Está en la página 1de 2

El primer capítulo nos introduce al narrador, Ernesto, un joven sensible y curioso.

Varios temas que la novela aborda


asoman en esta primera parte. En primer lugar, a través del recuerdo de la cocina para indios donde se crió de niño y
de su descripción del muro incaico, sabemos que Ernesto maneja a la perfección el quechua. En este primer capítulo, y
a lo largo de toda la novela, la lengua quechua se encuentra muy presente.
Arguedas tenía una preocupación muy grande por resolver cómo el español podía dar cuenta de la realidad andina:
hablaba siempre de “quechuizar” el español. Hay, y habrá a lo largo del relato, ideas que deben incorporar
expresiones en quechua para poder expresarse correctamente. Frente al muro antiguo Ernesto dice:
Eran más grandes y extrañas de cuanto había imaginado las piedras del muro incaico; bullían bajo el segundo piso
encalado, que por el lado de la calle angosta, era ciego. Me acordé, entonces, de las canciones quechuas que repiten
una frase patética constante: «yawar mayu», río de sangre; «yawar unu», agua sangrienta; «puk’tik’ yawar k’ocha»,
lago de sangre que hierve; «yawar wek’e», lágrimas de sangre. ¿Acaso no podría decirse «yawar rumi», piedra de
sangre, o «puk’tik’ yawar rumi», piedra de sangre hirviente? Era estático el muro, pero hervía por todas sus líneas y la
superficie era cambiante, como la de los ríos en el verano, que tienen una cima así, hacia el centro del caudal, que es
la zona temible, la más poderosa. Los indios llaman «yawar mayu» a esos ríos turbios, porque muestran con el sol un
brillo en movimiento, semejante al de la sangre. También llaman «yawar mayu» al tiempo violento de las danzas
guerreras, al momento en que los bailarines luchan. (pp.12-13)
Esta cita nos introduce a uno de los temas más importantes de Los ríos profundos: la magia y las creencias. Ernesto
tiene una visión del mundo animista, metafísica y panteísta. Recordemos que el panteísmo es la creencia, basada en
la inmanencia de dios, mediante la cual todo cuanto existe participa de la naturaleza divina. Las piedras del muro
están animadas, tienen vida propia y él siente esta vitalidad latente en las piedras a través de su tacto. Son además la
sangre, las danzas ancestrales, los ríos. Impulsan a Ernesto a hacer un juramento.
Ernesto tiene una visión dinámica: une ideas mediante asociación aparentemente libre. Decimos “aparentemente”
porque lo que parece no tener un sentido claro o ser una asociación azarosa, tiene que ver con una visión del mundo
atravesada por este sistema de creencias y una mirada mágica sobre los seres, las cosas y los acontecimientos.
Además, estas asociaciones son de una fuerte carga poética. Ernesto compone libremente estas imágenes a través de
la emoción y el lirismo.
Otro elemento mágico en este primer capítulo es la María Angola, la campana. Su valor mítico no está tanto dado por
el hecho de que sea una campana (cristiana) sino por el oro con que fue forjada: oro inca extraído del corazón de la
madre tierra. Ella le trae a Ernesto la imagen de sus protectores indios con su capacidad de avivar el recuerdo, como
dice Gabriel.
La lengua, la magia y las creencias tienen que ver con la identidad. No se trata de un encantamiento individual, sino
de la magia con que el hombre andino comprende y se relaciona con el mundo. Así es como aparecen asociaciones de
sentido nuevas, y se descubren relaciones subterráneas entre las cosas, los seres y los acontecimientos. Pero, como
dijimos, esto no se da a nivel individual. Ernesto toma contacto con algo mayor, con una memoria que lo excede y lo
antecede, y con una identidad que no le es propia por derecho de nacimiento, pero que asume. Ernesto no es hijo de
indios, sino que esta identidad le ha sido dada a través del cariño; la educación quechua y los cuidados de las indias en
la cocina de la hacienda de su madrastra; los viajes por los pueblos con su padre, y el encantamiento de la naturaleza,
que él percibe con mirada andina.
Ernesto archiva viaje a viaje, experiencia a experiencia, además de emociones, sentimientos y percepciones, una gran
cantidad de información sobre los diversos pueblos, su arte, sus costumbres y creencias. El joven es un depositario de
la cultura andina sin la distancia de un antropólogo, sino asumiendo esta identidad india serrana en cuerpo, mente y
espíritu. La interpretación de Ernesto de la naturaleza, la historia y todo aquello que lo rodea no tiene que ver con
una comprensión racional. Frente al muro, él desea conocer detalles que Gabriel le va dando, pero también se
despierta en él una información que ya estaba allí; es Ernesto el que percibe el movimiento de la piedra proveniente
de un pasado remoto, su poder incaico latente que podría devorarse a los avaros que viven dentro. Igual de irracional
es su impulso de realizar allí un juramento.
José María Arguedas es uno de los escritores que inauguran, junto con Juan Rulfo, el neoindigenismo peruano. El
neoindigenismo en Perú se propone reformular la manera en la que se representa la cultura andina en la literatura
peruana. La idea básicamente tiene que ver con abandonar la mirada distante antropológica y ahondar en esos usos y
costumbres de los pueblos andinos, comprendiendo al indio desde dentro. La pretensión es de representar e
individualizar su mirada; el indio no es ya una entidad abstracta sino una realidad concreta.
En relación a esta voluntad de representar la mirada del indio, Arguedas echa mano a todos los recursos literarios que
puedan abonar una visión mágica del mundo. Imágenes, asíndeton, símiles, metonimias, sinestesias y, por supuesto,
metáforas, abundan en Los ríos profundos. Además, la presencia del quechua es ineludible. Por momentos, el
narrador nos explica el origen de las palabras, su significado. En otros casos, aparecen términos que no se aclaran, de
forma evidentemente intencional. Esto tiene que ver con un juego entre el develamiento (se nos muestra un mundo)
y el secreto (algo de ese mundo se mantiene, para nosotros lectores, inaccesible). Arguedas tenía una gran
preocupación por el lenguaje. Vimos que por un lado creía que el español era insuficiente para representar la realidad
quechua pero, por otra parte, le aportaba este abanico de posibilidades literarias con las que podía explorar el lirismo
de la mirada andina. La solución era, como dijimos al comienzo de este análisis, “quechuizar” el español.
No está de más realizar un comentario biográfico que puede aportar otra dimensión a la lectura. Los ríos profundos
tienen un gran componente autobiográfico, no solo en relación a las situaciones vividas por Ernesto (el colegio, la
infancia con los indios, los viajes con su padre) sino también a la mirada de Ernesto sobre el mundo. Arguedas, víctima
de depresión durante gran parte de su vida, sufría una fuerte crisis de identidad. Decía sentirse un indio entre los
blancos y un blanco entre los indios. Los ríos profundos es un modo de sintetizar esa experiencia, de representar una
mirada que no es abstracta y genérica, sino que está fuertemente particularizada en una experiencia individual
irremplazable.
Hasta ahora hemos entrado en el tópico de la magia y las creencias y el problema de la identidad. Este primer capítulo
también introduce otro de los temas principales de Los ríos profundos, que es el de la memoria. La cocina para indios
despierta recuerdos de la infancia; Ernesto fue criado en una cocina similar, rodeado de indias y “concertados”
(peones a sueldo anual) que lo cuidaron y le enseñaron el quechua y los huaynos, canciones populares incaicas. Ya
cerca del muro incaico, llegan los recuerdos de todo lo que su padre le contaba sobre la ciudad de Cuzco. Una vez
frente al muro, se imponen los recuerdos de las canciones quechuas, como se puede leer en la cita al comienzo de
este análisis. Con el canto mágico de la María Angola viene la imagen de sus protectores, los alcaldes indios, las
águilas, los lagos en altura; “Su voz aviva el recuerdo” (p.21), confirma Gabriel. Gabriel tiene, a su vez, un reloj de oro
que es el recuerdo de su padre, un objeto mágico que le da fuerzas en momentos en que los problemas en los viajes
los apremian.
Por ahora solo mencionaremos estos ejemplos que dan cuenta de la persistencia de la memoria, sobre todo en
momentos de tensión. Los recuerdos son un refugio, protegen, funcionan como amuletos. Continuaremos ahondando
en este tema en el análisis del siguiente capítulo.

