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ISSN 0015 6043

BIBLIOGRAFÍA

Secciones: Agricultura y alimentación / Ciencias de las religiones y Teología


/ Derecho / Desarrollo y cooperación / Desarrollo rural y sociología rural
/ Economía / Economía social / Educación y Psicología / Empresa / Ética
/ Filosofía / Historia / Historia social y económica / Pensamiento social
cristiano / Política / Sociología / Varios

Autores: Rafael Aguilar Priego es licenciado en administración y dirección de empresas


(lade) por ETEA, Universidad de Córdoba. Vicente González Cano y J. Antonio Ariza Mon-
tes son profesores del Departamento de Economía General, Ciencias Sociales y Derecho
de Etea – Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, adscrita a la Universidad de
Córdoba; y los miembros de la redacción. Las siguientes siglas, que aparecen al pie de las
noticias, arf, csdp, jjrr, jrd y rap, corresponden a los autores habituales de las reseñas. Julio
Rueda Dotor es heterónimo de un miembro de la redacción.

RECENSIONES

Ética
Cortina [Orts], Adela (2007) Ética de la acepciones de cambio: el pensamiento de
razón cordial. Educar en la ciudadanía la autora pasa de una ética fundamentada
en el siglo XXI, Oviedo, Nobel (Premio en un discurso racional a una ética que se
internacional de ensayo. Jovellanos, 2007), reconoce también en la razón cordial, una
268 pp. ethica cordis. La ética de la razón cordial
estaba incoativamente en la ética mínima
En la trayectoria intelectual hay giros que propuesta por la autora hace veintidós años,
señalan nuevos horizontes, hay otros que aunque entonces era un horizonte amaga‑
pretenden profundizar condiciones no do, que ahora comienza a desplegarse en
exploradas, otros significan revisiones toda su amplitud.
de líneas orientadoras. Este libro de la
profesora Adela Cortina Orts (Universidad La personalidad de Adela Cortina, cate‑
de Valencia) se sitúa en las dos primeras drática de Filosofía Moral y Política en la

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Universitat Literària de València, destaca Su producción es ya muy amplia y la conso‑
entre los pensadores actuales españoles lida como uno de los referentes de las letras
capaces de esa triple virtud en un mismo hispánicas en filosofía moral, en la mejor
hacer: la novedad de planteamientos, la tradición de la filosofía española del siglo
cortesía de la claridad y la honradez de XX en la que se inscriben Ortega, Zubiri y
pensamiento. En 1986 apareció su obra Aranguren. Entre los títulos más importantes
programática, Ética mínima. Introducción o significativos en el ámbito de la filosofía
a la filosofía práctica, a la que se refiere práctica queremos destacar los siguientes:
reiteradamente en Ética de la razón cordial Razón comunicativa y responsabilidad
(pp. 9, 12, 13, 23). “Veinte años después” solidaria (Salamanca 1985, Sígueme), Ética
(p. 9), la autora ha presentado su actual mínima. Introducción a la filosofía práctica
libro-manifiesto a un premio internacional (Madrid 1986, Tecnos), Ética sin moral
de ensayo, Jovellanos, en su cuatordécima (Madrid 1990, Tecnos), Ética aplicada y
convocación (2007), y lo ha obtenido. El democracia radical (Madrid 1993, Tecnos),
libro que comentamos, en una edición Ciudadanos del mundo. Hacia una teoría
sobria y correcta, pero prácticamente de la ciudadanía (Madrid 1997, Alianza),
desaparecida del efímero mercado de los Alianza y contrato. Ética, Política. Religión
(Madrid 2001, Trotta). En el ámbito de las
libros, suponemos corresponde al trabajo
éticas aplicadas (empresa, consumo, edu‑
presentado al premio mencionado.
cación, economía, etc.) también es autora,
codirectora o coeditora de interesantes
La autora nació en Valencia, y en su uni‑
trabajos. Además, la profesora Cortina,
versidad estudió Filosofía, licenciándose y
buena conocedora de la filosofía de Kant, se
doctorándose en la misma. Amplió poste‑
ha ocupado de la edición de alguna de las
riormente estudios en Munich y en Frankfurt
obras de ética del filósofo prusiano, como
(beca de la DAAD y de la Humboldt Stifung). La Metafísica de las Costumbres, para cuya
Es directora de la Fundación étnor, dedicada edición en 1989 (Madrid 31999, Tecnos),
a estudios sobre ética empresarial y vocal escribió un importante “Estudio preliminar”
de diversos organismos consultivos, entre (pp. XV-XCI), que versaba sobre la génesis
otros la Comisión nacional de Reproducción de la metafísica de las costumbres y propor‑
Humana Asistida o el Consejo asesor del cionaba algunas claves de la filosofía del
Ministerio de Sanidad y Consumo. Asimis‑ derecho de Kant. La autora y Jesús Conill
mo dirige el programa interuniversitario de Sancho hicieron la traducción anotada
doctorado “Ética y Democracia”. Sus temas del original.
de reflexión e investigación giran en torno
a la ética en una sociedad pluralista: ética El capítulo 1 de esta obra se titula “Ética
fundamental y éticas aplicadas, así como mínima como ethica cordis”. En él la autora
filosofía política (ciudadanía, democracia, nos presenta el proyecto intelectual que se
desarrollo humano). Colabora en diversas propuso hace veinte años cuando publicó
publicaciones periódicas de opinión, así Ética mínima. ¿Era posible compartir un
como en revistas especializadas, siendo conjunto de principios y valores éticos en
miembro de algunos de sus consejos de aquella sociedad, naciente a un fuerte
redacción, entre ellos del de nuestra Revista pluralismo?, ¿era posible un capital ético
de Fomento Social. compartido?, ¿era posible sortear el riesgo

