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INTRODUCCION A LA EPISTEMOLOGIA PARA PSICOLOGOS José Antonio Noriega Méndez Claudia Gutiérrez Millan José Antonio Noriega Méndez, es Lic. en Psicologia (UAMCX) y cursé una macsiria en teoria psicoanalitica (CIEP). Ha sido académico en la UAM-X, la Universidad Iberoamerica- na y Ia Facultad de Filosofia y Letras de la UNAM, entre otras universida- des, Ha participado en diversos foros y publicado trabajos sobre epistemologia ¢ interdisciplinariedad, psicoansilisis y orientacién edueativa y psicoterapia analitica eonniios, en libros colectivos editados por la UNAM, la UIA y el campo Freudiano. Ha participado en diversas investigaciones elfnicas en re- laciéna Ia educacionyy ala psicoterapia tanto en instituciones piblicas como privadas. Actualmente es editor invitado por la Reyista Iberoamericana de Psicologla para la elaboracion de un mimero espe- cial sobre atencién a sujetos sordos, ccurs@ la maesttia en psicologia clinica, 8 becatio del Sistema Nacional a tra- vyés de DGAPA-UNAM y corre dos protocolos de investizacién: uno sobre psicoterapia analitica con sujetos sor- dos y otto epidemiolégico para perfilar a la poblacion silente (con pacientes en ‘consulta privada y de instituein —en ‘coordinacisn con el Instituto Nactonal de la Comunicacion Humana—) ‘miembro de APIAMEX y organizador del Encuentro Internacionalgobre Edu- ‘cacién Especial auspiciado por APIA- Suiza INTRODUCCION ALA EPISTEMOLOGIA PARA PSICOLOGOS José Antonio Noriega Méndez y Claudia Gutiérrez Millan Hage Se Agradecimientos Introduccion 1 Generalidades: 1.1 Epistemologias metacientificas 1.2 Epistemologias 1.3 Epistemologias cientificas 2 Posiciones epistemolégicas basicas: 2.1 Definicién de conceptos y criterios 2.1.1. Definicién de conceptos 2.1.1.1 Sujeto(s) 2.1.1.1. Sujeto empftico 2.1.1.1.2 Sujeto de fa teoria 2.1.1.1.3 Sujeto epistémico 2.1.1.2 Objeto (8) 2.1.1.2.1 Objeto empitico 2.1.1.2.2 Objeto de la teoria 2.1.1.3 Relacién entte el sujeto y el objeto 2.1.13.1 La acc 2.1.1.3.2, Diteecién 2.1.2. Definicién de critetios 3 Teorias y sistemas: 3.1 Teotfas 3.2 Sistemas 3.3 Catacterizacién de los sistemas 3.3.1 Conduetismo 3.3.2. Psicoanilisis 3.3.3. Terapia centrada en el cliente 1 21 28 30 32 35 37 37 37 38 39 46 46 48 50 50 51 SI 51 53 55 55 56 56 60 65 AGRADECIMIENTOS Deseamos, antes que nada, expresar nuestra gratitud a todas aquellas personas que hicieron posible Ia realizacién de este trabajo: Al Dr. José Gémez. del Campo (Director del Depto, de Psicologia de la Universidad Iberoamericana) y el Mtro. Antonio Tena Suck (Jefe de Laboratorios de la UIA) por las facilidades otorgadas. Al Dr. Francisco Herndndez. Orozco (Director del Instituto Nacional de la Comunicacién Humana) y ala Mtra. Ana Lucia Padrén (Jefe del Depto. de Psicologia del INCH) pot su decidido estimulo a la investigacién y por haber incorporado nuestras tesis a la prictica institucional. A la Lic. Roxana Rosas y al Dr. Eduardo Pintos (Universidad Iberoamericana) por sus Valiosas sugerencias al manuscrito; a la Lie. Dora Ruiz Galindo y la Mtra Roclo Gonzalez (Centro Educacional Tanesque) pot el trabajo compartide en psicologia y epistemologia genética interdisciplinatiedad; a la Dra. Teresa Gardutio Escuela Activa Paidés) y la Dra. Sofia Vernon (Universidad Auténoma Metro- politana-Xochitnilco) por sus seminarios de epistemologia; al Dr. Juan José Collado (Universidad Nacional Auténoma de México-Facultad de Filosofia y Letras) por Ia aguda critica y problematizacién de la introduccién y los primeros capitulos; a Anibal Carballo C.M.F (Director del Instituto Rosendo Olleta y presidente de APIAMEX) pot su revisién del texto y puntuales sefialamientos; a Adriana San Millén (ex-alumna de la Univer- sidad Tberoamericana), por su paciente lectura, invaluables co- mentatios y sostenida demanda de claridad; y, én general, a los ex-alumnos de la Universidad Iberoamericana, de la Universidad Nacional Auténoma de México-Facultad de Filosofia y Letras de la Universidad Auténoma Metropolitana-Xochimileo, pues a Dedicamos este texto a nuestros hij a Sebastian, quien a sus cuatro afios, en plena edad de los porqué, se rebela contra lo que no entiende, attiesga teorias, dice lo que piensa. También le gustan los cuentos, pero no todos. A Matia, quien a sus siete meses organiza su mundo bastante bien, por ejemplo, con quién si —con quién no, ‘emo si —cémo no. ‘También a Joaquin, Hercilia, Jaime, Guadalupe, Luis, Salim, César, Carmen y Gustavo. INTRODUCCION Los psicdlogos hemos aprendido demasiado bien una errénea ver~ sién sobre la relacién de la filosofia con la psicologia. Un equivoco del cual no tenemos el monopolio, pues algo semejante ocurre en otras diseiplinas (vgr. la sociologia); se nos ensefié a decir que una no tendria que ver con la otta si no fuera por su relevo historico en Ja comprension de los fenémenos humanos y, en un teduccionismo ‘a ultranza, se nos transmitié que la primera era especulativa y la segunda objetiva y cientifica. Una afirmacién de semejante ligereza ¢s tan inexacta como peligrosa, en Ia medida que prolonga un vieio de origen en nuestra disciplina. ‘Todo psicdlogo puede fechar con Wundt el nacimiento de su ciencia. Es posible incluso que lo celebre con orgullo y, todavia mis, se deje llevar tan lejos como nuestros predecesotes en su afin -vano, agreguemos— por adquirir una membresfa renun- ciando a una identida: Diferenciar la psicologia de la filosofia fue un paso impres- cindible para fundarla como ciencia. Sin embargo no se detuvo en esa diferenciacion que habria de permitirle alcanzar la espe- cificidad necesaria para constituirse, sino que fue mas lejos, egé hasta la renegacién. Ese fue el acto fundante que inscribio a la psicologia en Ia colectividad cientifica. El costo que ha tenido para los psicdlogos y sus psicologias renegar de los origenes ha sido enorme Bajo la influencia de la ciencia positiva se eché en saco roto la experiencia acumulada durante siglos de reflexién sobre los hechos humanos. Se adujo la incompetencia de los antiguos métodos para dar cuenta de los fenémenos y, subtepticiamente, ‘se fue mis lejos de nueva cuenta; no se impusieron los cambios sélo en ese nivel sino que se descartaron los problemas y los un objetos de conocimiento investigados hasta entonces. La impor- tacién metodolégica fue como el caballo de Troya: al admitir el obsequio del caballo (método) se abrieron las puertas al con- quistador (nuevos objetos, nuevos observables, nuevas formas de intervenir en ellos). No fue casual que, a partir de entonces, el paradigma de la investigacién en psigologia fuera lo que ahora se conoce como el equivalente de la "investigacién basi- ‘ca: experimentalismo y psicologia animal. Por una confusién elemental entre lo abstracto y lo concreto, Ja empresa inaugural por hacer de la psicologia una disciplina formalizada culminé con la sustituci6n del rigor pot la minucia, se cambié la formalizacién de 1a experiencia por su enumera~ cidn y descripcién. No se tuvieron en esa época los elementos para distinguir lo formal en el sentido descriptivo (forma con- creta y descriptible de los fenémenos, asi como Ia forma de hacet ciencia aceptada por consenso) de lo formal propiamente dicho (término que implica la matematizacién' de la experien- cia y los conceptos que la explican). La historia de la psicologia nos muestra cémo fuimos lanza- dos de eno al delirio del método: cémo renegamos de la sabiduria no cientifica de Ia filosofia, de su tradicién, de sus objetos, problemas y observables, en lugar de buscar sistemati- zarlos (formalizatlos, matematizatlos); revela también cémo nuestra disciplina se plegé a los criterios de cientificidad de la fisica y la biologia; y cémo aplicé inmoderadamente el llamado *Aclaremos que matematizaci6n no alude en forma alguna a I ritmétiea oa cvalqice ‘otra forma de reevento, Se refiere al témino griego mathess: lo eognoseble, Io “susceptible de ser expicado, Su funcion es de orden lgico. [La matematizacin se eumple a tavés de mathematas (postulados cuya enunciacién _mucira un estructura derlaciones, jrargins, ete) qv, enfaticemos, no Son necest- riamente cuantifieables. Sefalemor, por iltimo, que este \émino, importado desde la légica, proviene de In Alosofa. 2 método cientifico a los fenémenos humanos, hasta entronizarlo, hasta hacer de él la medida de la existencia de las cosas. Pasaron décadas antes de que surgiera la airada protesta contra la desconsideracién empirista por lo humano. Tal reac- cin fue vista como una tentativa no cientifica, oposicionista 0, peor atin, retrograda (vuelta hacia la filosofia). Lamentablemen- te, ésta tampoco oftecié una clara formalizacién ni esquivé la discusién trampeada sobre el método: discutié eon el otto bajo sus términos. Perdié el debate cuando cligié el terreno del detalle conceptual y el de la moralidad cientifica, en lugar de sostenerlo en el de la epistemologia. El resultado de tal confron- tacién entre empiristas y humanistas ha sido menos el triunfo de la razén y més el extravio, respectivamente, en los tecovecos de la cosa o del espiritu. Nuestra historia no se reduce, por supuesto, a los dos grandes grupos enunciados arriba. Hubieron muchos mas participando y, al interior de cada uno, diversas posiciones que hicieron crecer el callején sin salida del inicio hasta el laberinto de nuestros dias. De hecho, hoy por hoy, uno de los problemas centrales para elestudio y el ejercicio de la psicologia es su diversidad, nuestra repeticién gremial del mito de Babel. Y, como en Babel, no hay reunificacién posible, La pretendida unidad del Saber es, como Babel, mitica. Supone un tiempo en el cual existia un Todo, una verdadera Unidad y, desde ahi, plantea el reencuentro con la Totalidad en cl futuro, Esta afirmacién, tema de retériea a lo largo de los siglos, dentro y fuera de las discusiones cientificas, es indemos- trable y guarda un admirable parecido con las concepeiones teistas. Es una franca aporia: desde este perspectiva, el Saber habria existido antes de ser producido (en otras palabras, sos- tiene en los hechos ~aunque lo niegue en el discurso—la creencia en un Saber Absoluto). Sélo dos entidades han sido histérica- 1B mente dotadas de esos atributos: la divinidad y 1a cosa (0 la Naturaleza). Ambos han sido los depositarios de los secretos 0, dicho con propiedad, de los misterios; y los ministros del culto © los cientificos, sus vocetos pot excelencia’ Tales ideas no parecen justificadas por algo mas que la creeneia. Es cada vez mds nitido que la cosa es muda y se subordina a un proceso de significacién especificamente huma- no, no natural, El debate, en estos términos, se desplaza de la consideracién del saber como una copia imperfecta de la cosa, a una recteacién humana de ella mediante una construceién intelectual. No puede consideratse ya a la diferenciaciénjespe- 2 gta x una historia cas ee ean eo 8 spstenagesy de hsra dla clea Su dup po eps cea tas wn pac preocn pola ‘Melodie Tenguseso preset alreapoderséino forquseiiala pleco femuncla a ss eines. Noe dadebe I patie de ua comput la repeticion Cnteosagu un poqitocacta cistenogieo: abi un ez un tno pblao por dsc y por omtee, lx Anighedd. Abia ‘en como a concen, no pot er eso. peas ea lw wigs, she aon comers como homigas (sects hinenpres ce) een do plo ‘pone; une bermig tamblen oda sr-Zovs (en oso convo part Fat itor) (Un ton, ga rp Fue ‘Runge alganes dns coerce oda scr iéntoo ls mies (icospeqn- feo, my erujuderescomedores de hoje, vores, valine, nolo de pono {hh tal Gncrdaci Se ees oe entnos on dinnsin mfsconero ene Tonto, yor el conto, sadn a cm ella, on fncin dol lfereacins que frudaos los omerradores.Caccan