las distintas identidades prácticas de
contra la posición que deriva de Maquiavelo cada persona ligadas a sus distintos roles
y Hobbes, para hacer una apología de la sociales) y al comunitarista canadiense
simpatía: “la simpatía por el interés público Charles Taylor (que entiende la identidad
es la fuente de la aprobación moral que moral como aquella instancia desde la que
acompaña a esa virtud [la justicia]” (p. una persona da prioridad a unos valores y
84). La educación de las emociones y su relega otros). En ese punto se recuerda la
contrapunto, el analfabetismo emocional, clásica afirmación antropológica de Zubiri
con referencias a la Ética nicomaquea y a y de Aranguren sobre la estructura moral
D. Goleman, van conduciendo la reflexión del ser humano (cfr. Aranguren, José L.
de la autora en este capítulo. A partir de [López], Ética, Madrid, 51972 (1958), Revista
este desarrollo la autora llega a la presen‑ de Occidente, pp. 71-87). Las páginas
tación de un tertium quid junto a la “mano siguientes constituyen una presentación
de hierro” del Estado y la “mano invisible” sumaria pero clara de las tesis de Rawls,
del mercado: la “mano intangible” de la seguida de ideas de Amartya Sen, todo
sociedad civil (p. 92) y la defensa de la ello desde la matriz kantiana que profesa
kudomanía o “economía de la estima” la autora: “el vínculo con la humanidad: la
(también una tercera dimensión junto a innegable pretensión de universalidad” (p.
economía y política). La autora se detiene 117), en la que se vuelve a lo obligatorio y
en útiles consideraciones sobre la cultura lo intersubjetivo para establecer qué normas
social, los medios de comunicación, etc., serían aceptables en un Reino de los Fines
para, pasando por la “ilustración escocesa”, (Kant) desde un diálogo con los afectados
concluir que es necesario un bagaje sen‑ (ética del discurso). La “simpatía moral”,
tiente de sensibilidad (orgullo, humillación, siguiendo la tradición escocesa, habilitaría
simpatía) para comprender “la grandeza para compartir con los otros sus dolores y
de la ley de la humanidad” (Kant). alegrías, para compartir un sentimiento de
“humanidad”, lo que llevaría a la capacidad
El capítulo 5, “Autonomía obliga”, permite de aproximarse, de compartir sufrimientos
a la autora presentar su comprensión de la y desgracias, al reconocimiento desde la
libertad. Aprovechando la contraposición defensa de la libertad: eleuteronomía (sobre
de B. Constant (1819) entre la libertad de esta expresión de Jesús Conill se vuelve a
los antiguos y los modernos, Cortina afirma hablar en p. 199).
que “la libertad entendida como autonomía
es la capacidad de darse leyes a sí mismo En el siguiente capítulo, en una perspec‑
y de auto-obligarse a cumplirlas” (p. 104). tiva aún clásica, la autora, de la mano
Desde esa afirmación se despliega la pro‑ de Ortega y Scheler, se aproxima a una
posición de la ética kantiana, descartando temática ineludible para la reflexión ética:
como fuentes de obligación moral, no sólo los valores, que sólo pueden degustar quien
el interés calculado como la simpatía o el tiene la capacidad humana de estimar.
afán de reputación, sino el doble vínculo “Degustar los valores” es pues la propuesta
con uno mismo y con los demás seres, del capítulo 6. La necesidad de valorar y
desde donde se pasa a las cuestión de de reconocer las necesidades humanas es
la identidad moral, con alguna alusión la perspectiva en que se sitúa el debate
552 BIBLIOGRAFÍA
del discurso: la razón cordial. La profesora de los anteriores, sean Blaise Pascal, Alexis
Cortina anuncia en el final del capítulo 7 el de Tocqueville y Robert N. Bellah, quien
giro de su proyecto filosófico más allá de con su Hábitos del corazón (Madrid 1989)
la ética del discurso. A él se consagrarán desarrollaba su concepción de los valores de
los capítulos 8 y 9. la cultura cívica de los Estados Unidos1. En
resumen, como dice Zubiri, el corazón es el
En el capítulo 8 se imprime un giro al libro conocimiento constitutivo del ser cotidiano
y comienza la parte que me he atrevido a y radical del hombre (p. 193).
