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Conocen la paradoja del Jesús milagrero.

Es sencillo se basa en una obra teatral, me gustó por


que pone en relieve algo que a veces las instituciones no desean ver. Ocurre que Jesús, aún
estando entre nosotros llego a un pueblo. Y realizó su acostumbrada rutina, predicaba,
enseñaba y llego a una zona de aquel pueblo donde habían varios enfermos. Jesús trataba de
sanarles a todo. Pero por más que lo intentaba no lograba terminar con los enfermos. Sanaba
a uno, y aparecían dos más. Y de esa forma no podía terminar. Exhausto, se levantó y trato de
huir de aquel lugar. Muchas veces por más omnipotente que desee ser el gobierno, tiene
limites. Ya que está constituido por seres humanos y nosotros somos imperfectos. Por más que
un organismo gubernamental intente hacer lo imposible, siempre ha de surgir algo o alguien
que nos vuelve a demostrar que nada esta concluido. El fin es un nuevo inicio. Conocer
nuestras debilidades y conocer las debilidades de las instituciones no debería ser un tabú
dentro de algunas estancias del estado y sobre todo del MINEDU. El terror a la critica es lo
peor.

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