de unt cificacin entomligia consists conan con tll prn a cers de s let 7 Touma do creation, Aeseneian eo fomieo como pein alivo dl Veco anos ovo ejemplo: Agus no ata «eco enel so drop, paar de que Doles derbi parca perf fe lanza con puter Resa inexpin- ie soe eo, comldeanoe guess amas foro oa por Hefeto, tic fdsu mudedion, Slo una forza secant oda oponécle: une dose sls ‘esi el tro loceaelisen un eapen nib, clowé au potid orles res Yo Sept en las munis de ind. No ca nora len efecto, into esis To, qc alba ye ie ft sean ncmatbe, ampoco I veocdnd tdi por un snemsnao sino crite von El ombale ocur une eae {hombres doc gucrern, come ete dos dics, Ete vento jump sel puto de eng pra a balsa 4 cializacién del Saber én miltiples saberes como la pobre tenta- tiva frente a la magna obra. Fue justamente la diversidad lo que posibilité la produccién del saber. Babel, metifora de la psicologia, no debe set visto como un defecto sino como un hecho. No es algo a reparar sino a siste- matizar. Pot esta via desembocamos en Ia epistemologia, 4Cual es su funcion en esta historia? Digamos que hace por la psicologfa lo que un etimologista con las lenguas de Bab no cancela la dispersién, s6lo la organiza. La epistemologia es producto de la diversidad. Son los enfo- ques distintos lo que la lamé a constituirse. Si solamente La discusion en este punto, podria tomarse redvccionista y maniques; ha de tenerse ‘cidado en no suponer que los obsticulos para el conocimiento orn slo de acervo'y {de orden teenoligico o que aquéliog eran tiempos deignoranin Se ata de algo ditto ‘més alla del repertorio de eonocimicntes accesibles, esti en juego una forma distin de ‘conocer, comprender y explicar la realided. El punto que deseamos enfatizar es Ia ‘reencia antigua en quc unn presencia habitab en I cosa, que ésia ex siempre algo mis. El Saber sobre esos fendmenos no podi steners ala experiencia sin considerar Ja panicipacion de los dioses. De hecho, algo ers posible sty aslo silos dioses eran proplcics, Bt judcocrstlanisino aporé una euota de capital mportancia paral desaollo posterior ela cienca. Citamos dos mementos: Fl primero, cuando por el trinsite del politima al monotcismo so psibilitécondeasar Alsaber en una sola entida, Las cosas, entonces no habrian de acu por las voeidades {el talante de mumerosos dioses, sino por Ia voluntad de uno solo, no eaprichoso, de scverdo un plan. El Saber, imposible anteriormento porque algo poia ser 6/no cualguler cos, quedéligado por los designios den Dios omisciente. Jamas, desde ‘entonces, el Saber quede fuera de Ia racionlidad: siempre alguien sabrin por qué, aunque los hombres Io ignoraran. La bisquedadelconocimieno toms un nuevo rumbo. Aescubriry comnicar el Plan de Dios. Esta os una de la razones por las cuales en el ‘edievo a Iglesia fungié como plomada del Saber, guardin desu leitmidad. Sigamos oon el evento. Vayames a Jered. Hoy hablainos de Richter y Mercall Entonces fueron angélicas wompeias vongadoras las que destruyeron al ciudad impia Sin embargo, Troy y Jried se desarrllan en mateos por enter datintos. En Jerieé 0 ‘nfluy solamente la voluntad divina 0, mejor dicho, slo hizo fue dentro de um orden legal Hay una Ley que goblerna los acontecimientor. Certo, e un ley moral, pero ley al fin, Gracias esto foe posible past «ota etapa, 15 hubiera existido un punto de vista, su papel rector y hasta arbitral de los multiples ptedicados sobre Ias cosas habria sido innecesario. De hecho, La Epistemologfa (con maytisculas para designar su totalidad absoluta, su unicidad) no existe, las epis- temologias si. Para la psicologia la epistemologta cientifica ya no es filo- sofia, es psicologia, independientemerite de la teorta o sistema {que Se elija. Por ello no pugnamos por el estudio de la filoso- fia y mucho menos por volver a ella. Hacemos, si, una referencia als historia del conocimiento cientifico, a los mecanismos para ‘su produccién y a sus categorias. De esto se ocupa la epistemo- logia. l segundo momento (Descartes) lene un antecedente Important: Dioshabia prometido no volver sino hassel Dia del Juco. En otras palabras, deaba a ss hijs soles con su Albedo, las Tablas de Ia Ley y una promess. Esto no significa la iexistencia del Plansino,porelconiaro, su pernanenca. No habian mds pests, aos de vaesslaas, mutes de primogénitos, rariién de rio, diluvios, mans, ele, por su Intervencion direca sino por el eurs propio de su obra. Finalmente aparelé Deseartes, un hombre eonocedor de toa la cencia desu tiempo. [Bl encontré que habia una gran sabiduriaacumulads a To largo de los sglos ero que rnguna era cosa clria. Fue él quien tomé a Dios la palabra sobre su regreso slo al fina de los tiempos, era una gaantia necesara; sis Dios cumplia con lo ofecio, los Ietospodrian ser vistos como tales y el saber seria posible, Fuc un paso glgantesco: por un parte segura contancia de los fenimenoe (si Dios te retractabs no queda {yada por hacer pero, a no haberlo hecho, pods tomars a garanta-eoeneia de que ho sucederia) 1 introducir el problems de las paranis, subordiné a étas todos los predicadosy desmboe9, por esa via, enn eélebre fomulacié del cogite. Bs ‘ua gira (1 noretoma)stcediern ots (It Raza y ss leyes) La elencia fomtalmente (no hsticamente) en est punto, Noes la suposcin festa implicita en as conecpsionesbiologizadas ‘mrncer la Naturleza sus sceretos, Obsérvesecémo aubyace el puesto de quel nformacin esti abi y de lo que seas es de exteacrsueseaca. Esta 5 una ilusgn (ereneiaanimada por un deseo) tanto de fes empiristas como de Tos Jnumanistas: est present lo mismo en quienes esperan ler la neurosis en el ADN la ‘sinapsis, queen quenes ven en Ios hombres Ia aparaza de Tos angels. 16 Las definiciones que pueden encontrarse en los diccionarios de psicologia o filosofia, enciclopedias, etc., suelen ser de escasa o nula utilidad.? Por lo regular son nominalistas: "... la epistemologia es la Teoria del conocimiento © Gnoseologia”, 0 bien, "... ¢s la Teoria de la Ciencia’. Otras incurren en el equivoco que aqui tratamos de despejar, vgr.: ... es una rama de la filosofia que estudia al conocimiento humano en sus diferentes formas” (Santin, 1977) y, desde ahi, se lanzan a un recottido filos6fico sobre las distintas concepciones del ser y las funciones que los diferentes fildsofos le han atribuido a lo largo de la historia (de la filosofia). Piaget (1979) plantea, y nuestra experiencia corrobora, que la epistemologfa no es una cuestién de definiciones a piori sino el resultado de una construccién. De hecho, en él nos apoyamos para dar una definicién de partida, no finalista: la epistemologia es una disciplina que se encarga de “estudiar los conocimientos en funcidn de su construccién real...”, vale decir, sus supuestos, leyes y formas de operacién. Agreguemos que, pot otra parte, quizas por la confusion explicada ya en Ia historia de la psico- logia con la filosofia, los grandes teéricos de nuestro campo han evitado cuidadosamente hablar de epistemologia. Paraddjica- mente, al hacer préctica psicolégica y al teorizar han hecho epistemologia sin saberlo, por lo cual es posible precisar sus posiciones epistemoldgicas aunque no hayan consignado deti- nicién alguna La epistemologia en psicologia, enfaticemos, no supone el estudio de la filosofia como discurso antiguo ni como especia~ > Cuando hemes enviedo« nests alunos a indagar sobre el tema el estado hx so sempre el mismo: welven con Is manos vacis de cuanto pon servic para copes ddr mejor los fenémenos propis desu campo. * Ou parndoja es que se a sostenido incasablemente a fx metodologi= «9139 In caustodia del prineipio de no contradiceién, Hey podemos plantar que su veal rate cla Continhided epistemoldgien, 7 lidad moderna. Es el estudio del cuerpo conceptual de cada uno de los discursos psicolégicos y su analisis mediante ciertas categorias que, planteadas inicialmente por los filésofos, han tenido un desarrollo propio en el campo de la ciencia. Una de ellas es tema central de este libro: Ia matriz epistemolégica bésica formada por un sujeto, un objeto y la relacién entre ellos; estructura que articula a los postulados de una teorfa o sistema, las practicas y la produccidn de nuevos conocimientos.” Hemos organizado el texto en cinco eapitulos. Aunque estin cn intima relacién, cada uno puede ser leido con relativa inde- pendencia de los demas pues se refieren a temas suficientemente_ diferenciados. Enel primero, Generalidades, se expone brevemente el pa- norama de las epistemologias existentes, clasificdndolas en funcién de la relacién que guardan con el discurso cientifico (metacientificas, paracientifieas y cientificas). En el segundo, Posiciones epistemolégicas bdsicas, se define la estructura que servird como eje de andlisis (Sujeto-Objeto) y sus variantes de acuerdo al tipo de relacion entre ellos. En el tercero, Teorfas y sistemas, se catacterizan tres teorias (Conductismo, Psicoanali- sis y Terapia Centrada en el Cliente) y diversos sistemas en psicologia (desarrollados por Watson, Skinner, Hull, Bandura, Ellis, A. Freud, Klein, S. Freud y Rogers). En el cuarto, La interdisciplinariedad, siguiendo las posiciones epistemolégicas identificadas previamente se exponen en tres modelos basicos de relacién (atomista, confusional y dialéctica o relativista). En el quinto, Consecuencias formativas del estudio de la epistemo- * Téngase presents que esti en juego algo mis que una dfinieién de teminos, Se hace ‘referencia a clr epstemologia en particular, sin menoscabo para las diverss episte- ‘mologias existentes. En epsiemologia como en psical ‘una diversi de posiiones. La definiionofreida aqui es sufieientemente lida oda ‘ver que oforgamos un grado sdmisible de generalizacion al determinar la fn quc ‘cumple la al nombra a categoria que serviri como ef de anliss. 18 logta, se oftecen algunas reflexiones éticas. Cerramos el escrito con las Consideraciones Finales, donde se ptoponen algunas lineas para su discusién a partir de los temas desarrollados. Si el lector esta interesado en profundizar sobre algiin tema, en- contratd a todo lo largo diversas notas en las cuales se sugieren lecturas y se hacen comentarios al texto, y al final el banco de referencias en las cuales nos hemos apoyado. Algunas aclaraciones son, no obstante, necesaria: El material que integra este libro surgié de las reflexiones y lecturas sobre epistemologia con las cuales solemos abrir nues- tros cursos, cuando en ellos habremos de abordar diversos autores, corrientes y/o campos del conocimiento. Sin embargo, esta versién escrita difiere en gran medida de su exposicién. Es necesario tomarlo en cuenta. Puede cobrarse la impresién de que los contenidos se impar- ten de principio en fin, de una vez y para siempre: nos parece poco recomendable hacerlo asf. Hemos de reiterar que la epis- temologia cientifica no admite ser escindida del trabajo al interior de nuestra disciplina. Por ello es imprescindible volver, una y otra vez, no a los capftulos previos, sino desde los pos- tulados de cada autor o corriente a la matriz.epistemolégica que los articula. Por otra parte, el piloteo al que fue sometido mostré “ tniciatmente se creyé de tlidad inclair un enexo en cl cul se consignaran toda las referencias encontradas cobe el tema on Jot bancos do la UIA, de la UNAM y del CONACYT. Decidimosfinslmente no bacrl, en virtud de la sobrecarge que sgniti- cara para el voluren, Esta omisién noes relevante pcs el ealdlogo de titlos es del todo accesible, Deseames, no obstant, hacer extensivas nucsinsconsiécraciones sobre panorama que quien pital bisqueda hab de encontrar: Las referencia obtenides rebasan Ias 400, de las cuales pueden eonsularse de primera mano menos de a iad [La