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Discurso Literario, Periodístico y Mediático
Discurso Literario, Periodístico y Mediático
Serie 2012
Editores de la serie
Víctor M. Castel
CONICET y Universidad Nacional de Cuyo
Mabel Giammatteo
Universidad de Buenos Aires y Universidad del Salvador
Alejandro Parini
Universidad de Buenos Aires y Universidad de Belgrano
La Serie 2012 de los Volúmenes temáticos de la SAL publica una selección de trabajos de
los diversos campos que conforman las ciencias del lenguaje. La selección se hizo mediante
una convocatoria abierta a todos los autores que presentaron ponencias en el XIII Congreso de
la SAL (2012). Los volúmenes, editados y evaluados por expertos en los campos
correspondientes, reflejan el estado actual de las prácticas científicas de las respectivas
(sub)comunidades discursivas.
Volúmenes publicados
1. Enseñanza de lenguas e interculturalidad
2. Lenguaje, cognición y cerebro
3. Discurso especializado: estudios teóricos y aplicados
4. En torno a la morfosintaxis del español
5. Discurso, identidad y representación social
6. Léxico y sintaxis
7. Lenguas indígenas de América del Sur I. Fonología y léxico
8. Discurso argumentativo, jurídico e institucional
9. Lingüísticas del uso. Estrategias metodológicas y hallazgos empíricos
10. Enseñanza de la gramática
11. Lengua, historia y sociedad
12. Cuestiones de fonética, fonología y oralidad
13. El español rioplatense desde una perspectiva generativa
14. Rumbos sociolingüísticos
15. Lenguas extranjeras. Aportes teórico-descriptivos y propuestas pedagógicas
16. Lenguas indígenas de América del Sur II. Morfosintaxis y contacto de lenguas
17. Discurso literario, periodístico y mediático
Editores
E-mail: editorial@logos.uncu.edu.ar
Web address: http://ffyl.uncu.edu.ar
Contacto Serie 2012 de Volúmenes temáticos: ilyce.director@ffyl.uncu.edu.ar
Jimena Terraza
Universidad de Toronto, Canadá
Autores del volumen
Leandro Arce
Universidad Nacional de Catamarca
prof.leandro.arce@gmail.com
Diego Bentivegna
Universidad Nacional de Tres de Febrero,
Universidad de Buenos Aires y CONICET
diegobentivegna@gmail.com
Lucía Bregant
Universidad de Buenos Aires y CONICET
lubregant@gmail.com
Manuel Libenson
Universidad de Buenos Aires y CONICET
manuel_libenson@yahoo.com.ar
Cecilia Serpa
Universidad de Buenos Aires y CONICET
correoparacecilia@gmail.com
Discurso literario
Leandro C. Arce
Resumen
Este trabajo sigue una línea iniciada en el marco de la investigación de los
procesos de lectura de textos literarios y se extiende ahora a los procesos de
escritura, siempre desde una perspectiva teórica con proyección pedagógica. Del
mismo modo que los mecanismos implicados en los procesos de lectura y
comprensión de textos literarios no han sido tema de demasiadas investigaciones
(en virtud de que la mayoría de estas toma como base la comprensión de textos
académicos), al enfrentar el abordaje de la escritura de estos textos en el marco del
desarrollo de los procesos de escritura, tampoco se encuentran demasiados
antecedentes basados en la investigación científica. En este sentido, presentamos
un estado del arte en relación con la escritura literaria, que parte de la concepción
de la escritura como proceso cognitivo (Flower y Hayes 1981, 1996, Van Dijk y
Kintsch 1983, Scardamalia y Bereiter 1992, Camps 1992, Lacon y Ortega de
Hocevar 2003, entre otros) y procura avanzar, al menos, sobre las dimensiones
sociocultural (que integra los aspectos afectivos y aquellos derivados del entorno
social y cultural) y estética (representaciones, valoraciones y relaciones
intertextuales). El objetivo es delimitar un marco de interpretación para la
investigación de estos procesos con miras a proporcionar, en el largo plazo, bases
para la elaboración de dispositivos pedagógicos tendientes a desarrollar las
competencias escriturarias en los distintos niveles de la educación formal.
1 Introducción
Encuadrado en las actividades de la Cátedra UNESCO, subsede
Catamarca, el presente trabajo es la continuación de la línea de
investigación de los procesos de lectura de textos literarios, que se
extiende ahora a los procesos de escritura, siempre desde una
perspectiva teórica con proyección pedagógica. Del mismo modo que los
mecanismos implicados en los procesos de lectura y comprensión de
textos literarios no han sido objeto de demasiadas investigaciones (en
virtud de que la mayoría de éstas toma como base la comprensión de
textos académicos), el abordaje de la escritura de textos literarios en el
marco del desarrollo de los procesos de escritura tampoco encuentra
demasiados antecedentes basados en la investigación científica. En este
sentido, presentamos un estado del arte en relación con la escritura
literaria, que parte de la concepción de la escritura como proceso
cognitivo (Flower y Hayes 1981, 1996, Van Dijk y Kintsch 1983,
Scardamalia y Bereiter 1992, Camps 1992, Lacon y Ortega de Hocevar
2003, entre otros) y procura avanzar, al menos, sobre las dimensiones
sociocultural (que integra los aspectos afectivos y aquellos derivados del
entorno social y cultural) y estética (representaciones, valoraciones y
relaciones intertextuales).
3 A modo de conclusión
Hemos planteado en esta comunicación el problema de la escritura
desde distintas perspectivas teóricas, con el objeto de delimitar un marco
de interpretación para la investigación de estos procesos con miras a
proporcionar, en el largo plazo, bases para la elaboración de dispositivos
pedagógicos tendientes a desarrollar las competencias escriturarias en los
distintos niveles de la educación formal.
En este sentido, creemos que la recuperación de la escritura creativa
de textos literarios asociada muy de cerca con la lectura de este tipo de
textos configura un espacio fecundo para el desarrollo de habilidades
lingüísticas y cognitivas que redundarán en el desarrollo más completo de
las distintas competencias implicadas en los procesos de lectura,
comprensión y producción de todo tipo de textos.
Diego Bentivegna
Resumen
En 1945 se publican dos volúmenes de especial importancia para la crítica
literaria argentina enmarcada en el campo nacionalista: Crítica literaria, de
Leonardo Castellani, y la edición definitiva de El espíritu y la letra, de Ernesto
Palacio. Nos proponemos leer estos dos “gestos críticos” como intervenciones
características del discurso crítico nacionalista argentino, a partir de los rasgos del
discurso polémico propuestos por Marc Angenot (1982) y por los caracteres de la
antimodernidad cultural estudiados, para el caso francés, por Antoine Compagnon
(2007). Nuestra hipótesis es que estos textos críticos, escasamente considerados
por la crítica académica, permiten pensar una visión alternativa a las tendencias
modernizadoras de la crítica contemporánea, tanto la representada, en su vertiente
liberal, por los autores nucleados en la revista Sur, como a las líneas identificadas
con la izquierda intelectual. En este sentido, analizaremos cómo en el discurso
crítico de estos autores se construye un blanco polémico (Angenot 1982)
constituido por el discurso modernizante de matriz liberal, se pone en
funcionamiento un ethos enunciativo (Maingueneau 2009) de carácter
predominante conflictivo y se despliegan los recursos propios de la mezcla de
estilos y de lenguajes (Auerbach 1950) a través de diferentes recursos polifónicos.
1 Introducción
En este trabajo plantearé un abordaje con herramientas que
provienen de los estudios literarios y del análisis del discurso de dos de
las intervenciones críticas más lúcidas, y por cierto menos estudiadas,
del siglo XX argentino: la de Leonardo Castellani y Ernesto Palacio. Me
centraré, para ellos, en un corpus que recorta sendos textos de estos
autores, publicados ambos en el año 1945. En efecto, me referiré por un
lado al volumen Crítica literaria, de Castellani, publicado por la editorial
Penca, y, por el otro, a la segunda edición de El espíritu y la letra, de
Ernesto Palacio, publicado por la Editorial Herrera.
Se trata de dos objetos que, en su propia materialidad paratextual,
dicen mucho acerca de la producción escrita de ambos autores. En
principio, como se puede apreciar ya por el nombre de las editoriales, nos
encontramos ante dos intervenciones marginales en el ámbito de los
modos de circulación de la palabra escrita en la Argentina, en un
contexto que ha sido caracterizado por Jorge B. Rivera (1998) como un
período de expansión de la industria editorial argentina, encarnada en
grandes firmas como Emecé, Losada o Sudamericana, en las que la
presencia hegemónica de sujetos del mundo intelectual liberal, ligados
con el diario La Nación y con la revista Sur, es dominante. Por el otro, nos
hallamos ante dos textos que funcionan, en un mismo momento histórico
caracterizado a partir de junio de 1943 por el avance de los sectores
nacionalistas en el aparato estatal (Devoto 2006, Mallimaci 2011), como
una síntesis de la producción crítica –y, en un sentido más amplio, de la
producción ensayística- de ambos autores en un momento de madurez.
Castellani, en efecto, había nacido en 1899 en la localidad santafecina de
Reconquista; Palacio, al año siguiente, en la de San Martín, en la
provincia de Buenos Aires. Poco tiempo después de 1945, la vida de
ambos dará un vuelco, potenciado por la consolidación del peronismo,
que eclosiona, precisamente, ese año. Palacio se incorporará a las filas
del nuevo movimiento como diputado y se dedicará de manera
concentrada a la enseñanza universitaria y a la investigación política e
histórica que lo conducirán, en 1953, a la publicación de un monumento
del revisionismo: los dos volúmenes de la Historia de la Argentina;
Castellani, candidato a diputado por las listas de la Alianza Libertadora
Nacionalista que apoya a Perón, será recluido como consecuencia de su
actividad política en Manresa durante tres años (1946-1949) y se
concentrará, a partir de entonces, en la escritura ficcional, poética y
exegética.
En el caso de Crítica literaria, el volumen -de dimensiones más que
considerables y prologado por Hernán Benítez- recoge varios textos de
extensión mediana, publicados ya en algunas de las principales revistas
en las que el sacerdote colaboraba desde los años 20, cuando era un
1 Donde obtendría un título de posgrado con mención en Psicología a través de una tesina –
La catarsis católica en los Ejercicios Espirituales de Ignacio de Loyola-, dirigida por el célebre
psiquiatra Georges Dumas. Para los datos biográficos de Castellani, ver Randle (2003).
2 A su vez, esos libros recogen una parte de la producción de Palacio en publicaciones
identificadas con el complejo y variado campo nacionalista y con el campo católico, como
Criterio, Nueva Política y Nuevo Orden, que Palacio dirige a principios de los años 40 y a través
de la que propaga un movimiento político nacionalista popular antioligárquico. Cfr., además de
los estudios clásicos sobre nacionalismo argentino (Navarro Gerassi 1968, Zuleta Álvarez
1975, Devoto 2006), el estudio de E. Piñeiro (1997), que analiza en detalle la trayectoria de
Palacio. Para las articulaciones entre nacionalismo y catolicismo, cfr. Zanatta (1996) y
Mallimaci (2011).