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del politeísmo moral, para instaurar un En este momento la autora enuncia su pro‑
verdadero pluralismo basado en un capital pósito: “Superar las limitaciones y modular
ético conjunto? Aquel proyecto buscaba el marco originario, teniendo en cuenta la
profundizar, socializar y hacer estimar una nueva situación en el nivel local y global, es
ética de las personas en cuanto ciudadanas, lo que se propone una ética mínima que,
una ética cívica. Buscar los fundamentos reformulada, se convierte en ethica cordis”
compartidos, “dar razón” de la bondad (p. 22). Esta formulación se completa en otras
de las acciones morales, a partir no sólo dos ocasiones: “… la relación de reconoci­
de la plural moral de la vida cotidiana, la miento mutuo nos constituye. Y en esta línea
moral vivida, sino de la reflexión ética, la de entender el reconocimiento, pero yendo
moral pensada, se mostraba como la forma más allá de la ética del discurso, pretende
de prevenir todo tipo de fundamentalismos situarse el presente libro” (p. 161, cap. 7) y
(económico, político o fáctico) en una so‑ “El propósito de este libro es desarrollar lo que
ciedad que abandonaba apresuradamente en alguna ocasión he llamado una “versión
el monismo. Con esta explicación la profe‑ cálida” de la ética del discurso, una versión
sora Cortina daba cuenta de su incipiente preocupada… también por los aspectos
contribución al paso del monismo moral, cordiales” (p. 221, cap. 9). En el séptimo
imperante hasta entonces en España, al epígrafe de este primer capítulo, a partir de
pluralismo que después no ha hecho sino una referencia al prólogo de Aranguren a
crecer y profundizarse. En ese pluralismo su citado escrito de 1986, Cortina esboza el
las éticas de máximos estaban llamadas a contenido de la que llama ética de la razón
presentar razonablemente sus ofertas, por cordial, desarrollada más adelante (cap. 8),
medio del diálogo ejercitado en el ámbito con referencias a la responsabilidad social
de la intersubjetividad ética, más allá del empresarial, a la ética dialógica de Apel y
subjetivismo y del relativismo. Es importante Habermas y a los nuevos desafíos cívicos de
esta referencia a lo intersubjetivo (pp. este comienzo de siglo: multiculturalismo, am‑
17-19), pues Cortina anuncia su opción pliación de las éticas aplicadas, ciudadanía
por el “procedimentalismo ético”, que cívica de la sociedad civil, democracia radical
sigue considerando válido “sólo que con deliberativa, ampliación de la ciudadanía
modificaciones sustanciales” (p. 19). Para hacia lo económico, ética cívica global. Es
ello la autora confiesa haber recurrido al cierto que hace once años, en su Ciudadanos
que a su juicio es “el método de la filosofía del mundo (1997), había tratado casi todos
por antonomasia: el método transcendental” estos temas, de forma sucesiva y ordenada,
kantiana (en cursiva en el original; todas aunque ahora renueve la forma de aproxi‑
las cursivas de que haga uso en esta recen‑ marse a ellos. Un séptimo aspecto es nuevo
sión son originales de la autora, salvo las en esta ocasión: ¿existe una comunidad
usadas para citar títulos de libros o para ética más allá de la humanidad? (p. 31),
palabras en lengua distinta al castellano), donde se afronta la cuestión de nuestros
desarrollada por la ética del discurso de la comportamientos en relación con el mundo
segunda mitad del s. XX. animal, y por extensión con la naturaleza.
Esta cuestión afecta al concepto central de
Hoy la autora afirma que aquel proyecto la ética moderna: el concepto de persona.
(“que mantengo” p. 22) tenía grandes li­ Sobre este punto vuelve más adelante (pp.
mitaciones a superar, veinte años después. 240-243).