mayoria se inseite en el bro das epistemologiae meta y paraientiicas; de las Centificas, muchas fon relaboraciones de lor mismos puntos y otras se linitan a ln ‘exposicin filosfica dels prinipicsceatifcesen general, Sélo poca, muy pocas, so ‘ocupan dela peicologie desde las psiclogias, 19 més provechosa la lectura y discusién grupales que el mero trabajo individual. Deseamos sefialar, por tiltimo, que el estudio de la epistemo- logia es considerablemente mis sencillo si se le vincula con la practica efectiva y el estudio concreto de los conceptos. La po- sibilidad de reflexionar epistemolégicamente es directamente proporcional a la experiencia de la cual pueda echarse mano, J.A. Noriega y C. Gutiérrez CAPITULO UNO GENERALIDADES Ls epistemologia, sefialamos en la Introduccién, ya no es filosofia sino una parte integral del discurso cientifico. Cumple una funcién teérica insoslayable (guardian de la legitimidad de los postulados en general y del principio de no contradiccién en particular). Agreguemos ahora que sus consecuencias, nada etéreas, pueden verificarse en todos y cada uno de los actos propios de la prictica cientifica, tanto a nivel tedrico como instrumental y préctico. La epistemologia 0, mejor dicho, una particular posicién epistemolégica (y hasta la mezcla de varias) se manifiesta como una presencia constante e inevitable en todos y cada uno de los momentos de la formacién y la préctica profesional. Por ejemplo, en Ia vida académica, los profesores -lo sepa- ‘mos o no~ transmitimos una posicién epistemolégica apareada con los conceptos que ensefiamos; los alumnos, por su parte, lo sepan 0 no, construyen una posicién influidos en buena parte por aquello que recibieron en transmisién y no tanto como ensefianza. Aunque no sea evidente, en el ptoceso enseftanza- aprendizaje se rebasa con mucho el repettorio de conceptos & indicaciones técnicas vistas en clase. Los profesores podemos estar seguros de enseiiar “un concepto” y los alumnos estar de acuerdo con ello y, sin embargo, para ambos, suele escaparse que ahi, en dicho concepto. se infiltra algo que no le es propio (le es adjudicado): se trata de una lectura, vayamos més lejos, de la lectura de alguien que dice que "el concepto" significa X o que la realidad se organiza de acuerdo a Y. En ottas palabras, la clave de los aprendizajes se verifica en un terreno, si se nos 23 permite la analogia, "inconsciente”, por cuanto que su pieza central queda regularmente oculta: Ia posicién de quien habla. Por fortuna, los profesores que obligaban a repetir sus pala- bras estin en vias de extincién. Cada vez mds, se pretende que los alumnos construyan su propia lectura. Sin embargo, en ambos casos opera la trasmisién de una posicion a pattir de Ia cual hilvanar los conceptos y mirar, entender y explicar la realidad. Cuando se toma conciencia de este fenémeno, es dificil no sorprenderse por Ia cantidad de epistemologias ope rando en los libros 0 en las clases, a veces en una misma materia ode una a otra. Los alumnos, de reciente ingreso sobre todo, se sorprenden y sedesilusionan cuando descubren que La Psicologlano existe. ‘Cuando, en Iugar de una disciptina unificada, encuentran un extenso abanico de posibilidades teéricas y pricticas de las cuales ninguna pueden atrogarse el detecho de sancionar lo verdadeto sin equivocos, ni abarca, por otra parte, el todo de la experiencia conereta. El estupor y el desencanto que ello pro- duce suelen encontrar salida en tres formas bastante inadecua- das, que tienen como consecuencia la atomizacién y/o la confusién de la realidad y de los discursos tejidos sobre ella: El atomismo: es un tipo de pensamiento (cosificado y cosifi- cadot). Esta estrategia les lleva a tratar a los conceptos como si fueran cosas y, por ello, pierden de vista la relacién que 'No slodimos, desde Inego a "as intenelones”(consclentes 0 inconssientes) el hablan- te, Nos seferimas al eilero que articua a ls diferentes postulados y observables; quell que estableee une solucién de continudad enta Ja teri, los instruments, pritia I realidad, Danios dos anaogias Si pensamosal niverso desritoaeiba como las cuentas de un collar (acada concepto, teenie, et, ns pers, In episiemologia hats ls vees de hil. Sinko, no hay collar Reitersmon: y en pecologia no hay Un Colla ino mips cllares. 24 éstos deben guardar entre si y con sus referentes. Mediante ella pretenden resolver el galimatias que constituye Ia exis- tencia de una realidad y multiples interpretaciones, spelando a la coincidencia exacta entre la cosa y el concepto.’ Este es un recurso mecdnico por el cual pueden incorporarse exten- 808 repertorios disimbolos sin caet en contradicciones. Por ejemplo: hay quienes identifican al Complejo de Edipo con Jos padres reales y pretenden invalidatlo diciendo que los huérfanos no tendrian dicho complejo. Otros toman un camino mis dificil, el de la confusion. A partir de la intuicién y de los hallazgos en la prictica encuen- tran que las contradicciones no son tinicamente una cuestién de hecho sino de derecho: descubren que no sélo existen sino que, en lugar de un error, son parte del fenomeno mismo. E] problema surge cuando intentan hacerles frente. Su comple- jidad, sus “infinitos" matices les induce a apresuramientos conceptuales: la magnitud de la tarea les hace sentirse impo- tentes, por lo cual deciden repetir la primera estrategia como Unica posibilidad de saber, o bien, establecen telaciones entre conceptos y fenémenos sin orden ni concierto 0, cuando menos, sin un criterio claramente definido.* Por ejemplo: Ia ~ Si tomamos ol refrin “Dime eon quign andes y te dicé quién eres”. EL andlsis ‘pistemolégco podria pesfasearo del siguiente mede: "Dime eso que dees, ebmo lo dices y desde donde lo dices y te disé quizn ers”. Recomendamos Is lectra de Devereux, G. (1994) De la anstedad al mdiodo, Mexico, DJ: S. XXI Ahi expone sla “vontratranserencia” del investigado en Ciencias Secales como uno de os principales factoes par I generaciOn de abordajes y conceptualizaciones sabre loe lendmenos ‘Desa Is lustones empiristae de a objet *Dejande de lado, por supuesio, qe tal eo lecture, El atorismo aqui no es uns simple y Ilan miopia (como lo seri i fuer estrategia criginaD, sino ln consecusncia del fincaso en In inveaigacia, La diliculid para organiza el campo aceptando Is reiniroduccién de las centradicelones les obliga @ sslablecer una suerte de correspondencia uno a uno com a forma vable ce instarat figura Razén frente al Cres idencia no e3 sino un prodveto do st éstos deben guardar entre si y con sus referentes. Mediante ella pretenden resolver el galimatias que constituye la exis- tencia de una realidad y miiliples interpretaciones, apelando ala coincidencia exacta entre la cosa y el concepto.” Este es ‘un recurso mecénico por el cual pueden incorporarse exten- ‘sos repertorios disimbolos sin caer en contradicciones, Por ejemplo: hay quienes identifican al Complejo de Edipo con los padres reales y pretenden invalidatlo diciendo que los huérfanos no tendrian dicho complejo. Otros toman un camino més dificil, el de la confusién. A partir de la intuicién y de los hellazgos en la préctica encuen- tran que las contradicciones no son tnicamente una cuestién de hecho sino de derecho: descubren que no sélo existen sino que, en lugar de un ertor, son parte del fenémeno mismo. El problema surge cuando intentan hacerles frente. Su comple- jidad, sus “infinitos" matices les induce a apresuramientos conceptuales: la magnitud de Ia tarea les hace sentirse impo- tentes, por lo cual deciden repetir la primera estrategia como linica posibilidad de saber, o bien, establecen relaciones entre conceptos y fenémenos sin orden ni concierto 0, cuando ‘menos, sin un criterio claramente definido.* Por ejemplo: la = Si tomamos el refrin "Dime con quiéa andas y te dié guién eres". EL andisis cpistemoldgico podria parafascaro del sigleate mode: “Dime eo que dices, emo lo Alces y desde donde lo dies y te diré quien eres”. Rocomendamos Is letura de Devereur, G. (1994) De la ansiedad al mélodo, México, DF: S. XXI Ahi expone ala contratransfereacla del invest gadoren Ciencia Sociies como uno é los principales fectores para la generacin de abordsjesy conecptuallzaciones sobre los fendmenos. Desnuds la ihisionce emplistas de a objeivide por el mstodo. *Dejando de Indo, por supuesto, que tal colncidencia no es sino un producto do = lecture *21atomismo equi no es una simple y lama miopia (como lo seria fuera estate criginal), sino Ia couseovencia el fracazo en la investigneién. La dificullad para ‘organizar el campo aceptando 1a reintroduccién de ls contradicciones les obliga & csablocer una suerte de correspondencia uno a uno como la forma Vable de inetarar alguna Rain frente al Cape as FE eS HHH permite la analogia, “inconsciente", por cuanto que su pieza central queda regularmente oculta: la posicién de quien habla. Por fortuna, los profesores que obligaban a repetir sus pala- bras estén en vias de extincién. Cada vez mas, se pretende que Jos alumnos construyan su propia lectura. Sin embargo, en ambos casos opera la trasmisién de una posicion a partir de la cual hilvanar los conceptos y mirar, entender y explicar la realidad. Cuando se toma conciencia de este fenémeno, es dificil no sorprenderse por la cantidad de epistemologias ope- rando en los libros 0 en las clases, a veces en una misma materia o de una a otra. * Los alumnos, de reciente ingreso sobre todo, se sorprenden y se desilusionan cuando descubren que La Psicolog(ano existe. ‘Cuando, en lugar de una disciplina unificada, encuentran un extenso abanico de posibilidades tedricas y practicas de las cuales ninguna pueden arrogarse el derecho de sancionar lo verdadero sin equivocos, ni abarca, por otra parte, el todo de la experiencia concreta. El estupor y el desencanto que ello pro- duce suelen encontrar salida en tres formas bastante inadecua- das, que tienen como consecuencia la atomizacién y/o la confusion de la realidad y de los discursos tejidos sobre ella: El atomismo: es un tipo de pensamiento (cosificado y cosifi- cador). Esta estrategia les lleva a tratar a los conceptos como si fueran cosas y, por ello, pierden de vista la relacién que * No aludmos, desde iuegoa “Is intencione”(concintsoincontcients) del hablan- te Nos ferns al eto que aula los diferenieapestulados y observables culo quo establce uns solic de cotinuidd cnr Iso, ls istuments, la rita ya vealiad amos dos anogis: Si pensamosal univers deseo arb como las cuentas de un colar (acada concept, {Genes etn pels) ls pistemolopia haa las voces de ilo. inl, na ay cl Reirson: yen picologia no bay Un Cllr sno mills cole, 24 éstos deben guardar entre si y con sus referentes. Mediante ella pretenden resolver el galimatias que constituye Ia exis- tencia de una realidad y miltiplesinterpretaciones, apelando ala coincidencia exacta entre la cosa y el concepto.” Este es un recurso mecénico por el cual pueden ineorporarse exten- sos tepertotios disimbolos sin caer en contradieciones. Por ejemplo: hay quienes identifican al Complejo de Edipo con los padres reales y pretenden invalidarlo diciendo que los, huérfanos no tendrian dicho complejo. ino més dificil, el de la confusién. A y de los hallazgos en la practica encuen- tran que las contradicciones no son tinicamente una cuestion de hecho sino de derecho: descubren que no sélo existen sino que, en lugar de un error, son parte del fenémeno mismo. El problema surge cuando intentan hacetles frente. Su comple- jidad, sus “infinitos" matices les induce a apresuramientos conceptuales: la magnitud de la tarea les hace sentirse impo- tentes, pot lo cual deciden repetir la primera estrategia como tinica posibilidad de saber, o bien, establecen relaciones entre coneeptos y fenémenos sin orden ni congierto o, cuando ‘menos, sin un criterio claramente definido.