3 Un ejemplo es la lectura de la teoría de la antropología del gesto elaborada por el jesuita
Marcel Jousse, que atraviesa la reflexión que diferentes teóricos del siglo XX harán en torno a
la cultura oral y la cultura escrita. Cfr., al respecto, Bentivegna (2011).
2 Negación y alteridad
La hipótesis que orientará nuestra lectura es la siguiente: en el marco
de una evidente participación en el mundo político e ideológico
nacionalista, muchos de cuyos ideologemas (Angenot 1982: 171) y, en
general, presupuestos ideológicos comparten, lo que caracteriza los
posicionamientos discursivos de Castellani y de Palacio es su condición
“antimodernista”.5
La propuesta de un “antimodernismo” que se manifiesta
fundamentalmente en el plano de la praxis literaria de una serie de
autores de los siglos XIX y XX ha sido elaborada por Antoine Compagnon
(2007) en un estudio que se centra en el análisis de la producción de
algunos autores claves del antiiluminismo que reacciona contra la
Revolución Francesa y contra el discurso del iluminismo, en especial de
Chateaubriand y de Joseph de Maistre, así como en el estudio de la
recepción de esa obra en autores del siglo XX.6 Un rasgo saliente de lo
4 Palacio deja ello en claro en el prólogo a una de sus obras más conocidas, fechado en el
año 1945, en el que reconstruye su participación, como ideólogo, en el golpe de Estado de
1930 contra Yrigoyen y el fracaso del proyecto político nacionalista que integraba. Según
leemos en la “Advertencia” que antecede la edición de 1945: “Esta edición de El espíritu y la
letra contiene casi todos los ensayos que figuraban en la primera, de 1935. He excluido los de
carácter político, que le restaba unidad al volumen, y que he agregado en cambio, algunos
ensayos posteriores, incluidos en La historia falsificada, y uno anterior, extraído de La
ispiración [sic] y la gracia que, por razones de composición, figura aquí al final: el largo estudio
sobre el arte deshumanizado. Resulta así el libro, más que una nueva edición, una selección
de mis ensayos de juventud sobe materias de moral y literatura. Su reunión en este volumen
obedece a mi convicción, compartida por algunos amigos y, desde luego, por el editor, de que
conservan algunas sugestiones de valor actual” (Palacio, 1945: 5).
5 Ello implica, en palabras de este último, tomar como objeto no la organización textual ni la
situación de comunicación, sino “aquello que los anuda a través de un modo de enunciación”.
Implica, además, interrogar los elementos del corpus no como entidades cerradas en sí
mismas, sino como entidades insertas en el flujo de la vida social pensado como un universo
discursivo, en la interacción de en un campo discursivo (Maingueneau, 1984: 28), asociado
con posiciones ideológicas, una de las cuales es la posición antimoderna.
6 J. De Maistre es, sintomáticamente, uno de los autores que aparecen citados por
Castellani en el prólogo que prepara para La historia falsificada de Palacio. La lectura de De
Maistre parece ser asidua no sólo en los autores que estamos enfocando, sino en general en el
campo cultural del catolicismo más politizado y culturalmente más activo, como lo confirma la
presencia del autor de Las veladas de San Petersburgo, por ejemplo, en un ensayo como la
Visión espiritual de la guerra, publicado en 1940 también en la editorial Difusión por el
Monseñor Gustavo Franceschi, figura clave de la cultura católica de los años 30 y 40, director
de la revista Criterio. Por otro lado, como lo recuerda Compagnon (2007: 179 y ss.), la lectura
de De Maistre era por esos años fundamental en Roger Caillois, instalado en la Argentina
durante los años de la segunda guerra mundial.
7 Su libro Nietzsche, profeta de una edad trágica, se publica en Buenos Aires en 1946.
Algunos fragmentos del libro habían sido anticipados en el diario Cabildo, donde colaboraban
tanto Castellani como Palacio.
8 Para el concepto retórico de “ilustración”, cfr. el clásico de Ch. Perelman y C. Obrechts
Tyteca (1989). En la reseña a otro de los libros que integran esa misma colección, El
pensamiento vivo de Schopenahuer, de Thomas Mann –junto con su hermano Heinrich uno de
los más importante portavoces de un discurso antifascista de matriz liberal articulado por los
propios exiliados alemanes en EE.UU.- la referencia al antimoderno De Maistre es explícita
(“´No existen métodos fáciles para aprender cosas difíciles’, decía J. de Maistre, pero existen,
sí, falsificaciones de todas las cosas difíciles”) y es a partir de ella que se articula la crítica al
modo de operar de los medios como construcciones, uno de los tópicos más recurrentes de las
intervenciones castellanianas.
9 Con todo, la palabra crítica que los libros que estamos considerando llevan al plano
público se muestra como una palabra afectivamente atenuada, en relación con intervenciones
periodísticas y mediáticas, consideradas probablemente más efímeras y, en este sentido,
menos apegadas a las formas discursivas que se tienen por “civiles”. Así, en el caso de la
Crítica literaria de Castellani, se opta por incluir en su volumen una serie de textos cuyo
carácter polémico resulta mucho menos virulento que los de otros textos suyos estrictamente
contemporáneos, más cercanos al ámbito de lo político, como los artículos de opinión que, de
manera asidua, publica en el diario nacionalista Cabildo y en su continuación, Tribuna, en los
años 1944 y 1945, textos explícitamente partidarios, en los que podemos encontrar
enunciados extremos, que lindan con la injuria y que, en este sentido, se ubican por fuera de
aquello que se puede considerar como discurso crítico.
3 Un ethos agónico
La noción de ethos, tal como es postulado por el Análisis del Discurso,
permite articular cuerpo y discurso.10 El problema del tono es, en este
sentido, central. En el análisis de Compagnon, se plantea como un rasgo
del “estilo” antimoderno a la vituperación como “unión de predicción y de
predicación, en cualquier caso, lo contrario del famoso estilo natural tan
caro a los burgueses que Baudelaire criticaba en George Sand”
(Compagnon 2007: 217).
El ethos polémico aparece marcado en nuestros corpora por una
posición extrema, que bordea la idea misma de crítica como un discurso
civilizatorio ligado con el intercambio razonado de ideas en el ámbito de la
esfera pública -la posición de Castellani- y con una posición que se
muestra como más reflexiva y contemporanizadora, la posición de
Palacio, en cuyos textos, sin embargo, uno de los caracteres definitorios
del antimodernismo, la posición catastrófica, la “imaginación del
desastre” es más marcada que en Castellani.
10 Así, en el ya citado ensayo sobre Claudel, leemos: “El corazón es lo que interesa al poeta y
no le importan nada las vestiduras, ni el color local, ni los nombres, ni el carácter individual,
ni las costumbres de los personajes, que son, sobre todo en sus primeros dramas,
deliberadamente desconocidos y abstractos, con nombres, palabras y maneras de ensueño.”
(Castellani 1945: 79).
sustancialmente del orden del agón-, que asume las formas de un drama
histórico del que se juega el último acto: “Nuestra época –afirma- asiste al
desenlace del drama” (59).11
El ethos, en toda su complejidad (ethos dicho, ethos mostrado, ethos
efectivo, son algunas de las clasificaciones propuestas por Maingueneau
2009: 270), implica, pues, una operación sobre las opciones lingüísticas –
léxicas, morfológicas, sintácticas y grafemáticas- a las que el discurso
crítico de nuestros autores apelan. Hay, en este sentido, una conciencia
de la noción de lengua con la que la literatura debe trabajar, como se
evidencia en la reseña a un volumen de relatos de Edmundo Vanini, cura
párroco en la localidad bonaerense de Florida, a las afueras de la Capital:
11 Según Compagnon (2007), la retórica del vituperio se sostiene en el plano del discurso a
través de figuras como antítesis, alteraciones de términos, retruécanos y, sobre todo,
oxímoron, figura que se considera el sostén del estilo que De Maistre forja en Las
consideraciones sobre Francia. Con él se relaciona una figura como la antimbetábole, cuya
presencia en el Castellani más extremo es muy fuerte, aun cuando su presencia en los
ensayos reunidos en Crítica literaria sea menor, desde un punto de vista cuantitativo, a la que
puede observarse en los textos más políticos. Con todo, las potencia resemantizante de la
figura aparece en algunos puntos esenciales de Crítica literaria, encarnada en otras formas
discursivas, como la definición retórica, más cercana al discurso razonado de la ensayística
que al virulento discurso del panfleto. Así, en el ensayo dedicado a Paul Claudel, con el que se
abre el volumen, donde se define una estética católica, que se distingue de las opciones
“modernas” hegemónicas, asociadas tanto con la vanguardia como con la literatura socialista:
“Paul Claudel es poeta católico, no solamente poeta y católico (nota: Hay poetas que son
católicos, pero no en cuanto poetas, reduplicativa como dicen: Garcilaso, Campoamor). Es un
alma mística y el objeto de su obra, como el de su vida, es el Ser Supremo. Su poesía, como el
Universo, del cual quiere ser interpretación, están llenos de la presencia de Dios” (Castellani
1945: 87).
12Es posible hallar aquí el eco de un interdiscurso sobre la lengua y la norma, especialmente
candente en la Argentina de los años 30 y 40. Recordemos, en este sentido, la aparición en
Buenos Aires de La peculiaridad lingüística rioplatense, de Américo Castro, en 1940, que
produce la contundente respuesta de Borges en el ensayo titulado, precisamente, “Las alarmas
del doctor Américo Castro”.
4 Conclusiones
Discurso periodístico
Resumen
La prensa escrita interviene de manera directa en la configuración de la realidad,
pues proporciona particulares visiones de mundo, producto de diferentes lecturas
realizadas por determinada empresa comercial. En efecto, las páginas de los
diarios registran lo que acontece en el aquí y el ahora, es decir, dan cuenta de las
transformaciones socioeconómicas, políticas y culturales que afectan a la sociedad
en su conjunto. En Salta, el periodismo desempeña un rol medular en las
prácticas políticas, porque se constituye en ámbito propicio para el intercambio, el
debate y la confrontación entre los principales referentes de las distintas
agrupaciones existentes. Esto origina situaciones comunicativas que implican la
consideración de aspectos estrictamente lingüísticos relacionados con el
funcionamiento del sistema, además de los que atañen a cuestiones de índole
social. De modo que en esas instancias se ponen en juego normas vinculadas con
el uso de la lengua y con el funcionamiento de la sociedad. Entre ellas, se destaca
la cortesía que, como pauta de comportamiento, favorece las relaciones
interpersonales. Por eso, se propicia la difusión de ciertos patrones corteses en
desmedro de otros considerados descorteses. El propósito de este trabajo es
examinar las formas de (des)cortesía empleadas por los actores políticos durante
la campaña electoral para la elección de gobernador, intendentes y diputados
provinciales en 2011. Para ello, se indaga un corpus textual de artículos
periodísticos que recogen las emisiones de los candidatos y que proceden de
diarios y semanarios salteños tales como El Tribuno, El Intransigente, El Cronista,
entre otros.