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En el capítulo 2, con un título de reminis‑ del renacimiento (Maquiavelo) han de tener
cencia “tayloriana”, se explican “Las fuentes en cuenta el sometimiento al más fuerte, a
de la razón moral”. En él la cuestión de la su interés, según la expresión de Albert
interdependencia, relacionada con las po‑ Hirschman que sirve de título al capítulo. Éste
líticas de reconocimiento y de cooperación, es un resumen de alguna de las cuestiones
llevan a la autora a la reflexión sobre la importantes de la filosofía política moderna.
naturaleza de los vínculos por los que nos En la comunidad política (la referencia al
(ob-)ligamos unos con otros. Para Cortina Leviatán es obvia) la fuente de la obligación
re-conocimiento y ob-ligación son los fun‑ moral no es el reconocimiento o la exis‑
damentos de la moral, sobre la que realiza tencia de algún vínculo (ob-ligatio), como
diversas explicaciones en torno a las dife‑ se afirmaba al final del capítulo anterior,
rentes terminologías utilizadas, incluida la sino “el pacto nacido del temor a la muerte
distinción usada por Hegel para diferenciar violenta y a la pérdida de la propiedad”
la “Moralidad” kantiana de la “Eticidad”, (p. 63). La fábula de Giges, el rey lidio
que era la propuesta hegeliana. Citando a poseedor de un anillo mágico que hacía
MacIntyre, Taylor y Korsgaard, Cortina se invisible a su portador, descubre la “in-
refiere a los recientes intentos de reconstruc‑ consistencia” de la obligación moral cuando
ción de las fuentes de la normatividad moral, nos encontramos ante la “invisibilidad” del
y ella misma, a partir de una fábula debida sujeto, y por tanto la invalidez de cualquier
al novelista y reformador social inglés H. G. teoría de la justicia al servicio de intereses
Wells (1866-1946), la de La isla del doctor premorales como son mantener la vida o
Moreau (Madrid 1990, Anaya), a la que la propiedad. Avanza el capítulo por los
ya recurrió un tanto enigmáticamente en la derroteros del interés más allá del cálculo,
oscura introducción (“Del grotesco teológico del individualismo posesivo (Macpherson)
al grotesco político”) a su libro claro Ciuda­ del principio (¿capitalista?) del intercambio
danos del mundo (1997), intenta reconstruir infinito (p. 71) y de la exclusión de quienes
también la génesis de la moral. La autora se no tienen nada que intercambiar en las
encuentra con que en su fábula las normas condiciones prefijadas: la invisibilidad
morales, como “leyes de humanidad”, no conlleva la ausencia de reconocimiento,
alcanzan fuerza normativa (p. 49). De los aunque nos lleva a la reflexión sobre la
cinco escenarios que la autora recrea a partir dignidad de la persona. ¿Cómo romper el
de la fábula, Cortina llega a un sexto y último círculo vicioso que implica la exclusión de
escenario que tiene al lenguaje «por lugar quienes no interesan, los prescindibles? La
de descubrimiento» y que encuentra a través amenaza de que el más débil puede quitar
de éste “que el reconocimiento recíproco y la vida al fuerte (p. 62, repetida en p. 73)
cordial es el vínculo, la ligatio que genera sirve a la autora para ilustrar su convicción
una obligatio con las demás personas y de que en nuestras sociedad el intercambio
consigo mismo” (p. 51). La fuente de la y la cooperación son más inteligentes que
obligación ética es el reconocimiento cordial. la fuerza bruta.
Esta afirmación será clave de comprensión
a partir del capítulo 8. En el capítulo 4, que trata de “Los sentimien‑
tos sociales”, se intenta responder a esta
El capítulo 3 aborda “El interés del más cuestión. A partir de una defensa del uso de
fuerte”. Las teorías éticas y políticas a partir la palabra virtud, en la senda abierta hace