® Por ejemplo: la ~ Si tomamos el refrin "Dime con quiéa andas y te ded quién cree”. El anilisis «pistemol ico pon perafraccarlo del siguiente modo: “Dime eso que dices, emo lo dices y desde donde lo dices y te dié qui eres". Recomendamos Ia lectura de Devereux, G. (1994) De la ansiedd al méiodo. México, DF. S. XXI Ahi expone ala “contratanserenca" del investgador en Ciencias Sociales como uno de los principales faciores para Ia generac de abordajes y conceptuaizaciones sobre los fendmenos Desnuda las Husionesemplrstas de la objetividad por el métedo *Dejando de lado, por supeesto, que tal coincidencia no es sino un producto de su Ieewura. El atomismo aqui noes una simple y lana miopia (como lo seri i fuera Is estestopia crigin, sino Ia consecuencia del facaso en la investigaci, La dificultad para ‘organiza el campo aceptando la reintroducelin de las contradiceiones les oblige tstablecer una svete de correspondeneia no a uno com la forma viable de instaurat alguna Razén frente al Caos. 2s mezcla del marxismo con el psicoandlisis, desafortunada en muchos sentidos, llevé a algunos al extremo de plantear que la enfermedad mental no existia mas que como un producto de la inequidad en la relacién con los medios de produccién. Partiendo de consideraciones diversas con validez relativa dentro de un marco,’ extrapolaroh sus consecuencias en un arado de generalizacién excesiva: considerar al trabajo como meteancia y a Ia libido como motor del trabajo, no dan elementos suficientes para extraer tales consecuencias clini- cas ni sociales. La evidencia demostré que en los paises con una més justa distribueién de la riqueza no hay un menor {indice de trastornos mentales ni una nueva forma de organi- zacién libidinal (ni siquiera afectiva). Muchas vidas, como ‘ocurre con todas las Causas, se consagraron a esto. * La tercera estrategia corriente es una formacién hibrida lla- mada Eclecticismo. En esta estrategia se suman los inconve- nientes de las dos anteriores: es a la vez una parcelacion de la realidad en funcion de los instrumentos con los cuales otro experimenté y una sumatoria de los hallazgos y considera ciones ajenas, reunidas en una prictica (jsu yo?). El intuicio- nismo del que parte para definir su campo (tomandose como referencia sin el menor respeto por aquel 0 aquello a lo que se ditige), es una forma de omnipotencia peligrosa: es un usuario autocomplaciente, sin més restricciones que las de la posibilidad del tanteo.” La catratepia confusion, por su pare, suelo responder una consigaa mis moral que cientifiearespecto ala exstecia de wn Todo. Elescolloinsalvableeti en qu el Todo, or ser imposible de atrapar,deviene en un enlace de cutlquce cos y de cualquier ‘manera. Aquelinvestigadoracepa la existenci del Caos se identi con éL * Relativa alos ottos elementos del sistema expliatvo, No en el sentido de wn falta ge vaides. * Bl eelético supone que el fin justifies los mediosy ere que Ia diferenciaign en cl saber es vals slo por su utlidad instrumental. Ms allé do elo Ia considera ocosa. Por lo tanto, tiene a su dsposicidn todas ls formas de intcrvencién exstates y, como 26 El control epistemolégico da otta opcién: toma a la contra- diccién como su materia prima y extrae de ella preguntas espe- cfficas a responder. La epistemologia cientifica, por ejemplo, no pretende explicar el todo de la cuestién sino dar cuenta de un interrogante en particular. Lo anterior, descrito para la psicologia, es vlido para todas las ciencias, especialmente para las sociales y las humanas. Hay en todas ellas un problema tanto teérico-técnico como epistemo- légico. Que hayan varias epistemologias se debe no a la exis- tencia de distintas ciencias sino a las diversas posiciones al interior de las mismas. En conclusién, no existe La Psicologia ni La Epistemologia, sino una diversidad de psicologfas, cada una de las cuales sostiene una particular posicién epistemoldgica. Ahota bien, existen varias formas de hacer epistemologia, Hace unos instantes nos referimos especificamente a la episte- mologfa cientifica, esa es una de las variantes, de hecho es Ia {que proponemos aqui, pero no es la vinica. La epistemologia en general (las epistemologias) no tienen sentido mds queen relacién con la ciencia. Esta relacién no implica que sean cientificas, sino que tomah sus postulados como tefe- rencia y su continuidad (0 falta de ella -contradiecién-) como un eje de analisis de dicho discurso y practica cientifica. A continuacién, clasificaremos las epistemologias, por su relacién conel discurso cientifico, en metacientificas, paracien- tificas y cientificas.° En el proximo ilustraremos el caso de las epistemologfas cientificas en psicologia. “lo que se ve no so juzg2", In explicacién es anodina cunndo la cuestion funciona. No puede, en e=15 condiciones, hacer ninguna eontrbucidn al saber Sta dvstn ai como los elementos cxpests cl expt sigulet (ato objeto 4 vector) se toman de Ia propucstapagcan. Sin cmasgo nesta recuse a él es die depress: des luego wo se reduce ao cade antetomeatey con segura, ‘parece eh ooo cuerpo delete A pear de edo este tuo noes plageteano. a 1.1 EPISTEMOLOGIAS METACIENTIFICAS Aspiran a constituirse como teorias generales del conoci- miento: incluyen al conocimiento en todas sus formas pues ptetenden armat el gran rompecabezas del Hombre (0 de Dios y la Creacién). No es posible asigharles un periodo, toda vez que habiendo empezado en la época antigua (con los fildsofos stiegos, por ejemplo) continuaban vigentes en el S. XIX ¢, inelusive, es posible encontrar quién les sostenga hoy en dia. Estas epistemologias, aunque parten de la evidencia cientifi- ca, no se detienen en ella (no es ese su objetivo), sino que la toman como el testimonio de un orden y racionalidad universa- les. Recuerden el pequefio cuento epistemolégico narrado en la Introduccién: cémo en el medievo los tedlogos y los filésofos buscaban en el conocimiento una demostracién de la existencia de un Plan. Es posible encontrar en ello la preconcepcién sobre (Quizis resulte sorprendente que no hayamos includo a la Psicologia Genética. EL criterio de exclusién fue simple: no es, lamenablementc, una teoria muy difundida ca Jas universidade, a diferencia del Conductismo, el Psiccaniliss 0 Ins terapiashuma- nlstas y nuestro interés prmanoes la illzacén praetca del material como un a pra situarse frente lo que coidianamene se diseute on las alas, Porota pare, existe ‘humerosorycxpléadids textos sobre Psicologia y Epistemologia Genética excites por Piaget mismo, Sv ausencia aqui no exenta de leele. Por ora parte, trabajar sus textos dari, etre otras cosas, una mayor fuidez pea eplicaraquello qe, como un botén de muestra, exponemos ea el capitulo tres Por ilkimo, sealemos de paso que si tori epistemolégica y psicoligi quedan cencuadmadas dentro de una posicién genética y dnlécticn (9 relatvista). En él sus colatoradores puede encontarse la Unica epstemologiariguosa y una de las més lida tors palcaldgeas, Recomendames enfiticamente Ia lectura de sus texts, especialmente aquellos que nutreron este documento 2) Ferretro, Ey Garcia R. (1975) Presenacion de la edicin eastelana, Iiroduccton 1 (a eptsiemotogta genética, 1. Buenos Aies: Paid ) Green, P. (1979), Epstemologia de la picologia. Epistemologia de las cencias del hombre, Tratado de lgica y conocimientocientifico.6 Buenos Aes: Pade. 28 la existencia de una Idea generadora que, mediante una genera- lizacién (a a manera de un comodin de la baraja), es Ilevada a todas las formas de la experiencia, convirtiéndola asi en una cualidad del ser. Las epistemologias metacientificas son filosofia. Aparecen ‘més comprometidas con ella que con las ciencias (positivas 0 no) de las cuales partieron; su interés esta en la determinacién de la naturaleza de las cosas y no en demostrar la facticidad de! hallazgo cientifico. Una posicién semejante es posible encontrarla en Platén, Aristételes, Pitégoras 0 Arquimedes, quienes, inde- pendientemente de la materialidad o inmaterialidad del objeto al que se teferfan, eran igualmente realistas, pues proyectaban en la realidad un concepto/idea/equilibtio/bien. Puede apreciar- se también en Descartes, Leibnitz y Kant, quienes encontraron en a légica matematica y la geometria analttica, el edlculo infi- nitesimal y la fisica newtoniana, respectivamente, el orden y la racionalidad universales sefialados antes. Es necesario no confundirse en este punto. Los filésofos enlistados, ademis de grandes pensadores, fueron también in- vestigadores rigurosos que hicieron contribuciones fundamen- tales en el terreno cientifico. Que aparezcan en una posicién ‘metacientifica es una referencia epistemolégica acerca del sen- tido que otorgaban al conocimiento cientifico. No es, desde Juego, una insinuacién sobre la cientificidad de sus hallazgos. ) Plage, J. (1972). dinde vata educacin, Barcelona: Teide 4) Piaget, J. (1973). Inrodacetdn a la epistemologia genéica. I y 3. Buenos Alves: Paid «) Piaget, J. (1979). Naturaleza y métodos de la epstemologia. Tratado de légica y ‘onocimientocientfco, 1. Buenos hires: Pate. 1 Piaget, J. (1979). Prfacio general del tratado. Epstemologia de las clencias del hombre. Tratado de ldica y conocimieno eienifico. 6. Buenos Aires: Pa 4) Piaget, J (1981) Psicologtay episiemologta. México, DP. Ariel 1 Piaget, 3. impreso en 1971). Saber eiusiones dela flosofta. Barcelona: Teide. 29 1.2 EPISTEMOLOGIAS PARACIENTIFICAS Su origen es mds reciente (S. XIX) y contimiian vigentes. Constituyen una oposicién al racionalismo y, en consecuencia, a la ciencia identificada con él Guardan una aparente semejanza con las metacientificas: parten del dato cientifico. Pero tienen una radical diferencia con ellas: no lo hacen con Ia finalidad de crear una teotia general del conocimiento en la cual dicho dato sea una prueba positiva, sino que toman el dato cientffico para marcatle unas fronteras imebasables, rigidas, que anulan su valor como descubrimiento © explicacién. En cierto sentido son anticientificas. Son epistemologias paradojales: * Enfrentan al discurso cientifico por lo que no dice: su discu- sién no se cifie al texto por lo que explica ni cémo Io hace. Apunta a los huecos de la argumentacién mediante una ret6- rica cuya finalidad es del tipo “eso no es cierto” sin generar una explicacién viable diferente. Los seguidotes de las epis- temologias paracientificas buscan La Verdad, por lo tanto, descalifican a la ciencia por admitir s6lo el conocimiento cierto y ver en él a una verdad patcial. Por ejemplo: la teorfa darwiniana de la evolucién no tiene las pruebas para aseverar la filiacién del Homo Sapiens-Sapiens con el Sapiens a secas ni con el resto de los hominidos. * Por las preguntas que no plantea: jerarquizan las preguntas fundamentales que el Hombre debe responder y, desde ahi, invalidan la impottancia de aquellas que han sido efectiva- mente respondidas por la ciencia. Por ejemplo, sigamos con Darwin: su teorfa no darla cuenta de la humanidad. * ¥ por las respuestas que no da. Volvamos a Darwin: se tendtfa entonces que su explic no serfa tal, sino una desagradable denigracién de la condicién humana, En suma, podria decirse que se legitiman por los quiebres del discurso cientifico. Estas epistemologias funcionan por una légica ambivalente. A Ia vez, toman el esquema de la ciencia y Jo subvierten: por ejemplo, hablan de metodologia pero tenuncian a los controles que se traducirfan en un método propiamente dicho. La critica al método cientifico se vale de las fracturas en Ia argumentacién y en las piezas