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¿Qué es una sentencia?

El Diccionario de la Lengua Española define el término sentencia


como:

“Dictamen o parecer que alguien tiene o sostiene; dicho grave y sucinto


que encierra doctrina o moralidad, declaración del juicio y resolución del
Juez; decisión de cualquier controversia o disputa extrajudicial que da la
persona a quien se ha hecho árbitro de ella para que la juzgue o componga;
secuencia de expresiones que especifica una o varias operaciones; oración
gramatical.”

Por su parte el Diccionario Jurídico Mexicano señala:

“Del latín, sentencia, se entiende, máxima, pensamiento corto, decisión. Es


la resolución que pronuncia un juez o tribunal para resolver el fondo de un
litigio, conflicto o controversia, lo que significa la terminación normal del
proceso. Si bien es cierto el concepto estricto de sentencia es el de
resolución que pone fin al proceso decidiendo el fondo del litigio, también
se le denomina como: dictamen o parecer que alguien tiene o sostiene;
dicho grave y sucinto que encierra doctrina o moralidad, declaración del
juicio y resolución del Juez; decisión de cualquier controversia o disputa
extrajudicial que da la persona a quien se ha hecho árbitro de ella para que
la juzgue o componga; secuencia de expresiones que especifica una o
varias operaciones; oración gramatical.”

La sentencia es el acto más importante de la función jurisdiccional, toda


vez que constituye el punto culminante de todo proceso, que consiste en
aplicar el derecho al caso sometido a la consideración de los órganos
encargados de la misma, es la decisión que corresponda en la relación
procesal, y constituye el resultado entre la acción intentada que dará
satisfacción en su caso a la pretensión del juicio.
La sentencia es la resolución judicial que contiene la decisión del juez o el
tribunal interviniente sobre el fondo de la cuestión que se le ha encargado
juzgar. La sentencia es definitiva cuando es tomada en un juicio (litis) y
pone fin a la intervención de ese juez o tribunal en ese juicio. La sentencia
definitiva no queda firme o "ejecutoriada", hasta que sea confirmada al
finalizar todas las instancias de revisión, mediante los recursos establecidos
en la ley de procedimientos aplicable. Para dar por concluido un caso es
necesario que exista sentencia definitiva firme. A partir de ese momento se
considera que hay "cosa juzgada" y el caso no puede ser reabierto, salvo
circunstancias excepcionalísimas (por ejemplo la aparición con vida de la
persona que había sido considerada asesinada en un juicio).

La sentencia, en el derecho procesal civil, es un acto del juez, mediante el


cual se concede o no lo solicitado en la demanda. La sentencia es la
terminación normal del proceso, que se producen en la fase final.

La sentencia del juez se caracteriza por dos cosas, es acto del juez, de su
voluntad y también es manifestación del pensamiento del juez sobre los
hechos que se le plantean. Hay que tomar la base de la sentencia a raíz de
ambas características, ya que en realidad es ambas cosas, es tanto acto de
voluntad como acto de pensamiento, ya que el juez emite la sentencia por
el Estado, es decir, es la voz de la ley a la hora de declarar las sentencias.
Sin embargo, la sentencia es diferente de cualquier orden del Estado, las
principales diferencias son, los caracteres de la ejecución de la sentencia y
cosa juzgada. 

Son sentencias las que deciden la pretensión que se ha planteado en el


pleito, sea en primera o segunda instancia.

Lógica de la sentencia
Por sentencia debe entenderse el juicio lógico de los hechos en las normas
jurídicas y la conclusión de los resolutivos que contienen la verdad legal.