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ya 18 años por Victòria Camps (Virtudes a Christine M. Korsgaard (que se refiere
públicas, Madrid 1990), Cortina reacciona a las distintas identidades prácticas de
contra la posición que deriva de Maquiavelo cada persona ligadas a sus distintos roles
y Hobbes, para hacer una apología de la sociales) y al comunitarista canadiense
simpatía: “la simpatía por el interés público Charles Taylor (que entiende la identidad
es la fuente de la aprobación moral que moral como aquella instancia desde la que
acompaña a esa virtud [la justicia]” (p. una persona da prioridad a unos valores y
84). La educación de las emociones y su relega otros). En ese punto se recuerda la
contrapunto, el analfabetismo emocional, clásica afirmación antropológica de Zubiri
con referencias a la Ética nicomaquea y a y de Aranguren sobre la estructura moral
D. Goleman, van conduciendo la reflexión del ser humano (cfr. Aranguren, José L.
de la autora en este capítulo. A partir de [López], Ética, Madrid, 51972 (1958), Revista
este desarrollo la autora llega a la presen‑ de Occidente, pp. 71-87). Las páginas
tación de un tertium quid junto a la “mano siguientes constituyen una presentación
de hierro” del Estado y la “mano invisible” sumaria pero clara de las tesis de Rawls,
del mercado: la “mano intangible” de la seguida de ideas de Amartya Sen, todo
sociedad civil (p. 92) y la defensa de la ello desde la matriz kantiana que profesa
kudomanía o “economía de la estima” la autora: “el vínculo con la humanidad: la
(también una tercera dimensión junto a innegable pretensión de universalidad” (p.
economía y política). La autora se detiene 117), en la que se vuelve a lo obligatorio y
en útiles consideraciones sobre la cultura lo intersubjetivo para establecer qué normas
social, los medios de comunicación, etc., serían aceptables en un Reino de los Fines
para, pasando por la “ilustración escocesa”, (Kant) desde un diálogo con los afectados
concluir que es necesario un bagaje sen‑ (ética del discurso). La “simpatía moral”,
tiente de sensibilidad (orgullo, humillación, siguiendo la tradición escocesa, habilitaría
simpatía) para comprender “la grandeza para compartir con los otros sus dolores y
de la ley de la humanidad” (Kant). alegrías, para compartir un sentimiento de
“humanidad”, lo que llevaría a la capacidad
El capítulo 5, “Autonomía obliga”, permite de aproximarse, de compartir sufrimientos
a la autora presentar su comprensión de la y desgracias, al reconocimiento desde la
libertad. Aprovechando la contraposición defensa de la libertad: eleuteronomía (sobre
de B. Constant (1819) entre la libertad de esta expresión de Jesús Conill se vuelve a
los antiguos y los modernos, Cortina afirma hablar en p. 199).
que “la libertad entendida como autonomía
es la capacidad de darse leyes a sí mismo En el siguiente capítulo, en una perspec‑
y de auto-obligarse a cumplirlas” (p. 104). tiva aún clásica, la autora, de la mano
Desde esa afirmación se despliega la pro‑ de Ortega y Scheler, se aproxima a una
posición de la ética kantiana, descartando temática ineludible para la reflexión ética:
como fuentes de obligación moral, no sólo los valores, que sólo pueden degustar quien
el interés calculado como la simpatía o el tiene la capacidad humana de estimar.
afán de reputación, sino el doble vínculo “Degustar los valores” es pues la propuesta
con uno mismo y con los demás seres, del capítulo 6. La necesidad de valorar y
desde donde se pasa a las cuestión de de reconocer las necesidades humanas es
la identidad moral, con alguna alusión la perspectiva en que se sitúa el debate