probatorias ganadas a través de 41, Alno estar en condiciones de ofrecer explicaciones acabadas ni sobre los fenémenos que ellos consideran relevantes, tachan, a la ciencia por la limitacién de sus métodos y la estrechez de sus miras. De aht infieren que hay un ettot en el planteamiento inicial: investigar objetos en lugar del todo. ‘Mis alli de su inconsistencia formal, estas epistemologias Wvieron tina inticién fndamental (qua el todo no es Ia suma de las partes). Lamentablemente, como doctrina filoséfica, nun- ca devino ciencia ¢ inclusive se cuidé muy bien de dat el paso (vgt. Husset] o Bergson). Eligieroncon plena conciencia, contra el soporte experimental de sus afirmaciones, darle sostén sola- mente a través de la intuicién. A decir de Piaget (1971), optaron por Ia “sabiduria de la filosofia", agreguemos, en el marco de un intercambio esencialista entre el sujeto cognoscente y el objeto de conocimiento. Para las epistemologias paracientificas en general y para la Fenomenologfa en particular, el “érgano" para el conocimiento dejé de ser la razén y sus leyes y Ia intuicién tomé su lugar. Los objetos de estudio dejaron de ser los hechos en su dimensién empftica y se inscribieron en otra, esencial. Se propuso un encuentro inédito entre los elementos que participan en el fené- meno 0, dicho con propiedad, en el acto de conocimiento: la experiencia resulta de y testimonia la reciprocidad entre la intuicién que descubre la esencia y una esencia que se revelaa otra. C Dicho de otro modo, atin a riesgo de ser redundantes, plantea que hay una predestinacién en el conocer pues el sujeto que conoce y el objeto de conocimiento son, los dos, igualmente esenciales y estin hechos el uno para el otto, Forman parte de una misma estructura y de una misma naturaleza, vatiando solamen- te en la funcidn: el sujeto es esencialmente intuitivo (esa es su cualidad humana por excelencia) y eon ello esta dotado del \inico instrumento idéneo para descubrir la esencia del objeto (conocimiento); el objeto, por su parte, es por naturaleza cog- noscible, su esencia es intuible. La intuicién descubte, el objeto se entrega, Esta posicién ha sido ampliamente criticada en el medio clentifico fundamentalmente pot tres razones: la primera, por su demérito a la ciencia; la segunda, por la sustitucién que de ésta se hace sin someterse a los criterios de rigor empiricos, experimentales o de cualquier otta clase sin recurrir a peticiones de principio o a demostraciones por el absurdo; la tercera, por la coartada que ha dado al irracionalismo. ‘No obstante, la ciencia esté en deuda con la fenomenologt: la psicologia en particular, pues hizo de matriz para un mo miento posterior hacia una psicologia: no empitista sino feno- menolégica: de ella han partido tres ramas tan importantes como la gestalt, la psicologia existencial y la psicologia humanista Estas psicologias reciben en herencia el problema que constitu. ye la intuicién, la naturaleza como esencia y la falta'de pruebas Peto, justo es aclararlo, no se reducen a esto. 1.3 EPISTEMOLOGIAS CIENTIFICAS Estas, como las paracientificas, requitieron de la constitueién de la ciencia positiva para construitse pero, a diferencia de ellas, no anulan el valor de sus indagaciones, hallazgos, teorias ni formalizaciones. Tampoco aspiran, como las metacientifices, a 32 etigitse como filosofias ni como teorfas generales mis allé del ‘campo cientifico. Las epistemologias cientificas proponen una reflexién especifica sobre el conocimiento cientifico ~generado pot una disciplina asi considerada— sin atender al problema del conocimiento en general: apuntan a un orden legal que sancio- ne la validez de los conocimientos y de las practicas. Aqui, si bien existen investigadores renombrados que a la vez ejercen en el campo y hacen epistemologia’, el eje no lo cons- tituyen las personas ni sus doctrinas filoséficas sino los sistemas tedticos en el ambito de sus pricticas especificas. En otras palabras, la epistemologta (cientifica) no la hacen ya los pen- sadores desde una posicién contemplativa, sino aquellos que eperan dentro de un campo clentifico particular. La sabiduria es declinada en favor de la consistencia formal, teérica y pric- tica del sistema en cuestién, cuya vigilaneia, logto y argumen- tacién quedan a cargo de los propios cientificos. La episte- mologia de la matemética va por cuenta de los mateméticos, la de la psicologia por la de los psicélogos. No se descarta, desde luego, Ia interdiciplinariedad. Por el conttatio, ésta serd posible si y sélo si la psicologia produce sus propios criterios, delimita su campo, objeto de estudio, obser- vables, etc. La epistemologia cientifica, por el control que ejerce sobre le produccién al infetior de una disciplina, sirve como garantia para el mantenimiento de su especificidad al entrar en relacién con otras. La falta de trabajo epistemoldgico ha sido uno de los soportes para el colonialismo del cual la psicologia ha sido objeto desde su nacimiento hasta nuestros dias, “san Mga Has Grey Ela eno en pl; Laten Goldman, x soclolgia; Giles Gaston Granger, en economia; Leo Apostle lingstioe yoo Jotica; Benjamin Matalon, ex matemaenspretailisticas Jena Uno Ovi eoa, {ade Beaurcgar, en fisia; Francois Meyer yCacsaw Nowinsh, en oogin ce Poe tar algunes dios campos y colabaoradores que Ia cba iatecdiseplinatn de Piaget ‘os permits conaees, 33 CAPITULO DOS POSICIONES EPISTEMOLOGICAS BASICAS Enisten, como hemos dicho, diversas formas de pensar y clasificar a la epistemologia. Para organizar el campo es nece- sario identificar a la(s) epistemologia(s) con una estructura de cuya definicién y operacién dependan las consecuencias pric- ticas y formales. En otras palabras, hemos de determinar, a partir de una estructura epistémica matriz, las diversas posicio- nes que los principales discursos teéricos en psicologia han desarrollado, 2.1 DEFINICION DE CONCEPTOS Y CRITERIOS 2.1.1 DEFINICION DE CONCEPTOS La estructura a la cual nos referimos toma los elementos presentes en todo discurso, a saber: Sujeto, Objeto y tipo de relacién entre ellos, 2.1.1.1 SUJETO (8) Enun acto de conocimiento aparecen tanto el sujeto empitico como los sujetos teérico y epistémico. Es necesario distinguit los diferentes niveles conceptuales y de anélisis en que se $s ténninos apazecerinsustituidos posterionnente por sus simbolos eanvsncions- les: S.O y vector, respectivamente. Bl vector, por su pst, ge indica como — segun el caso. 37 emplean, pues todos estan presentes en el discurso. Es un error comiin forzar una sinonimia entre sus diversas acepciones. 2.1.1.1.1 SUJETO EMPIRICO ‘Hemos de entender por sujeto mpirico a la persona concreta de la experiencia.” Este es un criterio puramente descriptivo. El sujeto, aqui, tiene nombre y apellido. No importa que su expe- riencia sea repetible por otro sujeto; es ittelevante también cualquier consideracién o interpretacién sobre sus intenciones, deseos 0 cualquier otrd estado intemo. El sujeto empirico, como tal, solamente admite ser desctito en tanto que opera. Puede quedar definido por lo que se muestra, siendo el que es, Del mismo modo, pensado como un ente, puede ‘0 no ser activo o pasivo. Goza de total independencia de cual- quier discurso que pueda tejerse en torno a él. Sujero, aqui, es sindnimo de existencia material. ‘Veamos algunos ejemplos: * Quignes esto esctibimos somos sujetos concretos, quien aho- ra lo lee también, independientemente de lo que puedan decir sobre nosotros la didactica, la cardiologia, el civismo, la quimica orgénica, las psicologias, etc. Nuestra existencia material justifica por ella misma la condicién de sujetos. ‘+ Igualmente, sujeto fue el ahora anénimo pompeyano sorpren- dido por la lava del Vesubio. Sus restos, desde luego, no fueron encontrados pero s{ su silueta y ésta da cuenta de su existencia material. » si bien a palabra cujero admit una rmisén eas directa aa idea de persona y nunque por lo regular coinldsn, no siempre al necesariamentc es asi. En nuestro campo, fecuentemente, mas en uns psicologis que en otras el sujeto noes una persons sin, ‘or ejemplo, un aml Hemos dicho persona confines diddcticosy porque usalment ‘eclla se tata Entiéndateentonces por sujeto coacreto al eferente empiric, sca 090 un humane, 38 *+ Sujeto concreto es esa persona con quien los alumnos traba- jan cada semana en sus précticas. 2.1.1.2 SUJETO DE LA TEORIA El sujeto de la teoria goza de existencia en un plano distinto al anterior: no es de orden conereto sino discursivo. Este sujeto no se autotreferencia sino que resulta de las considetaciones hechas sobre él desde un plano conceptual. Ast, ‘su realidad no depende tanto de su materialidad empirica como de la lectura, interpretacién, etc, que de él haga otro (el cientifico y su ciencia, el psicélogo y su psicologia). No exage- ramos al afirmar que, en términos teéricos, el discurso crea al sujeto. smn ar pe paenicine i ae Igbaras ceteris mt7 era Aan erty crear Seen cele epee cele see ee cele Sore eee eae a ate oe ere a ee ca Dermereeegcer een ee tata oor icnnomscnnercair ete me er ale eee mens se ces ta ene a per aimee pee et Seat nator ajar sie rc seo Angoero nemigo Enemigos Este sujeto, habiendo sido desnaturalizado’, es forzado a ajustarse a criterios que no le son propios sino adjudicados (del vocablo judicare, juzgar, juicio de atribucién) y, a partir de ellos, le es reconocida y hasta dotada la existencia (juicio de exis- tencia). Su indiscutible existencia material, con nombre y ape- Ilido, deviene conceptual y anénima, al servicio de la univer- salidad. Tedticamente hablando, carecera de importancia si se ama Juan Pérez o Luis Martinez, casado o soltero, padte de tres hijos o de ninguno, con una cicatriz de viruelas en la mejilla derecha o piel de bebé, ingenicro quimico 0 mineto, director de empresa 0 vendedor ambulante. Sera un sujeto en funcién del atributo que lo define y con ello le incluye en un campo deter- minado. Por ejemplo, para el psicoanslisis, el Inconsciente; para 1a neurologia, las estrueturas que conforman al Sistema Nervio- so Central; para el tedlogo, el alma.” ,Quiere decir esto que la NNo podemos pensar que la perceplén do los antiguos ni los desplazamientos de los objetos fuerandistintosenfonces. Es una cucstionligada al historia de la clenci. La Wea de perspectiva, ene ota, no fonmaba parte del acervo intelectual de la epoca. Por cello su “realism intelectual” Como puede verse el peasamiento jamas clea las costs, Ins reconstuye. Por ese act, leshace coinidir eon un sistema derepresentaciones y desde el intervene en ella, Una aclaracién: decimos “cosas"en un sentido cologuial. Dicho con propiedad serian “objeos de conocimiento”. Estos, lo dijmos antes, pueden ser tambien las personas [Numerosos ejemplos de ello (ylamentablemente iertos) pueden encontasse en el spéndice dl libro La Fabricacion dela Locura de, S2u82: Ahi consigns, por ejemplo, ‘queen 1905 Ios priguiatas etadounidenses pracicaban la canterizacion de genitals y «spina como medidas preventvas y ferapéulicas para los trastomos mentale. A pesar ‘de que Freud en ese fecha haba publicado ya sus Tres Ensayos para un Teorfa Sexual, clos continuaban pensando que las manifestacions sexuales en los alfios eran un proceso morboso y que Ia masturbacién era a causa de la ocura. “Desnaturalizade: sacado de un plano de existencla para ser inserito en ot. 40 * Este cemplo,tomado dela historia por Alejo Carpentier en ElArpay la Sombra, puede sor ilutratvo: Cristal Colén no fe canonizado por dos zones principales: sa vida Aisipada y haber esclavizado a los indios para compensar Ia fala del oro Ins especas ‘que labia ofrecido llevar 2 Espasa. Comets un pocado, dignmos, diacrénico, Peed