El Maestro Jacinto Pallares define a la sentencia como “el acto


jurisdiccional por medio del cual el Juez resuelve las cuestiones principales
materia del juicio o las incidentales que hayan surgido durante el proceso”.
Desde un punto de vista lógico, la sentencia, constituye un silogismo
compuesto por una premisa mayor (ley), una premisa menor (el caso) y una
conclusión o proposición (aplicación de la norma al caso concreto); el
silogismo es una argumentación deductiva, un raciocinio en el cual por
supuestas proposiciones o premisas se llega a una nueva proposición,
calificándosele como la expresión perfecta del raciocinio perfecto, por lo
que el acto procesal más importante de cualquier órgano jurisdiccional es la
sentencia, la cual constituye la resolución de la litis planteada sometida a la
consideración del juez.

Éste es quien tiene que decidir la elección de la premisa mayor, sobre la


cual se va a fundamentar la sentencia, si es que se presenta el problema de
que haya más de una premisa posible, cada una de ellas vigentes en el
ordenamiento jurídico positivo, pero las premisas son elegidas en función
de lo que se estima como el fallo correcto, toda vez que con propiedad es
posible afirmar que sentenciar no es conocer sino valorar.

El sentido de la sentencia Constituye el acto mismo del juzgador en un caso


concreto, por medio del cual se pone fin a una controversia surgida entre
particulares, o entre éstos y los órganos del Estado. Así las cosas, la
conclusión del órgano jurisdiccional, será emitir una sentencia, en la que
precisamente se reconozca que la pretensión del actor es fundada, ya sea
que se tratase de una acción declarativa o de una acción de condena, la
sentencia tendría que resultar en consecuencia, una sentencia declarativa o
una sentencia de condena, es decir, una sentencia que declarara el derecho
o bien, que declarando el derecho, reconociera la existencia de ese derecho
y condenara a la autoridad a una cierta obligación que tendría que ser
cumplida a efecto de dejar satisfecha la pretensión del actor, en este caso
obviamente estaríamos ante el supuesto de la emisión de una sentencia de
condena, una sentencia que no dejaría satisfecha la pretensión del
justiciable con una simple declaratoria de nulidad, sino que tendría a su vez
que señalar la forma y términos como la autoridad debiera de cumplir en el
ámbito administrativo para satisfacer el derecho acreditado y reconocido
del actor, y que puede consistir en restituirle en el ejercicio de ese derecho
o en otorgarle ciertas prestaciones de dar, como sería la devolución de
ciertas cantidades, hacer o no hacer.

Tales consideraciones, las deberá tener en cuenta el órgano juzgador, una


vez que ha llegado el momento establecido en la ley, para que se emita la
sentencia que ponga fin al juicio. Desde las siete partidas se ha señalado, y
esto es un legado precisamente de esta institución (las siete partidas), en el
sentido de que la sentencia es la decisión legítima del juez sobre la causa
controvertida en el tribunal, toda vez que cabe recordar que la palabra
sentencia proviene del vocablo latino se entiendo, que precisamente da idea
de que se trata de reflejar en un momento determinado y concreto lo que
siente el juez, derivado de todos los factores y circunstancias que resulten
del procedimiento.

Sentencias que no lo son

Es indebido llamar sentencias a las resoluciones incidentales (mismas que


por su propia naturaleza son de carácter provisional y no definitivo) suelen
denominárseles sentencias interlocutorias. Resulta erróneo considerar como
sentencia a otras resoluciones que no tienen esas características y a la
inversa, situación que ha provocado confusión especialmente en la
legislación y en la jurisprudencia. También se ha empleado indebidamente
por el legislador de amparo el nombre de sentencia para calificar la
decisión de sobreseimiento pronunciada en la audiencia de fondo,

¿Cómo debe redactarse una sentencia?

Las sentencias pueden dictarse de forma escrita u oral: Dependiendo


del tipo de proceso se podrán dictar verbalmente, aunque siempre deben
redactarse posteriormente.

Por ejemplo, en el ámbito laboral y penal, las sentencias pueden dictarse


verbalmente de forma normalizada, mientras que, en procesos civiles o
contenciosos-administrativos, dictarlas verbalmente sería temerario.