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sobre la universalidad de los derechos parte del “descubrimiento ético” de la
humanos, tanto en su expansión, como en intersubjetividad, y se enraíza en el tema
su realización histórica: “uno de los más del reconocimiento recíproco de la filosofía
vivos debates que están teniendo lugar de Hegel. Cortina avanza en esta línea del
en nuestros días” (p. 136). Adela Cortina pensamiento e incorpora a la galería de
insiste en que las cualidades que poseen autores de su libro a Paul Ricoeur: la relación
algunas realidades no las inventamos, sino de reconocimiento mutuo nos constituye, y
que las reconocemos, lo que nos aleja del ahí formula la tesis del libro a que antes me
subjetivismo y del relativismo. Esta perspec‑ he referido: “es preciso contar con razones
tiva del reconocimiento se va a ir haciendo de la razón y con razones del corazón para
central en el libro. La prevención ante el hablar de justicia, no se puede reducir la
“emotivismo” y la imposible neutralidad comunicación al discurso lógico” (p. 161).
de la “educación en valores” son algunas La teoría del reconocimiento según Ricoeur
de las cuestiones que trata el capítulo. Éste (Parcours de la reconnaissance: trois étu­
concluye con una referencia anticipadora des, 2004) es objeto de presentación, con
del capítulo 8, sobre la justicia y el cuidado; referencias certeras a Hegel y a Hobbes
dicha diferencia, establecida entre esas (pp. 162-168). Las precisiones sobre la
dos perspectivas complementarias sí es conquista de la visibilidad, así como la
importante pues “que cambie la forma de distinción entre desigualdad y diferencia
concebir la justicia sí es esencial para una son muy interesantes y bienvenidas para
ética mínima, y más si cabe para una que muchas cuestiones que actualmente están
se quiera cordial” (p. 148). Después de en debate. Interesante resulta también
una referencia a L. Kohlberg y su teoría del el epígrafe sobre la tradición dialógica
desarrollo moral, Cortina cita a la discípula (mayéutica socrática, Agustín, ya en la
de aquél, Carol Gilligan, quien entiende que contemporaneidad Royce y Peirce, más
en el desarrollo de la conciencia moral es tarde algunos personalistas como Buber o
preciso contar con otros componentes ade‑ Lévinas, etc.). No obstante, como es lógico,
más de la justicia, como son la compasión a quienes dedica más atención la autora es
y el cuidado. La profesora Cortina, a partir a Habermas y Apel, con alguna referencia
de esa mínima pero necesaria referencia a a Gadamer y siempre a la tradición kan‑
la ética del cuidado, afirma: “Hay al menos tiana (el método trascendental). Éstas me
dos voces: la voz de la justicia (…) y la parecen páginas muy claras y logradas
voz de la compasión” (p. 151). Educar en (pp. 174-181). La conclusión relevante para
valores, concluye el capítulo, es iniciar en la ética se formula de la mano de Apel:
la degustación de estos, “un largo esfuerzo, existe una norma ética implícita: “todos los
personal y compartido”. seres capaces de comunicación lingüística
deben ser reconocidos como personas”
El capítulo 7 se titula “Razones de la razón”. (p. 181). Una pequeña digresión sobre el
Este capítulo, claro y bien escrito, presenta “movimiento animalista” (182) anuncia un
una buena y breve síntesis de la “ética del tema sobre el que vuelve más adelante: los
discurso” (Habermas, Apel y otros) que derechos de los animales. Con la mención
parte de una afirmación: “Comunicarse del principio de corresponsabilidad de Apel
es comprometerse con lo dicho” (p. 159). queda abierta la cuestión de una razón
La “ética del discurso” es posible porque más amplia que la que concibe la ética