varios siglos despues de haberlo hecho. Explicamos la paradojs: en Ia época de persona concteta es irtelevante? No, por supuesto que no. Lo que aqu{ se pone en juego es una especificacién de los obser- vables significativos para un discurso especializado en un cam- po del saber. Desde ahi la ciencia (cualquiera) se autoriza a no conside- rar al todo del sujeto concreto para abordarlo desde aquello que (le) resulta significativo, En otras palabras, la ciencia efectia un recorte conceptual sobre el sujeto material, crean- do con ello un campo para el saber y, por supuesto, de intervencién. Cabe aclarar que el proceso deserito no es una forma de malevolencia, miopta ni desconsideracién de la ciencia para con las personas. Tampoco es una practica exclusiva de la ciencia empirista. Es, hasta donde hemos expuesto, una distineién Iogi- ca y no una propuesta ni una justificacién ética. Para terminar, enfaticemos que sélo al servicio de la exposicién y con fines didacticos, separamos la existencia del sujeto empftico y la del teérico, Por las mismas razones y por la utilidad prdctica que se evidenciarfa més adelante privilegiamos en este apartado al 2° sobre el 1°, ‘Veamos algunos ejemplos: ss vines, ls indios estaban en una ausncia de clasificacén coldpia, en una especie de limbo (el lugar donde moran los que anno existen). No eran hetees, no eran eas, ‘simplemente no so tenia notila de su existencia y, por lo tanto, no exstian (en el Aiseura), Cuando su existneia material (de sujetosconerees) se revel alos conquls- ‘adores, tos les epicaron el sistema de referencia que les em propio. En viru de que sdoraban idaos, ilatas J, ya como idlatas,herejes. Pero la historia no se detuvo Ahi Un herje era edible i aceplabs el sacramento del betisme y enunclaba sus pricicas quedaba salvo yreresabaalseno del efor. Pero, eran bautizables? telan ma? Esto fue motivo ée large discusiones toldgicas que duraron mie all del vida de Colée. Cuando al esclavi26 no era pecato sino una laguna, digamos tedrca. Retro- tcivamente se eonvirts en pecado ys perdi Ia eausa por su sttidad Como pod vere, lo existent en I realidad, epeear desu materialidad, no necesaia: mente tene une inscripeié en el discurs, 41 * Aludimos arriba a las practicas que suelen realizarse en la comunidad. En ellas se entrevistan a personas que simulté- zneamente son abordadas pot los alumnos de diversos cursos y/o carreras. Supongamos que un estudiante de psicologia cursa “Psicologia social”, quienes van para abogados "Dere- cho mercantil” y los de administracién estén en un seminario sobre “Modelos alternativos de organizacién para el consu- mo”. Los psicdlogos, los abogados y los administradores entrevistan a las mismas personas y, por diferentes vias, Megan a la conclusign compartida sobre la conveniencia conereta de establecer una cooperativa de compra... ;Pensa. ‘in los tres dicha cooperativa del mismo modo, en tanto que Psicdlogos, abogados y administradores? Seguramente no, pues sus consideraciones tedricas y marcos de referencia son bastante diferentes. Aunque coincidan en la o las personas coneretas, son de una especie muy distinta, por ejemplo, la intervencién sobre los mecanismos de relacién interpersonal empleados por la comunidad, el estudio juridico sobre la capacidad del grupo para constituirse como persona moral 0 el cdlculo de los beneficios por el volumen de compra y el disefio organizacional para una mayor productividad, * Vayamos més lejos. Las Sra. Martinez y Herrera, entrevista- das por un psicélogo social, un abogado mercantil y un administrador, ;significan lo mismo como sujetos pata los distintos discursos tedricos de referencia? {No se aptecia una diferencia que nada tiene que ver con la persona como tal, introducida por dichos discursos? {Es lo mismo contemplar. las como lideres de la comunidad que habrin de influenciar a los demas en beneficio del proyecto colectivo y arbitrarin las controversias en el grupo por el lugar que éste les asigna-, que pensarlas como mujeres adultas con capacidad Juridica para representat a ottos, 0 considerarlas en funcién 42 del beneficio per cépita? Como verdn, Ia significacién del sujeto para un discurso tedrico/especialidad puede articularse con la que tiene para otro, pero no son idénticas. © Tomemos a las mismas sefioras ¢ incluyamos nuevos elemen- tos. Tienen un hijo farmacodependiente y asisten al Servicio de Orientacién a Familiares en una institucién, atendido por dos terapeutas con diferentes tendencias, La Sra. Martinez ingresa al grupo que dirige una de ellas, con orientacion psicoanalistica; la Sra. Herrera esta con la otra, quien trabaji desde Ia terapia estructural sistémica. ;Para las terapeutas serd el mismo sujeto que vieron en el caso anterior? Lo que hemos ilustrado arriba no difiere un apice de lo que cotidianamente encontramos en la practica profesional, particu- larmente en el ambito institucional: * Accierta clinica, donde trabajamos pedagogos dedicados a la terapia educativa desde una orientacién psicogenética, tera- peutas psicoanaliticos, neurdlogos, trabajadores sociales y especialistas en neurodesarrollo, llegaban casos que reque- rian a intervencién de todos. El de Juan, por ejemplo: un nifio de 10 afios con enormes lagunas académicas e importantes dificultades de orden légico, diversos y complicados sinto- mas emocionales, epilepsia, agudos problemas econémicos yeescasez de medios para resolverlos, y, por tltimo, un retraso neuromotor considerable. El sujeto concreto era Juan, desde luego, pero el teérico no. Este era, respectivamente, aquel representado por las estructuras Iégicas del pensamiento, el inconsciente y el deseo, el sistema nervioso central, el factor del bienestar y la compensacién motora del déficit funcional y de la lesién estructural. 43 Les rogamos notar el énfasis en que es representado, Esa es justamente la funcién del sujeto en la teorfa: representar, susti- tuir, hacer una metéfora del sujeto conereto o del referente propio del discutso que teoriza, alin en los casos en los cuales parezca una pura descripcién (vgr. el conductismo). No existe un solo discurso no metaférico. Entendemos el prurito que causa lamar objetos de estudio a las personas. Llamatles sujeros de estudio es, cuando mucho, una cortesia carente de valor conceptual y, en algunos casos, peligrosa si se confunde esa referencia empitica con la dimen- sién tedrica en la cual se inscribe y la articula. En otra linea, dicho témino es una referencia metodoldgica: alude pot lo regular a los sujetos concretos y les plantea por cuanto tienen de significativos para el discurso que los propone como tales, sometigndoles a una cierta relacién con otros elementos, de la cual se desprende el objeto a investiger, En ottas palabras, el sujeto empirico es visto a la luz del que define la teoria y, desde ese nivel, se le pone en telacién con objetos y ctitetios que materializan al cuerpo tedtico. Esto es lo que comiinmente se toma como evidencia, Hablaremos un poco sobre esto mas adelante, cuando nos refiramos al objeto de la teorfa. 2.1.1.1.3 SUJETO EPISTEMICO Es un tanto complicado especificar la materialidad, la sustan- cia de este sujeto. La del primero fue de hecho, la del segundo discursiva, la de éste es légica, formal (y hasta légica-formal). El sujeto epistémico no es ningiin sujeto en particular, es todos. Esto no significa que cada persona Ileve dentro de si al sujeto epistémico, del mismo modo en que tampoco porta al sujeto de Ia teorfa, sino que se propone, para la produccién de saber, como el representante universal de todos los suje~ tos. Guarda una diferencia importante con el sujeto de la teoria: Ja universalidad que pretende no esti referida a los predicados del discurso cientifico, sino a la naturaleza de su articulacién de acuerdo a leyes. El sujeto epistémico no dice absolutamente nada sobre los procesos especificos estudiados por un discurso teérico particular; constituye uno de los polos de la estructura baisica en la cual dichos procesos habrin de incluirse. El sujeto enla teotia es reconocido por sus atributos; el sujeto epistémico plantea su [égica de organizacién,° Por otra parte, carece de todo valor si no esta en relacién con el otro polo (el objeto) y no tiene sentido alguno fuera de la reflexidn cientifica. Les proponemos pensar al sujeto epistémico como una literal, "8", a la cual, como en el algebra, puede asignarse cualquier valor y establecer cualquier relacién; queda asi "reducido", ‘como las incégnitas, a una pocicién relativa de cignificacin absoluta, vacia de significado mientras no entre en operacién (mientras no se determinen los predicados cientificgs a estudiar ~conceptos, téchicas, etc.) ,Significa algo decir X? = y? Si, es una relacién, aunque ignoramos atin a propésito de qué y el valor de las incdgnitas. As{ es un esquema epistemolégico, se despeja con los contenidos propios del discurso cientifico y de ese modo opera sobre los supuestos tedricos como guardian de la legitimidad del conocimiento obtenido. * Sabemos que esto puede resular algo complicedo de entender, tataremos de hacerlo ‘mis seneillo por una analogia pero suplieasios tener euidado con el riesgo del redo: Clorismo: pensemos en un Album de fanilixex el eval eadsseealoc# th concepto © postulado de una teora. $i sobreimprimimos los retratos encontraremeos que todos tienen uno varios asgos en comin: a nariz agullen, Tos ojos almendrados, a barbs parla, ete. El andlisisepistemoldgico seria quien hara ln operacion seaslada y ‘enconzariaaselciterio qe unificaa los diversos conceptos (alos queno, comosuced ‘a todas las familias). Tales enteros pueden ser muchos y de muy divesostpos, pero algunos son bisios, como, por ejemplo, determina sel sujet valida también pas el ‘objeto) opera en una relacion de manern activa, paiva daléetia, Hemos de aclarar que no es ésta la tinica funcién de la epistemologia ni la de mayor importancia;’ es, sf, la que enfa- tizamos en este primer documento por su utilidad practica y su funcién propedéutica, 2.1.1.2 OBJETO (0) El objeto es el polo complementatio del sujeto. Tal com- plementatiedad no debe ser entendida en términos simple- mente imaginarios, mecénicos, aparentes, sino estructurales. La correspondencia entre el sujeto y el objeto estd subordina- is u obsetvacién en el cual son conside- Con fines didicticos diferenciamos aqui también al objeto como: empitico, de la teoria y epistémico. 