llamar “manifiesto” de la ética cordial, la
parte más innovadora: “El reconocimiento El resto del capítulo se dedica a mostrar
cordial”. Para hablar de justicia es preciso cómo la ética del discurso, a la que la autora
contar con las razones de la razón y con no renuncia, “se queda corta” (p. 195),
las razones del corazón sin reducirse al y reconoce la crítica que éticas formales
discurso lógico. La compasión es el motor (Kant) y éticas procedimentales (Habermas)
de un sentido de justicia que tiene en cuenta han recibido por separar las normas de los
el dolor de otros. El complemento entre la valores. La mencionada “eleuteronomía” ha
dimensión argumentativa y la dimensión de convertirse en “eleuteropatía”, “pathos”
cordial expuesto al comienzo del capítulo me o com-pasión por la libertad. La exposición
ha hecho pensar en la propuesta del filósofo de la tesis de la Teoría de la justicia de Rawls
francés Jean-Marc Ferry, hace ya unos años, (1971) y de la doctrina de la capacitación
que se planteaba el dilema entre narración personal o empoderamiento (“empower‑
o argumentación en su pequeño ensayo ment”) para la autonomía de las personas de
sobre l’Éthique reconstructive (Paris 1996, Amartya Sen permite concluir a Cortina que
Cerf). En él Ferry intentaba superar una esa capacitación debe realizarse contando
ética sin las aporías de una aproximación con el consentimiento de los afectados. Los
narrativa (con remisión explícita a Ricoeur), últimos epígrafes se centran en cuestiones
a partir de una recuperación de la memoria epistémicas de la ética cordial y en la razón
que fundase la posibilidad de una ética del prudencial, “la que trata de comprender en
discurso o procedimental (Ferry se refería los contextos concretos cuál es el camino
a Habermas). Adela Cortina habla en ese más adecuado para el fin que se persigue”
momento de razón íntegra como razón cor‑ (p. 209), pero que no debe oscurecer lo que
dial lo que nos hace pensar en los Maritain, sea más justo. No podemos conformarnos
pero no sólo en el Jacques de Humanisme con la prudencia y la estrategia, sino apostar
intégral (1936), sino en Les grandes amitiés por la justicia y apostar por el reconoci‑
de su esposa Raïssa, especialmente en su miento de los derechos de los otros en la
primera parte publicada en Nueva York comunidad, con la esperanza de llegar a
en 1941. Recuperar esa parcela del saber un consenso sobre intereses universalizables
olvidada es tarea de una inteligencia que (p. 212). Éste debe ser, no obstante, un
se sepa también “sentiente” (Xavier Zubiri, reconocimiento compasivo inscrito en las
1980). No es una casualidad que los autores “luchas por el reconocimiento”. Al final del
citados por Cortina en este capítulo, además capítulo la autora formula el Principio del
1
Cfr. J. Conill Sancho (1998) “Ideologías políticas” en Cortina, A., directora (1998) 10 palabras clave
de Filosofía política, Estella (Navarra), Verbo Divino, pp. 212-258, aquí p. 235, e ibid. nota 44.
554 BIBLIOGRAFÍA
el “analfabetismo emocional”, se suceden lema, competentes, conscientes, compasi
para concluir en la doble y complementaria vos y comprometidos, con que el anterior
dimensión de la educación del deseo: el de prepósito general de la Compañía de Jesús
lo útil (lo deseable, por beneficioso) y el de sintetizaba nuestro proyecto educativo. Los
lo admirable. Para esa educación, “el pro‑ jesuitas, según la universalmente conocida
blema mayor” de la sociedad según Kant, la fórmula acuñada por el padre Arrupe en el
autora vuelve a Aristóteles, a la necesidad discurso al congreso mundial de los anti‑
de virtudes arraigadas, entre ellas la amistad guos alumnos, celebrado precisamente en
cívica. La sociedad del conocimiento no Valencia en 1973, había dicho que éstos
puede ser una sociedad “baja de moral” debían ser educados como hombres [y mu‑
ni “ignorante en moral”, sino capacitada jeres, añadimos después] para los demás.
para diseñar alternativas humanizadoras El sucesor de Arrupe, el neerlandés Peter-
y viables, presentarlas ante las instancias Hans Kolvenbach, resumió así el proyecto
de poder y traducirlas en mensajes que educativo: hombres y mujeres competentes,
pueda captar la opinión pública. En las conscientes, compasivos y comprometidos2.
páginas siguientes se recupera la virtud de Los jesuitas formulamos el proyecto edu‑
la prudencia, que había quedado un poco cativo para nuestro tiempo en los mismos
malparada en páginas anteriores. Entra términos que unen compasión y justicia. Me
ahora la prudencia para ilustrar algo sobre ha parecido una feliz coincidencia.
el conocido debate entre “materialistas” y
“postmaterialistas” (Inglehart), lo que sirve A este libro, bella y cuidadosamente
a la autora para demandar gobernantes y editado, se le pueden hacer pequeñas
ciudadanos prudentes y concluir con una observaciones tipográficas u ortográficas,
propuesta de sabiduría cordial que integre sobre todo en relación con la bien selec‑
el sentido de la justicia y el sentido de la cionada bibliografía de cada capítulo: en
gratuidad (pp. 260-261). Me permito con‑ la p. 32 la Ética de Aranguren es citada
cluir estas líneas con las, a su vez, últimas de forma incompleta, lo que no sucede en
líneas del libro: “Educar para el siglo XXI la p. 76; tal vez sería interesante citar las
sería formar ciudadanos bien informados, más recientes reediciones de esta obra
con buenos conocimientos, y asimismo realizadas por Biblioteca Nueva (Madrid
prudentes en lo referente a la cantidad y la 1997) o por Alianza (Madrid 2006). En la
calidad. Pero es también, en gran medida, p. 53 no aparece el nombre completo de
en una enorme medida, educar personas Th. W. Pogge, y la cita del libro de Rifkin
con corazón, con un profundo sentido de la no sigue el orden de las restantes. En la
justicia y de la gratuidad” (p. 263). El autor p. 77 el título de M. Mauss es Essai sur le
de esta recensión, al llegar a este capítulo don3. ¿Sobraría el nombre Blaise junto a
no ha podido dejar de recordar aquel Pascal (p. 128), supuesto que en esa misma
2
Me referí a esa síntesis en “La universidad y la misión de la Compañía de Jesús”, en Delgado, M.,
López, M. C. y Romero, J. J., coordinadores (2005) Economía y territorio. La Comunidad Autónoma
Andaluza (Homenaje al profesor Adolfo Rodero), Bilbao–Córdoba, Desclée de Brouwer–etea, pp.
43-64. En ese escrito se contextualiza la citada frase de Kolvenbach.
3
El subtítulo: forme et raison de l’échange dans les sociétés archaïques.
556 BIBLIOGRAFÍA