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del discurso: la razón cordial. La profesora de los anteriores, sean Blaise Pascal, Alexis
Cortina anuncia en el final del capítulo 7 el de Tocqueville y Robert N. Bellah, quien
giro de su proyecto filosófico más allá de con su Hábitos del corazón (Madrid 1989)
la ética del discurso. A él se consagrarán desarrollaba su concepción de los valores de
los capítulos 8 y 9. la cultura cívica de los Estados Unidos1. En
resumen, como dice Zubiri, el corazón es el
En el capítulo 8 se imprime un giro al libro conocimiento constitutivo del ser cotidiano
y comienza la parte que me he atrevido a y radical del hombre (p. 193).
llamar “manifiesto” de la ética cordial, la
parte más innovadora: “El reconocimiento El resto del capítulo se dedica a mostrar
cordial”. Para hablar de justicia es preciso cómo la ética del discurso, a la que la autora
contar con las razones de la razón y con no renuncia, “se queda corta” (p. 195),
las razones del corazón sin reducirse al y reconoce la crítica que éticas formales
discurso lógico. La compasión es el motor (Kant) y éticas procedimentales (Habermas)
de un sentido de justicia que tiene en cuenta han recibido por separar las normas de los
el dolor de otros. El complemento entre la valores. La mencionada “eleuteronomía” ha
dimensión argumentativa y la dimensión de convertirse en “eleuteropatía”, “pathos”
cordial expuesto al comienzo del capítulo me o com-pasión por la libertad. La exposición
ha hecho pensar en la propuesta del filósofo de la tesis de la Teoría de la justicia de Rawls
francés Jean-Marc Ferry, hace ya unos años, (1971) y de la doctrina de la capacitación
que se planteaba el dilema entre narración personal o empoderamiento (“empower‑
o argumentación en su pequeño ensayo ment”) para la autonomía de las personas de
sobre l’Éthique reconstructive (Paris 1996, Amartya Sen permite concluir a Cortina que
Cerf). En él Ferry intentaba superar una esa capacitación debe realizarse contando
ética sin las aporías de una aproximación con el consentimiento de los afectados. Los
narrativa (con remisión explícita a Ricoeur), últimos epígrafes se centran en cuestiones
a partir de una recuperación de la memoria epistémicas de la ética cordial y en la razón
que fundase la posibilidad de una ética del prudencial, “la que trata de comprender en
discurso o procedimental (Ferry se refería los contextos concretos cuál es el camino
a Habermas). Adela Cortina habla en ese más adecuado para el fin que se persigue”
momento de razón íntegra como razón cor‑ (p. 209), pero que no debe oscurecer lo que
dial lo que nos hace pensar en los Maritain, sea más justo. No podemos conformarnos
pero no sólo en el Jacques de Humanisme con la prudencia y la estrategia, sino apostar
intégral (1936), sino en Les grandes amitiés por la justicia y apostar por el reconoci‑
de su esposa Raïssa, especialmente en su miento de los derechos de los otros en la
primera parte publicada en Nueva York comunidad, con la esperanza de llegar a
en 1941. Recuperar esa parcela del saber un consenso sobre intereses universalizables
olvidada es tarea de una inteligencia que (p. 212). Éste debe ser, no obstante, un
se sepa también “sentiente” (Xavier Zubiri, reconocimiento compasivo inscrito en las
1980). No es una casualidad que los autores “luchas por el reconocimiento”. Al final del
citados por Cortina en este capítulo, además capítulo la autora formula el Principio del

1
Cfr. J. Conill Sancho (1998) “Ideologías políticas” en Cortina, A., directora (1998) 10 palabras clave
de Filosofía política, Estella (Navarra), Verbo Divino, pp. 212-258, aquí p. 235, e ibid. nota 44.