2.1.1.2.1 OBJETO EMPIRICO Del mismo modo que el sujeto empitico, el objeto se define pot su materialidad efectiva, Por lo regular tiene forma, tamaiio, masa, peso y esté ubicado en un matco espacial y temporal determinado. Suele ser una cosa, una entidad separada del cuerpo del sujeto, pero puede ser también una parte de él, otra persona 0 algo imaginario. Lo verdaderamente relevante del objeto concreto es que da consistencia a la préctica efectiva de un sujeto, sin embatgo, su existencia no depende de él. *Dependiendo del objetivo, ta velo sea el anilisisformaliznte. Pero min éte ha de relacionase con lo otros desarolos “Exlatepues una dads Sujeto-Objoto en téminosconcretor,tsricosy epistemolégicos ‘Sin embargo es un tanto aparente, Como veremos a continiaci6n, cf uso regular de os ‘onceplos puodo indicia error en relacicn al “objeto tesrico” 46 Este objeto, como el sujeto correspondiente, se define por su smaterialidad de hecho. Damos algunos ejemplos: * Supongamos que en este momento esti lloviendo en mitad del océano pacifico. Eso existe materialmente. No requiere de ningun testigo. ‘* Ahora imaginemos que en este preciso instante una mintiscu- la gota toca el rostro de un marino. La existencia de esa gota es independiente del lugar que ha mojado (la nariz, la boca, el ojo izquierdo), del nombre del marino (Jan, Luis, Yukio), Ia bandera del barco (canadiense, mexicana o japonesa) y lo que hace pot ahi (crucero, pesca, matanza de ballenas). Nada la diferencia de las gotas que caen en mitad del periférico, de las que riegan los campos o de las que salen de la ducha. Esa gota, sin embargo, es esa gota y no debe ser confundida: imaginen ahora que cae en el pémulo de un indio que ha de hacer sus abluciones en el rio sagrado, cuyo lecho esta seco. La gota le amuncia la llegada del monzén por lo cual, emo- cionado, agradece y derrama una légrima. Esa ligrima co- rriendo junto a la gota de lluvia tienen dos existencias diferentes, separadas, independientes, mis alla de su seme- janza o de su coincidencia espacial y temporal. ‘+ Un objeto conereto es también una muela para el sujeto a quien le duele (o para el que la extrae). ‘+ Entre los objetos que por imaginarios no son menos empfri- cos estén, por ejemplo, los espiritus, los aparecidos, los unicomios, las brujas, los elfos, los duendes, los chaneques, los ciclopes, etc. En otra linea, son objetos de una experiencia concreta, también, las voces que escucha un sujeto en una alucinacién auditiva. * Estas lineas son un objeto para quien las escribe y para quien las lee. Inclusive, si jamés fueran lefdas seguirfan siéndoto. aT Carecerian de sentido, pero serian objetos matetialmente existentes. 2.1.1.2.2 OBJETO DE LA TEORIA Aqui hemos de romper, como anunciamos, la corresponden- cia entre sujeto y objeto. El objeto de la teoria no es aquel con el cyal habria de interactuar el sujeto especificado en ese regis- tro.” El equivoco generado por ello no tiene mayor relevancia siempre que tengamos presente la imposibilidad, en el campo cientifico y particularmente en la psicologia, de hacer una teoria con un sujeto aislado de aquello con lo cual interactia y encuya relacién se produce la experiencia, La idea de un sujeto trascen- dente ajeno a Ia experiencia vivida es incompatible con la ciencia, no asi con las epistemologias de las cuales no nos ocupamos en este texto (metacientificas y paracientificas), Reconozcamos, para bien o para mal, la herencia fisicalista- naturalista que infiltra la forma de pensar o, cuando menos, los términos con los que nos referimos a las cosas. La ciencia no empez6 como una ciencia del hombre. Por ello, la idea de un ‘sujeto fue posterior a la nominacién del objeto como el qué de Ja ciencia. Asi, cuando se escuchen los términos objeto de la cienciau objeto de la teoria, no debe concluirse apresuradamen- te que ahf est en juego alguna clase de intento por reificar al sujeto. Es preferible pensarlo en términos de tradicion y heren- Acaso, como una sulla, pouka distingurse entre un objeto tedricoy el objeto de a ‘eorla, 1 objeto tedrco Seia In nominacién especie, la forma dcterminada que ‘omaria el objeto de Ia tora (mas general, como hemes Je mostat) en una situscton «de conocimicnto parila, Si se nos permite jugar eon los conceptos, cra le veri conerei sin seret objeto empiric) del objeto des teors. Vg. en la teria banduriana ‘un objeto empiric sera, digamos, un particular acto agresive: conductaagresiva por imitacién de modelos; cl objeto dela teri, la conduc (come 1 defnida por Ia pricologin dela conducts, 48 cia conceptual, cuya connotacién ideolégica dependerd de eémo se defina'y aborde. EL objeto de la teoria, en conclusién, es aquello que un discurso cientifico particular reclama para si y le permite, en torno a él, delimitar un campo explicativo y de intervencién sobre los fendmenos que le atarien. Es evidentemente, de orden discursivo, metaférico, sin pretensiones de calcar la realidad sino de elucidarla, Eneste objeto, definido conceptualmente, se encuentran uni- dos el sujeto y su circunstancia, Reiteramos, no es una cosa ni uuna persona, aunque hable de elas; es una construccién que articula a un sujeto cualquiera con un observable particular, sobre el cual un discurso cientifico habla. Un juego con el sentido de las palabras tal vez ayude a aclarar la cuestién: pensemos al objeto como el motivo, del mismo ‘modo en que alguien pregunta a otto qué lo movié a una cierta accién: {con qué objeto hiciste eso? :qué objeto tenia hacer aquello? El objeto de la teoria es el qué de la ciencia. Especifi ‘quemos: qué la justicia, qué enigma la hizo necesaria, qué la Wamé a consiruirse. Si interpeléramos al psicoandlisis, por ejemplo, éste responderta el inconsciente/el deseo; y si, de acuerdo a lo dicho en el pérrafo anterior, sumsramos en la proposicisn al sujeto, dirfa: el sujero del inconsciente/el sujeto del deseo, "Bn lo anterior hay un pequeto pero legitimo adit: hems vendo diciendo que la realidad, como tal, es musa, por lo cul difielment lamaria alguien para responder 5c qué. Foe abeolutamente indispensable que alguien se ocupara de inferogar Ia fealidady le proyectaa sus observables para, desde ellos, ser a su vez interpelado y lamado a interveni,indagar,torizar, ete Pénscre, por ejemplo, en aquella vcia postur clentifen que pretendia araneae ala Natualeza sus seeretos: ise aprecia en lla la versin antropomérfic dela naturaleza? Esta posicion, lo sepa no, devdora el antigua y original proyecto tendiente a encontrar un Plan en la Naturale (ere ‘in, se compora en este punto como cualguer otra dssiplina mis modems 49 aCuintas teortas hay?, preguntemos para terminar: Tantas fine objetos hayan sido definidos. Esto, seguramente, dari una idea bastante clara de por qué nuestro campo parece tan disper- so. 2.1.1.2.3 OBJETO EPISTEMICO. Como ocurre con el sujeto epistémico, el objeto tiene un esiaiuto logic, no material ni ligado a observables tedricos Particulares. Su existencia es pues normativa Faciendo pareja conl sujeto, comprende todas las posbili dades cle interaccién, es decir inluye todos los objetos Propo- capes nuevamente analogarlo con la escritura algebraica: "0", Sevvuetura constituird Ia primera prueba de validez: su continal, dad epistemolégica, 21.1.3 RELACION ENTRE EL SUJETO Y EL OBJETO Ta relacién entre los términos antes desctitos quedara tepre- Senlada Por wn vector (—, +). Este elemento, importado de la matemitica ala légica y desde ahi a la epistemologia, articels al sujeto eon el objeto en funcién de um hecho y una cualidad Prasentes en todo acto de conocimiento: la accién y su direecion (Por su naturaleza teérica y su funcign logica, careee de aon, tido diferenciar aqut un vector “empirico", inexistente, de otro {c6rico y epistemolégico, Esunelemento organizador delostan Sear na ac OM MicIotyrobjstowhs (pl O)76 cue tptaatut pa servicios para el anélisis de dichas relaciones. Sin embargo, 50 ‘egulte Util tanto para el andlisisepistemolégico de los postula. dos teGricos, como para hacer de herramienia en la operacinns, 3.1 LA ACCION Bn un acto de conocimiento, la accién otorga aquien a ejerce elestatuto de agente en una relacién de dominancia y, conse, cucntemente, de transformacién © modelaimiento del elemento Pasivo, La relacicn, de ese modo, puede datse bajo la forma de un dominio del sujeto sobre el objet otro. 2.1.1,3.2 LA DIRECCION El vector parte de quien ejerce y apunta a quien se dirige Ia accién, La relacién se escribe y se lee de la siguiente mancre: 0 ~ S El objeto domina sobre el sujeto (vgr. conductismo y Psicologia del yo) *S— OE! sujeto domina sobre el objeto (vet. kleinismo y terapia centrada en el cliente) *S = OE! sujeto y el objeto son actives y se transforman reciprocamente (vgr. terapia centrada en el cliente y sisoandlisis freudiano) 2.1.2 DEFINICION DE CRITERIOS Las “férmulas” epistemoldgicas propuestas attiba constitu. yen formas de encarar el conocimiento absolutamente distintss 31 Cada una define la experiencia, teoriza, elabora instrumentos interviene sobre ella eon eriterios diferentes. Lo ideal, que ademés constituye una exigencia cientifica, seria que los euerpos tedricos y us pricticas eumplieran con el principio de no contradiccién.'! Como veremos después, no es ast: las teorfas (generales) tienen numerosas versiones, siste- ‘mas particulares, que no siempre se gobiernan con los princi- pios de los cuales dicen partir y, a pesar de ello, mantienen el nombre de origen (vgr. el psicoanilisis); en otros casos, el discurso te6rico admite uma doble inseripcién en las matrices epistemolégicas, dependiendo de lo que se trate (vgr. la terapia centrada en el cliente).'* En muy contadas ocasiones encontra- mos la existencia de una continuidad epistemoldgica (vgt. el conductismo y la psicologia genética). Desde esta petspectiva, resulta inadecuado emplear como cate- gorias a las lamadas "14, 28, 34. y 42 fuerzas” en psicologia. Por otra parte, la organizacién del campo de acuerdo a Jos ambitos donde se aplican (clinica, educativa, ete.) es de menot rigor ain. En virtud de lo anterior decidimos definir los criterios de agru- pacién de los discursos psicolégicos de acuerdo a la distincién sefialada arriba entre Teoria y Sistema Particular. A lo que dichas teorias y sistemas dicen que son. Consideramos instructivo, aunque la exposicién no sera en modo alguno exhaustiva, mostrar cémo las teorias no son tan tersas que Petmitan simplemente aprenderlas y usarlas, tomandolas como garantias de verdad; como, una vez que hemos optado por cualquie- fa de ellas, se nos impone una tatea de revision de los propios fundamentos, de investigacién sobre los fencmenos contradictorios ¥ de intetlocucién con otras teorias, sistemas y disciplinas, "BI cual no implica que la contradiceién no exisa sino que sa planteaday cucidada. La dispersion ofa dobe inseripelén ‘sas tcorias na alguna versén en parti CAPITULO TRES TEORIAS Y SISTEMAS 3.1 TEORIAS." Nos referiremos, independientemente de su inscripcisn epis- temolégica, contradicciones, etc., al conduetismo, al psicoan- lisis y a la terapia centrada en el cliente. 3.2 SISTEMAS Se darén algunos ejemplos ilustrativos sobre las teorfas enun- ciadas, considerando las versiones de Pavlov, Watson, Skinner, Hull, Bandura y Ellis para el conductismo; A. Freud, Klein y S. Freud, para el psicoanalisis; Rogers, para la terapia centrada en el cliente. Del conduetismo enfatizaremos su multiplicidad de aborda- jes, todos ordenados bajo el mismo principio. Del psicoanilisis y de la terapia centrada en el cliente, sus consecuencias para la comprensién y operacién de la relacién terapéutica. Uma corriente podria, legado el caso, ser considerada como una teorfa. Es lo que curr, porejemplo,conlapsicologiadelyo, el kelinismo, ee, dentro del pscoandliss. Decidines no avanza hasta ese punto yconsideraras como lo que dicen se: varedades Ae a misma too. (Quien esté interesado pods identifiar las desvialoneseplstemoldgicas en ls produc- clones tedrieas de los seguidres. 