Por ello, la redacción de una sentencia debe cumplir con ciertos requisitos:

Estructura: Siempre se deben redactar siguiendo los elementos de la


sentencia señalados en la ley. Por tanto, todas tienen que tener la misma
estructura.

Motivación: En la sentencia, el juez o tribunal deberá expresar los


razonamientos jurídicos y los hechos que consideran probados, los cuales le
han llevado a tomar su decisión final. 

Congruencia: El fallo de la sentencia no debe salirse de las peticiones de


las partes. Es decir, el juez no puede otorgar mayor pena de la solicitada ni
en un juicio civil, dar menos de lo reconocido por el demandado.

¿Cuáles son los elementos de la sentencia?

Los elementos que debe seguir el juzgador para formalizar una sentencia
por escrito son los siguientes:

Encabezamiento
El encabezamiento de una sentencia es la parte introductoria de la misma.
Debe redactarse en la parte superior de la página y contiene información
clave sobre el proceso que se resuelve. El formato de las rúbricas varía
según el país, pero generalmente incluyen:

 El nombre del órgano judicial


 Numeración del procedimiento
 Fecha en que se dicta
 Tipo de delitos imputados o investigados
 Nombres de las partes que intervinieron en el proceso
 Antecedentes de hecho

En este segundo punto, se debe hacer una relación clara y ordenada,


normalmente en párrafos separados y numerados, de las peticiones en que
basan las partes sus pretensiones.

Por tanto, se deben redactar las peticiones de las partes que intervengan en
el proceso judicial lo más literal posible.

Hechos probados

Los hechos probados es, quizá, el apartado fundamental de la redacción de


una sentencia.

En este punto, el juez o tribunal debe redactar con precisión y claridad, con
ausencia de especulación alguna, el relato de lo que este considera que ha
sucedido. Todo ello, tras realizar una valoración objetiva de la prueba
practicada en el juicio.

Los hechos probados deben distinguirse por un lenguaje claro y preciso y,


deben expresarse de forma sencilla, sin utilizar términos técnicos ni
expresiones ambiguas. Deben ser, por tanto, comprensibles y accesibles
para cualquiera que los lea.
Fundamentos jurídicos o de derecho

Este punto incluye la motivación y explicación en la que el juez o tribunal


basa su decisión final.

Por lo tanto, la redacción de este punto contendrá las razones y los


fundamentos legales de la decisión final, debiendo, el juez o tribunal,
expresar de forma específica las normas jurídicas que ha aplicado al caso
concreto.

Esto es esencial como garantía para cualquiera de las partes intervinientes,


dado que podrán basar en estos fundamentos el recurso que puedan
interponer contra la sentencia.

Fallo o parte dispositiva

La parte dispositiva o fallo de la sentencia es la conclusión final de la


sentencia. Aquí es donde el juez o tribunal determina el futuro del acusado
o demandado. En este punto, resolverá definitivamente sobre las peticiones
de las partes.

El fallo o parte dispositiva de la sentencia, debe incluir un pronunciamiento


claro y concluyente sobre el litigio, en el que se absolverá o condenará al
acusado en el ámbito penal o se estimará o desestimará la demanda en el
resto de ámbitos judiciales.

Asímismo, deben incluirse los pronunciamientos de condena, penas,


indemnizaciones y demás aspectos que deban ser cumplidos por quien
resulte condenado.

Efectos de la sentencia:
El principal efecto que produce la sentencia y el más importante es el
de cosa juzgada.

La cosa juzgada es material y formal:

La cosa juzgada formal ocurre cuando, transcurren los plazos necesarios


para que se pueda recurrir una sentencia, en ese caso se produce la cosa
juzgada formal o preclusión.

Como consecuencia de la preclusión aparecen las sentencias firmas.