También podría gustarte

  • Presentación 1
    Presentación 1
    Documento2 páginas
    Presentación 1
    Marlon Josue Jacinto Inga
    Aún no hay calificaciones
  • Teatro
    Teatro
    Documento2 páginas
    Teatro
    Marlon Josue Jacinto Inga
    Aún no hay calificaciones
  • Mapa Mental Sobre El Ensayo Literario
    Mapa Mental Sobre El Ensayo Literario
    Documento1 página
    Mapa Mental Sobre El Ensayo Literario
    Marlon Josue Jacinto Inga
    100% (1)
  • Experiencia 03 Actividad 10 - Hormonas
    Experiencia 03 Actividad 10 - Hormonas
    Documento6 páginas
    Experiencia 03 Actividad 10 - Hormonas
    Marlon Josue Jacinto Inga
    Aún no hay calificaciones
  • Explorando El Sentido de La Vida
    Explorando El Sentido de La Vida
    Documento10 páginas
    Explorando El Sentido de La Vida
    Marlon Josue Jacinto Inga
    Aún no hay calificaciones
  • Comic
    Comic
    Documento1 página
    Comic
    Marlon Josue Jacinto Inga
    Aún no hay calificaciones
  • Luna de Agua
    Luna de Agua
    Documento1 página
    Luna de Agua
    Marlon Josue Jacinto Inga
    Aún no hay calificaciones
  • Astronautas
    Astronautas
    Documento2 páginas
    Astronautas
    Marlon Josue Jacinto Inga
    Aún no hay calificaciones
  • Mate Diptico
    Mate Diptico
    Documento2 páginas
    Mate Diptico
    Marlon Josue Jacinto Inga
    Aún no hay calificaciones
  • Once Nio
    Once Nio
    Documento2 páginas
    Once Nio
    Marlon Josue Jacinto Inga
    Aún no hay calificaciones