1 Introducción
Entre los medios masivos de comunicación, las producciones
periodísticas intervienen de manera directa en la configuración de la
realidad, pues en ellas se evidencian particulares visiones de mundo,
producto de diferentes lecturas realizadas por determinada empresa
comercial. De hecho, las páginas de los diarios muestran lo que acontece
aquí y ahora, es decir, presentan las transformaciones socio-económicas,
políticas y culturales que, por su incidencia, pueden afectar, de manera
directa o indirecta, a la sociedad en su conjunto. Además de difundir
información y de orientar a la opinión pública, el periodismo adquiere en
Salta un rol preponderante en las prácticas políticas, en la medida en que
proporciona a los actores sociales el espacio propicio para el intercambio,
el debate y la confrontación entre los principales referentes de los
distintos partidos. Esto origina situaciones comunicativas que evidencian
usos particulares del sistema lingüístico y de las normas sociales, en
función de la comunidad de habla a la cual pertenecen los interlocutores.
La cortesía es, en efecto, una de esas normas sociales que, como
pauta de comportamiento, favorece las relaciones interpersonales, lo que
implica que las elecciones lingüísticas efectuadas por el emisor se
establezcan según se dirijan o se refieran al destinatario en la interacción
verbal. Por eso, las sociedades propician la difusión de ciertos patrones
corteses en desmedro de otros considerados descorteses, es decir, “faltos
de cortesía” (DRAE 2001: 704), en definitiva, carentes de afabilidad, de
atención e incluso de respeto. Justamente, el objetivo de este trabajo, que
se inscribe en el Proyecto de Investigación 2065 del CIUNSa., y que
indaga la prensa escrita salteña, es examinar algunas formas de
descortesía empleadas por los actores políticos durante la campaña
electoral que, en el ámbito provincial, se desarrolló en 2011.
2 Encuadre teórico-metodológico
El modelo descriptivo-explicativo propuesto por Penélope Brown y
Stephen Levinson (1987)13 para el estudio de la cortesía es, sin duda, el
más elaborado y difundido a pesar de las críticas de las que fuera objeto,
en particular las relacionadas con el carácter universalista que se asigna
a la imagen social (Bravo y Briz 2004). Si bien esta propuesta comprende
nociones fundamentales para el abordaje de los usos corteses tales como:
persona modelo, racionalidad e imagen (positiva y negativa), a las que
deben sumarse factores correspondientes a variables de índole sociológica
(distancia social, poder relativo y grado de imposición); no contempla el
tratamiento de la descortesía. Es cierto que en las relaciones sociales se
13 Con respecto a la propuesta teórica de Brown y Levinson, véase: Brown y Levinson (1987)
y Carrizo, Kevorkian y Lorusso (1998).
4 Conclusiones
En este breve análisis de las formas descorteses empleadas en la
prensa escrita salteña, se observa elevado nivel de agresividad verbal
entre los interlocutores, lo que condice con el carácter polémico del
discurso político. Esto origina el empleo de diferentes estrategias de
descortesía, mediante las cuales el hablante ridiculiza al destinatario, lo
asocia con hechos o situaciones negativas o adopta una actitud
refractaria hacia quienes considera sus opositores. De este modo, se
patentiza la intolerancia, el rechazo, el desacuerdo, en definitiva, el
ataque permanente a quien se considera opositor o contrincante en la
pugna por obtener el poder.
Aunque estas conclusiones son parciales, debido a que sólo se
examina un fragmento reducido de formas descorteses, es posible
comprobar la eficacia de la pragmática sociocultural en el abordaje de los
tratamientos descorteses.
5 Fuentes
Diarios: El Tribuno, El Intransigente.
Semanarios: El Cronista, Cuarto Poder, Nueva Propuesta y Redacción.
Resumen
El presente trabajo parte de la reflexión sobre la clasificación de procesos y roles
temáticos de la Lingüística Sistémico-Funcional (LSF) (Halliday y Mathiessen 2004)
en tanto herramienta para analizar discursos, y tiene como meta su adecuación a
fin de alcanzar un acercamiento más completo al análisis de textos reales. El
marco teórico es el Análisis del Discurso encuadrado en los principios de la LSF
(Halliday 1985) y la metodología es cualitativa, ya que parte del análisis inductivo
del corpus. Según la LSF, la clasificación de cláusulas y procesos permite observar
cómo los hablantes representan el mundo de la experiencia. Dicha clasificación
incluye un espectro de seis categorías cuyos límites no son discretos sino
graduales: tres tipos de procesos principales y tres intermedios. Presupone el
principio de indeterminación sistémica, esto es, que la indeterminación en el modo
en que los hablantes construyen la experiencia mediante el lenguaje no es una
excepción del sistema sino una de sus características constitutivas (Halliday y
Mathiessen 2004: 172). El análisis de dos corpora distintos (noticias y documentos
legales) muestra que la clasificación en seis categorías resulta insuficiente, ya que
algunos procesos pueden clasificarse en los límites entre dos o más categorías, no
necesariamente adyacentes en el espectro. Por eso, este trabajo propone adaptar la
clasificación y conceptualizarla como un conjunto de rasgos, para poder realizar
una caracterización más compleja de la representación del mundo construida en
los textos.
1 Introducción
Este trabajo se enmarca en nuestros proyectos de investigación de
Doctorado, que llevamos a cabo en la Universidad de Buenos Aires con
becas del Conicet. Si bien el marco teórico-metodológico de nuestras
investigaciones no coincide exactamente –Serpa trabaja desde el Análisis
Estratégico del Discurso (Menéndez 1997) en el marco de la Lingüística
Sistémico-Funcional (LSF) y Molina desde el Análisis Crítico del Discurso
(Fairclough 1992, Pardo 2011)–, en ambos casos abordamos el análisis
textual, compartimos la metodología cualitativa y utilizamos como
herramienta de análisis la clasificación de cláusulas, procesos y roles
temáticos elaborada por Halliday y colaboradores (Halliday 1985, Halliday
y Matthiessen 2004). En ambas investigaciones el análisis de dos corpora
muy diferentes con respecto a sus características formales, estilísticas y
genéricas (un corpus de documentos legales, en la investigación de Serpa,
y un corpus de notas periodísticas, en la investigación de Molina)
presentó dificultades similares para utilizar dicha clasificación como
herramienta de análisis; además, la lectura de la bibliografía sobre el
tema mostró algunas inconsistencias en la clasificación y ejemplificación
de las cláusulas. No obstante, sostenemos la validez y la relevancia de
esa herramienta, por lo que nos proponemos revisarla críticamente y
adaptarla para optimizar su uso.
Así, el presente trabajo parte de la reflexión sobre la clasificación de
procesos y roles temáticos de la LSF (Halliday y Mathiessen 2004) y se
propone adaptarla en términos de su uso para el análisis del discurso
orientado textualmente. A partir de una metodología cualitativa (Guba y
Lincoln 1998), las reflexiones que conforman esta adaptación surgen del
análisis inductivo de nuestros corpora. Es con este alcance que
adecuaremos la clasificación de procesos como herramienta analítica
para la descripción completa y compleja de los textos. En síntesis,
intentamos optimizar dicha herramienta para describir las distintas
representaciones del mundo que los recursos lingüísticos construyen en
los textos que analizamos.
Comenzaremos por resumir brevemente la clasificación de procesos en
el marco de la LSF y estableceremos la posibilidad de la adaptación de
dicha clasificación como herramienta de análisis, fundamentada
teóricamente en el principio de indeterminación sistémica. A
continuación, indicaremos algunos problemas vinculados a la
clasificación y ejemplificación de los procesos en la bibliografía revisada
(referidos, especialmente, a los procesos de conducta, relacionales,
existenciales y verbales). Luego, a partir de ejemplos concretos (tomados
de un corpus de textos legales y un corpus de notas periodísticas),
presentaremos nuestra propuesta de análisis. Esta intenta adaptar la
herramienta analítica para conceptualizarla como un conjunto de rasgos
16 “Las regiones poseen áreas nucleares y estas representan a los miembros prototípicos de
los tipos de procesos; pero las regiones son continuas, graduales en el paso de una a otra, y
estas áreas limítrofes representan el hecho de que los tipos de procesos constituyen categorías
difusas.” (La traducción de esta cita y las siguientes es de las autoras).
17 “Una cláusula ‘material’ construye un quantum de cambio en el flujo de los
acontecimientos como si este tuviera lugar mediante un input de energía”.
18 Todos los ejemplos de nuestros corpora de análisis que presentamos en este trabajo están
citados textualmente; los fragmentos entre corchetes indican información cotextual aclaratoria
y los puntos suspensivos entre paréntesis indican que se ha recortado un fragmento. Al final
de cada ejemplo, también entre corchetes, se cita el sector de nuestros corpora del que han
sido extraídos. En los ejemplos del corpus de textos legales, se indica en primer lugar de qué
texto se trata: LFE significa Ley Federal Educativa (Ley 24195, de 1993) y LEN significa Ley de
Educación Nacional (Ley 26.206, de 2006); luego, separado por un guión, se indica el número
de enunciado. En cuanto a los ejemplos extraídos del corpus de notas periodísticas (marcadas
con la letra “N”), la segunda letra señala el nombre del diario (“L” para La Nación y “C” para
Clarín); se incluyen luego el número de noticia, según una codificación interna al corpus, y el
número de emisión citada.
22 “estos pueden configurarse con un tercer participante que representa a la entidad que
asigna la relación de identidad o atribución”.
also some circumstantiality about the coming into being of the Existent,
hence its ‘plus’” (2010: 151).25 Los autores ofrecen el siguiente ejemplo:
(13) Después de la tempestad, vino la calma (Lavid, Arús y Zamorano 2010: 151)
En síntesis, las imprecisiones en la delimitación de los procesos
existenciales apuntan a cuestionar su validez como categoría de análisis
diferenciada, ya que los significados que parece representar no son
privativos de dicha categoría.
Vimos hasta aquí cómo dos de los procesos intermedios (los de
conducta y los existenciales) tienen características difusas y pueden ser
subsumidos a sus categorías adyacentes. Los procesos verbales
representan el caso contrario: si bien Halliday y Matthiessen (2004) los
consideran como una categoría intermedia, es innegable que poseen
características singulares que avalarían su categorización como un tipo
de proceso central. En palabras de Lavid, Arús y Zamorano (2010: 135):
“verbal processes do have their own characteristic traits that set them
apart from the other process types”.26 A diferencia de los procesos
existenciales y de los de conducta, los verbales no pueden ser
considerados como un subtipo ni de los mentales ni de los relacionales,
ya que tienen rasgos propios diferenciables de todos los otros tipos. Es
por eso que los procesos verbales han sido tratados en la bibliografía
como procesos mayores, menores y como categorías intermedias
alternativamente, como indican Lavid, Arús y Zamorano (2010: 135-136).