La cosa juzgada material, llamada también simplemente cosa juzgada,


consiste en el efecto que se produce a partir de una sentencia firme, es
decir, la invariabilidad de la sentencia y su permanencia y eficacia en el
tiempo. Solo las sentencias firmes producen el efecto de la cosa juzgada. Es
necesario que se trate de una sentencia firme porque es el tipo de sentencia
que no permite que sea impugnada. Es necesario que sea de ese tipo
porque, en otro caso, si puede ser impugnada, no puede producir efectos de
cosa juzgada, porque todavía podría variar.

Tampoco producen efectos de cosa juzgada las sentencias constitutivas, ni


las que se dictan en los expedientes de jurisdicción voluntaria.

La cosa juzgada es de gran importancia en el sistema de derecho procesal


civil, es el principal efecto que producen las sentencias, ya que, este efecto
es el que da eficacia y permanencia en el tiempo a las sentencias. Esto
quiere decir que, una sentencia no puede ser contradicha por nadie en el
futuro, lo que da seguridad jurídica y certeza al sistema procesal civil.

El origen de la cosa juzgada se sitúa en el antiguo Derecho Romano, en


donde se preveía en el proceso la “exceptio rei iudicatae e traditae”, la
excepción de cosa juzgada y tramitada, que evitaba que se repitiese una
demanda sobre el objeto que ya había sido juzgado. Con esta excepción se
podía paralizar una acción que tratase sobre el mismo objeto que ya se
había tratado en otro proceso anterior.

La cosa juzgada se concreta hoy en día en el principio “non bis in idem”, es


decir, que no se puede juzgar dos veces por lo mismo. La cosa juzgada es
por tanto, una consecuencia de la sentencia que hace que el juez se deba a
tener a lo que ya ha sido juzgado.

La motivación de la sentencia:

Una sentencia es un juicio lógico, por lo que tiene que tener una
explicación lo suficientemente fuerte en la que apoyarse. El juez de esta
forma queda sometido a la Ley, que debe emitir las sentencias tal y como
se le exige en ésta y debe hacerse para garantizar la seguridad jurídica.
Según el Tribunal Constitucional, las sentencias que sean arbitrarias,
irrazonables, afectan al derecho a obtener una sentencia fundamentada en el
derecho.

Para hacer esta actividad de motivación de la sentencia, el juez debe:

Hacerlo correlativamente a lo que se le pide en el supuesto, es decir,


solamente aplicará el derecho que se le pide y no el que él crea
conveniente.

En caso de que se le pida la aplicación de un derecho que no está en la


obligación de saberlo, entonces lo único que debe hacer es, determinar la
existencia de ese derecho simplemente, pero no tiene que entrar a
conocerlo.

Puede que, en la norma jurídica que debe aplicar, no se determine


concretamente cuál es la consecuencia, por ello, puede que, el juez sea el
que deba elegir la consecuencia. Para esta actividad deberá seguir los
principios de equidad, conveniencia y oportunidad.
Una vez hechos estos pasos, se hará el encuadre de los hechos en la norma
y se dará una explicación, lo extensa que se necesite para que quede los
suficientemente claro y conciso.

En caso de falta de motivación de la decisión del juez, la sentencia se


considerará arbitraria, ya que no estará razonada tal y como exige la Ley, es
decir, estará irrazonada. Se deben cumplir los pasos que se han explicado,
si se salta alguno de ellos no se podrá considerar una sentencia razonada, se
considerará contraria a la Constitución. Lo que se pretende con esto es que
se evite que se emitan sentencias que no sean motivadas, es decir, se
restringe en parte la arbitrariedad de los jueces para que se sometan a la
legalidad.

Sentencia definitiva

Es aquella que pone fin al proceso, mediante un juicio o fallo del juez que
decide sobre el litigio.

Por medio de la sentencia, el juez crea una norma individual (lex specialis)


que constituye una nueva fuente reguladora de la situación
jurídica controvertida en el proceso, y que,
como manifestación trascendente que es del ejercicio de la función
jurisdiccional, debe ser acatada por las partes y respetada por los terceros.