55 3.3 CARACTERIZACION DE LOS SISTEMAS 3.3.1 CONDUCTISMO- Es un ejemplo paradigmatico de continuidad epistemolégica, a pesar de las discrepancias teéricas y técnicas entre sus repre. sentantes. Iniciemos el recotrido con Pavlov: como es sabido, Pavlov no era psiedlogo ni un conductista, sino fisidlogo y un agudo critico de ese sistema (Paviov, 1948). Sin embargo, y a su pesar, € quien le dio el cimiento formal necesario: E-R. Este modelo oftecié no sélo la base experimental para intervenir en el com- ortamiento sino la posibilidad material de modelar el instinto Ys vayamos mis lejos, Ia ley comportamental que devino en matriz epistemolégica: O — S. E-R (estimulo-respuesta) es Ia operacionalizacién de la rela- ccicn entre un objeto activo y un sujeto pasivo: la experiencia del sujeto proviene del impacto de la actividad del objeto y es testimoniada por la produccién de una respuesta (Pavlov, 1947). ‘Watson, por su parte, subsumiendo la psicologia a las cien- cias naturales, identificando a los sujetos con los animales en tanto que organismos, hace una calca del esquema anterior para rover a la fisiologia de un correlato funcional (Watson, 1923; | “nunca aceptado pot Pavlov, recordemos-). Una de sus frases es ya clasica: “Denme una docena de nifios sanos... para que los eduque, y me comprometo a clegir a alguno | de ellos al azar y adiestrarlo para que se convierta en... médico, abogado, artista, hombre de negocios e, inclusive, mendigo 0 ladrén... mas allé de su talento, gustos, tendencias, aptitudes, vocaci6n y raza...” (Watson, 1930) Es evidente, nos parece, la continuidad en el dominio del objeto activo sobre el sujeto Skinner (1958 y 1938) critica a sus antecesores ( a Watson, or ejemplo, le reprocha, entre otras cosas, la falta de una base experimental suficiente; al concepto pavloviano de reflejo puso también objeciones) e introduce una variante: E-R-R’. Teérica y técnicamente signifies una revolucién que posibilité un mayor control de la situacién experimental y de la conducta; pero epistemol6gicamente no existié diferencia alguna: el estimulo es la encarnacisn de O en actividad; la respuesta y el reforzador representan a un S receptivo. Hull es otro hito en la historia del conductismo. Se le consi- deta opuesto a Skinner en més de un sentido: fue un tedrico (lo contrario a Skinner) que se esforz6 seriamente por formalizar un sistema, Entre sus aportaciones esté la introduccién del método hipotético-deductivo, en oposicién a Ia prevalencia attificiosa y mecanicista del método deductivo (Hull, 1943; ctiticada también por Pavlov, 1932). Introdujo en el conductis- ‘mo la exigencia de un mayor control conceptual y experimental. Si se nos permite la analogia, elevé esta teoria de la aritmética al dlgebra. La apuesta de Hull fue por la matematizacién del gran mime- ro de variables intervinientes (ver. en el Postulado de las Dife~ rencias Individuales:” sOr, cotrelativo del potencial de reaccién sEr, la amplitud de reaccién A, el umbral de reaccién sLr, etc.) con lo cual relativizé el valor de tales variables en un espacio tesrico controlado, pero no alters el supuesto bisico: E-R. La inseripeién del conductismo en el cognoscitivismo plan- te6 nuevos problemas tedricos y propuso la introduccién de categorias vetadas anteriormente. La subjetividad, motivo de ironia para Pavlov, ficcién expli- cativa para Skinner, se les impuso como un hecho ya ineludible. Para el conductismo se volvis necesario hacer frente a la critica de la comunidad cientifica por la pasivizacidn de los sujetos. * Lateral s significa estilo, Con Bandura, la subjetividad y la actividad como caracte- ristica del sujeto encontraron un lugar; la conciencia, antafio satanizada, cobré valor en su sistema. El control epistemolégico permite mostrar que el cambio fue, en ese nivel, aparente. La subjetividad aparecié definida por las expectativas so- bre los resultados futuros de la accién y el valor que para las personas tenfan los refuerzos. La conciencia, novedad termi- nolégica, se asimilé al sistema como una variedad o instru- mento del refuerzo. La actividad consistia basicamente en el ejercicio del que consideraron el mecanismo fundamental: la imitaci6n.? En lugar de-un vuelco al esquema E-R o E-R-R’ se produjo su duplicaci Modelo - Valores - Aprendizaje (ER: el exterior observacional se implanta) + Aprendizaje observacional-conducta _(E-R duplicado: el imitativa-autorrefuerzo. exterior devenido interior en el paso previo, se convier- te en un O activo interiorizado que modela el com- portamiento y cereencias de un S pasivo). 2s Mamativo que Bandura denomine eetiidad a imitaién. Les sugrimos remitise ‘Paget la initacin es ante todo acomodatria. Exclu del sistema al tr invariante funcional (simiacion, los procesos de equilibracia, la trnsformacign de Ia estuc- ‘ura et, impiean pasividad en el sujeto 58 ‘Terminemos el recortido con Ellis (1980). Su terapia racional emotiva propone una solueién de continuidad entre las expe- riencias activantes del conflicto (A), las eteencias irracionales (B), las consecuencias negativas generadas por tales creencias (C), Ia discusién de las ideas irracionales (D) y los nuevos efectos racionales (E) producto de la discusién: ‘A,B,C y E se disponen en dos series: la primera sefiala el conflicto, A-B-C; la segunda plantea su solucién, D-E. Como resultado de la terapia operaria una sustitucién de las creencias irracionales (B) pot las racionales (D) y de las consecuencias negativas (C) por las positivas (B). Ast, respecto al paradigma EER, la A de Ellis como factor causal sustituye al estimulo, la By la D son un campo intermedio de tipo simbélico producido por Ia historia de condicionamientos previos 0 pot los nuevos introducidos por la terapia (), la C y la E (efecto) sustituyen a la respuesta. ‘Asi tenemos que: E-R= A (B) C (antes de la terapia) (D) E (después de ta terapia) Concluyendo, epistemolégicamente carecen de importancia ‘el nombre del sistema en cuestion y las diferencias entre sus reptesentante sobre aspectos teéticos 0 téenicos particulares. Lo relevante es la continuidad en los postulados en cada sistema y de uno a otro. Esto en el conductistno es casi impécable: E-R, E-R-R’, sOr, Aprendizaje observacional-Conducta jativa-Refuerzo, A-B 0 D-Co E #* O ~ S. Dicho de otro modo: reflejo, condicionamiento clisico, condicionamiento operante, hipétesis sobre las variables intervinientes, aprendi- zaje social y terapia racional emotiva se implican mutuamente ccon un esquema epistemolégico del tipo O activo dominando sobre un S pasivo. Sus variantes son de indole técnica o relativa a los postulados teéricos, no son epistemolégicas, 59) 3.3.2 PSICOANALISIS Es un ejemplo paradigmatico de dispersién epistemolégi- ca, més alla de las aparentes coincidencias entre sus repre- sentantes. La posicion de Anna Freud es un caso tipico de O $y, en esa lines, si recordamos el esquema explicado en el apattado anterior, se constituye como la versién conduetual del psicoané- lisis. Su sistema retoma algunas las de las tltimas elaboraciones freudianas* (el yo, las defensas) a la luz de las desmedidas expectativas puestas en la educacién en la primera época psicoa- nalitica (Noriega, 1992). Para ella, como para el Freud del caso Iuanito [1974 (1909)], de El esclarecimiento sexual del nino [1974 (1907)] de las Teorias sexuales infantiles [1974 (1908)}, ete., el psicoanilisis es una posteducacién (Millot, 1987), es decir, que el anzlisis es quien habré de corregit los errores de la crianza. En el limite, A. Freud apuesta a lograr revertir los efectos del agente patégeno (asociado frecuentemente con los padres), desde un enfoque causalista (Freud, A., 1971), Las aportaciones annafreudianas lo fueron a partir de una diferenciacion epistemolégica con la teoria oficial (S«+0, como vveremos més adelante), desde la cual enhebré un nuevo sistema con nuevos conceptos y métodos® (vgr. la alianza terapéutica; Freud, A., 1964), nuevos observables (vgr. el desarrollo; Freud, A, 1951), nuevos parémetros (vgr. la identificacién con el analista; Freud, A., 1954) y un nuevo objeto de la teoria (el yo; Freud, A., 1949). * Rescrvamos est tino para S. Freud, Cunnla nos efiramosa A. Freud lo haremos cone de annayreudianas, 5 Una nueva lectures ya un nuevo coneepto, sabe todo si con ella se constaye ot Hagamos la caracterizacién del sistema: El analista, Ia alianza terapéutiea y las partes sanas del yo ocupan el lugar de O, la transferencia hace las veces del vector ~ y el yo/sintoma estén en S. La cura supone una duplicacién del paciente por un mecanismo especular: podré situarse como agente en la posicién O mediante una identificacién. El seri siempre S y, al finalizar el tratamiento, sera también O, en la medida en que opere respecto a si mismo como su analista. El terapeuta es un yo (y un supery6) auxiliar. Lo que el paciente gana en el proceso es "la recuperacién” a nivel del yoal cancelar el desplazamiento inicial sobre la figura del terapeuta pero manteniendo Ia identifieacién con él. Es en esta linea que su sistema traduce la segunda t6pica freudiana como el desalojo del Ello por el Yo/Analista. Con Melanie Klein opera el esquema inverso®: § + O. Se le conoce como instintivista y en cierto sentido es verdad: hizo una calca mental de! instinto, algo semejante a como Freud ‘operd con La interpretacién de los suefios [1974 (1900)] a partir del Proyecto de Psicologia para Neurélogos [1916 (1950 g))). En este sistema existe una correspondencia puntual entre la constitucién del sujeto (yo) y la de sus objetos (Klein, 1960), ser una dialéctica. El agente es siempre el yo, movido por las ansiedades; la unica realidad es psiquica (Klein, 1974 (1933)], atin en la posicién depresiva (Segal, 1981). Su caracterizacisn seria Ia siguiente: En Ia cura el analizante se sitiia en S, la transferencia en el vector — y el analista (Klein) en O: a ella le son dirigidas, por Ja vertiente de la repeticion, todas las producciones del paciente “Bs de sobra conocido el antagonismo.con A. Frew. Como pod verse, nose pusieron ‘cn juego excusivamncnte las dserepancas tedricaso Is animadversi, Fueronepise ‘molégleameate ineoeiliables. (suefios, juegos, ele.) y, desde abt, es que responde con una interpretacion (Klein, 1974 (1930)] ‘Ee necesario no confundirse en este punto: la actividad con- ereta de Klein en las sesiones, calificada por muchos como excesiva’ por diferentes razones®, no significa que el esquema tpistemologicosea O->S. Klein, colocada en posicion de objeto (O)atrae (0) las fantasias de (S), el analizante. Se.rige como el polo pulsional, se hace elaborar para llevarlo del clivaje a's reunificaciOn (Soler, [1988 (1986)] Fuerza es decirlo, la apuesta no es menos imaginaria (Lacan, [(1966 (1958)]. Freud, por iiltimo, se inscribe en un modelo relativista © dialéctico: § + O. Decididamente dualista, atin al precio de la ruptura [1976 (1914)], Freud propone un sistema en el cual esta definido por ‘ina division estructural que, tanto en la primera como en la Segunda tpicas, se expresa como un comercio dinimico entre diversos sistemas. ‘Consideremos Ia funcién de la transferencia en Ia cura (Freud, [1974 (1912-1914)], para mantenet un punto de compa racién con las auioras caracterizadas arriba: “A diferencia de la psicologia del yo, el andlisis freudiano desaconseja alentat la transferencia, provocarla, cualquiera que Sea su signo. Identified muy bien, por otra parte, los mecanis- mos por medio de los cuales el yo establece sus compromisos ¥ taf alert6 a los analistas contra el establecimiento dé cualquier ‘clase de alianza con la conciencia de los analizantes. La alianza ie 7 Ver. Lacan 5.1966), Eeritas 1y 2. México, D.F: $ XXI- En divers pastes een ‘ake yglein, no obstante le reeonoce su indisctible valor y agodeza cine * jones, B. (1960), Vide-y obra de Sigmund Freud Ill, Busnos Airs: Homme: AN coat In ara envinda #6 por Fred el 26 de mayo de 1935, onde ee que del ‘omporamiento de Klein con Anna 2 terapéutiea annafreudiana coincide en esencia con los fendme- thos ue doble inscripeién que permiten aceptar un contenido en In eonciencia sin, pr ello, elaborar su significacién inconscien (acitin euando aceptemos que Ia intencién consciente del tal «ana no sea promover Ia racjonalizacién, la denegacion, ni cualquier otta forma de ortopedia obsesiva, no podemos dejar de reconocer que abandona el sistema freudiano. Pare Proud el dispositive analitico se estructuraba por la organizacién analizable del sintoma, La queja existente desde cre icio tenia tras ella a la neurosis toda. Las primeras produc-

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