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Reconocimiento Cordial que creo expresa acceso al crédito, realizada por M. Yunus,
bien la conclusión de este primer capítulo contra la exclusión financiera), la compren‑
de la que he llamado segunda parte, la sión de los derechos humanos como “leyes
más original de la obra (las mayúsculas en espera” (Hart), podrán sonar a muchos
en el original, p. 216). No obstante la alta lectores como referencias sabidas, pero no
valoración que merece este capítulo, he de son inútiles. Nuevamente la autora se refiere
reconocer que estas últimas páginas me han a los citados J. Rawls (justicia distributiva) y
parecido un tanto repetitivas en relación a A. Sen (desarrollo de capacidades para
con afirmaciones ya realizadas a lo largo superar la desigualdad injusta). La referen‑
del libro. Estas son las últimas palabras del cia a la Ciudadanía social, término utilizado
capítulo: “Una ética ciudadana, una ética por Marshall, y a la que la autora dedicó el
mínima de justicia que no hunda sus raíces capítulo 3 de ciudadanos del mundo (1997),
en el reconocimiento cordial, mal lo tiene y la presentación del “liberalismo social”,
para conseguir que los animales humanos lleva a la consideración de algunos temas
lleguen a ser personas, en el sentido más particulares. La participación dialógica de
pleno de la palabra” (p. 216). los afectados (pp. 237-240) es una forma
de unir la temática del discurso con la del
El capítulo 9 enuncia “Los principios de reconocimiento y la universalización de los
una Ethica cordis”. El propósito del libro, derechos; precisamente en ese apartado
ya enunciado anteriormente (pp. 22 y 161) se alude a la RSE, Responsabilidad Social
es el primer párrafo de este capítulo: “El Empresarial (p. 238). El último epígrafe
propósito de este libro es desarrollar lo que está dedicado a la responsabilidad por
en alguna ocasión he llamado una “versión los seres vivos (capaces de reconocimiento)
cálida” de la ética del discurso, una ver‑ indefensos no humanos (pp. 240-243).
sión no sólo preocupada por los aspectos La autora, recordando que la discusión
epistémicos del vínculo comunicativo, sino comenzó con las posiciones de Bentham,
también por los aspectos cordiales, que lo alude al debate ecologista que está en la
convierten en auténtica comunicación” (p. base de esta preocupación, y explica las tres
221). La autora enuncia los 5 principios de posiciones existentes: naturalismo absoluto,
una ética cívica cordial, con dos correlatos, instrumentalismo fáctico y conservacionismo
uno negativo (no instrumentalizar a las cívico (las expresiones son mías). La autora,
personas) y otro positivo (“empoderar”). que parece identificarse con la tercera de
Esta propuesta permite relacionar capa‑ las posturas, la más moderada, deja abierta
cidades con derechos humanos. Estos son la pregunta: ¿dónde poner el límite de los
los principios: 1) no instrumentalización, derechos que reclaman justicia? (p. 242).
2) “empoderamiento” (capacidades), 3)
justicia distributiva, 4) dialógico, y 5) El capítulo conclusivo 10, hace honor al sub‑
responsabilidad (por los seres indefensos título del libro y se aproxima sumariamente
no humanos). Las conexiones, que hace la a “Educar en una ciudadanía cordial”.
autora, entre el primer principio y el de no Comienza con un epígrafe dedicado a la
maleficencia, el segundo con el “enfoque educación del deseo y al papel de las emo‑
de capacidades” de A. Sen y con las teorías ciones en la misma: nuestro contacto con la
de desarrollo (con alusión a la petición de realidad es afectivo. Las reflexiones sobre
reconocimiento de un derecho humano de la educación emocional y su contrapunto,