El efecto natural de toda sentencia, consiste, por consiguiente, en


su obligatoriedad o imperatividad, pues, si así no fuese, es obvio que ella
carecería de objeto y de razón de ser.

Junto a ese efecto natural, existen efectos particulares que resultan del


contenido de la sentencia: quedara así limitada la incertidumbre sobre la
existencia, eficacia, modalidad o interpretación de
una relación o estado jurídico, si se trata de una sentencia meramente
declarativa (incluyendo su modalidad constitutiva); nacerá un título
ejecutivo a favor del vencedor, en el supuesto de que el sujeto pasivo de
una sentencia de condena no se avenga a cumplir la prestación que aquella
le impuso, y quedara integrada la correspondiente relación jurídica si se
trata de una sentencia determinativa.

Algunos autores consideran que también constituye un efecto de


la sentencia la extinción de la competencia del juez con respecto al objeto
del proceso.

Se trata, sin embargo, de un efecto relativo, pues el juez que dictó


la sentencia tiene atribuciones para conocer del recurso de
aclaratoria, decretar medidas cautelares, decidir los incidentes que tramitan
por separado, etcétera.

En rigor, como observa Podetti, Más que una extinción de


la competencia se trata de una suspensión parcial y transitoria de ella, que
es reasumida por el juez. A los fines de la ejecución, una vez ejecutoriada
la sentencia.

Aparte de los mencionados, la sentencia produce efectos secundarios


o indirectos, a los cuales caracteriza el hecho de ser consecuencia directa de
algún efecto principal o del simple pronunciamiento del fallo. Tales son,
por ejemplo, la facultad de pedir el embargo preventivo (o cualquier otra
medida cautelar) en el caso de obtenerse una sentencia favorable y
la imposición de las costas al vencido.

Sentencia previa
Es la que un tribunal pronuncia, en el transcurso del proceso, antes de
decidir sobre el fondo, y por medio de la cual ordena sea una medida de
instrucción, sea una medida provisional. Ejemplos: la sentencia que
prescribe una información testimonial; la que pone en secuestro la cosa
objeto del litigio.

En estas sentencias el tribunal no dice, establece o declara el derecho de las


partes, sino que pone la causa en condiciones de recibir fallo definitivo. En
otros términos: la sentencia previa encamina el proceso hacia la solución
final, la sentencia definitiva. La sentencia previa es llamada también, por
esa razón, sentencia de antes de decir, o de establecer derecho.

Sentencia declaratorias

(Procedimiento Civil) La sentencia que tiene por objeto reconocer, esto es,
declarar, cuáles eran los derechos de las partes en el momento de incoarse
el proceso, posee carácter declarativo.

Consolida los derechos de los litigantes y sus efectos se remontan


lógicamente al día de la notificación del emplazamiento.

Llamase sentencias declarativas, o de mera declaración, a aquellas que


eliminan la falta de certeza acerca de la existencia, eficacia, modalidad o
interpretación de una relación o estado jurídico.

La declaración contenida en este tipo de sentencias puede ser positiva o


negativa: es positiva cuando afirma la existencia de determinado efecto
jurídico a favor del actor; es negativa cuando afirma, ya sea a favor del
actor o del demandado, la inexistencia de un determinado efecto jurídico
contra ellos pretendido por contraparte.

Sentencia constitutiva
(Procedimiento Civil) Cuando la sentencia, en vez de reconocer
simplemente una situación jurídica anterior, crea una situación jurídica
nueva, se dice que es constitutiva. Sus efectos se producen desde el día en
que es pronunciada. Pueden citarse como tales la sentencia de divorcio, de
adopción, la sentencia que establece el concordato o la liquidación judicial
de la empresa. Estas sentencias tienen frecuentemente autoridad absoluta
de cosa juzgada.

Las decisiones graciosas tienen normalmente carácter constitutivo.