Cabe señalar que los comentarios críticos presentados hasta aquí
surgen a partir del uso de la clasificación durante la práctica analítica
concreta. El análisis de nuestros corpora plantea interrogantes acerca de
cómo se definen las categorías y cómo podemos utilizarlas en la práctica,
es decir, cuestiones acerca de la manera de optimizar la clasificación
como herramienta de análisis. En resumen, tanto el principio de
indeterminación sistémica como la afirmación del carácter difuso y
gradual de los límites entre categorías, por una parte, como las
imprecisiones que marcamos en la definición y ejemplificación de
distintos tipos de procesos, por otra, resultan el punto de partida para
reflexionar acerca de cómo podemos clasificar procesos que no parecen
adscribirse a ninguno de los seis tipos descriptos más arriba, incluso si
los entendemos como categorías graduales. Es por eso que proponemos
retomar los lineamientos de Halliday acerca del mapeo del espacio
semiótico considerando las seis categorías que marca no como etiquetas
de la teoría que deben ser aplicadas en la práctica, sino como
25 “El proceso se realiza mediante otro verbo que haber, pero es reemplazable por este. El
‘existence plus’, a menudo, expresa no solo la existencia como tal, sino también alguna
circunstancialidad sobre el surgimiento del Existente, de allí su ‘plus’”.
26 “los procesos verbales realmente tienen sus propios rasgos característicos que los separan
de otros tipos de procesos”.
(17) (…) [en esa zona], por la noche, domina [sic] la desolación y la inseguridad
[NL3, E6]
Los procesos creativos como “propiciar” implican, por definición, un
rasgo existencial, en tanto las acciones materiales crean la Meta. En este
sentido, decimos que los procesos materiales creativos están trayendo un
objeto a la existencia, tal como se postula para los procesos existenciales.
En (16), como en toda cláusula material creativa, entonces, encontramos
un rasgo existencial que acompaña los valores materiales del proceso.
Algo similar sucede en (17), donde “dominar” parece contener rasgos
pertenecientes a diversas categorías. Por una parte, es posible una
interpretación existencial, dado que puede ser reemplazado por haber:
“en esa zona, por la noche, hay desolación e inseguridad”. En este caso,
“la desolación” y “la inseguridad” tienen el rol de Existente. Pero es
evidente que la selección del proceso “dominar” aporta un valor material,
y hace de “la desolación” y “la inseguridad” dos agentes animados. La
clasificación de la cláusula se torna más compleja aún si tenemos en
cuenta las dificultades en la distinción entre cláusulas existenciales con
circunstancia y las relacionales circunstanciales. En efecto, (17) podría
entenderse como una cláusula relacional, desde este punto de vista.
Todas estas lecturas están contempladas en la teoría, dado que Halliday y
Matthiessen (2004) consideran que existe un fino límite entre las
cláusulas materiales y las existenciales (ambas implican un suceder) y
entre las cláusulas existenciales y relacionales (ambas se ocupan del
dominio del ser).
El siguiente ejemplo contiene dos procesos que presentan el problema
de su interpretación en términos de relacional o existencial:
(18) La ocupación comienza 200 metros antes de la estación y continúa hasta la
altura de la avenida Brasil [NL3, E16]
Ambos procesos articulan un primer participante “la ocupación” con
una locación: “200 metros antes de la estación”, en el primer caso, y
“hasta la altura de la avenida Brasil”, en el segundo. Pero tanto
“comenzar” como “continuar” pueden ser entendidos como construyendo
una mera relación o como indicando la existencia de una entidad de la
que se especifica una circunstancia (en efecto, se puede realizar la
sustitución por haber).
Por otra parte, también tuvimos algunas dificultades con el análisis de
procesos que podrían ser clasificados como de conducta:
(19) (…) [la jueza] en las próximas horas, deberá indagarlo [al acusado] [NL2, E14]
(20) “No los vamos a perdonar”; “Los vamos a bajar a todos”; “¡Se terminó la
democracia! ¡Los vamos a fusilar!’”, gritaba un grupo de 25 habitantes de la
villa 31(…) [NL2, E6]
(21) Desde las 8, las personas que pernoctan bajo la autopista empiezan a planear
cómo se ganarán su plato de comida [NL3, E33]
(26) “La Boca es un lugar olvidado y muchos de los vecinos de siempre se están
yendo –lamenta Alberti–(…) [NC4, E32]
En este ejemplo, el proceso implica un intercambio de significado a
partir del cual un Dicente (“Alberti”) proyecta un Reporte, por lo cual
podría tratarse de una cláusula verbal. No obstante, también podemos
interpretar que un Procesador (“Alberti”) manifiesta una reacción
emocional ante un Fenómeno. Si bien podría argüirse que se trata de un
proceso verbal con un matiz modal que debe recuperarse en el análisis de
la función interpersonal, creemos que la dimensión mental no puede
soslayarse –ya que es desde el punto de vista de la función experiencial
que se está representando un cambio en el flujo de los acontecimientos
que tiene lugar en la conciencia de un Procesador a partir de un
Fenómeno– y que no podemos descansar en que exista una proyección de
un Reporte para calificar el proceso solamente como verbal.
En síntesis, estos y otros ejemplos igualmente complejos pusieron de
manifiesto la inconveniencia de reducir el análisis de cada proceso a una
única categorización. Más aún, los interpretamos como una invitación a
profundizar la reflexión acerca de las implicancias del principio de
indeterminación sistémica. Por ello, intentamos un reordenamiento de la
clasificación en términos de conjuntos de rasgos, conformados por las
características de tipos diversos de procesos (no necesariamente
adyacentes en la clasificación sistémico-funcional). La siguiente tabla
organiza los procesos de los ejemplos según el criterio propuesto:
Material
Existencial propiciar
dominar
que una de ellas aparece como dominante. En estos casos optamos por
anotar la categoría dominante en primer lugar, luego el signo “+” y
finalmente la categoría no dominante. Esto significaría que el proceso
puede adscribirse a una categoría, pero que contiene un rasgo de otra.
Por ejemplo, en (16), reproducido aquí como (27), los rasgos materiales
resultan dominantes sobre los existenciales:
(27) Las Autoridades Oficiales (Actor + Creador) propiciarán (proceso material
creativo + proceso existencial) acciones de capacitación docente para esta área
(Meta + Existente) [LFE-E97.1.2]
En segundo lugar, encontramos casos en los que no nos resultó viable
establecer una dominancia entre las dos interpretaciones posibles. En
este caso, las etiquetas se colocaron indistintamente en primer o segundo
lugar, separadas por una barra para indicar la coexistencia de las dos
lecturas, sin que los rasgos de una fueran preponderantes por sobre los
de la otra, como la interpretación verbal / material de (19), ahora
reproducido como (28):
(28) [la jueza] (Dicente / Actor) en las próximas horas (Circ:Loc:Tiempo) deberá
indagar- (proceso verbal / proceso material) -lo [al acusado] (Blanco /
Cliente) [NL2, E14]
Finalmente, nuestro corpus textual también presentó casos en los que
existían dos lecturas posibles, aunque excluyentes. En estos casos se
podría optar por una interpretación, sin dejar de reconocer la posibilidad
de la otra. Es decir, no proponemos decidir por una categorización,
invisibilizando la otra, sino dar cuenta de la posibilidad de cualquiera de
las dos. También en estos casos resulta indistinto el orden en que se
colocan las etiquetas, aunque se sugiere el uso del signo “=” para graficar
la ambigüedad constitutiva de la interpretación. Este es el caso del
ejemplo presentado más arriba como (18) y transcripto aquí como (29), en
el que es posible una interpretación existencial o relacional
circunstancial:
(29) La ocupación (Portador = Existente) (…) continúa (proceso relacional
circunstancial = proceso existencial) hasta la altura de la avenida Brasil
(Atributo = Circ: Loc: Espacial)
Estas notaciones que proponemos no son para nada concluyentes,
sino que simplemente dan cuenta de la manera que encontramos de
afrontar los interrogantes surgidos al utilizar la clasificación como
herramienta de análisis orientado textualmente.
6 Conclusiones
Si analizamos los procesos como configurados a partir de un cruce de
varios rasgos, tal como se propone en este trabajo, la tipología de Halliday
y Matthiessen (2004) se extiende de seis a quince opciones posibles: los
seis tipos básicos de procesos se reducen a cinco (dado que desaparece la
Resumen
El siguiente trabajo analiza las representaciones del escándalo político que
construye la prensa escrita argentina. Nuestro corpus está formado por noticias
publicadas en diarios de alcance nacional (La Nación, Página 12) referidos al caso
Antonini Wilson, que estalló en agosto de 2007 durante la presidencia de Néstor
Kirchner. Nos proponemos identificar procedimientos lingüísticos y estrategias
discursivas utilizados en la construcción del escándalo y establecer el modo como
se relacionan opciones discursivas y posicionamientos ideológicos que originan
una determinada representación del escándalo como acontecimiento mediático.
Consideramos, para el estudio de este fenómeno social y político, los postulados de
Jiménez Sánchez (1994), Thompson (2001) y Lull e Hinerman (1999). El marco
teórico-metodológico general es el análisis crítico del discurso (Van Dijk 1999,
2003, Wodak 2003) y, dentro de esta perspectiva multidisciplinaria, tenemos en
cuenta, especialmente, aportes provenientes de la lingüística sistémico-funcional y
de la pragmática. El análisis lingüístico y discursivo responde a una metodología
cuantitativa y cualitativa. Entre las conclusiones destacamos que el escándalo
político funciona como arma de lucha política capaz de revelar el poder que la
prensa ejerce en y sobre el discurso en la producción y reproducción de
determinado relato de la realidad -en nuestro caso, de la realidad política-, hecho
que la erige como verdadero actor político de las sociedades democráticas actuales.
1 Introducción
El discurso de los medios masivos de comunicación ha cobrado gran
importancia en las sociedades actuales. Se sabe que los medios no son
simples transmisores de información, sino instituciones complejas que
producen determinados relatos de la realidad desde cierta perspectiva o
posicionamiento ideológico. En este sentido, han dejado de ser meros
actores mediadores entre los ciudadanos y la clase política para ocupar el
rol de actores estratégicos que intervienen con diferente grado de fuerza e
influencia en el juego político. Durante el gobierno del ex presidente
Néstor Kirchner (y creemos que sucede lo mismo en la actual gestión de
Cristina Fernández), la relación entre medios y política se ha
caracterizado, en general, por la tensión y el conflicto permanentes. En
este contexto, el objetivo de este trabajo es analizar algunos aspectos de
la construcción discursiva y mediática del escándalo político, teniendo en
cuenta el enfoque teórico y metodológico del análisis crítico del discurso
(Van Dijk 1999, 2003).