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el “analfabetismo emocional”, se suceden lema, competentes, conscientes, compasi­
para concluir en la doble y complementaria vos y comprometidos, con que el anterior
dimensión de la educación del deseo: el de prepósito general de la Compañía de Jesús
lo útil (lo deseable, por beneficioso) y el de sintetizaba nuestro proyecto educativo. Los
lo admirable. Para esa educación, “el pro‑ jesuitas, según la universalmente conocida
blema mayor” de la sociedad según Kant, la fórmula acuñada por el padre Arrupe en el
autora vuelve a Aristóteles, a la necesidad discurso al congreso mundial de los anti‑
de virtudes arraigadas, entre ellas la amistad guos alumnos, celebrado precisamente en
cívica. La sociedad del conocimiento no Valencia en 1973, había dicho que éstos
puede ser una sociedad “baja de moral” debían ser educados como hombres [y mu‑
ni “ignorante en moral”, sino capacitada jeres, añadimos después] para los demás.
para diseñar alternativas humanizadoras El sucesor de Arrupe, el neerlandés Peter-
y viables, presentarlas ante las instancias Hans Kolvenbach, resumió así el proyecto
de poder y traducirlas en mensajes que educativo: hombres y mujeres competentes,
pueda captar la opinión pública. En las conscientes, compasivos y comprometidos2.
páginas siguientes se recupera la virtud de Los jesuitas formulamos el proyecto edu‑
la prudencia, que había quedado un poco cativo para nuestro tiempo en los mismos
malparada en páginas anteriores. Entra términos que unen compasión y justicia. Me
ahora la prudencia para ilustrar algo sobre ha parecido una feliz coincidencia.
el conocido debate entre “materialistas” y
“postmaterialistas” (Inglehart), lo que sirve A este libro, bella y cuidadosamente
a la autora para demandar gobernantes y editado, se le pueden hacer pequeñas
ciudadanos prudentes y concluir con una observaciones tipográficas u ortográficas,
propuesta de sabiduría cordial que integre sobre todo en relación con la bien selec‑
el sentido de la justicia y el sentido de la cionada bibliografía de cada capítulo: en
gratuidad (pp. 260-261). Me permito con‑ la p. 32 la Ética de Aranguren es citada
cluir estas líneas con las, a su vez, últimas de forma incompleta, lo que no sucede en
líneas del libro: “Educar para el siglo XXI la p. 76; tal vez sería interesante citar las
sería formar ciudadanos bien informados, más recientes reediciones de esta obra
con buenos conocimientos, y asimismo realizadas por Biblioteca Nueva (Madrid
prudentes en lo referente a la cantidad y la 1997) o por Alianza (Madrid 2006). En la
calidad. Pero es también, en gran medida, p. 53 no aparece el nombre completo de
en una enorme medida, educar personas Th. W. Pogge, y la cita del libro de Rifkin
con corazón, con un profundo sentido de la no sigue el orden de las restantes. En la
justicia y de la gratuidad” (p. 263). El autor p. 77 el título de M. Mauss es Essai sur le
de esta recensión, al llegar a este capítulo don3. ¿Sobraría el nombre Blaise junto a
no ha podido dejar de recordar aquel Pascal (p. 128), supuesto que en esa misma

2
Me referí a esa síntesis en “La universidad y la misión de la Compañía de Jesús”, en Delgado, M.,
López, M. C. y Romero, J. J., coordinadores (2005) Economía y territorio. La Comunidad Autónoma
Andaluza (Homenaje al profesor Adolfo Rodero), Bilbao–Córdoba, Desclée de Brouwer–etea, pp.
43-64. En ese escrito se contextualiza la citada frase de Kolvenbach.

3
El subtítulo: forme et raison de l’échange dans les sociétés archaïques.

Revista de Fomento Social 63 (2008) 555


página bibliográfica Kant sí que aparece de Al Agua del valenciano Joaquín Sorolla,
“bautizado” como Immanuel? En la p. 217 que por sí misma es una invitación amable
la fecha de edición española del libro de R. a una ética cordial.
N. Bellah se repite en dos sitios, no aparece
el nombre completo de D. Dennett, y la En resumen, nos encontramos ante un libro
editorial del libro de Goleman (Kairos) está importante por dos razones. Por un lado
mal escrita, mientras en la p. 99 aparece co‑ este ensayo supone cierta reformulación
rrectamente escrita: se trata probablemente del proyecto intelectual de la autora,
de un error debido al corrector informático amplía e integra horizontes anteriormente
automático. El título de la obra de García- presentes, pero no del todo desarrollados
Marzá (p. 243) no está en cursiva. ¿No hasta ahora. El título, en el que se incluye
sería más correcto escribir “norte” en lugar la razón cordial subraya la novedad. Pero
de Norte en la p. 9? El primer párrafo de por otro lado, estamos también ante una
la p. 202 parece comenzar abruptamente; síntesis lograda de una reflexión que ha
sobra “Ciertamente” y en caso contrario es calado en la sociedad española, logrando
incorrecta la mayúscula de “En 1971…”. articular la búsqueda y exigencia de una
Sirvan esas minucias para sugerir que este alta moral con una sociedad cada vez más
libro, prácticamente ilocalizable en libre‑ pluralista. Este libro es “manifiesto”, he dicho
rías a pesar de su recentísima aparición, al principio, pero es también “balance” del
debería ser reeditado pronto para hacerlo éxito de un planteamiento que ciertamente
más fácilmente accesible a los muchos lec‑ nunca estará consolidado del todo, pero en
tores que puede tener. No quiero dejar de el que hay que seguir empeñados y por el
mencionar el acierto que supone la viñeta que hay que seguir felicitando a la autora.
de la portada, que reproduce un fragmento [José M. Margenat Peralta]

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