Aquélla que, haciendo lugar a la pretensión de una parte, no impone


condena al cumplimiento de alguna obligación, sino que se limita a
declarar el derecho y constituir una nueva situación jurídica entre las partes
o modificar o extinguir la ya existente.

La sentencia ordinaria. Es la sentencia propiamente dicha, esto es la que


interviene a título de decisión del juez respecto de una diferencia real de
intereses entre las partes.

Sentencia de expediente. Se designa como sentencia de expediente o


sentencia convenida, la que es pronunciada respecto de un proceso entre
partes que han estado desde el principio o que han llegado a ponerse de
acuerdo acerca de la cuestión sometida al tribunal. Esto puede presentarse
en dos hipótesis.

En primer lugar, puede ocurrir que dos personas simulen una contestación
que, en realidad, encubra un acuerdo que han pactado, y luego, mediante
una acción en justicia incoada por una de ellas contra la otra, concurran
ante el tribunal, concluyan en consonancia con lo convenido, y obtengan
así una sentencia que consagre ese acuerdo previo. Ha habido en este caso
un proceso simulado; como toda simulación, el proceso simulado es lícito
siempre que no tenga por objeto contravenir a una norma legal de orden
público, como por ej., a una de las que se refieren al estado y la capacidad,
a los regímenes matrimoniales, y, en general, a las que regulan las materias
respecto de las cuales las partes no pueden celebrar convenciones (art.6 del
C. Civil).

En segundo lugar, puede ocurrir que un litigio haya existido efectivamente


entre las partes, y que, después de haberlo sometido al tribunal, ellas
convengan en una transacción o en un desistimiento, o que una de las
partes preste aquiescencia a las pretensiones de la otra, y luego concluyan
en tal forma que la sentencia venga realmente a consagrar el acuerdo de las
partes. En este caso hay simulación sobrevenida en el curso del proceso, y
es lícita si intervienen en las condiciones que la simulación que por objeto
incoar un proceso.

Sentencia absolutoria y condenatoria

La absolución, en Derecho, se da cuando una sentencia judicial dictamina


que una persona no es culpable del delito del que ha sido juzgado. El
acusado es, por tanto, inocente. Lo contrario de una sentencia absolutoria
es una sentencia condenatoria. La absolución tiene una serie de
consecuencias jurídicas muy importantes. En primer lugar, implica la
finalización de todas las medidas que se hubieran adoptado para evitar la
posible huida del acusado: devolución de la fianza, finalización de la
prisión preventiva, etc. Además, la absolución por sentencia firme también
supone que se pueda utilizar la excepción de cosa juzgada. Esta excepción
prohíbe que se pueda volver a juzgar a la misma persona del mismo delito
por los mismos hechos. En ocasiones, y en algunos ordenamientos
jurídicos, la sentencia penal afecta únicamente al ámbito penal, por lo que
podría volver a juzgarse el caso ante una posible responsabilidad civil
derivada de los hechos. Eso puede ocurrir porque se entienda que, no
existiendo delito, sí que ha existido un comportamiento o una negligencia
que ha causado daños a terceros que deben ser resarcidos

Sentencia de primera instancia

Sabiendo lo que son los Juzgados de Primera Instancia e Instrucción y


teniendo en mente un sencillo esquema de cómo se organiza la justicia en
materia civil y penal, lo único que queda por explicar es qué son las
Sentencias de Primera Instancia.

De manera sencilla, las Sentencias de Primera Instancia son los


documentos que recogen las decisiones adoptadas por el Juzgado de
Primera Instancia e Instrucción que resuelve un determinado conflicto en
materia civil o penal dentro del territorio o partido que tiene asignado.

Si bien no tienen el valor jurisprudencial de las sentencias de tribunales


superiores, como el Tribunal Supremo, suelen ser muy útiles para que los
abogados que están defendiendo un caso concreto puedan ver cómo se ha
resuelto un asunto similar con anterioridad y utilizar dicha sentencia como
argumento a su favor.

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