Hemos seleccionado las noticias publicadas en las versiones on line de
los diarios La Nación y Página 12 en torno al caso Antonini Wilson, que
tuvo lugar en agosto de 2007. Consideramos que la categoría escándalo
es reveladora de los modos como se vinculan el poder político y mediático
y de las luchas por el predominio del ejercicio del poder de los grupos
dominantes. Nuestro estudio, basado en el análisis cuantitativo y
cualitativo de recursos lingüísticos y estrategias discursivas utilizadas,
nos permitirá dimensionar el importante rol que cumplen los medios en
las representaciones de este fenómeno social y político.
Partimos de las siguientes hipótesis: en el caso estudiado, el
escándalo político funciona como manifestación del poder que la prensa,
como parte del grupo dominante, ejerce en y sobre el discurso; es un
arma de lucha política para desprestigiar al adversario y/o defender al
aliado; presenta potenciadas sus características cuando el suceso se
utiliza para atacar al gobierno de Kirchner y atenuadas cuando se busca
defender a este Gobierno.
3. Corpus y metodología
Hemos seleccionado las noticias publicadas en las versiones
electrónicas de los diarios La Nación y Página 12 durante la semana
posterior al estallido del episodio, esto es, entre el 8 y el 15 de agosto de
2007. Nuestra selección obedece a dos razones: 1) ambos periódicos
tienen alcance nacional y son fuentes de información de otros medios de
comunicación; 2) se sabe que presentan posicionamientos ideológicos
contrarios, lo que permitirá analizar el modo como construyen
discursivamente la categoría escándalo político de acuerdo a dichos
posicionamientos.
Para nuestro abordaje del escándalo, vamos a seguir la propuesta de
Jiménez Sánchez (1994), quien considera que este fenómeno tiene una
estructura secuencial y distingue distintas fases por las que atraviesa.27
En este caso tendremos en cuenta la etapa de revelación, publicación,
defensa y dramatización.
Asimismo, realizamos un análisis lingüístico y discursivo que
responde a una metodología cuantitativa y cualitativa. Observamos como
categorías de análisis en el nivel semántico-textual, macroestructuras
semánticas (Van Dijk 1980); en el nivel sintáctico-semántico, formas
léxicas y sintácticas (Halliday 1982) y, en el nivel pragmático, recursos
polifónicos (García Negroni y Tordesillas 2001, Fonte 2008). Para la
realización de la interpretación crítica, tenemos en cuenta postulados
provenientes del Análisis Crítico del Discurso, especialmente las nociones
de poder sobre y dentro del discurso (Fairclough y Wodak 2000), de
ideología (Van Dijk 1999) y de legitimación (Martin Rojo y Van Dijk 1998,
Neyla Pardo 2007).
4.2 Dramatización
4.2.1 Nivel semántico textual
En el nivel semántico-textual, identificamos ejes temáticos y, luego, a
partir de un proceso de abstracción de las secuencias de significados
locales, obtenemos las macroestructuras correspondientes para tener
una primera aproximación del contenido de las noticias analizadas.
Consideramos especialmente los titulares, ya que, aunque no siempre
resumen el tema de las noticias, pueden aludir en forma implícita a la
información más importante.
de la oposición el responsable de
muchos escándalos
de corrupción.
Vinculaciones con El escándalo se
otros casos relaciona con otros
casos similares como
Skanska, Miceli,
Garré.
Enfrentamiento Existen
entre la policía discrepancias entre
aeroportuaria y la la Aduana y la
aduana Policía aeroportuaria
por la versión de los
hechos.
Rol de la oposición La oposición La oposición pide
responsabiliza al explicaciones al
gobierno de Kirchner Gobierno.
por el delito de
contrabando.
Apertura de la El fiscal general de El fiscal general de
investigación judicial Venezuela anunció Venezuela anunció
en Venezuela la apertura de una la apertura de una
investigación judicial investigación judicial
en ese país. en ese país.
Visión de diarios En Argentina explotó
internacionales un nuevo escándalo
de corrupción que
afecta la credibilidad
del Gobierno.
Ponderación de la Alberto Fernández
actuación de los subraya la
controles aduaneros excelencia con que
se desempeñó la
Aduana frente al
hecho.
Tabla 1: Ejes temáticos y macroestructuras.
Aduana 3 4 3 10 1 2 3
Policía 1 1
Aerop.
Mussa 1 3 1 5
Royal 3 1 1 5
Air
12 15 9 36/ 5 4 2 11/
Subt.
15% 14%
Fiscal 13 7 5 25 3 5 4 12
Jueza 4 2 6 2 2 4
Just. argentina
Fuentes 3 3 6 2 1 3
judiciales
Jueces con 4 6 1 11
experiencia
Tribunales 3 3
13 14 10 37/ 9 16 8 33/
Subt.
17% 42%
Fiscal Gral. 1 1 2 1 1
venezol.
Just.
1 1 2/ 1 1/
Subt.
1% 1%
Kirchner 6 2 1 9 3 1 4
Alberto 12 5 6 23 5 1 3 9
Fernández
Allegados a 1 1 3 5
Kirchner
De Vido 4 1 1 6
Gob. Arg.
Aníbal 1 1 1 1
Fernández
Gobierno 2 3 5 1 1
D´Elia 2 3 5
Fuentes 1 3 1 5
oficiales
Cristina K 1 1
27 14 8 59/ 11 2 3 16/
Subt.
27% 21%
Chávez 6 2 8 1 2 3
Venez.
Gob.
Vicepres. 5 2 7 14 1 1
.
Funcionar. 8 1 6 15 1 3 4
19 5 3 37/ 2 2 4 8/
Subt.
17% 10%
Partidos de 18 3 4 25 1 1
Oposit al
Gob Arg
la oposición
18 3 4 25/ 1 1 2/
subt
11% 2%
Partidos 1 3 4
Gob Venez.
políticos
Oposit. al
Medios 1 1 1 3
1 2 4 7/
subt
3%
Financial 1 1 7 9
internac.
Times
Diarios
N.York
Times
1 1 7 9/
Subt.
4%
Expertos en 1 1 2
Otros
Seguridad
aeroport.
Rumor 4 4
1 5 6/
Subt.
8%
212 77
Total
Rojo y Van Dijk (1998: 225), como “el acto social de presentar como
aceptables a los actores sociales, acciones y al juego de relaciones
sociales dentro del orden normativo”. En el caso del escándalo político, el
uso de esta estrategia cobra fuerza por tres razones fundamentales: 1) la
existencia de una acción controvertida en sí; 2) la presencia de un
conflicto de versiones que intentan explicar dicha acción y 3) el peligro de
la pérdida del capital simbólico de los grupos implicados: periodistas,
políticos, miembros del poder judicial.
La legitimación como estrategia global conlleva el uso de otras que
buscan mantener o restablecer la posición y autoridad de un grupo o
institución.30 Así, en nuestro corpus podemos observar la presencia de la
estrategia de autorización. Ambos diarios se construyen como ayudantes
de la justicia y presentan su propia investigación en el ámbito discursivo,
consultando distintas fuentes y personajes involucrados. Apelar a la
opinión de expertos no sólo es un modo de autorizar y otorgar
credibilidad al discurso y, por lo tanto, a una lectura propia de los
sucesos, sino también, de demostrar poder basado en el acceso
privilegiado a las fuentes. La estrategia de autorización, a su vez, se
vincula con la estrategia ideológica general de presentación positiva del
grupo de pertenencia y negativa del ajeno (Van Dijk 1999). La Nación y
Página 12 muestran la preocupación por informar y dar a conocer
versiones de los hechos (aunque con distintas aristas en cada caso).
Mientras el primer matutino hace hincapié en la irregularidad del suceso,
el segundo pondera la actuación de la Aduana y del gobierno de Kirchner.
La definición de los grupos enfrentados difiere: La Nación se construye
como ayudante de la justicia en la búsqueda de la verdad y se opone a los
funcionarios kirchneristas que, de acuerdo a su postura, demuestran con
su accionar la corrupción del poder político. Página 12 no se construye
como opuesto al Gobierno. Según este diario, el principal sospechoso y
responsable de lo sucedido es A.W., quien no tiene relación directa con el
oficialismo.
La presencia de diferentes personajes públicos, cuya voz es
introducida a través de las distintas formas del discurso referido, refleja
la estrategia de negociación: los diversos actores disputan la veracidad de
su propia representación de los hechos y de sus intereses. Asimismo, la
estrategia de evaluación también se hace presente a partir del uso del
léxico y de determinados procesos verbales que imprimen a los actores o
a sus acciones valoraciones que se desprenden de un sistema axiológico
formado, en los casos estudiados, por las oposiciones:
corrupción/honestidad, ineficacia/eficacia, normalidad/anormalidad,
entre otras. Estas estrategias, a su vez, ponen de relieve fenómenos de
30 Tenemos en cuenta para el análisis las estrategias postuladas por Martin Rojo y Van Dijk
(1998) y la clasificación propuesta por Neyla Pardo (2007).
5. Conclusión
El análisis discursivo y crítico realizado permitió confirmar las
hipótesis que guiaron nuestro trabajo. La categoría escándalo político
resultó reveladora del poder que la prensa ejerce en y sobre el discurso.
Ejercer poder sobre el discurso es, desde cierta perspectiva, una cuestión
de acceso al discurso público, es decir, de posibilidad de utilizar los
canales públicos de comunicación. El poder dentro del discurso se pone
en evidencia a partir de la selección que hace cada diario de los temas y
de su tratamiento, del léxico, de la sintaxis y del modo como organizan la
escena enunciativa, al otorgar diversa prominencia discursiva a los
enunciadores. Las distintas formas de citación no sólo sirven para
informar, sino para permitir al enunciador periodístico construir su
propia imagen, de acuerdo a fines político-ideológicos determinados. Los
recursos utilizados ponen de manifiesto la estrategia socio-discursiva de
la legitimación: en la escena discursiva estudiada, los participantes
intentan autorizar su palabra, negociar su imagen y hacer valer una
versión propia de los hechos. Por supuesto que son los locutores
periodísticos quienes ponen límites a estos intentos. De este modo, si
bien los diarios reflejan la lucha de discursos que acompaña al estallido
del escándalo, lo hacen en virtud de la postura ideológica defendida en
cada caso. Comprobamos que el escándalo funciona como un arma de
lucha política que sirve para atacar al adversario y defender al aliado. Así,
en La Nación se evidencia un claro interés por construir la historia como
un verdadero escándalo, poniendo de relieve aquellos aspectos que lo
definen como tal: historia de una transgresión, fenómeno generador de
respuestas públicas de desaprobación, drama donde se enfrentan héroes
y villanos en la lucha por la verdad. El objetivo es mostrar características
negativas de todo un sistema de gobierno. Por su parte, Página 12,
respondiendo a intereses ideológicos cercanos a la postura oficial, busca
atenuar estas características y destacar las versiones que desvinculan el
suceso del accionar del gobierno kirchnerista.
Finalmente, consideramos que el trabajo realizado puede significar un
aporte, desde lo discursivo, al estudio de las complejas relaciones de
poder existentes entre los sistemas político y mediático.
Resumen
En este trabajo analizamos un conjunto de expresiones de la variedad del español
del norte de México, extraídas de la columna Editorial de un periódico de amplia
circulación en el estado de Sonora, editado en Hermosillo, la capital. En esta
sección se presenta información sobre problemática social y política que da lugar a
un abordaje analítico con posturas subjetivas, esto es, críticas, y en ella suelen
externarse opiniones sobre actores, acciones o sucesos relacionados con la
temática, dando pie a la presencia, a veces abundante, de expresiones irónicas y
sarcásticas. El objetivo del trabajo es delimitar casos de ironía y de sarcasmo a
partir de las características de las expresiones. Interesa particularmente mostrar
los aspectos del código que colaboran para la interpretación irónica, o bien
sarcástica. El análisis permite proponer que, aunque los recursos coinciden, hay
un uso diferenciado de los mismos que exige un trabajo distinto del destinatario, lo
que pone de manifiesto el carácter pragmático del fenómeno. A diferencia de lo que
sucede con la ironía, que implica un trabajo inferencial del oyente o lector
(Alvarado 2006), las expresiones sarcásticas se distinguen por el uso de un
lenguaje de interpretación directa, literal.
1 Introducción31
Los estudios que se han elaborado sobre ironía en el español desde
una perspectiva lingüística son aún escasos. Los ejemplos que
mostraremos en el análisis apoyan nuestra propuesta de que, aunque los
términos ironía y sarcasmo se utilizan en forma indiferenciada, existen
entre ellos diferencias relacionadas, básicamente, con el trabajo que cada
fenómeno exige de los destinatarios. El análisis pone de manifiesto,
asimismo, el hecho de que para la identificación y consecuente
interpretación de la ironía y del sarcasmo es de suma importancia el
conocimiento compartido de hablante-oyente sobre la temática que se
aborda, lo que ilumina la naturaleza pragmática del fenómeno.
El análisis que presentamos, de fuerte base empírica y de alcance
descriptivo, sugiere la pertinencia de propuestas de la teoría de la
relevancia de Sperber y Wilson (1986) y la teoría de los actos de habla
(Austin 1990).
3.1 Ironía
Un ejemplo de ironía lo tenemos en (1); en este caso, el adjetivo
antepuesto nuevo (en negritas en el ejemplo) en la frase “nuevo” Jefe
Diego es el recurso léxico utilizado para ironizar:32
(1) Hoy estamos ante el inicio de lo que puede ser un fenómeno mediático-político
sin parangón. La liberación de Diego Fernández de Cevallos ofrece un claro
ejemplo de cómo un personaje con expediente oscuro puede ser reciclado y
convertido en inmaculado ciudadano. El victimismo, aunado a un problema de
liderazgos en el PAN que les permita competir con alguna posibilidad de
triunfo en 2012, pueden ser los ingredientes para ver cómo se construye la
candidatura presidencial del “nuevo” Jefe Diego. [24 de diciembre 2010]
En este contexto, el adjetivo nuevo no remite a ‘reciente’, ‘diferente’ o
‘renovado’, que es el significado que esperaríamos, sino al significado
contrario, como señaló Myers (1977 apud Mariscal 1993: 189-190), quien
asoció esta función precisamente con recursos léxicos. El significado de
nuevo en este uso es ‘viejo’; se quiere enfatizar que el Jefe Diego sigue
siendo aquella misma persona ruin que es conocida en el terreno de la
política por haber cometido una serie de irregularidades, y no una víctima
-como quieren hacer creer- de un polémico secuestro.
El contexto sintáctico posee rasgos que colaboran a esta
interpretación: la anteposición del adjetivo marca una postura subjetiva
por parte del hablante, además de su atribución a una entidad humana,
Jefe Diego, en un uso no prototípico, ya que este adjetivo suele ser
atribuido a objetos, como el libro, en el libro nuevo. El contexto discursivo
aporta elementos que buscan involucrar al lector y apoyan la ironía: Hoy
estamos, lo mismo que el comentario crítico cómo un personaje con
32 Las convenciones en los ejemplos son las siguientes: negrita, para resaltar recursos
irónicos; subrayado, para recursos sarcásticos; cursiva, para las palabras o construcciones
que sirven de apoyo a la interpretación irónica o sarcástica, según sea el caso.
33 Las comillas enfatizan el recurso del cual se hace uso para ironizar, en este caso el
adjetivo, y remiten a rasgos prosódicos de la lengua.
3.2 Sarcasmo
Los casos de sarcasmo del corpus, como se apreciará en el análisis
que presentamos en este apartado, poseen características distintas a las
propias de los casos de ironía analizados en el apartado anterior. Veamos
el ejemplo (3), en el que las expresiones con subrayado remiten a
posturas subjetivas críticas que rayan en lo sarcástico:
(3) “Yo te robo todo el año, ¡pero te regalo unos juguetes chinos en Navidad!”;
“para que recuerdes que yo te di y votes por mí”; “yo doy regalos a una familia
pobre con mis millonarios aguinaldos, dinero público que no se le dio al
hospital que pudo haber salvado algunas vidas, tal vez de alguien cercano”.
Como que nos falta hacer ese tipo de relaciones, muy González Iñárritu, para
darle su justo lugar a las cosas ¿no cree usted? Y ya me estoy imaginando a
varios preguntando de forma cínica e ignorante ¿Acaso hay de otra? ¿Hay
otras formas de hacer las cosas? y con ello se comprueba mi aseveración de
todo el año: Estamos gobernados por ignorantes, muchos expertos en ganar
elecciones pero incompetentes para las políticas públicas. [23 de diciembre de
2010]
El fragmento inicial de la nota “Yo te robo todo el año, ¡pero te
regalo unos juguetes chinos en Navidad!”; “para que recuerdes que yo te di
y votes por mí”; “yo doy regalos a una familia pobre con mis millonarios
aguinaldos…”, pone en primera persona palabras que un político jamás
diría, con las que busca resaltar u objetivar el fondo de las posiciones de
las que los miembros de este sector adoptan para comprar votos o
voluntades y de las que suelen presumir –regalar juguetes que en la
realidad son muy baratos y de mala calidad–. La frase dinero público que
no se le dio al hospital que pudo haber salvado algunas vidas, tal vez de
alguien cercano subraya la dimensión del robo: el dinero pudo tener una
aplicación social trascendente; con ella se busca mover al lector a asumir
una posición crítica.
El uso de frases completas entrecomilladas y de enunciados
exclamativos destaca lo sarcástico del comportamiento cínico, sin
escrúpulos, de nuestros gobernantes. El ejemplo también incluye
recursos léxicos como adjetivos de valor negativo –cínica e ignorante–, lo
mismo que construcciones interrogativas – ¿Acaso hay de otra?, ¿Hay
otras formas de hacer las cosas?–, orientadas a exhibir el cinismo y hacer
mofa de la ignorancia y falta de sentido social de nuestros gobernantes.
Índice claro de valoración negativa por parte del autor de la nota son los
adjetivos ignorantes e incompetentes, que funcionan como apoyo a la
interpretación sarcástica. Véase que la interpretación de la información
en este ejemplo es objetiva, referencial, literal.
Concurren en este ejemplo, asimismo, frases y construcciones que
evidencian posturas subjetivas como mi aseveración, Estamos
gobernados. Como podemos ver, el autor alterna el uso de la primera
persona del singular con la primera del plural, recurso, este último, con
4 Conclusiones
En este trabajo, asumiendo que el código simboliza contenidos
(Langacker 1987), hemos descrito casos de ironía y sarcasmo en los que
hemos destacado los recursos léxicos y sintácticos que colaboran a su
interpretación, lo que esperamos contribuya a su cabal delimitación
nocional.
El análisis que presentamos nos permite afirmar que, aunque tanto en
los casos de ironía como de sarcasmo la identificación del sentido tiene
como prerrequisito el conocimiento compartido de la información por
5 Corpus
Materiales del proyecto “Aspectos gramaticales y pragmáticos de la
predicación en español: sistema, variación y cambio” (CONACYT 132206).
Lucía Bregant
Resumen
El presente trabajo se propone analizar la neología semántica que puede
observarse en los textos de canciones de cumbia argentina actual con el objetivo
general de contribuir a la descripción del léxico de una variedad popular del
español argentino contemporáneo y el objetivo específico de analizar el valor
comunicativo de conformación de grupos e identidades que tiene el uso de estos
neologismos. Trabajos anteriores demostraron que el uso de neologismos como
recurso estilístico es percibido por los hablantes como un rasgo distintivo de la
cumbia argentina actual (Bregant 2011). Se relevarán y analizarán los neologismos
presentes en el corpus de canciones atendiendo a su finalidad comunicativa de
crear, por un lado, lazos de pertenencia grupal y, por el otro, códigos de
diferenciación y exclusión de aquellos a quienes no se considere parte del grupo
identitario. El trabajo propone un análisis de las funciones textuales que los
neologismos cumplen en los textos de procedencia, así como su repercusión en el
plano temático.
1 Introducción
El presente trabajo se propone analizar la neología semántica que
puede observarse en los textos de canciones de cumbia argentina actual
con el objetivo general de contribuir a la descripción del léxico de una
variedad popular del español argentino contemporáneo y el objetivo
específico de analizar las relaciones de condicionamiento que se dan
entre el léxico, por un lado, y el tema y la función textual, por el otro.
Específicamente, intentaré dar cuenta del valor comunicativo de
conformación de grupos e identidades que tiene el uso de estos
neologismos, en textos cuya función principal –se argumentará- es la de
expresar una identidad de grupo.
Los neologismos se crean por medio de diversos procesos, que pueden
ser formales, semánticos o por préstamo. Este trabajo se centra en el
estudio de los neologismos semánticos, es decir, aquellos formados por la
modificación del significado de un lexema ya existente. Así, por ejemplo,
el neologismo semántico vagancia, parafraseable como ‘grupo de amigos
que se junta a pasar el tiempo (a no hacer nada)’, es creado a partir de su
significado base ‘pereza y falta de ganas de hacer algo’. Cabré y Estopà
(2009) clasifican los neologismos semánticos según los procesos
involucrados en la resemantización de los lexemas. Estos procesos son: i)
el paso de nombre propio a nombre común, por el que, en la mayoría de
los casos, una marca comercial (como gilera) pasa a denominar toda su
categoría (‘moto’); ii) la designación de la parte por el todo (metonimia),
por la que una característica o parte de la unidad léxica (como bigote)
pasa a significar su totalidad (‘gato’); y iii) la creatividad metafórica, en la
que el significado neológico surge a partir de un rasgo común con el
significado no neológico (como en caber, cuyo significado neológico es
‘gustar’ y, en algunos contextos, ‘merecer’, que es creado a partir de su
valor de ‘tener lugar’).
Trabajos anteriores demostraron que el uso de neologismos como
recurso estilístico es percibido por los hablantes como un rasgo distintivo
de la cumbia argentina actual (Bregant 2011). La cumbia es un género
musical de origen colombiano, que arriba a la Argentina a mediados de la
década del 50 y se establece primero en las provincias, hasta que, a fines
de la década del 70, aparecen en Buenos Aires las primeras “bailantas”.
Esteban De Gori (2005) divide la historia reciente de la cumbia argentina
en tres períodos, íntimamente ligados al contexto socioeconómico del
país: un período festivo y de expansión, a principios de los años ’90,
concomitante con el auge del menemismo; un segundo período en que
comienzan a vislumbrarse las consecuencias del neoliberalismo, a
mediados de los ’90, y en el que la cumbia se masifica mediante los
programas de televisión, y los estilos y rituales cumbieros comienzan a
construirse; y, finalmente, una tercera etapa, alrededor de la crisis de
36 En este trabajo, que se inscribe en el marco de la Lingüística del Texto y cuyo material de
estudio es predominantemente textual, he terminado por incluir, para el análisis de canciones,
el concepto de género musical en el de género textual, describiendo al primero en términos de
variante del segundo. Encuentro que esta equiparación puede ser productiva para este tipo de
trabajo, de carácter textualista, y que es posible a partir del alto grado de flexibilidad y de
potencia explicativa que han adquirido los modelos desarrollados en este marco, que incluyen
diferentes dimensiones en las que se pueden contener los otros fenómenos (música, relación
músicos-público, iconografía, etc.) que constituyen los géneros musicales. Sin embargo, un
análisis detallado sobre estos últimos requerirá de otro tipo de modelo, pensado desde otra
perspectiva, como el desarrollado por Fabbri (1980). Así, los diferentes modelos son
complementarios, en tanto pueden adecuarse mejor o peor a las diferentes perspectivas de
análisis.
2 Materiales y métodos
Para realizar este trabajo se recopiló un corpus de 120 canciones de
cumbia argentina, todas ellas compuestas y/o puestas en circulación
desde 2007 hasta la actualidad. En los casos en los que los autores
tenían un sitio Web oficial, las letras fueron extraídas de éste; en los
casos restantes, se usaron sitios no oficiales de intercambio de música y
letras de canciones y se corrigieron las transcripciones sobre la base de la
escucha.37
Posteriormente se procedió al relevamiento de los neologismos
semánticos presentes. Para tal fin se adoptó el criterio lexicográfico, por
lo que se considerarán neológicas las palabras no documentadas en
diccionarios.38 A partir de este relevamiento, se agruparon los textos en
dos grupos: canciones con presencia de neologismos semánticos y
canciones sin presencia de neologismos semánticos, y se procedió a
analizar cualitativamente las características léxicas, temáticas y
funcionales con el fin de encontrar correlatos entre los distintos niveles
textuales.
3 Análisis
3.1 Distribución cuantitativa
La distribución temática general de las canciones analizadas se puede
ver en el siguiente gráfico (Figura 1):
Distribución temática
La familia Amor romántico
Nosotros y los otros El sexo y la conquista
El alcohol y las drogas Otros
2%
4% 8%
19%
34%
33%
35%
65%
24%
74%
39 Se indica entre corchetes el número de texto del corpus, tal como se lista al final del
trabajo.
40 De aquí en adelante, se indican los neologismos en negrita.
4 Conclusiones
El análisis cuantitativo y cualitativo realizado permite efectuar las
siguientes afirmaciones, íntimamente relacionadas. En primer lugar, el
léxico neológico es índice de la elección temática del texto de la canción a
analizar: los temas textuales que portan un componente afectivo, como el
amor romántico y la familia, y en los que no se produce una delimitación
de grupos, presentan una incidencia de neologismos significativamente
menor a aquellos temas en los que la delimitación de un grupo tiene un
rol temático importante. En segundo lugar, el tratamiento léxico y
temático es subsidiario de la función textual predominante.
En efecto, los textos que tematizan el amor romántico y la familia,
temas de corte más universal, en los que (como se vio en el análisis) no se
hace el recorte de un “otros” amenazante, comparten con las canciones
de otros géneros musicales -como el rock (Alabarces 1993, Correa 2002,
Bregant 2011)- el objetivo principal de producir efectos estéticos. En
cambio, los textos cuyo tema principal es la diferenciación de un “otro”
frente a un “nosotros”, de alta presencia neológica, tiene las
características propias de los “textos señaladores de grupo”, una variante
de los textos con función “expresarse”, en los que se realiza un
“expresarse colectivo” de un grupo con el cual “el hablante se solidariza
en la simultánea delimitación de otros grupos” (Ciapuscio 1994: 105).
Este expresarse colectivo, esta autorrepresentación, no puede llevarse a
cabo sin hacer referencia al otro. En palabras de Laclau (1996), “afirmar
la propia identidad diferencial significa (...) incluir en esa identidad al otro
como aquel del cual uno se delimita”. De allí la necesidad de conjurar
continuamente al “cheto” o al “policía”. Según Pardo (2006), esta
autoafirmación es consecuencia de la etapa de diferenciación en que se
encuentra el género.
5 Apéndice
5.1 Websites consultados para búsqueda de textos de canciones42
http://www.muevamueva.com/;
http://www.cumbiadenegros.net/;
http://www.intercambiocumbiero.com.ar/;
http://www.zonacumbieros.net/;
http://www.musica.com/;
http://www.sitiodeletras.com/;
http://www.grupoplayargentina.com.ar/;
http://www.gratisdamas.com.ar/;
http://www.facebook.com/pages/Grupo-Bandy2/45025228052;
http://la-banda-de-lechuga.es.tl/;
http://www.metaguacha.net/;
http://www.cumbiadragonera.com.ar/;
http://www.elpolaco.com.ar/;
http://eloriginal.ar.tripod.com/;
http://jackitaa.es.tl/;
http://www.titoylaliga.es.tl/;
http://www.elratacumbiero.es.tl/
(La Zorra), [59] Te crees piola (La Zorra), [60] Tengo un novio patovica (La
Zorra), [61] Colegiala (La repandilla), [62] Carcelero (La repandilla), [63]
Ella quiere ver guita (La repandilla), [64] Mendigo y rey (La repandilla),
[65] Antichetos (La liga), [66] Se dice de mí (La liga), [67] El hijo del transa
(La liga), [68] El comisario (La liga), [69] El pajarito (La liga), [70]
Quemando con Noel (La liga), [71] Florencia (La liga), [72] Se re pudrió (La
liga), [73] Concheto no (La liga), [74] El perro tito (La liga), [75] Esta noche
está bien piola (La liga), [76] Mi único amor (La liga), [77] La nena de papi
(La liga), [78] Canción para un amigo (La liga), [79] Cómo haré para
olvidarla (Activando cumbia), [80] Negro cumbiero - Activando cumbia
(Activando cumbia), [81] Se siente (Activando cumbia), [82] Vos concheto
(Activando cumbia), [83] La resaca (El rata cumbiero), [84] Para vos, papá
(El rata cumbiero), [85] Seguimos agitando (El rata cumbiero), [86] Ya no
llores más (El rata cumbiero), [87] Chatrán (A geder), [88] Prefiero ser un
gede (A geder), [89] Atrevido (A geder), [90] Dónde están las rochas (Al
toque), [91] Vivir sin ti (A geder), [92] En el baile (A geder), [93] Chapulín
(Basilando), [94] La mujer del comisario (Basilando), [95] Alcen las
manos (Basilando), [96] Cumbia de la mejor (Basilando), [97] A dónde
están los cumbieros (La base), [98] Pasarán (La base), [99] Estrechez de
corazón (La base), [100] Turros a bailar (La base), [101] Me re cabió (El
Dipy), [102] El porrom (El Dipy), [103] Te cagué (El Dipy), [104] Mamá
transa (El judas), [105] Morir bailando cumbia (El judas), [106] Tu amor
(El judas), [10] La pata sucia (De la calle), [108] Vacilándome (De la calle),
[109] Pintó la joda (De la calle), [110] Re loco (De la calle), [111] La mujer
golpeada (De la calle), [112] Soy negro cumbiero (De la calle), [113] La
señal (De la calle), [114] La fea (Mc Donalls), [115] Metele mano, rocho
(Mc Donalls), [116] Por detrás (Mc Donalls), [117] Qué peteás (Mc
Donalls), [118] Te robaste mi corazón (Mc Donalls), [119] Jurabas tú (Mc
Donalls), [120] Mueva la cola, morocha (Mc Donalls).
Manuel Libenson
Resumen
Este trabajo se propone analizar, desde una perspectiva polifónico-argumentativa,
un conjunto de marcas de modalidad epistémica, con la finalidad de identificar
grados de incerteza discursiva en la producción de rumores. Mediante el análisis
de un corpus de rumores financieros extraído de sitios de Internet especializados,
se han examinado diferentes formas en las que ¨el decir incierto¨ constituye
argumentaciones, ya sea por la ausencia de un garante de la enunciación o bien
por la puesta en escena de puntos de vista que el locutor-reproductor del rumor
muestra como inciertos a través de su propia enunciación. Para evitar
explicaciones sobre la modalidad epistémica con un sustrato veritativista, este
trabajo incorpora los principios fundamentales de la Teoría de la Argumentación
en la Lengua (Anscombre y Ducrot 1994) y, especialmente, los conceptos de
realización y desrealización argumentativa que presenta Ducrot con relación a los
¨modificadores realizantes¨ y ¨desrealizantes¨ (Ducrot 1998). Esta elección teórica
ha permitido conceptualizar la gradualidad de la incerteza enunciativa sobre la
base de procedimientos argumentativos, y no como el resultado de un compromiso
variable del hablante frente a una verdad proposicional (Kovacci 1999). Así, al ser
el rumor una enunciación más o menos incierta, la escala constitutiva de la
modalidad epistémica no puede ser siempre pensada como un recorrido continuo
que parte de la certeza hacia la incerteza. Nuestra evidencia muestra cómo de la
enunciación de argumentos más o menos inciertos se derivan conclusiones
coorientadas o anti-orientadas con dichos argumentos, según la fuerza
argumentativa con la que se aplican.
1 Introducción
La investigación que se presenta a continuación tiene por objeto de
análisis una actividad discursiva prácticamente inexplorada en la
tradición de estudios pragmático-discursivos, a saber, el rumor y su
relación con las prácticas de intercambio en la esfera bursátil. La
articulación entre estos dos campos sociales problemáticos –el rumor y
las prácticas de intercambio económico en los mercados de capitales- es,
sin dudas, compleja y supone una multiplicidad de dimensiones de
análisis posibles con alcances distintos. En la línea de la sociosemiótica
(Verón 1998), diremos que hay ciertos funcionamientos de los
intercambios económicos que solo pueden ser explicados mediante la
examinación de operatorias discursivas.
Una de las pruebas más contundentes sobre esta relación entre
sistema discursivo y sistema económico, y que funciona como punto de
partida de nuestro análisis, se encuentra cristalizada en el afamado
cliché de la doxa financiera internacional “comprar con el rumor y vender
con la noticia”. Esta asociación -y disociación- entre dos hechos
claramente semióticos (rumor y noticia) y dos actividades evidentemente
económicas (comprar y vender) pone de manifiesto el resultado de una
relación interdependiente entre dos espacios de mediación heterogéneos:
el espacio de la discursividad y el espacio de los intercambios en el
mercado. Como puede verse, el cliché mencionado no propone pensar los
intercambios económicos a partir del funcionamiento de variables
económicas sino discursivas. En otras palabras, el enunciado no dice
“comprar al precio más bajo y vender al más alto”, sino que, de un modo
radicalmente distinto, esta sentencia articula dos acciones económicas
opuestas (y contiguas entre sí) con dos tipos de discurso diferentes. En
este cliché se pone públicamente en evidencia la conveniencia de asociar
una práctica discursiva determinada (rumor / noticia) a una conducta
económica particular (comprar / vender). Este aspecto convierte al rumor
y a la noticia en opciones discursivas privilegiadas dentro de lo que
Angenot denomina el “mercado de discursos” (Angenot 2010: 78).43 El
tipo de evidencia que brinda uno u otro discurso (rumor vs. noticia) lo
constituye como un argumento más o menos adecuado para activar la
incitación a un tipo particular de acción en el juego de los mercados, tal
como puede observarse. Dicho así, el rumor se presenta como un
argumento para comprar, para arriesgar en el juego de las apuestas.
Ahora bien, no debe perderse de vista que la asociación conveniente
que afirma el cliché entre /rumor y compra/ vs. /noticia y venta/ pone
43 Dice Angenot (2010: 79): “el mercado de los discursos no es pues sinónimo de mercado de
la cosa impresa, aunque esta pueda dar indicaciones sobre aquel. En esta perspectiva los
discursos tienen un precio, se demandan, se ofrecen y se intercambian”.
44 Término que empleamos de acuerdo con la redefinición del tradicional término aristotélico
que proponen Anscombre y Ducrot en el marco de la Teoría de la Argumentación en la Lengua
(TAL). Anscombre y Ducrot definen los topoï en diferentes libros y artículos como “principios
argumentativos” o “trayectos” entre un argumento y una conclusión (Ducrot 1988, 1990,
1993, Anscombre 1995a, 1995b). Los topoï no son clases de argumentos (definición
aristotélica), sino principios argumentativos que ponen en relación escalas argumentativas.
Las propiedades de los topoï son su “universalidad”, “generalidad” y “gradualidad” (Ducrot
1988, 1990).
45 Megabolsa.com, bolsamania.com, wallstreet-inversiones.com
Según explica este autor, para descubrir a los desrealizantes debe ser
posible enunciar X pero XY sin tener una razón argumentativa precisa
para oponer X a XY. Para identificar a los MR, en cambio, debe ser
posible enunciar X e incluso XY sin necesidad de una razón
argumentativa particular. De este modo, enunciados del tipo:
(1) Existe una solución, pero es difícil
(2) Existe una solución, e incluso es fácil
(3) Existe un problema, pero es fácil
(4) Existe un problema, e incluso es difícil
muestran que al menos ciertos sustantivos, como “solución” o
“problema”, se encuentran semánticamente orientados hacia lo fácil o lo
difícil desde el punto de vista de las conclusiones que pueden obtenerse
de los enunciados en los que se aplican. En otras palabras, una solución
fácil es MÁS solución que una solución difícil, al igual que un problema
difícil es MÁS problema que un problema fácil. Este MÁS, según el
señalamiento de Ducrot, no está concebido como un comparativo que
viene a agregarle gradualidad desde afuera a las palabras, sino que hace
referencia a los principios argumentativos graduales que toda palabra
convoca como característica intrínseca (Ducrot 1998). En el apartado
correspondiente al análisis, se presentan las diferentes orientaciones
argumentativas que admite el lexema “rumor” cuando es empleado como
estrategia evidencial para despersonalizar la enunciación del enunciado-
rumor.
46 Para una completa caracterización del dispositivo rumor-alerta, ver Libenson (2012).
(5) Corren fuertes rumores en los mercados sobre el posible interés de la empresa
francesa EDF de lanzar una OPA sobre Iberdrola. (Megabolsa.com)
(6) Se rumorea intensamente que a través de un error en el abastecimiento,
algunos envíos de chips se suspenderían durante tres meses. (Megabolsa.com)
(7) Rumores de un posible interés del Banco Santander por el banco británico
Alliance & Leicester.(Megabolsa.com)
(8) Nuevos rumores en el culebrón Enel-Acciona. Enel podría estar preparando un
crédito de 7.000 millones de euros para comprar el 25% de Endesa.
(Megabolsa.com)
En los cuatro enunciados, las estrategias evidenciales son citativas,47
puesto que se evoca un decir de terceros a través de diferentes usos del
lexema “rumor” (i.e., estructura inacusativa en (5), “se” + verbum dicendi
en (6), el empleo de la nominalización “rumores” en (7) y (8)). En otras
palabras, el locutor-reproductor de estos enunciados-rumor pone en
escena una cita más o menos encubierta mediante diferentes empleos del
lexema “rumor”. Como puede verse, las enunciaciones presentadas en los
ejemplos se construyen desde el punto de vista de la voz colectiva del
“se”, que, para estos casos particulares, se presenta bajo la forma de
rumor (a diferencia de los proverbios u otras formas de enunciación
impersonal). Esto significa que, en estos enunciados, es el rumor el que
habla y, por lo tanto, el centro epistémico de estos enunciados no está
colocado sobre el sujeto de la enunciación, sino sobre un decir incierto de
terceros, citado con diferentes fuerzas argumentativas (Filinich 1999).
Este aspecto ubica a los cuatro enunciados en un registro de incerteza
enunciativa, aun cuando la enunciación presenta una fuerza
ilocucionaria asertiva. En otras palabras, estos enunciados provocan
sentido a partir de una paradoja: la afirmación de predicados inciertos.
Ahora bien, en estos cuatro enunciados ya no es posible atribuir la
gradualidad de la no certeza a una jerarquización de los recursos
evidenciales, puesto que en los cuatro casos se evoca un decir de terceros
y, además, incierto. Sin embargo, creemos necesario postular que la
evidencialidad de estos enunciados se encuentra trabajada por diferentes
fuerzas argumentativas que definen diferentes modos en los que dicha
evidencia incierta es orientada argumentativamente en el discurso. Este
carácter argumentativo intrínseco a la forma en que es explicitada la
47 Como varios autores han descripto, todas las lenguas expresan gramatical o léxicamente
diferentes formas en las que “el hablante” ha obtenido tal o cual información. En relación con
aquellas lenguas que marcan evidencialidad en su estructura morfológica, señala Bermúdez
(2002: 1), “el wintú, el tuyuca, el quechua, el turco, el armenio, el búlgaro, el tibetano, el
persa, entre muchos otros, poseen formas gramaticales específicas para este propósito, esto
es, morfemas verbales (obligatorios u opcionales) que refieren a la fuente de información, del
mismo modo que otras lenguas poseen morfemas verbales que indican el tiempo o modo”.
Luego hay otras lenguas, como el español, que marcan léxicamente la fuente de información,
por medio de expresiones del tipo “por lo visto”, “(según) dicen”, “aparentemente”. A este tipo
de expresiones se las suele denominar “estrategias evidenciales” (Estrada 2010).
los MD, es posible decir, “no tienen interés, sino un supuesto interés”, o
bien, “no tienen más que un supuesto interés”. “Supuesto interés” se
opone, entonces, a “interés” desde el punto de vista de las conclusiones a
las que se orienta.
En cuanto a la configuración de la incerteza, tanto “posible” como
“supuesto” ponen en escena un punto de vista distanciado que no
alcanza en ningún caso a confirmar el punto de vista afirmado por la
aserción. De todas maneras, y como hemos argumentado, “posible” se
orienta a la mínima incerteza sobre el punto de vista afirmado, mientras
que el MD inversor “supuesto” expresa un distanciamiento mayor y, por
lo tanto, un mayor grado de incerteza discursiva.
Estas diferencias argumentativas de los recursos de atenuación
empleados en estos enunciados, en principio, no marcan necesariamente
precaución epistemológica, tal como suponen las perspectivas clásicas
sobre evidencialidad indirecta. En muchos casos, la evidencia incierta se
encuentra reforzada explícitamente por el locutor-reproductor, orientando
el rumor hacia conclusiones que tienden a hacer admitir la credibilidad
del rumor por medio de diferentes estrategias (i.e., el empleo de adverbios
realizantes, como los que funcionan en fórmulas dicendi, del tipo “se
rumorea intensamente”; de estructuras inacusativas en la voz activa, del
tipo “corren fuertes rumores”; de sustantivos metafóricos, como
“cataratas de rumores”, “oleadas de rumores”, etc.). De modo contrario,
hemos podido ver cómo un enunciado de rumor puede ser presentado
como objeto de descrédito y, por lo tanto, orientado a conclusiones
disuasivas. En resumidas cuentas, la fuerza con que son convocados los
topoï asociados al sentido de las fórmulas evidenciales (i.e., “comprar con
el rumor y vender con la noticia”) es determinante para observar el modo
en que se representa discursivamente la incerteza como uno de los
efectos de la enunciación de rumores en la esfera de los mercados. Lo que
aún queda por verse en investigaciones futuras es cómo opera la
gradualidad de la incerteza en enunciados que exhiben otro tipo de
fórmulas para despersonalizar la enunciación sin hacer explícita la
alusión al lexema “rumor”.
5 Conclusiones
A lo largo de este capítulo hemos presentado una perspectiva
argumentativa para reconsiderar la gradualidad con la que
habitualmente se caracteriza la modalidad epistémica en su relación con
la evidencialidad. La semántica argumentativa (o pragmática integrada)
iniciada por Ducrot se postula como una semántica gradual, no
veritativista, y este principio fundamental ha regido la aproximación al
problema de la gradualidad de la incerteza en el rumor.
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Diego Bentivegna
Profesor en la Maestría de
Estudios Literarios Latinoamericanos de la
Universidad de Tres de Febrero
Investigador de CONICET
diegobentivegna@gmail.com
Lucía Bregant
lubregant@gmail.com
Mendoza, Argentina